PROLOGO

Martes por la noche. Un solitario vagón de metro en New York.

El infierno aún no se había desatado por todo el mundo.

Un apocado muchacho trata de detener los temblores que su escuálido cuerpo está sufriendo desde hace ya una hora. Sólo quiere llegar a casa y acostarse. Sólo quiere que el día de hoy termine.

Esta mañana, Robert - que así es como se llama el muchacho- fue despedido de su puesto de bedel en la universidad Empire State. Trabajaba allí después de las clases, pero últimamente su amigo Howard le había hecho faltar varios días tanto a clase como al trabajo. Howard era su único amigo y parecía que la única persona que le comprendía en el mundo. Howard era también su camello. El profesor Norton le había despedido precisamente por culpa de Howard: "Es un mal chico"- le dijo-, "y te está llevando por un camino muy malo".

El profesor pensó que eso le abriría los ojos. Cuando Robert se lo contó a Howard, decidieron vengarse del viejo y asaltar su laboratorio en busca de sustancias con las que Howard pudiera hacer sus drogas. Robert sabe que no debería haber robado aquellas probetas marcadas con una equis, ni mucho menos beberse una de ellas pensando que le colocaría. Seguramente por culpa de esto, Robert Reynolds se está muriendo.

Cuando los tres pandilleros entran en el vagón, Robert los mira de soslayo y cierra fuertemente los ojos después, como esperando que desaparezcan en su cabeza. Pero no lo hacen. Sabe que uno de ellos, el más alto y fornido le está hablando, pero no oye nada salvo el zumbido de su propia mente. De pronto, abre de nuevo los ojos y el mundo se muestra en escala de grises.

Robert escucha un grito espeluznante en la lejanía y, luego, sólo escucha el familiar zumbido.

En la siguiente estación, una mujer se desmayó al ver tres cuerpos destrozados, como si les hubieran acuchillado salvajemente. Un hombre mantuvo la calma lo suficiente como para llamar a la policía. Robert Reynolds ya no estaba en el vagón.

Algo más tarde, el padre Cameron abrió la puerta de la calle y vio a su hijastro, Robert, apoyado en el cerco con la cara completamente pálida. No era la primera vez que le veía así y, enseguida, lo atribuyó a las drogas.

- Robert, ya es hora de que empieces a . . . - no pudo acabar la frase.

Su hijo adoptivo se le desplomó en los brazos y le metió en la casa como pudo. Le recostó en el sillón y, al mirarle a la cara, dio un respingo de pánico y se santiguó.

- ¡Santo Dios, hijo mío!¿Qué has hecho, Robert?

El chico yacía boca arriba, con la piel blanca como la leche, las venas marcadas en un intenso tono azul y sus ojos completamente negros, como pozos de brea.

El cura cerró la puerta de la calle y llamó corriendo a urgencias.

Al otro lado de la línea, una voz femenina preguntó que ocurría y cómo podían ayudar pero, en casa del padre Cameron, nadie podía contestar ya.

FIN DEL PROLOGO

Cuartel general secreto de los New Warriors, héroes oficiales de la ciudad de New York.

Las Guerras Infernales han concluido tal como empezaron, y los Guerreros no tienen ni idea ni del como ni del por qué. Ayudaron como pudieron a mantener el orden en la ciudad mientras duró la batalla y recogieron con tesón los desperdicios cuando esta acabó. Ahora, por fin tienen un momento de descanso para pensar un poco en el estado del grupo. A saber: Destructor Nocturno hace tiempo que desapareció sin dejar rastro¹. Ni siquiera Cuerda, su mentor, les sabe decir dónde está; Rabia sigue en el hospital por lo que sea que le hiciera esa especie de Halcón Oscuro con el que se encontraron hace un par de meses²; Nova no está. Desapareció en el gimnasio tras la lucha del grupo contra un hombre-robot que arrasaba Wall Street y nadie le ha vuelto a ver³; Carlton Lafroyge ha roto su relación con el grupo debido al incidente de Shield⁴ y, por último, Estrella de Fuego ha decidido retirarse del grupo para no forzar su cuerpo a la contminación por microondas. Dada esta realidad, es difícil estar relajado en la reunión de equipo de la mañana.

- Os repito que no me pasa nada - trató de concluir Kymera-. Los médicos no lo saben todo y, a veces, se equivocan, ¿sabéis?

- Ya, Nita - intervino Speedball-, pero personalidad múltiple.....admite que es un diagnóstico preocupante.

- Sólo te pedimos que nos tengas al día de como te encuentras - dijo Justicia-. Como parte de este equipo, hemos de saber hasta que punto podemos contar contigo - Kymera calló y aceptó la charla, a regañadientes. Hasta cierto punto, podía entender el punto de vista de los demás -. Bueno, seguimos sin tener noticias de Nova y Rabia sigue en coma. No hay nada nuevo al respecto, como no lo hay sobre Destructor. Cuerda sigue sin localizarle.

- Se habrá perdido en la bóveda del dinero - dijo Speedball.

- O estará nadando en ella, como el tío Gilito - añadió Flexo.

- En definitiva - concluyó Justicia-, que somos los que estamos.

- Pues ponéos en marcha, entonces - dijo Dallas Riordan, la enlace de los Guerreros con el Ayuntamiento, entrando en la sala-, porque tenemos problemas. En Brooklyn ha estallado una revuelta. Un montón de civiles, sin causa aparente, se están zurrando de lo lindo y destrozando el barrio de paso.

- ¿Y la policía? - preguntó Turbo.

- Los agentes que ya hemos enviado se han unido a la refriega. Creemos que un factor externo los está azuzando.

- Podría ser algún demonio rezagado de la invasión de hace unos días - elucubró Justicia-. Bien, equipo, vamos al tajo.

El espectáculo era horrible. La gente se estaba matando unos a otros y los policía, armados, estaban dejando un rastro de muertos que crecía a cada segundo. Lo primero que hizo Justicia nada más llegar en el transporte de los Guerreros, fue sacar las armas de la ecuación con su telekinesia. Turbo dispersó a los belicosos vecinos con sus turbinas y Flexo y Speedball se dedicaron a sacar de allí a todas las víctimas y los heridos. El equipo funcionaba como un reloj suizo, lo que hacía a Justicia sentirse orgulloso de ellos. Las dudas que albergaba como líder se iban disipando con cada nueva operación de los Guerreros.

- ¡Guao! - exclamó Justicia, aterrizando en el suelo -. ¿Alguien más ha notado eso? Es como toda la mala leche del mundo estallando en la cabeza. Cuesta no volverse loco, ¿eh, Nita?

Pero Kymera no estaba escuchando. Pasó al lado de su compañero como una exhalación, casi derribándole por la fuerza de su estela de vuelo. Cogió un camión de bomberos y lo lanzó contra un edificio cercano, que cayó de inmediato, reducido a escombros.

- ¡Kymera! - gritó Vance, intentando agarrarla con su TK-. ¡Hay gente en esos edificios!

La atlante forcejeó y se soltó con brutalidad, haciendo que el rebote síquico del ataque cayera sobre Justicia, que clavó las rodillas al suelo mientras sangraba por nariz y orejas.

De pronto, como si todas las sombras de la calle tuvieran vida propia, una enorme torre negra se formó ante todos los presentes, comiéndose un par de edificios en su afán creador. Una parte de la torre dio forma a una especie de persona negra como el betún y enorme como un camión. En ese momento, todas las personas afectadas y los mismos Guerreros, sucumbieron al frenesí destructor que casi parecía disiparse. Sólo Speedball y Flexo parecían inmunes.

- ¿Qué coño es esa cosa, Speedy?

- Se parece al Oscuro⁵, pero creía que Gallante seguía en prisión. Mira abajo, tío. Hasta Vance ha caído presa de esa mierda.

- Pues entonces, movámonos a toda prisa.

Speedball no pudo detener a su compañero. Cuando se quiso dar cuenta, una mano del ser oscuro había cogido a Flexo en el aire y, en un rápido movimiento, las distintas partes del cuerpo del androide, antes conocido como Primus, salieron disparadas en diferentes direcciones a la vez. La cabeza de Flexo cayó duramente al suelo y Speedball pudo ver que, en sus ojos, ya no había vida.

Como parecía que el oscuro no le afectaba, Speedball ideó un plan: se lanzó a lo bestia a rebotar en diferentes direcciones para conseguir velocidad y distraer a su adversario. Pensó que este tal vez aún no se había formado del todo y que su estratagema funcionaría. Se empotró contra el pecho del ser y se vió sumergido en la marea negra de su cuerpo. Después, comenzó a expandir sus burbujas cada vez más y más hasta que, ante la sorpresa del oscuro, su cuerpo estallé en mil pedazos.

La torre implosionó y las sombras volvieron a su sitio y, allí dónde había estado el oscuro mal, apareció la figura de un muchacho enjuto, desmayado en el suelo.

Justicia fue el primero en recuperarse y, rápidamente vio a Speedball con el muchacho en brazos. Speedy parecía muy cansado, pero no había rastro de la amenaza y la gente parecía ir recuperándose poco a poco. Kymera estaba de rodillas, con la cabeza agachada y llorando. Turbo trató de consolarla, pero ella no escuchaba.

- ¿Qué ha pasado, Robbie? - preguntó Justicia.

- Creo que lo he dispersado, pero no creo que sea durante mucho tiempo. Este chico apareció dónde estaba la torre. Parece que lleve días sin comer o beber. Y hay algo más.

Robbie Baldwin señaló hacia los restos de Flexo, desperdigados por toda la calle. Justicia se llevó una mano a la cara, en señal de duelo.

- Recojámoslo - dijo-. recojámoslo y volvamos al cuartel. Esperemos que este chico pueda aclararnos algo.

Manhattan.

Zona Cero.

Un girón de oscuridad comienza a formarse en el monumento a una tragedia impensable.

Pronto, la oscuridad campará a sus anchas de nuevo.

PROXIMO: Los New Warriors se unen a Spiderman, Daredevil y Capa y Puñal para intentar detener al mal oscuro del Vacío.

1.- Ver Crisis de Fe, el gran cruce mutante del año pasado para tener más o menos una idea de por qué Destructor está "indispuesto".

2.- En el número 85 de New Warriors de Marveltopía.

3.- Nova desapareció en el nº 87 de New Warriors para poder participar en la mini serie Centuriones Nova.

4.- En New Warriors nºs 82 y 83 de Marveltopía.

5.- Visto en Fuerzas de la Luz y la Oscuridad.

CORREO MARVELTOPICO

¡MarvelTópicos saludos!

Correia