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Bañados por los rayos cósmicos, recibieron poderes extraordinarios y se convirtieron en los exploradores de un universo nuevo. Mr. Fantástico, La Mujer Invisible, La Antorcha Humana y La Cosa son... Los 4 Fantásticos.
 
Los 4 Fantásticos

LOS 4 FANTASTICOS #434
Agujeros en las paredes, reflejos distorsionados
Guión: Jose González

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Portada: En primer plano y a contrapicado vemos a la Cosa zampándose tranquilamente un perrito caliente junto a un puesto ambulante. El vendedor mira con espanto a lo alto, hacía la Torre de las Cuatro Libertades. Las plantas inferiores estan siendo engullidas dentro de la propia estructura. Ben mira al vendedor preguntándole: "Recien llegado a New York, ¿verdad?"

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Zona Negativa, donde otras leyes físicas y no físicas gobiernan. Un universo desconocido para el hombre de a pie y apenas explorado.

Camina orgulloso entre las criaturas caídas, semejantes a medusas, envuelto en su capa. Le fue fácil detener su ataque, sin apenas daños en sus aparatos.

Cruza una rústica pasarela que une dos de los asteroides de diversos tamaños que ha capturado y agrupado para formar su "carro de las estrellas"; como él lo llama.

Entra en un amplio habitáculo construido con algo que asemeja a la madera petrificada. Dentro, la gravedad cambia 90º. La pared por la que caminaba resulta ser el suelo. A su alrededor, instrumentos recolectados en casi cincuenta mundos.

Su viaje ha sido largo.

Ya es hora de comenzar el camino de regreso a casa.

Retirando la capucha que la cubre, alza la cabeza hacía el agujero circular en el techo. Retira la máscara metálica para contemplar mejor las estrellas.

Perdió la cabeza varias veces. Quizás aun este loco. Tal vez por eso, la sonrisa de Reed Richards tiene algo de demente.

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Reed Richards estrecha la mano del Hombre Hormiga mientras su mujer da un beso en la cabeza a Cassie, la hija de Scott. Uno por uno el resto de los 4 Fantásticos, Lyja y Franklin se despiden de ellos.

Scott Lang ha decido aceptar una oferta de trabajo en la costa oeste.

Ya no se siente cómodo recogiendo el cheque de 4 Fantásticos Inc.

Es la hora de comenzar algo nuevo y por sus propios medios.

Cassie se acerca al silencioso y apartado Krisftoff. Su conversación no es oída por los presentes. Tampoco ven el rostro del muchacho. La jovencita le da un beso en la mejilla y vuelve con su padre para dirigirse, todos juntos, hacía los ascensores. Ben sale el último, cargando las maletas. Es el único que ve la cara de Krisftoff.

- Suelta unas lágrimas, chaval- habla para si- No dejes que tu alma sea tan fría como la de Muerte1.

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Reed ajusta sus máquinas. Ha tardado mucho en hallar el punto por el que entró en la Zona Negativa. No tanto como lo que tardo en aprender como atravesar la barrera que le llevaría de regreso.

Ni en sus más locos sueños.

Se quita la capa y la armadura compuesta de pequeños caparazones. Cuando solo lleva un taparrabos, coge un rudimentario arnés y se lo coloca. Luego una pesada mochila y un casco con dos largas puntas que sobresalen del mismo a ambos lados de la cabeza.

Sale del habitáculo. La gravedad vuelve a variar. A pesar de su forma física, le cuesta subir las escaleras semigelatinosas que le llevan hasta el punto más alto de su transporte; un gran estructura de metal entremezclado. Se sitúa en un pedestal en el centro de la misma. Allí le espera un cilindro negro con dos asas.

Entonces, se concentra. Brillantes energías internas aumentan su musculatura al tiempo que su piel se va oscureciendo hasta adquirir un tono violáceo. Su cabellera se esfuma, su nariz se ensancha, sus ojos se tornan rojizos, sus sentidos se agudizan.

La forma de hombre desaparece reemplazada por... el Bruto2.

Marca los últimos códigos en los teclados que sobresalen del suelo. Levanta el cilindro, provocando su activación.

Ya no hay marcha atras.

Es el exito o... ¿quien sabe?

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Johnny esta viendo en la tele un concurso de camisetas mojadas cuando Reed se sienta a su lado con una taza de café.

- Hola Reed- calla un momento antes de comenzar a bacilar- ¡Oh Dios! ¡Reed Richards, Mr. Fantástico, fuera de su laboratorio sin que una amenaza lo haga salir del mismo! Es... es... ¡fantástico!

- Espero que mi hijo no vea este tipo de programas cuando queda a tu cargo.

- Tranquilo, cuñado. Para él solo Teletubies, Pokemon, etc.

- Más te vale que Sue se no entere de que ves esto- le dice mientras se levanta y sale del salón- Ni Lyja tampoco.

- Uuuhh... No tienen porque enterarse, ¿no, cuñado? No queremos... quieres que se disgusten ¿verdad Reed? ¿Reed? Mierda.

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Y hablando de la señora Richards, hace unos instantes entró en la habitación de Benjamin J. Grimm para preguntarle si le gustaría salir a cenar en familia. Su rostro amigable se ensombrece a los pocos segundos.

- Aquí huele a tabaco.

- No empieces, Susie.

- Quedamos en que nada de fumar en la Torre, salvo en los lugares asignados- replica con los brazos en jarras.

- De verdad que no he fumado aquí- se dirige hacía su cama- Debe ser mi vieja cazadora de piloto. He decidido airearla un poco. Pero no salir con ella puesta. Con mi suerte me atacaría Muerte o Fin Fam Fong y...

- ¿Nostalgia?

- Un poco. Oye, escoge tú donde quieres ir, ¿vale?. Enseguida os alcanzo.

- De acuerdo.

Susan cierra la puerta tras ella y la Cosa salta nerviosamente hacía la papelera en llamas, apagándola con la cazadora.

- Apágate. Apágate. Que pena de puro. Oh, la alarma de incendios. Abrir la ventana antes de que se dispare. Renovar el aire. Mi último cubano- afirma tristemente al final.

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En el cuarto de juegos, Franklin le pega una paliza a Kristoff en una versión virtual del Mortal Kombat mientras LYja lee todas las revistas de cotilleo que caen en sus manos.A través de ellas, dice estar aprendiendo muchísimo sobre la cultura terrestre.

Para Johnny, Lyja sigue un tratamiento acelerado tras dejar atrás la aburrida sociedad Skrull.

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La normalidad impera en la Torre de las Cuatro Libertades.

El Bruto activa su complejo aparato. El cilindro se desintegra entre sus manos sin dañarlas.

En la torre, el rastreador de energía negativa localiza una brecha entre la dimensión donde se encuentra y la Zona Negativa.

Luego, energías llegadas de otras dimensiones lo sobrecargan y estropean.

Ante el Bruto se abre un pasillo dimensional. Una aguja dañina clavada en diversas realidades.

En el hogar de los 4 Fantásticos, la estructura tiembla. Todos los presentes acusan el efecto que fractura la realidad dentro de la torre.

Decididamente, el Bruto comienza a caminar.

Y así, físicamente, cruza entre universos.

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El nuevo nexo de realidades no pasa desapercibido en el exterior.

Algunas personas con una especial sensibilidad perciben un cambio que no pueden definir.

Un sentido arácnido que vibra.

Un jardinero.

Un hechicero supremo que levanta la cabeza del arcano libro que lee.

Una dependienta de un centro comercial.

Dentro, un Johnny sorprendido se apoya en una pared que se encuentra en un estado de existencia/no existencia y cae... sobre la nieve.

Cuando alza la vista, descubre la ciudad nevada.

"¿Cuando comenzó a nevar?", se pregunta. "¿Y cómo es que no me he hecho daño al caer? Un momento. Los edificios están prácticamente enterados. ¿Cómo es posible que halla nevado tanto y no nos hallamos dado cuenta?"

Cuanto más esta inmerso en sus cábalas, la locura. Un niño de no más de diez años corriendo sobre el blanco manto. Envuelto en llamas y gritando.

- ¡Llamas a mi!

La Antorcha se enciende y vuela hacía el chico. En su mente desesperada se forma una idea. Aterriza junto al niño, le sujeta y absorbe las mortificantes llamas. La víctima se retuerce y grita mientras Johnny reza para que a sus fosas nasales no llegue el olor a carne quemada.

El fuego que envuelve al desafortunado disminuye y solo un leve gemido sale de su boca. Pero la pesadilla no acaba. Llegan corriendo hacía ellos. Adultos en llamas que gritan furiosos y portan barras de hierro, lanzas metálicas y espadas.

- ¡Un demonio Freon!- gritan- ¡Absorbe la vida del niño! ¡Por nuestro señor de Muspelheim, suéltale y regresa al frío infierno!

Confundido, el más joven del cuarteto fantástico, suelta al niño que cae a sus pies e, inmediatamente, este vuelve a arder. Una mujer tira de él para cogerlo en brazos y apartarlo del demonio y le entrega una pequeña esfera de fuego que el muchacho devora con ansia.

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El Bruto da tres pasos y entra en un universo a la vez nuevo y familiar.

En las paredes, hay sangre y restos incrustados de gruesas capas dérmicas anaranjada. En el suelo, una gran masa sanguinolenta con cuatro dedos en cada mano.

Un poco más allá, las paredes están ennegrecidas por un fuego reciente. Hay algo que aparta su atención de los muros. Una masa fofa de color azul, casi esférica.

Desde la habitación contigua, llegan grandes voces. Uno de ellos es un joven rubio y lloroso, histérico, que le lleva las manos a la cabeza. La otra es una mujer vestida de negro, con una capa negra, con hombreras y cuello en forma de alas de murciélago, cuyo interior es rojo. Su cabeza esta cubierta por una capucha de cuero con púas en la cabeza. Completan su vestuario, unas largas botas, que le llegan por encima de las rodillas, de fino tacón y unos largos guantes que le cubren casi todo el brazo.

La mujer está encerrada en un campo de contención, rabiosa.

- ¡SUELTAMEEEEE!

- ¡Por favor, vuelve! ¡Esta no eres tú!- le grita un desesperado Johnny.

- ¡Y pensar que me dejé ningunear por un meón como tú! ¡Dominada por todos! ¡Pero ya no más! ¡Pero ya no más!

Richards reconocería la voz de la mujer aunque hubiera pasado el doble de tiempo en la Zona Negativa.

El amor de su vida.

Susan.

- Sue... se que no eres tú. Alguien te esta controlando. Por favor, ¡lucha!

- Eso es lo que hago. Luchar. Liberarme de mis frustraciones. De ser la esclava de mi marido y mi hermano. De la carga de ser madre de un crío que me podría destruir con solo un parpadeo.

- Tu... tu hijo...

- Otro llorrón como tú.

Acercándose discretamente, el Bruto alcanza la consola de control y la destruye con sus manos. La Antorcha se enciende y se vuelve hacía él; olvidando a su hermana y que ahora esta libre.

Todo sucede muy rápido. Un campo de fuerza aplasta el cuerpo de Johnny contra una pared de forma tan brutal que podría pasar por una repulsiva pintada. Su rostro queda irreconocible. Su pelo rubio, manchado de materia gris.

- Adiós, hermano- se vuelve hacía el Bruto- Puedes llamarme Malicia, señora del odio. ¿Qué eres tú?

Reed se toma su tiempo antes de contestar. Esta Sue le resulta fascinante.

- Alguien que ha entendido tu mensaje.

Y tras responder, recupera su forma humana.

- ¡No es posible! ¡Estas muerto!

- Él esta muerto- afirma Reed señalando a su doble muerto- Yo no soy tan idiota como para no ver el verdadero valor que tienes, mujer.

Durante un segundo, se quedan mirando el uno al otro. Un momento de complicidad mutua rubricado por una sonrisa de mujer. Un momento roto por el sonido de varias explosiones.

- La policía abriéndose paso. O SHIELD. O el ejercito- supone Malicia- He anunciado oficialmente el fin de los 4 Fantásticos.

- No serás muy popular aquí.

- Es igual. Tampoco queda nada que me importe.

- Mmmm... Te propongo algo.

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Del labo de Reed solo queda la mitad de la estancia. El otro lado atrae al científico como una polilla, a pesar de la prudencia que ha desarrollado a lo largo de los años.

El paisaje solo puede ser definido como de cálculo puro. Un reino de científicas exactas. El saber absoluto.

Reed se sumerge en él. Trata de asimilarlo todo, de entender. Pero es tan complejo, tan basto, que su cerebro se cortocircuita y cae hacía adelante, rígido.

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Sentado en una roca, codos apoyados en muslos, cabeza apoyada en sus manos, esta la Cosa.

- Con tantas las realidades paralelas... de todos los universos alternativos... he tenido que caer...

Levanta los brazos, mira hacía lo alto:

- ¡¿... en uno de ficción?!

A su alrededor trota un asno que no para de freírle con su verborrea.

- ¿Entonces no eres un elemental? Conocí a un elemental. Era un tipo simpático hecho de agua. Salpicaba mucho al hablar. ¿Lo píllas?, salpicaba. ¿Vas a quedarte ahí todo el rato? Entonces debes de ser un elemental de piedra. Eso es lo que hacen los elementales de piedra. Quedarse quietos toooodo el rato y bla, bla, bla...

- ¿Quieres, por favor... ¡CALLARTE!?

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Desde niño, le ha fascinado. Vivo, danzante.

Cuando salió de entre los restos de el cohete del novio de su hermana, no se lo podía creer.

Era como si Dios le hubiera señalado con el dedo. Y aceptó su regalo con puro éxtasis.

Empezó con fuegos pequeños. Luego, se fue volviendo más atrevido. Se inventó un alter ego, el pirómano, y enviaba cartas a la prensa.

Su obra creció en magnitud hasta que, finalmente, todo salió a la luz. El desastre de la misión, el piloto convertido en un monstruo e internado en un centro psiquiátrico de máxima seguridad, los otros dos miembros de la tripulación mutados y ahora al descubierto... y él; un joven de diecisiete años que acababa de concluir su obra maestra.

New York ardiendo.

Glorioso.

Entonces apareció Thor, el autoproclamado dios del trueno. Junto a Iron man, el otro superviviente de los Vengadores, había tratado de capturarle. Aunque su pierna rota le daba a entender que en lugar de detenerle querían matarle.

Por eso Johnny Storm se arrastraba por los pasillos del edificio Baxter, buscando donde esconderse de su ira.

En el salón, viendo la tele, hay una mujer vestida de negro y una criatura violeta que toma una copa.

- Asi que tú eres el responsable de lo de ahí afuera- afirma el Bruto señalando con su cabeza hacía una ventana cercana- Toda una proeza para tan corta edad, eh... ¿tu nombre?

- Pi... Piromano.

- Claro. Piromano- acaba su copa- Diría que tus días aquí están contados, hijo.

- Cuanto odio en tu pecho- tercia Malicia.

- ¿Odio?- Johnny no entiende eso. Él no odia porque si. Es que no le comprenden.

- El tal Thor ha jurado en televisión que te detendra sea como sea.

El joven traga saliva. Esta acorralado.

- Pero hay otros lugares, muchacho. Mundos donde empezar de nuevo.

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Susan se preparaba para salir a cenar cuando todo tembló. Aun luchando por vencer el shock nota que no esta sola en su habitación. Que ahora es muy distinta.

Oscuridad mal expulsada por luz de vela. Olor a sexo y sudor. Aparatos para lograr el placer por medio del dolor. Una mujer en ropa interior, colgada bocabajo, con las manos atadas a la espalda, y tal cantidad de agujas de acupuntura clavadas en sus senos que se asemejan a dos puercoespines.

La mujer sonríe a la recién llegada.

Sue no es una mogijata. Pero esto supera su código moral. Avergonzada, sale de la habitación y reconoce, de inmediato, el pasillo. Es su hogar y no lo es.

Avanza por donde tantas veces a pasado. Diversos grabados del Kamasutra adornan las paredes. Tenues luces. Hombres y mujeres aqui y allí, llegando a acuerdos entre susurros.

La conversación de dos hombres que caminan en dirección contraria a la suya trae algo de luz a la confundida Mujer Invisible.

- ...tres plantas dedicadas a hacer realidad tus fantasías. Nada es perverso ni censurable.

El otro hombre mira nervioso a todas partes. Se encuentra con la mirada de Sue y ambos bajan la vista.

Es cuando mira de nuevo al frente que la miembro de la primera familia, aparte de la que ocupa la Casablanca, se detiene en seco al reconocer una cara familiar.

- ¿Ese discreto vestuario que llevas forma parte de las obligaciones impuestas por tu nuevo amo, Susy?

Quien se dirige a ella es ni más ni menos que Nathaniel Richards. Más delgado y con algo menos de pelo. Su presencia confirma definitivamente a Sue que; o alguien juega con ella o que este no es su hogar. Rápidamente, se gira para regresar a donde debería estar su cuarto. Pero el anciano la sujeta.

- ¿No me dirás que te has enamorado de él? El nadador no es hombre de una sola mujer. De hecho, no solo de mujeres.

Sue deja que tire de ella hasta una puerta que el hombre abre sigilosamente de par en par. En la cama que hay en esa habitación hay un hombre de orejas puntiagudas y diminutas alas en los tobillos.

Las dos muchachitas lloran y suplican.

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En la banda de la calle Yancy se ganó el alias de "La Roca". Apodo que se llevó a la Fuerza Aérea e impuso a golpes de puño. Mediante dinero y chantajes llegó a ser piloto y hacerse un hueco en la NASA.

A pesar de las sospechas de ilegalidades.

Cuando "el elegido para la gloria", John Jameson, murió en un accidente de circulación de extrañas circunstancias; Ben Grimm ocupó su lugar.

Regresó a la calle Yancy y se tomó el mando de la banda. La hizo mayor y más fuerte. Y se convirtió en el señor del crimen de New York.

Cuando se descubrió su peculiar don, los superhombres fueron a por la Roca e hundieron su imperio.

Kingpin fue más lejos. Rompió las reglas.

Acabó con su familia.

Grimm enroscó su cuerpo moldeable en torno a su cuello.

No paró ahí. Siguieron otros capos. Y polícias. Y héroes enmascarados.

Y luego se sintió vacío. Sin nada ni nadie. Sin futuro. Observando el cielo desde el edificio de un difunto amigo.

Entonces el Baxter tembló y tres personas aparecieron desde una habitación que no existía.

Tres personas que traen un destino sorprendente para la Roca.

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La Cosa esta de pie sacudiéndose las manos. A su lado, el ogro de piel verde se arregla sus ropas. A su alrededor, casi medio centenar de caballeros, con armaduras ya no tan brillantes, inconscientes o magullados, muchas lanzas rotas y armas varias, y algunos caballos que no han huido de la "gran pelea"

Algo apartado de ellos, una princesa pelirroja de largas coletas, sujeta con una mano a un caballero que a perdido su casco y le golpea mete, una y otra vez, puñetazos en la jeta.

- ¿Puedo salir ya?- pregunta el asno parlanchín asomando la cabeza desde detrás de unos arbustos.

- Buena pegada, ogro.

- Lo mismo digo, elemental de la tierra.

- Llámame, Ben. Eh... la chavala es muy peleona, ¿no?

El ogro menea la cabeza, apesadumbrado.

- Princesa. ¿quieres, por favor... ¡DEJAR DE PEGAR A ESE HOMBRE!?- luego le susurra a Ben- deberías ver como dejo a un pandilla de alegres ladrones.

- Tratar así a una dama de la realeza- farfulla la muchacha al tiempo que se arregla el cabello. Al alcanzarlos su expresión se dulcifica- Gracias por vuestra ayuda, noble señor. Se nota la bondad en vuestros ojos azules.

- Si. Es mi mejor parte.

- ¿Sois acaso víctima de un hechizo o maldición?- pregunta la princesa con expresión de lastima.

- Ehmm... si, se podría decir que si- responde Ben mirando de reojo a la formación rocosa donde se ha abierto el portal que lo ha traído a este reino. Puede ver las luces eléctricas y parte de la habitación de la que partió- Bueno, tengo que marcharme.

- Adiós y gracias de nuevo.

- Adiós, elemental de piedra. Ha sido un placer conocerte, tío. Espero verte de nuevo.

- Seguro- murmura la Cosa- En la edición de coleccionista, asno.

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La muchedumbre rodea a la Antorcha, decididos a enviar al "demonio" de regreso al infierno. Viendo el estado de animos reinante, Johnny decide salir volando. Su acción provoca el pánico generalizado y una huida desordenada.

- ¡El demonio vuela!

- ¡Un enviado del frio inferno de Jotunheim!

Desde una posición elevada, la Antorcha divisa como la nieve a cubierto toda la ciudad e incluso el mar hasta donde alcanza la vista. Buscando más respuestas, vuela hacía la ventana de una vivienda al azar. Dentro de las ennegrecidas estancias, una mujer que lo ve entrar grita y huye.

- ¡Espera! No quiero hacerte daño.

La mujer sale al pasillo y salta por el hueco del ascensor, sujeta a un cable de acero. Johnny la alcanza en el hall del edificio, bajo el nivel de la nieve, donde otras personas escapan al verle volar. Un enorme mural en bajorrelieve llama su atención.

Un niño en el centro de la escena, con un pequeño cofre del que parece surgir viento y nieve. A la izquierda, elfos de malvada presencia. A la derecha, lo que parecen dioses entre los que reconoce a Thor. Sobre todos ellos, la imponente figura de una criatura de fuego con una inmensa espada.

"He caído en la dimensión desconocida", piensa mientras regresa al exterior. Allí le esperan más ciudadanos de fuego montados en cuadrigas volantes de metal tiradas por carneros que le reciben con una lluvia de flechas que la Antorcha convierte fácilmente en cenizas.

Los atacantes no cejan en su empeño. Más cuadrigas se unen a las anteriores. Más flechas y lanzas vuelan como un enjambre mortal. Pero la pericia aérea de Johnny le permite esquivarlos.

- ¡SI! ¡Arrodíllate ante Zod!- grita entusiasmado.

- ¡Jamás no arrodillaremos ante tu señor!

- ¿Qué? ¿Es que no has visto Superm... euh... vale.

Comprendiendo que no sacará nada en claro con el enfrentamiento, el más joven del cuarteto fantástico decide regresar donde todo se volvió anormal.

Sus atacantes aumentan y pasan a ser perseguidores. Pronto, la pericia ya no es suficiente. Llega la hora de ser creativo.

La Antorcha se dirige directamente hacia un semienterrado rascacielos, se cuela por una ventana, vuela por un pasillo y se detiene en otra ventana al otro lado del edificio. Entonces se apaga y usa sus poderes para crear un doble en llamas de si mismo que envía fuera.

Los perseguidores muerden el anzuelo y pierden a su presa. Johnny se estremece por el inmenso frío antes de encenderse y continuar, volando bajo, su camino.

En unos minutos alcanza su destino. Y es al aproximarse que reconoce la Torre de las Cuatro Libertades sobre cuya azotea parece haberse formado una cruda tormenta.

No pierde tiempo. Vuela en círculos alrededor de la torre hasta localizar el punto en el que entró en esta realidad y cruza de regreso.

Quizás si no hubiera estado preocupado su familia, hubiera dado unas vueltas más. Quizás hubiera comprobado la azotea.

Entonces habría visto que la tormenta inagotable surgía de un cofre. El Cofre de los Antiguos Inviernos.

Y, a unos pasos de esa reliquia, esperando que alguien digno lo sostenga, un místico martillo al que la nieve no se atreve a sepultar.

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¿Creéis que es la Cosa la que tiene la exclusiva de los arranques violentos de los 4 Fantásticos?

La Mujer Invisible ataca sin piedad al hombre que no recuerda que una vez fue monarca de la mítica Atlantis. Sue lo golpea con furia mientras piensa si el Namor que ella conoce sería capaz de algo así. Y al sorprenderse pensándolo, su rabia aumenta.

Una dominatrix usa su látigo contra ella que solo consigue golpear su campo de fuerza. La bestia que una vez fue Namor se abalanza sobre Susan y, asombrado al verla esfumarse en el aire, atraviesa un muro exterior y su vuelo errático lo lleva a caer por la entrada de metro más próxima.

Justo ante la máquina en movimiento de la línea D.

Sue se ceba con el local. Clientes y empleados huyen por igual. Solo uno se queda atrás.

- Susy, tesoro. Nunca nos contaste que eras mutante. Hubieran pagado millones por tirarse a una muti- afirma Nathaniel mientras juguetea con un mando. Acto seguido varios altavoces emiten un ultrasonido que tumba a Sue.

Mientras lucha por superar su dolor, el viejo se acerca. Con una mano, se saca unos tapones de los oidos. Con la otra, saca una pistola.

- Eso ha sido un jugetito de mi hijo. Reed es una figura clave en la NASA. Adiós. Lo pasamos bien.

Nunca llega a apuntar. Unos dedos pétreos sujetan su muñeca y tiran hacía arriba.

- Estoy aquí, Suzie- la advierte tranquilizador Ben al tiempo que se prepara para golpear al atacante con uno solo de sus dedos- No sabes las ganas que tenía de hacerle esto al viejo de Reed.

La Cosa tampoco logra su objetivo. Una bola invisible le rompe la nariz a Nathaniel. Luego un campo de fuerza le golpea en el abdomen y vuela un par de metros hasta caer sobre una mesa.

- Ale, este no es nuestro barrio- ignora la expresión con los dientes apretados que su compañera lanza al tipo inconsciente- Conozco la salida... si ignoramos a la Pamela Anderson tipo captus.

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La criatura es un L'lilnl, habitual del planeta T'pl Hegg.

Carece de vista, oído u otro sentido humano. Eso le ayuda, mínimamente, a localizar, tomar y sacar el cuerpo de Mr. Fantástico de la realidad que ha bloqueado su mente.

El L'lilnl le saca del laboratorio y le deja, suavemente, en el suelo del pasillo. Luego mengua, cambia de color púrpura al verde, su forma de gusano se torna en el de una humanoide femenina, y Lyja vuelve a tener cuerdas vocales y una boca con la que expresarse.

- ¡Reed! ¡Reed, vuelve en ti! ¡Vamos!- le grita zarandeándole y abofeteándolo!

- Uuuh... ¿qué...? ¿qué...?- se incorpora bruscamente y sus ojos se abren como platos- ¿Donde?

- Reed, no sé lo que esta pasando. Han aparecido lugares que no pertenecen a la torre. He visto...

- Un cruce entre realidades- la corta el científico poniéndose en pie.- Tengo que consultar.

Reed se acerca a una pared. Pulsa un botón situado bajo un monitor empotrado en la misma, se abre una ranura y surge un lector ocular.

- Ordenador, codigo Richards/ff/0362/orion.

- Código aceptado , Dr. Richards.

- Inicia programa cortina rasgada.

- Iniciando... detectada energías anómalas. Situación Torre de las Cuatro Libertades.

- Gracias a Dios. Lo que sea que lo halla causado no afecta al exterior.

El ordenador prosigue su informe.

- ...detectada pauta energetica zona negativa...

- La Zona Negativa. Localiza posición familia Richards y Kristoff Bernard.

- No localizables.

- ¿Qué? Inicia protocolo puertas de Tormentas. Reed se echa a correr mientras habla con su acompañante- Vamos. Puede que hallan entrado en alguno de esos otros universos.

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Una sala de la zona de viviendas es el punto de reunión de los residentes. Allí, Reed y Lyja se encuentran con Franklin y Kristoff. La Antorcha segundos después y se abraza a la skrull.

Antes de que alguien pregunte sobre los ausentes, una de las paredes se viene abajo con gran estruendo y la adorable Cosa de ojos azules entra acompañado de la Mujer Invisible.

- Perdonad. Será mejor que no uséis la puerta. Hay algo muy feo y con tentáculos- advierte Ben.

Susan estrecha su hijo entre sus brazos y mira a su marido con sospecha.

- Te aseguro que no es cosa mía. Actualmente, mis experimentos sobre realidades alternativas están aparcados- explica Reed mientras accede a otra computadora- Ordenador, estado protocolo puertas de Tormentas.

- T menos ocho minutos, veintidos segundos.

- ¿Qué protocolo es ese?- pregunta Johnny.

- Los protocolos puerta son los que aíslan el edificio del exterior- explica Sue aunque sabe que su hermano ya sabe eso- Pero, ¿de qué tipo es tormenta?

- Aislamiento en caso de brecha dimensional crítica- les aclara Reed- Iba a informaros en nuestra reunión de esta semana.

- Estirado, tenemos que mejorar la calidad de nuestras conversacioooOOHHH!!!

En mitad de la frase, el suelo desaparece bajo los pies de Ben. El cuerpo de Mr. fantástico se enrolla alrededor de su cuerpo y detiene su caída. La antorcha sostiene a Lyja y la Mujer Invisible crea un campo de fuerza que sostiene a los demás.

Abajo, muy abajo, se pueden ver los escombros de un edificio y a los equipos de rescate trabajando entre ellos.

- ¡Al hangar! ¡Ahora!- grita Reed- es de los últimos lugares en quedar aislado y será mejor subir que bajar.

Y así, avanzan por su hogar vislumbrando, como si de ventanas se tratase, mundos que pueden tocar con la mano: La Cosa vestida como un gladiador combatiendo en la arena de un circo; los Storm luciendo la calavera del Castigador en sus pechos; un Franklin adulto vestido con el uniforme del Capitán Britania; la mutante Tormenta, envejecida, muriendo a manos de un Centinela; un anciano Reed al que le falta un brazo enseñando a dos niños semejantes a la Cosa, la hermanas Susan y "Joanna" Storm(grito de Johnny)...

El techo corredizo del hangar se abre. El primero en salir es Sue con el Fantasticar tipo bañera. Le acompañan su hijo y Kristoff.

T menos tres minutos.

Les siguen Lyja; en una versión más moderna del vehículo.

T menos tres minutos, cincuenta segundos.

En otro extremo del tejado, Johnny despega con el Pogoplano.

T menos un minuto, cincuenta segundos.

El Halcón Sigiloso empieza a elevarse con Ben a los mandos.

T menos quince segundos.

- ¡REED! ¡DEJA LOS PUTOS DATOS Y SUBE DE UNA PUÑETERA VEZ!

T menos diez segundos. Nueve, ocho, siete...

Mr. Fantástico estira su cuerpo y se sujeta al casco de la nave skrull. Ben le da caña a los motores y despega en vertical, rozando la estructura del edificio. Pone los motores a tope. El Halcón aumenta su velocidad de ascenso.

Reed mira hacía abajo y puede ver, como los que en ese instante miran hacía la torre, un leve brillo que envuelve la estructura durante unos segundos.

El edificio esta sellado.

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En una terraza cercana, un reducido grupo de personas contempla la partida de los héroes y sonríen.

Con malicia, Piromano y "la Roca" Grimm a sus espaldas, el Bruto entrega a un desconocido un pequeño paquete.

- Como convenimos, aquí tiene el pago por su ayuda.

- No dude ni por un momento en que no cumpliera su parte, Dr. Richards- responde el desconocido- Permítame que le de la bienvenida por su regreso.

Le pasa una pequeña caja que el Bruto abre de inmediato. En su interior hay una pipa cargada con tabaco y unas cerillas.

- Da gusto ser bien recibido.

No se dan la mano. No hay despedida verbal.

El desconocido se va por un lado con lo que buscaba.

Los que comparten el rostro familiar de los héroes, por otro. Con un mundo nuevo por descubrir.

Y por dominar. O manipular. O quemar. O...

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1.- De niño, Kris quedó bajo la protección del Doctor Muerte en persona.

2.- Este Reed Richards proviene de la Contratierra creada por el Alto Evolucionador. Un golpe en la cabeza le volvió majara.

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CARTAS AL EDIFICIO DE LAS 4 LIBERTADES. EL TRABAJO DE WILLIE LUMPKIN

Si no he entregado este numero a tiempo, he perdido el control de esta serie.

Dejo marchar a el Hombre Hormiga y a su hija. Hay gente a la que le gusta que halla más relaciones con gente de fuera de la familia. A mi me resultan demasiados.

Pero tranquilos, aun nos queda el ahijado de Muerte y la Skrull.

He traído de nuevo al Bruto, un personaje olvidado, acompañado de otras versiones dementes entre las que recuperó a la Malicia de Byrne.

El retorno del Bruto desde la Zona Negativa vía dimensiones alternativas ha provocado que el hogar/base del grupo haya quedado inoperativo.

Respecto a los Cuatro Oscuros Fantásticos, mucho me temo que voy a usar el defecto Claremont de argumentos olvidados hasta que vuelva a acordarme de ellos.

La verdad es que tengo una idea para ellos que implicaría a otro grupo de heroes y un par de anuales.

Todo eso, claro, si al final no me quitan la serie.

 
 
   
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