MarvelTopia
Marvel
 
 
PORTADA
Bañados por los rayos cósmicos, recibieron poderes extraordinarios y se convirtieron en los exploradores de un universo nuevo. Mr. Fantástico, La Mujer Invisible, La Antorcha Humana y La Cosa son... Los 4 Fantásticos.
 
Los 4 Fantásticos

LOS 4 FANTASTICOS #430
El Corazón de las Tinieblas II de IV
Guión: Jose Cano

-----

Portada: Muerte ocupa el centro de la portada, tiene la capucha rota, por lo que le falta la capa. En el brazo derecho en lugar de la armadura lleva una venda de color verde, las partes que conserva están abolladas. Tras él llamas.

-----

El más resistente es el primero que se recupera. Ben Grimm se pone en pie mientras observa el paisaje a su alrededor, sacudiéndose el polvo de un hombro. A estas alturas ya supone que está en algún planeta de alguna parte de la Zona Negativa, así que no se molesta en sorprenderse. La cuestión es comprobar donde está el resto del equipo como siempre. Quizás Reed se haya estirado hasta improvisar un paracaídas o Sue los haya envuelto en una burbuja invisible. El sitio no es el típico planeta inhóspito, hay vegetación tipo bosque de clima húmedo, aunque lo suficientemente surrealista como para que no se pueda dudar de que se está fuera de la Tierra. Tampoco es que Ben sea una lumbrera, pero es piloto, y empieza a preguntarse como es posible que hayan atravesado la atmósfera de un planeta sin ni siquiera trajes espaciales. En fin. Uno ya se acostumbra a estas cosas. Un par de pasos entre los pseudoárboles y empieza a plantearse llamarlos a gritos. ¿No lleva un intercomunicador en el bolsillo?

Tampoco tiene tiempo de comprobar si funciona o no. Algo parecido remotamente a uno de los robots dobles de Muerte se cae al suelo justo delante suyo, como si hubiese estado apoyado en un bastón que un gamberro le apartase de repente.

- ¿Qué?

El héroe anaranjado se agacha y levanta con dos dedos al armastoste medio calzinado medio desmontado por piezas, examinándolo con curiosidad.

- Parece que lo hayan masticado y escupido. Me pregunto que...

Un aparente insecto bastante grande para ser considerado como tal pero con forma y zumbido que lo sugieren, se para ante la cara de Ben.

- ¿Uh?

Un par más se le unen. Empiezan a revolotear a su alrededor. Grimm suelta el "cadáver" del robot y se pone en pie moviéndose lentamente. A lo mejor han sido los que se han cargado el juguetito. Y si son capaces de acabar con los blindajes que debe gastar Muerte en robots, de poco servirá ser de roca. El primero de los mosquitos gigantes cae al suelo aplastado. Los otros le siguen unos segundos después. Ben no se ha movido.

- ¿Suzie?

- Estoy aquí. - contesta la Mujer Invisible, apareciendo junto a uno de los matorrales de forma cúbica.

- ¿Tienes idea de...?

- Eres al primero al que encuentro.

Un cuarto mosquito baja desde el cielo, estilo helicóptero, descenso vertical. Sue ya va aplastarlo para no tener que comprobar como de peligroso puede ser cuando el engendro comienza a hablar con una voz familiar.

- [Ben Grimm, Susan Richards, Muerte os habla. Vuestra aparición aquí indica obviamente que tenemos un enemigo común en cuya trampa. Sí seguís a la última de mis cámaras de vigilancia...]

-----

Reed comienza a despertarse al sentir que alguien lo sacude levemente. Un bastón o algo parecido, de un material frío y metálico se apoya en su estómago y lo empuja con la mayor suavidad de la que es capaz. Reed abre los ojos. El rostro de un hombre maduro, de algo más de 50 años, sucio, con barba, cansado, pero sonriente.

- Me alegra que reaccione por fin. En primer lugar debo decirle que es un honor.

Richards se pone en pie torpemente, levanta la cabeza, observa a su alrededor. el hombre viste una especie de traje de astronauta estropeado, y se apoya en dos muletas - una de las cuales lo despertó a empujones - de un diseño extravagante, la parte superior en la que descansan los hombros tiene forma de hoz hueca. A unos metros, lo restos de una nave espacial tipo crucero, incrustada en la tierra y casi destrozada. El planeta parece árido e inhóspito.

- Zona Negativa... - murmura Reed.

- Así es, así es, está usted en la Zona Negativa. Hace un rato he encontrado a su amiga skrull, me sorprendió bastante pero luego comprendí que debe tratarse de la infiltrada que sustituyó a Alicia Masters... Debieron ustedes acogerla, ¿verdad? Es increible.

Mr. Fantástico lo mira con sorpresa.

- Usted es terrestre... Pero no un terrestre de "ahora".

El otro sonríe aún más.

- Jajaja, pero, ¿qué significa "ahora" exactamente, profesor Richards? Sobre todo aquí, en la Zona Negativa. Pero sígame al interior de mi casa, por favor, podrá ver a su amiga skrull, la he metido en un tanque bioregenerador, el último que me quedaba intacto, supongo que apreciará el gesto.

- ¿Lyja? - dice Reed mientras avanzan. - ¿Y mis otros compañeros? La Cosa y la Mujer Invisible...

- Ah, me temo que no han aterrizado aquí, una lástima, me habría encantado comprobar la legendaría fuerza de Bruno Grimm.

- Admite que es terrestre, ¿de qué año es usted? - la corrección "Ben" y la preocupación momentanea por su esposa y su mejor amigo son apartadas a favor de la curiosidad científica mientras su mente sigue trabajando "subconscientemente" en el elemento extraño que no le cuadra en el aparente viajero del tiempo.

Mientras el otro habla penetran en los restos de la nave. La tecnología es bastante avanzada, más de lo que Reed esperaba, aunque la mayoría de los sensores, aparatos y demas están manchados de barro o sangre o en semidescomposición.

- ¿Sabe? Si no hubiese sido por usted y su familia quizás yo nunca habría llegado aquí. Fueron los pioneros de la Zona Negativa.

- Me podría explicar...

- Claro, claro, la legendaria curiosidad de Mr. Fantástico. Para empezar, llámeme Jenofonte, pronto comprenderá por qué he elegido ese nombre.

-----

El muerte-mosquito se detiene posándose en un árbol, frente a uno formación rocosa cubierta por una especie de enredadera. Ante las miradas de La Cosa y la Mujer Invisible, el robot escupe a través de su trompa sobre la planta, inmediatamente ésta se retira, mostrando la entrada de una cueva natural. Los dos se miran, dudando. Avanzan a la vez hacia su interior, despacio pero con seguridad. Cuando ya llevan recorridos uno metros, Ben observa como la enredadera está comenzando a regenerarse y cerrar la cueva. Una voz metálica y potente dice, desde algún punto del techo:

- [A pesar de tu campo de fuerza, Susan, he podido comprobar que realmente sois quienes pareceis ser. Teneis mi palabra de que no se os causará daño alguno. Muerte está seguro de vosotros, ¿estáis vosotros seguros de Muerte?]

Ante ellos sólo se ve un fondo de cueva lóbrego y húmedo. Ben chasque la lengua contra su paladar de piedra.

- Claro que no.

- Yo sí. - contesta Sue. - Eres un hombre de honor, Víctor. Y además, si puedo hacer visible lo invisible también se cuando estoy delante de un holograma.

Un click metálico suena frente a ellos.

- Por supuesto. - afirma el villano.

El fondo de la caverna se difumina de modo bastante torpe. Ante ellos, el verdadero Doctor Muerte se encuentra de pie, en el centro de una estancia mezcla de primitivismo y tecnología punta. Junto una pantalla de televisión de una torpe forma triangular, una mesa construida con rocas y "madera" sostiene los restos despiezados de lo que fueron tres Muerte-bots. Un flexo está clavado al techo de la estancia, conectado por un cable a una caja de color negro que, pegada a la pared, zumba de forma molesta. Muerte no tiene la capa, aunque conserva la capucha, y su brazo derecho no tiene armadura, está completamente cubierta por vendas de color verde. Su traje esta sucio y algo deshilachado.

- Hace dos días recibimos un mensaje tuyo pidiendo ayuda desesperadamente, latas. Explícate.

El rey de Latveria parece ofendido.

- Muerte no pide ayuda, no la necesita.

- Vete a la mierda. - dice La Cosa avanzando hacia él. - ¿Enemigo común? Esto apesta a trampa muy elaborada, amigo, y tú eres un experto en la materia.

- Es posible, pero alguien pretende darme clases sobre ello, aunque fracasará, evidentemente. Fui absorvido por este lugar al que llamáis Zona Negativa, por un portal que se manifestó en las fronteras de Latveria.

- ¿Y te trajiste tu kit del perfecto manitas para montarte un cuartel general en miniatura? Porque no me vas a decir que has fabricado todo esto en sólo dos días.

- Es evidente que los músculos te aplastan el cerebro, Grimm. Yo ya he deducido que existe un desfase temporal entre las dos dimensiones, ¿cuántas visitas más necesitarás tú para comprenderlo? Ya llevo aquí seis meses. Además, es obvio que nadie penetra en territorio desconocido sin el equipamiento adecuado, aunque la mayor parte fuese destruido tras mi brusco aterrizaje. A partir de las piezas rotas pude diseñar todo cuanto veis, aunque para ello tuviera que hacer sacrificios menores como la higiene o la alimentación. Ahora domino este planeta completamente y casi estoy preparado para demostrarle al responsable de ésta situación que nadie puede jugar con Muerte.

- Vamos, que te has convertido en un Robinson Crusoe interdimensional.

- Robinson Crusoe defiende los ideales de la sociedad colonial y capitalista del siglo XIX, unas consideraciones políticas y morales por encima de las cuales se encuentra Muerte. Aunque tus cortas entendederas te asemejan a su fiel mascota el nativo Viernes.

- ¿Quién de los dos habla en tercera persona aquí?

- Bah, no tengo paciencia para inútiles disputas dialécticas. Toda la información que podáis darme sobre la trampa en la que habéis sido atrapados será poca, ¿por qué no os acompaña Reed Richards? ¿Ahora arriesga las vidas de su familia y amigos en lugar de afrontar el peligro en persona?

- Hablo el tipo que se crea copias robóticas.

- Ben, basta. - corta Sue. - Reed venía con nosotros. Dices que dominas este planeta, ¿no está aquí?

- No, los sensores que distribuyen los mosquitos de vigilancia lo habrían detectado. Los construí basándome en una forma de vida local totalmente inofensiva.

Sue y Ben se miran con preocupación. Muerte les da la espalda y se sienta ante su pantalla triangular.

- Sugiero que comencéis a narrarme vuestro periplo interdimensional. En cuanto a vuestro líder, la preocupación es inútil. Es obvio que nuestro enemigo afina la puntería, no pudo llevarse al genio que necesitaba, pero con el sustituto si ha conseguido acertar. Os aseguro que haré todo lo posible para evitar que Reed Richards no sufra daño alguno. Sólo yo tengo el derecho de acabar con su vida.

-----

Latveria

Johnny Storm dejó de controlar sus propios actos hace un par de horas. Es consciente de todo lo que hace, pero aunque no quiera no puede dejar de hacerlo. Ahora aterriza junto al castillo de Muerte con una pasajera.

- Siento haberte hecho eso, niño. Es hipnosis selectiva, hasta tu jefe Mr Fantástico habría caido, el rayo de microondas de mi bastón es invisible. No habrías accedido a ayudarme de otra forma.

- Y con razón. ¿No le parece "Valeria"? Mi familia ha desaparecido tragada por un agujero negro...

- Absorbida a la Zona Negativa...

- Eso da igual.

La mujer comienza a golpear una de las paredes con su bastón, como si búscase un ladrillo-resorte, típico y tópico.

- ¿Salvas vidas, no? ¿No eres un héroe? Pues vas a ayudarme a acabar con el caos de Latveria.

- Si me permitiese moverme podría apagar los incendios de la capital.

- Sería inútil, dentro de un rato habría más. Además, pensaba que lo latverianos odiaban a tu grupo. Puede que hasta te echasen las culpas. Que raro, se supone que Lord Muerte instaló aquí la cámara doble... Quizás aún no lo haya hecho...

- Si deja de desvariar...

Clack. Parte de la pared se oculta en el suelo.

- Sígueme...

- Que remedio.

-----

En un sistema solar de doce planetas, cerca del quinto, la realidad se rasga un instante. La imagen se acerca en zoom, observamos las tres lunas del planeta, también que el pliegue ha sido provocado por la aparición de una nave espacial.

- Ese era el Módulo Beta. - Jenofonte golpea el suelo con una de sus muletas. - Esta nave. Partió de la Tierra el año 4040 DC. La primera expedición a la Zona Negativa que debía fundar una colonía estable. Más de 40000 tripulantes.

Al principio el artefacto parece funcionar bien, aparentemente trata de aterrizar en el mundo cercano, pero en realidad su deriva es cada vez más al azar, no tiene rumbo fijo.

- Sí, nos acercábamos al planeta... Pero más rápido de lo que queríamos. La mayoría de los sistemas de emergencía funcionaron a la perfección, pero las cápsulas salvavidas lanzaron a los colonizadores en hibernación en todas direcciones sin ningún control. Un desastre. De la tripulación "despierta" sobrevivimos 112 al "aterrizaje". Lo peor de todo es que ni siquiera el planeta que habíamos seleccionado previamente, nos habíamos equivocado de destino y, como compruebo ahora, de tiempo.

Reed está sentado frente al proyector, observa con atención, pero...

- Esto es muy interesante, pero...

- Déjeme terminar, está relacionado con lo que le ha ocurrido a sus amigos. - carraspeo. - Habíamos logrado lanzar el satélite Q, que es el que grabó las imágenes a partir de éste momento, lo demás era reconstrucción holográfica. Bien, el planeta no era adecuado para nuestra supervivencia. El sistema de guía había sido dañado, por lo cual no podíamos saber donde se encontraban nuestros compañeros, sobre un cálculo de 24.000 que pudieron haber sobrevivido...

Reed Richards presta atención a la explicación, pero no es a lo único. Según Jenofonte funcionan aún el radar, que le permite saber que se mueve en cada parte del planeta, y junto a éste se encuentra el sistema de navegación, estropeado. Pero, detrás de ellos se encuentra el supuesto motor, que zumba de modo extraño. Y el emblema.... Tan familiar.

- ...así que los 50 que aún quedabamos después del accidente y de la desaparición del batiscafo V2 con cinco pasajeros, sobrevivimos a duras penas. Al final sólo quedé yo. El motor no sirve para despegar, pero mantiene la energía de la nave, supongo que me permitiría morir de viejo. Yo era el más joven de la tripulación activa, ¿sabe? Ahora le explicaré porque creo que están ustedes aquí y donde están sus amigos. Hace ocho meses la brecha se abrió de nuevo, aunque yo ya pensaba que tras nuestra entrada la sellarían al otro lado. Claro, estúpido de mí. La habían abierto desde nuestra dimensión, sí, pero no desde mi tiempo. Hace dos meses una nave tripulada o algo parecido aterrizó en la Luna 3, yo la llamo Halicarnaso, las otras dos son Efeso y Mileto.

- Supongo que llamará a ésta base Persépolis.

- Jajaja, muy bién, la verdad es que no lo había pensado, pero sería adecuado. En fin, esa nave o quien fuese dentro activó alguna clase de mecanismo, supongo que si mis instrumentos funcionasen mejor sería capaz de precisar más, pues al ser seguramente un artefacto del siglo XXI para ésta nave no debería presentar problemas, pero en fin... Como decía, parece estar manejando energía negativa, tratando de atraer hacia esta dimensión objetos de la otra, pero para ello está filtrando una capa de electrones sobre otra y la Zona Negativa está penetrando en la nuestra. No sé si será algo temporal, sólo para traer lo que dessee (creo que eso eran usted y sus amigos) o si las dos dimensiones acabarán superponiéndose. Y aquí lo que deseaba: dos firmas genéticas humanas alteradas aterrizarón en Halicarnaso, fueron "conducidas", igual que usted y ¿Laija dijo? hasta aquí, no se como es posible, es lo único que me desconcierta, lo único que en mi época ni siquiera podía realizarse aunque fuese en teoría.

Reed Richards parece concentrado en un pensamiento. En un plan. Observa, casi distraido, varios uniformes apilados junto a una de las paredes. Mira a su interlocutor.

- ¿Y bien? Es obvio que quiere proponerme algo, Jenofonte.

- Exacto, muy bien. Si el sistema de navegación es reparado, será posible viajar hasta Halicarnaso en una de las capsulas que quedan, y detener a quien quiera que esté haciendo esto. Además, para mí supondría una ventaja añadidad, pues podría localizar a alguno de mis compañeros perdidos.

- Bien, pero, ¿cómo puedo reparar yo un invento del siglo XLI?

- Bueno, básicamente aún es el que inventó usted con la ayuda de su hijo.

- ¿Qué? Obviamente habla usted de algo que aún no ha ocurrido.

- Vaya... Bueno, al menos prométame intentarlo, la información para crearlo tiene que estar en su cabeza. Yo era un militar, no un científico ni un ingeniero, así que no puedo hacerlo. Pero estoy seguro de que si usted lo intenta...

-----

CARTAS AL EDIFICIO DE LAS 4 LIBERTADES. EL TRABAJO DE WILLIE LUMPKIN

Queridos lectores:

Se ha hecho de rogar, me ha costado sangre, sudor y lágrimas - literalmente - pero por fin he sacado otro número. Ésta serie empieza a parecer más fuerte que yo. He aquí la pregunta: ¿quién miente? ¿Muerte o Jenofonte?

Saludos

José A Cano/Advenedizo

PD: Escribe a tamborhojalata@hotmail.com. Si quieres, claro.

 
 
   
www.marvel.com
(1) All characters and the distinctive likenesses thereof are Trademarks of Marvel Characters, Inc. and are used with permission.
(2) Copyright © 2003 Marvel Characters, Inc. All Rights Reserved.