LOS 4 FANTASTICOS #428
Los visitantes son nuestros amigos... III de III
Guión:
Jose Cano
Portada: Wish
- ¡Ya lo tengo! - exclama Reed - Ya sé porque me es tan familiar. ¡Johnny,
rápido, debes ir a la Torre de las 4 Libertades a por el traductor
universal!
- ¿El trad... ? Sí, claro, supongo que es buena idea... ¡LLAMAS A MÍ!
Kristoff observa como la Antorcha Humana se marcha.
- ¿Qué ha visto Dr. Richards?
- El sistema de transporte interdimensional... Los mandos son casi idénticos
a la que tenemos en la Torre de las 4 Libertades...
- ¿Se refiere al Halcón Silencioso?
- ¿Eh?
Reed no tienen tiempo de contestar. Primero pueden observar como una sombra
que bien podría sentarse en cualquiera de los asientos del control de mando.
Luego en el interior de la nave alienígena todo parece bloquearse y una luz
morada la invade.
- ¡Uno de ellos ha vuelto! ¡Está... ¡
Una serie de rayos de plasma surgen de las paredes, uno de ellos golpea a
Kristoff. Se difumina en el campo de fuerza de su armadura, pero lleva la
potencia suficiente como para lanzarlo contra uno de los sillones del
control de mandos. Reed Richards utiliza su cuerpo elástico para esquivar
los dirigidos a él y al mismo salir rápidamente de la nave alienígena.
Fuera, como esperaba, contemplando la renovada batalla de Kristoff con el
sistema de seguridad, se encuentra uno de los "visitantes". Mr. Fantástico
se estira hasta la altura de su campo de visión y alza las manos en señal de
paz.
- ¡Espera! ¡No tenemos intenciones hostiles! ¡Sólo... ¡
El extraño alza una mano y un rayo repulsor lanza a Reed hacia atrás.
Mientras pierde el equilibrio consigue estirar las piernas hasta enredarlas
en las de su contrincante, haciéndolo caer cuan largo es al suelo.
Mientras tanto Kristoff ha conseguido levantarse y, usando los circuitos de
seguridad de la armadura, inutilizar de nuevo el sistema de seguridad. Salta
fuera de la nave y apunta al caido alien, que ya se está desenredando de
Reed.
- ¡Kristoff, no lo ataques! Dijiste que habías descifrado parte de su
idioma...
- Sí, pero no conozco la fonética, ni siquiera sabemos si "eso" tiene boca,
no puedo hablarlo.
El "visitante" se pone en pie de nuevo. Reed se retrae a su estado normal.
- No hace falta tanto, escribe en el suelo la palabra "PAZ".
Kristoff duda.
- Pero... Dr. Richards es una estupidez, no puedo estar seguro de que...
- ¡Hazlo! ¡No hay porque pelear! ¡Es como nosotros, un científico!
Kristoff bufa, pero obedece, y con el láser de su armadura traza varias
runas sobre el cesped de Central Park.
El alienígena, cuando las observa, se queda completamente petrificado. Las
mira, se vuelve hacia los humanos, vuelve a mirarlas. Está totalmente
desconcertado.
En ese momento, por el horizonte, aparece un espectáculo que no hace sino
desconcertarlo aún más. Uno de sus compañeros "vuela" tumbado y
completamente inmovil, como si estuviese atrapado en una armadura invisible,
a un par de metros del suelo. Andando justo debajo, una hembra humana, que
al verlo se detiene en seco. Justo después el cautivo alien sale disparado
en dirección a su congénere.
- ¡No, Sue! - grita Reed Richards, estirando el cuello todo lo que le
permiten sus células irradiadas - ¡No es hostil, ya no!
El bólido se detiene justo a dos centímetros del casco del otro ente. Éste,
ya completamente desquiciado, se derrumba de rodillas llevándose las manos a
la cabeza.
El golpe de gracia. En la dirección contraria, llevando a otros dos
diminutos "humanos" en uno de sus brazos aparece el tercer "visitante", sin
casco y mostrándoles a los sorprendido 4 fantásticos que quedan una
sonriente cara de skrull.
Latveria.
Lo primero en salir del vehículo es un pie blindado. El resto del cuerpo, la
capa esmeralda, la voz autoritaria de resonancias robóticas, le siguen poco
a poco después.
Vlad, el jóven gitano que se aventuró demasiado cerca del misterio de la
caverna, yace ahora con un horrible tajo desde la barbilla hasta el vientre.
Dos robots de la misma guardia personal de Muerte están despedazados un poco
más cerca de la entrada, del tercero aún no hay noticias. Todo un ejército
de robots rodea el perímetro e impide acercarse al resto de los gitano
instalados en la zona.
Una mujer consigue agarrar a Muerte por un brazo.
- ¡Señor! ¡Es el diablo! ¡No debeís ir! ¡¿Qué será de Latveria?!
Él sacude el brazo.
- ¡Silencio! ¡No temo a nada! - dicta Muerte desde su castillo al robot.
Y con paso firme entra en la caverna.
El segundo y tercer visitante se quitan los cascos. Aparecen las caras de
Sue y del Hombre Hormiga.
- Comprendo... - dice Reed. - Tenéis un sistema holográfico para pareceros a
la especie dominante y no causar desconfianza.
- Exacto. - afirma el "skrull gigante" - Cuando tus amigos atacaron mis
instrumentos señalaron tal cantidad de radiación el cuerpo del naranja que
pense que era una forma mutada y que la especie dominante era la de la
hembra de la que tomo mi aspecto.
Los tres alienígenas están sentado a la india en el suelo de Central Park.
Frente a ellos los 4F al completo incluido Scott Lang. Reed sostiene el
traductor universal, y el primer visitante sostiene su propio traductor.
- ¿Y por qué tus compañeros no hicieron lo mismo que tú?
Los tres se miran. Contesta de nuevo el "skrull".
- Bueno, 2 estaba inmovilizado por la hembra humana cuando nuestro
computador central halló los resultados y nos los transmitió. Y los sistemas
de 3 se vieron inutilizados en el accidente, aunque su holoproyector si
logró copiar el aspecto del alien que lo atacó en primer lugar.
Reed mueve la cabeza afirmativamente.
- Te preguntarás de donde venimos...
- No, eso ya lo sé. - dice Mr. Fantástico.
Sus interlocutores se miran sorprendidos. Y también sus compañeros, como
siempre.
- No puede ser... Por lo que hemos visto aún no habéis llegado a un nivel de
desarrollo científico suficiente como para...
- No puedo saber exactamente a que os referís, pero los 4 Fantásticos hemos
utilizado muchas veces un sistema muy parecido al vuestro para entrar en lo
que nosotros llamamos el Microverso.
El skrull lo mira con sorpresa. Pero esta vez es "Sue" quien habla.
- ¿Quieres decir que dentro de vuestro propio universo también hay
"mini-universos" integrados en partículas subatómicas?
- Claro. No me he parado a escribir un trabajo o desarrollar una teoría,
pero supongo que se prolonga hasta el infinito.
Los tres aliens comienzan a discutir entre sí tan rápido que el traductor
universal desiste de interpretarlo. Sue -la de verdad - se vuelve hacia
Reed.
- ¿Puede explicarnos...?
- ¡Pero si es evidente! - salta Kristoff.
Reed le hace un gesto cortante.
- Descubrí de donde venían cuando examiné su nave. Han usado un mecanismo
idéntico al que utilizamos nosotros para viajar al Microverso, sólo que
ellos vienen de un "Macroverso". Es decir, nuestro universo está dentro de
una partícula subatómica de las que componen su universo, igual que le
ocurre al microverso con el nuestro.
- ¿Quieres decir...? - dice Lyja volviéndose hacia los gigantes.
Johnny se lleva una mano a la frente.
- Me da vueltas la cabeza... Lástima de hegemonía multiversal, sólo somos un
universo más...
- Sí... Aunque creo que algo les salió mal, siempre que hemos viajado al
microverso hemos adoptado un tamaño proporcional al nuestro aquí, y da la
impresión de que el suyo "real" debe ser más o menos como el nuestro. Me
pregunto que aspecto tendrán... Sería interesante... Ese "Macroverso" parece
poseer una tecnología mucho más avanzada que la nuestra, sin embargo el
Microverso era una sociedad organizada al más puro estilo medieval. ¿Habrá
alguna relación entre la jerequía multiversal y el grado de desarrollo...?
Quizás esté relacionado con la edad, los universos mayores fueron
apareciendo en primer lugar y los más pequeños fueron surgiendo a partir de
las partículas subatómicas de estos, aunque me parece más probable al
contrario, cuando los universos menores se formaron de forma definida se
combinaron para crear las particulas que poco a poco darían lugar a los
universos mayores, al fin y al cabo el grado de desarrollo de tres planetas
aislados en cada uno no es indicativo de su edad... Me pregunto... ¿y si se
desencadenase una explosión de supernovas en un universo menor? ¿Daría lugar
eso una destrucción escalonada de multiversos? Si una partícula subatómica
implosiona...
- ¡Tiempo muerto estirón! ¿Te das cuenta de que te has puesto a reflexionar
sobre el fin del mundo?
- Es una forma de expresarlo Ben, pero...
Los tres alinígenas se vuelven de repente como uno sólo.
- Humano, solicitamos tu ayuda...
Algún lugar.
En lo que parece la mazmorra de un castillo medieval, DIABLO, el
Alquimista, flota en silencio.
Parece estar mezclando dos pocimas. Murmura algo.
- Y ahora, cuando de nuevo quemo mis naves y me adentro en terra
incognita...
Del mejunje resultante sale un espeso humo morado.
- Mmm... Parece que falta algo... ¿Qué puede ser? Hace tanto tiempo que no
probaba esto que casi se me han olvidado los ingredientes...
Se posa en el suelo rebusca en una mesa llena de potingues alquímicos de
aspecto vomitivo.
- Por aquí, en alguna parte, debí dejar el libro... Hum...
Saca un pequeño pergamino.
- Jod... Voy a tener que volver a esa maldita ciudad otra vez... Sigh...
- Si, creo que ya está totalmente calibrado. - dice Reed.
Los tres aliens se encuentran sentados en sus respectivos sillones dentro de
la nave, con los cascos puestos. Reed sale de ésta valiendose de su cuerpo
elástico.
- Te estamos muy agradecidos, humano. - dice 1, el skrull - En nuestro viaje
de regreso pasaremos de nuevo por tu universo y te comunicaremos nuestros
descubrimientos.
- Estaré encantado de conocerlos. Buen viaje.
Reed se aparta y regresa con el resto de su grupo. Instantes después la nave
"visitante" se encoge a ritmo vertiginoso hasta desaparecer de la vista.
- Entonces, ¿se han ido al Microverso? - pregunta Sue.
- Sí, al que nosotros conocemos o a uno "vecino".
- ¿Y por qué? ¿Qué están buscando?
- No lo sé. Creo que sólo buscan confirmar una teoría, al fin y al cabo sólo
son científicos. Creo que pretenden seguir saltando y "encogiendo" hasta que
ya no puedan más. Quizás, aunque no me lo han dejado claro, el objetivo de
su misión es decubrir el origen del universo.
- No creo que lo consigan. - dice Ben. - Sí eso es así, estaran saltando
eternamente.
- Quizás. Espero que si descubren algo vengan y me lo cuenten.
- Ya... Supongo que mientras esperas estaremos bastante ocupados.
- ¿En qué Ben?
- No lo sé, chaval, pero siempre surge algo...
- Al fin. - dice el verdadero Muerte. - Ya sé lo que es esto y lo que puedo
hacer con ello. Ahora Latveria controla... una entrada a la ZONA NEGATIVA.
CARTAS AL EDIFICIO DE LAS 4 LIBERTADES. EL TRABAJO DE WILLIE LUMPKIN
Hola, queridos lectores.
Después del desbarre del número anterior éste correo vuelve a la
"normalidad". He terminado mi primera saga, y la verdad, me gustaría recibir
alguna opinión. Claro que para poder opinar hacer falta leer los números,
claro, y comprendo que eso es pedir demasiado.
Bueno, mientras tanto, espero las dudas, sugerencias y etc.... en
tamborhojalata@hotmail.com
Saludos
Jose A Cano/Advenedizo