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Kevin Plunder nació rodeado por el hombre y su civilización, pero su alma se formó en la mas inhóspita y salvaje de las tierras, él lucha para conservar el equilibrio entre ambos mundos como Ka-Zar, el señor de la Tierra Salvaje.
 
Ka-Zar

KA-ZAR VOL. 2 #1
El Señor de la Tierra Salvaje I
Nueva vida

Guión y portada: WJ

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Solo podían oírse el agua caer al suelo al gotear de las estalactitas de la caverna, estaba tan oscuro que la antorcha con la que Kevin Plunder, mejor conocido como Ka-Zar, parecía la primera fuente de luz que habrían conocido las criaturas que se arrastraban por el suelo y paredes del sombrío lugar.

- Tranquilo, mi hermano.- Hablaba Ka-Zar a su compañero Zabu.- Si las indicaciones de los chamanes son correctas, las flores de Lirio Negro han de encontrarse en esta caverna. Solo debemos ser cuidadosos de no toparnos con...

- Grrrrrr... - Ruge el tigre dientes de sable.

- A eso me refería, Zabu. Toparnos con eso.- Decía Ka-Zar al encontrarse de frente una enorme araña de al menos 3 metros de altura y varios cientos de kilogramos de peso.

Sin titubear ni un instante, el señor de la Tierra Salvaje, empuñó su lanza de batalla y, sosteniendo la antorcha encendida como un arma más, encaró a la bestia arácnida, que con obvias intenciones de hacerles su comida se lanzó contra ambos intrusos. Saltando a los lados Zabu y Ka-Zar evitaron el rápido ataque, solo para tener que prepararse nuevamente para impedir que la bestia se haga de uno de ellos.

Ka-zar aprovechó este segundo envión de la criatura y, usando toda su fuerza y habilidades en el lanzamiento, apretó la larga lanza que arrojo firmemente contra el animal. El aire se cortó fríamente cuando la cortante arma atravesó dos de las ocho velludas patas del animal, causando a la araña la pérdida de los mismos, acto tras el cual la lanza terminó clavada firmemente de la pared de la caverna.

El perder dos de las extremidades, resultaría un obvio deceso para un animal cordado cual fuere, pero ese no es el caso en un artrópodo invertebrado, y cuando este es del tamaño de un búfalo y quiere hacerte su cena, es un gran problema.

Desenfundando su cuchillo, Ka-Zar logró ver gracias a la luz que su antorcha la brinda como, sobre sus seis patas restantes, la enorme araña se levantó y se lanzó fieramente contra su felino compañero, Zabu.

- ¡Cuidado, Zabu! Que no te atrape esta torpe y horrible bestia.- Gritó el señor de la Tierra Salvaje. Mientras que Zabu y la monstruosa araña practicaban el mortal juego de "el gato y el ratón", y esta vez Zabu no hacía el papel del gato.

Arrojando la antorcha a un lado, Ka-Zar trepó las rocas con la velocidad y habilidad que solo los años de dura supervivencia en esas tierras le habrían otorgado, desde allí logro ver como la letal araña acorralo a su felino amigo, para luego, sin vacilación saltar sobre él. Cierto es que Zabu ha dado luchado y cazado animales y bestias mucho mas grandes que el mismo, pero este arácnido parecía superarle en mucho mas que tamaño, y por mas que opuso resistencia el arácnido le sometió y hubiese hincado sus venenosos colmillos en su carne de no ser porque sintió como algo caía sobre sus hombros.

Este algo no era nada más que Ka-Zar, que sujetándose al velludo lomo arácnido.

- ¡Muere de una maldita vez, bestia!- Grito Ka-Zar al mismo tiempo que alzaba su cuchillo, el cual brilló, iluminado por el fuego de la antorcha, y daba una firme estocada a la araña, justo en medio del tórax, desparramando gran cantidad del verdoso fluido vital de la arácnida criatura.

El obvio dolor que debió haber sentido la bestia hizo que se sacudiera violentamente, lanzando a su indeseable jinete contra los muros de la caverna.

- Está hecho.- Dijo Ka-Zar mientras se incorporaba dolorido y recogía el cuchillo del suelo, al mismo tiempo la criatura giraba sobre si misma, agonizando, podía soportar la pérdida de dos patas, pero una perforación así en su tórax, era otra cosa.

- Viejo amigo...- Dijo Ka-Zar mientras pensaba en lo difícil que se le hizo a Zabu evitar a la ahora fallecida bestia. Para Kevin, Zabu debió haber podido evitar a esa herida y torpe araña.

Pero no tuvo mucho tiempo de pensar en eso, debía llevar rápidamente a la aldea los pétalos de lirio negro a la aldea, de ello dependía la cura de muchos de los aldeanos, que habían caído victimas de una extraña fiebre.

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Llega la tarde, y con ella Ka-zar y Zabu traen los preciados pétalos de Lirio Negro a la aldea.

Los chamanes se ponen rápidamente a trabajar el antídoto que las personas enfermas necesitan.

Tongah, el líder de la aldea, y segundo al mando después de Ka-Zar, se acerco al señor de la Tierra Salvaje.

- Ka-Zar, señor, debió apresurarse.- Decía Tongah.- si hubiese llegado antes... tal vez...

- ¿A que te refieres, Tongah? Nadie más ha muerto a causa de la fiebre.- Respondía Ka-Zar.- Y a pesar de ser una epidemia desconocida ya podemos hacernos de ella si el antídoto funciona.

- No me refiero a eso, señor. Su esposa. Partió hace dos noches.

- Shanna...- Ka-Zar, corrió rápidamente hasta su cabaña, a las afueras de la aldea.

Al llegar allí pudo darse cuenta de que, por más que buscó en todas partes, las pertenencias de Shanna y su hijo Matthew ya no estaban en casa, al igual que ellos mismos. Lo único que pudo encontrar fue una pequeña nota escrita por la misma Shanna que decía:

"Kevin, discúlpame por lo que he hecho, no compartir tu idea de lo que debería ser nuestra vida juntos, pero esto es algo que debo hacer. Porque no se trata de nosotros, se trata de nuestro hijo, y eso va mas allá del amor que he sentido, siente y sentiré por ti, siempre. Sé que no entiendes las razones por las que hago esto, no te pido que lo hagas, Kevin. Pero para mi no hay nada más importante que nuestro hijo, y él necesita formarse y aprender del mundo mas allá de estas tierras, ser un hombre mas completo. Siempre serás un gran padre para nuestro hijo, y un gran esposo para mí, el mejor, pero hoy me di cuenta que antes que padre y esposo eres el señor y protector de las gentes que aquí habitan. Y por eso te pido, que nunca dejes de luchar por ser lo que eres, y serlo con bien. Por mi parte, debo seguir con nuestro pequeño y conmigo misma. Espero dejes las cosas seguir el camino que deben tomar. Con amor, tú esposa. Shanna."

Muchas habían sido las veces que Ka-Zar evito esta conversación con Shanna, muchas las veces que su deber con su pueblo sirvió como pretexto para evitarla, ahora, cuando ya no podía hacer nada para remediarlo, terminó dándose cuenta del error que había cometido al hacerlo, sabia que era inútil ir en su búsqueda, inútil tratar de dar marcha atrás, ella ya había tomado una decisión, y si había algo contra lo que Ka-Zar nunca lucharía, solo sería la voluntad de su amada Shanna.

Sin saber porque, su cabeza se llenó de recuerdos, su mirada no dejaba de recorrer la cabaña. El lugar donde tantas veces había estado con su esposa, con su hijo. El olor de ambos aun podía distinguirse, pero sabía que al igual que ellos mismos, terminaría por dejar de estar allí.

Sus piernas comenzaron a flaquear y les faltó la fuerza, el señor de la Tierra Salvaje, amo de las formas de vida que allí habitan, se hincó sobre sus rodillas, como quien pierde razón de mantenerse en pie, y bajo la cabeza. Solo Zabu, su fiel y viejo hermano, se acercó a él y sin proferir sonido alguno se quedo a su lado, quieto.

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No paso mucho tiempo cuando la reflexión de Ka-Zar se vio interrumpida. Era Tongah, y no traía buenas noticias.

- Ka-Zar, Señor. Me temo que hay más malas noticias.- Dijo el fornido guerrero.

- ¿A que te refieres, Tongah?- Pregunto Ka-Zar, que dejó de lado su pesar para atender su deber como líder.

- Las fronteras, señor. Otra aldea ha sido arrasada, es la cuarta en los últimos días.- Dijo Tongah mientras notaba como Ka-Zar guardaba la nota dentro de sus ropas.

- ¿Otra? Y supongo que la causa de esto son las continuas migraciones de grandes saurios que vienen de las tierras fuera de nuestro territorio.- Dijo Ka-Zar mientras tomaba una bolsa y algunos utensilios necesarios para viajar.

- Así parece, señor. ¿Qué debemos hacer?- Preguntó Tongah.

- Pues, iremos a esas aldeas, ahora mismo. Las enfermedades desconocidas, las migraciones inesperadas y quien sabe que otra cosa esta pasando en estas tierras, Tongah. Debo salir y ver que es todo esto.

Usando como monturas un par de Gallimimus1, Ka-Zar y Tongah partieron en dirección a la última aldea arrasada, Zabu les seguía sin vacilación.

Tras un largo recorrido, Kevin y Tongah llegaron al lugar donde se ubicaba la aldea. Allí vieron la devastación. Las cabañas habían sido destruidas por el paso de los enormes saurios, y las que quedaban en pie mostraban evidencias de haber sido saqueadas por los animales más pequeños que siempre andan tras las grandes manadas. Apenas quedaba algo de valor entre los escombros y un grupo de niños, talvez hijos de los que antes habitaron estas cabañas, recogían una que otra cosa que consideraban importante.

- No logro comprender esto, Señor. Es como si algo empujara a estos animales contra nuestras tierras.- Dijo Tongah a Ka-Zar.

- Talvez eso sea exactamente lo que esta pasando, amigo mío.- Contestó Ka-Zar que no dejaba de observar los destrozos.

- ¿A qué se refiere? Conociéndolo diría que piensa que no algo, si no alguien, esta causando este fatal movimiento migratorio en las manadas.

- No lo sé, Tongah, tu mejor que yo conoces de estas bestias, nunca se moverían contra estas tierras de no ser porque algo les obligara a hacerlo. Por la seguridad de la gente, creo que deberíamos...

- Grrrrrr...- Zabu rugió, algo habían detectado sus agudos sentidos.

- ¿Qué sucede, hermano?- Preguntó Ka-Zar al felino.

- ¿No oye eso, Señor?- Pregunto Tongah, a Ka-Zar.

- Sí, Tongah. Son mas animales acercándose. ¡Busquen un lugar seguro!- Gritó el señor de la Tierra Salvaje, mientras subía a su montura.

Sin que ninguno pudiese evitarlo, ven como un grupo de enormes Ceratosaurios2, talvez parte rezagada de la manada que esta migrando a través de estas tierras, pasa a toda prisa y sin miramientos por sobre lo que queda de la aldea. El ruido que ahora producen sus pesados pasos en estruendoso.

- Aquí estaremos a salvo, Señor.- Dice Tongah a Ka-Zar tras haber llegado con sus monturas a una loma lateral a la aldea.

- Nosotros sí, Tongah. Pero esos niños no lo estarán.- Dijo Ka-Zar mientras se lanzaba en su montura a toda carrera, seguido por Zabu y Tongah, hacia donde estaban los niños que no encontraron refugio y estaban a punto de ser aplastados por los grandes saurios.

ESTA HISTORIA CONTINUARA...

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1.- Dinosaurios teropodos, parecidos al avestruz.

2.- Dinosaurios con picos, placas que recubren el cuello y largos cuernos, el mas comun de ellos es el famoso Triceratops.

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CORREO SALVAJE

Bueno, este es mi primer numero de esta nueva serie regular en Marveltopia. Se que tengo mucho tiempo prometiendo esta serie, pero al fin ha llegado. Ojala sea del agrado de los lectores. En los numeros siguientes comenzare a explicar que tan grandes son los cambios que llegaran a la vida de nuestro heroe salvaje y como repercuteran en su futuro.

Cualquier duda, sugerencia o crítica, serán bien recibidas, aunque las últimas no tanto.

 
 
   
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