HERCULES VOL. 3 #1
Una cura de humildad
Guión:
Jose Cano y Rocket
PORTADA: Aparece una enorme cola delante de un mostrador. En él una gorda negra está hablando por teléfono con aire distraído, un rótulo con las letras ETT pende bajo el mostrador. Al final de la cola está Hércules rojo de indignación.
NOTA: Estos hechos tienen lugar después de la vuelta de los Vengadores de "Cronotormenta".
Nueva York
Bienvenidos a la Mansión de los Vengadores.
En el patio de la misma encontramos a dos de los más poderosos
héroes de la Tierra: El Capitán América y el poderoso HÉRCULES. Parecen
estar despidiéndose.
- El hijo de Zeus debe atender asuntos propios, Capitán. Ya sabéis que
si necesitáis de mi fuerza sólo tenéis que avisarme a través de mi
tarjeta de vengador.
- Claro Hércules... Si para esos "asuntos propios" necesitas tú nuestra
ayuda...
- No será necesario, Capitán, mi integridad física no correrá ningún
peligro... - y añade en voz baja para sí: - No así mi dignidad...
- De acuerdo, amigo, espero que volvamos a vernos sin necesidad de
tener que enfrentarnos a ninguna amenaza cósmica.
- Yo también...
Steve Rogers regresa al interior de la Mansión mientras Hércules
abandona el lugar. Cuando lleva recorridos unos metros el mítico héroe
se cerciora de que nadie puede verlo y se introduce en un callejón.
Entonces se produce un fogonazo.
Del callejón sale unos segundos después un hombre de apenas 1'75 de
altura, complexión media, vestido con unos raídos vaqueros y una camisa
vieja, castaño y con barba.
Olimpo.
La imagen de la forma mortal del héroe se refleja en el agua
de un estanque. Sobre su borde, apoyada en una lanza, se asoma la diosa
Atenea.
- ¿Es necesario, padre?
Zeus, sentado cómodamente a unos metros del estanque, mira su hija.
- Hércules reclamó mi perdón y la recuperación de su condición inmortal
cuando se vio ante las puertas de la muerte... Aunque reconozco que
parte de su arrepentimiento es sincero, el León del Olimpo sigue
necesitando una cura de humildad, y recordé lo que en su momento hizo
Odín con su propio hijo...
- Pero tal situación es humillante...
- He dicho "cura de humildad"...
Parado en mitad de la calle, junto a un edificio bastante
ruinoso, el dios observa su última moneda de oro, que sostiene sobre
la palma de su mano derecha.
- Es de suponer que gracias a esto obtendré un habitáculo mortal medio.
Ahora lamento
donar mi sueldo como Vengador a los niños de Tucumán...
Hércules entra en el zaguán del edificio, que huele a meados y vómitos,
y golpea la primera puerta que encuentra. Aparece un anciano calvo con
barba blanca y descuidada, que habla con voz chillona:
- ¿Quién coño es y qué mierda quiere?
- ¿Euh? Er... Busco al... ah, señor de este lugar. Quisiera, eh,
adquirir una residencia...
- ¿Eh? ¿Dice que quiere vivir aquí, en esta bazofia? ¿Sabe cuanto
cuesta el alquiler? ¿Tiene dinero?
- Dispongo de esto...
Hércules muestra la moneda. Los ojos pequeños de ratón del anciano se
abren hasta ponerse como platos, que la coge al momento y la muerde con
algunos de los pocos dientes que le quedan, doblándola.
- Joder, esto debe ser de oro puro...
- Claro que lo es... ¿Dudáis de la honradez del hijo de Zeus?
- ¿De quién? Mire amigo, con esto tiene para pagar el alquiler de dos
meses, hay una casa vacía en el tercero, ¿okey? Ahora mismo le guío...
- Discúlpeme, noble anciano, pero no conozco las costumbres ¿cómo
sellamos el pacto?
- ¿Eh? ¿Qué dice? - al viejo sale de su casa cerrando con un portazo. -
¿Es usted extranjero? Vamos por las escaleras, desde que al ascensor
se le rompió el segundo cable no es muy seguro...
- Padre...
- Cu-ra-de-hu-mil-dad.
- <Sigh>
"Empresa de Trabajo Temporal"
¿Puede haber un letrero más humillante?
- Eh, tío, ¿que tal? ¿Buscando curro?
Hércules - aún no se ha planteado buscarse un nombre mortal, aunque su
casero y algunos de sus vecinos piensan que Hércules es apellido - se
vuelve hacia el hombre que le ha hablado. Es un tipo más bien bajo,
hasta viéndolo desde la perspectiva de su "desinflada" forma mortal,
flaco, con las greñas de pelo rubio grasientas y olor a whisky. Están
en la cola para que los atienda la dependienta, Herc es el siguiente.
- Supongo que sí...
- Bien compa, quizás terminemos en el mismo tajo, así que..., ¿qué tal
si nos presentamos?
El dios empieza a estar molesto. No le apetece demasiado interactuar
con los mortales, a descubierto que la inmensa mayoría son imbéciles.
- Dudo que nuestro destino sea compartir "curro"...
- Ah, vamos... ¿Qué sabes hacer?
- Nada.
- ¡Igual que yo! Me llamo Ian Olaos, y soy medio griego. - dice el
borrachín mientras extiende una mano.
Herc la estrecha con precaución mientras observa intrigado al tipo.
- Bien, si vos sois Ian Olaos podéis llamarme...
- ¡El siguiente! - chilla una voz aguda y chocante.
- ... podéis llamarme...
- ¡El siguiente! - repite la voz.
- Colega, te llaman.
- ¿Euh?
El hijo de Zeus se vuelve hacia la mesa de la dependienta. Es una negra
enorme, prima hermana de Moby Dick, vestida con un traje azul que vete
a saber cómo consiguió encajarse, con unos labios del tamaño de las
manos de la forma mortal de nuestro héroe y unos ojillos pequeños
enterrados entre los carrillos y su nariz de boxeador, sobre la que
apoya unas gafas.
- ¡Sí, usted, idiota, venga aquí, tengo que darle un trabajo lo más
humillante posible, rápido, hay miles de muertos de hambre esperando!
Hércules se acerca con precaución a la mesa, ocupando la silla y
mirando el típico cartelito con el nombre de la dependienta: Evelyn
Uristein.
Atenea enarca una ceja.
- ¿Esos nombres...?
Zeus sonríe.
- A ver, capullo: ¿Qué sabes hacer?
- Hum... Normalmente me he dedicado a... Veréis, yo realizaba las
hazañas que otros habían sido incapaces de llevar a cabo, las que
necesitaban de una fuerza y sagacidad fuera de lo común propias de los
más grandes...
La negra tiene los ojos muy abiertos y mira a Hércules por encima de
sus gafas.
- ¿Te estás quedando conmigo? - dice, moviendo la cabeza exageradamente.
- No comprendo...
- ¿Qué coño quiere decir toda esa verborrea de mierda? ¿Eres inmigrante
y en tu país eras profesor de literatura? - empieza a perorar
gesticulando y alzando la voz. - ¿Pretendes demostrarme lo listo y
culto que eres? Bien, pues te diré algo, amiguito, toda tu cultura y
tu idioma románico en América valen una mierda, y por muy guay que te
creas con tus gilipolleces europeas y decadentes aquí eres menos que
nada y no puedes hacerme perder mi valioso tiempo que sirve para que
muchos inútiles nacionales tengan un trabajo indigno y humillante.
Así que no te pases de listo conmigo, ¿entendido? Nadie se pasa de
listo conmigo, ¿captas? Yo soy la más lista de todos, y la próxima vez
que te creas más listo que yo, te mandaré a hacer el peor trabajo de
todos los que se hallan inventado jamás, ¿de acuerdo?
- Euh... ¿Sí?
- ¿Vuelves a hacerte el chulo conmigo? A ver, nombre...
- Mmmpfff.... ¿es necesario?
La mujer vuelve a mirar a Hércules por encima de los cristales de las
gafas.
- ¿Qué si es necesario? ¿Qué si es necesario? ¿Qué pasa? ¿En
tontolandia no teníais nombres? ¿Os comunicabais por mugidos?
- Empezáis a ofenderme, señora...
- JA... Pues acostúmbrate, esto sólo es el principio... Nombre...
- Hércules.
- ¿En serio? ¿Eso es nombre o apellido?
- Grmfff... Disculpadme, milady, me confundí. Me llamo, er..., - el
nombre de uno de mis aliados mortales, rápido... - Steve Whitman.
- Vaya mierda de nombre... Bueno, listillo, ya tengo algo para ti...
Cargar ladrillos parecía más fácil cuando se tenía superfuerza.
Ahora el León del Olimpo, en su forma mortal, se ve obligado a
trabajar de peón de albañil en el derribo de varias manzanas de casas
ruinosas para construir sobre el hueco un centro comercial. El capataz
de la obra es un maldito bastardo que los hace trabajar hasta caer
exhaustos, cosa que para el hombre más fuerte del mundo resulta más
que insufrible, pero sobre todo lo insufrible es los pocos víveres que
es posible adquirir por la miseria que le dan a modo de paga. En fin.
Uno de sus compañeros le habla de algo "extraordinario" que al parecer
va a ocurrir en la obra:
- En serio, Steve, tío, van a traer a un supertipo... Me lo dijo Mason,
que conoce a un amigo de un primo del capitoste de...
- Unrrfff... - balbucea Herc/Steve mientras suelta un saco de escombros.
- Bah... - interviene otro tipo. - ¿Te imaginas a un vengador aquí
partiéndose el espinazo con nosotros? ¡Venga ya! ¡Esos tipos están
forrados, viven mejor que los políticos... ¿O no estás de acuerdo
conmigo, Griego?
- Sí... - balbucea Hércules entrecortadamente - Ridículo...
- No tiene por qué ser un vengador, imbécil... Hay miles de
supercapullos sueltos por ahí, y no todos estarán forrados, a lo mejor
es algún supervillano con la condicional...
- Claaaaaroooo, el Dr. Muerte va a venir a ayudarnos a derribar un
edificio...
Los tres peones observan como comienza a armarse un gran revuelo en
una zona de la obra.
- ¿Veis, capullos? Seguro que ya ha llegado el tipo.
Hércules se acerca y se asoma para observar...
Atenea levanta la vista del estanque.
- ¡Por las ruinas del Partenón, padre!
- Vaya birria de juramento, hija... Te aseguro que no lo he planeado,
pero será un buen modo de poner a prueba al León del Olimpo...
Un grito se ahoga en la exhausta y seca garganta del hijo de
Zeus.
El superhombre que la empresa de demolición ha contratado es...
Erik Josten, GOLIATH...
El ex-villano camina junto a uno de los capataces, mientras la
mayoría de los peones, que no lo reconocen, se marchan desilusionados,
aunque muchos no lo pierden de vista, esperando una demostración de sus
poderes.
Pero uno de ellos los conoce de sobra...
- ¡Maldito hijo de una gorgona y un fauno, sufre la ira del hijo de
Zeus! - grita mientras se abalanza cogiéndolo por las solapas.
El capataz se alarma, Josten lo mira con incredulidad.
- ¡Sólo me derrotaste gracias a mi estado de embriaguez, villano!
¡Ahora conocerás lo terrible que puede ser la venganza de un Olímpico!
- ¡¿Se puede saber que le pasa, Whitman?! - grita el capataz.
Herc va a arrearle un puñetazo a Josten cuando éste, que aún sin
transformarse está bastante cachas, cosa que no puede decir nuestro
héroe, le sujeta las muñecas y lo obliga a soltarlo.
- Déjeme tranquilo, chalado.
- ¡¿Chalado?! ¡Osas insultar a...!
- ¡WHITMAN LO VOY A DESPEDIR!
- ¡NO ALZES LA VOZ AL LEÓN DEL OLIMPO!
Todo el personal de la obra está pendiente del incidente. Los obreros
se dan codazos. Mira, tío, al raro se le ha ido la olla. A ver si el
supertipo lo hace picadillo.
Hércules escucha los murmullos, observa la expresión de cabreo del
capataz, la de extrañeza de Goliath, las miradas llenas de sorna del
resto de trabajadores.
- ¿Os burláis? Observad...
Se concentra, toma aire, y grita:
- ¡A TI, SEÑOR DEL OLIMPO, YO RECLAMO MI FUERZA!
Da un fuerte pisotón en el suelo...
Y no pasa nada.
Herc/Steve Whitman se queda boqueando y sin aire contemplando con
desespero su forma mortal y las risas de los allí presentes.
- ¡FUERA DE AQUÍ, PIRADO DE MIERDA! - chilla el capataz hasta quedarse
ronco.
Atenea levanta la vista del estanque hacia Zeus, ahora de pie a
su lado, inclinado sobre el borde, con el ceño fruncido y la mirada
grave.
- Siento que mi hijo deba ser humillado así, pero es la única forma. No
pienso otorgarle su divinidad de nuevo sólo porque se le antoje
pelearse en una tonta venganza. Sólo le permitiré obtenerla si debe
acometer algún acto heroico.
La diosa mira con los ojos muy abierto a su progenitor.
- ¿No recordáis lo que provocó ese mortal en particular, y sus aliados
los Amos del Mal?
- Er... Ah, sí, aquel enfrentamiento con los aliados de Hércules...
Bah, sólo fue una tontería...
- Padre... No creo que seáis el más adecuado para darle a nadie curas
de humildad... Admito que en parte tenéis razón pero... ¿Y si algún día
os levantáis de mal humor y le negáis su fuerza simplemente por
capricho?
Zeus se da la vuelta, anda un poco y mira de reojo a su hija.
- Bueno, para eso estás tu aquí, ¿no?
Hércules maldice en griego y latín, protestando a su padre en
voz baja y apretando los dientes.
- No me iré... Ese bastardo sufrirá mi cólera... Debo mantenerlo
vigilado...
Mientras tanto, en la obra, Josten, con todo el mundo pendiente de él,
agranda su tamaño para derribar uno de los edificios. ¿Qué tal un
paseito por su cabeza?
"La forma en que hablaba ese pirado... Se diría que se creía el
mismísimo Hércules. Increíble. La cuestión es que aunque no dijo mi
nombre, parecía reconocerme y saber todo lo que ocurrió... Demonios.
Estoy reformándome, este trabajo me lo consiguieron los de la
condicional, y ahora resulta que un loco fanático de los Vengadores o
vete a saber qué me reconoce y lo manda todo al carajo... ¿Y si fuera
el Hércules de verdad? La barba, la forma de hablar... Pero ese tío era
muy pequeño y me bastó mi fuerza normal para reducirlo... Me pregunto
si..."
- Eh, este tipo no se da cuenta de que aún seguimos debajo...
¡Gigantón, que nos vas a tirar el edificio encima....! ¡Cuidado!
Varios obreros gritan cuando las vigas empiezan a caerse...
Hércules se arranca el mono saltando de su escondite...
- Vale, ahora sí. - dice Zeus ante la insistencia en la mirada de
Atenea.
Un estallido de luz en uno de los montones de arena del norte
de la obra hace que todo el mundo vuelva la vista, mientras Erik Josten
trata de agarrar las vigas entre las manos, pero se ha hecho demasiado
grande de golpe al intentar parar el derribo y necesita unos momentos
para encogerse y poder ser efectivo.
Pero el poderoso Hércules baja corriendo hacia el lugar del
accidente, en su forma divina y con su traje de batalla.
- ¡Hey, no es uno de los Vengadores?
- Hey, no se parece a...
- Quizás deberíamos...
- No sería apropiado, que aprenda de sus errores.
- Pero si los mortales descubren quien es se perderá gran parte de...
- Sí, sí, sí, eres peor que tu madrastra Hera, ya lo arreglo... No debí
decirte nada.
El vengador sujeta las vigas.
- Salgan rápidos, amigos.
Los obreros obedecen sin rechistar. Hércules suelta de golpe los
escombros y se vuelve hacia...
- ¡GOLIATH!
El ex-convicto mira sin creérselo demasiado al héroe. No tiene tiempo
de decir nada cuando éste ya se le ha abalanzado encima con un grito
de salvaje alegría. El primer golpe es para el Olímpico.
- ¡Por las llanuras de Arcadia!, ¡es demasiado!
Zeus alza una mano y va a arrebatar sus poderes a su hijo, pero se
detiene.
Atenea no se atreve a intervenir, pero al ver la pasividad del padre
de los dioses, susurra:
- ¿Padre?
- Ssssh. He visto algo que pondrá fin a esta situación sin la necesidad
de que yo intervenga... Feliz casualidad. - dice sonriendo con ironía.
Un rayo de luz sobrevuela el solar de la obra. Casi va a sobrepasarlo
cuando parece detenerse por una milésima de segundo y, sin variar la
velocidad, se da la vuelta en dirección a la lucha de titanes.
Entre un colérico Hércules y un exhausto, asustado y sorprendido
Goliath se materializa La Capitana Marvel II, separándolos.
- ¡Por todos los santos, Hércules! ¿Qué haces?
El dios bufa.
- No me detengas, mujer, este engendro del Tártaro casi me mata, y debo
vengar tal afrenta...
La vengadora se vuelve hacia el rival de su compañero.
- ¿Erik Josten? Creí que te estabas reformando...
- ¡Y así era! ¡Trabajaba en esta demolición, hubo un accidente...!
- Casi mata a dos obreros, yo, euh, pasaba por aquí, los salve, y al
verlo decidí...
- ¿Tomar venganza? - la mirada de la mujer se endurece - Eres un
vengador, Hércules, y los Vengadores no hacemos este tipo de cosas...
Josten está tratando de volver a integrarse en la sociedad como una
persona honrada y tú le atacas sin mediar provocación.
- ¡Es una cuestión de honor!
- ¡Hércules, no pienso discutir aquí! ¡Ahora mismo iremos a la Mansión
y allí hablarás con el Capi! ¡Si quieres ser uno de nosotros tendrás
que respetar las normas!
- ¡Maldita sea, yo...!
- ¡Vamos! - parece que el dios va a replicar una vez más, pero, en
contra de lo que cabría esperar, aprieta los dientes y da la espalda.
- Volveremos a encontrarnos, sin interferencias... - va murmurando -
Un combate limpio cara a cara en el que mi honor será satisfecho...
- Grmbllfff... - dice Zeus - Esto va a ser largo y difícil.
Atenea se encoge de hombros.
LAS COLUMNAS DE HERCULES
Bueno, aquí está el primer número de esta nueva serie. Espero que os haya
gustado y que mandéis vuestras cartas para que sean contestadas en el
próximo número.
Hasta entonces, hercúleos saludos.
Israel López Fernández (también conocido como Rocket)