MarvelTopia
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Mutante de nacimiento, ladrón por vocación, ¿héroe como destino? Huyendo de un pasado oscuro y de un futuro trágico, Remy Lebeau ha perdido todo aquello que tenía... menos a si mismo. MarvelTopia presenta las aventuras en solitario del forajido mutante... Gambito.
 
Gambito

GAMBITO #5
Cuando brilla el paraiso II
Guión: Ultrón

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PORTADA: La imagen de todos los miembros del Gremio de Ladrones en una pequeña habitación de hospital. Donde un cuerpo en la oscuridad no para de sangrar...(UAAAU! con portadas como estas ganaré el topi a la mejor portada! todas se parecen un pokito no ? :P )

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"Cuando llegamos no paraba de oir siempre lo mismo...que no resistiría...rotura de costillas...se necesitaba una transfusión... Nadie hacia nada para ayudarle, menos aun hacía su hijo adoptivo, que no paraba de dar vueltas mientras que jugueteaba con sus estúpidas cartas. Se necesitó una transfusión de sangre y ni siquiera acudió...tal vez no fueran del mismo tipo de sangre, pero podría haberse preocupado un poco. Y después el muy cabrón se va... ¿que hago yo ahora?"

Hacía ya tiempo que caminaba por las calles de Nueva Orleans, llevaba tiempo buscando el lugar donde se había establecido momentaneamente la Maggia, tal vez hubiera indicios de a donde pudieran haberse marchado tras el atentado contra el gremio, o tal vez no se habían ido siquiera. La gente con la que se cruzaba ya no podía ni mirarle a los ojos. Gambito estaba enfurecido, cada vez que se tropezaba con alguien le evitaba. Con el olor a chimenea del atardecer Remy llegó a un pequeño almacén que había pertenecido al gremio durante años. Huellas de un furgón se perdían tras la puerta metálica. Gambito recordó que al menos antes solo se usaba como lugar de recreo de los ladrones, no solía entrar ningún vehículo, era parte de las reglas; en una huida no involucres a mas.

Solo podía significar una cosa, alguien que no conocía las normas se había adentrado en el almacén a gran velocidad y tras un giro estrepitoso. Gambito no podía entrar de buenas a primeras y ponerse a lanzar cartas kinéticamente cargadas hasta que el se convirtiera en un blanco fácil. Además, podían haber dejado allí el vehículo y haber huido en otro, todo era posible pero ahora lo primordial era probar cual de las hipótesis que le pasaban por la cabeza era la acertada o mas se aproximaba.

Gambito dio muestra de su agilidad, saltando sobre un contenedor y agarrándose con eficacia a la escalera de incendios que daba a un piso superior por el que huir si algo iba mal. Los viejos tiempos de ladrón siempre le habían gustado, mas quizá que sus aventuras con la Patrulla? Que sus aventuras con Pícara? Fuera lo que fuese no había tiempo de pensar en eso ni en su marcha de la patrulla...

En el interior del almacén aún había restos de comida y el olor a pólvora y café aún eran recientes. Había sido utilizado como centro de operaciones, se habían dejado unas cuantas armas de corto alcance. Gambito bajo a investigar mas a fondo. Una vez bajo se acercó a una mesa con restos de comida, el enfriamiento de esta le hizo pensar que ya hacia mas de una hora que allí no había nadie, las huellas de la entrada debieron ser de cuando escaparon tras el ataque contra su padre, despues ya no había huellas en dirección opuesta indicando que se hubieran ido con demasiada prisa, eran demasiado arrogantes.

Salió del almacén por al puerta metálica delantera, reventándola con rabia al lanzar un destornillador que había en el suelo, tenía que seguir buscando. Se suponía que él era realmente era el objetivo, no su padre, es mas, el fue quién les dejó montar un pequeño centro de operaciones para seguirle y matarle, no tenian nada contra él. Gambito se dió cuenta de la traición, de la traición de su padre, no a su hijo, si no a la Maggia. La reunión que se iba a celebrar era real, buscaba una nueva vida para su hijo, por eso todos los presentes estaban tan nerviosos. Alguien debió irse de la lengua y entonces...

-Eh! Capullo...

Gambito se giró lentamente, rebuscando cartas en su bolsillo para estar preparado ante cualquier cosa.

-...Tu padre al borde de la muerte y tu jugando en el viejo almacén?

-Tu sabias lo de la Maggia...viniste a buscarme tu sola. En vez de venir amigos de toda la vida viniste tu, tu no me conocías, no tenías ningún lazo conmigo que te impidiera guiarme con total serenidad a una trampa, pero me hubiera resultado fácil reconocer un comportamiento extraño en alguien que conozco.

-Casi acertaste en todo Lebeau...por supuesto hubieras sabido que algo iba mal si hablabas con alguien que conocías, yo no te conducía a una trampa, si no a una puerta para escapar de tu situacón. Eso es lo que mas me enfureció, aun habiendo traido problemas contigo tu padre te quiso ayudar, aun arriesgando su vida y la de todo el gremio.

-No hay tiempo para discutir...la Maggia no se ha ido, solo se ha cobrado por adelantado el postre. Les dísteis las llaves de mas casas o están esperándome directamente en mi habitación de la casa del gremio?

-Sabía que algo te movía (y no era tu egoísmo) en un momento como este. Las noticias vuelan y nuestros informadores...pues eso, informan.

Las chica intentó hacer sonreír Remy, estaba tan nervioso o mas que ella. No consiguió sacarle una mínima sonrisa.

-Ve directamente al grano.

-La Maggia sabe que ya no puede confiar en el gremio y mucho menos tras haber herido a nuestro líder. Han decidido unirse ahora a los asesinos...te tienen ganas Lebeau, muchas ganas de matarte y hacerte sufrir, a ellos les dan igual los modales mientras consigan sus objetivos y si es matar al hijo de su mayor enemigo además de recibir una cuantiosa recompensa por ello...

-A mi padre le ofrecieron dinero?

-Si y lo aceptó, supongo que para despistarlos, un hombre que reta a un grupo como la Maggia no creo que se le pasara por la cabeza traicionar a su hijo...

-Dejémonos de cháchara.

-No eres muy hablador...

-Ni quiero serlo, no en este momento.

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En otra ciudad...otro edificio...hombres con suficiente poder para destrozar la vida de centenares de familias tienen una reunión...

-Invers se ha metido en otra de sus guerras personales y no es la primera vez...ese supersticioso nunca ha sido un gran beneficio para la organización que digamos, sus hombres son pocos en comparación con los ladrones y asesinos que hay en Nueva Orleans ¿Debemos ayudarle?

-Por el momento que se las arregle solo...

-Exacto caballeros, si vence no habremos perdido nada y él volverá. Pero si pierde nos quitaremos a una mosca de encima de una vez por todas.

Todas y cada una de las figuras allí presentes vestían elegantes trajes de Armani, relojes suizos y el vino francés que había sobre la mesa era el mejor que se podía encontrar en cualquier lugar. Cada uno tenía su propio ayudante, tomando nota en todo momento de lo que los socios de su jefe pudieran decir y que pudiera tener repercusiones en el futuro.

-De todas formas si Invers sospecha que no le mandamos las armas para equipar a los asesinos tal vez vuelva y perdamos todos, aunque no podría destruir la organización si podría matar a alguien.

-Smithers...-uno de los hombres allí sentados giró su asiento- Que manden un mensaje de radio a Nueva Orleans, decidles que les mandamos las armas...

-¿Señor?

-No mandéis nada.

Smithers apuntó en su carpeta: "Mensaje si. Armas a la mierda".

-¿Seguimos con los asuntos de Nueva York...?

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-Por que me sigues?

-No te sigo Lebeau, solo me aseguro de que no abandones a tu padre.

-En estos momentos no creo que lo abandone...

-Eso yo no lo se, si tu padre muere no tardarán mucho en encargar tu lápida.

Gambito siguió caminando ignorando todo lo que pudiera decirle Helena. Sus pensamientos estaban en otra parte...en otros días mas felices.

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Hace años...era verano...

-Papá! Papá! Henri Me ha quitado el cuchillo de caza que me tragiste de tu último viaje. Esta mañana no estaba donde la guardaba siempre y vi a Henri esta noche dando vueltas por la habitación...

-Mentira, mentira. Como es el mayor piensa que siempre le harás caso. Todo es mentira.

-Y a ti que eres el pequeño es a quién debo creer? Quién decide eso? Y si a él le falta algo y a ti no, ¿es muy raro no?

Los ojos de mi joven hermano no supieron donde mirar...

Papá celebró que Henri me devolviera el cuchillo por las buenas llevándonos a pescar la semana siguiente, de todas formas jamás le hubiera puesto una mano encima...

Tiempos mas felices...

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Las jarras de cerveza no parecían vaciarse en ningún momento, cuando en verdad los miembros de la Maggia y el Gremio de Asesinos las vaciaban en apenas unos segundos. Las precipitadas felicitaciones por la muerte de Jean-Luc Lebeau y la futura muerte de su heredero no cesaban en ningún segundo.

Charles Invers miraba sentado desde el piso superior mientras cenaba una buena dorada. Aunque no se mostraba tan eufórico como los demás la satisfacción de poder matar a dos pájaros de un tiro le llenaba inmensamente.

Un miembro del Gremio de asesinos se posó ante él interrumpiendo su cena para poder informar.

-Lebeau ya ha pasado por su anterior err...alojamiento. Se ha encontrado con una chica miembro del grupo de ladrones. Si siguen así pronto llegaran hasta aquí.

-La fuerza del número nos da la ventaja, pero debemos recordar que Lebeau posee habilidades mutantes con las que acabar facilmente con personas normales. Debemos planearlo todo a conciencia y con nuestra mayor arma...

Ambos guardaron silencio durante un instante.

-...Bien. -dijo Invers mientras rebuscaba en uno de los bolsillos de su traje- Escoje una carta.

El asesino le miró atónito.

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-...Y entonces fue cuando llegaron ellos no?

-Si.

-Un solo día antes que yo. Este tiempo siempre me llevaban ventaja, se anticipaban a mi.

-Eso es lo bueno que tiene estar en un grupo, el trabajo se distribuye y todo suele ser mas fácil, ¿Acaso no era todo mas fácil cuando estabas junto a los mutantes?

-Acaso no podrías dejar de hablar durante un rato?

Siguieron caminando mientras Helena sacaba de su bolsillo un móvil. Llamó al hospital, demostrando de nuevo que realmente estaba preocupada. Remy intentaba no escuchar lo que decía, aunque le preocupaba el estado del hombre que lo había criado ahora no era el momento de distraerse.

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En el hospital...

-Deberiamos de hacer hacer algo no?- los ladrones conversaban-. Es decir es nuestro líder...no podemos dejar que muera así, y aunque no muera el Gremio de Asesinos nos ganará terreno si seguimos sin hacer nada.

Otro de los presentes que había mas alejado del corrillo que se había formado y que había oído lo que se había dicho se adelantó. Era un hombre de unos cincuenta años, todos le conocían como uno de los miembros mas antiguos del gremio.

-Es el momento de actuar, Remy se ha ido sin decir nada pero todos sabemos que busca venganza y sabemos donde. Ha sido el único con los suficientes cojones como para ir solo a matar al tipo de la Maggia que ha hecho todo esto. Si no hacemos nada seremos unos mierdas.

-Cierto, -las palabras del hombre animaron a otros- no nos superaban en número cuando llegaron y con el Gremio de Asesinos de su parte estamos mas o menos igualados, incluso me atrevería a decir que aun somos mas.

-Con dos de nosotros vigilando a Jean-Luc sobra.

-¿Nos vamos ya o esperamos a la merienda señoritas?

La sala se llenó de unas sonrisas endiabladas...

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Por fin Helena y Gambito llegaron al caserón que servía como base a los asesinos. Mientras el mutante cogía su baston y sus cartas la chica desenfundó una pistola.

-La muerte de tu padre...sea hoy o no, hay que matar a ese cerdo.

-Supongo que en eso estamos de acuerdo...¿Las damas primero?

Fin.

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AS DE PICAS

Como es habitual en este (y para ke engañarnos en casi todo Marveltopia) en este número no tenemos cartas. Pero si kieres humillarme o felicitarme debes saber que puedes escribir a Ultron_@hotmail.com . Antes de enviarlo menos mal que corregí, porke en mas de una ocasion cuando keria referirme al gremio de asesinos puse sin darme cuenta LADRONES, si encontráis algun fallo así, perdonad.

En el próximo número finaliza la saga con batalla campal incluida, ya sabéis entre kienes...

 
 
   
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