GAMBITO #4
Cuando brilla el paraiso I
Guión:
Ultrón
Portada: Abel García
PORTADA: Gambito gritando sobre la sombra que sale de sus pies y que está bañada en sangre.
"Mi nombre es Remy Lebeau...bueno, al menos ese es el nombre que me dio mi
padre adoptivo Jean-Luc Lebeau, líder del gremio de ladrones de Nueva
Orleans, mi hogar. No estoy aquí de paso, necesito ayuda desesperadamente.
Huyo de una de las delegaciones de la Maggia, una organización criminal a la
que intenté traicionar, yo ya he sido castigado, ahora es su turno..."
Lebeau volvía a caminar por las calles del barrio francés del Nueva Orleans,
aquí aprendió la profesión de ladrón, siendo con el tiempo uno de los
mejores del mundo. La mañana era cálida, ni una sola nube en el cielo,
aunque en la noche había llovido, lo que pudiera dejar indicios de cualquier
agua caída ya se había evaporado. El paso del antiguo miembro del grupo
mutante conocido públicamente como Patrulla-X era firme, aunque indeciso
cuando se acercaba a los callejones de la ciudad; drogadictos, prostitutas,
fácilmente podría haber un miembro de la Maggia...la sangre de un asesinato
reciente aun estaba por toda la calle, la víctima debió ser asesinada por
una puñalada por la espalda, salió corriendo calle a bajo hasta
desfallecer...
En una habitación tan solo iluminada por una pequeña y vieja ventana un
hombre se arrepentia de lo que había hecho recientemente:
"Mi nombre es Jean-Luc Lebeau y hoy he perdido todo el honor que pudiera
quedarme. Mi hijo adoptivo se dirige hacia mi, huye de un grupo criminal, la
Maggia, en busca de un aliado, siento no poder ser yo."
-Llama a Helena, tiene que encargarse de un trabajo demasiado personal para
mi...
-De acuerdo Jean-Luc-dijo un hombre que esperaba jnto a la puerta-.
En la calle. Remy Lebeau se encontraba con caras conocidas, gente de su
barrio a la que acudía de niño cuando se metía en problemas mientras "se le
enseñaba un oficio". Los rostros han cambiado un poco, caras viejas y
arrugadas, cuando habla con ellos su voz les delata, tiemblan, sudan, no
centran su mirada. Algo pasa...o pasará. Una joven muchacha se dirigió hacia
él.
-Mon dieu...-suspiró el joven mutante-.
-Soy Helena, miembro del Gremio de Ladrones de Nueva Orleans, tu padre me
envía para acompañarte hasta nuestra base, si es de tu agrado seguirme...
-Todo un placer princesa.
"Rubia, pelo largo, me recuerda a Bella donna, solo que esta es mas
atlética, debe serlo si es buena ladrona, su cara no me resulta familiar, no
la conozco podría ser un agente de la Magg...deja la obsesión Remy, estoy en
casa, a salvo..."
-Contento de estar de nuevo en Nueva Orleans "príncipe de los ladrones"?
-No tan contento como debería estarlo, siento que algo está fuera de lugar,
pero ahora no puedo adivinar el que. No tiene sentido. Tu mirada
cambia,¿Juzgas ya como loco al hijo de tu jefe?-sonriendo-.
-Loco? Alguien que dejó el Gremio para combatir con los de su raza
peligrosas amenazas y salvar a gente a la que antes habría robado? Los
ladrones de por aquí no consideramos algo alocado eso Lebeau, si no algo
tonto e infantil -dijo Helena con una sonrisa picaresca-. Piensas como un
ladrón aun Lebeau, o como un mutante con mallas?
Un antiguo almacén aparentemente en ruinas servía ahora como cuartel de una
pequeña delegación del grupo conocido como Maggia.
-Sr.Invers, todo marcha según lo plane...acordado con nuestros actuales
aliados. Capturamos y matamos al estúpido mutante o dejamos que lo hagan
ellos?
-Siéntate y no hagas nada número...¿Donde esta tu placa de identificación?
Aléjate de mi vista capullo y NO hagas nada, solo observa. Tienes que dejar
que un hombre muera de la peor forma posible si puede ser, sobre todo si es
alguien que nos ha traicionado, que muera a manos de los que cree sus
camaradas, o mejor aún de su familia es mucho mas tortuoso para él y
gratificante para mi.
-Si señor.
-Permíteme rectificarte petite, pero la casa base del Gremio de Ladrones
está la izquierda subiendo esta calle.
-Las cosas cambian Lebeau, la mansión que sirve de base al Gremio de
Ladrones se sitúa al girar esta esquina, después hay que andar un poco mas.
Tu padre creyó necesaria una nueva base hace tiempo. Si no te hubieras ido
podrías haber disfrutado de todas sus comodidades.
-Noto cierto resentimiento hacia mi, algo muy raro sin conocerme.
-Siempre soy así, además odio que las cosas se alteren y tu presencia no es
mas que eso. El Gremio era genial para mi hasta que has llegado, estoy así
porque no me gustan los extraños en el gremio sean familia de quién sea.
"Mi llegada...algo sigue fallando ¿El que?"- ese pensamiento volvía a Remy a
cada minuto, esta vez intensificado-."Helena puede ser un agente de la
Maggia, ¿odia que hayan extraños a su alrededor?¿o ama demasiado al gremio
que piensa que mi venida traerá problemas?"
-Cual es tu relación con mi padre y el Gremio Helena? Nunca te había visto.
Eres de por aquí?-los rojos ojos de Gambito se giraron, chocando con la
mirada de Helena-.
-Mi relación? Tu padre es un ídolo para mi, se lo debo todo. Fue hace medio
año... había estado trabajando con drogas, no solo las movía por las
ciudades, también las consumía. Él, tu padre, me sacó de mi antigua vida de
drogadicta. Llegué a esta ciudad con una gran deuda por mis problemas con
las drogas, tu padre consideró oportuno ayudarme. Yo estaba indefensa y
pensó que si tenía problemas con las drogas quién me perseguía tenía drogas,
y si las tenía, entonces tenía dinero y mucho... Así fue, sacó buena tajada,
de paso, me enseñó el oficio, ganando a una nueva ladrona. Mis problemas con
las drogas han desaparecido por fin. Esa es mi historia, ya sabes, si pones
en peligro a tu padre yo misma te mataré.
-Bonita historia, sobre todo me gustó lo que añadiste al final- Gambito no
pudo esconder una sonrisa-. Como me matarías? Soy mutante, no ves las
noticias? Soy muy peligroso y bla, bla, bla...
-Se de tu poder Lebeau, me advirtieron de ello...
"La advirtieron?"-volvía a pensar-.
-...poder para carga objetos con energía, que es liberada al impactar
después de estallar, además dicen que eres muy ágil y fuerte y que tu
habilidad como ladrón no tiene precio...
-Y no te hablaron del maravilloso poder de atraer a las mujeres con mis
ojos? -La chica sonrió-.
-Me hablaron de tu bastón desplegable y tu habilidad con el.
-Muy bien informada, si señor. ¿Hemos llegado?
El asfalto de la ciudad se había quedado unos metros atrás, al comienzo de
un pequeño bosque la mansión parecía sacada de un tétrico cuento. Para
cualquier persona normal hubiera resultado deshabitada pero Remy pudo darse
cuenta de que ya, en un árbol, dos hombres la salvaguardaban en primera
línea.
-Pasamos a tu nueva casa?
-A no ser que mi padre vaya a pagarme por quedarme fuera creo que si que
entraré rubita. Las damas primero.
"Mi padre, nueva casa...y sobre todo su presencia. Ya no me inquieta por ser
una extraña, su historia se parece a la de muchos compañeros de mi padre.
Joder, no puedo quitarme de la cabeza que algo malo pasa...y sobre todo que
algo no debería haber pasado."
Ya en el interior...
-Bienvenido hijo! Bienvenido a tu hogar.
"El hombre que me ha criado no es así. Tal vez un apretón de manos seguido
de una sonrisa y una buena cena (aunque a estas horas sería almuerzo), pero
nada tan eufórico. No vengo con un botín, pero se hace el alegre.¿Por que
finge?"
-Hola padre -no precisa mas palabras-.
Pasó horas explicándole a Jean-Luc Lebeau lo que le ha pasado en las últimas
semanas. Desde su marcha de la Patrulla-X, hasta su rápida huida de un
edificio de la Maggia en Chicago. Su padre intenta hacerse el sorprendido,
un jurado le hubiera dado un Diez. Gambito no lo nota. Todo prosigue con
palabras como "no te preocupes" o "ya estás a salvo", el mismo jurado lo
hubiera acribillado, su voz se tornó temblorosa. Remy Lebeau lo notó, aunque
intentó olvidarlo pronto, el ya tenía problemas propios con una pequeña
parte de la Maggia.-
-El sol está cayendo Remy, será mejor que descanses el viaje debe de haberte
dejado agotado. Mañana buscaremos la forma de ocultarte de la Maggia el
tiempo necesario hasta que puedas contactar con la Patrulla-X.
-Padre...ya te lo he dicho...dejé la Patrulla hace unas semanas.
-Entonces encontraremos la manera de que pierdan tu rastro. Ahora calla y
descansa.
Jean-Luc salió de la habitación dejando a Gámbito sumido en sus propios
temores. Todo había cambiado. Nueva gente, nueva base, nueva actitud.
"La noche es fría...el viento golpea la ventana, con fuerza, una rama de un
árbol choca en el cristal, este aguanta y todo vuelve a quedar en calma. Hay
luz tras la puerta, la vigilancia de la mansión no cesa. No oigo nada, el
agotamiento no me deja...debo descansar."
"He pasado bien la noche y parte de la mañana. Necesitaba el sueñecito.
Desayuno de reyes, mi ropa vuelve a estar limpia y tengo una nueva baraja de
cartas. Helena está igual de bella que ayer, empieza a gustarme, hasta su
forma de ser me gusta. Me guía a otro edificio, mas cochambroso, lo conocía,
este lugar solo sirve para reuniones, tal vez hoy sirva para preparar un
nuevo futuro para mi. La habitación está oscura, de niño solía temer la
oscuridad, el temor duró poco, la vida es dura, debemos ser mas duros que
ella."
-Buenos días -dijo uno de los hombres allí presentes, seguidamente todos
saludaron-.
-Hola -"No necesito decir mas"-. Has encontrado la manera de ayudarme padre?
-Si- las demas personas se miraban entre si buscando una distracción, la
conversación en ese momento solo era entre padre e hijo-
"Su voz tiembla, ¿Por que? La fuerza de su mano hace crujir levemente la
madera de la mesa, ¿la está moviendo o tiene aluzinaciones? Un
momento...¡Todo tiembla!
-Que demonios...? -dijo Gambito tras producirse una gran explosión en una de
las paredes de la habitación- Que es esto padre? -gritó, sus ojos se
tornaron hacia Jean-Luc con toda la fueria del mundo-.
"No me mira a mi, lágrimas, nunca pensé verle llorar. De niño pensaba que mi
padre era el hombre mas valiente del mundo, durante un segundo cuando he
visto que del gran agujero de la pared salen varias personas armadas con los
uniformes que vi en el edificio de la Maggia pensé que era un cobarde.
Cuando vuelvo a mirarle a los ojos veo que solo es un hombre. Ahora lo veo
todo claro, su forma de actuar, todo. Por supuesto notaba extraño algo
cuando llegué y Helena me recogió...Yo nunca avisé a mi padre de mi
llegada..."
Gambito extendió su bastón, hacía tiempo que no lo usaba, pero seguía
teniendo el mismo control. El acero frío chocó con la mandíbula de uno de
los tipos que se habían adelantado tras el polvo que había provocado la
caída de la pared. Gambito giró por el suelo hacia un lado, a la vez que
destrozaba con un par de cartas cargadas kinéticamente el suelo donde se
mantenía otro de los nuevos rostros armados. Sonó un disparo, una bala de un
arma de corto alcance se dirigía al pecho de su víctima. El suelo -y algunos
de los que allí estaban- tembló con la caída del cuerpo.
-NOOOOOOOOOOO!- El grito se perdió con el sonido de los escombros que aún
caían debido al daño creado en la estructura, mientras una voz resonaba en
la cabeza de la joven Helena: "Vinimos por Lebeau, le hicimos daño, ya hemos
cumplido." -.
La habitación quedó en silencio, manchada con sangre y pólvora, pronto los
que allí quedaban olvidaron esto, la ambulancia llegó minutos después y ya
no había tiempo para explicaciones...
Fin.
AS DE PICAS
Y aunque parezca mentira tengo unA lectorA, por fin una carta que me he
estado guardando durante los tres meses que me he pasado sin escribir. La
envía Nuria Calabuch nos dice que le gusta mucho la serie (Bien!) y tu
duda...Gambito seguirá en lo de ladrón durante un corto tiempo en la serie,
(en parte por lo que sucede en este mismo número) ya verás mas
adelante...nos vemos el próximo mes en el hospital mas próximo al Gremio de
Ladrones de Nueva Orleans.
Primera carta y primer fin (verdadero porque al fin hay un mail lo que lo
convierte en correo) de correo. Comenzamos saga. Adiós y no te olvides de
escribir (seas chino, chulo, manco o simplemente seas alguien que se ha
equivocado de web) a Ultron_@hotmail.com