GAMBITO #1
Nueva vida
Guión:
Ultrón
Portada: Abel García
Chicago, 4:30 de la madrugada. Ningún ciudadano respetable de la ciudad se
atrevería a andar por estos callejones a estas horas, pero la enfermera Sara
Wildson no ha tenido mas remedio hoy. Conoce la reputación de estas calles;
drogadictos, prostitución, robos, asesinato días si y día también, pero no
puede hacer otra cosa, lleva una semana trabajando en el hospital central de
la ciudad y este ha sido su primer turno de noche, además atravesando estás
calles se ahorra el viajecito de quince minutos hasta la parada de autobús.
Pero la lección de está noche le va a enseñar que debe ir por el camino mas
largo siempre.
Acaban de aparecer, estaban detrás de un vagabundo al que han derribado sin
preocuparse por lo que le pasara. Eran grandes, feos y parecen bastante
malos, y a los ojos de la señorita Wildson ellos no parecen acercarse con
buenas intenciones...
-Que tienes para nosotros nena? me gustaría probar tu cuerpo-dijo el mas
pequeño y canijo de los tres con una sonrisa burlona en la cara-.
-Cállate hermanito, sabes que solo hemos venido por el dinero, así que chica
déjame ver tu bonito bolso si no quieres acabar con una sonrisa de oreja a
oreja.
El vagabundo que estaba en el suelo se levantó. Era un hombre joven, pero la
calle hace estragos y a los ojos de una enfermera él estaba desnutrido. Lo
único que estaba en buen estado en él era una baraja de cartas que se le
había caído. Y, al cogerlas, al tocarlas las cartas parecieron brillar como
fuegos artificiales...
-Dejad a la señorita mes amis ,-dijo el vagabundo jugando con una de las
cartas- por favor.
-Mirad chicos, ahora el capullo nos quiere dar órdenes- volvió a hablar el
pequeño-, deberíamos darle una lección. Derek enséñale la lección de la
calle, haz que sepa quienes somos.
El tercer chico, un joven afro americano sacó una navaja de su bolsillo y
empezó a zarandearla de manera intimidatoria. El vagabundo agitó hacia tras
su mano derecha, preparándose para lanzar una carta, pero antes de que
pudiera hacer nada...
-Quietos todos, soy el agente Robertson, ¿que pasa aquí chicos?¿ Algún
problema?
Los tres chicos salieron corriendo, en cuestión de segundos se perdieron
entre los coches que transitaban.
-Está bien señorita?- le preguntó el agente-.
-Si, gracias. Usted señor, ha sido muy valiente protegerme con
sus...err...cartas fluorescentes, me gustaría que viniera a mi apartamento
a pasar la noche,tengo un cómodo sofá y se podría dar una ducha...empieza a
oler a la basura donde duerme...eso siempre que no tenga planes mejores-la
chica sonrió-.
-Eh? Claro, si no tengo planes mejores, je je...no me vendrá mal descansar
en un sofá.
-Por cierto, como se llama?
-Mi nombre? Pues verá señorita, usted pude llamarme Remy Lebeau, aunque
otros muchos me llaman Gambito...
5:30, apartamento de Sara Wildson...
-Y esos ojos señor Lebeau? Usa lentillas?
-Remy a secas, o yo la llamaré señorita Wildson. Mis ojos..pues verá, para
muchos el color de mis ojos forma parte una enfermedad que creen que debe
ser erradicada, pero para mi es algo con lo que he nacido y que no
perjudica a nadie.
-Que interesante, también parece que nació con su baraja. No se ha separado
de ella ni cuando le ofrecí una ducha.
Gambito la miró y con una pequeña sonrisa le dijo...
-Yo me guío por lo que dictan las cartas, además, muchas cartas como estas
me han salvado la vida mas de una vez.
-Pareces diferente Remy, dices que no pides dinero en las calles, no robas,
no te drogas y no haces nada indecente...¿como acaba alguien así durmiendo
entre cartones?
-Lo de robar si se podría aplicar solo que en otro tiempo y acabé así porque
me separé de lo mas parecido que tuve a una familia en mucho tiempo...
-Será mejor que descanses, si mañana te vas, mejor que te vayas al cien por
cien. Si alguna vez necesita algo pídamelo, hoy podría haber muerto si no es
por ti.
-Ya veremos, pero por ahora... gracias.
13:00, por la tarde...
-Levántate Lebeau, creo que es hora de que se vaya.
-Que hora es? Tengo mucha hambre...
-Mi horario de un jueves es diferente al de la mayoría de las personas,
cuando los demás despiertan yo cabo de acostarme, son las una. Desayune, si
quiere puede venir a dormir alguna otra noche, por cierto, he lavado su
gabardina.
-Gracias por todo, procuraré venir a menudo-Gambito se despidió con una
sonrisa-.
"Vaya-piensa Gambito mientras camina por el callejón de la noche anterior-
no se si se hubiera comportado así si le hubiera dicho que soy mutante, pero
si existiera mas gente como esa chica, los mutantes viviríamos mejor, un
pobre salva a una chica y ella le deja dormir en su casa por una noche ,
varios mutantes salvan el mundo cada día y el mundo los manda a la mierda".
Mientras camina observa, todo lo malo que puede haber en la ciudad se puede
resumir en este callejón, cuatro niños rebuscando en la basura cualquier
cosa, comida, cartones...
Un viejo lamentable tirado en el suelo,¿ la razón? Debe de ser la botella de
cerveza que aún lleva en su mano izquierda, como si fuera su alma, no la
deja caer. Y a su derecha, hay un cuerpo, desnudo entre los cartones, ahora
el chico está muerto solo porque alguien quería su ropa y lo poco que
pudiera tener.
-Mira Derek, el capullo de anoche, esta vez nadie lo salvará de ser
rajado...
Los chicos se acercaron a Gambito, pero solo el chico negro y el mas
grande, el pequeño no estaba...
-Vaya, que ha pasado con vuestro esmirriado amigo? Se ha roto mientras
corría?
-Te refieres a mi hermano? Tiene gracia sabes, ahora ya no le puedo llamar
"hermanito", ayer probó una nueva droga, le hizo bien y le pagaron y todo, ¿Quieres verlo capullo?
Los contenedores de basura de la calle que había haciendo esquina empezaron
a saltar violentamente hacia delante, dejando a algunos en el suelo,
aplastando y matando a otros. De repente, apareció un tipo que se las
podría ver con el Mazinger Z, debía medir unos tres metros, muy parecido al
Juggernaut, solo que este estaba loco completamente.
-Mierda... -susurró Remy con una nueva expresión en su cara-, en momentos
como este es cuando desearía no haber dejado nunca a los patrulleros1...
-¡Te mataré maldito franchute, te mataré y a tu amiguita...os mataré y os
haré colgar de mis dientes...!
-Mira chico, no se que mierda se habrá tomado tu hermano pero seguro que no
era cocaína ni nada por el estilo...
-Otra cosa, ahora mi hermano quiere que le llamen Demolición...
-Muy bonito por su parte, ¿También se va ha apuntar a la asociación de
villanos perdedores?-el gesto de Gambito volvió a cambiar, quizá demasiado
pronto-.
Demolición cogió a Gambito por la pierna derecha y el brazo izquierdo,
queriendo así despedazarlo con su dientes, pero antes de que pudiera hacer
nada, alguien utilizó su arma reglamentaria...
¡BANG! ¡BANG!
-Mira Derek, el agente Robertson si no recuerdo mal...Demolición, suelta al
franchute, después nos encargaremos de él, si es que sigue siendo tan
valiente como ayer...
-Mirad chicos, no quiero meteros en problemas, dejad al chico y marhaos de
aquí.
-Lo siento, pero hoy no saldremos corriendo, no mientras tengamos a
Demolición-dijo el chico negro, Derek-.
-Os referís al pequeñajo que hay detrás vuestro?
Así era, el efecto de la droga había llegado a su fin y tras los dos jóvenes
delincuentes solo había otro chico que parecía loco, tal vez por el poder
que le dio durante un tiempo lo que tomara y le hizo fuerte pero que ahora
necesitaba de nuevo desesperadamente. De nuevo empezaron a correr...
-Buenos días señor...
-Llámeme Remy, solo eso...
-De acuerdo, al parecer es usted muy oportuno, en menos de un día se ha
encontrado con esos chicos, que según me han comentado son coballas de
alguna nueva droga, obra de alguien que se hace llamar "el charlatán".
-Y que me importa a mi? No tengo nada que ver con ellos.
-No, pero le odian, y si vuelven por usted, quiero que les siga,
vamos...hace unas horas le vi plantándoles cara...
-Hace unas horas ese chico no era de media tres metros, tampoco tenía
músculos que temo que no existan y no creo que pudiera levantar un coche....
-De acuerdo, pero si le buscan escóndase y sígales. Luego llámeme.
-Captado.
Al día siguiente, el joven ya llevaba la droga metida en las que antes eran
pequeñas venas. Pero no encontraron a Gambito, que siguiendo el consejo del
agente Peter Robertson se escondió y siguió a los chicos hasta la guarida
del Charlatan...
-Y decís que un tal Robertson os ha intentado detener, si está siguiendo la
pista será mejor que eliminemos, hace ya unos meses acabó con este mismo
proyecto cuando solo era una idea, ahora ya nos han pagado por adelantado y
esta noche los cargamentos serán distribuidos.
-Que bien-se dijo para si Gambito-, el gran Charlatan es un viejo en silla
de ruedas, aunque eso puede ser una distracción, ¿acaso no es el profesor
Xavier la mente mutante mas poderosa y está condenado a descansar por
siempre en una silla? Además un tipo que crea un suero de fuerza no creo que
se quedara sin probarlo estando en esa silla.
Gambito saltó desde una altura de unos cuatro metros hasta una pasarela que
comunicaba varios despachos del almacén que servia como escondrijo. Gracias
a sus habilidades aprendidas con el gremio de ladrones no le pasó nada, y
cuando llegó deslizándose como una pantera hasta la zona donde estaban
todos...
-Bien señores, no se muevan, dejen sus culos quietos y nadie saldrá herido,
y no intentéis atacarme con vuestras pistolas de juguete, digamos que podría
lanzaros algo que os hará daño- Gambito volvía a juguetear con sus cartas,
esta vez estaba nervioso, ¿lógico no? una mole de tres metros estaba a diez
metros de él-
-Así que tu eres el que había hecho huir a mis chicos, vera joven, nadie
juega con el Charlatán, nadie, sobre todo cuando la gente sabe que soy un
mutante, que según he comprobado con los años puedo solidificar el sonido...
Seguidamente el Charlatán creó varias esferas de sonido que hizo girar
alrededor de Gambito hasta que finalmente todas tropezaron con su cara,
después girando con el golpe Gambito lanzó tres de sus cartas haciendo que
los amigos de demolición quedarán inconscientes.
-Esos chicos me dan igual estúpido, seguro que a mi no me puedes hacer
eso-reía Charlatán-.
-No a ti no te haré eso, no me gustaría que te avergonzaras de haber perdido
de la misma forma que tus chicos. No tendrías una buena historia para contar
en la cárcel.
Gambito levantó la silla del charlatán con todas su fuerzas y la lanzó por
lo alto cargándola de energía y haciéndola explotar cerca del techo,
cayendo así decenas de trozos de hierro y cemento sobre el Charlatán
dejándole en el suelo.
Enseguida Demolición asestó un gran golpe, y arremetió a Gambito con el
coche de su ya caído jefe, Gambitó giró y se alejó de él el tiempo
suficiente como para cargar el suelo del lugar de energía, que después hizo
explotar al paso que su enemigo se lanzaba sobre él. Aprovechando el humo de
las explosiones y que Demolición había caído durante nos segundos Gambito
lanzó una carta al maletín donde se encontraba el dinero del suero y otra
donde se encontraban las probetas del mismo suero, haciéndolo desaparecer y
dejando la maleta oculta cerca de los escombros.
"Dicen que los héroes no cobran, pero nadie ha dicho que yo sea un héroe y
seguro que ni los Vengadores ni los 4 Fantásticos duermen entre cagadas de
perros y hombres...me vendrá bien un dinerito..."
Demolición se levantó confuso, se notaba que Gambito era un oponente a su
altura, con todas su fuerzas Remy le lanzó una vara de hierro al brazo con
poca carga energética, pues se notaba que el suero estaba dejando de
funcionar. Durante la lucha el chico pasó de medir tres metros a medir solo
dos y tras la explosión sus fuezas se redujeron a cero, volviendo a ser un
joven normal y corriente...
-¡Arggg! Cabrón, me has despedazado el brazo.
El brazo de Demolición no había sufrido muchas heridas pero al encoger su
cuerpo al chico le faltaba un considerable trozo de carne. El chico empezó a
desangrarse pero por fortuna las explosiones y el ruido ya habían alertado a
la policía.
-Veo Remy que no me hizo caso-dijo el agente Peter Robertson-
-Como que no? Me escondí, les seguí y le llamé.
-Me llamó?
-Claro colega, las explosiones no se fabrican ellas solas sabe- Gambito
sonrió-.
-Graciosillo... ahora explíqueme que ha...
Antes de que el agente pudiera terminar Gambito empleó su pequeñas
habilidades hipnóticas y borró de su mente su participación en aquello.
Cuando Robertson despertó Gambito ya no estaba...
-Bien chicos, limpiad a estos capullos y larguémonos, tengo la sensación de
que me hubieran atravesado el cerebro, me duele mucho al cabeza...
PRÓXIMO NÚMERO: ¡Un nuevo compañero para Gambito! ¡Gambito enfrentado a una secta de jóvenes mutantes!
1.- Gambito abandonó el grupo en números recientes de la patrullosa.
AS DE PICAS
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