Luna llena.
Nuevo Mexico, Heartsdale.
Los tambores resuenan ritmicamente. Los hombres de la tribu bailan al son
de estos. Medicos, abogados, empresarios... Todos ellos grandes
triunfadores, sin embargo esta noche realizan los ritos que sus padres y
antepasados, igual que ellos, hicieron antaño.
Muestran con orgullo las raices de un pueblo que fue el primero en poblar
el continente americano.
Thomas Fireheart permanece sentado, pensativo, en cierta forma al margen
del resto de sus iguales.
El Shaman de la tribu acerca su boca al oido de su sobrino.
- Oí que "El colgante del Alba" fue robado.
- Así es, tio.- Responde Thomas Fireheart.- Pero no has de preocuparte,
me sera devuelto en breve.
- ¿Como planeas conseguirlo?
- La misma que lo robo volverá me lo devolverá.
Luna llena.
Nueva York.
La Gata Negra se balancea con su cable. Sonriente y satisfecha.
Hace dos días un hombre de negocios llamado Thomas Fireheart se había
presentado en su casa amenzandola con revelar su identidad secreta si no
le devolvía un precioso collar que recientemente había robado. Pero
habilmente ella se entero de que este tenía otra identidad secreta y le
amenazó con desvelarla si él hacía lo mismo.
Nadie se metía con la Gata y salía de la pelea sin arañazos.
- Hum...- Murmura mientras se engancha a otra cornisa con su cepo. Tiene
un presentimiento.
Salta sobre un tejado y se gira en varias direcciones. Al final localiza a
una especie de monoplaza volador a cierta distancia.
- ¿Quien será?- se pregunta a sí misma.
- Uno de mis hombres, Gata Negra.- Le interrumpe una voz inesperada.
- ¡¡¡MARTA PLATEADA!!!
Las dos mujeres se miran frente a frente. Otro par de hombres de Marta
salen de las tinieblas.
- ¿Que quereis?- Felicia adopta una posición defensiva.
- Gata, de momento solo nos han contratado para intimidarte.- Dice la mujer
mercenaria.- Pero nos han pagado una cantidad de dinero considerable
solo por amenazarte... Y darte esta carta.
Felicia Hardy recoge el mensaje y lo abre.
"Querida Gata Negra.
Lo que me fue robado tiene un gran valor, no solo economico sino también
emocional. O me es devuelto o ya que no puedo hacer nada contra tu alter
ego no superheroico tomaré las necesarias represarias contra la Gata
Negra. Estoy dispuesto a perder mucho tiempo y dinero contratando a
quien me garantice que te impedira ejercer tu identidad secreta. Nunca
utilizo faroles.
Devuelve lo robado junto con una disculpa y estaremos en paz.
O atente a las consecuencias."
La Gata hace una bola con el papel y mira furiosa a la mercenaría en frente
suyo.
- ¿Que respuesta le tenemos que dar a nuestro cliente?- pregunta Marta
Plateada con una sonrisa. Era el trabajo mas provechoso que habían
realizado. Ni un solo disparo, solo palabras.
Tres días después Felicia Hardy entra en la sede de Empresas Fireheart en
Heartsdale, Nuevo Mexico.
Gruñe de mala gana su identidad al policía de la entrada.
- El sr. Fireheart la estaba esperando.
- Genial.- Murmura.- Maldito Fireheart.
Sube hasta el piso, la secretaría la deja pasar hasta un enorme despacho
que curiosamente tenía un estilo mas sobrio de lo que esperaba.
- Me alegro que halla decidido tomar la decisión mas sensata.- Dice Thomas
mientras que se levanta.- Nunca quise llegar hasta ese extremo, pero "El
colgante del Alba" perteneció a mi madre, y a su madre antes que ella. Es
una pieza muy valiosa con un significado historico ademas de...
Felicia Hardy no estaba escuchando. Realmente había venido hasta allí con
un solo objetivo: cruzarle la cara de una bofetada a ese imbecil. Cosa que
había hecho en ese mismo momento, interrumpiendo a mitad de una frase a
Thomas Fireheart.
La bofetada le había hecho inclinar la cara. Había veces en las que Felicia
se olvidaba totalmente de que tenía mas fuerza que un humano normal, no
mucha mas, pero una poca después de todo. No era una mujer debil.
Thomas se gira hacia la gata. Había un brillo extraño en sus ojos.
- ¡¿QUE HAS HECHO?! ¡ESTUPIDA!- Grita al borde de la locura.- ¡LAS
PASTILLAS! ¡DAME LAS PASTILLAS!
- Que te follen.- Le responde Felicia. Realmente Fireheart se comportaba
de una manera pecuriar. Ahora estaba a cuatro patas en el suelo,
temblando como una hoja.
La Gata Negra siente una punzada de preocupacion. Va a girarle pero nota
que Thomas estaba cambiando.
La secretaría abre la puerta bruscamente.
Thomas cae boca arriba. Su pelo comenzaba a hacerse anaranjado y su
cara adoptaba una forma felina.
- Vete.- Gime Thomas.- Huye. Vet...
Su última palabra es interrumpida por un gruñido casi gutural.
La secretaria lanza un grito de puro miedo.
- ¿Que coño eres...- El ser lanza a la Gata contra una estantería con una
fuerza sobrehumana, rompiendo totalmente el mueble con el impacto.
Despues de la terrible transformación una bestia asesina de pelaje naranja
y sed de sangre ocupa el lugar donde antes estaba Thomas Fireheart. Se
le llama, de forma bastante acertada, EL PUMA.
Un aullido como el de un lobo resuena en el despacho.
- Alto... Fuera...- La secretaría empujaba una especie de tazer de un
tamaño desproporcionado. Se interpone entre el Puma y la Gata Negra.
La horrible cara del Puma observa a la mujer que servía de secretaría a su
alter ego. Parece reconocerla y se precita al vació lanzandose a traves del
cristal.
Felicia se levanta y Jenna, la secretaría cae al suelo, llorando.
- ¿Que ocurre?- pregunta la mujer gato.
- Ha ocurrido... Ha ocurrido...
Poco después, una vez que Jenna se ha calmado esta le explica como
Thomas Fireheart perdió su humanidad y llevo a cabo brutales asesinatos
mas propios de un animal que de una persona.
Cuando gracias a la intervención de Spiderman consiguió recuperar su
normalidad se prometió que nunca le volvería a ocurrir. Por eso
constantemente tomaba todo tipo de calmantes que mantuvieran alejado al
fantasma del Puma.
Hasta que la Gata se había precipitado en sus acciones.
- Si no se le detiene, Thomas volvera a matar... Y nunca se lo perdonaría.-
Dice dejando caer que podría sucumbir a la mas terrible decisión que un
ser humano puede tomar contra si mismo.
Jenna hace una llamada por telefono.
- ¿A quien llamas?
- Thomas me dió hace poco el encargo de realizar una transferencia
bancaria desde una cuenta en Suiza que solo utiliza en
asuntos "especiales".- Le cogen el número.- Necesitamos su ayuda
urgentemente.- Pausa.- ¿QUE? ¿Hasta dentro de una semana1?
Jenna cuelga el telefono.
- Maldita sea.
La Gata Negra suspira. No le quedaba otra opción que volver a ponerse el
traje...
Luna llena.
Salta de tejado en tejado.
Su presa era realmente veloz. Demasiado para la Gata Negra.
- Una cosa hay que concederle a Fireheart.- Dice.- Es un hombre
prevenido...
Se había hecho colocar mediante una operación quirurgica un localizador
enterrado bajo el antebrazo. También tenía un pequeño arsenal con varios
tazers electricos, rifles y munición compuesta por dardos tranquilizantes
en un estante falso en su mismo despacho.
La Gata había elegido un rifle al azar y una bandolera con dardos. Le
seguía la pista con el localizador. La presa se para subitamente, se mete
en un callejon. Parecía como si quisiera tenderle una emboscada.
Quizás la había olido. La presa quería convertirse en cazador.
- No caere en ese truco.- Poco a poco se va desplazando. Al final con su
vista felina dispara un dardo certeramente contra unas sombras que se
mueven.- Bien... Le he dado.
Desgraciadamente una vez en la escena del disparo ve el dardo en el
suelo, un levisimo rastro de sangre en la punta de este le indica que había
acertado en el blanco.
Mira el rastreador, su presa estaba a cierta distancia, moviendose a gran
velocidad.
Se para en seco.
- Oh, mierda.- Maldice la Gata Negra cuando ve que el Puma se dirigía en
su dirección.- He de subir a un espacio abierto.
Todo lo rápido que su gancho le permite sube hasta uno de los tejados, con
la esperanza de que eso le de la ventaja necesaría para dispararle otro par
de dardos y tumbarlo definitivamente.
Desde lo alto del edificio se descuelga el fusil y lo carga de nuevo. No es
que fuera realmente habil con el gatillo, pero tenía amplia experiencia como
fotografa, así que tampoco era mala tiradora. Ve a una sombra moverse y
le dispara. Vuelve a cargar su arma de fuego.
El Puma comienza a trepar. La Gata Negra dispara y le da en el brazo
izquierdo, sin conseguir frenar el avance. Vuelve a cargar. El Puma sigue
trepando. Dispara de nuevo. No lo detiene. Vuelve a cargar. No consigue
disparar ya que de un zarpazo él le hace soltar el arma.
Felicia mira su brazo derecho, tenía un corte realmente profundo a la altura
de la muñeca que manaba sangre profusamente.
El Puma gruñe y se dispone a avalanzarse sobre su presa, pero la Gata lo
detiene a duras penas, utilizando su impulso le voltea por encima suyo.
Con un último esfuerzo saca un dardo y se lo clava directamente en la
yugular.
El monstruo sin mente se levanta tambaleante, a duras penas. Felicia tiene
un momento de duda, pero suspira de alivio cuando ve que comienza de
nuevo otra extraña transformación.
El cuerpo inconsciente y malherido de Thomas Fireheart cae al suelo.
El Puma ha desaparecido.
Luna llena.
Nueva York.
Felicia Hardy se lava cuidadosamente en el baño, poniendo especial
atención sobre la casi cicatrizada herida de la muñeca.
Suena el timbre cuando se estaba secando el pelo. Se coloca encima una
toalla que sugiere mas de lo que oculta y se apresura en abrir la puerta.
Todo sea dicho, albergando una secreta esperanza en su interior.
Que se ve defraudada al ver al habitual botones del hotel en el que se
hospedaba.
- Un paquete para usted.
- Ya los he recibido de todo tipo.- Responde esceptica Felicia.
Cuando lo abre cual es su sorpresa al darse cuenta de que se trataba de
un hermoso collar. Bastante familiar. Todo por que lo había tenido en sus
manos hace un par de semanas.
El colgante del Alba.
Felicia Hardy emite una involuntaria sonrisa.
Luna llena.
Heartsdale.
- Yo mismo podría haberle llevado los papeles a casa.
- Ya me encuentro mucho mejor, Jenna. Y puedo valerme por mi mismo.
Ahora dejame solo, he pasado casi medio mes en el hospital y debo
ponerme al día.- Contesta Thomas Fireheart.
- Es mas de medianoche y el doctor le recomendo reposo.
- Yo se mejor que nadie lo que me conviene.- Dandose cuenta que no tenía
nada que hacer contra la voluntad indomable de su jefe, Jenna se retira.-
Vete a casa, Jenna. Se cuidarme solo.
- Pero...
- No. En serio.
- Tu ganas, Thomas.- Accede Jenna.- Pero solo hoy, mañana tendrá que
llevar una cura de reposo.
- Acepto.- Dice Thomas antes de quedar totalmente solo.
Mira la luna llena y suspira.
- Estuvistes a punto de perder el control. A punto de echarlo a perder
todo.- Se dice a si mismo.- Tienes una gran deuda de honor con la Gata
Negra...
- Una gran deuda, tu lo has dicho.- Thomas se gira y ve como de entre las
sombras sale Felicia totalmente vestida con su traje de Gata Negra.- Y no
quiero este collar para saldarla.
Felicia deja caer el colgante del Alba sobre la mesa.
Thomas le mira con ojos llenos de tristeza.
- ¿Que quieres?
- Esa es una buena pregunta... Quizá algo mas personal...
Thomas mantiene un silencio expectante mientras que la Gata se desliza
lateralmente sobre la mesa de su despacho.
- Dime Fireheart...- Le contesta finalmente Felicia.- ¿Que es lo que todas
las chicas desean?
Full Moon Midnight Felines.
Final.
1.- Marta Plateada estan ocupados en la Guerra de Bandas. Ver números de Spiderman.
Full Moon Correo del lector.
jesusquintana@mixmail.com