La historia actual continúa desde Patrulla-X #367.

- ¡El Club Fuego Infernal queda detenido!

- No estoy seguro de que esa frase quede muy oficial, colega –dice Jamie Madrox.

Guido pone cara de desilusión. Acaba de derribar la puerta de otra habitación más en el edificio El Cisne, la sede del CFI en Nueva York.

- No le hagas caso, lo dice por fastidiarte –responde Noche.

Cuatro duplicados se reparten por la habitación, cada uno con un pequeño detector del kit de armas múltiples que se duplica con ellos.

- Mmm, aparecerá en cualquier momento...

El chisporroteo teleportador se manifiesta en mitad de la habitación. Portal, joven peón al servicio de Sebastian Shaw, se alarma al comprobar que acaban de hacerlo intangible con un campo de oscuridad.

- Ahora sí, venga.

- Nah, ya no me hace ilusión.

- *sigh* Michael Tarsl, queda detenido por...

Un par de pisos más arriba, en las habitaciones de la realeza. Duplicados pasan arriba y abajo confiscando objeto. Mente Maestra y Empática se detienen ante la puerta de las habitaciones de la Reina Negra.

- ¿Por qué no pueden tener la decencia de reunirse todos abajo y que los detengamos a la vez? –protesta Martinique.

- Bueno, no creo que se resista mucho, no tiene sentido, quiero decir, eh... –contesta Empática.

Martinique gira el pomo y empuja con el hombro. El dormitorio tiene el estilo antiguo y recargado propio del Club Fuego Infernal. La mujer morena de pelo corto, vestida de Reina Negra, las espera sentada leyendo un libro. Ella y Martinique se miran. Empática las observa y se saca unas esposas anuladoras del cinturón, con algo de nerviosismo.

- Tessa, eh... queda detenida...

- No hace falta todo eso –Tessa cierra el libro y lo deja sobre una mesita, camina hasta ellas–. Este puesto es tuyo –dice a Martinique.

- No lo quiero –la voz de Martinique tiembla.

Tessa levanta una mano hacia ella. Mente Maestra se retira por instito, pero luego de queda quieta mientras la otra le acaricia la mejilla.

- Lo querrás.

Empática coge las muñecas de Tessa y le coloca las esposas.

- ¡Vale ya! ¡Jamie! –grita hacia el pasillo– ¡Dos duplicados aquí, ya!

En otra parte del edificio, Cifra, el holograma, y Comando, el cyborg, han llegado hasta la sala de comunicaciones.

- Muy hábiles, camuflarla como la sala de monitores, y la de monitores ocultarla a su vez, es...

Comando se lleva un dedo a los labios, ordenando silencio.

- Está aquí y nos ve, no hace falta disimular.

Con un gruñido inhumano, el asesino conocido como Espora salta sobre ellos.

- ¡Llegáis tarde, estúpidos hombres-x!

Cifra se hace intangible, dejando que Espora pase a través de él. Comando le dispara a bocajarro y lo sujera por el cuello, golpeándolo contra el suelo, abriéndole las heridas que le hizo Coloso hace poco.

- No seremos tan estúpido si venimos los dos únicos inmunes a tu poder, ¿verdad?

- Esta durmiendo, niño. Haz lo tuyo –dice Comando, señalando con la cabeza la puerta de la sala de comunicaciones.

Cifra empuja levemente para abrir. La habitación está llena de ordenadores de última tecnología, pero destrozados, con todos los datos que Cifra buscaba probablemente perdidos. En el suelo, el cuerpo de un chaval poco más o menos de su edad.

- Hacker¹ –dice, mientras se agacha y comprueba la marca de las garras de Espora.

Comando da un pescozón innecesario al holograma.

- "Infecta" estos cacharros a ver que puedes recuperar, este ya no nos puede decir nada.

En la sala de recepciones de El Cisne, Factor-X Elite y la división de Nueva York han instalado el cuartel general provisional de la operación. Duplicados pasan llevando esposadas con anuladores a Reeva Payge, Damasco y Cordelia Frost.

- ¿Dónde está Mondo? Decidle a ese cobarde que venga a detenerme él mismo si se considera un hombre de verdad...

Entre cinco duplicados arrastran también a Sebastian Shaw. Forja aguanta los gritos del Rey Negro a apenas centímetros de su cara impasible y con los brazos cruzados.

- ¡No tenéis nada! ¡No habéis hecho nada! ¡Volveré y lamentareis este insulto! ¡Lo sabes, Forja! ¡No se puede meter en la cárcel a un Rey Negro del Club Fuego Infernal!

Mientras sus gritos desaparecen en el ascensor, Shard, sin dejar de tomar notas en una agenda electrónica, se coloca junto a Forja.

- Tiene razón. Comprará a un jurado, pagará a otro para que ocupe su lugar o lo que sea, y en unos meses estará libre otra vez, y aunque desmontemos todo esto lo volverá a levantar...

Forja se encoge de hombros, sin variar un apice la expresión neutra de su cara.

- Puedo aguantar que me amenace las veces que haga falta.

Shard disimula media sonrisa sin dejar de tomar notas.

- ¡Eh! –grita un duplicado.

Los líderes de Factor-X se giran a tiempo hacia las ventanas de la sala para ver caer un cuerpo a plomo desde una de las plantas superiores.

Forja y Shard se asoman por el hueco de la ventana. Los curiosos ya se están arremolinando alrededor del cadáver. Forja pulsa un par de botones en su mano mecánica.

- ¿Quién era? ¿A quién estaba asignado?

- Soy Jamie –responde por la radio uno de los duplicados, visiblemente nervioso–. Era Profeta, el acólito. Se ha tirado mientras derribábamos la puerta de la sala del trono...

Shard se muerde los labios. Forja golpea la lengua contra el paladar.

- ¿No ha dejado una carta, unos diarios o algo así de irritante, verdad?

- Nnno... No, no creo... Sólo se ha tirado por la ventana...

- Entonces acordona la zona y que el Factor-X de Nueva York se encargue de levantar el cadáver. Nosotros ya hemos tenido bastante.

Las puertas de la celda de máxima seguridad se deslizan sin un crujido. El enorme y pelirrojo recluso se pone en pie.

- Ya era puta hora.

- Puede ponerse el casco, señor Marko.

- Me lo pongo porque me da la gana.

El casco del Juggernautt hace un chasquido escalofriante al cerrarse sobre la chapa de su pechera. Henry Peter Gyrich disimula, gracias a la práctica, cuando traga saliva. Sus gafas oscuras ayudan.

- ¿Quiénes son estos? El figurín me suena...

- Creo que conoce a más un paciente mío, señor Marko.

- Un comecocos, ¿eh?

Gyrich señala a la mujer a su izquierda, una rubia con gafas y batín blanco.

- Esta es la doctora Jennifer Nyles. También conoce a algún antiguo amigo suyo, señor Marko.

- Seguro. Tengo muchos amigos.

- Creo que sería conveniente repasar los términos del acuerdo que nos trae aquí, si no le importa, Henry –dice Leonard Samson.

- Es muy sencillo –Gyrich carraspea– . El señor Marko, aquí presente, bajo la supervisión de la doctora Nyles y siempre que acepte seguir tratamiento con usted, inaugurará un nuevo programa de recuperación de antiguos supervillanos... Se beneficiará, eh –el asesor presidencial se ajusta la corbata–, de la nueva política de transparencia de la administración en este sentido tras las debacles de los Cruzados y la Hermandad de Mutantes... Y lo hará actuando como cazarracompensas de supervillanos a sueldo del Gobierno.

Juggernautt se frota los nudillos.

- Ya estoy deseando empezar².

- ...y entonces Sam le dijo "bueno, es que no es lo más apropiado para este cuadrante de la Vía Láctea"...

Berto, Dani, Sam e Illyana se echan a reir. Bumi arruga la nariz.

- Oh, sí, que gracia me hacen esas divertidas anécdotas de viajes interestelares con su ex-novia famosa cantante y que está como un tren, me mondo... –murmura.

Una chica pasa en bicicleta a sus espaldas. Están en el cesped de uno de los patios del campus de la UCLA, rodeados de otros estudiantes que tampoco están atendiendo sus clases. Un chaval con un aire al protagonista de Dawson crece pasa cerca de ellos y saluda a Illyana con un gesto.

- Vaya, ¿quién es ese? –pregunta Espejismo.

- Se llama Joss, es... no sé, un boy-scout o algo así, lo conocí hace poco. Tiene novia... de momento³...

- Cielo santo, que miedo me da la Illyana post-adolescente –dice Sam, riendo.

- Ya... Hablando de eso, ¿qué sabéis de Kitty y la Patrulla?

Las cinco cabeza se agachan al mismo tiempo, aunque en lugar de cuchichear, la telepatía de Danielle Moonstar los enlaza.

"Parece", comienza Sam, "que ya están refugiados en Neo Avalon".

- Mi amigo y yo tenemos sed –una mano peluda con agujeros en el envés golpea con los nudillos sobre la barra del bar.

- Ya va, hijo de puta... –contesta el barman, que parece acostumbrado a los modales de su cliente.

Es un tugurio de mala muerte lleno de camioneros y leñadores, con un canal nacional dando noticias sobre Alpha Flight en un televisor demasiado bajo para que lo oiga nadie.

El camarero coloca dos cervezas bien frías junto el enano peludo y su acompañante, un tipo canijo y repeinado con bigotillo de mosquetero. Cada uno de un buche de su jarra

- Entonces, ¿de nuevo asuntos personales, mein freund?

- Un hombre tiene que hacer lo que tiene que hacer, elfo.

- ¿Usas esa frase para ligar?

- Al menos yo sigo ligando... a ti ya te han echado el lazo...

- Bueno, realmente Amanda y yo no nos hemos casado, Logan, sólo traído al mundo un niño y una niña rollizos, azules y con cinco dedos en las manos y cinco en los pies.

- ¿Tu Dios no se mosqueará?

- Entenderá que mi novia bruja tenga un miedo comprensible a salir ardiendo si al contacto con el agua bendita.

Lobezno gruñe.

- ¿Y vas a arrastrar a esa familia de cuento de hadas contigo y la Patrulla?

- Ja! Así es, viejo amigo.

- A ser vecino de Magneto y todo...

- ¿Es que se te ocurre un sitio mejor⁴?

La provincia de Prenova, en el este de Genosha. Renee Majcomb y Jenny Ransome, dos de las líderes del bando mutado, y El Viejecito, representante de la Resistencia Mutante, reciben las explicaciones de un antiguo aliado.

- Firme un contrato para entrenar reclutas, no de esclavitud –dice Cable–. No creo que merezca la pena discutir de eso.

- ¿Qué se supone que quieres, Cable? –contesta Jenny, picada.

Nathan Dayspring señala con la cabeza a sus compañeros, colocados tras de él dentro de la tienda del campamento mutado. Dominó, los hermanos Confusión, la joven telépata Tangerine y un tipo con bigotito, chupa de cuero y una ametralladora.

- Esta es la nueva Media Docena. Queremos que nos deis la oportunidad de acabar con la guerra en Genosha de una vez por todas⁵.

- Es vuestra oportunidad de rendiros –dice Mística.

- Nada puede detener a Factor 3 –contesta Erik el Rojo.

La antigua base de Factor-X en Washington, el primer Falls Edge, al que sustituyó el de Texas –sustituida a su vez por el Nido de las Águilas–, es asaltada por la Hermandad de Mutantes Diabólicos. Usando el poder de doblar el espacio de Ariel, se han repartido hasta rodear a Factor 3, el antiFactor-X creado por el Amo del Juego que parasita sus pasos.

Por parte de la Hermandad, aparte de Ariel y Mística, Mole, Pyros, Riesgo, Mesmera, Siena Blaze, Random, Tempestad y Pícara. Por la de Factor 3, Erik el Rojo, Fantazia, Unuscione, Brazos, el Desvanecedor, Ruleta II, Sombra Temporal y Ogro.

- Creo que me suena el hortera –dice Pícara.

- Cuando yo estaba con ellos, era Nate Grey –contesta Mesmera.

- Sé quién es... El Amo del Juego está desactivado, están en piloto automático algo así... –dice Mística.

- Y sin poderes –Riesgo se relame.

- Es vuestra oportunidad de uniros a nosotros –repite Mística.

Fantazia parpadea.

- ¿Mística?

- ¡Silencio! –Erik hace un gesto y una nube de energía amarilla rodea a Fantazia.

- Se supone que lo tengo apagado –masculla Riesgo.

Pícara sale volando.

- Concentrate en él, cielo.

La mujer-x le aplica un directo a la mandíbula a Erik que lo obliga a soltar Fantazia. Un par de puñetazos más y consigue derribarlo. El resto de Factor 3 se revuelve como si despertase de un mal sueño. Pícara se agacha y le quita el casco.

- Vaya timo...

- ¿Qué esperabas? –dice Mística.

- Es Exodo... Se supone que estaba perdido en alguna dimensión alternativa o algo así⁶.

- Bueno, en cualquier caso no me interesa, no sería muy manejable...

- Mamá, ¿de verdad quieres reclutar a todos estos perdedores en tu nueva Hermandad? –Pícara abarca con un gesto a los miembros de Factor 3 a los que el resto de la Hermandad está dejando fuera de combate.

Mística sonríe.

- Para empezar.

Bishop empuja la silla de Xavier sobre un camino de piedra cubierto de hojarasca y polvo que cruje bajo las ruedas. Se detienen justo junto a la puerta de lo que solía ser la Mansión-X. Una de las paredes está derruida y puede verse como entran los rayos de sol por los agujeros del techo en el zaguán.

- ¿Merecerá la pena?

- Seguro que sí, señor.

Xavier se da impulso el sólo y rueda hasta casi rozar la puerta desvencijada.

- Renuncié a mi Patrulla por la política. Renuncié a la política por mi Patrulla. No soy digno de mi propio sueño, Bishop.

- Confío en que sabrá cómo volver a serlo, señor.

- Tienes más confianza en mí que cualquiera de mis alumnos, Lucas. Incluso que yo mismo.

Bishop sonríe. Señala con los ojos hacia un punto al fondo del camino. Tres figuras se acercan desde el horizonte, sobre las señales de las ruedas y las pisadas militares del mutante del futuro. Xavier mira a su guardaespaldas, sorprendido, casi escandalizado.

- No necesita sondearme. No tengo nada que ver con ellos.

- Pero sabes por qué vienen...

- ¿Por qué vendría si no alguien aquí?

Cuando llegan a su altura, la primera imagen es la de dos chicos y una chica de apenas veintipocos, de aspecto más que normal. La ilusión se desvanece rápido, casi de manera nerviosa, como señal de respeto.

Si que tienen la edad que se habían inducido. El más alto, en el centro, responsable del espejismo, parece el más joven. Su piel es azul oscuro moteado de blanco, semejante a un cielo estrellado. Viste unos vaqueros y una camiseta normales. El otro chico no es necesariamente más bajo, pero anda encorvado, casi a cuatro patas. Vestido de arlequín, deja colgar pendularmente una lengua enorme. Por último, mucho más familiar a Bishop y Xavier, una joven feral y peluda, tan encogida como su compañero.

- Señor... Profesor X... –el chico estrellado toma la palabra, quizás porque es el único que no puede sonrojarse–. Me llamó... Caído. Este es Sapo... y a Feroz ya la conocen... Señor, queremos pedirle que nos entrene...

El salón de actos de la Academia Massachussetts para Jóvenes Talentos está lleno a rebosar de alumnos, familiares y medios de comunicación.

Sobre la tarima, el profesorado y personal de la escuela: Scott Summers, Jean Grey, Robert Drake, Sean Cassidy y Tom Corsi⁷. La directora, Emma Frost, da el discurso de inauguración del nuevo curso desde el atril.

- ...no vamos a ocultarnos por más tiempo. El curso pasado esta escuela se convirtió en la primera en dar clases mixtas, humanos y mutantes compartiendo aulas sin avergonzarse unos de otros, y este comienza con todos sus profesores saliendo del armario y enfrentándose a las consecuencias legales de sus actos pasados...

Banshee se pasa una mano por el cuello de la chupa de los Boston Celtics. Scott y Jean comparten una mirada de inteligencia.

Al fondo de la sala, oculto tras las cámaras de televisión, Neal Conan escucha, la espalda contra la pared, las manos en los bolsillos. Sonriendo de medio lado bajo la barba.

- Estamos entrenándolos a todos para que aprendan a no hacerse daño y a impedir que otros se lo hagan. Vamos a enseñarles a ser mucho más de lo que ninguno de ustedes pueda soñar para ellos.

En la primera fila, Júbilo sostiene a la pequeña Rachel, más pendiente de sus pateleos que del discurso de Emma. Jono y Everett fingen estar pasando del discurso mientras Paige toma notas como una descosidad.

- Los únicos límites que existen son los que nosotros mismos. Humanos y mutantes. Solos no podemos, juntos... las posibilidades son infinitas.

1.- Hacker y Cifra se enfrentaron en Factor-X #199. Hacker era uno de los exiliados temporales que acompañaron a Cable al siglo XXI en Cable #42.

2.- Esto está plagiado de la mini X-Men Forever de Nicieza y Maguire, un status que nadie aprovechó luego –y que supuestamente tenía que enlazar con Thunderbolts–. No entra en continuidad y lo he adaptado un poco.

3.- ¿Picará esto a Carlos Correia para empezar a sacar Nuevos Mutantes o Marvel Kid? Lo descubriremos...

4.- No os perdáis los próximos números de la Patrulla-X.

5.- Y aquí queda aparcado Cable, de momento, más en versión soldado que versión mesías.

6.- En Excálibur #105, en MarvelTopia.

7.- El policía al que alteró el Oso Místico en la célebre saga de los Nuevos Mutantes clásicos –toma oxímoron–, y que fichó por la Academia en Generación-X #28, en MarvelTopia.

CORREO GUBERNAMENTAL

Cielos. Ya está. Crossover terminado.

Debo admitir que este crossover tiene dos influencias principales. En primer lugar, Crisis de Identidad. Siempre quise escribir un crossover sin villano en el que los héroes se pasasen seis números corriendo como pollos sin cabeza y en el que realmente no hubiese un final claro. En segundo, la Canción del Verdugo, típica "niciezada" en la que más personajes de los que puedes contar empiezan a desfilar ante tus ojos haciendo cosas supuestamente importantes pero sin sentido y en el que te tienes que creer que hay un gran respeto por la continuidad porque, eh, ahí está, es Nicieza.

Al final también me ha influído un poco Crisis Final, y he terminado haciendo una colección de escenas inconexas entre sí que acaban por no enlazar nunca y en las que pasan cosas, pero nunca queda claro qué exactamente.

Eso sí, cuando se me ocurre lo del "ejército de X-Men", Brubaker empieza a hacer algo parecido y meridianamente decente en gringolandia. Cago en su estampa.

Ahora en broma, aparte de mis idas de olla de Factor-X, he intentado meter aquí cositas del resto de series mutantes, un poco de cara al relanzamiento ese y otro porque si no, no tiene gracia. Se ha fundido, sobre todo, con cosas del X-Man y la Patrulla-X de XuM, no me lo tengáis en cuenta, pero es que es casi imposible escribir mutantes en MarvelTopia sin tocar algo que haya hecho XuM.

En mi cabeza la idea inicial era más burra y trataba de dar un papel a todo el mundo. Al final los Nuevos Mutantes y Generación-X han quedado con una participación más testimonial. Cable, Lobezno y Gámbito han tenido su hueco, claro, un crossover mutante sin esos tres es como un domingo sin fútbol. En fin.

Gracias a Israel Huertas por las portadas y a Carlos por dejarme hacer lo que me de la gana. Y a los demás, gracias por leer y por vuestras opiniones.

Ahora toca intentar relanzar los Mutantes marveltópicos con un Reload de esos. En realidad no tenemos tantas series, apenas cuatro si no cuentas las individuales (que van por libre) y las minis, así que... permanezcan atentos a sus pantallas.

Jose Cano, el Advenedizo.