FACTOR-X 191
¿Sueñan los mutantes con ovejas radiactivas? III
Guión:
Jose Cano
PORTADA: Una cadena de ADN que se rompe a través de la cual se desliza el
logo de la serie, separándose las letras y cayendo en espiral. (Diseño: José
González, hace eones, cuando le pedí un logo para la serie).
Status de Factor-X: Forja, Dominó, Shard, Hombre Múltiple, Fortachón,
Random, Noche, Fiambre, Lapsus, Terremoto, Mondo, Mente Maestra, Empática,
Chica Ardilla, Electroshock, Comando Escarlata, Mole, Mística y Siena Blaze
Inquilinos del Nido de las Águilas: Valerie Cooper, Chevil Cooper, Senador
Robert Kelly, Arthur Stern (miembro del Comité Mutante y amigo de Val),
Louis Antílope Intrépido (joven navajo encargado de seguridad y asistente
personal de Forja), Mae (secretaria de Val, tiene ocho brazos) y Ariel
(antigua miembro de los Ángeles Caídos, llegó pidiendo ayuda). Además está
el personal médico y de mantenimiento, pero ninguno de ellos tiene acceso a
las diez plantas superiores, el verdadero cuartel general de Factor-X, donde
entrenan y llevan a cabo su actividad diaria. El edificio es controlado por
Doug y Lock como ordenador central. Podemos considerar que Warlock es el
hardware y la conciencia de Doug Ramsey el software. Como ya hicieron muchas
veces cuando aún Doug estaba vivo, el alienígena se deja "dirigir en
combate" por su amigo, el cual ha quedado convertido en el fantasma dentro
de la máquina.
Resumen de los dos últimos números: Como viene siendo habitual, el grupo se
dividió para atender a los diferentes casos abiertos que reclaman la
atención de Factor-X. Por un lado, Random, Fiambre, Carter y Comando
Escarlata, bajo el mando de Dominó, acudieron a Nueva York para intentar
capturar de una vez por todas a Primal, el asesino en serie de las
alcantarillas que ya se enfrentó en varias ocasiones a Los Cachorros. Por
otro, Shard, Mente Maestra, Patricia y Maxine viajaron a Detroit para
esclarecer un caso de violación en el que parecían estar implicados varios
mutantes, resolviéndolo con resultados sorprendentes. Por último, Tat,
Mondo, Mole y Noche dirigidos por Madrox deben escoltar un convoy de
criminales mutantes hasta Dallas, pero estos han sido liberados
misteriosamente en la frontera de Nuevo México. Además, Forja y Guido han
acudido a Isla Empireo para una reunión casi de conspiración a la que
asisten el Profesor-X, la Bestia y Moira MacTaggart. Por último, también
Valerie y el Senador Kelly han salido, para asistir a un concierto de la
orquesta PAN de música clásica, compuesta completamente por mutantes y que
comienza su gira por EEUU en Dallas.
El sistema de alcantarillado de Nueva York pueden visitarlo en una semana
más superhéroes que habitantes tienen muchas ciudades del centro de los
EEUU. Hace tiempo que Factor-X no se pasaba por aquí.
Random se mueve sigiloso, apenas si chapotea a cada paso. Sólo uno de sus
brazos está convertido en cañón, lo blande con precaución en la oscuridad
del túnel. La sensación es extraña, la reacción emocional de sus recuerdos
más recientes le fuerza casi a añorar este ambiente, pero desde que recuperó
la memoria completamente su etapa con la Bestia Oscura es apenas una pequeña
anécdota dentro de sus más de 200 años de vida. ¿Es inmortal? Al menos sus
poderes le garantizan una vida muy larga.
Sus ojos están acostumbrados a la penumbra, su cuerpo al frío y la humedad,
su nariz al olor del detritus. Pero ya lleva casi dos años fuera, durante
los cuales Primal ha estado viviendo allí. La luz tililante que se insinúa
al fondo de una curva del túnel llama su atención. Cuando cruza la esquina
se encuentra con un recado de su perseguido: una cita escrita en la pared
iluminada por una lámpara de gas que emite silbido casi escalofriante. Pasa
un dedo por una de las letras y se lo lleva a la boca, paladeando. Pulsa el
intercomunicador en su oreja.
-¿Dominó? Tengo otra cita en la pared. No está escrita con sangre, esta vez
se trata de tinta o pintura roja. Ha dejado hasta una lámpara de gas, parece
muy preparado.
La líder del equipo se encuentra en otro extremo del alcantarillado,
flanqueada por Fiambre y Carter, además de algunos agentes de policía.
-¿Lo escucháis?
Los cachorros asienten.
-Tenemos tu posición en el ordenador. ¿Puedes leerla?
-"Mi proyecto va tocando ahora a su fin. Mis encantos no pierden su poder;
obedecen mis espíritus, y este periodo crítico de mi vida se cumple a tenor
de mis deseos. ¿En qué hora estamos?"
Fiambre y Carter se miran con cara de circunstancias. Dominó cierra los
ojos, concentrándose. Los policías se muerden las mejillas por dentro o
pegan pataditas, con visible impaciencia. Los manda el detective Stadler, un
tipo de aspecto desaliñado y voz ronca que ya colaboró con los Cachorros en
el último intento de capturar a Primal1.
-Oigan, tenemos medio departamento ayudándoles para registrar esto y no...
-¡Cállese! - brama Dominó -. La tempestad, acto V, escena I - dice por fin
-. Fiambre, tu conmigo. Carter, coge el localizador y reúnete con Comando
Escarlata. ¿Me oye Bohannon?
-Sí - contesta el villano -. Me dirijo hacia Random, ¿no?
-Justo. Ustedes - se dirige a los policías - desplieguen el cordón
completamente, ¿de acuerdo? Vamos a moverlo, a ponerle un cebo. Acabará
saliendo.
-¿Cómo lo sabes? No es idiota, aunque sepas como sigue quizás no es lo que
él quiere, nos pone a prueba. Le gusta jugar, quizás espera que...
-Calla y vamos - tira de un brazo Fiambre -, acabaremos rápido.
Fiambre se mueve molesto en silencio junto a Dominó, intenta hablar en voz
baja, quejándose.
-Mira, éste tío es un psicópata, se dedicó a torturarme, para mí es...
Ella lo sujeta por un hombro y lo obliga a agacharse mientras se lleva un
dedo a los labios. Después le señala la espada, para que se mantenga alerta.
Fiambre empieza a ponerse nervioso, los gestos de Dominó, secos, fugaces y
silenciosos, le indican que permanezca quieto y sin hacer ruido. Casi
empiezan a agarrotársele los músculos pero ella insista. No comprende hasta
que no le coloca una mano en la boca, controlando su respiración. Demonios.
¿Así es como tenía que haberse preparado para Primal? ¿Ser capaz de no
respirar?
¿Qué escucha ahora? ¿Cuánto tiempo llevan agazapados entre la sombra y los
derechos? Seguro que si mira el reloj se cabrea. ¿Eso haría ruido? Escucha
mucho, desde todas partes, los policías, Random, Carter, Comando... ¿Cómo
sabrán cuando es Primal?
Cuando menos lo espera, su jefa se inclina sobre su oreja y le susurra
rápidamente una cita. Ante la mirada de perplejidad con que contesta ella
insiste con un gesto de la barbilla. Manuel procura ahuecar la voz para
recitar y aumentar el eco. Primal no puede estar cerca.
-"En la sexta, hora en que, según me habéis dicho, señor, terminarían
nuestros trabajos".
El túnel permanece unos minutos en su silenciosa algarabía de ecos. Fiambre
bufa y está a punto de levantarse, pero Dominó le tira de nuevo del brazo.
En algún momento la albina se ha agachado aún más y se ha ocultado entre las
sombras, junto a la pared. Fiambre piensa que el debe parecer un letrero de
neón. La voz cavernosa de Primal lo devuelve a lo inmediato, más allá de su
torpeza.
-¡Muy bien, Manuel! - el asesino silba su nombre más que lo pronuncia, como
siempre - Al menos todo esto ha servido para aumentar tu erudición.
La caída del lagarto es pesada. Cargado de hombros, desproporcionado y
gigantesco, la mirada de Primal es penetrante, nerviosa y sin pupilas,
enmarcada por una cabeza torcida y desproporcionada, con una piel de color
verde viscoso. Su aspecto contrasta con su voz, que a pesar de su eco ronco
se mantiene en un tono mensurado, amenazante pero casi amable.
-¿Empiezas a comprender por qué hago todo esto?
El disparo le acierta en un hombro y asusta más a Fiambre, al que el
estallido le ha sonado prácticamente junto a la espalda, que al propio
herido. El segundo, de Comando Escarlata, desde otro ángulo, da en una
pierna. Por primera vez Manuel observa el pánico en los ojos del reptil,
porque le han tendido una trampa tan sencilla que no se molestó en preverla,
y le parece extraordinariamente cobarde. Quizás en eso consista ser violento
y cruel y jugar con gente que sabes que es más débil que tú. En ser un
maldito bastardo cobarde. Blande la espada y salta hacia él con un grito de
rabia mal contenida quemándole la garganta. El golpe de las garras le araña
la cara y lo lanza contra una pared. Dominó lo sujeta por las axilas,
apartándolo, y mientras Primal corre en la dirección opuesta le espeta:
-Ya te ha partido la cara, ¿contento?
Comando Escarlata prácticamente deja pasar al reptil sin apenas dispararle,
aunque su único tiro da de pleno en un costado provocando que mane más de su
sangre viscosa y verde. La idea es que siga corriendo mientras el cordón
policial le dispara - para no darle, pero ellos no lo saben, claro -, pero
un par de los agentes se saltan las instrucciones a la torera y le salen al
paso para tratar de acertarle con efectividad. El primero apenas tiempo de
gritar cuando el animal rabioso le abre el tórax de un zarpazo.
Primal empieza a estar algo desesperado y tiene miedo y las dos detonaciones
que le dan en el pecho lo ciegan un instante antes de atacar a la policía
que tiene enfrente. La gorra vuela y se le despeina levemente el moño,
pudiendo el reptil contemplar unos rasgos delicados y exóticos que no
consigue localizar. El golpe debería haberle arrancado el brazo, pero sólo
desgarra el uniforme de la mujer, que vuelve a disparar una vez más. Primal
escucha maldiciones a su espalda, pero debe seguir corriendo.
Random salta sobre su espalda, le retuerce un brazo con una llave y lo
fuerza a tumbarse boca abajo en el detritus. Carter chapotea en el riachuelo
de desperdicios, su vello se encrespa - también lo haría su pelo si no
estuviese rapado - y una lluvia de chispas bailan a su alrededor. El reptil
es incapaz de calcular los voltios que atraviesan su cuerpo en apenas el
minuto que Random lo retiene. Se pone en pie tambaleante y el mutante de las
gafas de sol le da dos puñetazos que lo rematan, enviándolo definitivamente
a la lona. Observa finalmente como la policía que le disparó se para junto a
él, identificando por fin sus facciones como hindúes, así que murmura unos
versos del Bhagavad Gita antes de desmayarse completamente y recuperar su
forma humana.
Unos minutos después Dominó brama contra los policías:
-¡Les dije que se mantuvieran en sus posiciones y no lo provocaran! Ahora
su compañero tendrá suerte si sigue vivo esta noche.
La agente hindú, que se sujeta con una mano el extremo de la izquierda manga
del uniforme para no acabar haciendo top-less, se defiende como puede.
-Ese idiota saltó por que le dio la gana, pero lo mío no era riesgo, ¿ve?
Soy mutante, como ustedes, ni me arañó.
-No me importa. No tiene el entrenamiento, sólo es policía.
Cuando Dominó termina Fiambre se le acerca. Los policías ya han metido en
una celda de aislamiento a Primal y lo sacan del alcantarillado.
-¿Por qué no me avisasteis de que era una trampa tan tonta, por qué
arrastrarme así?
-Porque se te habría notado.
Fiambre se azora visiblemente y baja la vista. Dominó le da un pescozón
amistoso con los nudillos en la frente y lo obliga a mirarla de nuevo.
-Tranquilo - le sonríe -. Ya lo harás mejor.
Isla Empireo.
En el despacho de Jonathan Chambers, mucho más grande que cualquier
vivienda media, el anfitrión disfruta de la gama de posiciones ideológicas
reflejada en sus invitados. Para empezar tenemos a Forja, líder de Factor-X,
con el insigne Fortachón cubriéndole las espaldas. Junto a él, el Profesor
Charles Xavier, político y genetista, siempre bajo la protección del fiel
Bishop. Los acompaña Henry McCoy2, la Bestia, vengador y biólogo,
consagrado a la búsqueda de una cura al Virus del Legado, el problema que lo
reúne. También está presente la Dra. Moira Mactaggar3, Premio Nobel, cuya
lucha es la de McCoy, seguida de uno de los mutantes a los que trata, el
Jinete caído, Caliban. Finalmente, dos personajes más oscuros completan la
lista, conocemos a ambos, aunque no por sus nombres verdaderos. Son los dos
líderes de la Resistencia Mutante en los EEUU, representantes de las dos
ramas rivales para el control de la misma, discretos y expeditivos, y de
ellos sólo hemos oído dos nombres clave tan sencillos y vagos como inicuos:
Bibliotecaria y Viejecito4. Todos saben quién es el último invitado de
Chambers al que esperan acomodados en los numerosos asientos de la estancia,
y por eso guardan un tenso silencio. Cuando llega, sólo el súcubo parece
alegrarse. Charles Xavier siente la perturbación psíquica de su abrumadora
presencia, Forja la sacudida electromagnética que le recorre sus miembros
ortopédicos. Ninguno sabe que los desasosiega más: que acuda vestido con su
tradicional indumentaria carmesí de opereta - sus últimas apariciones
públicas lo presentaban embutido en un correcto traje de sastre digno de un
Jefe de Estado - o como parece adivinar esa misma vacilación cuando les
sostiene la mirada desde una posición casi dominante.
-Me resulta más fácil volar con él. Estoy acostumbrado - dice Magneto, por
todo saludo, mientras entra y toma asiento. Un leve movimiento de cabeza
cumplimenta a cada contertulio.
Forja chasca la lengua.
-¿Cuántos servicios secretos nos están observando ahora?
Chambers sonríe.
-No se escandalice. Menos de los que imagina. Además, no trascenderá
demasiado, supongo que la Dra. Cooper tiene buenos contactos en la CIA y en
SHIELD.
Magneto cabecea afirmativamente y mira a Forja.
-Comprendo que mi presencia supone una molestia innecesaria, pero enviar a
otro a representarme resultaba imposible para lo que nos proponemos hoy.
Existe un tercero que es quien ha propiciado esta reunión en territorio
neutral. Se trata de un problema que nos afecta a todos y para cuya solución
todos trabajamos, pero el tratamiento de la misma es algo sumamente delicado
que debemos manejar con precaución.
Forja y Xavier intercambian una casi imperceptible mirada de reojo. La
respiración de Moira aumenta su cadencia. Viejecito tamborilea con los
dedos. La expectación de Henry McCoy se hace evidente por el brillo de sus
pupilas. Bishop está en tensión desde que Magneto entró en la sala. La
Bestia no puede resistirlo más e interrumpe la innecesaria perorata de
Magneto:
-¿Quién lo ha hecho? ¿Cómo ha compensado las cadenas de proteínas
intercambiables? ¿Y la progresiva desmolecularización de los leucocitos? Y,
si están tan seguros de que es tan infalible, ¿es que...?
-¿... ya la han experimentado? - completa Moira.
Magneto se queda casi estupefacto, Chambers se mantiene impasible.
-Es una pregunta retórica, Chambers ya lo ha hecho, ¿no es así? -
interviene Forja.
-Pero esperen... - dice Viejecito - ¿Tienen la fórmula? ¿Por qué estamos
aquí?
-Es evidente. Tenemos que acordar como desarrollar y distribuir la cura sin
interferencias indeseables... - comienza Xavier, que no necesita utilizar
sus
poderes mutantes para saberlo.
-Cómo la Resistencia Mutante... - admite Bibliotecaria.
-O el gobierno de los Estados Unidos. - completa Forja.
-...a través de una institución que garantice su correcta aplicación y
haciéndose pública gracias a figuras que tengan el respeto de la comunidad
internacional...
-Y ahí entramos nosotros - dice Moira, mirando a la Bestia.
-En resumen, sin provocar ninguna clase de conflicto internacional -
sentencia Magneto.
De un bolsillo lateral de su traje extrae varios CDs que hace levitar hasta
las manos de cada uno de los presentes.
-Hay está todo lo que necesitan saber. Estoy seguro de que tanto Hank y
Moira como los servicios científicos de Factor-X podrán mejorar, en
colaboración, los recursos aquí empleados. Estos mapeos del virus y las
fórmulas aplicables son sólo el principio de un camino que imagino plagado
de trampas para todos, pero...
-¿Quién, Erik? ¿Quién te lo ha dado y a qué precio?
Chambers es quien se pone en pie y corta de raíz la polémica.
-Todos, total o parcialmente, conocemos el origen de éste virus y también
como fue introducido en la atmósfera terrestre, además de su trayectoria. No
necesitamos nombrar a quién nos ha utilizado, tanto a Mr Lensherr como a mí,
a modo de mensajeros.
Forja agacha la cabeza.
Unas horas después, en los hangares, cada uno de los participantes rumia sus
propios pensamientos mientras regresa a su transporte. Moira Mactaggart y
Forja dialogan en presencia de Caliban, cuyo destino se decide:
-...en resumen, lo que necesitas, Caliban, es el regreso a una actividad
útil, una que te ayude tanto física como psicológicamente. Mi tratamiento
genético no puede revertirte a tu estado original, pero puede acabar con las
enfermedades derivadas de la transformación. La muerte de Apocalipsis ha
anulado su control subliminal...
-...y Factor-X necesita un rastreador.
Dallas.
Pinchas Alfven Nielsen bautizó el sueño de su vida, la orquesta que ahora
dirige, con sus propias iniciales, haciendo además un juego de palabras con
su aspecto intencionadamente faunesco. Mientras se prepara para dar la
espalda al público en la modesta - y habitualmente desierta, aunque hoy es
una excepción - ópera texana, disfruta de su expectación. Su padre era un
compositor húngaro que huyó del país en los años 50 huyendo de la invasión
soviética, para refugiarse en Holanda, dónde conoció a su madre.
Él nació con manos de siete dedos, pero también con una predisposición
genética para la música. ¿Cuál era la mutación y cuál el talento? Desde
niño, sus padres le enseñaron a combinar ambos. Pero no así el mundo, las
burlas de los compañeros de clase, la repugnancia reflejada en las caras de
quienes saludaba... Durante años, vivió sólo de música, se alimentaba de
ella.
Los médicos siempre habían pensado que su mutación era menor, corriente,
como la de un bebé que nace sin un brazo. Pero sus análisis de sangre
comenzaron a mostrar otros resultados. Los mutantes empezaron a aparecer en
televisión, a considerarse una amenaza. Y él, convertido con apenas 22 años
en un compositor de éxito respetado en Europa, comenzó a reclutarlos. No a
todos. Sólo a aquellos que mostraban, por su mutación, una predisposición
especial para la música. ¿Quién nos aseguraba que la genialidad de Mozart no
era una mutación, al fin y al cabo, una ventaja genética? Cuando la orquesta
PAN se hizo una realidad el escándalo no fue excesivo y compensó otras
cosas.
Hoy, en su debut en los Estados Unidos, el deseo de Pan es el que siempre ha
tenido, hacer feliz a la gente con su música. Observa la primera fila antes
de carraspear para comenzar a mover la batuta. Valerie Cooper se inclina
fingiendo que no lo hace sobre el hombro derecho del Senador Kelly.
-¿Ves a aquella chica azul del extremo?
-Ajá.
-Se llama Rachel Argosy, aunque creo que se sigue haciendo llamar Rapsodia.
Es algo así como una amiga de Jaime, creo que empezó a cartearse con él
desde la cárcel hasta que creíamos que había muerto, y luego él retomó el
contacto cuando regresó. Gracias a PAN le han conmutado parte de la pena por
homicidio involuntario5.
-Entiendo - hace una pausa meditada -. ¿Tu opinión?
-¿Crees que me parece mal? - Val ahora se vuelve sin disimulo, aunque
sonriendo, hacia Robert - Pues no, es un ejemplo perfecto de reinserción,
casi estoy deseando filtrarlo yo misma a la prensa. No estoy tan paranoica.
-¿Tan?
Pinchas sonríe para sí mismo y para la orquesta, intentando tranquilizar a
sus músicos; y luego comienza a mecer sus brazos y sus dedos suavemente,
tras golpear en el atril pidiendo silencio, para dirigir el comienzo del
concierto. Él mismo ha compuesto cada nota, es una pieza que desea estrenar
esta noche, escrita en uno de esos momentos en los que Dios o el Diablo te
ponen la mano en el hombro y te soplan al oído. Como siempre, antes de
empezar, en un alarde de pedantería autocomplaciente, aunque inofensiva,
cita mentalmente a San Isidoro de Sevilla: "La música mueve los afectos,
provoca de diversas maneras el hábito del sentimiento". Los sorprende la
réplica telepática de uno de sus violinistas, que riza el rizo con el
filósofo helenista Filomeno de Gadara: "¿Qué atención podrán prestar los
dioses a una música ejecutada por hombres que reciben paga por esa tarea?".
Lo expulsa sin violencia de su mente con una carcajada y comienza. Esta es
una pieza muy especial.
Valerie Cooper siente como las notas la embriagan suavemente, de manera
sutil, casi imperceptible, pero premeditada, sincera, como si un hombre la
desnudase prenda a prenda sin tocarla pero evidenciándole su deseo.
Robert Kelly escucha durante tres segundos exactos sonar las alarmas de su
cerebro, ¡hipnosis! Pero razona que es demasiado absurdo, incluso para la
situación, y se deja llevar, consiguiendo relajar incluso los músculos de la
base del cuello, siempre en tensión, hasta que siente la mano de Val en su
antebrazo y toda su concentración pasa a mejor vida.
1.- Eso ocurrió en Cachorros #48
2.- Esto pasa después de la Cronotormenta, claro.
3.- Viene de Excalibur #112
4.- Los vimos en Factor-X #183
5.- Si queréis saber más de Rapsodia y su historia, echad un vistazo a
Factor-X #79-81.
CORREO GUBERNAMENTAL Correo del lector.
Bienvenidos queridos lectores.
Ha pasado mucho tiempo. Dejadme que lo mire... A ver, a ver... Dioses de la
tierra y el aire. Seis meses. Seis meses sin publicar un número de Factor-X.
Matadme y echad mi cadáver a los perros. Lo justito para que no me la quite
Carlos según las normas del F.A.Q. Bueno, no os riáis tan descaradamente que
se puede molestar y todo.
Me ha costado mucho trabajo, las escenas al final me han quedado bastantes
toscas y he recortado el esquema del número y hasta la saga, que iba a tener
un capítulo más, pero realmente estiraba la inexistente trama común y se
comía mi escaso equilibrio mental, preso como estaba de un bloqueo total. No
es lo mejor que podía haber escrito, pero al menos así me hago una limpieza
de subconsciente en condiciones para poder retomar el ritmo. A ver si soy
capaz.
Bueno, nada más. Saqué el Bebes-X #13, ahora debo escribir Excalibur #113 y
desbloquear mis dos proyectos abortados: El Águila y Super Sentai Big
Heroes. ¿Seguirán vivos mis coguionistas? Ains.
Saludos, queridos lectores.
Jose Cano, "El Advenedizo"
PD: Sí, sí, he fichado otro personaje más, sí. Ya van 20.