PORTADA: Vista de alzado, en escala de amarillos. Chevil sentada frente a una mesa en la que tiene desplegado un puzzle al que le falta una pieza,
sobre el que cual se proyecta la sombra de un hombre. El puzzle es una foto
en la que aparecen ella y Val abrazadas y sonrientes, la pieza que falta es
en la que aparecería la boca de Chevil.
Nido de las Águilas/Douglock
Recepción. Lou AntílopeIntrépido guía a un grupo de visitantes, chavales de
poco más de 12 años. El recepcionista, al que llamaremos simplemente
Recepcionista, atiende a un tipo con pintas de paleto que insiste en que los
marcianos le han dado un mensaje muy importante. Un par de mensajeros pasan
con paquetes hacia la planta médica. Un tipo con pintas de extra de Men In
Black discute con Oscar Greene. Un grupo de fans de Tat trata de asaltar uno
de los ascensores, pero Mae, la secretaria seis brazos de Val, las echa para
poder subir ella hasta su oficina. Un niño con un helado y gorra de Factor-X
tropieza con un hombre gordo y enorme.
- ¿De qué es el helado, chaval? - pregunta el tipo.
El niño se aparta, asustado por el tono de voz. El gordo va vestido con un
traje más o menos de chaqueta de color beige, aunque lo tiene totalmente
deformado, y lleva una extraña pulsera en la mano izquierda. Otro hombre, a
su lado, más flaco, le habla con voz de resonancias metálicas.
- No empieces, Dukes.
La Mole resopla.
- En serio, Bohannon, éste sitio me da escalofríos. No hago más que
acordarme de que fue el epicentro de la batalla de Dallas.
- Hum... Sí. Es curioso...
- ¿El qué?
- La Patrulla-X sigue viva, nosotros volvermos a trabajar para el gobierno,
y encima nuestro jefe será el tipo que provocó todo aquello.
- Mmmpfff... No sé por qué, pero eso es gracioso...
Dos paletos parecidos al que le está dando dolor de cabeza a Recepcionista
pasan junto a ellos, mirándolos con ojos casi espantados, aunque los
¿ex?villanos los ignoran.
- Se llama ironía, Dukes.
- ¿Eh? No te oía, viejo... ¿Crees que tendremos fans, como los chavalines
esos, los Gatitos?
- Bof...
Forest Hills, New York
FORROWITZ
- ¿En serio te gusta viajar así? - dice el agente de Lila Cheney,
agachándose junto a un matorral para echar la pota en el patio de lo que
parece un casa enorme.
- Claro, es tan natural para mí como para ti andar. Además, no pasará nada,
son amigos.
Frente a ellos hay cuatro niños asustados, abrazándose los unos a los otros.
- Hola chicos, busco a mamá. - dice Lila, sonriendo.
Uno de ellos se adelanta. Saca las garras.
SNIKT
- Vete de aquí. Me llamo Lobezno y soy el mejor en lo que hago, y si tocas a
mi mamá te...
- No voy a hacerle daño a tu mamá, ricura. - dice la cantante, agachádose y
dándole amistosos golpecitos en la cabeza. - Soy una amiga.
- ¡Eh, guarro, no pote encima de mis flores! - dice "Tormenta", que se
separa de "Coloso" y "Gámbito".
- ¡¿Niños?! - se escucha una voz desde dentro de la casa. Alison Blaire
(Dazzler para los incultos) aparece en la puerta que da el patio,
presentando una estampa tópica: delantal, manchas de harina, paño con el que
se seca las mano, y a "Mariposa Mental" pegada a las faldas..., bueno, a la
pernera del vaquero gastado.
Lila Cheney se queda con la boca abierta tipo cangrejo de la Sirenita. Aún
tiene la mano en la cabeza de "Lobezno" y éste la mira con cada vez más mala
cara.
- Dios, Aly...
- ¿Lila? - avanza hacia ella. - Vaya, er..., no te esperaba.
- Si, espera, antes de la escenita predecible, ese que trata de recuperar la
compostura es mi agente. Venimos a ofrecerte trabajo.
Dallas.
El cielo está despejado, atardece, y una brisa cálida y seca acaricia las
sienes de Maxine, parada frente a un semáforo con el muñeco del peatón en
color rojo. Junto a ella tamborilea impaciente con el pie en el suelo
Martinique Wyngarde, que se ha recogido la melena castaña en una coleta al
estilo de Val. Detrás de ella está Patricia, que tiene conectados los
pendientes anuladores que le diseñó Forja para no ir captando las emociones
de los transeuntes y de sus propias compañeras. El muñeco varía a verde.
Cruzan. Cuando están en el otro lado se pone rojo de nuevo, algún conductor
maldice en arameo por lo inesperado y rápido de los cambios.
- Martinique... - reprocha Patricia.
- ¿Qué? Estaba harta.
Maxine tira de ellas para que continuen andando.
- Tiene razón en reprocharte. Si cada vez que estuviese en una situación
incómoda o aburrida hiciese correr el tiempo más deprisa...
- ¿Y por qué no lo haces?
- ...... Pues porque... Porque... Porque no, no debemos abusar de nuestros
poderes, ni...
- Oye, esto es como el que salta muy alto o tiene buena vista...
Patricia se detiene un instante frente a un escaparate. Sin mirarlas, les
dice.
- Imagina que Chevil pensase eso de sus poderes.
Maxine y Martinique se miran.
- ......
Patricia echa a andar de nuevo, coge a cada una de una manga y sentencia:
- Llegamos tarde.
Spandau, Alemania.
Un hombre de aspecto oriental y una mujer de rasgos mediterraneos pasean
por entre los vacíos muros de la antigua prisión para prisioneros de guerra.
Ella anda casi arrastrando los pies, una mano rozando la pared con los
dedos, los ojos en blanco. Él camina a su lado, las manos enlazadas detrás
de la espalda, la cabeza levemente inclinada, mira al frente aunque de vez
en cuando la observa de reojo. El recinto está abandonado desde hace años,
los pasos firmes del hombre y el arrastrar de pies de la mujer resuenan en
eco.
- Un hombre... Un hombre sólo, un hombre que sabía un secreto, un hombre que
estaba loco y se suicidó...
- Eso son los restos psicométricos de Rudolf Hess. Buscamos algo más
reciente, Hess se colgó en el 87.
Ella se detiene.
- Lucas tiene algo... Sigfrido, Zaratrusta... La imagen de un enano...
- Son ellos... Decidme más...
- Strucker... Liberación... Nietszche... Cabras...
- ¿Cabras?
- Sí, es una imagen muy fuerte...
- No entiendo que tiene que ver...
- Lucas tiene que salir.
La mujer se detiene, sufre una convulsión y cae de rodillas al suelo.
Vomita. El hombre se limita a observarla. Ella se limpia la boca con el
dorso de la manga.
- ¿Y bien?
- Lucas descargará la información en su hermana. Deberíamos irnos, Tanaka.
- Sí. Irnos, y reunir al grupo. La dirección de la Resistencia tendrá que
ser informada.
Dallas
Chevil sale del instituto, acompañada por un chico. Lleva las carpetas
cogidas contra el pecho en esa postura tan tópica de las adolescentes de
series malas. Frente a ellos, paradas de nuevo en otra acera con paso de
cebra y semáforo, Maxine, Martinique y Patricia, que también sonríen.
Sonríen porque ven y no escuchan. Y porque no saben que alguien más vé.
- ... y la velocidad no es absoluta, porque para un observador que viaja
dentro de un tren a 50 Km/h en marcha sin ninguna referencia del exterior,
cuando lanza una pelota hacia delante a 1 m/s esta no posee su propia
velocidad mas la del tren sino simplemente la que el le dio al lanzarla,
pero para alguien que pudiese medir el fenómeno desde el andén la pelota si
sumaría las dos velocidades distintas...
- Está claro... Así se explica que en el experimento de los gemelos Paradox,
como uno de ellos viaja a una velocidad muy parecida a la de la luz, para él
los cuarenta años que pasa fuera de la Tierra desde el punto de vista de su
hermano son sólo diez...
- ¿Verdad que es simple?
Ajena a la conversación de los dos estudiantes, Maxine es la primera en
verlo, por desgracia es la única que no puede reconocerlo. El hombre llama
la atención, igual que su vehículo. Una camoineta destartalada, en la que,
sobre jaulas de gallinas, hay sentados tres hombres, en su parte trasera. El
hombre es alto y flaco, mal afeitado, pelo castaño desordenado y sucio, le
falta algún diente, viste un pantalón vaquero con peto y tirantas en estampa
tópica de granjero, bajo el cual va una camisa blanca llena de manchas y
quemaduras de cigarro. Maxine no puede menos que imaginarse que huele a
alcohol y a excrementos de animales y que está casado con su propia hermana.
Lo observa andar con curiosidad, sin explicarse muy bien que pinta ese
hombre y los que lo acompañan a la salida de un instituto de secundaria. Las
señales de preocupación se activan cuando nota hacia donde se dirige con su
caminar torpe, la exclamación de alarma de Patricia mientras lo señala no
hace sino confirmarlo.
El chaval que acompaña a Chevil arruga la nariz ante una vaharada de olor
pestilente. Se vuelve y observa una versión siniestra de Cletus, el paleto
de la mandíbula floja, colocando una mano en el hombro de su amiga.
- Chevil...
Ella se vuelve, en tensión, los ojos espantados.
Acompañado por un grito desgarrador que recuerda vagamente a la palabra
"papá", un crater surge alrededor de Chevil Cooper, impulsando toda materia,
animada o inanimada, a unos diez metros de distancia de ella, que se queda
de pie sobre un islote de cesped unos segundos, antes de encogerse y
colocarse en posición fetal, ocultando la cara entre las manos. Los
estudiantes, padres, madres, alumnos, amigos, hermanos, profesores, etc...
no tienen más remedio que correr, sorprenderse o gritar, en orden optativo.
En cuanto al padre de Chevil y su amigo, han caido los dos, extrañamente,
dentro del crater.
Los coches se detienen en ambos sentidos mientras una joven con coleta
cruza la calle a toda velocidad y salta dentro del cráter.
- ¡Patricia!
- Es el padre de Chevil, el padre de Chevil... Y Martinique puede matarlo...
No se sube de los Cachorros a Factor-X a cualquiera.
El mundo se vuelve blanco y negro. Patricia mueve la boca muy lentamente y
su mano trata de completar el trayecto para señalar en dirección a
Martinique. El cesped pasa por debajo de los pies de Maxine, el bolso de una
mujer esta cayendo poco a poco hacia el suelo. Un conductor trata de pulsar
el claxón pero su brazo parece tener problemas para estirarse completamente
hasta el volante. Una chica permanece en el escorzo en el intento de
agacharse para mirar dentro del cráter. Maxine salta por encima de ella y
aterriza echando el peso sobre el talón. Martinique está levantando del
suelo, sujetándolo por los tirantes, al padre de Chevil, que tiene un
moratón en el ojo derecho. Maxine observa a cámara lenta como las facciones
del hombro van pasando de la sorpresa al horror. El mundo recupera el color
y el movimiento cuando sujeta a Martinique por la cintura y la aparta del
paleto.
- ¡Suéltame!
- Quieta... Piensa un poco. Deberías haber evitado que nadie viese esto...
Martinique apoya sus manos en la arena y trata de levantarse, Maxine, de
rodillas, la sujeta por un brazo.
- Usa la cabeza, no las tripas... Llamemos a Val, o a la policia.
Martinique está llorando de rabia. Levanta una mano que coloca en la cara de
Maxine.
- ¡Mira!
Patricia está saltando dentro del agujero cuando Maxine, con un grito,
aparta el brazo de Martinique y le da un bofetón. Luego se aparta y vomita.
Mente Maestra se desentiende de ella y de su amiga recién llegada,
dirigiéndose hacia el hombre que las observa con espanto.
- Fuera, demonio... - balbuce, sancándo de bajo su camisa un crucifijo, con
cortes, manchas de humedad y acompañado del inevitable olor pestilente.
La joven Wyngarde rie con fuerza, lo golpea, y, con un gesto, las visiones
que atormentan al palurdo lo hacen convulsionarse de terror en el suelo. De
repente la están sujetando por ambos brazos.
- Basta. - ordena Maxine.
- Escucha. - ruega Patricia.
Chevil está llorando.
Nido de las Águilas/Douglock
Edificio Prisión Adjunto.
- He llegado a la recepción. - indica una voz mecánica por el
intercomunicador del brazo de Forja.
- Muy bien Doug. - contesta el chamán. - Vas más rápido de lo que pensé.
Ahora estoy ocupado, comprobaremos como te estás adaptando a la asimilación
total dentro de dos horas, para darle tiempo a los sistemas electrónicos.
- De acuerdo. Estoy ayudando a los Cachorros con el entrenamiento.
- Eso es genial, ya dominas plenamente la Sala de Peligro.
- Estoy aquí para ayudar.
Forja pulsa un botón y corta la comunicación. Val, el Senador Kelly, Dominó
y Maxine lo observaban, esperando con paciencia. Están en una habitación de
interrogatorios, en la mitad donde el cristal es tranparente, en lugar de un
espejo. Al otro lado el padre de Chevil se sienta frente a una mesa amplia,
colocando las manos con las palmas hacia arriba sobre ella y mirando al
vacio con expresión perdida.
- Bien...
- Decía que deberíamos mandarlo a una cárcel ordinaria. - Dominó.
- Su situación aquí sería irregular. - Senador Kelly.
Val mira por el cristal con expresión neutra.
- Val... - interviene Forja, suavemente. - Necesitamos que digas algo. Tú
tienes la última palabra.
- No puedo ser racional en esto Forja... Tengo miedo de que pueda escaparse
y dañar de nuevo a Chevil. Aquí estaría demasiado cerca, y sin embargo...
Forja y el Senador Kelly se miran.
- Se quedará aquí a la espera de lo que dictamine el juez, seguramente su
traslado a una cárcel ordinaria hasta que llegue el juicio. - dice Kelly.
- Juicio... - murmura la dra.Cooper.
- Val... - dice Forja, acercándose. - El grupo se desbanda dentro de dos
días, te quedarás sóla con los Cachorros... Ahora mismo estás... Quiero
decir, si necesitas que alguien se quede contigo al cargo...
Ella se vuelve, paseando la vista por toda la habitación. Mira al Senador
Kelly, luego al cheyenne.
- No. - reafirma la voz. - No, Forja, gracias. Todos tenéis trabajo. Estaré
perfectamente.
CORREO GUBERNAMENTAL
Otro número más en esta serie apasionante. Sigue abierto el concurso de
captar las referncias en el #177 y también el reto de ver quien se sabe la
alineación completa del grupo. Os advierto que en breve ésta puede cambiar.
Así que mantened un mínimo de atención en vuestras pantallas.
En el próximo número empezamos saga nueva y, sorpresa, pasan cosas, incluso
hay peleitas de esas que tanto os gustan. En serio. Creo que hay una por lo
menos.
Saludos ¿lectores?
José A Cano/Advenedizo