FACTOR-X 156
La caza de la Hermandad IV
Humo y espejos
Guión:
Jose Cano
PORTADA: Forja a la derecha y Mística a la izquierda de la portada,
mirándose con actitud desafiante, preparados para enfrentarse. Al fondo
se proyecta una sombra que recuerda al traje de Destino.
25. Progresivo desgaste.
Tu imaginación puede llegar a ser tu peor enemigo. Más aún
cuando crees que te están manipulando. Shard está convencida de ello.
Esto no está ocurriendo. Su cuerpo no ha sido apagado, no está atrapada
dentro de un amasijo de chatarra. Es un truco. Forja se equivocaba,
Mente Maestra es capaz de manipularla, pero ahora lo sabe, y puede
combatirla. Se concentra más allá de lo que creía posible, hasta
sentir algo que imagina es dolor físico. "Hace tanto tiempo, tanto....
Quiero volver a sentir. Quiero volver a besar. Quiero hacer el amor
hasta perder el conocimiento. Quiero sentir el calor del sol en la cara.
Quiero tener frío. Quiero poder ponerme ropa de verdad. Quiero dejar
de moverme como si me dirigieran con hilos de marioneta. Por favor.
Por favor. Qué alguien me saque de aquí."
26. Forja & Guido.
Forja se para junto a la Casa de los Espejos.
- Aquí.
- ¿Entramos?
- No. Sólo vas a entrar tú.
- ¿Yo solito? Pero Forja, tío, tú eres capaz de reconocerla tenga la
forma que tenga, yo no, si alguien tiene que quedarse fuera a impedirle
escapar debería ser yo.
- Si Mística consiguiese burlarme tomaría mi forma y tú acabarías
cayendo. No, quiero que entres tú solo confiando en que se te escape.
- ¿Y sí sale con mi forma?
- Yo la reconocería. Además, no quiero que salgas si no es con ella
bajo el brazo. Te daré uno de las pulseras anuladoras que construí. Si
aparece un Guido solitario no habrá error posible.
- Er..., Forja, no me malinterpretes, no es que me dé miedo enfrentarme
a esa tía pero, ¿y sí hacemos eso mismo al revés? O sea, si me quedo
aquí y me encuentro con que sales solo sabré que no eres tú, porque si
fueras tú habrías salido acompañado de Mística, pero como sales sin
Mística, es que eres Mística y no tú, ¿comprendes?
- Más o menos. Supongo que tiene sentido, ahí dentro yo tardaría menos
tiempo que tú puesto que puedo reconocerla. De acuerdo.
- Me satisface comprobar que eres un líder democrático que escucha a
sus subordinados y un largo etc...
- ¿Alguna crítica a Shard? Creí que erais amigos y que la soportarías
mucho mejor que a mí.
- ¿Entre tú y yo? Creo que se le ha subido el cargo a la cabeza.
- Si, bueno..., lo discutiremos luego. - se dispone a entrar en la Casa
de los Espejos. - Espera, quiero que pruebes algo. - se saca del
cinturón algo parecido a los collares anuladores. - Simplemente aprieta
este botón. Es un diseño obtenido de un aparato como los que Shard y
Bishop usaban en la DEX, un collar anulador que sigue al objetivo
preestablecido. Está programado para Mente Maestra, pero es un
prototipo, no sé si funcionará. Esta luz se encenderá si el collar
alcanza su objetivo. Si no hace nada es que he perdido el tiempo, pero
no lo tires, puedo mejorarlo, y....
- Forja, no te enrolles...
- Tienes razón, pierdo un tiempo precioso. - y termina por entrar de
una vez, comprobando en el radar la posición de Mística.
Guido mueve la especie de diadema delante de sus ojos y aprieta con más
bien poco entusiasmo el botón que le indicó Forja. Un pequeño collar
anulador sale disparado por la ranura y con rapidez desaparece de la
vista del miembro de Factor-X.
27. Boomerang (I).
"Estoy harta de esta mierda Raven, no quiero ir a la cárcel. Si
te que salvarte el culo cuando a tu amigo se le acabe la paciencia -
ya me explicarás que demonios estabas haciendo con él mientras yo me
entretenía con Chevil y ...., oh Dios, no quiero pensar en eso -
nuestra deuda estará saldada. ¿Qué demonios?"
Mente Maestra ve acercarse a toda velocidad hacia ella una
especie de boomerang dorado. La sorpresa - y, también hay que decirlo,
la falta de reflejos de combate - la hace reaccionar tarde, no es capaz
de esquivarlo, y de forma bastante dolorosa, se le engancha al cuello.
Desequilibrada por el golpe, Martinique Wyngarde cae al suelo, casi
inconsciente. Cuando logra ponerse en pie y recuperar algunas fuerzas,
trata de quitárselo, pero no puede.
"¡Mierda, mierda, mierda! Debe ser algún tipo de inhibidor,
estoy acabada. Tengo que quitármelo o me encontrarán. No quiero ir a
la cárcel. Aunque quizás me lo merezca. No puedo evitar....., - las
lágrimas aparecen de nuevo - Esa niña. Tengo que ayudarla, es por mi
culpa. Pero Factor-X no lo entenderá, tengo que deshacerme de esta
mierda."
Se mueve algo torpemente al principio y luego con más presteza
y seguridad, en busca de algo, cualquier cosa, que le permita quitarse
el anulador. Además, Raven puede estar en problemas, y necesita sacarla
de uno para quedar en paz.
28. Reencuentro oficial.
A Forja, al contrario que a que a Random y a Shard, los espejos
aún no le han jugado una mala pasada. Aún. Se mueve con la mayor
rapidez de la que es capaz hacia su objetivo. Raven. Le resulta
desconcertante comprobar que no se ha movido en ningún momento, cómo
si estuviese ¿esperándolo? Pero hay algo que le resulta más preocupante
que las aparentes tranquilidad y sangre fría de Mística, y es el no
haber encontrado ni rastro de sus dos compañeros. Si a Shard le ha
ocurrido algo será por su culpa. No debió olvidar aquella moto. No
debió olvidar el anulador de emergencia que le instaló. Y no debió
olvidar que Raven sabía donde estaba e incluso podía poseer los medios
para recuperarla y darle uso. Llega al final de los pasillos de espejos,
una habitación con el letrero de "Privado" sobre la puerta de entrada y
que debe ser la sala de control de la atracción. Forja la abre sin
tomar excesivas precauciones. Mística espera dentro, tomando cierto
aire melodramático, sentada en una silla frente a una serie de
monitores que muestran todo los rincones de la Casa de los Espejos, se
vuelve hacia él con cierto aire de sorna, mientras le sonríe.
- Bienvenido.
Forja a mira al suelo, en un rincón, y cree confirmados sus peores
temores cuando ve los cuerpos de Random y Shard. Suspira con alivio
- aunque sabía de sobra que su temor era infundado - cuando comprueba
que Random aún tiene pulso. En cuanto a Shard.....
- Raven, ¿qué has hecho?
- Supongo que ya te lo imaginas. - hace girar la silla hasta poder
mirarlo de frente, él está de pie junto a los cuerpo inertes de sus
compañeros. - Utilicé algunas de las armas que quedaban en la chatarra
esa. A él lo noquee con el disruptor psíquico. Razoné que el cuerpo
robot de ella debiste construirlo tú, así que usé el anulador. Fue
fácil.
- Dios mío.... Shard puede estar muerta, Raven, ¿es qué no te da
cuenta?
Ella compone un gesto de fastidio, mirándolo casi con desprecio.
- No seas imbécil, ¿crees que un muerto más me importa ya?
Forja se mira la punta de los zapatos.
- Lo creas o no, preferiría que no te diese igual. ¿Dónde está tu
cordura, Raven?
- Mi cordura está perfectamente.
- ¿Ah, sí? ¿Te das cuenta de todo lo que estás haciendo sólo, sólo
por.....?
- Por Irene. - la expresión de Mística se ha endurecido - No tengo
tiempo para discutir. Siento de verdad recurrir a esto.
Muestra el mismo aparato que utilizó contra Shard. Forja lo reconoce
al instante, pero no muestra señales de alarma, no se mueve. La líder
de la Hermandad lo pone en funcionamiento. Pero no sucede nada.
- ¿Qué? Tu brazo y tu pierna deberían....
- ¿Me crees tan estúpido como fabricar un arma que pudiese dañarme
directamente? Mi error fue no recordarlo al construir el cuerpo de
Shard, debí instalarle un chip idéntico al que yo mismo me puse cuando
diseñé el anulador. Y ahora ríndete. No quiero pelear contigo.
- Soy perfectamente capaz de vencerte en una pelea, sin ni siquiera
cambiar de forma.
- Bien. Adelante.
Mística sonríe. No era un farol, y los dos lo saben. De un salto de
gimnasta se planta ante él y le da un puñetazo en el estómago. Forja
se dobla de dolor, pero esquiva a tiempo el siguiente golpe. Recibe
una patada, pero se tira al suelo golpeándola en la pierna de apoyo y
haciéndola caer sobre sí. Ella sonríe por un instante antes de tratar
de noquearlo con otro puñetazo, pero, casi milagrosamente, Forja le
coloca el collar anulador. La impresión la desorienta los segundos
suficientes para que él le ponga unos grilletes. Luego le quita el
anulador. Mística queda en el suelo de rodillas y encogida sobre sí
misma. Forja se pone en pie.
- Se acabó, Raven. Estás detenida.
Ella gruñe.
- No quiero volver a la cárcel.
- Sobre eso yo ya no puedo hacer nada. Tú misma has elegido tu camino.
- Estabas dispuesto a dejarme escapar hace unas horas.
- Hace unas horas. Hace unas horas Valerie no estaba en coma, Shard no
había quedado en este estado, no me habías robado y no habías abusado
de la confianza que una vez deposité en ti.
- Ah, vamos.... Siempre acabo haciendo esas cosas.
- Lo siento Raven.
- No quiero volver a la cárcel.
- Hazte responsable de tus propios actos. - Forja saca de su cinturón
una capsulita. - Esto servirá para despertar a Random. - mira a Mística,
aún en el suelo, parece hundida. ¿Estará fingiendo? - ¿De verdad te
merecía la pena el riesgo?
- ¿El riesgo? - Mística levanta unos centímetros la cabeza. - ¡La carta!
Demonios, debí leerla antes. - intenta ponerse en pie. - ¿La ley te
permite ayudarme?
Forja ignora el sarcasmo y, sujetándola de un brazo, la ayuda a
levantarse.
- Tengo que leerla.
El sonríe con ironía.
- ¿Ahora?
- ¡Sí!
- Me debes tomar por imbécil. No pienso soltarte.
- ¡Pues coge la carta tú mismo y leela!
Forja duda, recela una trampa. Suspira.
- De acuerdo...... ¿Dónde la guardas?
Mística sonríe con malicia.
- En el canalillo.
Forja trata de componer - inútilmente - cara de póker.
- Venga, meteme mano de una puta vez.
El líder de Factor-X murmura algo ininteligible, sujeta a Mística por
un brazo e introduce la mano libre bajo el vestido de ésta. Unos
segundos después - los estrictamente necesarios para la delicada
búsqueda y captura de la carta, no se piense mal --la saca, con el
sobre en su poder.
- ¡Dámela! - ordena, exige, Mística, con más que ansia.
Él la mira un instante, luego abre el sobre con decisión y lee.
29. Boomerang (II).
"Si han logrado inmovilizarme así, ¿por qué demonios no me han
cogido ya? Oh, demonios, a caballo regalado......."
Ahí está, justo lo que necesita. Lanzas. Seguramente propiedad
de algún lanzador de cuchillos que tuvo deseos de superarse a sí mismo.
Afiladas como arpones de ballenero. Ojalá algo tan vulgar y prosaico
sea capaz de cargarse un collar anulador de poderes de tecnología punta
y de paso no cortarle la cabeza a la apurada prisionera.
30. Jugarretas de Destino.
Las carcajadas de Forja acaban por despejar a Random, desde hacia un
rato en duermevela. Dios, que terrible dolor de cabeza.
"Forja:
Sé un caballero, no sigas leyendo y pásale la carta a Raven.
Gracias.
Irene.
PD: Calma un poco al desecho de las cloacas invulnerable ese que
tienes a tu espalda, ¿quieres?"
- ¿De qué coño te ríes?
Forja le coloca el papel ante lo ojos a Mística, que esboza media
sonrisa.
- Desátame, tengo que leerla.
Random se pone en pie, mira a Shard.
- ¿Pero que ha hecho esta hija de puta? - Forja lo sujeta cuando trata
de lanzarse sobre la villana. - ¿No iras a soltarla de verdad? ¿Qué le
pasa a Shard?
- Cálmate. Puedo "arreglar" a Shard, no hay ningún problema con eso.
Lo primero que tenemos que hacer es salir de aquí. Cógela, vamos con
Guido, nos espera fuera.
- ¿Vas a explicarme que cojones ha pasado aquí? - a Random le irrita
cada vez más la aparente despreocupación de Forja y su familiaridad en
el trato con Mística. La intervención de ésta tampoco ayuda.
- Tienes que liberarme las manos. No haré nada extraño, no me escaparé,
pero tengo que leerla, Forja.
- ¡Pero que coño se cree la tía esta!
Random ha dado dos pasos hacia Mística, Forja se interpone entre ambos,
mientras la líder de la Hermandad, que ha recuperado algo de su aplomo, lo
mira con actitud desafiante y burlona.
- Random, - dice Forja, con calma. - Coge en brazos a Shard. Nos vamos.
Cuanto antes lleguemos a Falls Edge antes podré sacarla de ese estado, ¿de
acuerdo?
El otro murmura una maldición y se relaja.
- Bien. Y ahora no reacciones de forma violenta.
- ¿?
Forja quita los grilletes de las manos a una cada vez más nerviosa
Mística, que coge la carta antes de que Forja tenga tiempo de
alargársela.
Random cierra los ojos y cuenta hasta diez mentalmente.
31. Boomerang (III).
Cuando vio correr su propia sangre Martinique casi se desmaya,
pensando que se había seccionado la yugular. Seguramente Forja si que
se desmayaría si supiese que ha roto su prototipo con la ayuda de una
simple lanza oxidada, y que Guido no pudo darse cuenta de que había
funcionado porque falló: ¡la bombilla de luz de aviso! Posiblemente
pierda mucho tiempo tratando de mejorar algo que ya funciona bien.
Pero todo esto Mente Maestra no lo sabe. Sólo sabe que está libre,
¡libre! El corte era superficial, no se ha hecho nada. Raven. Tiene
que ayudarla, darse prisa. Y también.... también la niña. Chevil. No
puede perdonarse lo que le ha hecho a su madre.
32. Regreso a casa.
- ¿Y se metieron en Falls Edge sólo... sólo por una puta carta?
Guido habla mientras Forja pilota. Random está sentado detrás, junto al
cuerpo inerte de Shard, acomodado en una camilla.
- Dirás mejor que casi matan a Valerie, Noche y Shard sólo por una
mierda de carta. Y encima la zorra de Mente Maestra se ha escapado.
Hace una pausa para mirar al fondo de la cabina.
- Esa tía.....
- Mística no hará nada, Random, la metí en la cámara de éxtasis para
los prisioneros. Y creo que hasta fuera de ella no daría problemas.
Esa mujer está hundida.
- Eres muy comprensivo. Me pregunto que pasaría si se hubiese cargado a
Tormenta, por ejemplo.
Guido permanece en silencio. Forja, más bien con cara de cabreo, activa
el piloto automático y se vuelve hacia Random.
- Por enésima vez: Shard se pondrá bien. Puedo "arreglarla". Admito
que jamás debí confiarle a Raven que existía ese aparato. Ha sido por
mi culpa. - Random y Guido se sorprenden y bastante - pero voy a
enmendarme. Mirad....... - Forja hace una pausa, toma aire, los mira
a los dos - No se me da bien tratar las insubordinaciones, supongo que
os estáis dando cuenta. No quiero que os "amotineis", demonios, no
quiero que os enfadéis conmigo, sois mis amigos, o eso creo. ¿Creéis de
verdad que haría conscientemente algo que pudiese dañar a Shard, a
Valerie, a cualquiera del grupo? - pausa de nuevo. Guido y Random se
miran entre sí. - De acuerdo, mi relación con Mística lo es todo menos
clara, pero......
- Forja, nosotros no hemos dicho..., no hemos pensado...- comienza a
decir Guido.
- De acuerdo. - lo interrumpe Forja - ¿Random?
Este hace un gesto con la barbilla que lo mismo puede querer decir
"estamos en paz" que "vete al infierno". Forja lo interpreta a medio
camino entre uno y otro.
- Supongo que es una tregua.
Y se da la vuelta, tomando de nuevo los mandos y concentrándose en
pilotar, tratando de no pensar en nada. Procurando no recordar.......
"Raven derrumbándose, llorando, mientras leía.
- ¡Dios Santo! ¿Qué pone? ¿Qué té pasa?
Por toda respuesta ella troceó la carta y murmuró:
- Mierda.
Sin mediar palabra extendió los brazos hacia él para que le pusiese
los grilletes.
- ¿Raven?
Pero no hubo respuesta. Notó como lloraba en un par de ocasiones
mientras entraban en la nave. La metió en el campo de éxtasis para
forzarla a dormir, era evidente que estaba..... vacía. ¿Qué demonios
ponía en la carta? No se molestó en intentar reunir los pedazos o algo
así. Si Raven no quería que la leyese no la leería, y si Destino
hubiese sabido que él iba a leerla no habría puesto el aviso del
principio. ¿Qué ponía?"
Guido se pone en pie y anda hasta el fondo de la cabina.
Random lo observa con el rabillo del ojo. Nadie puede verlo, así que
acaricia la mejilla inerte de Shard. Luego se levanta y sigue a su
amigo. Llega a su altura.
- ¿Claire?
- Sí.
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Jose A Cano