EXCALIBUR #109
Sueño de una noche de verano
Guión:
José A. Cano
Sobre la colcha de una cama de matrimonio una maleta más bien pequeña se
llena de la ropa justa para una semana, que va saliendo sola del armario y
doblándose perfectamente gracias a un oportuno conjuro. Amanda Sefton - o
Jimaine Szardos - extiende manualmente junto a ella un traje de azafata
impecablemente planchado. Arruga la nariz como si algo le molestase. Se
vuelve hacia una de las esquinas de la habitación, observándola con
atención. Entrecierra los ojos.
- ¡Muéstrate! - grita, mientras hace un movimiento con la mano izquierda.
Un pequeño duende vestido de los pies a la cabeza de color verde, acurrucado
y con una expresión de terror en los ojos, aparece de súbito en la esquina.
Al verse descubierto sale corriendo de la habitación. Amanda conjura su
traje y salta por encima de la cama persiguiendo al extraño visitante. Lanza
un hechizo para atrarparlo, pero falla y una figurita de plomo de
Scaramouche cae al suelo envuelta en una burbuja mística. Bufa pensando en
la posible reacción de Kurt de haberle ocurrido algo. El duende ya ha
alcanzado el pasillo.
- ¡Cogedlo! - grita, sin poder evitar sonrojarse por lo vergonzante de no
poder atrapar una cosa tan ridícula.
Pete Wisdom escucha el aviso mientras sale del cuarto de baño, subiéndose
cremallera de la bragueta, con un pitillo encendido en la boca y aire
desastrado. Ve pasar con cara de poquer al enano, y observa como Amanda
corre tras él. Sin pensarselo demasiado, hace que cinco cuchillas de fuego
surgan de los dedos de su mano derecha.
- ¡Idiota! - le dice Amanda mientras se detiene para teleportarse, como no
se le habrá ocurrido antes. - Por poco provocas un incendio.
El duende ya ha llegado al salón, se para junto al ventanal desde el que se
puede ver la costa de Isla Muir, murmura unas palabras en su lengua mientras
mueve las manos. Un disco celeste y fosforescente comienza a manifestarse.
Pero el lugar no está vacío. Lockheed aterriza entre éste y su creador,
despliega las alas y abre la boca.
- Cooooooooo
Asustado, el pequeño espía recula y cae de espaldas al suelo, el disco
desaparece. En una nube de humo amarillo, Viajera Diurna aparece en la
habitación con el tiempo justo de convocar una jaula mística para el enemigo
caido. Después, se deja caer hasta sentarse en el suelo, apoyando la nuca en
la pared y abrazándose las rodillas.
- Si qué me ha costado...
Tomándoselo con mucha tranquilidad, Wisdom llega, ignorando la mirada de
hostilidad de Lockheed y la de reproche de Amanda. Se coloca en cuclillas
junto a la jaula, apartando con la mano al dragón de forma poco delicada, y
mientras le da otra calada al cigarro, dice:
- Déjame adivinar. Otro ex de Kitty.
Un cielo limpio de nubes refleja su azul en la superficie helada del lago
Baikal. Ustor Dynski, siberiano y humilde, es un conglomerado de casas de
madera que bajo una misma égida administrativa agrupa al núcleo central de
la población y a las granjas que se diseminan independientes por sus
alrededores, lo que en términos geográficos se denomina hábitat concentrado
laxo. En el camino que lleva hasta Ustor Dynski existe un tramo bastante
duro en invierno, casi impracticable aún con máquinas quitanieves. Piort
Nikolievicht Rasputín aparcó a un lado, consciente de ello, e hizo un par de
indicaciones. Un BAMF después Coloso y Rondador Nocturno se encuentran
frente a los restos una granja. A la casa familiar las puertas le han sido
arrancadas de los goznes. Las ventanas parecen haber sufrido ataques a
pedradas y parte del techo ha comenzado a ser saqueado. El granero y el
garaje para el tractor han sido desmantelados completamente, dejando los
esqueletos desnudos de las construcciones de madera. Kurt Wagner coloca una
mano de tres dedos sobre el hombro de su amigo.
- Lo siento, Peter.
El ruso sonríe mientras observa la estampa desolada con las manos en los
bolsillos, da la sensación de estar muy cansado.
- No te preocupes, tovarisch, estoy bien. No culpo a mis vecinos, son malos
tiempos. Me marché mucho antes de que todo se cayera a pedazos, no puedo
imaginar que le hacen tantos cambios a un equilibrio tan fragil...
Kurt lo observa durante unos segundos.
- ¿Quieres entrar en la... en tu casa? Quizás quede algo.
- Nyet. - contesta Coloso, moviendo la cabeza negativamente con
tranquilidad. - No necesito fotos ni nada parecido. Todo lo que me hace
falta está en mi corazón.
Comienza a caminar con calma, dejando huellas de botas en la nieve mezclada
con barro, sucia y desagradable, que cubre el suelo. Rondador no se mueve,
no dice nada, sólo espera. Peter golpea una piedra, desincrustándola de la
capa cristalina que la atrapaba.
- No puedo expresar lo que ahora siento, pero es diferente de lo que
pensaba. Quizás ésta ya no sea mi casa.
- Tu hogar siempre estará donde tu quieras que esté, Peter.
Coloso llena sus pulmones del aire frío y cortante de la tierra. Se da la
vuelta y pone una mano sobre el hombro de su compañero.
- Vamonos.
Amanda coloca la jaula con su singular preso sobre la mesa de su
habitación. Lockheed se ha posado al lado y mira con desconfianza al duende.
La bruja acerca una silla y se coloca frente al extraño. Wisdom llega
fumando detrás, con aparente indiferencia.
- ¿Le busco una cajita para el alpiste y otra para que haga sus necesidades?
Ella lo ignora y se concentra en el prisionero.
- <La cárcel mística anula tus poderes, - dice en "duendés". - puedo hablar
tu idioma y conozco seis formulas distintas en las que usar polvo de duende
y como obtenerlo, así que vas a decirme por qué me espiabas y quien te
envía.>
El enano le da la espalda, ignorándola. Lockheed bufa, camina hasta ponerse
frente a frente con él y lo amenaza mostrándole los dientes, pero el otro no
se inmuta. Amanda tamborilea con los dedos sobre la mesa.
- <Sabes quien soy, ¿no es así? Estoy segura de que te envía mi madre. Sabes
lo que puedo hacer. Así que cuéntamelo todo.>
El duende se vuelve con cara de sorpresa hacia ella.
- <Yo... No se nada.>
Amanda se pone de pie y da un manotazo en la mesa. Con la otra mano agarra
dos rejas y sacude la jaula.
- <¡Explícame que clase de pacto ha hecho ahora mi madre! Puede que pienses
que Margalí Szardos es un enemigo terrible, pero aún no conoces a su
hija...>
- Oye, ten cuidado no lo rompas, sería un buen adorno para mi jardín.
- <No conozco a ninguna Margalí...>
- <¡Habla!>
Mueve la mano sobre la jaula comenzando a formular un hechizo cuando el
duende grita:
- <¡Oberon! ¡Mi señor se llama Oberón!>
Amanda se sienta, dejando sobre la mesa de nuevo cárcel y prisionero. Ese
nombre...
- Oberón... - repite en voz alta.
Wisdom está encendiendo otro cigarro.
- Shakespeare. - dice.
- ¿Qué?
- El rey de las hadas o algo así en El sueño de una noche de verano. Ya
sabes...
- Lockheed busca a Meggan. - ordena Amanda.
Un pañuelo con una K bordada con hilo plateado frota el cristal izquierdo de
unas gafas con monturas de color negro. Moira Mactaggart trata de quitar las
manchas de vaho que le empañan la vista, guiñando los ojos mientras dura el
proceso. Rory Campbell la mira sin observarla, con la barbilla apoyada en
los brazos que cruza encima de una de las mesas del laboratorio, en la que
se apoya su muleta. La luz azul verdosa de los flexos del techo, aséptica y
vacilante, le da a la habitación aspecto artificial. Moira vuelve a
colocarse las gafas y las empuja con un dedo sobre el puente de la nariz
hasta encajarlas en su lugar. Mira a Rory.
- ¿Estás bién?
Rory parece tardar un par de segundos en regresar al mundo de los vivos.
- Eh, sí, sí, perfectamente... ¿y tú?
- Perfectamente. Iba a echarle un vistazo a los análisis de Caliban, ¿te
sientes capaz de echarme una mano?
- Sí, sí, claro...
Rory se pone de pie con cierta pericia que da la costumbre, haciéndose con
la muleta con un movimiento resuelto. Moira siente el impulso de felicitarlo
por lo bien que se adapta a su situación, pero se controla.
- Creo que Caliban quiere que lo revirtamos al estado anterior al de
convertirse en Jinete, pero...
- Difícil si no imposible....
- Sí, la tecnología genética que se usó para alterarlo supera en siglos a la
nuestra, pero al menos podemos intentar pulir algunos de los "condicionantes
génicos" que le han diseñado.
- Mmm... ¿Vamos a trabajar con manipulación genética?
La manaza de Brian Braddock agarra la jaula del duende por la argolla
superior y lo observa con una mezcla de mal humor y curiosidad. Wisdom
intenta hacer círculos concéntricos del humo que absorbe en cada calada.
- ¿Pariente tuyo? - dice, mirando a Meggan, recién llegada junto con su
prometido a la habitación de Amanda y Kurtz donde guardan al pequeño
invitado.
La semielfa lo mira casi con hostilidad para luego volverse hacia el duende.
- ¿Hablas su idioma? - pregunta Viajera Diurna.
- Claro. - volviéndose hacia el prisionero. - <¿Cuál era tu misión?¿Tiene mi
hermano Robin algo que ver contigo?¿Quién es Oberon?>
- <Yo... Mi deber me divide.>
Brian frunce el ceño.
- ¿Qué estáis diciendo?
A Wisdom acaba de salirle un donut pocho. Rezonga.
- Se les ha pegado el acento escocés, por eso no entiendes un carajo.
- Calla.
- <¿Tu deber?>
- <El rey... no puedo... Debería obedeceros, pero...>
- <¿A mí?¿Por qué?>
- <Porque... Está claro... Robin... Vuestro hermano debió...>
- <¿...decirme el qué?>
- <Pues... Informaros de vuestra posición... de vuestro origen
nobiliario...>
Kitty Pride habla por teléfono.
- Sí, Clive1, todos estamos bien.
Enreda el cable con los dedos mientras pasa mecánicamente las páginas de un
agenda en blanco.
- Es una lástima, pero supongo que el gobierno de su majestad británica
sabrá arreglárselas sin tu grupo... Al fin y al cabo la UE ya tiene sus
propios medios para combatir las amenazas superhumanas2.
Tamborilea con los dedos sobre la mesilla.
- No, Clive, lo dudo mucho. Pete no quiere volver a oír hablar del servicio
secreto...
1.- Reston, claro... El número anterior acabó anunciando que tenia una proposición indecente que hacer, pero eso fue hace siglos, aun así había que atar el cabo.
2.- Eurocorps ¡leedla! (cuando salga), claro, y también las fuerzas de asalto especiales que han capturado a los Acólitos en La Hermandad, de IvanLD,
¡leedla!
CARTAS A LA PERFIDA ALBION
Saludos, queridos lectores
Soy Jose Cano, el Advenedizo, me recordaran de otras series como Factor-X,
Los 4 Fantástico o Hércules, y de iniciativas psicotrópicas tales como
Bullpen MarvelTopia. A partir de éste número me convierto en el propietario
de Excalibur, guionista a tiempo indefinido. De momento no he hecho nada,
pero tranquilidad. Estoy calentando. Tamborhojalata@hotmail.com en caso de
dudas o sugerencias.
Saludos
Jose Cano/Advenedizo.