EUROCORPS #1
El principio
Guión: Jorge Cantero
PORTADA: Se ven a los Eurocorps de frente corriendo hacia delante. Arriba del todo Halcón Peregrino volando. En el suelo, de izquierda a derecha, Guerra Relámpago, Cristal, Trébol saltando y Mercurio.
14 de septiembre
Era el amanecer de un nuevo y brillante día.
De un radiante día. De un maravilloso día. De hecho, para
el supercriminal conocido como el Mago todos los días eran iguales
desde que se escapó por enésima vez de la prisión
conocida como la Bóveda y, junto con otros tres "amigos",
decidieron marcharse a un continente donde los superhéroes casi
brillaban por su ausencia, Europa. Desde entonces todo les fue de maravilla.
Ocho intentos de robo, en Holanda, Suiza y Alemania, ocho robos conseguidos,
con la única y fútil interferencia de un vulgar superhéroe
alemán al que no conocía, y que poco pudo hacer contra
su poder o el de sus otros compañeros, Klaw, Rhino y Demonio
Veloz. ¡Y pensar que no se le había ocurrido hasta ahora
mudarse a Europa!. Ahora tenían previsto visitar Francia, y luego
¿Quién sabe?. España, Italia, Inglaterra... daba
igual, nadie podría pararles y todos los días serán
maravillosos y radiantes.
Mike Sneider estaba inquieto. No era para menos. Tenía delante de
él a todos los representantes de los países que forman la
C.E.E. y todos estaban en silencio esperando a que él empezara a
hablar. Había sido elegido por su país, Alemania, para
exponer un proyecto muy ambicioso. Ambicioso y complejo.
- Señoras y señores, el motivo de que hayamos
solicitado este congreso extraordinario es para exponer un problema
muy grave que estamos sufriendo, un problema... y una solución.
Como todos ustedes saben estos dos últimos meses hemos estado
sufriendo una serie de robos y crímenes cometidos por los llamados
"supervillanos", la mayoría procedentes de Estados Unidos,
que han visto en Europa su nuevo paraíso dorado.
"Bien, por ahora todo va perfectamente" pensó
Mike mientras seguía exponiendo la propuesta.
- Ésta "emigración" de supervillanos
aumentó poco después del combate contra Onslaught, seguramente
porque pensaron que poco podrían hacer contra los superhéroes
que habían acabado con un ser casi todopoderoso. Villanos como
el Mago, Zancudo y muchos otros han estado haciendo de las suyas por
toda Europa, y nuestros superhéroes no han podido hacer nada
por impedirlo por una simple razón: desorganización. Un
superhéroe poco experimentado como cualquiera de los que tenemos
en nuestros respectivos países no tienen ninguna posibilidad
contra ellos, bien porque el villano es demasiado poderoso, bien porque
son un grupo de supervillanos que trabajan en equipo. Por eso proponemos
la creación de un supergrupo europeo que pueda enfrentarse en
igualdad de condiciones a ellos, y que pueda terminar con esta ola de
crímenes. Este grupo estaría formado por superhéroes
de los países que formamos la Unión Europea. Su nombre
clave será EUROCORPS. Espero que estén de acuerdo
con la propuesta y que nos ayuden en su creación en la medida
de lo posible.
Dicho esto se sentó en su asiento y espero a que los diferentes
representantes deliberaran sobre la proposición. En el fondo
sabía que la propuesta iba a ser aceptada, los problemas iban a
ser otros, y él sabía cuales eran.
Anochece en París. Sus calles empiezan a vaciarse de
gente. Sin embargo dos personas están apoyadas en una barandilla
en lo alto de la Torre Eiffel, mirándose el uno al otro. Dos
figuras que pocos parisinos reconocerían pero que en América
eran bien conocidos como Cristal y Mercurio. Pero hoy no estaban de
misión, de hecho ni siquiera llevaban sus trajes sino que iban
de ropa de calle. Estaban haciendo algo más intimo, una segunda
luna de miel. Para ellos, después de todo lo habían pasado
estos últimos tiempos, como el rapto de Luna,los enfrentamientos
con Magneto, Kang, Zodiaco, Onslaught... todos, estaban ahora olvidados.
En estos momentos, para Pietro y Cristal, estar allí, en la tranquilidad
del silencio y mirándose como enamorados en pleno anochecer,
era el paraíso.
16 de septiembre
Oliver Schulz estaba francamente decepcionado. Cuando le llamaron para
esa prueba hace 3 meses y salió elegido para el experimento que
le convertiría en el nuevo Guerra Relámpago, apenas
sabía nada sobre superhéroes. De hecho había veces
que llegaba a pensar que eran una invención. Pero después
de haber sido elegido para el experimento que le dio sus poderes
eléctricos y de su primera prueba de sus superpoderes se
sentía el hombre más afortunado del mundo, se
sentía en lo alto de un pedestal, pedestal del que caería
rápidamente en su primera misión cuando fue
contundentemente derrotado por los 4 Temibles. Lo último que
recuerda de ese combate era el golpe que le dio Rhino y que le
envió lejos. Tuvo suerte de no romperse el cuello o la
clavícula, solo se rompió un par de costillas, nada
más, pero su moral estaba por los suelos. De hecho estaba
decidido que sus días de superhéroe estaban acabadas
cuando llamaron a la puerta de su apartamento. Eran dos personas. Una ya
la conocía, era uno de los que le eligieron para el proyecto,
pero al otro no lo había visto en su vida. Era joven, no
tendría más que unos seis u ocho años más
que él, que estaba en la universidad intentando acabar la carrera
de filología. Era rubio, como él, de complexión
normal tirando flojita y algo bajito. Iba vestido, al igual que su
compañero, con chaqueta y pantalón negro, como si
hubieran salido de algún episodio de Expediente X. Fue el
encargado de hablarle:
- Muy buenas. Soy Mike Schneider. El que esta conmigo ya lo conoce
usted, es el doctor Wolter. Sabemos que su combate contra los 4 temibles
fue un fiasco - empezó a decir - pero le ofrecemos la
oportunidad de tomarse la revancha. Se va a formar un supergrupo formado
por héroes de diferentes partes de Europa, y usted ha sido
elegido para formar parte de él en representación de
nuestro país.
Oliver no supo que decir, de hecho siempre le pasaba en ocasiones
como esta. De su boca salió un simple "de acuerdo". Se
despidió de ellos, apagó la luz de su habitación
y se tumbo en la cama. Desde luego este había sido el mes más
alucinante de su vida.
17 de septiembre
Molly Fitzgerald se despertó temprano esa mañana. Se
levanto, se duchó, desayunó y se dispuso a salir hacia su
trabajo de profesora en una escuela de primaria. Hacía poco que
se había cumplido dos años desde que empezó y
estaba segura de una cosa, deseaba matar a todos esos "pobres
niños". Eran peores que el Dr. Muerte y más peligrosos que
cualquier supergrupo de villanos. Acababa de salir de su casa cuando
sonó el teléfono dentro. Rápidamente cogió
las llaves que acababa de guardar en el bolsillo y metió la
primera llave que pilló sin ni siquiera mirar cual había
cogido. Por suerte era la correcta. Nada más abrir entró
lanzada hacia la salita tropezando y cayendo al suelo,. La cosa
habría sido mucho peor, porque estuvo a punto de golpearse le
cabeza con el tocador, pero la alfombra se deslizó hacia
atrás cuando Molly la pisó y haciendo que se cayese a
escasos centímetros del tocador. Nada más levantarse se
fue ya por fin hacia la salita y cogió el teléfono:
- Buenas, ¿Quién es?
- Llega justo a tiempo, estaba a punto de colgar.
- Ya, la historia de mi vida
- ¿Cómo dice?
- Nada, nada. Le he preguntado antes quien era.
- Ah sí, bueno, me llamo Mike Schneider y el motivo de esta
llamada es para hacerle una oferta que no podrá rehusar.
19 de septiembre
- A ver si lo entiendo. Se convocó una reunión
extraordinaria de la C.E.E. para buscar una solución a los
ataques de supercriminales que estamos sufriendo. Se decide formar un
grupo de superhéroes propio... ¿y resulta que solo
podemos contar con tres miembros? - dijo socarronamente Giuseppe Mussi.
La verdad es que esta situación le hacía hasta gracia.
- El problema - contestó Mike Schneider, elegido junto a Giuseppe
como contacto del grupo con la C.E.E. - es que ningún país
quiere dejar a sus héroes salir fuera de sus respectivos
países. Hay pocos superhéroes en Europa y ningún
país quiere deshacerse de ellos.
- Y por eso tenemos que recurrir - le cortó Giuseppe - a un
novato, a una heroína retirada y a ...
- ...y al mayor héroe del país de la liberte, igualite y
fraternite - terminó la frase Franck Racine, más conocido
como Halcón Peregrino, que acababa de entrar en ese momento. -
Siento el retraso, pero pese a que he estado en Berlín varias
veces nunca he podido ver su bonito paisaje a vista de pájaro y
no he podido resistir la tentación.
- Ya veo, es un pájaro explorador - contestó
sarcásticamente Giuseppe. Halcón Peregrino hizo caso omiso
a sus comentarios, y se puso a recordar el mensaje que recibió
días atrás en el que le ofrecían entrar en
Eurocorps por un sueldo muy jugoso. La verdad es que la oferta era
demasiado tentadora, sobre todo ahora que el negocio de las novelas
estaba flojeando.
- Pero pese a todo seguimos siendo solo tres- prosiguió Giuseppe
al ver que peregrino no respondía a su indirecta - nuestro amigo
alado aquí presente, el nuevo Guerra Relámpago y la
llamada Trébol que encima lleva dos años sin actuar.
- Yo no me preocuparía por ella - le cortó Peregrino - la
conozco bien, he trabajado con ella varias veces y sé que no nos
decepcionará. Solo necesita unos pocos días de
calentamiento.
Pero Mike corto la conversación.
- Bueno pues me temo que no tendrá ese tiempo. Los Cuatro
Temibles están actuando en Francia. Acaban de robar un banco en
Niza. Como las anteriores veces no se molestan en ocultar sus rastros y
parece que su próximo objetivo es París, así que
pese a que solo sean tres deben ir a detenerlos inmediatamente.
Pietro y Cristal habían pasado una semana maravillosa, sin
problemas, sin ninguna llamada de socorro, ni ninguna invasión
alienígena, sin ninguna explos...
- ¡¡¡¡¡CRASH!!!!
Era el sonido de una explosión, sin duda. Y vino
seguida de disparos y de más pequeñas explosiones. Pietro
y Cristal se miraron el uno al otro y suspiraron . Seguramente se trataría
del banco que habían visto en la calle de al lado. Rápidamente
(en realidad no hace falta decirlo teniendo en cuenta de quien estamos
hablando) Mercurio se quitó la ropa y dejó a descubierto
su traje de batalla. Teniendo en cuenta el tiempo que llevan en esto,
él y Cristal sabían que siempre tienen que tenerlo a mano.
- Voy a mirar que pasa. Tú sígueme cuando
puedas - dijo Mercurio a su mujer - "Aunque puede que no quede nada
para cuando llegues. Sea quien sea va a pagar el precio por interrumpir
nuestra segunda luna de miel" pensaba Mercurio mientras iba en dirección
del banco. Desde luego, pobre del que se interpusiera en su camino.
El mago no esperaba ningún problema. La cosa hasta ahora
había ido bien, habían entrado en el banco y noqueado los
guardias con rapidez. Él mismo se había encargado de abrir
la caja fuerte con uno de sus rayos, luego Demonio Veloz fue cogiendo el
dinero a supervelocidad y enviándolo hacia el embudo que
había creado Klaw con su poder sónico para ir a parar a la
bolsa que Rhino iba sujetando. Luego se encontraron con la
oposición de la policía que había llegado
rápidamente al lugar, pero como siempre no duraron ni un suspiro.
Lo que no esperaba ni mucho menos es la aparición de un
superhéroe y menos aun que ese fuera Mercurio, de quién
creía que estaba en Estados Unidos, por eso no es de
extrañar que su primera pregunta fuera...
- ¿Qué haces tú aquí?
- ¿Qué hago yo?. Mejor di que haces tú. Pensaba que
ya te habrías resignado y te hubiese dado cuenta que no vales
para nada. Después de tantas derrotas con los 4
Fantásticos ¿y todavía no te has dado cuenta de que
nunca conseguirás hacerte con la tuya?.
- Pues hasta ahora no me ha ido mal. Desde que estoy aquí
todavía nadie ha podido detenernos. Pero no te he presentado a
mis amigos. Estos son mis nuevos 4 Temibles.
- ¿4 Temibles?. ¿Os atrevéis a llamar los 4
Temibles?. Mejor os podríais llamar los 4 Perdedores, porque eso
es lo que sois.
Dicho esto se lanzó hacía ellos. El Mago le lanzó
un rayo que Mercurio esquivo fácilmente a la vez que esquivaba
también el mazo sónico que había creado Klaw.
Demonio Veloz se lanzó hacia él.
- Has esquivado a los otros porque no son lo suficientemente
rápidos para darte, pero yo sí.
- ¿Rápido?. ¿Tú llamas a eso rápido?
¡Tú no sabes lo que es velocidad!.
Mientras Mercurio hablaba, Klaw se disponía a golpearle con una
espada que había creado con su poder cuando esta fue destruida
por un rayo de calor lanzado por Cristal, que acababa de llegar.
- Pero si está la parejita al completo. Mejor, me gusta ver como
la familia muere unida - murmuró Rhino que se disponía a
lanzarse hacia Cristal. - Aunque seáis dos no tenéis
ninguna posibilidad contra nosotros.
Pero antes de que se dispusiera a ir al ataque un rayo eléctrico
retuvo su movimiento, y justo después aparecieron tres figuras,
Trébol, Guerra Relámpago y Halcón Peregrino.
- Perdón Mon ami - dijo Peregrino - pero me temo que no sabes
contar, porque yo veo a 5 superhéroes que están dispuestos
a deteneros . No es nada personal, ya sabéis, nosotros somos los
buenos y vosotros vais a caer derrotados y vais a ir derechitos a
prisión.
Guerra Relámpago estaba nervioso. No sabe si tiene lo que hay que
tener para este trabajo. Pasar de estudiante universitario a
superhéroe era un salto muy grande, y no sabe si podrá dar
ese salto como debiera. Pero tiene una cosa clara, su primera
misión fue un fracaso, y no piensa dejar que vuelva a suceder.
Trébol estaba encantada. Nunca pensó que volvería a
hacer de girlscout después de todo lo que le había pasado,
pero ahí esta. Estaba muy excitada y seguramente esto hará
que haga alguna tontería, pero, ¿qué más
da?. Tiene la suerte de su lado.
Halcón Peregrino estaba confiado. No era para menos. Había
subido en el escalafón mucho, pasando de mercenario a sueldo a
trabajar para la C.E.E. con sueldo y gastos incluidos. La verdad es que
Giuseppe tenía razón, Guerra Relámpago estaba
aún muy verde y Trébol era una incógnita, pero
él tenía experiencia suficiente por los tres. No en vano
lleva años en esto. Además, tenía a Mercurio y
Cristal como apoyo. Dos vengadores nada menos. Desde luego es como para
estar confiado.
Mercurio estaba rabioso. Llevaba meses esperando este momento, el
momento en que podría estar a solas con su mujer, estar juntos y
vivir en paz una temporada. Habían estado en Transia su
país de origen, luego decidieron ir a París a pasar una
semana para luego ir a ver a la familia de Cristal, los Inhumanos, los
cuales se habían quedado con su hija Luna para tener así
los días para ellos solos. Pero llegaron estos fantoches que se
hacen llamar supervillanos a acabar con su sueño de paz y
tranquilidad. ¡Por Dios!. Si su padre les da mil vueltas hasta con
los ojos vendados. Realmente iban a pagar caro lo que habían
hecho.
Cristal estaba reposada, tranquila. En el fondo sabía que iba a
pasar esto. De echo no estaba segura de si lo esperaba o lo deseaba.
Había vivido mucho tiempo con los Inhumanos y sabía lo
aburrida que podía llegar a ser la vida. Además, no
sabía si podría aguantar más a un Mercurio paciente
y reposado. No podía creerlo pero echaba de menos su
carácter arisco y agresivo. Casi se podría decir que
estaba contenta de que el Mago y los suyos decidieran atacar el banco en
ese momento, porque así había vuelto a ver al Mercurio de
siempre.
El Mago no se lo podía creer. Todo le había ido tan bien
hasta ahora, y ahora ocurre esto. Pero la verdad es que desde que esta
en Europa no ha perdido ni una sola vez y nada parecía indicar
que fuera hacerlo ahora. El venir a Europa había cambiado su
suerte y pensaba demostrarlo.
- 4 Temibles, es hora de darles una lección a estos
creídos.
Dicho esto el Mago se lanzo hacia los EuroCorps junto a sus otros tres
compañeros. Demonio Veloz fue hacía Mercurio, Klaw opto
por cristal a la vez que el Mago decidía que debía darle
otra lección a Guerra Relámpago. Finalmente, Rhino se
lanzó hacia donde estaban Trébol y Peregrino, esquivando
ambos con facilidad su torpe ataque.
Mercurio se puso a jugar con Demonio Veloz. Realmente el pobre no le
llegaba a la suela de los zapatos. Normalmente le noquearía
rápidamente y sin que se enterada, pero Demonio se había
jactado de ser más rápido que él, e iba a hacer que
se comiese las palabras. Además era uno de los culpables de
acabar con su tranquila velada con su mujer. No, tenía que sufrir
una humillación total.
A Cristal no le estaba yendo tan bien como a su marido. No es que
estuviera perdiendo, pero no podía pasar de las tablas con
él. Solamente podía destrozar las imágenes
sólidas y esquivar los rayos que le lanzaba, y de vez en cuando
podía contraatacar, pero poco más. Por eso decidió
que debía usar alguna estratagema para vencerle. De hecho ya se
le había ocurrido una.
Desde luego, a Guerra Relámpago esto le superaba. El mago no
paraba de lanzarle discos explosivos y rayos de fuerza, y él
apenas podía esquivarlos.
- Esquiva idiota, esquiva. Poco te va a servir. En un momento u otro
fallaras y entonces serás mío.
En ese momento, en el que el Mago dijo esto Relámpago vio que era
el momento, y le lanzó el rayo eléctrico más fuerte
que pudo lanzar. El rayo hubiera podido acabar con el Mago si le hubiese
dado, si no fuese porque había activado un campo de fuerza que lo
absorbió.
- Pobre imbécil. Pensar que me podías pillar con la
guardia baja. Me he enfrentado a los 4 Fantásticos, a los
Vengadores y a Spiderman... y desde luego no va a vencerme un don nadie
como tú. - dijo el Mago mientras le devolvía el rayo que
le había lanzado. Relámpago no pudo hacer nada por
evitarlo, pero pese a su sorpresa no le paso nada. No sabía que
era inmune a sus propios rayos, pero poco le serviría si no
conseguía salir vivo de este combate.
Mientras tanto, Trébol tomaba una decisión.
- Peregrino, vete a ayudar a los demás. Yo mantendré
ocupado a este mastodonte.
- Cherie, no me parece que sea del tipo de los que caen con un simple
puñetazo.
- Ya lo se, pero ni tu ni yo podríamos vencerlo solos.
Necesitamos la ayuda de los otros, y para ello tienes que ayudarles a
acabar más rápidamente con los demás. Y ahora
¡Vete ya!
Con reservas, Halcón Peregrino accedió y se fue volando
para ver mejor donde estaban los demás. Mientras, Rhino se
lanzó embistiendo hacia Trébol, pero le evitó
saltando apoyándose sobre él en el momento justo, yendo a
chocar Rhino con una pared del edificio que tenía detrás
Trébol.
- Vas a tener que hacerlo mucho mejor, perdedor. Sino vas a estar
destrozando paredes todo el tiempo.
Cristal decidió que era el momento. Empezó a crear un
fuerte viento alrededor de ella y de Klaw. Viento que iba aumentando
poco a poco.
- Pero bueno muñeca. ¿Piensas matarme de un resfriado?.
Cristal empezó a aumentar la potencia del viento, pero Klaw creo
una barrera sónica delante de él.
- No me estas oyendo nena. Ese vientecito no me hará nad...
Era el momento. De repente, levanto con sus poderes fragmentos de rocas
del suelo y las lanzo hacia Klaw. Aunque estaba protegido por delante,
por detrás no tenia barrera alguna y no le dio tiempo para
reaccionar, por lo que le dieron de lleno, cayendo inconsciente.
- Bien, uno menos.
Para Demonio Veloz las tornas habían cambiado. Al principio
parecía que eras él el que estaba jugando con Mercurio,
pero cuando por dos veces, cuando estaba a punto de alcanzarlo, de
repente aumentaba la velocidad, empezó a pensar que las cosas no
eran como parecían. Pero cuando realmente se dio cuenta de que
Mercurio le estaba tomando el pelo es cuando estaba a punto de pillarle
por tercera vez y Mercurio, sin ningún apoyo, subía a lo
alto de un edificio por la pared. A Demonio apenas le dio tiempo para
frenar, pero solo esa sensación de haber estado a punto de
romperse los huesos fue la que le hizo darse cuenta de que no
tenía ninguna posibilidad, con lo que cogió lo mejor del
valor y se marcho en dirección contraria a la de Mercurio. Este
se dio cuenta rápidamente de esto y se puso a perseguirlo.
- Ya no eres tan gallito, ¿eh? - dijo Mercurio mientras le
rodeaba a supervelocidad pese que Demonio Veloz iba a toda la velocidad
que podía. Quizá debido a que su mirada iba puesta en
Mercurio fue por lo que no vio como Halcón Peregrino se lanzaba
hacia él en picado y le daba un puñetazo en la
mandíbula cayendo fulminado al suelo.
- Justo en el blanco - dijo un Halcón Peregrino que fue
rápidamente abordado por un furioso Mercurio.
- ¿Por qué has tenido que inmiscuirte?. Era mío.
- ¿Eh?. Pero bueno ¿Por qué te pones así? Lo
he hecho porque si no me equivoco nuestra misión es acabar con
los malos cuanto antes mejor, no jugar con ellos. Cualquiera
diría que tienes algo personal con él. Además
necesito que vengas conmigo para ayudarnos con Rhino. Quien sabe como le
irá a Trébol con él.
Trébol estaba maldiciéndose a si misma por ser tan lista.
Vale, de acuerdo, Rhino todavía no le había ni siquiera
rozado pero como se descuidase un momento... De repente una luz cegadora
apareció de la nada. De ella salió una persona, una mujer
para ser exactos. Era alta, de largas piernas y larga melena pelirroja,
llevaba colgado un arco y un carcaj con varias flechas y vestía
una ropa extraña, antigua, como sacada de una película
antigua de esas de dioses y héroes griegos. De echo su aspecto
era el de una diosa, pudiera ser que...
- Genial, otra tía que quiere recibir una tunda - Fue la escueta
frase que dijo Rhino cuando vio aparecer a aquella extraña
mujer.- Y además lleva flechitas. Ja Ja Ja, y seguramente
pensaras que esas flechitas pueden hacerme daño, ¿no?.
Nada más decir eso la mujer cogió una de las flechas y la
lanzo con rapidez con su arco. Efectivamente la flecha no
atravesó su cuerpo, sino que exploto en mil pedazos. Pero esos
pedazos empezaron a rodear a un sorprendido Rhino.
- ¿¡Que demonios!? - fue lo único que llego a decir
Rhino antes de caer dormido debido a aquel extraño polvo.
El Mago tenía dominado a Guerra Relámpago. Pero
cuando se paro para echar un vistazo desde el cielo a los demás
vio que era el único que quedaba en pie. "¡Inútiles!"
pensó. Pero no importaba, él solo se encargaría
de acabar con todos los que se pusieran en su camino. Pero de repente
apareció Mercurio.
- Bueno bueno. Veo que como siempre tus bravatas han quedado en nada.
Solo quedas tú, y dentro de un momento acompañaras a tus
compañeros al mundo de los sueños.
- Eso, ya lo veremos, idiota. Todavía no estoy vencido.
- Eso tiene fácil solución.
Y se lanzó hacia el mago, que acababa de bajar al suelo. Pero no
pudo tocarle porque fue repelido por el escudo invisible del Mago.
- ¡Ja! Mientras tenga mi escudo activado nadie podrá
tocarme
En esos momentos, aparecieron Cristal, Halcón Peregrino,
Trébol y la desconocida, que rápidamente nada más
ver la situación cogió una flecha de su carcaj y se la
lanzó al Mago. Pero la flecha tampoco pudo atravesar el escudo de
fuerza, ni siquiera el polvo que quedo después de que la flecha
explotase. Mientras tanto Cristal fue hacia el lugar donde estaba el
maltrecho Guerra Relámpago.
- ¿Estas bien chico? - le preguntó Cristal.
Relámpago fue abriendo poco a poco los ojos en dirección a
la dulce voz que acababa de oír, y por fin la vio. Con larga
melena rubia y sus preciosos ojos azules y ese rostro tan bonito.
Parecía un ángel.
- ¿Estas bien? Le volvió a preguntar Cristal.
- ¿Eh?. Si sí. Estoy estupendamente. ¡Dónde
esta el malo? ¿Lo he vencido?
- Me temo que no - dijo Cristal con una sonrisa. - pero si ya estas bien
podemos unirnos a los demás.
Relámpago no sabía que decir, solo un simple asentimiento
con la cabeza. Luego trató de levantarse como pudo,
consiguiéndolo finalmente. Tenía que mostrarse fuerte y
enfrentarse al Mago. Tenía que vencerlo para demostrarle a todo
el mundo que estaba a la altura, y en especial a aquel ángel que
le había ayudado.
- ¡Maldita sea! - dijo Halcón Peregrino con rabia -
Mientras tenga activado ese campo de fuerza no podremos hacer nada
contra él. Por otro lado - dirigiéndose a Trébol -
¿Quién es tu amiga
- A lo último, no lo se. Apareció de repente, pero se
cargo a Rhino con una simple flecha, así que decidí que me
acompañara hasta aquí por si podía servir de ayuda.
En cuanto a lo primero, no tendrás que preocuparte por mucho
tiempo.
- ¿Qué pretendes cherie?
Pero Trébol no contestó. Simplemente se lanzo hacia el
Mago. Este no hizo nada para impedirlo. ¿Para qué? Si
estaba tan loca como para tirarse de cabeza hacia el escudo, peor para
ella, a él no le iba a pasar nada. Pero lo inesperado
ocurrió. El escudo falló un segundo antes de que
Trébol fuese a chocar con él, debido a un fallo de los
circuitos de la armadura. Había unas posibilidades mínimas
de que ocurriera, pero para sorpresa del Mago, ocurrió.
Además, para terminar la faena, Trébol le golpeó
justo en el lugar donde estaba el aparato que hacía funcionar el
escudo terminando de estropearlo del todo. El Mago no se lo podía
creer.
- Pero, pero. ¡Es imposible!. Solo había una posibilidad
entre un millón de que algo parecido llegara a pasar.
- Si, bueno, todos dicen lo mismo cuando yo estoy presente. Ahora ya
sabes que conmigo delante las posibilidades se disparan.
Viendo que las cosas se le habían torcido, el Mago decidió
poner pies en polvorosa, pero antes de que pudiera escapar Guerra
Relámpago, que ya había llegado junto a Cristal, se lanzo
hacia él, y, poniendo las manos en su pecho le lanzó una
inmensa descarga, tan potente que terminó causando un
cortocircuito en la armadura del Mago, haciendo que dejara de funcionar.
Al no poder aguantar el peso de la armadura, el Mago cayó de
bruces.
- Ahora ya no eres tan chulo, ¿Verdad? - dijo un entusiasmado
Guerra Relámpago, encantado de haber podido tomarse la revancha.
Poco después, el ejercito se encargo de llevarse a los villanos
en furgonetas separadas y sedados para que no causasen problemas. Todos
menos el Mago, que sin armadura no era ningún problema para
nadie. Nada más salieron las furgonetas, Peregrino rompió
el silencio.
- Bueno, no ha estado mal para ser la primera vez que luchamos juntos.
Eran duros, pero les dimos una buena lección.
- ¿Duros?. Si piensas eso de ellos no le veo mucho futuro a
vuestro grupete. - fue la rápida respuesta de Mercurio.
- Estoy de acuerdo con lo que dices, mortal
- Ya era hora de que dijeras algo alguna vez, cherie - le dijo Peregrino
a la desconocida - pero, ¿por qué nos llamas mortales?
¿Se puede saber quien eres?
- ¿ Y por qué estas aquí?-, añadió
Guerra Relámpago.
- Me llamo Artemisa, soy la diosa de la caza, y la razón por la
que estoy aquí es para unirme a vuestro grupo.
- ¿Sí? ¿Y por que razón? - inquirió
Trébol
- No es de tu incumbencia, mortal. Os basta con lo que os acabo de
decir, no necesitas saber nada más.
- Bueno, es igual, a caballo regalado... - dijo Peregrino -
además le vendrá bien al grupo otra mujer. "Y que mujer"
pensó para sus adentros mientras la miraba de arriba a abajo.
Desde luego sería un nuevo triunfo para el gran conquistador
Franck Racine, de eso no había duda. - Por otra parte - y se
dirigió a Mercurio y Cristal - espero que vosotros dos también
os unáis.
- Ni hablar - dijo al instante Mercurio antes de que Cristal pudiera
decir nada. - solo estamos aquí de paso. Pensamos pasar una buena
temporada solos con nuestra hija y no pienso jugar a los
superhéroes solo porque un grupito de tres al cuarto necesite de
mi experiencia, así que ya podéis olvidaros de nosotros.
Vamonos Cristal, ya hemos perdido mucho tiempo - y dicho esto
cogió a su mujer en brazos y se fue a supervelocidad. Cristal no
dijo nada, pero no estaba ni mucho menos de acuerdo con su marido. Es
más, puede que incluso haga una llamada...
Después de un rato de silencio debido a la repentina marcha de
Mercurio y Cristal, Trébol decidió hablar:
- Bueno, ahora que ya esta todo claro, creo que deberíamos
marcharnos. Ya no pintamos nada aquí.
- Si, tienes razón - contestó Peregrino - además
tenemos que enseñar a nuestra nueva y bella adquisición
las instalaciones. Es una pena que ni Mercurio ni Cristal hayan querido
unirse, pero ¿Qué le vamos a hacer?
"Desde luego, es una pena que Cristal no se haya
unido al grupo" suspiró Guerra Relámpago. En realidad
no estaba seguro de si era una pena o no el que Cristal no se uniera
al grupo. Cristal era bellísima y no sabía si podría
actuar como debía delante de ella. Además estaba casada.
Pero .., ¡Ojalá pudiera volver a verla otra vez!
Era el anochecer de un asqueroso día, de un estúpido
día, de un patético día. El Mago, como ha hecho
durante todo el día, estaba alucinado. ¿Qué
había hecho mal?. Bueno, lo primero haber confiado en esos
idiotas. La próxima vez elegiría con mas cuidado a sus
aliados, luego... Pero una luz le hizo dejar de pensar en eso. Esa luz
apareció de la nada dentro de la furgoneta blindada, y lo mas
extraño de todo, ¡la luz le hablaba!.
- ¿Eres tú al que llaman el Mago?
- Sí. ¿ Quien eres y que quieres de mi?
- Quien soy no importa. Lo que quiero es proponerte que te unas a mi,
que me ayudes a conseguir algo para mi.
- ¿Sí?. ¿Y que ganaría yo con ello?
- De base venganza contra los que se han interpuesto siempre en tu
camino. Pero lo más importante: poder para gobernar en donde
quieras.
- Bueno, parece interesante. Pero primero deberías ayudarme a
salir de aquí.
- Eso no es ningún problema.
Y dicho esto, la luz empezó a envolver al Mago haciéndole
desaparecer. Desde luego este no ha sido el mejor día para el
Mago, pero ha terminado mucho mejor de lo que él pensaba.
PROXIMO NÚMERO: los Eurocorps se enfrentan a Diablo,
¡y no viene solo!
EUROBASE
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