ESTELA PLATEADA VOL. 3 #128
Bienvenidos al infierno I
Guión:
Anjuin Elekhan
PORTADA: Los rostros de Warlock, Baladriel, Odiel y los dos Estela Plateada en círculo. Dentro del mismo, Mefisto con una sonrisa cruel. De fondo, el HADES.
CAPÍTULO VII:
El Universo donde los Cuatro Fantásticos acaban de recuperar a
una amnésica Alicia Masters y donde Daredevil se despidió
de Estela Plateada sigue enfermo, y una Entidad, conocida como todo lo
que es, ha sido y será está agonizante... Una entidad como
ella no espera ser puesta en entredicho... Una entidad cuyo nombre es
Eternidad no debe sucumbir. En todo su ser siente los cambios como
nosotros sentimos el dolor... Cuanto más grande es el cambio,
tanto más lo es el dolor. Hace poco se reunió con Caos y
Orden, mas ellos también se encontraban en la misma postura de
espera que ella debía adoptar a la fuerza...
El poder de devastación que se había desencadenado
retuerce el tejido de la realidad, llevándola a límites
insospechados... En este extraño Universo deformado, el pasado se
confundía con el presente, y aún con el futuro más
lejano... Este Universo moribundo se debate ante su próxima
desaparición sin que la entidad más poderosa pueda hacer
nada... Eternidad está atada de pies y manos, como
diríamos en la Tierra. Nada puede hacerse...
"Adam Warlock no sabe qué es lo que debe hacerse, pues Estela
Plateada no puede en Mundo-Alma proveerse de bio-energía, tan
necesaria para su recuperación. Él, tan acostumbrado a las
adversidades, desprovisto de la gema y aún de sus recuerdos
recientes, no sabe como ha llegado hasta allí, pero conoce la
salida..."
Sin prisa, pero sin pausa. Como debe ser.- La lengua
viperina de Mefisto parece hallar placer en el caos y desorden del Universo,
sobre todo ahora que su vuelta está cerca. ¡Pronto el príncipe
de los demonios volvería a reinar!
- Adivino tus pensamientos, Mefisto. Pero no temas,
pronto reinarás de nuevo, así lo han predicho los Hermanos.
Aunque tendrás que pagar un precio muy alto.
- Lo sé, pero no me asusto. ¿Qué
puede suponer un pequeño sacrificio a cambio de una realidad
que gobernar? ¿Qué puede compararse a mi próxima
vuelta a la vida?
- Puede suponerte la muerte definitiva, la desaparición.
- Ya estoy muerto.
- No compares. Ahora tan sólo te encuentras
desterrado, por decirlo de alguna manera.- Mefisto adivinó la
tétrica sonrisa de su interlocutor.
- Además, sólo es una posibilidad...
"Adam Warlock sabe que la concentración es esencial en todo
proceso que se realiza en el entorno todopoderoso de las gemas. Pero si
ya dominó una vez a las demás a través de la del
alma, lo hará ahora de nuevo, para salvar a Estela Plateada, con
el que mantiene un vínculo especial..."
Fennan Radd surca el Universo raudo, a una velocidad
inimaginable para nosotros. Debe apresurarse para satisfacer el ansia
de Galactus, pues está moribundo. Mentalmente, ha rastreado el
sector, mas ningún sistema planetario deshabitado ofrece el alimento
que Galactus necesita... Así que sólo le queda una solución.
Una señal de su heraldo avisa a Galactus de
que todo está preparado, así que dirige la Nave Mundo
hacia la señal, y como hiciera desde el principio de los tiempos,
toma la bioenergía necesaria para sí de un mundo habitado...
- Norrin. Por tu culpa, otra raza más se ha
extinguido. Una vez más, me veo obligado a perseguirte...
- Heraldo. Te he escuchado, puedes partir, pues ya
no te necesitaré en un tiempo, hasta que el hambre comience a
devorarme de nuevo.
- Así lo haré: Marcharé, para
retornar a tu lado, mi señor.
Rápidamente, Fennan Radd abandona su puesto
junto a Galactus, con la determinación pintada en su rostro,
decidido de una vez por todas a eliminar la amenaza que supone su hermano
para el Universo. En su interior, sabe lo que tiene que hacer.
- Debo encontrar a las dos entidades que acudieron
con Galactus. Ellas me indicarán su paradero...
"La piel dorada de Warlock brilla por el sudor... Mantiene los ojos
cerrados y sus manos sobre Estela y su tablero. La respiración de
Adam se vuelve más y más precipitada, hasta entrecortarse.
A su alrededor, Mundo-Alma comienza a contraerse, a estirarse. Todo
parece desvanecerse mientras Warlock comienza a entonar una
extraña salmodia. De pronto, se encuentran en medio de ninguna
parte... Pero Warlock aún no ha acabado. Sin abrir los ojos,
mantiene la concentración, llevando su cuerpo hasta el paroxismo.
De pronto, abre los ojos con violencia, y mientras aúlla, todo
estalla alrededor...".
- Todo está listo ya. Los preparativos han
sido finalizados.- Mefisto sonríe, en parte porque se acerca
su vuelta al lugar que le corresponde, en parte porque todo esto va
acabar...
- Muy bien Mefisto.- Los dos hermanos se encuentran
en un sector al norte de la Vía Láctea junto a Mefisto,
el desaparecido Señor del Mal.- Pronto los Siete estaremos juntos
de nuevo. Pronto los Siete devolverán las Realidades a la Unidad...
Y restablecerán el Orden Supremo.
*La velocidad de Fennan Radd mientras surca el espacio es tan
desesperada como sus pensamientos...
- Se avecina una catástrofe, lo sé. Galactus al borde de
la muerte, mi hermano venido de otra dimensión... Odiel y
Baladriel... Todo me da vueltas. Es extraño.
Empiezo a creer que mi hermano no tiene nada que ver en esto. Esto nos
sobrepasa a ambos. Juntos debemos solucionarlo, el futuro quizá
depende de ello... Mal que nos pese. *
Mefisto miró a su alrededor, con una sonrisa sibilina en sus
ojos. Los poderes de los dos hermanos eran muy superiores a los suyos,
pero aún así, debían recurrir a su ayuda. Luego no
eran tan poderosos ni temibles como pretendían ser. Y por ello el
Príncipe del Mal pensaba en derrotarles y aprovecharse de ellos.
Los dos le contemplaban hacer, maravillados, por los artificios que
él estaba realizando, completamente innecesarios para lo que
requerían de él. Pero en el fondo, los Dos no eran mucho
más listos que los humanos... Cuanto más adornos hubiese,
más difícil considerarían el hecho. ¡Y pensar
que sólo tenía que chasquear los dedos!
En un momento, los dos hermanos se contemplaron, mientras observaban a
Mefisto realizar unas estúpidas maniobras que para nada
servirían. Pero así se había predicho, y así
sería. Eran una molestia, cierto, pero una molestia no demasiado
grave, al igual que la se acercaba a gran velocidad, dispuesta a
detenerlos...
Fennan sentía en su interior que se estaba acercando.
Sentía la maligna presencia de Mefisto junto a la de Odiel y
Baladriel.
- ¿Qué está pasando? ¿Porqué
están ellos con Mefisto?- Fennan estaba sorprendido de encontrar
al Príncipe del Mal- ¡Deteneos! ¿Quiénes sois
realmente? ¡Exijo una respuesta!
- ¿Tú exiges una
respuesta?- Odiel, uno de los dos hermanos, el que avisara a
Galactus le responde sin dirigirle una mirada siquiera.- No
eres nada, Fennan. Pero he mirado el futuro de esta realidad, y por
lo tanto sé que tu intervención es necesaria... Y ahora,
¡calla!
- ¡No, no lo haré! ¡Probad la fuerza del Poder
Cósmico! Fennan se lanza hacia delante sobre su tabla, irradiando
energía. Extiende las manos ante sí, se asienta sobre su
tablero, y lanza un potente rayo... Pero no a las dos entidades, a las
que sabe que no les va a afectar, sino a Mefisto, pues parece ser el que
llevaba el peso de lo que quiera que estuviese ocurriendo...
De pronto, justo un momento antes de que el rayo de energía
impactase en Mefisto, este se detuvo. Parecía haber finalizado.
Pero entonces, ocurrió. Todo fue muy rápido, tanto, que
apenas ninguno de los presentes llegó a adivinar qué
había ocurrido realmente. Un grito escapó de la garganta
de Odiel, mientras comenzó a hicharse. Su Hermano Baladriel le
dedicó una mirada entre asombrada y recelosa.
- ¡Esto no lo habíamos previsto!
¿qué te ocurre?- Su voz era potente, y parecía
venir de otra dimensión...
- Yo... Warlock... no puedo... resistir... más...
Y así, cuando esto acontecía, Fennan se acercó
más hasta Mefisto, mientras éste reía. De pronto,
una nueva explosión pareció detener el tiempo... Y Adam
Warlock apareció ante ellos con Norrin Radd en sus brazos...
-¡NO!- Mefisto hace el
ademán de rechazo que significa que sus planes no han salido
como esperaba...- ¡AÚN NO!
De pronto, todo queda en silencio, la quietud se apodera de esa zona del
Universo. Donde antes estuviesen los seres más poderosos del
Universo Marvel, ahora no hay nada... Ni el más nimio vestigio de
su presencia.
Norrin Radd se siente muy confuso, no recuerda nada apenas de lo
acontecido en los últimos tiempos, aunque tiene la extraña
sensación de que nada bueno. Se siente débil, como
hacía mucho que no se sentía, y la verdad es que no le
agradaba en absoluto. Está tirado en el fondo de una cueva,
aturdido, y poco a poco va recobrándose, mientras se hace cargo
de la situación. El lugar le resulta familiar, con sus altas
paredes, que se extienden más allá de la vista de un
mortal. De pronto, cuando recobra del todo su percepción
cósmica, alcanza a entender del todo donde se encuentra. Miles de
almas se retuercen en los lagos de lava y fuego que le rodean, cientos
de demonios menores acechan en los muros de la prisión Estigia,
esperando una orden de su amo para seguir desplegando el mal por el
mundo, para torturar las almas de aquellos que no merecieron mejor
destino. Con un escalofrío, recuerda su lucha con Mefisto para
conseguir liberar las almas de sus padres, que se suicidaron juntos, del
lamido de las llamas del infierno. A lo lejos, escucha unas voces que le
resultan conocidas.
-Resulta interesante, eso que relatas. Adam, ¿crees que
seguirá afectado?- Fennan demuestra su preocupación en su
voz, en sus ademanes.- No es una situación en la que quisiera
tener a mi propio hermano como enemigo.
- No temas, Fennan- Norrin, más conocido como Estela Plateada, se
adelanta hacia ellos.- Quiero pedirte disculpas por mi comportamiento.
No existe justificación posible.
Fennan mira a su hermano, reflejo de sí mismo en otro Universo.
Su vida ha sido puesta a prueba una y mil veces, más allá
de los límites de la razón. Según le había
dicho Adam en el breve paseo de exploración, sin él el
Universo sería distinto, destruído. Y por eso había
comenzado a admirar a su hermano. Trató de desterrar esos
pensamientos de su mente.
- Bueno, ¿Qué debemos hacer?
- Eso os corresponde a vosotros, Fennan y Norrin, que sois dos
expresiones distintas de un mismo poder. Pero ahora mi lugar no
está junto a vosotros.-
Mientras habla, Warlock se apoya sobre su bastón, y su rostro,
que de común no trasluce emoción alguna, aparece perlado
de sudor, en tensión.- Ahora debo partir, Estela. Ya has estado
aquí antes, y conoces a los que como tú aquí se
hallan. Adios.
Con el retumbar de un trueno, Adam Warlock se desvanece.
- Dime, Norrin, ¿Cómo salimos de este lugar?
- Este lugar es el infierno, hermano, y como tal, existe en todas las
realidades al unísono, tal y como lo hace el Tribunal Viviente,
aunque se manifieste de forma diferente. Se podría decir que el
mal es común a todos los Universos.
- Empiezo a sospechar que las dos entidades, esos dos hermanos, desean
utilizarlo para acceder desde aquí a otra realidad. ¿Pero
cual?- Fennan mira a su alrededor, ecudriñando con su mirada
hasta el último rincón.
- ¿No lo has notado?
- Sí, el Amo de estos Lares no se halla presente. Sin embargo,
siento a Odiel y Baladriel cerca de nosotros.
Como un solo ser, ambos hermanos se dirigen hacia la
confrontación, ignorando que sus vidas corren peligro, que
quizá representen una única esperanza ante tal amenaza.
Pero no hay elección posible. Sus destinos han sido sellados.
- Oh Hermano. Te encuentras debilitado,
atacado desde dentro. Pero no había sido previsto. ¿Cómo
entró en ti Adam Warlock?- Sin esfuerzo aparente, lleva
a su hermano, una Entidad Cósmica por derecho propio en brazos,
rogando en su interior por su supervivencia. El plan aún requería
de sus servicios. - Quizá confiamos demasiado
en nuestra victoria.
- Ca... Calla. Nues... nuestra
vic...toria no puede ser... cuestionada... Sólo requiero tiempo
para... cerrar... la her... herida.
- ¡Pero no tienes tiempo!- Norrin y Fennan, de pie sobre su
tableros, se alzan a ambos lados de los hermanos.- Todo acaba
aquí. Vuestras maquinaciones van a terminarse.
- Hablas demasiado, Norrin Radd. Aún estoy yo.- Con delicadeza,
posa el cuerpo de su hermano en el suelo.
Sin más, se lanza con furia sobre los dos hermanos. Como un solo
ser, Norrin y Fennan se colocan y preparan. Mientras Norrin recibe con
su cuerpo toda la descarga de la furia de su contendiente, fennan lanza
rayos de pura energía, que apenas sí son sentidos por su
enemigo. La entidad golpea duramente el rostro de Estela Plateada,
mientras con la otra mano lanza un proyectil en dirección al otro
Estela Plateada.
Llevan más de una hora de lucha desenfrenada, y las cotas de
destrucción llegan a límites insospechados. Los tres se
hallan maltrechos, cubiertos del polvo de las rocas que atraviesan
cuando son lanzados con furia desmedida hacia el suelo. A pesar de eso,
los tres permanecen en pie, como tres colosos, enfrentándose a
las puertas del Infierno.
- ¡Basta! ¡Que se detenga esta locura!
Un grito inesperado les detiene. Como un resorte, se vuelven hacia la
voz, más hallá del cuerpo inconsciente que sigue en el
suelo.
- Es hora de que os marcheis. Odiel, Baladriel, no teneis nada
que hacer aquí, así que ¡FUERA!
Con una tremenda explosión, los dos hermanos desaparecen sin
dejar rastro.
- Bien, bien, bien.- Una figura oscura se les va acercando despacio,
manteniéndose en las sombras. Ellos sienten que es una fuente de
poder inesperadamente grande. Una fuente de maldad inagotable.- Fennan,
este no es tu sitio. Aunque quizá más tarde seas
requerido, aún no es el momento, así que vete.
- Pero...- Sin más, Fennan también desaparece.
- ¡Fennan!
En un vano intento, Estela Plateada se lanza hacia donde se encontara su
hermano, sin hallar más que el vacío. Una risa
sardónica resuena en su cerebro.
- Parece que estás sólo. Una vez más.
- ¿Quién eres? No eres Mefisto, pues no te reconozco.
- No, no lo soy. Aunque como a él, también a mí tu
Pureza me resulta insoportable.
- ¿Quién eres, pués?
- ¿Aún no lo adivinas?
A pesar de que apenas se encuentra a unos pasos de él, sigue sin
poder distinguirlo, pues parece rodeado por un vacío de luz.
Vamos, haz un esfuerzo, Estela. Tú me has visto antes. Piensa.
¿Quiénes permanecen en cualquier Universo?
- Solamente Tribunal Viviente y la Muerte poseen ese privilegio, y tu no
eres niguno de ellos.
- No, no lo soy. Pero te equivocas. Ellos no son los únicos.
Somos dos más. Verás. El Orden lo requiere. Está El
Que Da La Vida, La Que Quita La Vida, El Que Juzga. Y estoy yo.
Dando un paso más, su rostro aparece ante Estela Plateada,
que por un instante se queda aterrorizado. Retrocede. - Yo soy CONCIENCIA.
CARTAS ASTRALES
Bueno, esto ha sido todo. Espero que os haya gustado leerlo como a
mí me ha gustado escribirlo...
No lo olvideis. AQUÍ ESTOY, ESCRIBID...
SALUDOS DESDE EL CIELO.