PORTADA: Aparece Estela Plateada a nuestra derecha, con su rostro impasible, y el poder cósmico rebosando de sus ojos sosteniendo con una mano a Thor por el cuello. Thor, con cara de desesperación, se aferra con ambas manos a la de Estela, que en su otra mano, tiene a Mjolnir presto a golpear...
CAPÍTULO II:
"El cielo retumba con cada uno de los salvajes golpes que se propinan
los dos contendientes, produciendo chispas que van a parar al suelo.
Ninguno de los dos cede, el uno empuñando su martillo
místico Mjolnir, el otro esgrimiendo el salvaje y desencadenado
Poder Cósmico. Quince metros más abajo, el Vigilante
observa, y calla. La fantástica batalla entre un desesperado
Thor, que cede ante la fuerza y empuje de Estela plateada, su antiguo
amigo y colaborador. Finalmente, Estela Plateada, refulgiendo sus
fríos ojos, rebosante de la fuerza de miles de soles, arrebata a
su oponente el martillo, que con furia desmedida estrella en su
cráneo, dejándolo inconsciente..."
Os preguntareis cómo hemos llegado a esta situación
de enfrentamiento entre dos de los seres más poderosos del Universo
Marvel... Pues bien, hace mucho tiempo, en un lejano país, había
una pequeña princesita que... ¡Ah, no! ¡Me he equivocado
de página! (Ruido de páginas al pasar) ¡Ah,
aquí está! Ejem, ejem...
Había una vez un fan de Estela tan harto de que
éste se dejara vencer una y otra vez por "Ricitos de Oro"
para no dañarle que decidió solventar esta injusticia
haciendo que el superhéroe favorito de los niños pateara
su místico culo Asgardiano a Thor... Arf, arf (Que me ahogo)
Bueno, basta de divagaciones, y volvamos a la realidad...
(Ruego que sepáis perdonarme esta "pequeña"
licencia, sobre todo mis editores y el que lleve a Thor)
Negras nubes cubren el cielo de la ciudad de New York, acechando,
cargadas de tormenta, prestas a descargar la lluvia que atesoran sobre
los doce millones de habitantes de la ciudad. Si dispusiésemos de
la movilidad de un pájaro, y pudiésemos sobrevolar la
tierra, podríamos contemplar la calle, repleta de gentes que
presurosas, que corren a refugiarse, pues la lluvia comienza a
arreciar...
Y sin embargo, el acogedor Café Madrid, en uno de los barrios
más agradables de la ciudad, recibe a aquellos ciudadanos con la
suerte de poder pagárselo. Allí, Alicia Masters conversa
con dos extraños mientras apura un zumo de naranja recién
exprimido.
- ...pues sigo pensando que era Estela Plateada...
- Pero Alicia... - Uno de sus contertulios, un veinteañero de
pelo moreno y largo y unos ojos verdes inquisitivos, trataba de apartar
tal idea de su mente. - Siempre que Estela aparece por aquí, y me
refiero a Nueva York, siempre, indefectiblemente, te visita, pero no
como tu insinúas...
- Quizás tengas razón, después de todo.- Alicia
podía adivinar la sonrisa en el rostro de su amigo, y
sonrió a su vez.- Pero me gustaría poder hablar con
él.
Durante unos instantes, se hizo un silencio abrupto que pareció
contagiarse al resto del Café.
- Me temo que algo ocurre. Y me da miedo...
Es noche cerrada, una hora en la que pocos son los que se atreven a
salir a la calle. Aún menos a Central Park, y sin embargo,
allí está Alicia Masters, evocando una escena del pasado,
cuando Ben Grimm, la Cosa, aún seguía a su lado, y ella le
amaba. Fue allí mismo donde la asaltaron unos delicuentes, y
él los apresó, allí donde la Policía le
consideró un monstruo... Alicia lo recuerda, y sentada en un
banco, llora. Turbada como se encuentra por los recuerdo agradables del
pasado lejano, y los no tan agradables del pasado cercano, no oye como
un pandilla de jóvenes la está rodeando...
- ¡Eh, muñeca! - La voz, dura y seca, la saca durante un
instante de sus pensamientos.- ¡Venga la pasta!
Alicia no puede ver a sus asaltantes, y por lo tanto, está
más indefensa aún de lo que lo estaríamos
nosotros...
- No llevo dinero.
- ¡He dicho que me la des, ostia!- La asustada Alicia percibe el
ruido de una navaja automática al abrirse, y de pronto siente
frío.
- No tengo nada, de veras.
- Me estás tocando los co...
De pronto, una figura surge de la nada, y derriba al que portaba la
navaja, que la pierde.
- ¿Bailamos?- Alicia reconoce la voz como la del defensor
Daredevil, y una sensación de alivio se apodera de ella...
"El vacío del Infinito ya no le reconforta en absoluto como lo
hiciese antes. Recordaba desear con todas sus fuerzas llevar una vida de
viajes, aventurera, cuando habitaba Zenn-La, el mundo idílico en
el que había nacido. Recordaba incluso haber encontrado
reconfortante la simple contemplación de las estrellas. Mas ahora
no halla sosiego en ningún rincón de su alma, que parece
tan metálica e insensible como su piel cósmica.
Jamás pensó que el deseo de que su conciencia se librara
de la culpa que lo acosaba pudiese resultar tan negativo. Su
antaño noble corazón yacía inerme en su pecho... Y
no podía decir que lo lamentase..."
La lucha que sigue a continuación resultaría
extraña para cualquiera que hubiera visto a Daredevil actuar
alguna vez. Sus movimientos, antes precisos, parecían más
torpes, y parece conformarse con hacerlos huir, pues, después de
todo, no habían molestado demasiado. Preocupado, hastiado
quizá de la eterna lucha sin fin contra la delincuencia,
Daredevil se sienta junto a Alicia Masters.
- Muchas gracias.
- ¡Oh! No hay de qué darlas. Para eso estamos los
Superhéroes. Por cierto. ¿Qué hace una chica como
tú en un sitio como este?
- Mis recuerdos me trajeron hasta aquí. ¿Y tú?
- Bueno, últimamente, he venido percibiendo unas perturbaciones
en el espacio tiempo.- A pesar de su tono, que él trataba de
aparecer como jocoso, ella percibió ese matiz en la
inflexión de sus palabras que sólo aquellos que
carecían de vista podían percibir.
- Siento como si todo el Universo estuviese patas arriba.- Alicia
soltó un suspiro.
- Quizá tengas razón...
Aunque ninguno de los dos puede ver, ambos alzan la cabeza, tratando de
vislumbrar algo sobre sus cabezas. Daredevil comienza a marearse, y
tiene que agarrarse al respaldo del banco para no caer al suelo. Alicia
sin embargo, por quizá no tener desarrollada tanto esa cualidad,
aguanta sin apenas inmutarse.
- ¡Dios mío! Es como si hubiese un tornado dentro de mi
cabeza.- En la mente del superhéroe enfundado en su traje rojo se
suceden a vertiginosa velocidad, como un torbellino de luces y
distorsiones, que le aturden. Gritando de dolor, se agarra la cabeza con
ambas manos, y cae al suelo entre estertores. Central Park, ahora
deshabitado, registra una alteración cósmica de primer
orden...
"Las estrellas se van sucediendo una tras otra, aprisa, como las luces
de un tiovivo, en su retina. Incluso a esa velocidad, le resulta
imposible deshacerse de su pasado, que una y otra vez retorna a su
mente. Ya luchó contra su parte oscura, y la superó.
Entró en el demoníaco reino del extinto Mefisto, y
venció. Su alma le fue arrebatada, y sobrevivió.
Dividieron su cuerpo en pedazos, y retornó. Pero esta vez, no se
sentía seguro de poder vencer. Incluso la conversación con
Tribunal Viviente le acosaba. Él, que jamás había
dudado en ayudar cuando era necesario, ahora volvía la espalda al
Universo al completo. Pero su razonamiento era lógico, y el
intervenir, no. Y descubrió que él, Estela Plateada,
estaba hastiado de ser lo que era, y deseó, y no por primera vez,
poder deshacerse de sus poderes cósmicos..."
A pesar de su aturdimiento, Daredevil siente como la ausente hijastra
del Maestro de la Marionetas se eleva ante él hacia el cielo a
una velocidad endiablada. Reuniendo sus pocas fuerzas y unas grandes
dosis de coraje, salta en pos de ella, tratando de alcanzarla. Entre la
amalgama de luces y colores que acosan su sexto sentido, adivina la
figura de Alicia, que se aleja paulatinamente de su alcance. En un
último intento desesperado por retenerla, lanza su
bastón-cuerda. Pero su antes infalible radar le traiciona, y su
intento resulta inútil. De pronto, al alcanzar ella cierta
altura, se produce una gran explosión que le arroja violentamente
contra el suelo. Un segundo después, pierde el conocimiento...
"Se encuentra en un planeta perdido, a miles de años luz de la
Tierra, un planeta al que él mismo condujo en su día al
Devorador de Mundos, a Galactus. Lo recordó rebosante de vida:
Los habitantes lo recibieron como a un emisario de los dioses, cuando en
realidad era el emisario de la Muerte. E incluso en aquel alejado
asteroide ahora sin vida, su sentido cósmico le advierte de una
disformidad en... ¡La Tierra!
- ¡Alicia!- Para ella, Alicia, es el primer y único
pensamiento que se permite antes de partir..."
Un tremendo estruendo sacude Nueva York cuando una figura plateada,
apenas visible para unos pocos, la atraviesa. Sobre Central Park, Estela
Plateada se detiene tan sólo un instante, lo suficiente como para
divisar al superhéroe Daredevil en el suelo, bajo un
extraño agujero que parece haberse abierto en el cielo. Hasta
allí baja en un suspiro, e incorpora a Daredevil suavemente, y le
despierta.
- Estela.- Gime. La cabeza parece que le va estallar.- Alicia...
Su voz es apenas un susurro, mientras señala al cielo...
- No te preocupes. Se te pasará.- Un poco del poder
cósmico es trasvasado para aliviar la sobrecarga de los sentidos
de Daredevil.
Sin dirigir una última mirada hacia atrás, Estela Plateada
se adentra en el Agujero Negro, sin saber qué va a encontrar...
Tras él, siente que se cierra, y de pronto, se da cuenta de que
ha caído en una trampa. En su rostro aparece un amago de sonrisa.
- Esta bien: Parece que otros desean decidir por mí...
Tras la desaparición de Estela Plateada a través del
agujero negro, una oscura figura surge de entre las sombras, recogiendo
a Daredevil del suelo, y llevándoselo en brazos...
- Vámonos de aquí, Matt Murdock. Aún no ha llegado
el momento...
CARTAS ASTRALES
Hola, Anjuin: Te escribo desde la Tierra porque siempre
me ha gustado el personaje de Estela Plateada. En el primer número,
el tono intimista y descriptivo utilizado refleja a la perfección
(a mi entender) la intención de Stan Lee al crearle... ¡Sigue
así! Por cierto, a ver si haces que Estela Plateada visite España,
que no todo el mundo se reduce a Nueva York, (A Dios Gracias) (Espero
con ansiedad más números)...:)
Daniel, Madrid...
No puedo describir la emoción que me embargó
al recibir tu e-mail. Y desde luego, ni decir tiene que me han encantado
tus críticas, Daniel. En cuanto a lo de visitar España,
lo veo un poco difícil, porque ten en cuenta que casi todo, en
Marvel, ocurre en Estados Unidos... (Como si en el resto del mundo
no hubiese Superhéroes...)
Y bueno, se acabó la sección de correo.
(Hombre, no es que me esperara una avalancha de cartas de gente que
hubiese perdido la cabeza por mis historias, pero hombre, a ver si escribís
más, aunque sea para ponerme verde)
Bueno, Astrales saludos... (No os perdáis
el número especial #125)