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Esta es la historia de un hombre que una vez fue mundano pero que se redimió. Buscando la curación de sus hábiles manos, el cirujano Stephen Extraño se vio envuelto en los caminos de la magia y su vida cambió para siempre. Primero como Señor de las Artes Místicas y luego como Hechicero Supremo, combate contra fuerzas sobrenaturales que el mundo ignora.
 
Doctor Extraño vol. 4

DOCTOR EXTRAÑO VOL. 4 #4
Azote de los Cárpatos, terror de Valaquia, Príncipe de las Tinieblas Guión: José González
y la inestimable ayuda de Jaume

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Valerie Cooper recoge el premio que se le otorga por su labor junto al grupo mutante del gobierno Factor X. Saluda inclinando levemente la cabeza.

Terminado el acto, llegan las felicitaciones y las pequeñas conversaciones con aliados y enemigos políticos, familia y un par de miembros del grupo.

En un momento en el que Val queda a solas, su mirada se detiene en Forja.

- Cuidado con esas miradas- le dice Guido Carosella, también conocido como Fortachón, con tono jocoso.

- ¿Qué? ¡No! ¡Oh, NO!- Val se vuelve hacía ella- De eso nada. Pensaba en la dualidad de Forja; mutante y shaman. Estaba pensando en que, con Factor X, el gobierno tiene el campo mutante muy bien cubierto. Pero, hablar sobre magia en la Casablanca, es un billete directo al ministerio de agricultura. O a un puesto en Alaska, Irak o Afganistan.

- Que hipócritas. Washington es un nido de culto obscenos del poder, pactos infernales y adoración al dios dolar. Vale, vale. no me mires así. Tenemos al chico Fiambre, ¿no?

- Preferiría a su mentor.

- Pues chantajéale con una inspección fiscal y reclútalo.

- Extraño es un agente independiente. Y si le presionamos, es capaz de convertir a los miembros del Congreso en calabazas. O cuervos. De hecho, me parece raro que nos permita saber de su existencia.

- He ahí un motivo para proponer un Factor X místico.

- Alaska, Irak o Afganistan.

- Ups.

Guido se aparta y se une a un corrillo. Se hace con una copa de una bandeja y la sujeta dejando estirado su meñique. Su gran sonrisa amable y su considerable experiencia en fiestas de sociedad hacen que los presentes se olviden de su enorme aspecto y le convierten enseguida en el centro de atención.

Val queda de nuevo ensimismada en sus pensamientos.

El informe sobre el Doctor Extraño era inexplicablemente limitado. Pese a que varios equipos de investigación de diversas agencias lo habían estudiado y conseguido muchos datos. Datos que desaparecian. O eran olvidados.

Lo único, y verdaderamente revelador, de dicho informe era que su campo de operaciones abarcaba este y otros planos de realidad.

No era de extrañar que las sucesivas administraciones prefirieran ignorarlo.

Una cosa eran los superhumanos o las formas de vida alienígena. Y otra muy distinta, demonios, dioses paganos. Lo sobrenatural.

Valerie mira por una ventana.

El gobierno no podía ignorar algo así.

¿O acaso esas fuerzas oscuras ya campaban por los pasillos del poder?

Un escalofrio recorrió el cuepo de Valerie Cooper.

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Mientras el mundo gira y una mujer se estremece, Stephen Extraño no puede aguantar más.

- Si no voy al baño ahora, reviento. Lo siento- le susurra al amigo que le ha invitado a escuchar a la prodigiosa Maria Ninoska, un reconocido neurocirujano y amante del golf.

Se disculpa con otros asistentes de su fila mientras pasa por delante de ellos. Todos apartan los pies para facilitarle el paso.

Salvo ella, claro.

Sugar Kane. Album de platino y varios temas sonando en todas las listas. Asiste a este concierto en intento de mejorar su imagen. Ya esta muy crecidita para aguantar mucho más como ídolo adolescente.

Aunque poco favor se hace vistiendo como en un video de la MTV.

Los dos guardaespaldas, demasiado obesos, sentados a ambos lados de la chica, miran a Stephen como si esperasen a que proteste para romperle la boca.

Ella se limita a sonreirle con dulzura para, acto seguido, insinuársele descaradamente antes de dejarle pasar.

"Podría ser su padre", piensa Extraño.

Justo entonces, mientras deja la sala, el recuerdo de Clea le raja el corazón.

Minutos depsués, cuando casi ha aliviado su vejiga, sus sentidos místicos despiertan. Apenas se la guarda mientras corre guiado por dichos sentidos de regreso a la sala, impulsado por una angustiosa premura.

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Nadie abandona el auditorio. Nadie abandona su asiento salvo para ponerse en pie. El público presente no piensa en mutantes o en superseres. Con aterradora percepción son conscientes de que se hayan en presencia de un vampiro.

Con fria determinación y sin piedad alguna, el tenebroso ser clava una estaca en Hannibal King que, en el último instante, se mueve lo justo para evitar que perfore su corazón.

- AAGGGHHHH...

La sangre salpica el suelo y parte de la cara de su agresor. Al otrora detective vampirizado apenas le quedan fuerzas o esperanzas.

Su desesperada fuga a sido inutil. Su retorno al mundo de los vivos a sido breve. Comienza a abrazar de nuevo el fin cuando una voz resuena en su cabeza. La más dulce que jamas ha oido.

"Aun no, señor King"

Extraño dispersa la ilusión que le hace aparecer con ropas normales y su capa de levitación le situa sobre los asistente.

El no muerto olvida completamente al moribundo vampiro

- Mirame, monstruo- afirma el mago- puesto que mi cara será la última que contemples.

El vampiro sonríe.

- Mediante argucias y trampas conseguiste vencerme en el pasado- responde- Pero esta vez es diferente... Muy diferente.

- No mas trampas. Lucharemos juntos. Comprobarás que mi poder es mayor que antes, así lo afirma... ¡¡¡EL DOCTOR EXTRAÑO!!!

Desciende hasta que sus pies tocan el escenario y quedar frente, pero a prudente distancia, de su rival. Evitando, de momento, sus ojos. Controlado y centrado pero furioso por dentro y preocupado ante el regreso del señor de Wallachia, terror de Transilvania y parte de la Europa del Este.

Drácula.

- Cuidado, hechicero. La soberbia no será tu nuevo don, ¿verdad?

Pese a su arogancia, el conde es consciente de su inferioridad. Pero esta bestia ganadora de mil batallas es león viejo.

Su mirada se desvía, brevemente, una y otra vez hacía la cantante sobre el escenario. Por su parte, Extraño, sus manos ocultas entre los pliegues de su capa, prepara un hechizo que bloqueará toda la salida de la estancia.

- ¡No le mire!- grita Stephen a Ninoska.

Drácula aprovecha la oportunidad. Agarra a King y lanza su cuerpo contra el mago que interrumpe el hechizo.

Este va a esquivarlo cuando se da cuenta de la gente a su esplada. Frenéticamente, invoca el escudo de Serafin. El cuerpo esta demasiado cerca y le golpea; haciéndolo girar y caer de rodillas.

El vampiro se mueve como el aire. En un suspiro esta en primera fila, detrás un anciano al que sujeta del cuello con su derecha y aprieta notablemente.

De un salto, el Doctor baja hasta él. Esperase lo que esperase, no es el ataque de Maria Ninoska, babeante y enloquecida.

Drácula suelta al viejo y se gira con los brazos en alto. Sus ojo se posan en los de Sugar Kane y descubren temor y... fascinación.

- ¡Venid, mis niños!- exclama.

Y vienen.

Cientos de ratas. Surgen alocadas del sotano del local y saltan sobre el público, mordiendo ferozmente.

Desde que llegó, la influencia de el conde sobre la gente, aun sin someterles a sido total. Ahora, algunos huyen y eso le complace.

Extraño se quita de encima a la gruesa con un codazo en la cara. A su mente acude el conjuro preciso mientras ve como el vampiro se eleva y toma forma de murciélago.

- Ven, Extraño- le desafía antes de que su garganta cambie- Muere para mi.

El hechicero supremo recita y gesticula. Las ratas se detienen, caen y pasan a ser, temporalmente, ovillos de oscura lana. Luego, otros dos encantamientos. Uno para ser invisible a ojos de los presentes. Otro, más complejo e intrincado. Para sustituir sus pavorosos recuerdos recientes por otros en los que la cúpula de cristal estalla y Maria Ninoska cae de bruces.

Finalizado, se vuelve hacía el escenario.

Hannibal King también se ha ido.

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La noche continua para Stephen Extraño. Localizando y cambiando recuerdos de los huidos mediante una más sencilla hipnosis.

Y, desde las sombras, un quiroptero vigila y planea.

- Pese a haber renacido recientemente este no es el día en que el Señor de los Vampiros se esconderá para recuperar fuerzas- murmura para sí Dracula-. No, hoy es el último día de tu vida, Hechicero Supremo.. Hoy es el día que finalmente te convertirás en mi siervo.

El no muerto se transforma en niebla para viajar rápido e indetectable y regresa al punto en el que comenzó su cacería.

- Lord Chamberlain.

Al reconocer la voz, el hombre se tensa ligeramente. De inmediato, recupera la compostura.

- ¿Ha acabado con él?

- Un viejo enemigo se ha interpuesto. El Doctor Extraño.

- ¡¿Extraño?! ¡¿Ha llamado la atención del Doctor Extraño sobre nosotros?!

Chamberlain se levanta de la silla que ocupaba y se aparta de la mesa que compartía con un varon pelirojo.

- No tengo tiempo para convertir a nuevos iniciados ¿De cuantos puede disponer en unas horas?

- Es pronto para usar nuestros recursos. Y ante alguien como Extraño. Sin planificarlo.

Drácula se avalanza contra él con la más fiera expresión que se pueda imaginar. Pero, antes de que le alcance.

- Puedo conseguirle siete hombres con una llamada telefónica- afirma el pelirojo.

- Vincent- le espeta Chamberlain.

Drácula mira atentamente al hombre que le ha ofrecido ayuda.

- ¿Qué le sucedió a su oreja?- pregunta.

- Un momento de locura.

- ¿Esa locura sigue con usted?

- En contadas ocasiones, conde. En contadas ocasiones.

- Haga esa llamada, señor...

- Van Gogh.

- Ah. He contemplado parte de su obra. ¿Sigue pintando?

- De vez en cuando. Ahora me encuentro en mi periodo rojo- responde Van Gogh que al sonreir deja ver, minimamente, la punta de sus colmillos.

Drácula se vuelve hacía Lord Chamberlain.

- Pese a que tuve en mis manos el mismisimo Darkhold, tal vez por ello, mis conicimientos mágicos son limitados. Confio en que en eso si podré contar con usted.

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Y de repente, las bestias enloquecen.

Miedo, tensión, agresividad.

El turno de guardia esta noche en el Zoo del Bronx corren arriba y abajo en busca del motivo.

No es, ni será, la primera vez que un grupo de vándalos se cuelen y maltraten a los animales.

Eso hubiera deseado el guardia que se acerca a las jaulas de los lobos, cedidos temporalmente por un zoo de la costa oeste.

En lugar de salvajes, encuentra un demonio de mirada cruel y colmillos desproporcionados.

El hombre grita brevemente antes de que Drácula le rompa el cuello.

- Venid, niños de la noche.

Y los lobos le siguen sumisos.

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Un hotel de Manhattan, menos de media hora más tarde.

Sugar ya se ha duchado, metido una raya y casi preparado para acudir a una fiesta. Pese a que Extraño a variado sus recuerdos sobre el incidente, su fascinación por el vampirismo ronda por su memoria.

Esta a punto de salir de habitación cuando el viento aparta la cortina y le ve sentado ante la mesa de la terraza. Pensando en un fanático, por su mente ronda la idea de correr hacía la puerta cuando la mirada de él la atrapa. Sale, le hecha una mirada y se sienta frente a él.

El conde sirve un poco de vino blanco de una botella cara y le ofrece la copa.

- No te doy miedo.

- Un poco.

- Bladis Laus Dragulia. Una vez fui conocido por ese nombre.

- Ya. Claro. Y como Vlad Tepes. Y Draculea.

- Te equivocas. Así conocían a mi padre. Quiere decir hijo de Dracul.

- Ah, si. Era miembro de la Orden del Dragón.

- Has leido mucho sobre mi. Y sobre otros hijos de la noche, ¿verdad? ¿Sabes quien era Erzsébet Báthory?

- Si- responde Sugar con cierto entusiamo- La condesa sanfrienta. Bebía sangre y se bañaba en ella. Creía que le devolvería...

- La juventud- termina la frase Drácula.

Sugar se revuelve ligeramente en su asiento.

- He visto un cartel de tu gira. Tu profesión es muy ingrata. Mientras tu belleza y tu voz brillen bajo los focos...

- Eh, eh eh. Para. Yo no voy a acabar como Whitney. Mi carrera apenas esta empezando.

- ¿Y cuanto más durará?

La joven mujer se levanta enfadada y dirige su mirada a la ciudad iluminada.

- Ahora es cuando me propones el trato, ¿no?

- No. Ahora es cuando reconoces tus temores. Tu miedo a la vejez. A no ser el centro de atención. A perder los vítores de tu público.

Drácula se situa detrás de ella.

- Y ahora también es cuando sobre ser un lobo entre las ovejas. En tu influencia sobre todas esas mentes jovenes. Y las no tan jovenes. En que hay nobleza en la noche.

- ¿Y vivir de noche? ¿Bebiendo sangre?

- Ya vives de noche. E ingiriendo sustancias verdaderamente maliciosas.

Se hace un breve silencio roto por la vocecita de Sugar.

- ¿Duele? ¿Dolerá?

- Solo un poquito. Depués, si eres lista y cuidadosa, la eternidad.

- Lo he probado casi todo y... y estoy tan perdida. No... no se ha donde voy. No lo he sabido nunca.

- Aquí. A este momento y lugar- susurra Dracula a su oido- Porque aquí es donde puede comenzar realmente tu existencia.

La cantante se aparta el cuello de su camisa. Los ojos del vampiro se clavan en la palpitante vena. Sus colmillos imposiblemente afilados rompen la piel. Sugar gime.

Cuando Dracula abandona el hotel, la joven yace tendida en la cama.

Pequeños restos de sangre manchan las almohada.

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La noche es la misma. Pero los acontecimientos tienen lugar en un hospital en la zona de Brooklin.

Lupe Dominguez lleva más de quince años en el centro. Los nueve últimos en maternidad.

Cuando las luces se apagan, Lupe se sorprende y espera a que el grupo electrógeno entre en funcionamiento.

Pero no lo hace.

- Pero bueno- se enfada.

- Llamaré a ver que pasa- y uniendo acción a sus palabra su compañera coge el teléfono.

- Iré a ver a los crios- le dice Lupe encogiéndose de hombros.

Nada más cruzar la puerta del nido, la enfermera se encuentra con la figura caida de otra de sus compañeras iluminada por una luz de emergencia. Un charco oscuro se esta formando a la altura de su cabeza.

Aterrada, alza la vista y ve varias sombras adultas junto a las cunas.

La pequeña banda de puertoriqueños sirvió bien a Vincent en vida. Ahora le deben la vida eterna a él. Y si Van Gogh les dice que esta noche deben servir a este nuevo amo, lo hacen si dudarlo.

- ¿Qué hacen? ¿Qué...?

Alguien la sujeta por un hombro y la hace volverse.

- Y esta también- sentencía Drácula.

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Hora y media más tarde, Wong escucha leves golpecitos en la puerta principal.

Alertado de la aparición de Drácula, avisa a Extraño.

Es este quien abre la puerta con prudencia y el primero en ver a la mujer vestida de enfermera y sentada en el suelo. En su regazo hay una cantidad de cucarrachas al parecer muertas.

Lupe tiene las dos manos junto a la boca y sorbe. Bebe la vida de una de ella. Entonces mira a Extraño y, como una niña que estuviera haciendo algo malo, deja de hacerlo y baja sus brazos.

- Dientes... dientes... y los pobres niños...- lloriquea- pobres, pobres niños... Pero me ha prometido que viviré siempre... siempre... siempre...

Entre ambos hombres la levantan y la menten dentro. Stephen la examina y observa las dos punciones en el cuello. Prosigue el examen hasta que Lupe le sostiene de un brazo apretando como fuerza.

- 3621 de Jeferson Strett, en Jersey. En Jersey. Los niños... pobres, pobres niños...

El Doctor la suministra un sedante, da instrucciones a Wong y se pierde en la noche.

Quince minutos más tarde, un taxi se detiene ante 177 A de la calle Bleecker.

Del Sancta Sanctorum surge primero la Valkiria, único miembro presente de los Defensores. Tras un rápido vistazo, hace una seña y sale Lupe apoyándose en Wong.

Una voz que no procede de garganta alguna da la orden.

"Ahora"

Los lobos surgen entre los coches aparcados. Sin dudas, saltan sobre Wong y buscan su garganta.

- ¡No!- grita la Valkiria y con ambas manos comienza a sujetar y lanzar a un lado a las fieras.

Lupe grita y corre. El taxista arranca y desaparece.

Y Valkiria desenvaina su espada.

- ¡He hecho lo que me pediste! ¡He hecho lo que me pediste!- grita Lupe mientras corre.

Y Drácula se lo agradece cuando un lobo se lanza sobre ella.

Manuel Philgrouds, pupilo de Extraño también conocido como Fiambre, surge de la casa con su propia espada. Pero para entonces, Colmillo de Dragón es la que esta bañada en sangre.

- ¡Por Odin!- exclama la Valkiria al ver el cuerpo inerte de la mujer siendo devorado al final de la calle- Atiéndele, Manuel.

Fiambre se acerca con gesto entre desgrado y pavor.

- Joder tio. ¿Wong?

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Sugar se mira en el espejo. Pálida y descompuesta.

Si aceptase, nunca volvería a ver su reflejo.

¿Eternamente joven?

¿Existir por toda la eternidad?

¿Matar para vivir?

Pasarían décadas antes de que alguien notase que no envejecía.

Entonces se vería obligada a dejar el escenario. No más conciertos. Seguramente encontraría público entre los no muertos. Podría crear sus propios fans.

No más imbéciles aconsejándole que hacer. No más carcas criticando su forma de ser, excomulgándola como si fueran la iglesia misma. No más bastardos que se metían en sus bragas y la olvidaban después. No más depresiones de su madre. No más papa borracho, insustándola por ser ella la que traía dinero a casa.

No más.

No más.

Se vuelve. Dracula observa la televisión de plasma apagada. Por los escasos avances que ha visto desde su regreso, parece que halla estado fuera del mundo siglos.

La inventiva humana no cesa.

- Es posible que no me veas por un tiempo. Pero quiero una respuesta ahora.

- Si. Quiero- responde ella.

- Volveremos a vernos, Sugar Kane.

- No espera- le detiene- Hazlo ahora ¿Puedes hacerlo ahora?

El vampiro se toma su tiempo para contestar.

- Puedo.

Sugar se aparta un poco y se desviste despacio.

Desnuda dejará atrás su existencia anterior.

Tal y como vino, se irá.

Quiere hacerlo. Quiere pese a que cierto miedo revuelve sus tripas.

La mirada de Dracula eclipsa la luz de la habitación. Su voz fria lo es todo.

- Te condeno a la muerte en vida. Al hambre enterna, por la sangre viva.

Succiona de una arteria vital. La sangre baja cálida por su garganta dejando un regusto metálico. El cuerpo de la joven queda inerte, sujeto por los brazos de su conversor.

Bebe y bebe y bebe hasta que el corazón de la mujer reduce sus latidos.

La coge en brazos y la tiende sobre la cama. Espera hasta que la vida desaparece de sus ojos.

Por tres dias estara desaparecida.

Cuando reaparezca, la nueva actitud de Sugar Kane sorprenderá a todos. Y la noche tendrá otro depredador.

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Las bombillas y tubos del 3621 de Jeferson Strett han sido concienzudamente rotas. Salvo en la zona central del almacén. Ni rastro de vigilante alguno.

El hechicero supremo avanza preparado para todo.

O eso creía.

La escena le horroriza.

Había olvidado lo cruel y sanguinario que podía ser Drácula.

- ¿Tú eres el doctor?- suena una voz con acento sudamericano.

- Nos dijeron que vendría un doctor- dice otra voz-

- ¿Viene de una fiesta de disfraces, doctor?- pregunta una tercera.

- Teníamos sed.

- Y luego nos apeteció jugar al futbol(americano)

- Pero sus cabezitas no aguantaban igual que un balón.

Y comienzan las risas. Y los vampiros se muestran y le rodean.

Solo su rigurosa preparación permite a Extraño contener su ira.

Pero es tan dificil. Los cuerpos yacientes de las pobres criaturas.

Drácula no advirtió a la banda que el hombre era un mago. De hacerlo, no le hubieran esperado.

Imaginad su sorpresa cuando la luz del ojo de Aggamoto les ciega y bandas carmesi de Cytorrak les aprisonen y ardientes llamaradas consumen su pervertidos cuerpos y almas hasta que solo quedan sus huesos. Y luego polvo. Y luego ni siquiera eso.

Jadeante, con lagrimas corriendo por sus mejillas, Stephen Extraño contempla horrorizado el cuerpo empalado de uno de los bebes. En un muro tras el desdichado, dos palabras escritas con sangre.

ESPÉRAME PRONTO

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¡POR BELCEBÚ, BAFOMET Y LOS TRES QUE SON UNO, YO OS INVOCO!

Después de bastante tiempo(y el pique de la mosca cojonera Cano) he aceptado el desafio que me lanzó Xum para continuar la historia que relataba en Tumba de Dracula.

Helo aquí.

Pero como resultado de una idea de Xum, surgió la idea de prolongar este crossover a otra serie más; Los Defensores.

No prometo nada pero si me/nos vienen la inspiración(y las ganas) igual redondeamos la historia.

Y el año que viene, más Doctor Extraño(creo)

 
 
   
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