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Los héroes nos salvan de los villanos, pero... ¿quién nos salva de los héroes?
 
Control de daños vol. 4

CONTROL DE DAÑOS VOL. 4 #1.5
Vinieron de Dios sabe donde (II)
Guión: Vicente de los Santos

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PORTADA: Un salón totalmente destrozado. Lámparas rotas, sillas destrozadas, comida congelada por el suelo, y hasta un agujero en la pared, La televisión está encendida, junto a una videoconsola que muestra en la pantalla el logo de control de daños y la palabra START. En el suelo y en primer plano, el escudo del Capitán América

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Como cada mañana el despertador en forma de venus de milo despertaba a aquella entrañable mujer. La edad pasaba factura lentamente en su cuerpo, pero aquel despertador, regalo de su abuela, permanecía impasible al paso del tiempo, y era por ello por lo que lo apreciaba tanto.

Se dirigió a la cocina y le dio los buenos días a Ralphy, su fiel y juguetón labrador que como cada noche había vuelto a coger el paño de la cocina y se lo había llevado a su rincón.

- ¡Ralphy hijo mío! - dijo la mujer - ¿Cuántas veces te he dicho que no muerdas el paño de la cocina?

El perro pareció sentirse mal por haber desobedecido a su ama.

- ¡Perro malo! - exclamó con una sonrisa mientras ponía a calentar el café.

Justo en ese momento sonó el timbre de la puerta. Eran las 7 de la mañana por lo que no era capaz de adivinar quien podría ser. Bajó el nivel de la vitrocerámica y se ciñó el cinturón de la bata mientras se dirigía a la puerta.

- ¿Quién es? - preguntó ella sin obtener respuesta.

- ¿Hola? - volvió a preguntar.

Se asomó por la mirilla de la puerta y descubrió que no era nada mas y nada menos que el Capitán América.

- ¡OH vaya! - dijo la mujer con una sonrisa a la vez que abría la puerta - Que honor tenerle aquí Capitán.

Cuando abrió la puerta del todo pudo ver que el vengador estaba acompañado de la Bruja Escarlata. Se extrañó pero comenzó a andar hacía la cocina dejando entrar a los superhéroes.

- ¿Qué trae a esta casa a dos personajes como vosotros?

- Un niño vino de las estrellas, apariencia humana y rabo de mono - dijo Wanda sin rodeos - ¿Dónde está?

La mujer apartó la cafetera de la vitrocerámica mientras observaba a sus invitados, que permanecían de pie en el salón.

- ¿Cómo saben que vino de las estrellas... y que tiene rabo de mono? - preguntó extrañada la mujer - aún no se ha emitido ningún informe ni hemos mostrado al alienígena.

El Capitán miró a Wanda y ésta a su vez le devolvió la mirada. Al instante ambos desenfundaron dos pistolas energéticas y comenzaron a abrir fuego contra la mujer. Ésta intentó parapetarse entre la barra de la cocina mientras sus muebles se astillaban saltando por los aires. La vajilla, las copas, el bote de cacao, todo caía en aquel chorro energético que iba dirigido hacía la pobre Mrs. Hoagy.

Pero la valiente señora decidió salir corriendo de la cocina, parecía mostrar un especial interés en llegar al dormitorio pero no le fue posible gracias a la agilidad del Capitán América. Éste pudo colocarse detrás de su victima con un rápido movimiento y le agarró del cuello, quedando la mujer aprisionada casi sin aire. Wanda se colocó delante suya y con un gesto amenazador empuñó la pistola colocándola cerca del cuello.

- Llévanos hasta el retoño - dijo Wanda

- Glglgljodetebruja!!!! - dijo ella con dificultad debido a la presión de los brazos del Capitán.

- ¡Maldita sea! ¡Voy a matarte vieja! - exclamó Wanda.

- Tranquilidad - respondió el Capitán - Aquí las ordenes las doy yo, asi que no vas a matar a nadie.

- ¿Ah no? Preguntaremos a los demás a ver quien creen ellos que manda en el grupo.

En medio de la discusión hizo escena Ralphy desde el dormitorio. Llevaba en la boca un extraño transmisor, como si fuera un mando a distancia con un único botón. Wanda se percató y de un disparo hizo que el perro cayera al suelo.

El mando chocó en el suelo y comenzó a rodar hacía la mujer. Ésta con una sonrisa piso fuertemente el transmisor y un haz de luz cegó la habitación por completo.

...

Y nadie veía nada...

...

- ¡Capitán! ¿Dónde está la vieja maldita sea! - exclamó Wanda

- Está por aquí, no ha podido irse - dijo el mientras intentaba mantener la vista clara a través del gran destello.

- Noto como sus biorritmos disminuyen. Puede estar muriéndose.

- No lo creo - dijo la mujer en un tono metálico.

En ese momento la luz comenzó a disiparse. Y ambos vengadores pudieron observar como Mrs. Hoagy estaba dentro de una servoarmadura bastante innovadora. Tan sólo podían verse los ojos de la mujer, pero se podía notar la confianza a kilómetros.

El Capitán América no dudó en lanzarse a por su reciente enemiga. Intentó golpear en la cabeza pero Mrs. Hoagy uso la Armadura para apartarse y propinarle una fuerte patada en el estomago que llegó a levantar al Capitán del suelo. Wanda disparó varios proyectiles pero los escudos dispersos de la armadura interceptaron toda la energía. Acto seguido lanzó una red electromagnética que atrapó a la Bruja.

- No sois los auténticos - dijo Hoagy - ¿Qué demonios queréis?

Lo único que obtuvo fue un nuevo ataque por parte del Capitán. Hoagy esquivó el golpe y aprovechó para agarrar por el cuello al Capitán, que vio rápidamente como la fuerza de la servoarmadura rivalizaba anchamente con la fuerza del héroe. Éste intento hacer dos o tres esfuerzos para liberarse pero descubrió que era imposible.

- Creo que estos pagos de Stark son bastante efectivos - dijo la mujer apretando más fuerte el cuello del Capitán - Decidme ahora quienes sois en realidad, porque no me creo que...

Un nuevo destello inundó la sala. El interior de la servoarmadura se iluminó como si una explosión de luz se produjera dentro de la coraza. Mrs. Hoagy cayó al suelo produciendo un estrepitoso ruido mientras el Capitán América caía también arrodillado, llevándose las manos al cuello.

Detrás de ambos la Bruja Wanda con un extraño dispositivo en la mano. Su cara ya no era la que todos conocían. Su tez era grisácea y arrugada, como si tuviera una piel más robusta que la de los humanos. Los ojos eran de un verde intenso y no tenía nariz.

- ¡Te dije que estos disfraces no convencerían a nadie, MuX! - dijo la Bruja

- ¿Qu-Que quieres que te diga? - respondió mientras intentaba recuperar el aire perdido - ¿Qué eres la lista del grupo? ¡Enhorabuena! ¡Eres la lista del grupo!

La mujer se quedó mirándole, como si se asqueara de la postura de su compañero.

- Eres absolutamente gilipoyas.

- Olvídame - dijo él - Además, te dije en un principio que yo quería el disfraz de Batman.

La mujer se llevó las manos a la cabeza y negó con ésta como si no creyera estar escuchando lo que le decía su compañero. Se detuvo y se volvió hacía su compañero con cara de pocos amigos.

- ¿Cuántas veces te tengo que decir que Batman aquí no sirve de nada?

- ¡Cuidado con lo que dices! Es mucho mejor que este "bueno-para-nada" del Capitán América. ¡Hubiera preferido llevar al Savage Dragon!

- En serio Beex. Tu nivel de estupidez llega a asombrarme. Coge el cuerpo de Hoagy y vámonos de aquí antes de que salte algún otro de sus cacharros.

Beex se quedó mirando a su compañera con cara de asombro mientras cogía el cuerpo de Hoagy. Ésta se dio cuenta de que estaba siendo observada y detuvo la marcha que acababa de iniciar.

- ¿Qué sucede?

- Te queda muy bien el rojo... pero ¿vas a salir con esa cara a la calle?

Ella bufó mientras cerraba los ojos. El verde fulgor que despedían desapareció momentáneamente a la vez que MuX volvía a recuperar la apariencia humana.

- Vámonos... ahora - dijo ella tajantemente.

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Edificio Principal de Control de Daños. 9:00 A.M.

Peter Parker corría desesperado a través de los pasillos de las oficinas de control de daño. Su preocupación se emitía en los gestos de su cara y en la rapidez con la que se movía por la zona. Llegó hasta el punto de consulta, donde una exuberante rubia hablaba por teléfono sin prestar atención a los que estaban allí en la sala de espera.

- Ja ja ja - sonrió la mujer - Claro que se que me regala bombones cada vez que viene, señor Octavio... si... si claro, por supuesto - volvió a sonreír - no me diga esas cosas que hará que me sonr... ¿qué? - la chica se sonrojó - ¿de verdad los tentáculos pueden hacer eso?

- Perdone señorita - interrumpió Parker - Tengo que hablar con el encargado de objetos perdidos.

Ella bajó el auricular con la mano y se dirigió a Parker como si estuviera ofendida. El joven fotógrafo notó la agresividad y se apartó sonrojado.

- Todo el mundo tiene prisa en este sitio chico, así que te sugiero que te tranquilices... y esperes tu turno.

Acto seguido la chica vuelve a coger el teléfono.

- Doc? Si... nada un cliente. Si... claro - ja ja ja - no, no es ningún superhéroe que tu conozcas... bueno... me estabas contando algo de tus... tentáculos.

Parker se desesperó. Miró hacía los pasillos de oficina a ver si veía a algún trabajador conocido. Por suerte para el Lenny venía del desayuno, acompañado de varios peones. Peter se lanzó a Lenny con una sonrisa, aunque seguía mostrando preocupación.

- Hola ¡Buenos días Lenny! Soy Pet...

- Peter Parker, del Daily Bugle... - dijo Lenny. - No sabía que asegurásemos al Bugle.

- No, no es eso - respondió Parker - He perdido mi cámara de fotos y pensé que quizás estuviera aquí.

- ¿Una Cannon Digital con Zoom automático? - preguntó Lenny mientras se sacaba un puro de la chaqueta e invitaba a Parker a entrar a una sala a través de un pasillo austero y gris.

- Si - respondió Parker - ¿Está aquí? ¿Cómo sabe el modelo?

- Leo el periódico hijo - respondió Lenny mascando el puro - Entremos

Ambos entraron en una sala inmensa con varias carretillas aparcadas. Había varias estanterías que llegaban a los dos metros de altura y se perdían en la inmensidad de la sala. Cercano a la entrada había un mostrador donde un tipo con una camiseta de Xena leía la revista Soldado de Fortuna. Al notar la presencia de nuevos invitados bajó la revista y ocultó el programa de descarga que tenía en el ordenador.

- ¿Qué te trae por la Zona negativa Lenny? - preguntó el tipo sonriendo.

- Una camara de fotos, entrada reciente.

El tipo movió el teclado rápidamente y comenzó a buscar. Al momento mostró una sonrisa y se quedó mirando a Parker. Se levantó y se metió entre las estanterías para salir al momento con la cámara en la mano.

Parker sonrió mientras cogía la cámara, pero para su terror y asombro descubrió que le faltaba la memoria.

- ¿Dónde está la memoria?

El joven abrió un cajón y sacó la memoria. Parker le miró aterrado y el tipo le devolvió la mirada con indiferencia.

- Encontrará alguna foto extra... de mi gata "Ororo"... solamente quise probar la cámara.

- ¿Miraste el contenido? - preguntó Parker bastante serio.

Parker temía escuchar el si, temía escuchar el "Ey, eres Spiderman"... pero lo único que obtuvo fue la mirada de un tipo que parecía que le habían limpiado el cerebro a través de las orejas usando un comic book. Perdiendo la paciencia, Parker metió la memoria en la cámara y se dispuso a salir, dejando allí a Lenny y al extraño tipo.

Justo antes de abrir la puerta, Lenny lanzó con fuerza el puro, apuntando a la cabeza de Parker. El sentido arácnido estalló y Peter se apartó de manera inaudita, chocando el puro contra la puerta. Se volvió asombrado y vio a los dos trabajadores de Control de Daños con una sonrisita.

- Buenos reflejos... amigo - dijo el tipo.

Parker se marchó de allí a toda leche...

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Robin intentaba conciliar el sueño. Era su día de descanso y a pesar de la de cosas que había pensado realizar, cosas que había estado pensando mientras pasaban las horas de trabajo, acabó por preferir quedarse en la cama y dar vueltas de un lado para otro.

No estaba acompañada, su brazo podía cubrir toda la cama sin topar con algún cuerpo desnudo. Eso le irritaba, hacía casi un mes que no tenía una relación sexual en toda regla... y no se lo explicaba. Iba tres días al gimnasio, su torax era igualito al de Britney Spears y se gastaba un buen sueldo en potingues para el pelo. Mucho trabajo para que solamente Curtis Meyham se diera cuenta del atractivo.

Todos esos pensamientos la obligaron a dejar la cama. Se levantó y miró por la ventana para ver que había dormido bastante. Hizo un éxodo hacía la cocina e intentó prepararse un desayuno, pero acabó con un café, sentada en la mesa del salón mientras veía una revista de la semana anterior. Tras beber el café miró el movil, que estaba sobre la cómoda del salón. Se acercó y marcó un número.

- ¿Qué pasa? ¿No es tu día libre? - preguntó J. Porter

- Si... ¿Y? Solamente quería preguntar por el asunto del niño de las estrellas...

- Aha - respondió Porter - Estamos a la espera de averiguar la raza exacta del niño. Hemos hablado con los Shi'ar y no les suena de nada... De momento descansa en una capsula de contención.

- Pobrecito... - dijo ella.

- No te creas, la cápsula esta equipada de tal forma que me estoy pensando seriamente el gastar mi día libre ahí dentro.

Robin mantuvo un pequeño silencio. Analizó esas palabras e intentó alegrarse el día. Aprovechar el tiempo libre que le quedaba.

- Bueno Porter, tengo cosas que hacer - dijo ella despidiéndose.

- De acuerdo Robin, descansa.

Dejó deslizar suavemente el teléfono y volvió de nuevo a la ventana para ver con asombro como el Capitán América saltaba a su piso desde un deslizador conducido por la Bruja Escarlata.

CONTINUARÁ

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EL LIBRO DE RECLAMACIONES

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