ARCANGEL #10
¿Me dejas en casa?
Guión:
Narutaki
Portada: Wish
Monty carga su vieja escopeta de caza al hombro mientras que Pete se sienta
en un banco de la parroquia como si no pudiese asimilar lo que había hecho.
Arcángel observa el cadáver de Matacristo con las rodillas flexionadas y la
respiración acelerada, apoya las manos en sus rodillas y Caído pone una mano
en la espalda de Warren.
-Se ha terminado.
-Eso parece... -incorporándose- pero nos ha costado lo nuestro.
-Mi padre, cuando de pequeño y aprendía a ordeñar las vacas, cosa que me
costó bastante, me solía decir que si no consigues algo es porque no lo has
querido suficiente.
De pronto se oye un sollozo y el llanto de un niño. Warren y Caído comienzan
a mirar entre los bancos para saber de donde proviene hasta que ven al joven
muchacho que reconoció a Arcángel desde el primer momento tirado en el
suelo. A Worthingtong III le da un vuelco el corazón, comienza a sentir una
sensación de angustia. Se arrodilla junto a él. Mira su cuerpo de pies a
cabeza y fijándose en cada detalle sin ver una herida.
-¿Qué... que pasa chico?
-Tropecé con un banco, me di un golpe con el suelo en la rodilla derecha y
se me ha roto el teléfono móvil que me regaló mi tío por mi cumpleaños.
Arcángel mira al techo y suspira. Luego vuelve a dirigir su mirada hacia el
chico. Se aparta el flequillo de la cara con la mano e incorpora al chico.
-¿Por eso lloras? ¿Y tu eres un chico de pueblo? Más bien pareces una nenaza
de ciudad de esas que tan mal te caen.
-¡Yo no soy una nenaza! -enfurruñado- ¡Eso ni de coña!
-Pues mira que llorar porque se te haya roto el móvil y un simple golpecito
en la rodilla, si te zurraran como a mi, a los dos puñetazos estabas
suplicando.
Caído me da con dos dedos en el hombro y me mira irónico y dibujando media
sonrisa.
-Tu eres un mutante que hace ejercicio físico como aquel que dice cada día y
el chico como mucho levanta un par de sacos de patatas.
El joven tirado en el suelo le dirige una mirada al Caído que parece decir
"Quieres ver como te sacudo" aunque a la vez refleja cierto respeto, al fin
y al cabo son dos poderosos mutantes que han actuado de héroes al servicio
de su pueblo.
-Si bueno, visto de esa manera... -burlón.
La gente poco a poco a abandonado la iglesia, tan solo quedan allí Arcángel,
Caído, Monty y Pete. El chico se ha ido ya a prisa hacia su casa. Es hora de
dormir.
El olor a sopa resulta reconfortable cuando hace frío, incluso para aquellas
personas a quienes no les gusta el caldo oler una olla de éste recién echo
resulta algo, como poco, placentero.
Warren sale de la casa vestido de chándal y con una diadema puesta en el
pelo, lleva en sus manos cogida por una asa una mochila de color negra con
un extravagante anagrama de la marca Nike en color amarillo fosforito. Busca
en su bolsillo con la mano libre. Por fin encuentra las llaves del coche,
abre el maletero y mete la bolsa de deporte dentro. Se gira y dirige su
mirada hacia Caído que está sentado en el suelo, entre el granero y la casa
mirando al suelo con la cabeza apoyada en las rodillas. Camina lentamente
hasta él y sin que éste se de cuenta se sienta a su lado.
-Te noto algo preocupado...
Caído se sobresalta.
-¿Ocurre algo?
-Pues verás... mmm, no nada, nada importante.
Arcángel alza una ceja mirando preocupado a su amigo.
-Pues realmente algo me pasa, pero no atino a acertar exactamente el qué.
-Sabes que puedes confiar en mi.
Caído suspira y mira al suelo fijamente. El viento les mueve el pelo. Warren
le observa intrigado.
-Últimamente he pensado en volver a mi casa. Es una idea... pero no me acaba
de convencer.
-Quizá sería hora de que volvieras... empezar de nuevo.
-Pero... nadie aceptó nunca que fuera un mutante. Mi hermana la única. Mi
madre quizá se acostumbró. Pero mi padre... ¡bah! Con él era imposible
hablar. No me dejaba salir de casa nada más que para estudiar, así que
cuando cumplí los 16, me fui de casa en busca de una vida mejor.
-Son tus padres... y tu padre por mucho que le joda, te quiere. Si tu
vuelves te abrazará. Además siempre puedes echarle en cara que son los
padres quienes transmiten el gen mutante -burlón.
-Warren sabes que no es tan fácil. ¿Con que cara me presento yo allí?
-No son más que paranoias del momento. Seguro que tu familia te echa de
menos.
De pronto el cuerpo estrellado de Caído se torna poco a poco en su forma
humana. Un chico de pelo y ojos negros, piel morena y bastante musculoso. Va
ataviado con unos tejanos y una camiseta de los Ángeles Galaxies.
-Pues esta cara mejor que la otra -tratando de hacer reír a su amigo.
-Hace ya casi cuatro años que Jim Holland no se mostraba al mundo.
-Vaya...
-Es hora de que vuelva a existir.
-¿Volverás a tu casa, pues?
-Quizá eso sea lo mejor, ¿no crees? Dejaré de lado mis poderes, haré como si
no estuvieran, para ser feliz allí no los necesito.
-Puede que no los necesites pero ocultarlo tampoco solucionaría nada. En un
momento decisivo podrías usarlos sin pensar y decepcionarías aun más a tu
padre. Deberías sentarte y hablar con él.
-Eso es algo que veré sobre la marcha. Déjame que lo piense, después de la
cena te diré algo.
-Vamos a cenar -levantándose- Monty no cocina nada mal, y esta noche ha
hecho cena especial de despedida.
Ambos caminan dentro de la casa. La cena transcurre entre risas y
carcajadas. Bromas. Hasta que finalmente se terminan los postres y llega el
momento de la despedida. Arcángel sale de la casa el primero, le sigue Caído
que mira constantemente al suelo. Lleva una mochila a sus espaldas pero en
su cabeza no ronda tan solo una idea. De pronto Warren lo mira serio. Él
ríe, ha tomado una decisión.
-¿Me dejas en casa?
-Si claro, solo me tengo que desviar unas 250 millas, pero, si
claro -burlón.
-Gracias.
Se dan los últimos abrazos. Pete estrecha fuertemente a Warren contra él
demostrándole su gran aprecio. Caído da cortésmente la mano al viejo
granjero y a su hijo.
-Gracias por todo chicos. Mil gracias -dice Monty apenado.
-Tranquilo Montgomery. Cuando necesites algo, no dudes en llamarme.
-A más ver.
-Adiós.
Warren Whorthingtong III y Jim Holland suben al coche, el flamante deportivo
rojo. Una alarma indica que hace falta cambiar el agua del limpiaparabrisas.
Los dos mutantes se abrochan los cinturones. Warren pone un CD que suena a
todo volumen creando eco en el valle: Led Zeppelín, Starway to Heaven.
El coche es arrancado por el X-Men creando un gran estruendo. El motor ruge.
Ambos se miran, y saludan con la mano a sus amigos. El auto comienza a andar
a toda velocidad formando una gran polvareda.
Ahora Caído deberá asumir un difícil combate, mucho más doloroso quizá que
el que mantuvo con el que hoy es su amigo de confianza. Debe volver a su
casa tras largos años de ausencia asumir ante su familia que no es un humano
e intentar volver a hacer su vida olvidándose de otros tiempos y evitando
oír los chismorreos de las porteras.
La música del coche suena:
I nuestro tiempo llora
siete velas que se consumen
Es el nuevo mundo que nace
Tomando ejemplo del viejo.
Tan solo que nos puedieramos dar la mano
Tan solo que pudieramos.
Es lo único que falta,
Traducido del inglés. The Rover (Led Zeppelín). Tributo a unos viejos rockeros.
EL CORREO CELESTIAL
Para cualquier consulta con el escritor, para conocer próximos acontecimientos (cosa que está xunga XD) o para lo que sea, El Correo Celestial (kefrem2001@yahoo.es)