YOUNG JUSTICE #44
Las mudanzas son un follón. Pequeños hombres malos I
Guión:
Narutaki
Portada: Con una sala de recreativos de fondo, Arrowette vestida con traje negro y chaqué coge el brazo de Impulso, vestido de novia. Ella tiene un gesto muy malhumorado mientras que el velocista adolescente se muestra totalmente desenfadado.
Arrowette está estirada bocabajo en su cama con la cabeza sobre sus manos y las piernas levantadas. Sentada en el suelo con las piernas cruzadas está Cassie, sonríe de oreja a oreja.
- ¡No puedo creérmelo! ¿Vas a pedirle una cita a Impulso? -vuelve a carcajearse.
- Oye...
Wonder Girl lucha por contenerse la risa.
- La verdad es que yo tampoco sé porque, pero la verdad es que es divertido y me apetece hacerlo.
- A tu madre seguro que le encanta verte cogida de la mano con un superhéroe.
Suspira.
- A propósito, ¿dónde tienes pensado ir? ¿A tres restaurantes a la vez? -risilla graciosa.
Cissie la mira amenazadoramente.
- Vale, vale, ya paro...
Golpean a la puerta y acto seguido aparece la madre de la prodigiosa arquera con unos sándwiches y zumo de naranja.
- Es hora de merendar, chicas.
Ambas se incorporan para tomar la comida que les traen.
Superboy desciende desde lo alto y en un estrecho callejón interrumpe el paso acelerado de un ratero. Se cruza de brazos y lo mira altivo.
- ¿Dónde ibas, colega?
- Yo... Yoyo... Eh...
- Vamos, dame el bolso que le has quitado a esa anciana.
- Sss... Sí.
Dando un paso atrás su espalda topa con Lobo, que con los brazos cruzados le dedica un gruñido no demasiado espectacular.
Le tiende el bolso de piel que Kon-el toma de inmediato.
Apunta al pecho con los dedos como si fuese una pistola y finge disparar.
- ¡Bang! Superboy vuelve a impartir justicia.
El criminal sale corriendo.
- Eh, musculitos, deja de chuparte la polla a ti mismo y vamos a devolverle el bolso a la vieja.
- Qué poco estilo... -bromea.
Diciendo adiós con las manos vuelve a levitar para buscar a la pobre mujer que había sufrido el robo.
Arrowette, que tal vez hubiese reunido el suficiente valor para realizar proezas mucho mayores cuando era un miembro activo del grupo, ensaya frente al espejo.
- Esto... Bueno, Bart, la cosa es que me gustaría..., si tú quieres, claro -rió nerviosa.
Chasquea la lengua maldiciendo para volver a comenzar.
Impulso sube lentamente (WOW!) las escaleras de la habitación.
- Es que verás, hemos pasado mucho juntos y he pensado que quizá, si no tienes nada que hacer...
En ese momento entró en la habitación, pero la inercia de su amiga era imparable ya, dialogando con el espejo.
- ..., que si tú quisieras, Bart, podríamos salir a cenar y...
No lo ha visto, genial, piensa. En apenas un segundo vuelve a entrar en la habitación, en este caso más sonoramente y con un ramo de flores, arrancadas del jardín, en la mano derecha mientras se pasa los dedos de la izquierda por el pelo.
- Iba a echar una partida al NHL 2007 pero eso suena mucho mejor -sonriendo ampliamente.
Notando como la sangre se concentraba en sus mejillas, acentuándolas, la arquera sonrió llevándose las manos juntas a la altura de las rodillas, algo encogidas.
- ¿A que hora me pasas a buscar? -preguntó Impulso.
En ese momento Arrowette recordó a Cassie riendo.
- A las ocho -algo desanimada.
Robin, Secreto y Emperatriz, armados con cutex, van abriendo cajas de cartón y colocando sus pertenencias en los muebles con los que está equipada la casa.
Desde fuera es un edificio que se antoja más acogedor que el anterior, comenzando por la obra vista, dándole el color del calor a la nueva residencia de Young Justice.
El petirrojo está terminando de instalar su ordenador en la nueva habitación cuando se cruza con una fotografía en la que aparecen él y Bruce Wayne. Suspira desalentado.
- Hasta cuando vais a tener que llevarnos de la mano...
Secreto entra en ese momento en la estancia.
- Que bonita la casa que nos han conseguido los de la Liga de la Justicia, ¿verdad?
- Sí... -conectando la impresora-, muy bonita.
Desde la sala de estar se escucha la voz de Anita.
- ¡Echadme un cable con esto!
Superboy y Lobo surcan los cielos. El primero vuela, el segundo se deja llevar.
- Eh, Gomina-Boy, mira ahí abajo, parece que hay follón.
Su pálido dedo índice señala al suelo, en una esquina por la cual llegan a la avenida decenas de personas corriendo despavoridas.
Sin mediar más palabra Kon-el desciende en picado, sintiendo el viento como nunca, y decelerando para dejar a Lobo corriendo por su propio pie en tierra mientras él lo flanquea desde lo alto.
Aparta a la gente sin demasiadas contemplaciones, cuando puede, para lograr encontrarse con la fuente de los problemas.
- Deberíamos enseñarle modales a ese tipo.
Frente a ellos, rugiendo y babeando notablemente se encuentra un hombre que parece haberse fusionado con un felino. El terrible y poderoso Cheetah ataca.
Sin pensárselo dos veces, siendo el único transeúnte ya, el malvado leónido se lanza a la carga contra Lobo que intenta recibirlo con una llave de lucha libre al cuello pero se ve sorprendido por su gran fuerza y sale despedido un par de metros atrás.
Éste salta sobre él colocándose cara a cara cuando el otro miembro del equipo lo aparta de una patada que lo hace rodar por el asfalto hasta dar con su cuerpo en un coche aparcado.
Lobo se levanta furioso y se lanza contra la fiera, a la que coge de la cabellera para estamparle la cara contra la puerta del Ford. Al tercer golpe, el animal reacciona y le propina un codazo en el estómago, luego un directo al rostro y otro, con la mano torpe, que lo envía de nuevo al suelo.
De nuevo Superboy interviene para intercambiar golpes con el enemigo. Se bloquean, se aciertan y se duelen, pero no cesan. Como dos bestias desbocadas combaten cuerpo a cuerpo.
Lobo los interrumpe placando a su enemigo al más puro estilo del fútbol americano. Ambos se duelen en el suelo. Mientras el héroe le da un duro cabezazo haciéndole sangrar en la frente, el felino le golpea con los puños en la espalda repetidamente para quitárselo de encima.
El pequeño súper hombre lo toma de los pies y lo lanza sin contemplaciones contra el escaparate de una tienda de ropa cuyo cristal se rompe en mil pedazos.
Empiezan a escucharse sirenas de policía.
Cheetah se levanta, tambaleándose y ruge algo más calmado. No se sostiene demasiado firmemente. Alza un dedo.
Superboy y Lobo se preparan para un nuevo asalto.
Pero no lo habrá. Justo cuando llegan los coches de las fuerzas de seguridad, el villano cae desmayado.
Los chicos de Young Justice chocan los cinco sonrientes.
Antes de que los policías puedan esposar a Cheetah, Kon-el aprovecha para posar junto al cuerpo inmóvil del enemigo cuando un reportero gráfico tomaba fotografías para el Daily Planet.
Lobo interrumpe su momento de gloria.
- ¿Nos vamos? Aquí ya no tenemos nada que hacer.
- Espera un segundo -casi sin mirarlo.
Alza el dedo pulgar mientras tiende el brazo y sonríe. Salta un flash.
Ahora sí se reúne con su compañero.
- Cuando quieras.
Lobo alza los brazos y Superboy lo toma por las axilas una vez más.
Kon-el golpea con fuerza la puerta del lavabo.
- ¡Vamos, Bart! Llevas ya 15 minutos... ¿No se habrá estropeado otra vez tu reloj biológico, verdad?
- No.
- ¡Pues venga!
- Ya salgo, espera.
- ¡Es que me voy a mear encima!
- Tranquilo, ya voy.
Entre el sofá y varios sillones están tirados viendo la tele el resto de héroes adolescentes.
- Sería divertido ver a Superboy con los gallumbos húmedos -comenta Lobo.
Todos ríen, incluso Anita, que lo mira con cierto gesto de reproche.
- Cállate animal -se dirige ahora a Lobo, de nuevo a la puerta-. Y tú Bart... ¡Date caña!
Desde fuera se escucha el pestillo. Apenas Impulso ha abierto la puerta, Kon ya se ha colado dentro y cerrado de nuevo.
Todos dejan de prestar atención a la reposición de Alf para sorprenderse del aspecto de impulso, ataviado con un traje de color mostaza y una camisa roja, a juego con los zapatos, sin sus habituales gafas y por supuesto, bien peinado.
- Vaya, vaya... -sonríe Anita.
- ¿Se les ha estropeado la liebre mecánica en el canódromo y te han contratado para las carreras de gala de esta noche? -vuelve a intervenir Lobo.
- Creo que yo sé porqué se ha vestido así -ríe picarona Wonder Girl.
Ahora la atención de los muchachos se centra en su compañera. Las miradas son de curiosidad. Incluso Robin, ante lo chocante de la imagen de su amigo, ve despertados sus instintos de portera.
- Ha quedado para cenar con una chica -dándose importancia.
La noticia intriga aun más a sus compañeros.
Suena el timbre y el velocista ya está abriendo la puerta.
Al asomarse a la ventana todos pueden ver a Cissie esperando en el portal, vestida con un precioso conjunto verde. Pronto abandonan el jardín caminando uno al lado del otro y se pierden caminando por la calle abajo.
Vuelven a sentarse todos frente al televisor pero ahora ya no le hacen tanto caso. Ver a Bart tratando con una chica debe ser incluso más divertido que un crossover protagonizado por Homer Simpson y Michael Knight.
Una sombra reflejada en la oscura pared de una cueva, iluminada por lámparas de aceite, parece caminar como si fuese un pingüino. Se sienta, y lo hace frente a un ordenador portátil colocado sobre una mesa de plástico blanco.
Teclea bastante torpemente, borrando letras constantemente, a causa de sus dedos rechonchos.
- Ñie ñie... Parece que han detenido a ese estúpido de Cheetah. Superboy y Lobo lo abatieron.
Otra silueta se acerca a la computadora. Es también bajita y se apoya en el respaldo de la silla.
- Sí pero se ha producido el encuentro. Eso quiere decir que ya son nuestros, ¿no?
- Ñie... Espero que sí, o tendremos que tener un vis a vis con nuestra mascota. Avisa a Lexie y que venga él a ver si ese minino con nombre de chimpancé y cerebro de mosquito logró completar la misión.
La muchachita abandona por un momento ese área de la base oculta para volver a los cinco minutos acompañada de otro chico, de su edad, es decir, unos 12 años, sin un solo pelo en la cabeza y vestido de traje y corbata.
- Pingüino, Florecita Venenosa me ha dicho que me necesitabais por aquí. ¿Paisa?
- Ñie... Pasa que dos de los supermocosos le dieron una buena zurra a Cheetah y necesitamos comprobar si cumplió su cometido antes de caer. De lo contrario deberemos retrasar nuestros planes.
- En tal caso, levántate de la silla y deja a los profesionales.
Antes de abrir una nueva aplicación dedica un segundo a contemplar la foto de Superboy triunfal ante su subordinado.
Luego se pone manos a la obra.
Los otros dos esperan en ascuas.
De las profundidades del lugar proviene una risotada alterada, de hiena. Vestido con mayas verdes estampadas con signos de interrogación aparece otro crío más.
El pequeño Pingüino lo mira con desdén y arrogancia.
- Oye, amigo, tengo para ti una pregunta de respuestas mil. ¡Responde bien o te daré un colodrín! -bailoteando alrededor de su compañero.
Éste mira al techo resoplando.
- ¿Cuántas son dos más dos? -le dedica la mejor de sus sonrisas exageradas.
- Cuatro -responde a desgana.
Acto seguido Enigma le golpea con su bastón en la cabeza haciéndole crecer un chichón de dos metros.
- ¡Bueno, ya basta! ¿No? Tú no eres un superamo del mal y el crimen ni nada por el estilo. ¡Eres un tarado!
La chiquita pelirroja se aparta para tomar asiento en el destartalado sofá.
- Ya empiezan...
Lexie Luthor sigue a lo suyo con el ordenador.
- ¿Un tarado? ¿YoOoOo? Por favor... Que cosas dices.
- ¡Idiota! ¡Ñie... ¡Ganso!
- ¿De que color tiene las plumas el ganso?
- ¡Marrones! Como tus pelos de simio.
- ¡Error!
Al pequeño Pingüino le llueve otro bastonazo que lo hace caer al suelo de culo.
- Jiajiajiajia. ¡Es el precio a pagar por la incultura! Todos saben que los gansos tienen las plumas violetas.
Florecita Venenosa, jugueteando con su largo cabello rojizo medita.
- Alguien debería enseñarle algo o va a ser un tipo muy peligroso...
Lexie alza un dedo.
- ¡Lo tengo!
Todos corren entusiasmados a rodear el ordenador.
- Ñie... ¿Y bien? -dice el maltrecho Pingüino.
- Parece que Cheetah sabía con quien se la jugaba. ¡Tsk! Al parece la presencia de Lobo y Superboy fue más molesta de lo previsible peroo... ¡Como soy el puto amo del universo...!, el sistema de adherencia de las arañas de control le permitió colocar uno de los cacharros a distancia. Lo que no podemos saber desde aquí es si controlamos al uno o al otro.
- Ñie... Eso va a retrasarnos... -visiblemente molesto.
- Tranquilos, hombrecitos inquietos -coquetona-, eso dejádmelo a mi. En unas horas tendré la información que pedís.
Ahora los tres la miran embelesados. Están viéndose rodeados por una casi invisible polvareda verde.
- No, no te vayas...
- Ñieee... Quédate, Florecita...
- Lo siento, chicos, pero lo más importante es el plan. ¿Recordais?
- Ohhhhhh -unísono.
Mientras la muchacha camina fuera, Lexie, Enigma y Pingüino comienzan a culparse entre ellos de la marcha de su compañera, lo que desembocará a la larga en un nuevo baile de bastones.
Cissie parece visiblemente agobiada. Al ver a Bart vestido tan elegantemente como podría suponérsele se ilusionó con el lugar donde hubiesen podido cenar, que sin duda, no se parecía en nada a aquella hamburguesería.
Comía casi sin ganas las patatas fritas mientras que Impulso le explicaba mil historietas, entusiasmado.
- ¿Recuerdas aquel partido de béisbol intergaláctico? Bahhhh, ¡fue genial! Deberían ficharnos los Rayos de Keystone City. Y el día de la playa, en que... Oh, creo que necesito ir al lavabo.
Antes de que asintiese para disculparlo ya había regresado a la mesa ante el estupor general y las docenas de servilletas aun sin caer al suelo, deslizándose en el aire.
- ...el bicho aquel era un pasote. Por cierto, ¿has jugado al Final Warriors XCII? Yo estoy en el nivel 72 del modo arcade y...
Arrowette bostezó.
El chico se dio cuenta de que algo no iba bien. Debía cambiar algo para que su compañera se lo pasase bien.
Intentaba pensar algo, pero unos tambores comenzaron a resonar en su cabeza. Aquello le impedía pensar.
Las puertas del local se abrieron y entró en él, rodeada de una mística aura esmeralda una muchachita vestida de ceñido verde y envuelta en hiedras, maquillada hasta la saciedad y que decidida, caminaba hasta Impulso.
Ante la mirada entre incrédula y rabiosa de Cissie, empujó la mesa contra ella para hacerse espacio y sentarse encima de Impulso.
- Hola, querido...
Por raro que parezca, estaba paralizado.
- Ho... Hola.
Controló su rabia. Después de todo, la cara embobada de su amigo le decía que algo no iba bien. Se escabulló como pudo llevándose el teléfono movil consigo.
- Me ha dicho un pajaritito que tienes dos amigos muy machotes, ¿verdad?
- Ss... Si. Kon-el y Lobo.
- Mmm entiendo. Por cierto, permíteme que me presente, he sido una maleducada -haciendo morritos-. Mi nombre es Florecita Venenosa. ¿No te parece adorable?
Escondida en el lavabo Arrowette se comunica con los chicos.
- Cassie, tenéis que venir rápido.
- ¿Qué pasa?
- No lo sé. Una chica, eh... Extraña, tiene atontado a Bart.
- ¿Quieres que Young Justice le pegue un estirón de pelos a una zalamera que intenta quitarte el ligue?
- ¡No es eso, idiota! Bart está babeando literalmente. Es como si lo controlase.
- Vale, vamos para allá.
Mientras, la maliciosa chiquilla sigue con su juego de seducción.
- Oye, chiquitín, me han dicho que te has cambiado de casa. Podrías darme la dirección, ¿no? Así podría hacerte alguna visitita -cogiéndolo de la barbilla picaronamente.
- Cl... Claro.
- Escríbemela aquí, anda.
Pone la pierna sobre la mesa, subiéndose las mallas y le ofrece un bolígrafo.
Bart va a comenzar a escribir, pero pronto, recuerda algo importante.
- Oye... ¿Y tú sabes jugar al Final Warriors XCII? Estoy atascado en el modo historia y...
La mirada de la muchacha, enfadada, le impelió a escribir rápidamente lo que le había pedido.
A través de la cristalera del local los clientes vieron aterrizar la moto voladora de Young Justice. Entraron en el local con Superboy a la cabeza.
- ¡Eh, tú, deja a nuestro amigo! -le gritó.
Reacciona hábilmente.
- Oh... Mira Bartito, tus amigos quieren hacerme daño. ¿Verdad que eso no puede ser?
- ¡No, claro que no! Nonononono -sacudiendo la cabeza.
Mientras, saca una especie de mando de videoconsola que llevaba escondido en la otra pierna, sujetado por un liguero.
Pulsa uno de los botones sin que nadie la vea y atenta, ve como el brazo derecho de Lobo se alza por un instante. Rápidamente vuelve a esconder el control. Impulso la cubría, ya puesto en pie y dispuesto a atacar a sus propios compañeros si se mueven para cargar contra Florecita.
- Bart, mira que tengo... -Wonder Girl interviene.
Le muestra, sonriendo, una guía oficial del Final Warriors XCII.
Impulso corre a por ella. Cuando la tiene en sus manos parece despertar.
- Que... ¡Eyyy! ¿Y Cissie?
Sin preocuparse ya por su compañero Robin y tras él el resto se disponen a atacar ferozmente a Florecita Venenosa que usando las hiedras que la envuelven como si las telarañas de Spiderman fuesen comienza a huir, tirando antes una bomba de humo que ciega y entorpece la posible persecución de la justicia juvenil.
MI PRIMER EMPLEO
¡Jocosos saludos!
Aquí van, tal y como prometí, los resultados de la encuesta planteada en las páginas del DCTopia YJ#43. Por un voto de diferencia, con un resultado de 1 voto en contra y 0 a favor enviamos a Bargirl a la mierda. Lo sentimos Cassandra, ya te llamaremos.
La nueva saga que se inicia en este número, "Pequeños hombres malos" nace de un comentario de mi sempiterno guía espiritual Advenedizo que sugirió crear un grupo adolescente némesis de Young Justice. Entre eso y mi paso por los Bebes-X nacen los pequeños hombres malos, clones adolescentes de los malos malotes de DC cuyo origen iré desvelando poco a poco.
Espero vuestros comentarios, que últimamente solo me encuentro con "divertido, como siempre" de Chuck. Leed más, ¡perras!
Y con esto y un bizcocho... ¡Hasta el mes que viene!
Leed muchos tebeos, tigres xDDDDD
Narutaki