YOUNG JUSTICE #42
Caballo de Troya. El Joker cabalga de nuevo, Primera Parte
Guión:
Narutaki
Portada: Impulso sentado en un sofá, despeinado, con ojeras, un termómetro en la boca y cubierto con una manta estampada con dibujitos de las Tortugas Ninja. De fondo, el salón de estar.
Los integrantes de Young Justice se preparan para hacer limpieza. Las chicas llevan pañuelos en la cabeza y escobas en la mano, Lobo un cubo y una fregona, Superboy varios trapos y un bote de limpiacristales, Robin una mopa e Impulso tiene las manos vacías.
- Bueno Bart, a ti te toca pasar el cortacésped -enuncia Cassie.
- Me parece biennnn -desaparece dejando su estela.
Fuera ya se escucha el motor del aparato que maneja Impulso.
- Bien pues, ¡manos a la obra! -anima Emperatriz.
Con especial ánimo durante los primeros cinco minutos cada cual se dispone a realizar la tarea que le toca. Ese ímpetu desaparece poco después, y la faena se torna algo más pesada.
Lobo descansa ya en el terrado mirando las nubes hasta que Anita se apercibe y le obliga a volver a sus obligaciones.
Un superhéroe de aspecto destartalado se mira al espejo mientras se acaba de colocar sus mayas rosas.
Una máscara azul celeste una gran P en la frente y una larga capa blanca son el resto de su atuendo. Se da un par de bofetadas en la cara y asiente convencido.
- Bueno Barry, vamos a demostrarle a esos tipos que la ciudad necesita un héroe como tú -sonriendo ampliamente.
Se gira y en su pecho podemos leer Power-Man con letras verdes.
Toma de una mesa un chaleco con gran cantidad de explosivos y se lo coloca.
Abandona la habitación y acto seguido su apartamento.
Hace ya casi dos horas, que ante la reprimenda que Red Tornado les soltó tras su regreso de Cinetopia1, los jóvenes héroes habían comenzado a atacar a los ácaros por varios frentes y ya casi habían terminado con el enemigo.
De hecho Superboy, Robin, Wonder Girl y Lobo descansan ya en el sofá de la sala de estar cuando llegan Emperatriz y Secreto. Están viendo el telenoticias.
El macarra sigue con los ojos a Anita hasta que ésta se sienta sobre sus piernas. La estrecha contra él.
Gozan de unos instantes de gran relajación, incluso las noticias emitidas por la televisión parecen plácidas. Iniciativas ecologistas en Washington D.C., la calabaza más grande de la historia recogida en la ciudad que vio nacer a Flash... Eh, hablando de velocistas...
- ¿Y Bart? -pregunta Robin.
- Estaba pasando el cortacésped. Pero seguro que ha acabado pronto y se ha ido a dar una vuelta -contesta Superboy.
Todos quedan en silencio.
- Un momento, ahí fuera se escucha el rum-rum del cortacésped -nota Cassie.
Los muchachos, salvo Lobo, saltan de los sillones y corren hasta la ventana más cercana. Pueden ver a Impulso en el jardín que da pasos de apenas un milímetro. No lleva arreglado ni la mitad del jardín.
- ¡Imp, tío, deja de hacer el idiota y date caña, que después del telediario empiezan las peleas Robot Rumble! -grita Kon-El.
El muchacho no responde. Parece intentar mirar hacia arriba pero tarda casi un minuto en alzar la cabeza y abrir un poco la boca.
- Ya... lo... sé... pe... ro... no...
Los jóvenes se miran entre ellos. Sin duda pasa algo extraño.
Saltan hasta el jardín sin pensárselo. Esta vez les sigue incluso Lobo que piensa que debe haber algo entretenido allí abajo.
Rodean a su amigo.
- ¿Estás bien, Bart? -pregunta preocupado Robin.
De nuevo se toma largo tiempo para articular las sílabas.
- ¡Cómo mola el acelerao éste! -se anima el mastodonte venido a menos.
- Shhh, Lobi.
Superboy mira a Lobo y se ríe silenciosamente guiñándole un ojo.
- Oh Lobi... -con voz aguda.
Éste gruñe como respuesta a la broma.
- Tenemos que contactar con Red Tornado a ver si él sabe que le puede pasar.
Asienten a Robin.
- Yo mismo me encargaré de eso. Llevadlo a su habitación a que descanse.
El joven abandona a sus compañeros y sube las escaleras de tres en tres corriendo hasta su habitación donde el ordenador está permanentemente encendido. Teclea durante unos instantes y pronto se coloca un auricular con micrófono y centra la webcam.
Espera.
Power-Man pasea por las calles ante la risotada general de todos los que se cruzan con él. Sin embargo no parece importarle, da grandes zancadas y tiene muy claro donde debe ir. A sus espaldas, una gran mochila llena de chapas con logotipos de series televisivas.
Un crío le señala mientras pregunta a su padre:
- ¿Papá quién es ese chiflado? ¿Será amigo de Superman?
- No lo creo... Más bien parece un payaso.
Ante esas palabras el héroe se crece y alza aun más la cabeza mientras el sol hace brillar la P en su frente.
Volvemos a la Mansión de la Justicia Juvenil.
- Red, aquí Robin desde la Mansión. ¿Me recibes?
- Si, Tim. Hay algunas interferencias pero si.
Se acomoda en la silla.
- Tenemos un pequeño problema con Impulso.
- Tú dirás.
- Es muy extraño, es como si estuviese..., ralentizado o algo así. Se mueve a una velocidad mínima, habla silábicamente. Pensábamos que se trataba de alguna payasada, pero parece que no es así. Algo que le pasa.
El tutor de los Young Justice tarda un rato en contestar. Robin aguarda tratando de ser paciente.
- ¿Me recibes? ¿Red?
- Sí, sí, perdona Robin, ando algo..., liado.
- No pasa nada. ¿Sabes que le puede suceder?
- Creo que se trata de su reloj interior. El organismo de Impulso es sin duda un tanto singular, como ya sabes. Posee un reloj biológico, más allá del término metafórico, que rige su ritmo. Al ir siempre tan acelerado, a veces ese reloj puede averiarse y quitarle toda esa velocidad.
Robin no da demasiado crédito pero asiente.
- Vaya...
- Deberéis ir a Keystone City. Allí encontraréis a un hombre llamado El Relojero. Decidle que Impulso necesita de sus servicios y seguro que os acompaña a casa para atenderlo.
- Muchas gracias, Red. Suerte con lo que estés haciendo.
De nuevo unos segundos de silencio.
- Gracias Robin. Cierro la comunicación.
- Adiós.
Se levanta de su cómoda cátedra y se dirige a la sala de estar donde deben estar todos.
En efecto, así es. No tarda demasiado en explicarles su conversación telefónica con su tutor.
- Este tío es un tocapelotas hasta cuando está enfermo... -se queja Lobo.
- Bueno, que vamos a hacerle. Tendremos que ir a Keystone City -insta Secreto.
- Alguien debería quedarse con él. Imaginaos que le sucede algo o... Quién sabe -sugiere Emperatriz.
- Tienes razón, Anita. ¿Quién se queda? -pregunta Secreto.
- Puedo quedarme yo misma -se ofrece Wonder Girl.
- ¡Pues venga! Nos abrimos. Con un poco de suerte llego a ver el último cuarto del partido de esta noche.
Todos comienzan a desfilar escaleras abajo salvo Robin que se queda un instante con su compañera.
- Cassie, si sucede algo grave no dudes en contactar con nosotros. Regresaremos de inmediato.
Asiente convencida.
- Tranquila, Robin. Todo estará bien.
Secreto asoma la cabeza.
- ¿Nos vamos?
Robin se gira.
- Sí, voy.
Alza un pulgar mirando a Wonder Girl que sonríe y se sienta ya en el sofá junto a Impulso.
Abajo Lobo se dispone a pilotar el gran transporte aéreo del grupo. Están todos ya dispuestos en sus asientos.
- ¿Se supone que nos vas a llevar tu a Keystone City?
- Sí, ¿qué pasa musculitos? Yo se pilotar desde antes de que tu tuvieses pelos en los coj...
- Pero si seguro que no sabes como llegar hasta allí -le interrumpe Kon-El.
- Ahm...
Sin decir nada más se aparta de los mandos y deja el lugar vacío. Será Robin quien conduzca.
No tardan nada en poner rumbo a la ciudad de El Relojero.
Entra en la escuela y el conserje lo mira extrañado.
- Eh, oiga, Papanatas-Man, ¿qué ha venido a hacer?
- Voy a hacer una función para los de tercer curso.
- Ah bueno... -sigue fregando.
Llega hasta una aula donde una profesora está practicando restas con sus pequeños alumnos.
Abre la puerta ante la sorpresa general. Los niños sonríen al verlo. ¿Una sorpresa? Para la profesora al menos sí lo es.
- Disculpe... ¿Quién es usted?
- Salga de la clase y vaya a avisar a los medios de comunicación.
La mujer lo mira incrédula. Él descubre su chaleco de explosivos. La profesora contiene un grito.
- Vamos, salga y llame a todas las televisiones. Esto va muy en serio y si no me hacen una entrevista en menos de tres horas me hago estallar y me llevo todo el colegio por delante.
- Ss... sí. Claro. Pero cálmese por favor...
- Por supuesto.
La mujer sale de la clase corriendo y el joven se apresura a poner una estantería delante de la puerta. Por suerte no hay nada más que una ventana pequeña y alta. La cubre con un póster para que no lo vean desde fuera.
Los niños simplemente lo miran extrañados.
Uno se acerca y le tira de la capa.
- Oiga, ¿cuándo va a empezar a hacer el payaso?
- ¡¿Pero que dices?! ¡Soy un héroe incomprendido que pretende dar una lección a las autoridades! ¡Velo por vuestra seguridad mocosos! ¡No soy un payaso!
El crío, algo asustado da unos pasos atrás y se sienta de nuevo en su sillita.
- Bien, ahora que veo que lo vais entendiendo, espero que nadie se mueva.
- ¡Yo quiero a mi mamá! -empieza a sollozar uno.
- Y yo...
- Este payaso no hace risa.
- ¡Quiero irme a casa!
Eso no estaba previsto. Un motín. Casi 20 críos llorando de forma chirriante.
El héroe frustrado se lleva las manos a la cabeza desesperado...
- ¿¡Por qué todo me sale mal!?
Cassie y Bart siguen frente al televisor, aplatanados. Una música impactante les hace reaccionar, claro que unos más rápidamente que otros.
- Noticia de última hora. Un delincuente adolescente vestido de superhéroe mantiene secuestrados a una veintena de niños en St.Peter' School. El joven, a quien se ha identificado como Power-Man ha pedido ser entrevistado. Un equipo de Metropoli Channel está preparándose para realizar tan atrevido evento. Les informa Karen Douglas para el informativo de las tres.
Wonder Girl está sobresaltada. Impulso intenta mostrar que la noticia también ha causado mella en él.
- ¡Tenemos que hacer algo!
Está en pie. Mira a Bart y pronto se da cuenta de que tiene una carga.
- Escucha, Impulso, vas a tener que quedarte sólo un rato. Voy a ver si puedo echar un cable a esos niños. ¿OK?
Tarda, pero Impulso logra enunciar una respuesta afirmativa.
Más de una decena de coches de policía se mantienen a las puertas del colegio. Los policías están armados y apuntan a la puerta. El equipo formado por un cámara de televisión y un reportero se prepara para entrar. Todo está apunto.
- ¡Un momento! -interviene Cassie que desciende del cielo hasta el suelo.
El policía que parece estar al mando la mira.
- Vaya, al menos un superhéroe se ha dignado a venir por aquí. ¿Con quién tengo el gusto de tratar? -con rintintín.
- Soy Wonder Girl. Encantada. ¿Esos son los periodistas? Puedo entrar con ellos y neutralizar al secuestrador -sin dudar.
- ¿Estás segura de eso, señorita?
Asiente con la cabeza.
- Usted misma.
Cassie, vestida de paisano, salvo por la peluca y gafas se presenta a los periodistas y entra con ellos.
Golpean a la puerta. Lo hace el reportero. El cámara está ya grabando. Se escucha el mueble arrastrado por el suelo y pronto ven asomar la cabeza de Power-Man.
- ¿Son los periodistas?
- Sí. De Metropoli Channel.
- Bien... Pasen.
El joven aparta del todo la estantería para permitirles el paso. En todo momento muestra el detonador que está unido a su chaleco.
- No quiero tonterías, entendido. Si son ustedes policías, más vale que sepan hacer entrevistas.
El muchacho se sienta en una silla y carraspea.
- Vamos, podéis empezar.
Algo asombrados por la guisa del secuestrador, los periodistas y Cassie tardan en reaccionar pero finalmente lo hacen.
- Si por supuesto. Vamos allá.
El cámara hace una señal al tiempo que se enciende un piloto rojo en su aparato.
Sin previo aviso Wonder Girl le asesta un patadón en el pecho tirándolo al suelo de espaldas cuando se abalanza sobre él para inmovilizarlo pero falla.
Todo se está emitiendo en directo. El chico se pone en pie tras haber apartado de un duro golpe a la joven heroína.
- ¡La habéis cagado! -desquiciado- ¡Que lo sepa todo el mundo! ¡Se han reído de mi, me han considerado patético, pero yo acabo os demostraré a todos que me necesitabais! ¡El sistema de seguridad no es perfecto!
Todos están asustados.
- ¡No! Tranquilo... Cálmate, ¿quieres?
- ¡¡¡No quiero!!! ¡Morid necios!
El dedo pulgar desciende hasta accionar el detonador.
La mansión estalla en un enorme estruendo. Las paredes y los cristales saltan por los aires inundando la carretera que pasa por delante y agujereando el jardín.
Pronto no es ni la sombra de lo que fue. Solo restan las ruinas en llamas a causa de una gran explosión. La Mansión de la Justicia Juvenil ha sido destruida por un artefacto explosivo.
Uno de los periodistas se desmaya cuando Power-Man pulsa el botón rojo, pero el efecto es patético.
Sus cartuchos de dinamita explotan en un mar de confeti ante la mirada atónita del secuestrador.
- ¿Qué...?
Sin pensárselo Cassie lo reduce. El otro reportero corre a avisar a los policías.
El Joker se carcajea divertido frente al televisor al ver como Power-Man, a quién había embaucado astutamente, es detenido por varios agentes de policía.
- Jijijijujujujajaja. ¡Adiós al nido del petirrojo! ¡Hola, tesoro! -acariciando con el índice una caja metálica de grandes dimensiones.
Se pasa los dedos entre su cabello aceitoso a modo de peine y se mira al espejo engreído. Las solapas de su traje violeta están bien colocadas. Hace un par de muecas y abandona la habitación.
Todo ha salido a pedir de boca.
El vehículo aéreo de Young Justice aterriza y todos corren ante la presencia monstruosa de la Mansión destrozada. El Relojero se ha quedado algo atrás, observante.
Todos se apresuran a empezar a mover escombros cuando ven al fondo a Impulso que todavía está intentando levantarse del suelo. No está herido, solo tiene un mar de polvo por encima. Ha tenido suerte realmente.
La explosión ha detonado la buhardilla y el hall pero no ha afectado tan de lleno el salón donde se encontraba Impulso que milagrosamente ha salido vivo.
Preocupados empiezan a buscar a Cassie que asombrada acaba de poner sus pies en lo que era el jardín de su base.
- Eh...
Robin la mira serio y se calla unos instantes intentado contenerse. Superboy se le adelanta.
- ¿Dónde estabas, Cassie?
- Eh... Yo... -está apunto de llorar al imaginar que ha podido suceder.
- Pese a tu irresponsabilidad, Impulso está bien -interviene el petirrojo muy serio.
Dos lágrimas comienzan a regar sus mejillas.
De pronto un nuevo estruendo. Todos se tiran al suelo, incluso Emperatriz y Lobo que estaban llevando al velocista adolescente.
Momentos de miedo e incertidumbre.
Al igual que en la escuela la zona se inunda de confeti de colores ante la indignación, alivio y sorpresa de Young Justice. Entre los papeles de colores un gran globo con la silueta del Joker sonriendo y con un mensaje escrito "Gracias por todo, pipiolos".
En un arrebato de furia Kon-El vuela con los brazos por delante hasta atravesar el objeto de tan macabra broma final.
El Relojero no entiende nada y se frota la nuca.
Robin aprieta su puño lleno de ira.
1.- Tal y como se vio en YJ#39, YJ#40 y YJ#41
MI PRIMER EMPLEO
¡Jocosos saludos una vez más!
Empieza una nueva aventura (y que no tardará en culminar) para la cual me he permitido rescatar a uno de los villanos clásicos de DC. Ahora que ya sabéis de quien se trata, seguro que podéis apreciar pistas por el número "payaso", "payasadas"... ¿No me digáis que me atribuíais un caso agudo de pobreza léxica?
Lo del reloj interior de Impulso me lo he sacado de la manga, sí, pero de eso se trata ser guionista ¿no? El resultado pienso que ha sido bueno, además, da pie a esta historia. Espero que os haya convencido a vosotros, que es de lo que se trata.
Pasaremos como en cada entrega a los comentarios de nuestros queridos lectores.
Chuck "editoreitor" Correia decía "Me ha gustado, está muy divertida y entretenida. Felicidades". Pues nada, pese a lo escueto del comentario, gracias por los cumplidos.
Y nada más en esta entrega.
¡Nos leemos!