YOUNG JUSTICE #41
Evasión o victoria. Una saga de cine, Tercera Parte
Guión:
Narutaki
Portada: Como si se tratase de un videojuego con malos gráficos y en 2D, Superboy frente a Guile de Street Fighter con las barras de vida en la parte superior de la portada y de fondo, sentados en un sillón y mucho más grandes, Impulso y Lobo a los mandos de una videoconsola.
La capital de Cinetopía es un lugar totalmente paradójico.
Dividida en dos zonas de perfiles opuestos. En el norte se haya Barrio Colorido, donde robots, alienígenas, vaqueros y gangsters pasean por las calles improvisando.
Un juglar medieval trepa por una farola de la calle hasta acercarse a la ventana de una mutante con tres ojos que lagrimean sin cesar al escuchar su poesía mientras que con los pies muy en la acera un joven pícaro de la época industrial le roba un ordenador de bolsillo a un hombre embutido en una servoarmadura.
Por el contrario, en Barrio Sinluz centenares de tristes hombres, atados entre ellos en grupos de tres con gruesas cadenas, cargan todo el día con cámaras y rollos de películas clasificándolas o quemándolas según las últimas directrices de Cinematrón IV.
El tirano dirige su obra magistral desde su castillo que sobre una montaña, preside la ciudad.
Un pequeño estereotipo de sirviente vampiresco sostiene tembloroso una bandeja a su lado. Él enhiesto y funesto dictador toma y deja una copa de vino siguiendo la directriz de su capricho.
De pronto dos pintorescos hombres, Jarpo y Jroucho, se presentan ante él excitados.
- Muy buenas...
- ...oh señor Cinematron IV.
Hablan complementándose mutuamente las frases.
- Traemos noticias muy...
- ...¡jugosas!
- Nuestras estrellas invitadas se acercan...
- ... a la gran escena final.
El malvado director hace repicar sus uñas contra su faz, juguetón. Se coloca bien la gorra, endereza las gafas y da un saltito para bajar del butacón que ocupaba hasta hace unos segundos.
Camina arriba y abajo algo preocupado, murmurando, debatiendo consigo mismo.
El igor contiene unas cuantas carcajadas camuflándolas con una tos seca.
- ¿No está contento, su majestad? - al unísono.
Se detiene y se dirige a sus subordinados.
- ¡Pues claro que sí! Ya sabéis cuales son los planes para esos críos. ¡Todo debe salir perfecto! ¿Entendido? -amenaza con su voz de pito.
- ¡Manos a la obra! -de nuevo a la vez.
Y tal y como vinieron, vuelven a marcharse.
Rodeado de pantallas de televisión y entre montañas de cintas de video, vuelve a tomar asiento para seguir contemplando las diferentes escenas de Cinetopía.
Un motero melenudo y de bigote prominente se está colocando el casco y se dispone a sentarse en su Harley-Davidson.
La voz de Lobo suena a sus espaldas.
- Eh tú, necesito las llaves..., de tu motocicleta -ronco.
Se mantiene de pie con los brazos cruzados. Detrás de él, Superboy e Impulso.
- ¿Pero qué dices, chaval? ¿Me has visto cara de tolay? Qué yo soy "mu" chulo -dándole con el reverso de la mano en el pecho un par de golpecitos.
El más macarra de los tres se encara con el perro viejo y ambos se gruñen intentando intimidar al rival. Cara a cara, comienzan a sudar.
El motor de la Harley ruge. Impulso lo hace resonar y mira a su compañero alzando un pulgar y sonriendo ampliamente.
- Ala, capullo, ¡ahí te quedas!
Lobo le da una colleja a su recién creado enemigo estampándolo contra el suelo y corre a subirse a la burra. Bart da gas y Superboy los sigue desde el cielo.
Pronto, siguiendo una larga carretera mal asfaltada se confunden con la llanura anaranjada que les rodea.
Centenares de vehículos transitan las carreteras que atraviesan de una punta a otra la gran capital.
En la que entra a la ciudad por el norte aparecen a toda velocidad las tres superheroinas en su veloz aerotransporte que temerariamente adelanta a cualquiera que se le ponga por delante. El vehículo habla con sus pasajeras.
- ¿Se divierten las señoritas? -jovial.
A duras penas pueden contestar. Anita se agarra fuertemente a los laterales mientras que Cassie intenta no vomitar. Secreto aguarda en silencio el fin del trayecto, algo asustada. Sus largas cabelleras se sacuden como poseídas al ser llevadas por el viento.
- ¡Cuidado chicos! -grita alguien desde el cielo.
Lobo dirige un instante su mirada hacia Superboy que sobrevuela la carretera cuando siente un tremendo impacto y luego gran levedad al salir volando por los aires. Vuelve a sentirse material y pesado cuando impacta contra el asfalto. Impulso cae instates después sobre él.
Frente a los accidentados jóvenes se encuentra el vehículo que en el País de las Maravillas habían prestado a sus tres compañeras que tiene el morro destrozado por la colisión.
- Aiaiaiai -se queja Bart.
Lobo se lo quita de encima de un empujón y comienza a sacudirse el polvo. Tan sólo lleva una brecha en la frente que sangra muy poco.
- ¿Estáis bien? -Emperatriz pregunta saliendo de su aerotransporte.
- Claro -dice Lobo arrogante.
- Aiaiaiaiaiaiaiaiaiaiai.
Superboy desciende también. Al fin se han vuelto a reunir todos, salvo el petirrojo.
- ¿Robin no estaba con vosotros? -pregunta Secreto.
- No, pensábamos que estaría en otro grupo -contesta Kon-El.
- Pues entonces... Debe estar solo... -preocupada.
- Bah, el niño maravilla sabrá cuidarse solo -interviene el macarra.
Emperatriz le limpia con un dedo el hilillo de sangre que nace en su frente. Lobo se sacude como un animal molesto para que Anita le deje. Ésta resta algo cohibida.
- Deberíamos buscar a Robin -sigue Secreto.
- Tranquila, ¿quieres? Seguro que él ya está buscando a Cinematron IV. Será más fácil llegar hasta él y esperar allí a que Robin aparezca que buscarlo por todo este mundo que ni siquiera sabemos lo grande que es.
- El mediometrosexual tiene razón, muñeca.
- Aiaiaiaiaiaiaiaiaiaiaiaiaiaiaiaiaiai.
Mientras todos están hablando, Impulso está en el suelo gesticulando ampliamente con las manos mientras no cesa en sus quejas.
Se reúnen a su alrededor.
- ¿Qué le pasa? -pregunta Wonder Girl que estaba apartada vomitando.
- Es raro.
- Aiaiaiaiaiaiaiaiaiaiaiaiaiaiaiaiaiaiaiaiaiaiaiai.
- Dejadme a mí.
Lobo se arrodilla junto a él y con cuidado lo incorpora hasta que su compañero está sentado.
- En el fondo es sensible -dice Emperatriz al oído de Secreto, contenta.
Aparta un poco el pelo de Impulso de la parte de la nuca y sin más dilación le golpea en el cogote con la palma de la mano. El acelerado héroe juvenil cesa en sus "ai-ai". Sacude la cabeza varias veces y luego mira a su compañero algo sorprendido.
- Eh... ah... Gracias -acariciándose el cuello colorado por el golpe.
Engreído y satisfecho de su acción Lobo vuelve con el resto.
- Bueno, pues ya estamos todos dispuestos.
Impulso se reúne con los demás.
- ¿Y Robin?
La pregunta causa cierta desesperación en el resto de muchachos.
Superboy pasa un brazo por encima del hombro de Bart y empieza a andar.
- Tranquilo, yo te lo explico por el camino.
- ¡Oigan señoritas! ¿Y yo qué? -se queja el vehículo fantástico.
Sin hacerle caso, caminan hacia el gran palacio donde intuyen que debe vivir el gran Cinematron IV.
El suelo de la sala de dirección tiembla como si se tratase de un terremoto, pero el omnipotente tirano y director sabe que se trata de su esbirro más desagradable. Lo ve detenerse ante la puerta de su estancia a través de uno de los monitores.
- Jijijiji. Ahí viene el primero.
Golpean a la puerta.
- ¿Siiii? Adelante, está abierto.
Con su voz ruda y algo ronca el esbirro se dirige al jefe.
- ¡Hombre! Cinematron, machote. Ya pensaba que no ibas a estar. Mira, te traigo un pajarito -tira de la cadena y Robin cae al suelo de rodillas.
- Vaya, me alegra.
Se acerca al panel de control y activa el microfono.
- Qué vengan los de Street Fighter. ¡Ah! Y que traigan al pichón enjaulado.
- Recibido, oh magnánime señor.
Aprieta el botón para cortar la comunicación. Se gira hacia su esbirro y su presa.
- Bienvenido a mi morada Ro...
El obeso escocés le interrumpe.
- Oye, que decía yo... Que ya que me he pateado la ciudad pa traerte al amigo, podías decir que me preparasen un bocadillo de panceta o algo. ¿No?
El tirano mira al techo renegando y vuelve a dirigirse a sus súbditos por el sistema de comunicación interno.
- Ahora bajará un amigo mío a la cocina. Prepárenle lo que les pida. Corto.
No espera respuesta y cierra el diálogo.
El grasiento y malévolo hombre cede la cadena que retiene al joven héroe a su superior, que la toma sonriente y se dirige a los pasillos de nuevo.
En el instante en que sale se cruza con tres hombres que entran en la sala del trono. Uno de ellos lleva el torso descubierto y oculta su rostro tras una máscara de metal. Otro de ellos viste un calzón azul y rojo y lleva un parche en el ojo izquierdo. El último es enormemente musculoso, de piel verde y cabellos naranjas.
- Gracias por venir. Vega, Sagat, Blanca... -hace un gesto de agradecimiento con la cabeza.
Los tres luchadores restan en silencio frente a Cinematron IV y Robin, que aun no se ha pronunciado.
- ¿Y el prisionero?
- Ahora lo trae Guile.
- Bien... -mira de nuevo al miembro de Young Justice-. Querido Robin, bienvenido a mi morada. Como debes suponer, dada tu gran inteligencia, yo soy Cinematron IV.
La única respuesta es una mirada desafiante.
- Oh, vamos. No te pongas a la defensiva, muchachito.
- ¿Qué es lo que quieres?
Un golpe interrumpe la charla. Un militar de pose chulesca ha lanzado contra el suelo una enorme jaula metálica en la que se duele del golpe un hombre.
Robin se gira alertado por el golpe y se queda perplejo por unos segundos ante la visión que tiene. Se ve a si mismo con las facciones más marcadas y barba de varias semanas, despeinado y malherido, pero vestido con el traje de Batman, sin capa ni máscara.
El preso sonríe algo apesadumbrado al ver a su yo más joven.
- Pensé que tú, estando prevenido, podrías salvarme. Él apostó que no lo harías y yo que sí... Siento haberte metido en esto.
El joven alterna miradas entre su yo adulto y sus enemigos.
El militar forma parte ahora del grupo de luchadores alineados de forma disciplinada.
Las luces se apagan de súbito y se encienden las de emergencia. Bombillas rojas intermitentes y un punzante sonido se deja escuchar en todo el edificio.
Una voz robotizada se dirige a todos los que se encuentran en él.
- ¡Alerta de tipo 2! ¡Alerta de tipo 2! Intrusos accediendo a la sala de control. Intrusos accediendo a la sala de control.
Cinematron IV mira a los monitores. También lo hacen los dos Robin. En las pantallas pueden ver como Superboy, Wonder Girl y compañía corren por los pasillos esquivando y abatiendo a los distintos guardas.
- ¡Aghhhh! -exagerando sus gestos- ¡Nos invaaaden!
Se quita la gorra con la mano que tiene libre y la tira al suelo.
- ¿A qué esperáis? ¡A por ellos! -a sus luchadores.
Los cuatro asienten al mismo tiempo con la cabeza y salen corriendo.
- Hay que darle dramatismo a la cosa, aunque uno sepa que va a ganar -sonríe ahora al Robin joven-, sería aburrido si no lo hiciese.
Sin previo aviso Robin coge la cadena que lo retiene por sus muñecas y da un gran tirón haciendo caer al suelo a su enemigo que de inmediato suelta los eslabones que tenía en su mano. El petirrojo los envuelve en su mano derecha hasta rompérlos y liberar así sus manos.
- Ahora estamos en igualdad de condiciones... -amenazante-, libéralo.
- ¡No! ¡Eso jamás!
El integrante de Young Justice atiza con la cadena un buen golpe al rostro del cinéfilo tirano que cae al suelo con un pómulo abierto.
Cinematron IV acaricia su mejilla y se carcajea megalomaniacamente.
- Juajuajuajuajua. ¡Craso error, pichón! ¡Ahora comprobarás el verdadero poder del director supremo!
El cuerpo del bajito tirano comienza a combulsionar y a crecer alcanzando casi los tres metros. Un oscuro vello va cubriendo toda la piel y las manos se convierten en poderosas garras. Un último y profundo grito que precede al nacimiento de unas enormes alas de murciélago en su espalda y de un hocico de poderosas fauces donde estuvo su pequeña boca de labios carnosos.
Su voz parece ahora de ultratumba, crea gran eco en la estancia.
- A esto se le llama dar un giro a la trama -riéndose arrogante.
El héroe traga saliva y cierra los puños.
Dando saltos, volando, derribando enemigos y realizando acrobacias van avanzando metros. No hay un rival que consiga detenerlos algo más de unos segundos hasta que el puño de Lobo se encuentra con una mano que lo detiene y aprisiona haciendo crujir sus huesos. Es una poderosa mano verde con largas uñas que se clavan en la pálida muñeca del muchacho.
- A ti te iba a divertir yo si te encuentro hace unos meses, moco verde.
Con la mano que tiene libre le da una bofetada en la cara y acto seguido se avalanza animalmente sobre él.
Mientras, la puntera de una bota militar se estampa en el estómago de Superboy que cae al suelo mientras alza la vista para descubrir al enemigo que le ha golpeado de tan cruda manera.
Unos doscientos metros más adelante Impulso se detiene y mira a su alrededor.
- Vaya...
Hace una mueca de incomprensión.
En el mismo lugar de antes Vega, armado con garras metálicas intenta atravesar con ellas a Emperatriz que se mueve ágilmente y cuando puede asesta varazos a su rival. Wonder Girl vuela por el pasillo huyendo de los golpes de Sagat.
El cuerpo de Lobo atraviesa la pared y Blanca es el culpable. Sacudiéndose los restos de pared, el tipo duro se pone en pie, con el orgullo más herido que su cuerpo y gruñe en posición de ataque.
- ¡Waghhh! -se tira contra el esbirro dispuesto a morderle donde pueda.
Guile alterna puñetazos con retoques en su peinado mientras Kon-El intenta en vano golpearle. Apenas le ha alcanzado en un par de ocasiones.
- Vamos, niñito... ¿Cuándo vas a dejar la teta de mami para venir a sacudirle al tito Guile?
- Voy a cerrarte la boca, capitán Brillantina.
Un duro puñetazo alcanza el rostro del militar que cae al suelo de espaldas. Comprueba con las manos que la nariz está rota, pero para cerciorarse, Superboy salta impactando su rodilla contra la maltrecha cara.
Una de las enormes zarpas del monstruo rompe de un plumazo varios monitores provocando unos chispazos. Robin rueda por el suelo para evitar el golpe.
Corre junto a la jaula y le ofrece uno de sus bumerangs metálicos a su otro yo.
- Intenta cortar los barrotes.
El otro toma el artilugio y asiente. De pronto se tira contra la pared opuesta para evitar el golpe. Sin proponérselo Cinematron IV ha roto la celda permitiendo al Robin adulto salir.
Los dos héroes se reúnen un instante lejos del alcance de los golpes del villano que se duele por el último ataque.
- Debemos trazar un plan -sugiere Robin.
- Huyamos, ahora podemos hacerlo.
- Pero...
- Sí, sé que debes pensar que quizá deberíamos acabar con el tirano para liberar esta realidad, pero llevo casi un año aquí y sé que este mundo necesita de la existencia de la figura de un Cinematron. Si no, la mayoría de los habitantes no sabrían que hacer.
- Pero...
- Hazme caso, Robin -lo mira a los ojos.
Una nueva embestida del potente pero torpe tirano monstruoso que termina empotrado contra la pared. Los dos héroes han saltado esquivando de nuevo el golpe y están ahora cerca de la puerta.
- Sé donde guardan un teleportador que nos devolverá a nuestras realidades. Busquémos a tus compañeros y vámonos.
El joven duda. Se encuentra contrariado e indeciso.
- Piensa que nadie te ha pedido liberación desde que estás aquí. ¿Has visto a alguien quejarse? Cada cual asume su papel en esta gran película.
Más dudas.
El Robin adulto le señala la puerta con un pulgar. Está justo a sus espaldas.
- Vámonos.
- Pero...
Sin más tiempo que perder le aplica una llave del sueño y lo hace caer inconsciente. Se lo echa al hombro y comienza a correr por los largos pasillos.
El Robin mayor vestido de Batman interrumpe la multiple lucha que en mitad de los corredores mantienen Young Justice y los sicarios de Cinematron IV. Aprece gritando para alertarles.
- ¡Nos vamos! ¡Nos vamos!
Todos se detienen un instante a observarlo. Lleva a su compañero inconsciente a las espaldas y pasa entre ellos sin detenerse a luchar.
- ¡Volvemos a casa! ¡Vamos!
Aprovechando la distracción las chicas e Impulso, que había vuelto atrás para auxiliar a sus amigos, son los primeros en correr. Lobo y Superboy tienen más reticencias. Ambos miran seriamente a sus enemigos.
El chico de acero sin avisar da un último golpe en el estómago al militar y echa a correr con sus compañeros.
Lobo, fatigado, sigue frente a Blanca. Éste también gime, magullado.
- Eres un gran rival -admite el esbirro.
Sonríe el adolescente.
- Nos volveremos a ver y entonces te sacudiré bien, lechuga-man.
- Estoy seguro de ello.
Asienten ambos con la cabeza y a grandes zancadas corre pasillo abajo siguiendo al resto de miembros de Young Justice.
En la estancia donde suelen reunirse para ver la tele pronto se forma una montaña de jóvenes superhéroes, unos encima de otros, quejándose o gimiendo. Robin es el que cierra el montón, todavía inconsciente.
Red Tornado los mira severamente con los brazos cruzados.
- Espero que al menos os lo hayáis pasado bien, muchachos...
Poco a poco todos se ponen en pie.
En alguna otra realidad, Robin es atentido por un mayordomo anciano que cura sus heridas con algodón y alcohol.
- Pensaba que no volvería a ver al señor.
- Agradezco todas tus atenciones Alfred, pero estoy bien, tranquilo.
En una habitación muy destartalada se escucha sonar el timbre chirriante de un teléfono. Clásico, metálico, tintineante... El objeto en cuestión es de color verde pistacho y en la parte superior el plástico tiene la forma de un payaso triste que sirve para sostener el auricular.
Una mano cubierta por un guante morado descuelga.
- ¿Si? -alargando la vocal exageradamente.
La figura en la sombra sonríe al escuchar las noticias que le llegan del otro lado del aparato.
- Perfecto.
La sonrisa es todavía más amplia.
MI PRIMER EMPLEO
¡Jocosos saludos a todos por cuarta vez!
Tras varios meses y con más retraso de lo que me hubiese gustado, al fin ha concluído Una saga de cine, con la que espero que hayais reído y disfrutado. Viéndolo con perspectiva he de decir que el resultado ha sido parecido al que deseaba cuando ideé la trama una noche viendo Sopa de ganso.
Quizá esta tercera entrega sea la que tiene una menor calidad, pero eso es algo que debéis juzgar vosotros. La verdad es que por más vueltas que le he dado no he sido capaz de encontrar un final que me satisficiera más que este.
Y como en cada entrega, toca dar respuesta a algunos de vuestros comentarios.
Un friki fracasado de Nueva Nueva Badajoz que no desea rebelar su identidad comentó "Lo mejor de esta saga es que es divertida. Creo que has captado muy bien a los personajes, y el tono que PAD les daba. Felicidades...". A lo cual he de responder que me alegra mucho que los lectores me den jabón, aunque estando en la saga que estamos, mejor no hablar de jabón, que ya sabéis para lo que sirve en las pelis de cárceles.
Más vale tarde que nunca, hemos recibido un último comentario. Lo firma un tal Mis superhéroes son más adultos. "Bof, segundo capitulo de una saga. Que peligro de quedar inconclusa en los tiempos inciertos que vive Mtopia". Lo mejor de esto es que cuando se publicó el número ya tenía escrita la conclusión. "Creo que el Chico Maravilla aun estaba saliendo con Spoiler (que aun seguia viva, dado nuesta continuidad) ¿vas a incorporarla al grupo o ya tienes bastantes chicas?". Básicamente es una incorporación que no entra en los planes de nuestra secretaría técnica igual que la de Cristiano Ronaldo. Por favor, dejen de difundir rumores insustanciales. Sigamos "Juas juas, que picarona la escena de exhibicionismo gratuito de Wonder Girl frente a las cartas de la Reina de Corazones. ME ENCANTA. Aunque tampoco te pases, se supone que Young Justice es una serie para chavalines". ¿Desde cuándo ha habido moderación en MarvelTopia? Eso es lo que Chuck les dice a los de Marvel para que no le cierren el tinglado.
No diré nada sobre la mísera escena final ni tampoco desvelaré que película parodia o ambienta cada escena.
Y como diría Porky: esto es to, esto es to, ¡esto es todo amigos!