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Titanes

TITANES #52
El Señor de la Guerra II
Guerra relámpago

Guión: Tomás Sendarrubias

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En algún lugar cerca de Keystone.

Bajo ella, se extienden campos y campos de maíz, trigo y otros cereales, mientras vuela a toda velocidad hacia el lugar donde, según su posicionador, se había estrellado el T-Jet. Koriand´r de Tamaran deja tras ella una estela resplandeciente, y los granjeros de varios de los terrenos que sobrevuela, no pueden evitar mirar con fascinación el rastro dejado por la princesa guerrera, que sin embargo, no tiene ojos para otra cosa que no sea la columna de humo que alcanza a ver en el horizonte.

-X´Hal...-masculla, al ver finalmente los restos del T-Jet, reducido a poco más que algunos fragmentos de metal humeante y un amplio campo de maíz convertido en cenizas. Starfire desciende hacia la zona, mientras conecta el transmisor que la pone en contacto inmediato con Nightwing-. Richard, he encontrado el T-Jet.

-¿Dónde están Arsenal y Bushido?-pregunta Dick, plantado ante una de las pantallas de la Isla de los Titanes, con el resto del equipo junto a él.

-De momento no hay rastros de ellos-dice Starfire, mirando a su alrededor, y esperando encontrar los pedazos de sus compañeros repartidos por el maíz-, lo cual, en el estado en que está la nave, es bueno. Lo que quiera que impactase contra el T-Jet era potente, lo suficientemente fuerte como para vaporizar buena parte del fuselaje. A falta de un análisis en profundidad, por lo que sé de armas...

-Tecnología de Apokolips, ¿verdad?-masculla Nightwing, y Kory asiente.

-Alguien en Iron Heights debió informar de la presencia de Roy y Ryuku en la prisión y de que interrogaron a Calculador-continúa Starfire-. Y decidió callarles la boca de modo expeditivo.

Kory se interrumpe al escuchar tras ella un ruido, y se gira de inmediato, con las manos crepitando de pura energía, dispuesta a defenderse de quien se acercara, y lanzando una oración de agradecimiento a X´Hal al ver que eran Roy y Ryuku los que se acercaban a ella, magullados, llenos de rasguños, y con Roy cojeando apoyado en Bushido, pero vivos.

-Están bien-anuncia Kory a través del comunicador, e incluso así, escucha el suspiro de alivio de sus compañeros-. Nos habéis dado un buen susto...

-Nosotros nos lo hemos pasado muy bien-replica Roy, dejándose caer al suelo con gesto de fastidio, mientras Bushido no deja en ningún momento de mirar a su alrededor-. Apenas si pudimos llegar al módulo de salvamento, y cuando los misiles impactaron en el T-Jet... bueno, lo que hicieron en el avión afectó en gran parte también al módulo. Parte de la estructura se convirtió en vapor ácido, ha sido un verdadero milagro el que no nos hayamos matado. Si Ryuku no hubiera conseguido mantener el control del módulo cuando apenas quedaban cuatro chapas, ahora los dos seríamos tortilla de palomitas. Empiezo a estar orgulloso de nuestro fichaje...

-No... bueno... no fue...-masculla Ryuku, rojo hasta la raíz del cabello, y por un momento, Starfire piensa que si Trigon apareciera en ese momento, Bushido podría llegar a darle las gracias.

-Te debo unas cuantas cervezas-tercia Roy, sonriendo a sus compañeros.

-Creo que eso sería muy bueno para vosotros-dice Kory, haciendo que Ryuku la mire con los ojos abiertos como platos-. Deberíais tener una conversación muy larga antes de que lo que hay entre vosotros nos estalle a todos en la cara.

-¿Qué?-masculla Roy-. ¿A que te refieres?

-En otro momento, Roy-dice Ryuku, bajando la mirada-. ¿Habéis conseguido más pistas sobre el traficante de tecnología de Apokolips? ¿Alguna pista sobre la Hermandad del Mal?

-Argent y Power Girl fueron a la Losa a interrogar a Houngan-asiente Starfire.

-¿Y Toni consiguió que Karen no le desmembrara?-masculla Roy, pero Kory continúa hablando como si él no la hubiera interrumpido.

-En el fondo, Houngan es un cobarde, y no tardó mucho en contar todo lo que sabía. Alguien entró en contacto con él, Plasmus, Fobia y Warp hace unos meses para proponerles una participación en un negocio de tráfico de armas. Houngan no llegó a saber nunca de quien se trataba, ya que se metió en un negocio propio y terminó en la Losa.

-Podemos descartar a Cerebro y Monsieur Mallah-dice Bushido-. Por lo que he visto en los archivos, si hubiera sido cosa de la antigua Hermandad del Mal no hubiera habido necesidad de tanto secretismo. Además, nunca han tenido acceso a tecnología de Apokolips, ¿qué podría haber cambiado eso?

-La guerra-responde Starfire-. Después del ataque de Darkseid a la Tierra y la intervención de la JSA, Nueva Génesis lanzó un ataque sobre Apokolips.

-Una guerra en los cielos...-masculla Bushido, y Starfire asiente-. Y alguien ha decidido sacar provecho de ello. Deberíamos volver a Iron Heights, quien fuera que nos atacó, sabía que veníamos de allí.

-Eso va a ser una caminata muy larga-dice Roy-. Supongo que no habrás traído un nuevo T-Jet.

-Nos estamos quedando sin aviones-comenta Kory, encogiéndose de hombros-. Y a mi no me hacen falta.

-Estupendo-gruñe Arsenal, mientras recorre con la mirada el cuerpo de Kory, casi resplandeciente bajo la luz del sol-. Al menos las vistas son buenas.

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Iron Heights, Keyston City.

Ashley Zolomon da un sorbo a su café, negro y dulce, antes de dejarlo de nuevo sobre su escritorio mientras revisa los informes sobre el estado de cuatro de sus pacientes, realizando las modificaciones adecuadas en medicación y tratamientos casi por inercia y deseando terminar para acabar con una jornada de trabajo de treinta y siete horas. Ahora, dispondrá de dos días para ella sola, y casi no ve el momento de llegar a su casa y sumergirse durante horas en una bañera llena de espuma mientras come chocolate belga, escucha a Verdi y enciende incienso con aroma de vainilla.

-Doctora Zolomon-escucha decir a alguien tras ella, y se gira sobresaltada para encontrarse con un hombre alto, con perilla y cabello castaño enfundado en un absurdo traje dorado. Su acento es obviamente francés, ya que sus palabras suenan a algo parecido a "Doctoga Zolomon", pero lo que más inquieta a Ashley es la palidez casi mortecina de su rostro, así como su sonrisa forzada y su mirada desquiciada, que de inmediato le recuerda a las imágenes que ha visto en televisión del Joker.

-Warp-masculla Ashley, reconociéndole y llevando su mano a una alarma, pero se detiene al ver lo que el teleportador de la Hermandad del Mal lleva en las manos, una especie de huevo metálico, como la versión futurista de uno de esos huevos de Fabergè que podían costar millones de dólares.

-Él quiere hablarte-jadea entre risitas Warp, tendiéndole a Ashley el huevo, que ella coge con precaución.

-No deberías poder entrar aquí-responde, nerviosa Ashley-. Hay sistemas que nos protegen contra los teleportadores...

-Boom-susurra Warp, señalando dos piezas rojizas incrustadas en sus guantes, como dos gemas-. Boom...

Con un leve siseo y un resplandor, Warp desaparece, dejando sola a Ashley Zolomon, que nerviosa, sitúa el huevo metálico que le ha entregado el villano francés, y lo sitúa junto al monitor de su ordenador. Con una mezcla de curiosidad y horror, Ashley Zolomon observa los pequeños filamentos que brotan del huevo y parecen infiltrarse por media docena de sitios en el monitor. De inmediato, la pantalla se oscurece, y acto seguido, se ilumina con lo que parecen ser dos ojos brillantes, amarillentos, que parecen clavarse en Ashley.

-Doctora Zolomon...-dice una voz metálica procedente de los altavoces del ordenador-. Es un placer volver a hablar con usted.

-No puedo decir lo mismo-responde ella-. Creía que nuestro pacto había concluido. Ya avisé a sus hombres de la presencia aquí de los Titanes, con ello, cumplía con mi parte.

-Ahora sólo falta que yo le entregue la tecnología solicitada, tal y como acordamos-replica su interlocutor, con cierto deje irónico-. La tecnología de Apokolips para convertir Iron Heights en un lugar tan seguro como Armaghetto...

-Es una cuestión de seguridad-dice Ashley-. No necesito justificarme.

-Lo entiendo perfectamente Doctora Zolomon. Lo que ocurre es que parece ser que su aviso ha sido menos efectivo de lo que esperábamos. Los Titanes han sobrevivido y vuelven a Iron Heights para averiguar quien les ha traicionado...

-Mierda-gruñe Ashley, y escucha algo parecido a una risotada procedente del ordenador-. ¿Podrán encontrarte a través de estas conexiones? Me vincularán contigo, será...

-No se preocupe, doctora-la interrumpe la voz metálica-. Tendrá usted el privilegio de acabar con lo que mis hombres no pudieron.

Antes de que Ashley Zolomon pueda responder, tres filamentos dorados vuelan desde el huevo metálico, hundiéndose en su frente, su pecho y su vientre, taladrando hueso y órganos. Ashley Zolomon intenta gritar, pero la voz se bloquea en su garganta, mientras decenas de terabytes de datos se descargan en su cerebro y la nanotecnología de Apokolips reescribe su ADN. Apenas quince segundos después, no queda rastro de Ashley Zolomon.

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El comunicador de Starfire zumba mientras ella vuela sosteniendo a Roy y Ryuku en sus brazos en dirección a Iron Heights.

-Responder-ordena, y una imagen holográfica de Nightwing aparece frente a ella, desplazándose a la misma velocidad a la que vuelan.

-Hola, Dick-dice Roy, forzando una sonrisa incómoda, esperando algún comentario por parte de Nightwing sobre el hecho de verle colgando de las manos de Starfire, pero la chanza nunca llega.

-Tenemos noticias preocupantes-informa Nightwing-, nos reuniremos con vosotros tan pronto como podamos.

-Sólo vamos a interrogar a...-comienza a explicar Roy, pero Nightwing niega con la cabeza.

-El estatus de esta misión ha cambiado, Arsenal-responde Dick-. Los informes indican que ha habido una fuga masiva en Iron Heights.

-Ooooooh, mierda-gruñe Roy.

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Isla de los Titanes, Nueva York.

En cuanto interrumpe la comunicación con Kory, Roy y Ryuku, Dick se dirige a toda carrera hacia el hangar, donde el resto del grupo está preparando uno de los T-Jet para dirigirse hacia Kansas.

-¡¡¡Auuuuuuuuuuuuu, jefe!!!-aulla G´Nort, esperándole en la puerta del T-Jet, moviendo la cola con alegría-. ¡Listos para volar!

Nightwing sube, y la escotilla se cierra tras él con un silbido mientras los cierres de la Isla se abren para permitir la salida del T-Jet. Argent se encuentra sentada en el asiento de piloto, con Power Girl a su lado, y Nightwing y G´Nort ocupan los asientos tras ellas.

-La fuga de Iron Heights está convirtiendo Keystone en un caos-informa Power Girl-. Los informes dicen que, además de Calculador, y algunos cientos de presos comunes, en estos momentos se encontraban en el ala de vigilancia intensiva de la penitenciaría Tar Pit, Double Down, el Flautista, el Doctor Alquimia, Magenta, el Amo de los Espejos, Ola de Calor y... bueno, y Tortuga.

-¿Sólo?-farfulla G´Nort.

-En vigilancia intensiva sí-responde Power Girl-. Pero podría haber al menos otra veintena de metahumanos en diferentes programas dentro de la Penitenciaría y... ¿qué cojones es esto?

Sorprendida, Power Girl observa como los datos de su monitor son sustituidos por una imagen sorprendente, la de un fondo oscuro con unos ojos amarillentos que se clavan en los Titanes, pues aquellos ojos aparecen en todos y cada uno de los monitores del T-Jet.

-Tch, tch, tch-se escucha mascullar a una voz metálica-. Deberíais cuidar ese lenguaje.

-Nightwing, no tengo el control sobre el T-Jet-masculla Argent, al comprobar que los mandos no le responden, y que el avión actúa como si ella no estuviera allí.

-Os habéis convertido en un incordio-continúa diciendo la voz metálica-. Y seguro que muchos de mis clientes se sentirán más tranquilos si les entrego vuestros restos cuando cerremos nuestros acuerdos. Diría que ha sido un placer, pero mentiría.

-¡Karen! ¡G´Nort!-grita Nightwing, y sus dos compañeros no tienen que escuchar más. Cogiendo a Argent en brazos, Power Girl vuela hacia el fuselaje del T-Jet, atravesándolo como si fuera papel, y Nightwing y G´Nort saltan tras ella, mientras el Green Lantern canino crea una burbuja de fuerza que los protege de los chorros ardientes de los impulsores, que se conectan a toda potencia, arrasando los hangares mientras el T-Jet vuela derecho hacia los muros de los subterráneos, derribando varios de ellos, y provocando que muros de carga y columnas de los pisos superiores se rompan y se desplomen, provocando a su vez mayores derrumbamientos.

Cuando el polvo se asienta, Nightwing y los demás pueden ver la destrucción a su alrededor y los fuegos que aún se mantienen. Con cuidado, G´Nort retira la burbuja de fuerza, mientras Argent utiliza su plasma plateado para sofocar algunos de los incendios más peligrosos.

-¿Qué ha pasado aquí?-gruñe Power Girl.

-Hemos sido infiltrados-responde Dick-. Y algo me dice que esto no ha terminado...

G´Nort lanza un aullido de dolor y el aire se llena del olor a pelo quemado, mientras el Green Lantern cae hacia delante, gimoteando. Instintivamente, Nightwing lanza una patada, pero se da cuenta a tiempo de lo erróneo de su actuación y consigue tirarse al suelo y rodar lejos de su atacante, que hubiera reducido su pie a cenizas si le hubiera impactado.

-No-gruñe Plasmus, mientras Fobia y Warp hacen su aparición-. Esto no ha terminado.

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Iron Heights, Keystone City.

-Esto es el infierno-masculla Ryuku, disparando en dirección a Murmullo, alcanzándole en uno de sus hombros y evitando que, por centímetros, desgarre el cuello de uno de los guardias de la Penitenciaría, y extendiendo su naginata para volverse hacia el Pescador.

-Grita-gruñe Tar Pit, dejando caer su asfalto ardiente sobre uno de los médicos de la prisión, que grita agónicamente antes de que Starfire se estrelle contra él, arrancándole del suelo mientras lanza sus descargas de energía cósmica contra el cuerpo de brea del criminal, que cae al suelo convertido en un charco de alquitrán ardiente.

-¡Necesitamos apoyo!-exclama Arsenal, utilizando flechas con punta aturdidora para noquear a varios delincuentes comunes que parecían haberse unido, casi por inercia, a Ola de Calor. Una cacofonía de gritos, sirenas y explosiones rodea todo el entorno de Iron Heights, y Roy inserta nuevas flechas en su arco, al tiempo que Kory desciende hacia él.

-No hay respuesta de Nightwing-dice ella, barriendo a un grupo de guardias que habían sido dominados por el Flautista.

-Hay que contactar con la JSA, con Jaque Mate, con el Cuerpo de Linternas Verdes, o con quien sea-gruñe Roy-. Pero esto no podemos frenarlo solos.

-No podréis detenernos-dice una figura que parece materializarse ante ellos a toda velocidad, una mujer vestida con lo que parece ser una pseudopiel amarilla llena de circuitos que parecen iluminarse con extrañas luces. Un relámpago rojo le cruza el pecho, en un símbolo obvio que pone los pelos de punta a Roy-. Es nuestra hora. La hora de Apokolips.

-¿Ashley Zolomon?-pregunta Arsenal, reconociendo a la psiquiatra de Iron Heights, y ella sonríe, aunque niega con la cabeza.

-Ashley Zolomon ya no. Mi nombre es Lady Zoom.

-Estupendo-masculla Roy-. Otra velocista loca. Recuérdame que deberíamos llamar a Wally un día de estos.

Starfire lanza un rayo de energía hacia la Doctora Zolomon, pero esta lo evita sin esfuerzo alguno, arrojándose como un ariete contra la princesa tamarana, que se ve sorprendida por la velocidad y la fuerza del ataque. Starfire, cuyo cuerpo está preparado para resistir el vacío del espacio, siente que la piel le arde debido a la velocidad que adquieren mientras la velocista parece hacer círculos alrededor de Kansas cada vez más deprisa, hasta el punto que Starfire siente como pierde el sonido de sus propios gritos.

-¡Kory!-exclama Roy, pero Lady Zoom ha desaparecido ya, arrastrando a Starfire con ella. Roy mira a su alrededor, y lanzando un reniego, corre hacia Ola de Calor, que ríe casi enloquecidamente mientras dispara con su pistola de fuego a varios policías que intentan detenerle. El calor es tan intenso que Arsenal se tambalea, pero no duda cuando carga su arco con dos flechas, y las dispara simultáneamente, alcanzando con cada una de ellas una de las piernas de Ola de Calor. Las flechas estallan, y las piernas del villano quedan cubiertas por una gruesa capa de espuma que se endurece al contacto con el aire, adquiriendo una textura semejante a la de la resina, pero doscientas veces más dura, y sobre todo, atérmica. Ni el calor ni el frío hacen mella en ella. Sin dar tiempo a Ola de Calor a darse cuenta de lo que ha pasado, Arsenal salta sobre él, sujetando la mano de la pistola contra el suelo con una rodilla, presionando los tendones para impedirle siquiera mover los dedos para permitirle disparar, y apunta con una de las flechas de punta metálica el cuello de Mick Rory, que sonríe clavando sus ojos, protegidos por unas gafas especiales de color ámbar del infierno que arde a su alrededor.

-Bienvenido al infierno, niño-masculla Ola de Calor-. Si vas a matarme, hazlo ya, no tengo miedo.

-No tengo ninguna intención de acabar con tus miserias, Rory-gruñe Arsenal-. Pero sabes que todo esto no va a ir a ningún sitio, y vas a terminar volviendo a Iron Heights, la Losa o Blackgate. Flash debe estar ya acabando con tus viejos amigos, y los agentes de Jaque Mate no tardarán mucho en aparecer.

-Pero el caos que hemos sembrado hará merecido la pena. La ciudad tendrá pesadillas con este día durante años...

-Le das más valor a la memoria del ser humano del que realmente tiene. Mañana seréis agua pasada. Y yo personalmente me aseguraré de que seas confinado en una celda con la tecnología de tu amigo el Capitán Frío y de Mister Frío, tan profunda y tan olvidada que no vuelvas a notar el calor nunca...

-Qué quieres de mí-escupe Ola de Calor.

-Tú eres un experto en velocistas, y quiero detener a una.

-¿Y qué obtengo yo a cambio? Y no me digas que el derecho a seguir viviendo, que no va a colar...

-Te dejaré marchar-asegura Roy, y Rory sonríe.

-Me gusta hacer tratos contigo.

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Koriand´r de Tamaran está a punto de pedirle a X´Hal que le de un final piadoso. Debido a la fricción, su piel crepita, y nota como los ojos se le secan, casi agrietándose. Y nota que, bajo ella, inmune a sus ataques, Lady Zoom parece reír. El olor a goma quemada asalta por centésima vez a Starfire, y supone que Lady Zoom está volviendo a pasar por el entorno de Iron Heights en cada vuelta. Sólo espera que no repita lo que está haciendo con ella con Roy o Ryuku, ya que ninguno de los dos los resistiría.

Y de pronto, de forma inesperada, Lady Zoom se detiene, y Kory siente que el aire vuelve a entrar en sus pulmones, aunque le parece ardiente, abrasador. Una flecha se hunde en un hombro de Lady Zoom, a escasos centímetros de Starfire, pero la piel dorada parece escupir el proyectil. Starfire se da cuenta en ese momento de que la corredora se encuentra hundida hasta media pierna en asfalto fundido, como si algo hubiera sometido el suelo a una temperatura altísima, casi convirtiéndolo en magma.

-Suéltala-ordena Arsenal, apuntando con una nueva flecha a Lady Zoom, que se ríe.

-No puedes hacerme daño-dice-. La tecnología que me hace ser lo que soy, me protege de los que son como tú.

Parece que Lady Zoom va a decir algo más, pero abre los ojos desmesuradamente y se tambalea, y Starfire cae al suelo fundido que hay bajo ella, sintiendo su calor incluso a través de su piel, y se incorpora a toda velocidad, tratando no sufrir quemaduras serias. Detrás de Lady Zoom, Bushido extrae el sai que ha hundido a través de la espalda de la velocista, atravesando con ella uno de sus pulmones.

-¿Cómo lo has hecho?-masculla Roy, mientras Bushido utiliza la punta de su sai para desgarrar la pseudopiel que cubre a Ashley Zolomon.

-Mis armas no son armas convencionales, Roy-explica Bushido, sacando a la doctora de los restos de su armadura-. Los espíritus de mis antepasados están atados a ellas, y la magia y la ciencia, por muy avanzada que sea, no suelen llevarse bien... Ku so tsu!-exclama, y Roy ve enseguida el motivo de la exclamación de Ryuku. Aunque Bushido a cortado prácticamente toda la pseudopiel que envolvía a Ashley, una nueva cubierta dorada parece estar brotando de hendeduras en su pecho, su vientre y su cráneo.

-¿Quién hizo esto, doctora Zolomon?-pregunta Roy, arrodillándose junto a ella y Bushido. Por lo que escucha en diferentes frecuencias de radio, y como había previsto, Flash y Jaque Mate están trabajando juntos para contener la fuga.

-Yo... sólo quería tecnología que hiciera más seguro Iron Heights y otras prisiones, no quería que se repitiera aquí lo que ha ocurrido una y otra vez en Arkham-gime la doctora Zolomon-. Me ofreció la tecnología a cambio de entregaros...

-Eso ya da igual, doctora-dice Ryuku, tranquilizándola-. ¿Quién era?

-¿Quién?-dice Ashley, con una sonrisa amarga-. No era un ser humano, ni nada parecido. Se definió a sí mismo como un programa de ordenador de los Dioses. Su nombre era tan ridículo que me dio risa... que estúpida fui...

-Doctora Zolomon-susurra Bushido, que vuelve a cortar con su sai parte de la pseudopiel que ha crecido alrededor de su frente y sus ojos.

-Egg Fu-dice ella-. Se llamaba Egg Fu.

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CORREO DE LOS TITANES

Y aquí está él. Egg Fu, uno de los personajes más pintorescos de DC ha llegado a DCTopía, cruzando su camino con el de los Titanes. Aunque la mayoría de nosotros le conocemos por su aparición en 52 (y precisamente aparece aquí, en el número 52 de Titanes), Egg Fu es un personaje mucho más antiguo, un bizarro enemigo de Wonder Woman que, en los tiempos anteriores a Crisis en Tierras Infinitas, era un agente comunista inexplicablemente convertido en huevo y que utilizaba sus bigotes como arma. El concepto fue rescatado y (gracias a Dios) modificado en Wonder Woman vol 2 128, convertido ahora en un producto de la tecnología de Apokolips y que se dedicó a manipular las mentes de la gente para enviarles a su planeta de origen, siendo detenido por Hyppolita, Donna Troy, Artemis y Wonder Girl, y luego, devuelto a Apokolips por Metron y el Mister Milagro original, Scott Free. Y ahora, ha vuelto a la Tierra, como una de las consecuencias de la guerra en Apokolips entre Darkseid y los Nuevos Dioses que comenzó en El Plan Destino.

Y bueno, espero que os haya gustado el personaje de Ashley Zolomon/Lady Zoom, porque aunque parezca que va a tener la carrera de supervillana más corta de la historia, tiene aún mucho juego que dar. El desenlace de "El Señor de la Guerra", en el próximo número de Titanes.

 
 
   
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