TITANES #49
Crisis de Familia V
Salvaje
Guión: Tomás Sendarrubias
Atalaya de la JLA.
-Lo que has hecho es intolerable-dice Batman, de pie ante su sitial en la mesa de la Liga, mientras frente a él, Cazadora está sentada y cruzada de brazos. A su alrededor, los héroes miran incómodos el enfrentamiento entre Bruce Wayne y Helena Bertinelli. Entre ellos, Nightwing se muestra especialmente serio-. Torturar a Calculador es...
-Lo que tenía que hacer en ese momento-le interrumpe Cazadora-. Tú tienes tus métodos, Batman, y yo los míos. Tal vez tú prefieras drogar a tus presas hasta que son incapaces de pensar por sí mismos, o asustarles hasta que se cagan en los pantalones. ¿Y tú llamas tortura a lo que yo hago?
-Si no eres capaz de ver la diferencia...
-Basta-interrumpe Nightwing, incorporándose finalmente y haciendo un gesto a Batman para que guardara silencio-. Podéis discutir sobre vuestros medios cuando acabemos con todo esto. Ahora tenemos a Vandal Savage y a Calculador encerrados en las celdas de la Atalaya, y ambos conocen todos nuestros datos. Tenemos que buscar una solución a ese problema.
-Y seguimos en un punto muerto respecto a los ataques que estamos sufriendo-interviene Centinela, apoyado en la mesa-. Los datos de la familia de Jakeem no estaban en nuestra base de datos, de modo que Calculador no pudo obtener esos datos a través de nosotros.
-J.J. no hablaba con casi nadie sobre su familia-dice Wildcat-. Sólo Courtney lo sabía.
-Que esta vez no haya sido Savage no impide que en otro momento pudiera hacerlo-. La voz de Canario Negro suena especialmente ominosa, pues es lo mismo que muchos de los presentes están pensando-. Tenemos que encontrar una solución definitiva para que Vandal no pueda atacarnos nunca a través de nuestros seres queridos, y para que Calculador olvide lo que leyó en los archivos de la JSA.
-De momento, el borrado de archivos se ha realizado correctamente-informa Oráculo a través de su proyección holográfica-. Los códigos que Kuttler le facilitó a la Cazadora me han permitido realizar un escaneado exhaustivo de todas las bases de datos, ficheros, discos duros y almacenes de información de Calculador, y he eliminado una docena de copias de seguridad que había realizado de la información que vendió a Vandal.
-Métodos útiles...-masculla Cazadora, pero cuando Batman va a responder, Black Adam le interrumpe.
-Quizá Calculador quería obtener más beneficios revendiendo esa información-dice, pero Batman niega con la cabeza.
-Ni siquiera Calculador sería tan estúpido como para hacer algo así-afirma-. Vandal Savage sería muy peligroso si llegara a descubrir que le han engañado. Probablemente guardase esa información como salvaguarda personal, o como parte de un síndrome de Diógenes informático. Y sobre cómo solucionarlo, he estado hablando con J´onn y tenemos una idea.
-Os escuchamos-dice Mister Terrific, y J´onn se adelanta algunos pasos, para situarse junto a Batman.
-Puedo hacer que olviden lo que saben sobre nosotros-dice el Detective Marciano-. Mi telepatía me permitirá acceder a sus mentes y hacer con nuestros datos lo que Oráculo ha hecho con los ordenadores de Kuttler...
-¿Sería efectivo?-pregunta Jesse Quick, y J´onn asiente-. Pues entonces, estamos tardando.
-No lo veo claro-masculla Zatanna-. Estamos hablando de borrar sus mentes...
-Sería legítima defensa-la interrumpe Power Girl-. Y tampoco estamos hablando de modificarles la conducta, sería simplemente borrar aquello que nunca debieron saber. ¿Existe la posibilidad de que sufran algún daño?
-Espera-dice Jesse-. Vandal Savage nos cogió a Tempest, a Supergirl, a Arsenal y a mí y nos encerró en las armaduras de los Rocket Red para utilizarnos como bombas atómicas. Y aunque nosotros escapamos, destruyó Montevideo1... Créeme, si se le queman algunas neuronas de más, no me voy a sentir culpable.
-No me siento cómodo hablando así de borrar la memoria a la gente...-masculla Bushido, y a su lado, Flamebird asiente.
-Ese cavernícola ha demostrado muchas veces estar dispuesto a eso y a mucho más-dice Arsenal, arrojando al aire una moneda y recogiéndola al caer.
-Ese hábito tuyo me resulta de lo más molesto, Roy-dice Batman, y de inmediato, Arsenal se sonroja y guarda la moneda en uno de los bolsillos de su uniforme.
-Realmente no tenemos muchas alternativas-interviene Mister Terrific-. A no ser que consiguiéramos encerrarles para siempre, la otra opción sería ejecutarles, y no creo que ninguno de nosotros sea partidario de esa acción.
-A mi no me termina de incomodar-masculla Cazadora, arrancando una mirada furiosa de Nightwing, pero este se muerde el labio para no contestar.
-Podríamos encerrarles en Isla Paraíso-dice Troia-. Hay celdas profundas de las que jamás conseguirían escapar.
-Podemos estar seguros de que Calculador no lo conseguiría-responde Batman-. Pero Savage es inmortal. Todo este debate es inútil, no tenemos más opciones que...
-¿Hola?
Todos se giran al unísono, y ven a Robin en el monitor de transmisión de la Torre de los Titanes. Junto a él, están Superboy e Impulso, además de Rose Wilson y tras él... un inmenso caos, con buena parte de la sala de reuniones de los Titanes completamente destruida.
-¡Robin! ¡Rose!-exclama Roy, incorporándose-. ¿Qué ha pasado? ¿Dónde está Lian?
-¿Están bien Delfín y los niños?-pregunta Garth, obviamente preocupado.
-Eh... si-responde Robin, y a su lado, Rose asiente, aunque avergonzada-. Delfín, Cerdian y Lian están bien, pero Rose...
-Sólo son algunas magulladuras-le interrumpe la hija de Deathstroke-. Delfín y los críos están con el resto de los chicos de Young Justice.
-Por lo que sabemos eres la primera persona que ha sobrevivido a uno de estos ataques-interviene el Doctor Midnight-. Voy a ir a echarte un vistazo, Rose, estaré allí en cuestión de minutos, en cuanto programe el teleportador.
-No es necesario, son sólo algunos golpes-dice Rose, pero Midnight le hace caso omiso, y Tornado Rojo comienza a introducir los datos de teleportación en los sistemas-. Pero hay algo importante que tengo que deciros. Sé quien nos atacó. Sé quien tiene la culpa de todo lo que está pasando.
-¿Cómo?-pregunta Batman, y Rose asiente.
-Es parte de mi poder-explica ella-. Saber a quién me enfrento en cada momento...
-Rose-dice Nightwing-. Cuéntanoslo, por favor.
-Marcianos blancos-dice, y por un instante, todos piensan en lo fácil que hubiera sido todo si simplemente se hubiera tratado de Vandal Savage, y algunos de ellos incluso rezan para que Rose se haya expresado mal o incluso se haya vuelto loca. Pero todos coincidieron cuando sus miradas volaron hacia J´onn, que de pronto había hundido sus dedos en la mesa, creando grietas.
-No es posible-masculla el Detective Marciano, y en ese momento, todos se dan cuenta de que no la han entendido mal.
-Pieter, quiero que examines a Rose-ordena Batman-. Asegúrate de que no se trata de ningún trauma o conmoción. Oráculo, voy a necesitar que avises a todo el mundo que haya tenido en algún momento una relación con la Liga. Si se trata de marcianos blancos no hay nadie a salvo. La Isla de los Titanes ha demostrado no ser segura. Robin, os tendréis que encargar de la evacuación. Oráculo y Tornado Rojo os ayudarán coordinando los sistemas de teleportación de la Atalaya.
-¿Y donde vamos a refugiarnos?-pregunta Robin.
-En la Batcueva si es necesario-responde Batman.
-La Fortaleza de la Soledad-dice Nightwing-. Si son marcianos blancos, hay que avisar a Superman...
-No-le interrumpe Troia-. Dijimos que lo haríamos sin él. Que todo aquel que esté en peligro sea llevado a Themyscira. Mis hermanas y yo les protegeremos.
-Themyscira pues-asiente Batman.
-Destino está sola en el Palacio de la Justicia, debería retirarse también-dice el Doctor Midnight, y Batman asiente-. Cuando acabe de revisar a Rose, me pasaré por el Palacio y la llevaré a Isla Paraíso. Además, su madre ya se encuentra allí.
-Batman...-interviene Tornado Rojo, y Bruce Wayne le mira, sorprendido por el tono de preocupación del androide-. Mi mujer y mi hija, Kathy y Traya... tengo miedo de que pueda ocurrirles algo...
-Oráculo, envía a la Torre de los Titanes la información sobre la familia de Tornado Rojo, que Superboy vaya a recogerlas en persona.
-Un momento-dice Stargirl, con los pelos de punta viendo las reacciones de todo el mundo a su alrededor-. ¿Cómo de malo es esto?
-Mucho-responde Mister Terrific-. Muy malo.
-J´onn, tenemos que hablar-continúa Batman-. Y enviad un mensaje a Flash. Le necesito aquí ya.
Daniel Grey trabaja como contable para una empresa de informática de San Diego. Su vida es una balsa de normalidad, hasta el punto de que algunos de sus amigos la consideran aburrida. Se encuentra en su oficina, cuadrando los balances de ingresos del último semestre para presentar un informe cuando un borrón rojo aparece tras él unas centésimas de segundo. Grey no se da siquiera cuenta de que Flash ha estado allí. Del mismo modo, tampoco Anna Semekis de Nueva York, Erik Ingelsson de Oslo, Gonzalo Quesada en Madrid, Layla Benhamadi en Argel o Pavel Azhin en Talin se dan cuenta de que por unas décimas de segundo, son observados por Flash, antes de que el hombre más rápido del mundo desaparezca para volver a reiniciar su ronda de vigilancia.
Atalaya de la JLA.
-Sé que si Nightwing me escuchase me pondría a estudiar historiales y ficheros durante un mes-masculla Bushido, cruzado de brazos y sentado junto a Changeling ante unos monitores de vigilancia en los que se veían las celdas de Calculador y Vandal Savage-. ¿Pero por qué demonios cuando se ha hablado de marcianos blancos todo el mundo ha puesto la misma cara que si hubiera aparecido el Joker con dos UZI?
-Porque pueden ser bastante peores que el Joker-responde Changeling, atento a la pantalla en la que se ve la imagen de J´onn, en la celda de Vandal-. Parece que al final se decidió permitir a J´onn borrar los recuerdos de estos dos capullos...
-Era la única manera-dice una voz, y tanto Ryuku como Gar se incorporan repentinamente, y antes de ver siquiera quien les habla, Bushido empuña sus sais y Changeling se ha convertido en un tigre de dientes de sable. Ante ellos, las sombras oscilan y toman cuerpo, y finalmente, aparece ante ellos una imagen que consiguen reconocer.
-Obsidian-gruñe Changeling-. No estamos como para estos sustos...
-Me disculpo si os he sobresaltado-dice Obsidian, con algo parecido a una sonrisa en su rostro oscuro-. Mi padre me sugirió que ayudara a vigilar a los prisioneros, me alegra sentirme útil. Y me disculpo de nuevo por haber escuchado vuestra conversación, pero no he podido evitarlo. Bushido, los marcianos blancos se cuentan entre los seres más peligrosos del universo. Capacidad de vuelo, superfuerza, invulnerabilidad, telepatía, invisibilidad, intangibilidad, polimorfismo... todo ello dominado por mentes de un nivel de psicopatía que los pone al nivel de los Psiones o los Dominadores. La última vez que aparecieron en la Tierra, se hicieron pasar por un grupo de extraterrestres superpoderosos, el Superclan2, para, supuestamente, ayudar a la Tierra. De hecho, consiguieron incluso transformar el Sahara en tierras de cultivo. Pero realmente, su plan era recuperar su antiguo dominio de la Tierra. Por suerte para todos, Superman, Batman, Aquaman, Wonder Woman, el Detective Marciano, Flash y Green Lantern habían vuelto a reformar la JLA y pudieron detenerles. Aunque para algunos fue demasiado tarde...-masculla Obsidian, y su voz suena lúgubre-. El primer acto del Superclan fue atacar en secreto el satélite de la Liga. Nuklon, Metamorfo, Hielo y yo estábamos allí, y sólo el sacrificio de Metamorfo consiguió salvarnos a los demás.
-¿Qué hicieron Superman y los demás cuando les derrotaron?-pregunta Ryuku.
-J´onn utilizó sus poderes mentales para crearles nuevas identidades-explica Todd-. Les hizo olvidar lo que eran, y la Liga les insertó dentro de la población civil, repartidos por todo el mundo.
-Eso es lo que debe estar comprobando Flash-interviene Changeling, y antes de que puedan decir nada más, la puerta de acceso a la sala se abre con un silbido, y aparece J´onn, serio-. Vaya, ¿ya has terminado?
-Está hecho-dice J´onn, asintiendo-. Voy a informar a Batman. ¿Está...?
-Sí, los demás están arriba-dice Changeling-. Y nuestro relevo debe estar a punto de venir...
Como si hubieran estado esperando esa frase para aparecer, otro silbido indica que se abren las puertas del otro lado de la sala, las que conducen a las zonas comunes de la Atalaya, y hacen su aparición Flamebird y Argent.
-Ya estamos aquí-dice Argent-. J´onn, Batman quiere que subas a la sala de reuniones. Al parecer, Flash ha vuelto. Dice que todo está en orden...
-Muy bien-asiente J´onn, y se dirige hacia la salida.
-Espera, subimos contigo-interviene Changeling, convirtiéndose en un pequeño titi y subiéndose al hombro de Bushido-. Obsidian, ¿te vienes?
-No-responde él-. Ayudaré en la vigilancia de los prisioneros.
-Eeek-masculla Toni al oído de Bette-. Me pone los pelos de punta.
Con Changeling saltando alternativamente de Ryuku a J´onn y de vuelta al primero, los tres abandonaron la sala, y Argent y Flamebird ocuparon sus puestos, bajo la atenta mirada de Obsidian.
Palacio de la Justicia, Shiruta.
Lytta Hall siente como los nervios se le clavan bajo la piel, como si miles de pequeños insectos se desplazasen bajo su dermis. Está tumbada en su cama, de donde no debe moverse por prescripción facultativa. La puñalada que le dio Express en su enfrentamiento con la Fuerza de Julio estuvo más cerca de la columna vertebral de lo que a Lytta le gustaba reconocer, y Pieter había afirmado que el hecho de que Lytta no estuviera muerta o tetrapléjica era cuestión de micras. Así que allí está, tumbada en su habitación, con las ventanas abiertas de par en par, permitiendo que la fresca brisa del anochecer penetrase en la habitación.
Se siente cómoda en Kahndaq, más incluso se lo que está dispuesta a admitir, pero ese mismo sentimiento la preocupa. Sabe que Kahndaq es heredera de la cultura y la religión del antiguo Egipto, se encuentran cerca de la Tierra del Nilo, y fue precisamente la Tierra de Khem la que vio nacer el Yelmo de Nabú. Lytta teme que esa familiaridad no sea la suya, sino que el propio Yelmo se siente cómodo en una tierra que es prácticamente su lugar de nacimiento. A su lado, sobre la mesilla, se encuentra un grueso volumen de "Sinué el Egipcio", de Mika Walkari, un libro que le parece de lo más apropiado para la situación. Y sin embargo, es incapaz de concentrarse lo suficiente como para leer.
-Mordru-masculla, y de inmediato un destello brota del Yelmo, que se eleva a varios palmos sobre el suelo, proyectándose ante ella una imagen del hechicero del futuro, tan sonriente y meloso como de costumbre.
-Hipólita...es todo un placer...-masculla Mordru, y ella se contiene el deseo de obsequiarle con una respuesta cortante-. ¿En qué puedo ayudarte?
-Para ti, todo esto que está ocurriendo es pasado-dice Lytta-. ¿Qué dicen los registros históricos de tu época sobre los ataques a los familiares de los héroes?
-Dicen muchas cosas, Hipólita-responde Mordru, cruzando sus fantasmales brazos ante el pecho-. Pero es muy difícil separar el oro de la paja.
-La historia es historia, Mordru-masculla ella, pero el hechicero niega con la cabeza.
-Nada es tan sencillo, chiquilla. Tus propios registros históricos sobre lo que ocurrió hace mil años pueden estar llenos de vacíos y de suposiciones. Y luego hay que tener en cuenta... el Hipertiempo...
-¿Qué demonios es... el Hipertiempo?-pregunta Lytta, y Mordru sonríe, haciéndola sentir incómoda.
-Tienes prácticamente todo el saber del universo en tus manos, Hipólita Hall, y aún no has indagado en sus principios más elementales... Quizá sea una muestra de cautela, muchos han enloquecido simplemente al echar un vistazo a lo que tú deberás dominar... Lo descubrirás por ti misma cuando llegue el momento, niña, pero de momento, sólo debes saber que no existe una única línea temporal, sino infinitas. No nos movemos en una línea del tiempo, sino en un tapiz, un plano. Mas hay algo que sí te puedo decir ahora, niña. He escrutado numerosos pasados, numerosos momentos del Hipertiempo, y he visto como esto ocurría una y otra vez. En uno de los puntos del tapiz, fue la esposa de un antiguo héroe quien comenzó la ola de asesinatos para atraer de nuevo a su esposo a su lado. En otro, una heroína enloqueció y provocó la muerte de varios de los miembros de su grupo... Situaciones paralelas, y en todas las ocasiones se repiten dos hechos importantes.
-¿Cuáles son?
-Que el asesino siempre estaba dentro-dice Mordru, siniestro-. Y que sólo fue el una crisis aún más terrible.
-¿De qué...?
-Tienes visita, niña. Seguiremos hablando...
La imagen de Mordru se desvanece, y Lytta siente como si hubieran depositado un gran peso sobre sus hombros. Se incorpora de la cama y se cubre con una suave bata de seda que anuda a su cintura en el mismo momento en el que llaman a la puerta.
-Lytta, soy Pieter...
-Pasa-dice ella. Por algún motivo no le sorprende que sea Pieter Cross el que acuda en su búsqueda. La puerta de la habitación se abre, y el Doctor Midnight entra en la habitación, con una sonrisa educada pintada en los labios.
-¿Cómo te encuentras?-pregunta Pieter, acercándose a ella.
-Bien, muy bien-responde-. ¿Me vas a dejar ponerme mi uniforme y salir ahí fuera?
-De momento, voy a dejar que te vistas como consideres adecuado y luego, te voy a acompañar a Themyscira-responde Pieter, sonriendo-. Vamos a reunir allí a buena parte de las personas que puedan estar en peligro, y estoy seguro de que tu madre estará encantada de verte.
Pieter continúa hablando con Lytta mientras esta entra en su vestidor y comienza a mirar ropa, pero no encuentra nada adecuado. Cuando escucha que los culpables de los ataques pueden ser los Marcianos Blancos, su ceño se frunce. Mordru había dicho que el ataque vendría desde dentro... ¿podrían los Marcianos Blancos haber suplantado a alguno de sus compañeros? Negando con la cabeza, Lytta sale del vestidor, toma el Yelmo y se lo pone.
-Elijo acudir como Destino-dice, mientras al ponerse el Yelmo, aparece también el resto de su uniforme.
-No lo he dudado ni un momento-responde Pieter sonriendo-. Contactaré con la Atalaya para que nos teleporten a Isla Paraíso. ¿Qué te pasa?
-¿Perdona?
-Normalmente estás seria... y quizá distante. Pero hoy noto algo más. Hay algo que te preocupa...
-Es... es que hay algo a lo que no dejo de dar vueltas.
-Puedes contármelo, Lytta.
-Es algo que dijo Héctor Hammond durante el ataque de la Fuerza de Julio. Cuando estábamos enfrentándonos, hubo algo que le distrajo. Al principio pensé que había sido algo que yo había hecho, pero cuanto más lo pienso, más cuenta me doy de que estaba equivocada. Y cuando le derroté, me dijo algo así como "no sabes lo que has hecho". Pieter, en esos momentos, Arenero estaba matando a Joan.
-Lytta, no pensarás que...
-¿Y si ese fue el primer ataque, Pieter? ¿Y si alguien utilizó a Arenero para atacar a Joan Garrick?
El ceño de Pieter Cross se frunce mientras sigue las implicaciones de lo que Lytta está insinuando. ¿Podría algo haberse infiltrado en el Palacio de Justicia durante el ataque de la Fuerza de Julio?
-Quizá tú y yo debamos hacer una visita a La Losa antes ir a Themyscira...
Atalaya de la JLA.
-...así que terminé comprándome los dos vestidos, el de Dolce & Gabbana y el Armani, supongo que uno lo estrenaré para la cena de la sociedad italoamericana, y otro... bueno, ya encontraré una ocasión apropiada... Bette, ¿me estás escuchando?
Bette parpadea al escuchar su nombre, y se gira hacia Toni sorprendida. A unos pasos de ellas, Todd continúa de pie, más sombra que físico, con los ojos clavados en los monitores.
-Perdona, creo que he entrado en trance escuchándote-sonríe Bette, encogiéndose de hombros-. El cansancio me está empezando a pasar factura...
-Podéis retiraros a descansar, yo seguiré vigilando-dice Obsidian, y Argent se vuelve hacia él, dando un respingo.
-Dios, eres tan silencioso que se me había olvidado que estabas aquí. ¿No hablas nunca?
-Sólo cuando es necesario.
-Muchas gracias, Obsidian-responde Flamebird, impidiendo responder a Argent-. Es hora de darles la cena a nuestros invitados.
-Hay drones para esas cosas-dice Argent, pero Flamebird niega con la cabeza.
-Quiero mirar a esos cabrones a los ojos y asegurarme de que no están pensando en atacar a mi hermana o a mis padres en cuanto salgan de aquí.
Toni frunce el ceño, sorprendida, mientras Bette abre un panel y saca dos bandejas. Vasos de plástico, agua, y una especie de papilla compuesta de vitaminas y proteínas en un brik desechable. Nada de cubiertos, ningún elemento que pueda ser utilizado como arma, todo revisado por el propio Batman. Flamebird coge las bandejas, y Toni introduce los códigos de apertura para las puertas que dan acceso a las celdas. Cuando Bette entra en la celda de Calculador, este se limita a alzar la vista unos segundos, pero enseguida la baja. Flamebird deja la bandeja ante él, y sale de la sala. Cuando abre la celda de Vandal Savage, se siente como si estuviera entrando en la celda de un tigre.
-Mierda-masculla Toni desde la sala de control-. Flamebird no ha cerrado la puerta de la celda...
-Comida para bebés-susurra Vandal, con sus ojos clavados en Bette-. Prefiero la carne sangrante, fresca...
-Me alegro de que tú y yo nunca vayamos a cenar juntos, hijo de puta-responde Bette, dejando la comida en el suelo.
No le dio tiempo a incorporarse antes de que Vandal cargara contra ella. De un empellón, el guerrero la saca de la celda, estrellándola contra la pared del pasillo. Flamebird trata de reaccionar, pero Vandal hunde su puño en uno de sus costados, rompiéndole varias costillas antes de golpearle la cabeza contra la pared.
-¡Obsidian!-exclama Argent, pero cuando se gira para mirar a Todd, este ya ha desaparecido, fundiéndose con las sombras-. ¡Mierda!-gruñe, mientras pulsa los comunicadores para contactar con el resto de la Atalaya-. ¡Savage está libre! ¡Tiene a Flamebird!
De un tirón, Vandal le arranca el cinturón a Bette, sin dejar se sujetarla contra la pared, y entonces, la mira a los ojos.
-Preciosa-masculla, y sin más cubre con una de sus inmensas manos el rostro de la muchacha. Lo siguiente que Bette siente es un inmenso dolor acompañado de un sonido parecido al de la tela al rasgarse. Y luego, una piadosa oscuridad.
Savage se gira a tiempo de ver cómo las sombras de Obsidian comienzan a manifestarse, y una sonrisa aparece en sus labios. Murmura unas palabras, y el pasillo se ve inundado por una luz intensa y plana que parece provenir de todas partes al mismo tiempo. Con un grito, Obsidian se disipa, pues no hay sombras que utilizar.
-Mierda-masculla Argent, activando los sistemas de defensa y sellando el pasillo, sintiendo como se le escapan las lágrimas-. Bette está hay dentro...
Obsidian aparece a su lado, aturdido por el hechizo de Savage. Y en ese momento, Toni y Todd ven como el guerrero rompe con las manos desnudas las planchas de metal del techo y desaparece en los sistemas de ventilación.
-Mierda, mierda, mierda-gruñe Argent, tratando de desbloquear los sistemas, pero Obsidian reacciona antes y vuelve al pasillo, ahora ya sin Savage, apareciendo junto al cuerpo yaciente de Bette Kane, y ahogando un grito al verla.
Savage le había arrancado la cara.
-¡Está en el sistema de ventilación!-exclama Geofuerza-. Si rompe una de las paredes del exterior, o llega a los sistemas de distribución, estamos muertos.
-¡Zatanna!-exclama Nightwing-. ¡Tráelo aquí!
-¡Ladnav egavas, ecerapa!
Con un destello de luz, Savage aparece en plena sala de reuniones, y aunque Nightwing trata de golpearle, el guerrero se aparta con rapidez, evitando el ataque al tiempo que lanzaba uno de los cables del cinturón de Flamebird contra Zatanna, atrapándola por el cuello y lanzando el otro cabo del cable hacia uno de los tubos que atravesaban el techo, colgándose de la cuerda para izar a la muchacha, que de pronto se encontró ahorcada y sin aliento en el centro de la sala. Uno de los batarangs vuela hacia al parecer ningún sitio, pero impacta de lleno en Flash, que se acercaba a toda velocidad, sin embargo, en aquel espacio cerrado, los velocistas están en inferioridad de condiciones, y Savage está dispuesto a aprovecharlo. Mira a su alrededor, identificando a sus enemigos. Flash, Nightwing, Batman, Geofuerza, Tornado Rojo y Mister Terrific, que ya está tratando de liberar a Zatanna. Al menos, los pesos pesados, Black Adam, Centinela y el marciano no están allí. Savage masculla una vieja frase arcana, y en su mano aparece una espada de elegante factura, con la empuñadura tallada como si fuera un distorsionado esqueleto
-La Espada del Pesar-masculla Savage, esgrimiendo la espada ante él-. Fue forjada por una secta de adoradores de Baal-Moloch en Tyro, hace dos mil años, enfriada en sangre-. Con un mandoble, Savage corta por la mitad la mesa de reuniones, que cae al suelo en dos fragmentos, como si hubiera sido separada con un láser. Y sin más, arroja al suelo varias granadas de humo del cinturón de Flamebird, cubriendo su ataque.
-¡Tornado, cuidado!-grita Geofuerza, viendo una silueta entre la niebla, y de inmediato, el androide invoca una fuerte tormenta que dispersa el humo, dejando al descubierto a Batman, momento en el que Savage golpea, atravesando a Geofuerza de lado a lado y clavándole a una de las paredes, antes de extraer la espada y arrojar otro grupo de granadas.
-¡Los teleportadores!-exclama Mister Terrific, pero es demasiado tarde, pues Savage ya ha llegado a ellos...
Y en ese momento, un sonido estridente les hace llevarse las manos a los oídos, y Vandal Savage cae al suelo, como si hubiera recibido el impacto de un camión de dieciséis ruedas. Y en el teleportador, recién llegados de la Tierra, están Canario Negro y Arsenal. Savage se levante, y Canario vuelve a gritar, derribándole de nuevo.
-¿Dónde crees que vas?-masculla Dinah, mientras Savage, apoyándose en la espada se incorpora de nuevo.
-Voy a hacerme un abrigo con tu piel, zorra-sisea Savage, y en ese momento, Dinah vuelve a gritar, y el ariete de sonido le tumba de nuevo.
-Será mejor que te quedes tumbado-dice ella, y Savage apoya las manos para volver a levantarse. El estallido de dos pistolas sirve de preludio a las dos balas que le atraviesan el cráneo por encima de los ojos, hundiéndose en su cerebro. Antes de que nadie pueda reaccionar, Arsenal dispara de nuevo, dos nuevos impactos en el pecho, y otros dos en el vientre. Y uno más en la entrepierna.
-¡Contactad con Pieter!-ordena Batman, corriendo al lado de Geofuerza y tomándole las constantes vitales-. Está vivo-masculla, y de inmediato, Mister Terrific comienza a hacerle los primeros auxilios-. ¡Roy! Lo que has hecho...
-Ahora no, Batman-dice Nightwing, viendo aparecer a Obsidian y Argent, el primero sosteniendo en brazos a una malherida Flamebird-. Ahora no.
Keystone City.
-...compraré una vocal... una "e"...
-Linda Evangelista-masculla Iris Allen, apagando la televisión e incorporándose del sillón en el que estaba sentada para acercarse a la estantería del salón en busca de un libro que leer esa noche. Miró el reloj. Quizá debiera llamar a Sue Dibny o a Joan Loring... o quizá a Carol Ferris, para ver cómo estaban. Le apetecía hablar con alguien. Normalmente en esas ocasiones llamaba a Joan Garrick, y eran esos momentos en los que más la echaba de menos. Finalmente, se lo piensa mejor y marca el número de Linda. Quizá al día siguiente pudieran tomar un café juntas...
-Hola, Iris-responde la novia de Wally West al otro lado de la línea.
-Hola, Linda-sonríe Iris-. ¿Qué tal va todo?
-Estoy preparando la maleta, Wally ha dicho que en cualquier momento vendrá llevarme a Themyscira. Pensé que tú estarías ya allí.
-Bart vino esta tarde para tratar de convencerme-dice Iris-. Pero no termino de verlo, Linda. Desde que Barry... bueno, llevo mucho tiempo apartada de todo esto, la idea de reunirme con todo el mundo en Isla Paraíso...
-Iris, es lo mejor para nosotros. Piensa en ello como unas vacaciones en un balneario muy original...
Un olor a violetas llega hasta Iris, que enarca las cejas.
-Linda, tengo que colgar. Avisa a Wally.
Sin más, Iris corta la llamada y mira a su alrededor. Cualquiera que la viera, pensaría que Iris Allen era sólo una mujer corriente, pero era algo muy diferente. Había pasado años junto a Barry Allen, la habían dado por muerta y había viajado al futuro de la Legión de Superhéroes. Y allí había aprendido muchas cosas. Entre ellas, que la invisibilidad podía funcionar de tres maneras diferentes: de modo holográfico, no presentando opacidad a la luz... o desviando los impulsos eléctricos del cerebro de modo que este interpretase lo que eran señales visuales de otro modo. En la mayor parte de las ocasiones, como algo olfativo.
-Sé que estás ahí, deja de esconderte-dice Iris, y al instante, la criatura aparece ante ella, todo músculos y tendones, cubierto de una piel blanca de aspecto coriáceo, afiladas garras y dientes supurantes, con unos amplios ojos que centelleaban rojizos.
-Iris Allen-susurra la criatura, haciendo que la mujer sienta un desagradable escalofrío, como si alguien pasase una hoja de acero por una pared de piedra-. Lo siento...
La criatura va a avanzar, pero Iris actúa con celeridad, tomando una pequeña caja que estaba situada junto al teléfono, y pulsándola, de modo que de inmediato, un campo de energía la rodea, irisado. Un regalo de Bart procedente del futuro.
-Que te den-dice, mientras la criatura trata sin éxito de atravesar el campo de fuerza. Y en ese momento, la puerta del apartamento de Iris estalla, y un borrón rojo y blanco impacta de lleno en el marciano blanco, que lanza un aullido mientras un centenar de puñetazos a toda velocidad buscan sus partes blandas, sin darle tiempo a reaccionar.
-Deja en paz a mi abuela-dice Impulso, tratando de atrapar a la criatura para sacarla de allí, pero en ese momento, deja de sentirlo, y se encuentra sujetando el suelo. Como un fantasma, el marciano se aparta de él, intangible. Impulso se sitúa entre el marciano y su abuela, y la criatura pasa su larga lengua, del color de la sangre coagulada por sus hileras de dientes de tiburón.
Bart grita, y escucha como Iris lo hace también, como si hundieran sus cerebros en aceite hirviendo. Las piernas le fallan, y cae al suelo. Y dentro de la burbuja de energía, Iris, con los ojos empañados por las lágrimas, puede ver como el marciano blanco se acerca a Impulso...
1.- Todo esto, en la saga Un Millón.
2.- En JLA: Nuevo Orden Mundial
CORREO DE LOS TITANES
El final de la saga está cerca. En JSA 40, descubriremos por fin la identidad del asesino, y la historia del Universo DC no volverá a ser la misma. Y no olvides luego volver a esta colección, porque el número 50 de Titanes va a ser... mítico.