SPOILER #1
Toma de contacto
Guión: David Guirado Lozano
Stephanie Brown, más conocida como Spoiler, estaba patrullando las calles de Gotham. No es que siendo "simplemente Steph", fuera una persona de las que pasen desapercibidas, no tanto por su melena rubia, sus ojazos o por su cara bonita. Todo era debido a su arrolladora y chispeante personalidad. Si una cosa llama la atención de ella es que Steph se encuentra llena de vitalidad y entusiasmo.
Eso no desaparece ni mucho menos, cuando se atavía con su uniforme azul, con una capa y capucha morada, de Spoiler. Puede no ser una experta luchadora como ese Batman que se cree el rey del mambo, o tan meticulosa como su ex novio, Robin, (el de ella, no el de Batman, claro) pero no cabe duda que todo ello lo compensa con un entusiasmo desbordante... y su propio estilo.
Norm Grant era una persona que en la vida no había tenido mucha suerte. Bueno, eso no es del todo cierto. Tenía a Jennifer, su esposa, y tenía a su hija pequeña, Mary, con tan solo seis años de edad. En ese aspecto, este hombre de casi cuarenta años, no podía quejarse.
Sin embargo, estaba sin trabajo desde hacia ya 8 meses, y las facturas, mandaban. De más joven había hecho algunos trabajos de dudosa legalidad, como algún pequeño hurto, junto a alguna pequeña banda. Eran pequeñas cosas, las necesarias según él, para simplemente haberse ganado alguna pequeña cantidad de dinero, y ni siquiera había habido ninguna implicación con unos de esos payasos disfrazados, en esos tiempos ni siquiera había demasiados de ellos, no como en los tiempos actuales.
No obstante, todo ese breve escarceo de Norm con la ilegalidad toco a su fin inmediato en cuanto conoció a Jennifer, esa chica fue un rayo de esperanza para su vida. Incluso encontró un trabajo honrado como escritor. Pero hacia demasiado tiempo que las editoriales, le rechazaban sus publicaciones, sin encontrar ningún proyecto. Y, ya ha sido dicho, las facturas, mandan.
Últimamente, incluso había retomado el contacto con algunos de sus viejos colegas, y tenía algún chanchullo apalabrado con ellos, nada confirmado, pero empezaban a maquinar cosas...
Spoiler seguía su patrulla en Gotham. De pronto vio desde las alturas como tres maleantes se disponían a entrar a robar en una tienda de ultramarinos de la ciudad.
Steph estiro los brazos mientras pensaba que necesitaba esa clase de acción, para despejarse de lo que estaba siendo una noche aburrida.
Vio que un hombre estaba con una palanca, a punto de subir una persiana de metal, mientras que otro apuntaba con una linterna, y el tercero vigilaba muy nervioso.
Spoiler permaneció en el tejado de enfrente, mientras los hombres parloteaban entre ellos.
- Esto va a ser pan comido- dijo uno de ellos.
- Ojala no estuviese tan nervioso. No dejo de pensar en que en cualquier momento va a aparecer el murciélago o alguno de esos enmascarados- fue la réplica del más orondo del trío.
- Bah - contestó el que sujetaba la palanca- eso son pamplinas. Insisto en que esto va a ser pan comido. Un trabajo de niños.
Esas fueron las palabras mágicas que instaron a Steph a ponerse en acción, ya había escuchado más que suficiente. Pego un par de brincos desde el tejado, y se dirigió, andando muy flamenca hacia ellos.
- Toc, toc, ¿quién es?- les espetó.
- ¡Lo sabía!- dijo el tembloroso de antes- ¡Monaguigui nos va a matar!
- ¡Es Spoiler! Como el Spoiler que acabáis de hacer con el nombre de vuestro jefe. - fueron las palabras de Stephanie Brown, mientras le espetaba al orondo chivato una patada que le dejó inconsciente en el suelo.
- ¡Idiota! ¡Ya sabía yo que meter a ese gilipollas en estos nos traería problemas! - gritó el cabecilla del grupo, mientras intentaba pegar con la palanca a la justiciera de morado.
- ¿No te enseñaron que a las señoritas no se les pega, y menos con una palanca? - exclamó Steph, quitándole la barra, y asestándole con ella un golpe que le tiro al suelo.
El silencio y mudo tercer componente, aprovechó la derrota de sus dos socios para salir huyendo por patas.
- ¡Ah, Ah! ¿No te pensabas ir sin despedirte? ¿Verdad que no, nene?- le chistó la animosa enmascarada.
Spoiler dio varios saltos y se plantó delante, frustrando su intento de huida.
- ¿Adónde te crees que vas tesoro?- fue la puya que le lanzó.
- Vete al infierno, puta - dijo el quinqui, lanzando un puñetazo hacia Spoiler.
- ¿Esos son modales?- dijo Stephanie tras parar el puñetazo sin pestañear- Bueno, ahora me toca a mi, cariñín.
Steph le pegó a cuerpo de rey un par de golpes que le dejaron sin sentido.
- ¡Tadaaaaaaaaaaa!- gritó nuestra heroína- Una noche preciosa, un robo frustrado y tres hombres inconscientes a mis pies. ¿Se puede pedir más?
Spoiler hizo una llamada anónima a la policía y se perdió en la noche, satisfecha de un trabajo bien hecho.
Stephanie llegó a su casa. Entró por la ventana, habiendo tenido sumo cuidado de que nadie la viera. No es que tuviese en ese hogar que mantener su secreto, pues su madre ya hacía meses que descubrió que su niñita era una justiciera enmascarada1. Sin embargo, digamos que no le parecía del todo bien el "hobby" que tenía su hija por las noches. Steph era un alma libre, y seguiría repartiendo camorra por toda Gotham, pero si su madre no se enteraba que había un cruzado enmascarado llamado Spoiler por las calles, pues mejor que mejor.
No la podía culpar. No era el único miembro de la familia Brown que se dedicaba al oficio de las mallas, puesto que su padre Arthur Brown era el villano, conocido como Cluemaster. Era un supercriminal de segunda, como mucho, no tenia ni superpoderes, pero eso era irrelevante. Era un padre que había estado siempre ausente, siempre en la cárcel, o fuera tramando sus planes. Planes que serían frustrados una y otra vez por los héroes. Eso no era un padre. Si hacía falta, Spoiler le detendría una y otra vez. Al fin y al cabo, Stephanie creó su identidad enmascarada con el único fin de pararle los pies a su padre2.
Sin embargo, lo de ser una heroína, una justiciera, era algo que se le había metido en las venas, y ya no se limitaba a pararle los pies a su padre, al menos no únicamente a él. Cada noche se ponía su uniforme morado y azul oscuro, dispuesta a repartir candela por toda la ciudad.
Sumida como estaba en sus pensamientos, Steph, vio una foto de su ex novio, Robin. Robin. Era tan raro llamarle así, recuerda cuando no sabía aún ni su verdadera identidad. Pero le había querido mucho. No era la relación más normal del mundo, por ejemplo, aún recuerda la noche en que ambos fueron al cine ataviados con sus uniformes de justicieros3. Si, ese había sido uno de los momentos que ella recordaba con más cariño.
Pero aquella relación no podía salir adelante, no después de todos los acontecimientos que tuvieron lugar cuando Batman le dijo a Steph que Robin era realmente Tim Drake4. Tras todo lo que habían pasado juntos, ella se tuvo que enterar de la identidad real de su novio, mediante terceras personas. ¿Qué tan poco confiaba en ella? Ella no podía perdonarle esa falta de confianza, y Tim no pudo perdonarle a ella que se entrometiera en su vida, averiguando por su cuenta todas esas cosas5.
Pero en su momento, Tim siempre había estado a su lado, en los momentos más difíciles, como cuando Steph se quedo embarazada del indeseable de Dean, su rollete anterior a Tim. Lo del embarazo pasó justo antes de empezar a salir con Robin, pero cuando se enteró de que se encontraba en estado, ya era pareja de Tim. Sobretodo, le ayudó también cuando iba a tener a su hija. Cada vez que piensa en su pequeña niñita, los ojos se le llenan de lágrimas. No la llegó a ver, pero soñaba constantemente con ella. Sin embargo, sabía que darla en adopción fue lo correcto. No podía criar a una hija, siendo tan solo una adolescente, no con una familia disfuncional como la suya. ¿Y si su padre, Cluemaster, hubiese ido tras su nieta? ¿Y si ella recibía un disparo alguna noche que dejaba a su bebe huérfano? Y del padre de la criatura, Dean, mejor ni hablar. Un macarrilla del tres al cuarto, que no servía para nada, y que desde luego, no hubiese sido para ella ninguna fuente de apoyo. Tim lo hubiese sido, pero ella no podía cargarle con ese obligación, de criar una niña que no era suya. Su bebe era su responsabilidad, y creía que la decisión que tomó de darla en adopción, había sido la mejor. Por mucho que le rompiese el corazón y el alma, el imaginarse que carne de su carne y sangre de su sangre, estuviese siendo criada por alguna familia anónima6.
Sumida como estaba en sus pensamientos, Steph se quitó su disfraz de Spoiler, lo escondió bien, y se tumbó en la cama, derramando unas lagrimas por su hija, antes de quedarse dormida.
A la mañana siguiente, Norm Grant se despertó antes que su esposa. La contemplaba mientras dormía. Dios, era hermosa. Jennifer tenía un largo cabello negro que le llegaba hasta la cintura. Había decidido no despertarla, quería contemplarla un rato más, junto a su pequeña hijita, Mary, era toda su vida.
La pequeña Mary, una vivaz niñita rubia, se había despertado también y fue corriendo a la habitación de sus padres, pero no mostraba el mismo interés que su padre en dejar dormir a Jennifer, puesto que de un salto, se subió a la cama y despertó a su madre haciéndole cosquillas insistentemente.
Norm contemplaba la escena con una sonrisa. Casi se le habían olvidado todos sus problemas económicos, viendo gozoso como pese a los problemas que ocasionaba el dinero, su familia era feliz.
Pero la alegría, le duraría bien poco. Su teléfono móvil, le empezó a sonar, siendo una llamada de un número oculto. Salió de la habitación, yendo al comedor para poder conversar en privado. Lo primero que le vino a la cabeza, que eran sus antiguos colegas Victor Slim, Henry Calb y Samuel Stark, para comentar algún futuro golpe, tal y como acordaron que acabarían haciendo.
Sin embargo, la realidad era diferente.
- Norm Grant al aparato- fue su saludo típico al contestar.
- Escuche Sr. Grant. Seré franco con usted. Mi nombre es Franchesco Monaguigui. Sus colegas, los señores Slim, Calb y Stark están en la cárcel.- decía la voz tras el teléfono.
- ¿Cómo tiene usted mi número?- interrumpió un Norm que resultó ser sorprendido por los acontecimientos.
- Su número de contacto estaba entre los papeles de sus colegas- contestó Monaguigui- Pero esa no es la cuestión. El asunto es que anoche alguno de esos malditos intrometidos justicieros interrumpieron un pequeño asunto que tenían entre manos.
- ¿Qué pretende decirme con todo esto?- interrumpió de nuevo Norm.
- Vaya, señor Grant, en verdad usted es muy impaciente. Lo que pretendo decirle es que soy un recién llegado a Gotham- respondió Monaguigui- y lamentablemente aquí en América, no voy muy sobrado de personal. Y querría saber, ya que su teléfono, como le he dicho antes, estaba entre los contactos de mis hombres, usted querría pasar a formar parte de mi plantilla.
- ¿Cuáles serían mis cometidos?- fue la respuesta de un Norm Grant que todavía no había terminado de asimilar lo acontecido.
- Pues señor Grant, eso no se lo debería decir por teléfono. Reúnase conmigo está noche a las once en el número 14 de la avenida Burton- dicho esto, Monaguigui colgó.
Norm, se quedo pensativo. Miró inmediatamente a su familia, ausentes de todo, mirando como jugaban en su cama su mujer y su hija, haciéndose cosquillas y riendo.
Muchas ideas se le vinieron a la mente. Por un lado, se preguntó que como es que sus "ex colegas" no le habían avisado si ya tenían un golpe pensado, aunque se alegraba de no compartir su destino entre rejas. Pero sobretodo, lo que le preocupaba era lo que podía pasar. No quería acabar en la cárcel, no quería dejar a su esposa sin marido, ni a su hija sin los cuidados de su padre. Sin darse cuenta, dirigió la vista hacia encima de la mesa, y vio como había acumuladas facturas y más facturas. No tenía otra opción. Si no pagaban, acabarían en la calle. Y eso en una ciudad como Gotham, era muy peligroso. Asistiría a la cita con ese tal Monaguigui. Se lo debía a su familia, por duro y peligroso que fuese.
Mientras tanto, en un almacén abandonado de Gotham, Franchesco Monaguigui se relamía, con la boca abierta, tras acabar de telefonear a Norm Grant.
Monaguigui era un ser muy pintoresco. Tenía cierto sobrepeso. Era casi calvo, a juego con su poco pelo, tenía los ojos pequeños, adornados con unas gafitas. Tener la boca casi siempre abierta, era una de sus señas de identidad.
- Todo sale a pedir de boca.- fue lo que dijo Monaguigui a su misterioso acompañante.
- Has sido muy astuto, Franchesco - le contestó la figura en las sombras- decirle que no dispones de casi personal... cuando ya buena parte de los bajos fondos de Gotham está bajo tu mando.
- Lo se, amigo mío, - se vanaglorió Monaguigui-, así Norm Grant se sentirá útil. Cuando para mi tan solo es un peón jejejejejejej. Grant es un estorbo para mí. Acabará en la cárcel......
- Siento interrumpirte, Franchesco, pero tengo mucho de lo que ocuparme- le interrumpió- la agenda de alguien como yo está muy ocupada. Y te alegrará saber que mis planes incumben a la muchacha conocida como Spoiler, la que consiguió que tus tres hombres detenidos anoche fueran a la cárcel.
- Oh, aunque la detención de ese trío de payasos fue una lástima, si esa Spoiler va a seguir pululando a mi alrededor, mis planes con respecto a Grant, van a salir incluso mejor- fue la respuesta de Monaguigui.
- Tú sabrás, lo que te haces, Franchesco. En fin, tranquilo que no te la estropearé mucho. Yo también la necesito a medio plazo- contestó el misterioso acompañante de Monaguigui, mientras afilaba una de sus espadas y se disponía a marcharse.
Esa misma mañana, Stephanie Brown se levantó aletargada. No estaba su madre en casa. Habría tenido turno doble en el Hospital.
Así que se preparó ella misma el desayuno. Mientras tomaba sus cereales favoritos, una idea se le vino rápidamente a la mente. Esos ladronzuelos de anoche, habían mencionado algo acerca de un tal Monaguigui. Perfecto. Ya tenía plan para pasar su fin de semana. Se dedicaría quién era el tal Monaguigui, nombre que le sonaba a chino.
Como no disponía de una enorme base de datos como Batman, y tampoco es que le apeteciese mucho entrar en contacto con la Bat-Familia, Steph se enfundaría su traje de Spoiler, y lo buscaría a la vieja usanza: pateando traseros.
Esa misma tarde, Stephanie patrullaba por los callejones de Gotham, cuando vio a un atracador de mala muerte, sacando una navaja y acercándosela a una mujer de avanzada edad.
- ¡¡Dame el bolso, vieja bruja!!- chillaba el atracador, ansioso de tener su recompensa.
- Por favor, no.... Es todo lo que tengo- lloriqueaba la anciana.
- ¡Y lo vas a seguir teniendo!- fue el grito de bienvenida de Spoiler.
- ¡Atrás! ¡Zorra enmascarada! ¡O pincho a la abuelita!- amenazó el ladrón.
- Tranquilo, papito- le respondía Spoiler- No queremos que pase ninguna desgracia.
- Eso es, nena-sonreía satisfecho el atracador- Buena chica.
El pronto frustrado ladrón de bolsos se relajo demasiado. Por lo menos la vista. Pese a que seguía apuntando con la navaja a la anciana, tenía la vista pendiente en nuestra justiciera de morado. Craso error. Aprovechando que el ladrón no estaba en lo que estaba, la mujer de avanzada edad, le propinó un bolsazo en toda la mano, que provocó que se le cayese la navaja al suelo. Esto fue aprovechado por Spoiler para meterle una patada voladora en toda la boca al ya si frustrado atracador.
- Ahora, maldito, desembucha antes de que te meta otra leche- le amenazaba Steph- ¿Quién es tu jefe? Y ¿quién es ese Monaguigui?
- No tengo ni idea de quién me hablas, Zorrita- fue su única respuesta.
Steph vio en los ojos del chico al que había golpeado que le decía la verdad. Indudablemente, se trataba de un yonqui con el mono, que había intentado cometer ese atraco para sacar dinero para su vicio. Spoiler le propinó otro golpe que le dejó inconsciente.
- Vaya, pensaba que deteniendo a un delincuente, este me llevaría a dar con ese tal Monaguigui- se lamentaba Spoiler- pero en fin, ese tipo de coincidencias, solo ocurren en los tebeos.
Stephanie se dirigió a la mujer mayor.
- Señora, avise a la policía- fueron sus palabras.
- Llámame May, querida. Muchas gracias por tu ayuda. Menos mal que mi sobrino Peter, no me ha acompañado en este viaje. ¡Es tan frágil! Se hubiese llevado una fuerte impresión - le comentaba la anciana.
- No se merecen las gracias. Trabajó por la verdad, la justicia y el modo de vida de la gente guay- entonó Spoiler como despedida.
Mientras Stephanie, se largaba de ese callejón, pensaba en que le esperaba una larga noche por delante. Al fin y al cabo, tenía que peinar la ciudad hasta dar con alguna pista, al fin y al cabo, las casualidades no caían del cielo...
Era irónico que Steph estuviese pensando eso, por que mientras se balanceaba por Gotham, la misteriosa persona que había estado conversando con Monaguigui, había estado siguiendo los pasos de Spoiler, hasta dar con ella. Ya la había localizado, y desde lo alto de un tejado, desenfundaba sus espadas....
FIN DEL EPISODIO
1.- La madre de Spoiler, descubrió la doble vida de su hija en los números 68 y 69 USA de Robin. (Universo DC: Robin Nº 5 de Planeta).
2.- Desde Detective Comics 647 y 648 USA, Spoiler ha tenido muchos encontronazos con su padre, Cluemaster, tanto en esos números, como en muchos ejemplares de la serie de Robin.
3.- Spoiler y Robin tuvieron una cita disfrazados en un cine en el número 57 USA de Robin. (Universo DC: Robin Nº 5 de Planeta).
4.- Batman le reveló a Spoiler la identidad secreta de Robin en el número 87 USA de Robin. (Universo DC: Robin Nº 6 de Planeta).
5.- Esta es una historia que próximamente será contada con más detalle en DCTOPIA, así que atentos, True Belivers!!
6.- Spoiler se enteró de que estaba embarazada en los números 57 y 58 USA de Robin. En los números 64 y 65 USA de Robin tiene al bebe y lo entrega en adopción. (Universo DC: Robin Nº 5 de Planeta).
ALERTA DE SPOILER
Bienvenidos a "Alerta de Spoiler", la sección de correo de está nueva serie de "DCTOPIA". Espero que disfrutéis tanto como yo escribiéndolas de las andanzas de Stephanie Brown, más conocida como Spoiler.
Ni que decir tiene que espero vuestros comentarios, ruegos y preguntas. Podéis escribir a "davidguiradoalzira@hotmail.com".