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En el día más brillante, en la noche más oscura ningún mal escapará a mi vista. Que los que adoran el mal teman mi poder, la luz de... ¡Linterna Verde!
 
Linterna Verde vol. 3

LINTERNA VERDE #151
Historias del Cuerpo I
Guión: Ben Reilly
Portada: Israel Huertas

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Anteriormente en Linterna Verde: Kyle se ha enfrentado a Malvolio quien ha estado tras todos los eventos de los últimos años para conseguir finalmente derrotarle y restaurar el Cuerpo de Linterna Verde.

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De todos los enemigos a los que se había enfrentado Kyle aquél era el más insistente. Había perdido ya la cuenta de las veces en las que sus caminos se habían cruzado. A veces parecía que el destino los había unido en una interminable batalla de destino incierto. Sus terribles poderes hacían que todo el cuerpo de Kyle temblase de pura agonía en el castigo más cruel jamás sufrido por algún ser vivo. Al final, Kyle sabía que sólo reuniendo toda su fuerza de voluntad podría apagar el despertador.

- Mmmm

Se había quedado toda la noche terminando la tira que debía entregar a primera hora a la revista Feast. Después de trece horas de intensivo trabajo había logrado terminarla. No sabía qué iba a hacer ahora que había aceptado la ofertad de Radio Comics para publicar un cómic mensual de superhéroes, quizás debería aparcar un tiempo sus responsabilidades como Linterna Verde, al fin y al cabo ahora había muchos.

Se levantó de la cama y miró por todos lados. Habría jurado que Jen se había quedado a dormir aunque ahora mismo la falta de sueño hacía que todo estuviera demasiado borroso. Se dio una ducha rápida y bajó a Radus para tomar un café rápido y volver a subir a su paso para asegurarse de que había enviado correctamente la tira cuando vio el mensaje pegado a la pantalla del ordenador, no sabía cómo no había podido verlo la primera vez. El mensaje era un escueto "Oa, John te espera" escrito con la letra de Jen. Kyle activó su anillo y su nuevo traje apareció en un segundo. Salió por la ventana volando y al salir de órbita dio un salto translumínico que le llevó al recientemente recreado Oa.

Tras su combate contra Malvolio, Kyle se había tomado unas semanas de descanso en la Tierra dejando en las capaces manos de John y Merayn todo lo relativo a la reorganización del Cuerpo y por lo que veía Kyle, les iba muy bien. Varios cientos de Linternas Verdes de todas las razas sobrevolaban el planeta, algunos se entrenaban luchando sobre las frondosas y extensas junglas de Oa mientras que otros parecían estar recibiendo el entrenamiento más básico de mano de un viejo amigo de Kyle, Guy Gardner.

Kyle saludó a Guy y éste le devolvió el saludo rápidamente para volver a entrar a los novatos. Aquel saludo hizo que la mente de Kyle volviera a hace unas semanas, antes de que se enfrentara con Malvolio y cuando estaba, sin conocer su alcance exacto, en posesión de casi todo el poder de la llama verde.

- Unos pescadores lo encontraron en medio del océano -dijo el doctor de STAR Labs, un joven médico asiático-.

- Guy -dijo Jen cogiéndole de la mano-.

- ¿Cómo se encuentra? -preguntó Kyle preocupado por el estado de Guy que estaba postrado en la cama y con un respirador conectado-.

- No muy bien -dijo el doctor-. No respira por sí mismo y sus funciones cerebrales...

- No lo entiendo -dijo Jen-. Sus poderes vuldarianos deberían curarle.

- Quizás son los que le mantienen vivo -dijo el doctor-. Aunque son parte del problema.

- ¿En qué sentido? -preguntó Kyle-.

- Bueno, para empezar no sabemos si los tratamientos que le aplicamos funcionan o empeoran las cosas.

- Deberían estar curándole -volvió a repetir Jen-.

- Sus daños son severos. Quizás lo mantienen con vida y lo curan lentamente pero francamente, si su condición sigue así lo más probable es que pase el resto de su vida como un vegetal.

- Al llamarnos mencionó una posibilidad.

- Sí bueno. Usted resucitó a un muerto.

- Eh sí... pero no sé muy bien cómo o de si podría repetirlo... o si debería hacerlo.

- ¿Y curarlo con sus poderes? No digo que haga que se levante pero ya sabe, un poco de abracadabra.

- No funciona así... o al menos no del todo. Tengo que saber lo que quiero hacer para enfocar el poder del anillo -dijo y se quedó pensativo durante unos segundos-. Aunque si usted pudiera guiarme...

- Imposible. Volvemos a lo de antes, sus poderes vuldarianos hacen muy peligrosa cualquier tipo de intervención. Podría estar intentando soldar sus huesos y provocarle un paro cardíaco por una respuesta alérgica.

- ¿Y si eliminamos los elementos vuldarianos de su sistema? -preguntó Jen-.

- ¿Cómo dice?

- Linterna Verde podría volver a transformarlo en un simple humano.

- Sí pero no sabemos cómo... un momento, podría guiarle... si hacemos un escáner completo de su cuerpo podríamos aislar las diferencias entre un cuerpo humano normal y uno vuldariano y cambiarlo... pero para ello necesitaríamos un ordenador con más capacidad que...

- Puedo construirlo con el anillo, dígame exactamente lo que necesita y yo lo construiré.

La mente de Kyle volvió al presente al acercarse a la Ciudadela, el centro neurálgico de Oa. En el centro de la Ciudadela se erguía la Batería Central cuya columna de energía se perdía en el despejado cielo de Oa. Kyle entró en la Ciudadela y posó los pies en el suelo. Ninguno de los Linternas ahí reunidos le prestó mayor atención, ninguno le conocía.

- Tengo que hacer más vida social.

Kyle se introdujo por los pasillos de la Ciudadela. Aunque él había sido quien la había construido, John había hecho varias modificaciones para asegurar su funcionalidad... aunque a Kyle...

- Disculpe -le dijo a una especie de calamar gigante con un parche en el ojo-. ¿Dónde está la Cámara central?

El calamar movió sus tentáculos con rapidez indicando el lugar. Kyle se movió en esa dirección sólo para encontrarse en un callejón sin salida. Afortunadamente, John Stewart lo había visto.

- Te has perdido, ¿eh?

- No... no... un poco... creo que el séptimo tentáculo se confundió de dirección.

- Venga vamos -dijo John echando a volar y dirigiendo a Kyle hacia la Cámara central donde se encontraron con Salaak quien no se alegraba precisamente de ver a Kyle-.

- Es grato contar con su presencia Linterna Verde Rayner.

- Hola, Salaak, ¿cómo va eso?

- Estoy reorganizando un cuerpo policial que se distribuye a través de 3600 sectores espaciales y sólo tengo cuatro brazos.

- Ah... disfrutando entonces.

Salaak emitió un sonido que el anillo de Kyle no se atrevió a traducir.

- No le hagas caso -dijo John-. Ya sabes como es.

- Algo he oído. ¿Para qué querías verme?

- Que Salaak sea un poco... arisco, no significa que no tenga razón. Ya ha pasado mucho tiempo desde que estuviste en Oa.

- Vacaciones John. De vez en cuando me las merezco.

- Lo sé pero aquí necesitamos tu ayuda. Estamos desbordados. La mayor parte de nuestra fuerza se compone de gente que no ha tenido ninguna experiencia con el anillo y...

- Eh, un momento, ¿qué ha pasado con los veteranos?

- Tu compatriota Hal Jordan -empezó a decir Salaak mientras seguía manejando cautro pantallas de datos tridimensionales- se encargó de muchos. Y cuando los anillos perdieron su poder...

- Muchos aprovecharon para vengarse por viejas rencillas -completó John-. Aún así hemos logrado que varios vuelvan con nosotros, como Salaak.

- Vale. ¿Qué queréis que haga?

Salaak apartó sus brazos de los paneles de datos y activó su anillo mostrando un mapa de la galacia dividido por los 3600 sectores.

- La búsqueda de agentes por toda la galaxia casi ha concluido incluso en aquellos sectores más conflictivos donde, por tu sugerencia, hay más de un Linterna Verde. También se ha creado un destacamento permanente en Oa, del que Merayn y yo formamos parte, y un grupo de movilidad variada, la Guardia de Honor, en la que estáis encuadrados John y tú.

- ¿Quién son los Linternas asignados a la Tierra?

- El sector 2814 posee el estatus de sector especial. De acuerdo con ello posee dos Linternas asignados: Guy Gardner y Jennifer-Lynn Hayden. En mi opinión, eso hace innecesaria su presencia en el sector. Su habilidad y experiencia serían mejor aprovechadas en otras partes de la galaxia.

- Sí bueno. Eso no va a ocurrir, en el espacio no hay hamburguesas ni dibujos animados.

- Sigh. En ese caso, movámonos al siguiente tema en cuestión -el mapa de la galaxia se modificó mostrando un zoom sobre un sector en concreto-. El sistema Vega.

- Los Guardianes habían hecho un trato con los Psiones de Vega prohibiendo la entrada de cualquier Linterna Verde en su territorio -explicó John-.

- Conozco la historia.

- Así mismo -dijo Salaak y volviendo a mutar el mapa para revelar un planeta infernal muy conocido-. Los LV tampoco pueden intervenir en Apokolips.

- Ahora que los Guardianes ya no rigen los LV, sus acuerdos podrían no ser válidos si así lo elegimos.

- Eh un momento, ¿queréis que tome una decisión sobre esto? Hacerlo vosotros tíos, para eso sois la cabeza del Cuerpo.

- Salaak y yo tenemos nuestras diferencias -dijo John mirando hacia el alienígena-. Nos vendría bien un tercer punto de vista.

- Pues... no sé John. La JSA se ha enfrentando hace poco a Darkseid1 y en cuanto a Vega. Realmente creo que deberíamos esperar un poco antes de meternos en semejantes conflictos.

- Estoy de acuerdo -dijo Salaak-. Nuestros Linternas Verdes aún son demasiado novatos para semejante empresa.

- Apokolips y Vega son dos grandes manchas en el historial del Cuerpo. Si logramos imponernos...

- Sí, una gran victoria pero venga ya John, piénsalo por un momento. Aunque liberar Vega fuese factible, lanzar todo el Cuerpo contra los ejércitos de Darkseid... aún son novatos, no quiero mandarlos al matadero tan pronto.

- Uno de los nuestros ya está ahí.

- Lo sé muy bien, John. Pero no creo que podamos hacer nada por ahora.

- Está decidido entonces -dijo Salaak-. Mantendremos nuestra política de intervención en ambos casos.

Kyle miró a John, vio en sus ojos una mezcla de indignación y resignación. Sabía que había traicionado en parte las esperanzas de John, pero realmente no creía que estuviese equivocado.

- ¿Algo más?

- Todavía no has asistido al reconocimiento médico básico -dijo Salaak que volvió a manipular cuatro tableras de datos a la vez-.

- No hace falta. Estoy perfectamente bien.

- Tu exposición al poder de la llama verde por no decir la posesión de todo el conocimiento del Libro de Oa podrían indicar lo contrario -dijo Salaak y de pronto dejó de teclear-. Nadie puede poseer esa clase de poder y salir indemne.

- Eh... vale -dijo Kyle un poco descolocado por la actitud de Salaak-. Bueno tengo que irme, cosas de la Tierra y eso...

- Espera un momento. Aún hay una cosa.

- No deberías demorar al Linterna Rayner.

- Gracias por tu preocupación Salaak.

- Sólo se preocupa porque no estamos de acuerdo. Pero no te preocupes, no te llevará mucho tiempo.

- ¿Qué queréis que haga?

- Necesitamos un nuevo entrenador para los novatos.

- Pensé que Salaak y tú os íbamos a ocupar de ello.

- Reorganizar el Cuerpo nos está llevando más de lo que pensábamos. Asignar misiones y leer los informes agota casi todo nuestro tiempo. Y Guy NO está capacitado para ello.

- Lo he visto al llegar y parecía defenderse.

- ¿Ah sí?

John activó una gran pantalla tridimensional que se activó en medio de la sala mostrando a Guy adiestrando a los nuevos reclutas.

- MUY BIEN ESCORIA ALIENÍGENA, SOY GUY GARDNER, EL MEJOR LINTERNA VERDE QUE HAYA EXISTIDO Y EXISTIRÁ. HABÉIS TENIDO EL HONOR DE ENTRENAR CONMIGO Y YO OS ASEGURO QUE DEJARÉIS DE SER ESTA FORMA PATÉTICA DE HIPPIES COMUNISTAS Y DEMOCRÁTAS QUE SEOIS Y OS CONVERTIRÉIS EN HOMBRES DE VERDAD.

- Ah... ya veo -dijo Kyle rezando para que Guy no se acordara de que él no había recibido ningún tipo de entrenamiento formal-.

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El hedor del pantano casi le hizo vomitar y sólo se contuvo porque la espesa niebla no le dejaba ver nada que estuviera más abajo de su cintura y no quería vomitarle encima a nada.

- Anillo, ¿seguro que estamos en el lugar correcto?

- Localización afirmativa.

- Genial. Salaak y John me mandan a un planeta pantanoso a buscar un entrenador de Linternas Verdes. No sé de qué me suena esto.

Kyle tocó suelo pero seguía sin ser capaz de ver nada. Gritó varias veces el nombre de aquel al que venía a buscar pero no hubo suerte. Avanzó a tientas entre la niebla pero se estaba impacientando.

- Vale, esto se ha acabado. Anillo, un poco de luz por favor.

Concentró su fuerza de voluntad en el anillo haciendo que éste comenzase a brillar y luego hizo explotar su poder en una onda de baja intensidad que hizo que la niebla se retirase al instante para mostrar el desolado pantano y a un...

- ¿Eso es un bebé?

No era claramente un bebé dado que se sostenía por si sólo con bastante más gracia que la habitual de los infantes. Además las proporciones eran incorrectas teniendo la cabeza más grande y los brazos y piernas más gordos.

- Mira pequeño, ¿te has perdido?

Se acercó a aquél niño y de pronto los ojos de éste brillaron. Kyle salió disparado hacia el cielo dando vueltas hasta que se frenó casi rozando el final de la atmósfera.

- Eso ha sido un ataque telekinético.

Vio un brillo proveniente de la superficie y esquivó a tiempo el afilado tronco de árbol que le habían lanzado aunque no sin recibir un corte en el hombro.

- Eso duele. ¿No podemos hablar y...?

Ahora eras varios los brillos que vio desde la superficie, más de una decena. Kyle creó un gigantesco ventilador cuyas aspas convirtieron en serrín los troncos de los árboles. Descendió hacia la superficie a toda velocidad esquivando los restantes troncos y cuando estaba a justo un palmo de aquel niño vio por el rabillo del ojo una gigantesca roca que se dirigía hacia él. Levantó un escudo a su alrededor y aguantó el golpe lo mejor que pudo pero aún así se cayó al suelo.

- Vale, ahora sí que estoy cabreado.

Se levantó y vio que una docena de chicos como el anterior le rodeaban, todos con cara de pocos amigos. Kyle se concentró y entonces salidos de la nada notó unos brazos y piernas anormalmente largos y delgados que le aprisionaban en una llave. Sintió las húmedas manos de su atacante deslizándose hacia su cuello con una rapidez sobrehumana y actuó por instinto cerrando los ojos y dejándose llevar.

- Eres rápido -dijo su atacante-.

- Tú lo eres más. No había visto esa charca que tenía detrás.

Su atacante tenía las manos justo en su cuello pero a la vez Kyle había logrado crear un ninja que mantenía su espada en el cuello del atacante.

- ¿Eres K´hjaru Lionuyt Hbnuakoas Snmauilou Wqrtundfg?

- No. Soy K´hjaru Lionuyt Hbnuakoas Sm´a uilou Wqrtundfg pero los de tu clase solían llamarme el Lóbulo Blanco.

- No sé por qué, con lo fácil que de pronunciar que es tu nombre.

- No sabía que ahora los Linternas llevasen incorporado sentido del humor.

- Y tenemos seguro dental y todo. Los sindicatos hacen maravillas.

- No sé qué es un sindicato

- No sabes la suerte que tienes. Mira, no he venido a hacerte daño.

- Tu emblema me lleva a pensar lo contrario.

- Escucha, sé que tuviste un problema en el Cuerpo...

- Los Guardianes me echaron del Cuerpo y me exiliaron en esta bola de barro así que sí, tuve un problema con el Cuerpo.

- Pues enhorabuena, el Cuerpo quiere que vuelvas al servicio activo.

- Mientes, los Guardianes lo dejaron muy claro. No quieren volver a verme.

- Los Guardianes ya no dirigen el Cuerpo. Estás muertos.

- Ahora sí que sé que mientes.

- Muchas cosas han cambiado. Puedo mostrártelo si quieres. Vaaamos, tus niños tienen suficiente poder como para protegerte de mi.

El Lóbulo Blanco le soltó y Kyle deshizo el constructo que amenazaba su vida. Kyle pudo verle por primera vez con claridad. Medía cerca de dos metros y media, su piel era totalmente blanca y su cuerpo era totalmente esquelético con unos grandes brazos y unas delgadas piernas. No poseía ni nariz ni pelo y sus orejas estaban integradas en su cabeza donde sus estirados ojos eran de color negro.

- Eso está mejor -dijo Kyle-. Muy monos los niños.

- Estos "niños" son la causa de que esté exiliado en este planeta.

- Salaak no me quiso decir.

- ¿Salak? ¿Ese Slyggiano adorador de Guardianes sigue en el Cuerpo? No cuentes conmigo entonces.

- Oh vamos. Sé que es un grano en el culo pero queda muy poca gente con experiencia dentro del Cuerpo, por eso he venido a buscarte. Necesitamos que entrenes a la nueva generación de reclutas.

- ¿Yo? ¿Qué hay de Kilowog?

- Está muerto.

- ¿Kilowog y los Guardianes muertos? ¿Qué demonios ha pasado?

Kyle le contó toda la historia de la caída en desgracia de Hal Jordan y de cómo Malvolio lo había orquestado todo para hacerse con el poder de la llama verde. El Lóbulo Blanco atendía expectante.

- ... ¿sabes por qué fui expulsado del Cuerpo?

- Salaak no me lo quiso decir.

- Rompí las reglas. Escuché que los Psiones de Vega transportaban un cargamento muy importante. No le presté mucha atención hasta que vi un retrato de qué era lo que transportaba -dijo y señaló a los niños que les acompañaban-. Eran niños o lo que parecían niños. En realidad son los miembros de una raza llamada los Innombrables que tienen grandes poderes psíquicos.

- Y los rescataste.

- Así es. Entré en el sistema y ataqué a los Psiones. Casi provoco una guerra contra los Psiones. Los Guardianes me expulsaron inmediatamente y para calmar a los Psiones prometieron exiliarme en esta bala de barro.

- De eso ha pasado...

- Mucho tiempo. Pero no me importa, aquí soy feliz y no tengo que aguantar los deseos de los Guardianes.

- Ahora ya no están.

- El Cuerpo sigue siendo el mismo.

- No, no lo es. Tomamos nosotros las decisiones.

- ¿Y quién os ha elegido?

- Eh... estamos trabajando en ello. Pero escuchamos todas las opiniones.

- Entones, ¿estáis dispuestos a atacar Vega?

- ¿Qué?

- Si estáis dispuestos a atacar Vega, es una pregunta sencilla.

Kyle desvió la mirada. No esperaba que la decisión de este mañana le pasase factura tan pronto.

- No... aún no estamos preparados.

- Y nunca lo estaréis.

- Acabamos de reorganizar el Cuerpo. Alguien como tú nos vendría muy bien para entrenar a los nuevos reclutas. Salaak dice que Kilowog hablaba muy bien de ti como profesor.

- Kilowog era un buen amigo. Su muerte es...

- El Cuerpo te necesita.

- Los Psiones se cabrearán.

- Pues que lo hagan. Que nos den una excusa para atacarles.

- No puedo dejar a los chicos aquí.

- En Oa hay sitio para todos. Créeme, te prometo que no te arrepentirás.

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1.- En su serie de DCTopia, leedla ya.

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EL OJO DE OA

Hasta la próxima.

 
 
   
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