LINTERNA VERDE #150
La noche más oscura VIII
Guión:
Ben Reilly
Portada: Israel Huertas
Anteriormente en Linterna Verde: Malvolio ha trasladado a Kyle a Oa para asistir sin interrupciones al último acto de su plan, un plan que lleva forjándose desde hace años. Sin poder usar su anillo, Kyle escucha impotente cómo Malvolio relata todas sus manipulaciones. Malvolio está apunto de hacerse con el poder absoluto cuando...
Kyle comenzó a brillar y con una simple brizna de energía destruyó las cadenas amarillas que le aprisionaban.
- Ya es hora de patearte el culo.
- Eso es lo que tú te crees.
Enfadado por haber sido engañado, Malvolio desató todo su poder. Creó a su alrededor un ejército de criaturas amarillas que lanzó hacia Kyle. Éste esperó tranquilamente a que todas las criaturas se le abalanzasen hasta que quedó sepultado.
- No eres tan duro ahora, ¿verdad?
- Ejem
Malvolio miró a su espalda. Kyle estaba detrás de él, volando a escasos centímetros del suelo con los brazos cruzados y sonriendo.
- ¿Confuso?
Malvolio gruñó iracundo. Creó un gigantesco elefante que intentó sentarse sobre Kyle pero éste se apartó justo en el último segundo. Sin embargo la intención de Malvolio sólo era distraerle. Justo cuando Kyle se dio la vuelta para encarar de nuevo a Malvolio éste ya estaba sobre él con una espada amarilla en mano. La hoja penetró en pleno estómago de Kyle. La sangre empezó a brotar de la herida mientras Malvolio reía victorioso.
- No rías tan pronto.
Detrás de Malvolio, volvía a estar Kyle mientras que el Kyle al que Malvolio había herido desaparecía en una nube de plasma verde. Enfadado, Malvolio volvió a cargar contra Kyle y le asestó un tajo vertical con la espada que partió en dos mitades al Linterna Verde.
- Esta vez sí te he alcanzado
De nuevo Malvolio se equivocaba. Las dos mitades de Kyle parpadearon un segundo antes de convertirse cada una en un Kyle. Malvolio volvió a cortar cada una de ellas en dos pero éstas volvieron a formar varios Kyle. Furioso, Malvolio comenzó a cortar una y otra las diferentes versiones de Kyle hasta que hubo tres docenas del mismo.
- Ahora es nuestro turno.
Los Kyle rodearon a Malvolio. Todos construyeron varias figuras de plasma: dragones, centauros, alienígenas de todo tipo... todo lo que salían de la imaginación de Kyle se convertía en realidad. Ante semejante ataque, Malvolio creó una esfera a su alrededor pero pronto comprendió que los ataques de Kyle eran demasiado. Cada golpe a su campo de fuerza le iba debilitando más y más y peso a todos sus intentos no podía hacer nada. Al final su campo de fuerza simplemente desapareció y comenzó a sentir cada uno de los golpes que las construcciones de Kyle le propinaban hasta que cayó al suelo, herido y sangrando.
- ¿Cómo es posible? -dijo Malvolio-. La llama verde... debería haber sido mía.
- Nunca habría sido tuya.
- No sabes de qué hablas.
- Oh sí, lo sé. Libro de Oa, ¿recuerdas? -dijo Kyle señalando su cabeza y recordando a Malvolio que poseía todo el conocimiento del Libro-. Tengo todo el conocimiento de los Guardianes y sé que jamás habrías podido dominar la llama verde por ti solo. Tu alma retorcida y malvada te lo imposibilita, por eso sólo eres capaz de dominar la llama amarilla.
- ¿Qué más da lo retorcida y malvada que sea mi alma? El poder de la llama es simple poder.
- Te equivocas. Tú ya dijiste que era la fuerza de voluntad de todo el universo concentrada. Pero te equivocaste en el papel de la batería central. Cuando la fuerza de voluntad llega a la batería es salvaje, caótica. La batería actuaba como un filtro, separaba la fuerza de voluntad de aquellos que la usan para el bien de la de que aquellos que como tú la usan para infligir dolor. De todo ello resultan dos llamas, la verde y la amarilla. Los Guardianes no introdujeron una debilidad al amarillo porque quisieron, si a consecuencia directa de usar exclusivamente la llama verde.
- Pero si eso es verdad... que existen dos llamas, una que representa el bien y otro que representa el mal... tendría que estar a tu nivel.
- ¿Eso crees? ¿Qué te hace creer que en este universo hay más gente que se dedica al mal que los que se dedican al bien?
Malvolio calló. Si lo que decía Kyle era cierto ya no tenía ninguna posibilidad. Su plan siempre había sido absorber todo el poder de la llama verde en el anillo que Kyle tenía y luego robárselo fácilmente. No había previsto que Kyle pudiese llegar a transferir todo el poder de la llama a su interior junto con el Libro de Oa para poder operarlo. Ahora el anillo no le servía de nada, sólo era un absorbedor de energía.
Y entonces se dio cuenta de que aún tenía una oportunidad. Se levantó del suelo riéndose, era su última carta. Kyle por su parte le miraba desconcertada, ¿en qué estaba pensando?
- Deberías haberme rematado cuando pudiste, Rayner... pero nunca has sido muy listo, ¿verdad? Ahora todo será peor.
- ¿Qué es lo que vas a hacer?
- Te sonará -dijo Malvolio mientras alzaba el anillo-. En el día más oscuro, en la noche más brillante...
- NO TE ATREVAS -dijo Kyle a la vez que creaba una pequeña explosión que lanzaba a Malvolio por los aires-. No te atrevas a decir el juramento. No tienes derecho. Eres responsable de la muerte de decenas de miembros del Cuerpo.
- Sólo eran escoria. Indignos portadores del anillo... como tú. Pero te arrebataré el poder.
- Eso crees. Vamos a verlo.
Kyle comenzó a emitir energía en forma de brillo mientras que Malvolio apuntaba con su anillo hacia Kyle. Los dos comenzaron a recitar el juramento del Cuerpo a la vez.
- En el día más oscuro...
- ... en la noche más brillante...
- ... ningún mal escapará a mi vigía...
- ...que aquellos que adoran el mal...
- ... teman mi poder...
LA LUZ DE LINTERNA VERDE
El suelo de Oa tembló. Kyle desató todo su poder con una bola de energía verde que se expandía por momentos. Malvolio sujetó firmemente el anillo mientras absorbía todo la energía que Kyle le lanzaba. No era un duelo de poder a poder, era un enfrentamiento ente las voluntades de los dos contendientes. Tan simple como eso... sólo que las voluntades en lucha podían destruir montañas.
- Nnnnnnno puedes conmigo Rayner. Puedo absorber todo lo que me lances. Eres una rata callejera, no eres NADA.
- Tu sigue hablando y después me explicas cómo una rata callejera como yo te ha dado para el pelo.
Malvolio empezó a notar cómo su mano empezaba a temblar. Sentía que el anillo estaba al máximo pero eso era teóricamente imposible. Había sido diseñado para almacenar toda la energía de la llama verde. Rayner había acumulado energía durante meses. El anillo no podía sobrecargarse ahora... a no ser que Rayner estuviera creando su propia energía pero eso era imposible.
Temeroso de poder salir perdiendo si el anillo se sobrecargaba, Malvolio dividió su atención y creó varios constructos amarillos, demonios con alas que atacaron a Kyle por la espalda. Éste creó a su alrededor un campo de fuerza pero el anillo de Malvolio estaba absorbiendo demasiada energía y el campo era débil así que podía sentir cada golpe de las criaturas lo que debilitaba su concentración y hacía que Malvolio pudiese absorber con mucha más facilidad la energía que Kyle le lanzaba.
- ¡Has jugado una buena partida Rayner, eso te lo concedo! Pero al final, tú y yo solos... sabías como tenía que acabar.
Y por enésima vez en el día Malvolio habló de más.
- Tienes razón Malvi... tú y solos... realmente tiene mala pinta para mi. Por eso he traído a unos amigos.
Alrededor de Kyle comenzaron a dibujarse varias figuras. Primero eran borrosas, casi no se distinguían pero poco a poco fueron tomando forma. Kilowog, Tomar-Re, Arisia, Sinestro, Abin Sur, Graf Toren, Jack T.Chance, Tomar- Tu, Ke´Haan, Laira, Kreon, Boodikka, Priest... eres todos los Linterna Verde muertos de todas las épocas. Más y más miembros fueron creándose alrededor de Kyle, incluso los Guardianes fallecidos se unieron al grupo.
- Pero... ¿cómo?
- El Libro de Oa contiene también un fragmento del alma de todos los Linterna que han fallecido.
- Eso da igual... sólo son construcciones...
- Hijo...
- ¿Padre?
Un escuálido Linterna Verde de piel azul apareció justo detrás de Malvolio... era su padre, miembro del cuerpo alrededor del año 1600 y custodio del sector 1634. Por razones desconocidas, su presencia en la Tierra resultó en su enamoramiento de una humana y el nacimiento de un hijo en Inglaterra: Malvolio.
- Padre...
- Es hora de que te detengas.
- No eres real.
- Aún no es demasiado tarde.
- Cállate... ¡¡Cállate!! ¡¡Maldito seas Rayner!! ¡¡¡Para de una vez!!!
- Alguien tiene problemas con su padre, ¿eh?
- ¡¡Yo le quería!! Me contó todo sobre el Cuerpo pero en el fondo estaba celoso de mi, sabía que yo sería un miembro mucho más valioso para el Cuerpo. No tuve más remedio que matarlo cuando dormía y apoderarme de su anillo.
- ...
- Si no hubiese sido por ese maldito de Priest. ¡Todo esto no tendría que haber pasado! Tendría que haber sido el más grande Linterna de la historia, el Linterna definitivo...
- Ese puesto ya estará cogido.
- ¡¡¡Ahora no voy a rendirme!!! ¡¡¡Te sacaré los ojos y me los comeré Rayner!!! ¡¡¡La llama verde es mía!!!
Malvolio redobló sus esfuerzos por distraer a Kyle con sus constructor amarillos pero los Linterna Verde renacidos se los quitaban de encima con facilidad. Desesperado, Malvolio empezó a crear más y más constructos y eso hizo que su atención al anillo se desviase. El anillo empezó a echar chispas, el poder que intentaba absorber era demasiado. Era el final.
- Me has costado mucho Malvolio. Tanta muerte, dolor y sufrimiento y todo por un estúpido anillo. Pero yo no soy como tú. Ríndete ahora y podrás irte.
- ¡¡Jamás!!
Kyle no perdió más tiempo. Cerró los ojos y desplegó todo su poder al que se añadieron todos los Linterna Verde renacidos. El anillo de Malvolio se volvió inestable y estalló llevándose la mano de su portador. Malvolio intentó reaccionar desplegando todo el poder de su llama amarilla pero fue totalmente inútil. Su poder no era nada comparado con el de Kyle. Desplegar tanta energía en tan poco tiempo provocó una gigantesca explosión que se llevó a Malvolio.
La nube de polvo provocada por la explosión se fue disipando. Kyle estaba suspendido en el aire. Los Linterna Verde que había creado se fueron acercando. Kyle les sonrió, éstos le devolvieron la sonrisa de gratitud y luego desaparecieron dejando a Kyle contemplando cómo en el recientemente renacido Oa se había formado un gigantesco cráter que se extendía por casi la mitad del planeta.
- Si los de Greenpeace me ven ahora...
Totalmente exhausto, Kyle descendió a suelo firme donde se dejó caer y observó el cielo del planeta.
- Has hecho un buen trabajo.
- Tu ayuda me habría venido bien hace un momento, Hal.
- A mi me parece que lo tenías todo controlado.
Los dos se quedaron callados durante un rato.
- Bonito cielo -dijo Kyle-.
- Nunca me acostumbraré a los cielos de otros planetas.
- Ni yo. Entonces... ¿has venido a juzgar si soy capaz de manejar todo el poder de la llama verde?
- Sí.
- Ya me parecía a mi.
- Es demasiado poder. Y los conocimientos del Libro de Oa son...
- Inconmensurables.
- Yo iba a decir peligrosos.
- Podría cambiar tantas cosas. Tantos errores... podría enseñar a todas las razas del Universo a vivir en paz, podría curar todas las enfermedades, alimentar a los hambrientos... cambiar el Universo de arriba abajo sólo con pensarlo.
- Sí. Podrías hacerlo.
- Y habría gente que no querría cambiar. Los Malvolio, Luthor y Joker del universo que se negarían... incluso algunos como Batman. Y entonces les haría cambiar a la fuerza porque al fin y al cabo soy más sabio que ellos, tengo en mi poder el libro definitivo sobre el universo y qué sabrán ellos, ¿verdad? Nah, creo que paso, emperador del universo no quedaría bien en mi curriculum.
De un salto se levantó y se limpió el polvo del uniforme que estaba bastante roto debido al combate con Malvolio.
- Esto está hecho un asco -dijo y miró fijamente a Hal-. Pero podría traerte de vuelta, ¿sabes? Como último acto.
- Mi tiempo ha pasado. Hay que saber cuándo mirar hacia delante y buscar algo nuevo. Además, ya tengo un uniforme propio -dijo y volvió a lucir el clásico aspecto fantasmagórico del Espectro-. Buena suerte Kyle y recuerda: todo gran poder...
- Sí, lo sé... conlleva una gran responsabilidad, lo sé, compro Spider-Man, ¿sabes? O lo hacía hasta esa mierda de Mefisto. Eso sí que lo podría arreglar con un poco de magia verde, ¿verdad?
- Kyle...
- Sentido del humor cero Jordan -dijo antes de ver cómo Hal sonreía y desaparecía dejando a Kyle solo en el desolado planeta-. Creo que debería decir algo solemne, para la posteridad... Bueno, que se lo inventen en el futuro otros porque ya es hora de hacer que el Cuerpo de Linterna Verdes renazca.
Kyle posó la mano en el suelo. Tenía que ordenar sus pensamientos correctamente si quería todo saliese bien. Primero tenía que reconstruir Oa. No le gustaba el aspecto semidesértico, creó flora y fauna salida de su imaginación y mezclada con la de la Tierra, grandes bosques, lagos y mares. Oa no debía parecer un desierto si no un paraíso. Creó la Ciudadela de Oa, la zona principal del planeta, donde todo el Cuerpo se reuniría y donde se encontraría la biblioteca con el Libro de Oa. El edificio de la Ciudadela estaba especialmente integrado con el entorno de tal forma que parecía haber nacido y crecido en el planeta y no construido. La Batería Central se formó en el medio de la Ciudadela.
Y entonces llegó el momento definitivo. Transfirió todo el poder de la llama verde a la Batería. La energía recogida comenzó a fluir dentro de la Batería y acabó siendo expulsada hacia el cielo donde producía un efecto parecido al de la aurora boreal.
Kyle se levantó del suelo. En su mano lucía un anillo reluciente. Miró de nuevo a la Batería que durante un segundo pareció temblar hasta que expulsó miles de anillos de poder que iban en busca de sus portadores.
NUEVA YORK
A la que Jennie-Lynn Hayden sintió la suave brisa que provenía de la ventana saltó del sofá de su casa. Kyle acaba de entrar por la ventana y la primera impresión de Jen fue de horror. La ropa de Kyle estaba hecha harapos y el aspecto físico del joven no era mucho mejor. Tenía sangre alrededor de la boca y algunos moratones.
- ¿Estás bien? -preguntó Jen-.
- Me siento como si me hubieran dado una paliza... lo cual han hecho.
- ¿Qué ha pasado?
- Nah, ya no importa, todo está arreglado -dijo Kyle mientras le tiraba a Jen un anillo-. Toma, ponte esto, a ver cómo te queda.
Jen miró a Kyle extrañada pero lo hizo igualmente ante su insistencia. Colocó el anillo en su dedo y lo activó.
- ¡Eh un momento! ¿Pero qué es esto?
Jen se quejaba con razón. Cuando activó el anillo en vez de su habitual traje había aparecido el uniforme clásico de los Linterna Verde.
- No puedo cambiarlo. ¿Qué has hecho?
- Nueva normativa del Cuerpo: todos iremos con el mismo uniforme.
- ¿Estás de broma?
- En realidad sí. Cuando vayas a Oa podrás cambiarlo y personalizarlo a tu gusto... dentro de unos límites.
- ¡No me refería al uniforme, idiota! (aunque es bueno saberlo) Me refería a lo del Cuerpo.
- Me temo que vas a dejar de pertenecer a un club muy exclusivo para ser una más de miles.
- ¿Has rehecho el Cuerpo?
- Estoy en ello. John y Merayn deberían estar recibiendo sus anillos ahora. Tenemos que ir a Oa cuanto antes para reunirnos y planear los siguientes pasos.
- ¿Oa?
- Es una larga historia, créeme. Te la explicaré cuando estemos todos allí.
- ¿Vas a ir así?
- ¿Uh?
- Tu ropa. Está destrozada.
- Ah sí, claro. No me acordaba... ahora que lo pienso quizás debería hacer unos cambios para adecuarme a la nueva situación.
Kyle se concentró un segundo mientras visualizaba la nueva situación. En realidad llevaba un tiempo pensando en adoptar una nueva apariencia. Ahora necesitaba algo clásico, pero no demasiado. La zona del pecho pasó a ser verde aunque estrechó un poco su anchura. Recuperó el símbolo clásico del Cuerpo pero lo movió a la izquierda, donde el corazón y cambió el habitual fondo blanco por uno negro. Prescindió también de los guanteletes y de las perneras cambiándolos por simples guantes y botines de colores blanco y verde respectivamente.
- Listo. ¿Qué te parece?
- Chulo... pero te falta la máscara.
- Que va. Mira
Y Kyle salió por la ventana. Jen lo siguió pensando que se había vuelto loco y su sospecha se confirmó cuando vio a Kyle rodeado de gente, exponiendo su identidad públicamente.
- ¡¡¿Se puede saber qué demonios pretendes?!! -le gritó Jen-.
- Fíjate -dijo Kyle mientras cambiaba su traje por su ropa normal-.
La gente que le rodeaba de pronto se quedó sorprendida.
- ¿Eh? ¿A dónde ha ido? -preguntó un niño-. Linterna Verde estaba aquí delante y ya no está.
- A mi no me preguntes -dijo Kyle mientras volvía a cambiar a su vestimenta de LV-.
- ¡Ha vuelto a aparecer! ¡Ahora puede volverse invisible!
Kyle emprendió el vuelo desliéndose y dirigiéndose hacia el espacio.
- ¿Qué ha sido eso? -preguntó una muy curiosa Jen-.
- El resultado de que te burlases de mi máscara -bromeó Kyle-. Cuando reiniciaba el Cuerpo, instalé un pequeño filtro de percepción en los anillos. Aunque cambie delante de sus narices nadie me relacionará con Linterna Verde, simplemente pensarán que se ha ido.
- ¿Pero y las cámaras?
- La imagen de la cámara saldrá borrosa, pixelada, imposible de ver nada ni siquiera aunque la photoshopees.
- Pero yo te vi cambiar.
- Sólo porque yo quiero que así sea. Si no jamás te darías cuenta. Además la gente que ya sabe mi identidad no la olvidará, no tiene tanto alcance.
- Genial. ¿Y ahora qué hacemos?
- Nos vamos a Oa. Queda mucho trabajo por hacer.
EPÍLOGO 1
La reentrada fue casi catastrófica. El calor era abrasador, dominaba toda sensación de su ser. El impacto fue casi letal, produjo un impresionante cráter en el desértico planeta. Pasaron días, meses, no podía decirlo con claridad, hasta que alguien llegó al cráter. Parecía ser un adulto, aunque sólo medía metro y medio. Su piel era rosada, sus ojos totalmente azules y su cabello era plateado.
- ¿Pero qué es esto? Nunca he visto nada semejante. ¡Eh Owenx! ¡Mira lo que he encontrado!
Otro de aquellos seres se acercó. Casi parecían idénticos pero éste último llevaba lo que parecía un arma entre las manos, si pudiera alcanzarla.
- ¿Qué demonios? Esto no es de por aquí.
- ¿Tu crees? -se burló-. Debe haberse caído de alguna nave comercial.
- Como si alguien quisiese comerciar en Ranx.
- Espera, parece que quiere decir algo. Déjame acercarme.
- Nadie escapa... nadie escapa...
Y entonces sólo hubo gritos.
EPÍLOGO 2
Estaba muriéndose. Podía sentirlo. Las fuerzas le abandonaban y cada vez le resultaba mucho más difícil mantener el escudo de energía que le protegía del vacío del espacio. La muerte sería horrible pero hubiera sido prefería a lo que vino a continuación. No recordaba haber cerrado los ojos pero cuando los abrió, Malvolio vio a la peor de sus pesadillas.
- Nos prometiste la llama verde.
Demasiado herido, demasiado cansado para crear nada. Estaba indefenso. Si Rayner no se hubiera entrometido en sus planes la escena hubiera sido muy diferente.
- Te dimos conocimiento. Te prestamos a nuestros soldados. Y fallaste.
- Puedo... volver a intentarlo.
- Demasiado tarde. Las reglas han cambiado pero los Controladores sabemos adaptarnos.
Sintió que su piel quemaba de pronto, no sólo su piel si no todo su ser. Algo estaba pasado, se estaba transformando. La piel, era metálica y no carne. ¿Qué le estaban haciendo? ¿En qué lo estaban convirtiendo? ¿Y por qué de pronto no podía hablar?
- Debemos volver a Qward. Los anillos están ya listos. El Cuerpo de Linterna Amarilla debe nacer.
Malvolio, la Batería Viviente, gritó pero ya nadie podía escucharle.
EL OJO DE OA
Hasta la próxima.