La Segunda Guerra Mundial era ya una sombra que se desvanecía sobre Italia, no obstante el país estaba sumido en una grave inestabilidad política y social, bandas armadas y terrorismo asolaban el país en lo que se conoció como "los años de plomo" mientras en un pueblo de la Toscana vivía Franchesco Monaguigui, un niño regordete que en esos momentos no sabia lo que el destino le tenía preparado.

Vivía junto a su numerosa familia en una casa solariega, en ella residía el patriarca de la familia Don Monegasco Monaguigui abuelo del chico enviudado hacia ya un tiempo, quien siempre se había ausentado por motivos de trabajo pero que ahora por la escalada de violencia que se extendía por las urbes permanecía junto a su familia. En la casa también residían los padres del chico Vittorio e Isabella y sus siete hijos, todos varones a excepción de la pequeña y entre los que se encontraba Franchesco el tercero de la camada en nacer.

Su familia gozaba de una buena posición en el pueblo, su abuelo fue un erudito en su época quien marcho a Roma a dar clases en la universidad, mientras que su padre obtuvo el cargo de alcalde del pueblo además de liderar el sindicato de bebidas espiritosas y comerciar con la mistela que producían los monjes del convento local, entre los cuales se contaba el Padre Boqueroni, hermano mayor de Vittorio quien también oficiaba misa en el pueblo.

Franchesco no destacaba entre sus hermanos por ser el más fuerte o el más inteligente, pero tenia un don para pasar desapercibido y escaquearse de las regañinas de su madre cuando sus hermanos mayores le engañaban para cometer alguna travesura, quizás porque parecía un poco tonto y demasiado inocente.

Un domingo mientras estaban en misa irrumpieron unos miembros del GIS de los Carabinieri en medio de la iglesia.

-Monegasco Monaguigui queda arrestado por asociación ilícita- vocifero autoritariamente uno de los militares.

Todo el mundo permaneció encogido en silencio, pero Monegasco se alzo para entregarse pues sabía que esos militares no se andarían con chiquitas y harían daño a su familia de no hacerlo.

Mientras se lo llevaban, Franchesco que estaba en el altar vestido de monaguillo y que había permanecido con la boca abierta de par en par se lanzó corriendo a por su abuelo.

-¡Aparta mocoso! - Le dijo el militar propinándole una patada- ¿también quieres acabar como este viejo?

El abuelo impresionado por la valentía del jovencito a quien siempre había considerado que parecía tener algún tipo de retraso, le hizo reaccionar y como una ultima oportunidad de ponerlo a salvo ahora que los guardias estaban ocupados golpeando al niño, se arranco el medallón que llevaba al cuello y haciendo como que protegía al chico de los golpes se lo entregó a su nieto.

-Que San Dumas te proteja hijo mío- dijo mientras le dio el colgante disimuladamente.

-Harías bien rezando por ti, lo vas a necesitar.- le contestó el militar mientras lo separaba de un empujón y se lo llevaban detenido.

Fue la última vez que Franchesco vio a su abuelo, aunque lo recordaría siempre que mirara el medallón. También seria la última vez que viera los paisajes de la toscana italiana, pues su padre temiendo que él pudiese ser el siguiente sacó a la familia del país con ayuda de su hermano y algunos contactos que tenia, rumbo al nuevo mundo.

La familia Monaguigui dejo atrás toda su comodidad y opulencia y empezó una vida humilde en la ciudad de Gotham, pero pronto Vittorio se dio cuenta de que con un trabajo no podía mantener a toda su familia así que aprovechando que en aquella época tenia vigencia la ley seca se valió de sus contactos en Italia para el contrabando de bebidas alcohólicas y poco a poco y pese al riesgo que constituía Vittorio Monaguigui se fue haciendo un nombre entre las calles de Gotham, él no se consideraba a si mismo un mal hombre, solo proporcionaba un bien que se demandaba con el motivo de procurarle una vida cómoda a su familia, si no hay nada mas noble que eso ¡que baje Dios y lo vea! Pensaba el padre de familia.

Giuseppe el hermano mayor se dedico ayudar a su padre con el negocio mientras que los otros hermanos entraron al colegio, por suerte su abuelo se había preocupado de enseñarles ingles así que no tenían ninguna barrera idiomática para relacionarse con los demás. Aun así era habitual encontrarse en las clases a un boquiabierto Franchesco que se pasaba las clases observando a Maggy Berry una preciosa muchacha de ondulados cabellos dorados, cada vez que pensaba en ella el jovencito notaba mariposas en el estomago.

Pasaron los años y Franchesco o Franky como le llamaban en el instituto, era ya un jovencito bastante corpulento, por eso aprovechando sus capacidades físicas jugaba como defensa en el equipo de football del instituto, donde casualidades de la vida Maggy era la animadora jefe e iba a verle jugar todos los partidos.

Una noche después de que los Wildcats de Gotham se clasificaran para el campeonato estatal invitaron a Franky, a una fiesta para celebralo.

Pasada la media noche la fiesta pasó de ser un desmadre a un decadente panorama, todo el mundo iba borracho, se podía observar las latas de cerveza por el suelo, las botellas de whisky vacías entre basura y charcos de vómito decorando la casa de los Johnson.

Incluso Franky que solía ser abstemio se trajo de casa una botella de la mistela que fabricaba su tío en Italia, al ser el único alcohol que quedaba ya en la fiesta, una fuera de tono Maggy Berry que codiciaba un sorbo mas del cálido elixir de la alegría se arrimó a Franky con sugerentes movimientos para que le invitara a un trago, el orondo adolescente que estaba excitado por la idea de tener a la chica de sus sueños dispuesta a todo por una copa, no dudó en ofrecérsela, y cuando la chica hubo bebido y quiso besarle con promesas de brindarle una noche de sexo ebrio y desenfrenado, el joven recordando las palabras de su tío Boquerioni sobre la pureza y la castidad de las mujeres de buena fe, y pensando que convertiría a su preciosa amada en una ramera, detuvo a la chica de cometer tal acto impuro y la acompañó a casa.

Llegados al porche y antes de despedirse la joven le dio un beso en la mejilla, Franky notó que las mariposas de su estomago revoloteaban mas de lo usual hasta convertirse en un apretón de los gordos, así que salio corriendo dejando a la chica desconcertada. Desgraciadamente no llego a tiempo a casa y tuvo que apearse en unos arbustos cercanos.

Cuando se encontraron la siguiente vez, Maggy le dio las gracias por no dejarla cometer un error del que se hubiese arrepentido toda la vida. Franchesco sonrió satisfecho sin comprender que la chica en realidad le estaba ofendiendo.

Hubiendose graduado del Gotham High School la vida de los hermanos Monaguigui fue por diferentes caminos, Giuseppe el hermano mayor que no continuó sus estudios permaneció ayudando a su padre con el negocio familiar, Boqueroni el segundo hermano llamado así en honor a su tío siguió también los pasos de este y entró en un seminario para ordenarse sacerdote, Franchesco al no haber obtenido una beca de deportes no pudo entrar en la universidad, así que también decidió ayudar a su padre con el negocio, Anthony que parecía el mas dotado intelectualmente prosiguió sus estudios, Santino el quinto de los hermanos entró como pinche en un restaurante en el que fue escalando puestos, Angelo el menor de los varones fue a trabajar a unos viñedos propiedad de un amigo de su padre y la pequeña Luccia se caso con su novio de toda la vida.

Pero centrándonos en la vida de Franchesco cuando este entró a trabajar con su padre no tenia ni idea de que los negocios de este traspasaban los márgenes de la legalidad, su padre conociendo lo estúpido que podría resultar a veces su hijo decidió omitirle la verdad y prefirió que siguiera en la ignorancia por su propio bien, puesto que solía abrir la boca demasiado y algún día los metería en problemas.

Por eso los primeros años de Franchesco en el negocio transcurrieron entre fotocopias, grapas y archivadores, su padre lo tenia fuera de la acción pensando que si lo mantenía oculto en las oficinas ocupado con el papeleo no causaría ningún mal.

Su vida era francamente frustrante y a cualquier persona se lo habría parecido, pero no a él, estaba feliz de ayudar a la familia y que su padre le confiara todos esos importantes documentos como nominas, facturas y recibos, el se encargaría de que todo estuviese en orden, pero con el tiempo el desprecio con el que le trataban los otros empleados, así como su propio hermano comenzó a hacer mella en su felicidad habitual.

-Hey Franky, ¿aun no has ordenado esos papeles? Joder mira que eres lento, te dije el otro día que lo tuvieras listo para hoy.

-Franky cojones ¿aun sigues aquí? Va que tenemos que cerrar el chiringuito.

-Franky ¿te puedes quedar a realizar tú el inventario? Es que es el cumpleaños de mi mujer.

- ¿Que coño estas mirando con la boca abierta? ¡Cago en la puta, Franky, ponte a trabajar!

- ¿A que coño huele aquí? ¿No te habrás cagado encima, Franky?

- Como se nota que eres el hijo del jefe Franky, un papanatas como tú no duraría ni una noche en las calles.

Frases hirientes como estas, tenia que soportarlas todos los días, rezaba para que algún día su padre reconociera todo su trabajo y le concediera algún puesto de confianza junto con su hermano para que los demás le respetaran.

Aunque para infortunio de Vittorio, ahora mas conoció como Don Vito, ley seca se derogó al poco empezar a despegar su imperio, esto no le supuso ningún problema añadido pues sus negocios comenzaron a diversificarse, en la comercialización de falsificaciones de productos de lujo, el trafico de armas, las extorsiones a los comercios locales y mas recientemente a la especulación inmobiliaria, este ultimo negocio surgió de la asociación con otros "empresarios locales" como Lew Moxon y Charles Fatower.

La relación entre estos tres hombres era peculiar pues se basaba solo en el más puro interés económico, Lew Moxon era un granuja al que no le importaban los medios usados para conseguir un fin, y aunque la edad y el dinero le habían forjado como un hipócrita que aparentaba ser honrado ante los demás, sus métodos crueles le hacían ser respetado por quienes realmente le conocían.

Por otro lado Michell Fatower era mas de lo mismo, frente a todos era un respetable arquitecto pero realmente se valía de sobornos y chantajes a funcionarios y propietarios de solares para su negocio especulativo, de hecho consiguió edificar por un precio irrisorio dos colosales torres de oficinas en el centro de Gotham que serian conocidas en honor al arquitecto como las Fat Towers.

Vittorio los despreciaba y no confiaba plenamente en ellos por no pertenecer a "la familia" pero era gracias a ellos que consiguió superar el bache económico cuando se derogó la ley seca, cuando Moxon le propuso que montara una serie de contratas para blanquear el dinero de sus negocios turbios que a su vez asistirían a su constructora la cual edificaba los edificios de Fatower.

La relación de beneficio mutuo entre los tres empresarios gozó de gran respeto y se afianzaron con gran poder en la ciudad de Gotham, mientras que Vittorio le proporcionaba mano de obra barata para la constructora de Moxon, este le proporcionaba armas, las cuales eran usadas por los camorristas del Don para extorsionar negocios y propietarios, además le permitía usar vehículos de su empresa de transportes para realizar el contrabando, por otra parte los contactos de Moxon en los burdeles le proporcionaban mujeres para chantajear a los funcionarios y que Fatower obtuviera licencias y recalificaciones de terrenos, los solares de los cuales compraban a un precio por debajo del de mercado pagando en negro la diferencia mas la comisión, y luego vendía a un precio mucho mas elevado encareciendo determinados barrios para aumentar la burbuja inmobiliaria y poder seguir especulando mientras lavaban el dinero negro.

Este dinero que obtenían era blanqueado también en negocios de apariencia limpia como restaurantes, o pequeñas empresas como la reprografia en quiebra que compro Vittorio y de la cual obtendría rentabilidad usándola para imprimir pequeñas partidas de dinero falso en billetes pequeños para no ser detectados.

Una noche volvieron a dejar a Franchesco solo en la oficina cuando unos hombres encapuchados forzaron la puerta y entraron con intención de robar, Franchesco los pilló in fraganti y les amenazó con llamar a seguridad, uno de ellos le dio un fuerte puñetazo en la cara, mientras el otro sacaba una navaja, al verlos dispuestos a matarlo todo el miedo que tenia se le concentró en el estomago haciendo que se cagara encima y desmayándose en el acto, los asaltantes siguieron con su faena hasta que fueron interrumpidos por un vigilante de seguridad armado del edificio y salieron huyendo.

Al día siguiente tras la llamada del guardia de seguridad Don Vittorio entró a la ofinia y vio un espectáculo dantesco, todo lleno de papeles esparcidos y a su obeso hijo tirado en el suelo con un ojo morado y desprendiendo un olor nauseabundo.

-¿¿¿Franky que cojones ha pasado aquí??? - grito su padre mientras lo zarandeaba.

- ¿Papa?- pregunto desorientado mientras recobraba la conciencia.

-Hijo quiero una explicación sobre lo que ha pasado aquí.

- Pues verás, entraron unos ladrones, intenté detenerlos pero me atacaron y...

-¿Qué se han llevado?

-Uuuhhhm... ¿Papeles? - dijo mirando a su alrededor.

- Mierda estoy acabado como esos documentos salgan a la luz todos iremos a la cárcel, mierda Franky, joder la has cagado... ¡te has cagado encima! Eres la deshonra de la familia, ve a cambiarte y luego vuelve a comprobar que es lo que se han llevado.- dijo mirando severamente a su hijo.

-Muchachos, mientras nosotros nos encargaremos de encontrar a quien ha hecho esto y hacérselo pagar. - Dijo Don Vittorio a sus hombres.

Fueron días duros para Franchesco, toda la tarde después de trabajar se sentaba en un banco del parque con una botella de mistela y una caja de magdalenas y no dejaba de comer y beber mientras lloraba. Un día se le acerco un hombre de aspecto bastante mayor.

-¿Ey Franky que te pasa?

- ¿Me conoce señor? - dijo Franchesco que se había quedado con la boca abierta llena de restos de magdalenas por masticar.

-Perdón por mis modales, no me he presentado, me llamo Lew Moxon y soy asociado de tu padre.

- Ahhh vale.

-No tienes muy buen aspecto - le pregunto el empresario.

-La verdad es que he tenido una mala racha, el otro día entraron a robar en la oficina de mi padre y me atacaron y encima ahora me culpan a mí, bueno en verdad siempre he tenido mala suerte, todo el mundo se porta mal conmigo y no me valoran lo suficiente.

-Franky, la gente no te valora se ve a la vista que tienes talento para los negocios y además tienes un físico imponente, no entiendo porque no te respetan, y mas siendo el hijo de uno de los mas poderosos criminales de la ciudad.

- ¡Mi padre no es un criminal, es un empresario!

-Bueno Franky, verás, yo también soy empresario -dijo haciendo sonar un chasquido con la boca - y a veces en los negocios hay que ser competitivo, o comes o te comen, no tiene nada malo, y tu pareces tener mucho apetito, seguro que te gustaría que te respetaran mas, tener mas poder, y ser alguien de quien su familia se sienta orgullosa.

- Si exacto eso es lo que quiero.

-Pues veras, hay una forma muy sencilla de obtener todo eso, piensa en todo lo que te ha ocultado tu padre, nunca te ha dicho la verdad, ni te ha ofrecido ninguna oportunidad de demostrar que eres responsable, es mas piensa que eres tan estupido, que ha dejado a tu alcance documentos de gran importancia pensando que no sabrías que hacer con ellos, documentos que en las manos adecuadas podrían ser usados para digamos, hacerle cambiar el testamento a tu favor- dijo guiñándole un ojo.

Don Vittorio estaba sentado en su despacho pensativo en todos los problemas que se le iban a venir encima si no aparecían esos documentos, cuando de repente apareció por la puerta su hijo con movimientos torpes, y una sonriente boca abierta.

-¡Papa ya he encontrado los documentos que buscabas!

- Bien hijo, dámelos, parece que habrá que ponerlos a buen recaudo.

- Ya lo están, y si no quieres esos documentos aparezcan y te muerdan en el culo mas vale que cambies el testamento a mi favor.

- Franky no me vengas con chorradas, y dámelos que no estoy para bromas.

- Nada de Franky, para ti y los demás ahora es Franchesco, y si piensas que no lo voy a hacer te equivocas, los tengo a buen recaudo, si me pasara algo esos documentos salen a la luz, si no cambias el testamento, los documentos salen a la luz, mi vida es un asco por tu culpa, así que no tengo nada que perder y un imperio que ganar.

Don Vittorio estaba estremeciéndose de terror, ¿como puede ser que esa bola de sebo inofensiva que siempre había estorbado ahora le tuviese contra la espada y la pared? No tenia lógica ninguna, seguramente alguien estaba tirando de los hilos de su hijo.

-Vamos hijo, sabes que te quiero y algún día el negocio será tuyo y de tus hermanos...

-Lo siento papa -dijo cortándole bruscamente- pero me educaron para ser así.

Ante el shock que le supuso esta inesperada traición accedió frente a la demanda de su hijo, y formalizaron la herencia ante notario.

Unos días después de que se nombrase a Franchesco heredero absoluto los bienes de Vittorio Monaguigui, este sufrió un accidente de tráfico.

Ahora Franchesco dirigía todo un imperio criminal ¿Pero que hacer con él? Por suerte siempre podría contar con su amigo y ahora socio el señor Moxon.

Al día siguiente Moxon se pasó por las oficinas de Franchesco.

-Franchesco, mi más sentido pésame. Después del desgraciado accidente de tu padre, que te parece si para olvidar un poco lo mal que lo pasabas aquí no trasladas tu despacho a las Fat Tower, son unos de los edificios mas imponentes de Gotham y tanto yo como mi otro socio Fatower, ya tenemos nuestros despachos allí, ¿que te parece venirte con nosotros? tendrías una planta entera para ti y yo estaría cerca por si quieres pedirme consejo, yo por la amistad que me unía a tu padre me veo obligado a acogerte como a un hijo y a ayudarte a que tu imperio crezca.

Franchesco estaba tan emocionado, por todo lo que le estaba pasando que pasó por alto muchas de las incoherencias que su socio Moxon le había estado diciendo.

Así Monaguigui, se fue influenciando cada vez más del carácter taimado y cruel de Moxon, y dejando de ser aquel inocente niño regordete para convertirse en un criminal sin escrúpulos.

Un tiempo después estando en el torneo de Wimbeldon viendo disputar un encuentro a Rafa Nadal, tenista por quien sentía gran simpatía debido a que pensaba que ambos gozaban de unos esplendidos bíceps, cuando una llamada del propio Moxon le alarmó.

-Franchesco tienes que volver, ha sucedido algo inimaginable, a nuestro socio y amigo Fatower le ha detenido la policía por no se que trama de corrupción. Vamos tienes que volver tenemos que eliminar todo lo que nos implique con él.

Franchesco se puso tan nervioso que tuvo que salir corriendo dirección al lavabo. Una vez acabó su urgencia, se dirigió inmediatamente a Gotham.

-Franchesco, no pasa nada creo que lo tenemos todo en orden, no pueden relacionarnos con el, además por fortuna tu empresa adquirió los bienes inmuebles y yo guardo todo su capital en diversas empresas tapadera así que no podrán embargarle nada.

- Menos mal Moxon, por suerte Fatower saldrá de esta. - dijo un aliviado Monaguigui.

Pero no salió. Unas semanas después fue asesinado en la cárcel y su familia se quedó en la ruina, debido a que todas las propiedades de Fatower estaban a nombre de Moxon o Monaguigui.

Lew Moxón vio como su plan estaba tomando forma, ahora controlaba los negocios de los Fatower y Monaguigui, podría decirse que era el hombre más poderoso de la ciudad, el empresario más influyente de Gotham... pero no era cierto, había alguien que le superaba, Thomas Wayne.

Ansiaba por encima de todo acabar con él y su negocio, había tratado muchas veces de apoderarse de las industrias Wayne, pero nunca lo consiguió por mas métodos sucios que usara, incluso hace una década la noche de halloween ese mamarracho de Wayne le humillo disfrazado de bicho volador¹. Ahora era el único obstáculo que le separaba de controlar Gotham en su totalidad y estaba dispuesto a acabar con él, no importaba ni que tuviese un niño un poco menor que su propia hija, acabaría con todos y no dejaría cabos sueltos.

Se puso en contacto con Joe Chill, un matón que hacía tiempo hacia trabajillos con él, se rumoreaba que necesitaba el dinero y haría cualquier cosa por conseguirlo. Pero algo extraño sucedió².

Un tipo disfrazado empezó a hacer preguntas sobre Chill. ¿En que estaba metido ese estúpido? Arruinaría sus planes, tenía que acabar rápido con esto y no dejar cabos sueltos. No le quedó más remedio que recurrir a Jack Napier el mas frio y eficiente sicario que conocía, si bien es cierto que su precio era excesivamente caro, merecería la pena por los beneficios futuros, primero acabaría con Chill, luego iría a por los Wayne y si lo encontraba acabaría también con el encapuchado que le atacó en su empresa recientemente.Pero algo salió mal.

Napier falló. El encapuchado los salvó y detuvo a su sicario. No solo eso sino que además reunió pruebas que le implicaban en el intento de asesinato y la policía fue a detenerle. Una vez más un idiota disfrazado le había humillado.

Estando ya en prisión Franchesco le hizo una visita a su socio.

-Franchesco, amigo, que revés a dado la vida, un día lo tienes todo y al día siguiente estas pudriéndote en la cárcel... te he enseñado bien, mientras que yo esté aquí cumpliendo condena quiero que cuides de mis empresas, sabes que confió en ti, pero quizás deberías buscarte a algún ayudante que te ayude con las cuestiones técnicas, tranquilo ordenare a mis encargados de recursos humanos que localicen al candidato ideal.

-Moxon, tranquilo, confía en mí soy capaz de llevarlo yo solo, ¿recuerdas? ¡Tú mismo dijiste que tengo olfato empresarial!

-Sí claro...-contestó poniendo los ojos en blanco y suspirando.

Un tiempo después desde recursos humanos le enviaran a Monaguigui el perfil de 3 posibles candidatos, Franchesco solo vio el primer perfil, pues se quedó prendado al ver la fotografía de la primera candidata, y tiró las demás, era una joven rubia, atractiva, además era muy inteligente y sabia técnicas de defensa personal que incluso le podría servir de guardaespaldas.

Fue a verla, a intentar seducirla con un puesto que le pudiese interesar pero le rechazó descaradamente³. El mona estaba que trinaba, si no la podía tener a ella no tendría otro ayudante, él mismo se encargaría de llevar el negocio.

Desde la cárcel Moxon lo dirigía, y Franchesco hacia lo que podía, pero aun así año tras año estaba perdiendo una importante cuota de negocios frente a otros capos del crimen que también querían sacar su parte de tajada en Gotham.

Lew Moxon, frustrado al ver la incapacidad de Franchesco para dirigir correctamente su imperio, le encargo como prueba que se encargase de acabar lo que él empezó con los Wayne. Franchesco puso su mayor empeño en ello, lo planeó todo al milímetro para que pareciese un accidente, solo faltaba enviar a sus hombre a hacer el trabajo sucio y esperar sentado los resultados.

-Don Franchesco, ya hemos manipulado el vehiculo como nos dijo, esta tarde los Wayne han muerto.

-Excelente- contesto con una expresión malévola nunca vista antes en su rostro.

Aunque al día siguiente leyendo el periódico se dio cuenta de que había vuelto a fallar, los Wayne seguían vivos y en cambio había muerto una familia inocente. Moxon le llamó desde la cárcel exigiéndole explicaciones por aquel fracaso.

-Lo siento Moxon, siento defraudarte después de lo que has hecho por mí, pero no puedo llevarlo solo.

- ¿No te dije que contrataras un ayudante? ¿Porque no contrataste a uno de los candidatos?

-Solo había uno que merecía la pena, Trizia Goblin, es perfecta, pero trabaja para la policía, además me insultó y me despreció, nadie me falta el respeto, ya no.

-Cierra esa bocaza y trágate tu orgullo Monaguigui, aquí lo más importante es el dinero, y lo estamos perdiendo. ¿Quieres a esa Trizia Goblin? Pues la tendrás no se hable mas, eso si, no consentiré otro error más.- Dijo Moxon mientras colgaba el teléfono.

Franchesco estaba consumido por la ira, ordenó a uno de sus mas fieles hombres que se encargara de ejecutar a los que habían fracasado en el atentado contra los Wayne, algo había cambiado en él ahora se había vuelto totalmente despiadado, ni siquiera se había dado cuenta de lo que el poder había hecho mella en su carácter. El mona se sentó en su butaca y confiando en las palabras de Moxon esperó a que Triza entrase por la puerta en cualquier momento.

Y así fue, Trizia regreso a él aceptando el trabajo y aunque su trato hacia él era irrespetuoso, compensaba con creces su eficiencia en el trabajo, sus negocios estaban boyantes y nada parecía ir mal, además si todo iba bien dentro de unos años el señor Moxon volvería y todo seria como antes, o incluso mejor ahora que tenían a Trizia, nada podía ir mal a partir de ahora.

1.- En Batman: los Archivos Negros, editado por Planeta De Agostini.

2.- Como se ha podido ver en el mítico Clásicos DC: Batman Nº 6 .

3.- Puedes leer la historia completa en el número anterior

CARTAS CALLEJERAS

Esta serie de especiales está teniendo una excelente acogida por parte de los lectores. Pese a que, en teoría, carece de periodicidad prefijada, aquí seguimos mes a mes ofreciendo relatos que van ampliando el mundo de Batman: La Leyenda.

MarvelTopia Leído el origen de Trizia... motivas bien al personaje, me ha gustado... te va a venir bien esta serie, eh? :)

Muchas gracias!! Trizia Goblin, pese a que ahora se va a tirar unos numeritos fuera de combate en la serie regular, va a ir cobrando un progresivo protagonismo en la colección y para que la gente vaya familiarizándose con ella y con su scope era de rigor dedicarle un especial a su origen.

Cristian Cobo Gimenez jajaja por mucho que lo lea me sigue pareciendo muy... como decirlo? dramático, triste, trágico creo... y más sumado al tipo de narración esta que usas en la historia es tan triste que me hace reír, igual que con el "bin laden" de tomas, menudas risas me pego yo leyendo XD

Lo bueno que tiene está serie es que cada especial es un mundo y tienen cabida multitud de enfoques dependiendo de en que personaje se centre el relato. Aquí siempre toca, sino un pito, una pelota. XD

Y hasta aquí hemos llegado. Lo que siempre os digo podéis enviar vuestras dudas, comentarios, impresiones, cheques en blanco al portador a davidguiradoalzira@hotmail.com o bien podéis visitar el grupo de facebook de Marveltopia.