Bruce y Alfred acababan de llegar al Hospital de Gotham. Durante el trayecto, apenas conversaron. Pese a su habitual estoicismo y mordacidad el mayordomo todavía no había asimilado el hecho de que su joven amo era en realidad Batman, el héroe que desde hacia poco tiempo se ocupaba de velar por la seguridad de Gotham¹.

El viaje hasta el hospital desde la mansión Wayne apenas duraba quince minutos, pero a ambos se les hizo eterno. En especial a Bruce, quien tras oír de boca de Alfred, entre balbuceos, que es lo que le había sucedido finalmente a su padre

Hacía apenas unos momentos, Bruce había estado peleando por su vida contra John Corben², sin embargo, eso no le había preparado para lo que estaba a punto de encontrarse.

Bruce y Alfred, llegaron a la puerta de la habitación que había estado ocupando Thomas Wayne. Al ver la cara de su hijo magullada su madre le pregunto con un tono de preocupación que le había pasado, pues contempló como Bruce tenía heridas en la cara, fruto de la pelea con Corben³.

- Hijo, ¿qué te ha ocurrido en la cara?- preguntó Martha Wayne.

- Para desahogar tensiones por lo ocurrido, he estado un rato en el club de deporte y me temo que se me ha ido la mano con el boxeo- mintió Bruce- Pero lo importante ahora es Papá, ¿Cómo se encuentra?

- ¿Por qué no lo compruebas tú mismo, hijo?- se escuchó desde dentro de la habitación.

- ¿Papa? ¿Estás bien?- dijo Bruce entrando en la habitación con cara de felicidad.

- Hace falta más para acabar con un Wayne- sonrió Thomas- Además, la doctora Thompkins me ha cuidado bien. Y tú madre tiene razón. Vienes hecho un Cristo.

- Papa, como tú mismo has dicho, hace falta más para acabar con un Wayne- fue la contestación de Bruce Wayne.

Tras esto, Thomas, Martha y Bruce, se fundieron en un abrazo. Alfred se quedó un poco reticente, pero no pudo evitar sonreír al contemplar esa escena.

Pasaron un par de semanas en las que las apariciones de Batman disminuyeron. De vez en cuando Bruce contestaba las llamadas de Gordon y detenía a algún ratero, pero principalmente estaba ocupado cuidando de su padre en la Mansión Wayne, mientras este se recuperaba de las lesiones.

Incluso Moxon y Monaguigui han estado más quietos de lo habitual.

Una agradable Vicky Vale se pcupo de permanecer al lado de Bruce durante la convalecencia de su padre, cosa que Bruce le agradeció al necesitar una amiga a su lado.

Tan solo enturbiaba el ambiente el que Alfred se había distanciado de Bruce. Ni siquiera habían hablado del hecho del descubrimiento de la doble identidad de su joven señor. Simplemente, Alfred trataba de forma distante a Bruce.

Una noche, Chucky Sol volvía a casa tras un duro día. En los tiempos en que Moxon era el líder indiscutible de los bajos fondos de Gotham. Sin embargo, todo cambio cuando Moxon empezó a tratar con Monaguigui.

Pese a que Chucky se había dedicado toda su vida a trabajar para Moxon, cuando llegó la hora de elegir un hombre de confianza, se decantó por Franchesco Monaguigui. Chuckie seguía realizando pequeños negocios para Moxon, pero su descontento por su jefe no había más que crecer. No obstante, pronto iba a dejar de ser un problema.

Cuando Chucky iba caminando por un callejón para adentrarse en el viejo edificio donde tiene la oficina en la que se dedica a trapichear.

De repente, el callejón se llenó de un incesante humo de color gris, invadiendo todo el espacio vital de Sol.

- Chucky Sol, ha llegado la hora de que pagues- dijo una voz grave.

- ¿Quién quiere saberlo?- respondió el criminal mientras sacaba su pistola.

No recibió respuesta. El silencio se apoderó del callejón mientras que Chucky daba vueltas alrededor de si mismo apuntando sin ton ni son a su alrededor.

- Chucky Sol, vas a pagar lo que has hecho- exclamó la voz tenebrosa.

El criminal disparó en dirección a la voz que había oído, para encontrarse con que había disparado al vacio.

De repente, una sombra apareció a través de la niebla, destacando una calavera que portaba un manto de color rojo. Chucky se quedó petrificado sin poder reaccionar.

- Vas a reunirte con tu creador- amenazó el ser de la calavera.

Nervioso, Chucky Sol apuntó su arma hacia esa aparición, con la intención de dispararle. Acción que no pudo realizar ya que una guadaña cortó rápidamente su arma, sin que Chucky tuviese tiempo para reaccionar.

- ¿Quién demonios eres?- pregunto un asustado Sol.

- Soy lo último que vas a ver en la vida- contestó el ser fantasmagórico.

La guadaña de la criatura del manto rojo se levantó de nuevo, solo que esta vez no buscó cortar ningún objeto sino la garganta de Chucky Sol.

Bruce Wayne se encontraba en la Mansión Wayne. Sus padres ya se habían ido a dormir, puesto que Thomas debía guardar reposo en un tiempo prudencial.

El último par de semanas, Alfred había estado rehuyendo quedarse a solas con Bruce, y este no soportaba ver como el mayordomo que había llegado a apreciar como a un miembro de su familia se alejaba de él.

- Alfred, tenemos que hablar- dijo Bruce a su mayordomo.

- Amo Bruce, ¿desea alguna cosa? ¿Un refrigerio, quizás?- preguntó Alfred.

- Alfred, me gustaría que hablásemos del asunto que ya sabes- insinuó Bruce Wayne.

- Amo Bruce, yo no soy quien para discutir con usted de sus aficiones más peculiares- replico Alfred.

- Venga, Alfred. Quiero que me digas lo que piensas realmente. Si, soy Batman. Viste lo que viste. Es inútil negarlo- dijo Bruce.

- Amo Bruce, si usted quiere vestirse de rodeador volador, no es cosa mía- contesto un impasible Alfred.

Antes de que Bruce Wayne pudiese contestar a Alfred, este se retiro a sus aposentos. Bruce no sabía que podía hacer para poder comunicarse con su mayordomo y amigo.

En las Fat Towers, Moxon y Monaguigui se encontraban en el despecho del primero.

- Bueno, Monaguigui. Por fin ha llegado el día. Después de un par de semanas, por fin hemos podido localizar a Jack Napier- sonrió Moxon satisfechó.

- Moxon, tarde o temprano todo sale a pedir de boca- dijo Monaguigui.

- La pena es que Trizia no se encuentre disponible hoy, para la reunión con Napier- se apenó Moxon.

- Tenía asuntos personales que resolver- la excusó Monaguigui- Además, me tienes a mi aquí para tratar con Napier.

- Miedo me da eso, Monaguigui- confesó Lew Moxon- El esperpento y tú vais últimamente muy ligados de la mano. Sobretodo desde que Batman entró en escena.

- A tomar viento- refunfuñó Franchesco Monaguigui.

- Bah- se rió Moxon- No te enfades, Franchesco, estoy de broma.

- No me gustan las bromas, Moxon. Deberias saberlo- replicó Monaguigui.

- A mi tampoco me gustan nada las bromas- se oyó al fondo de la habitación.

Era Jack Napier, un hombre estilizado de unos cuarenta y muchos años, el cuál iba muy elegantemente vestido.

- Hombre Jack, cuanto tiempo- saludó Moxon.

- No se si el suficiente- contestó Napier.

- Así que tú eres el temible Jack Napier- apuntó Monaguigui- No me impresionas.

- No pretendo hacerlo, gordito- fue la respuesta de Jack- Solo pretendo hacer lo que se me mande. Moxon y yo tenemos una gran tradición de trabajos juntos.

- Si, Jack- confirmó Lew Moxon- Como cuando te mande asesinar a Joe Chill⁴.

- No me lo recuerdes. Después de eso, ese misterioso ser alado se ocupó de que acabará en prisión. Aunque parece ser que ha vuelto- dijo Napier.

- No es él. O al menos, eso pensamos. Parece que este "Batman" es más joven- contestó Moxon.

- Precisamente se trata de Batman por lo que te hemos llamado. Tan profesional que eres y has tardado dos semanas en dar señales de vida- se quejó Monaguigui.

- No me provoques, obeso- insultó Napier- Tenía asuntos que resolver en otros lugares, como por ejemplo Star City. Hace un par de semanas que volví a Gotham, pero he estado ocupado. Estoy muy solicitado. Lo que no se puede decir de ti, gordito.

- Basta de cachará- se impuso Moxon- Jack, te necesitamos para que te ocupes de Batman. Aunque no se trate del mismo con el que te encontraste hace años, tómatelo como una pequeña venganza.

Antes de que Napier pudiese decir algo, Trizia Goblin entró a toda prisa al despacho de Moxon.

- Vaya, esto hoy parece el 13 Rué del Percebe. Todo el mundo entra sin llamar- señaló Monaguigui mirando furtivamente tanto a Trizia Goblin como a Jack Napier.

- Como he dicho antes, no me gustan las bromas, boliche- gruñó de nuevo Napier a Monaguigui.

- Si habéis acabado de hacer el ganso, traigo noticias- dijo Trizia Gobin- Estaba ocupada resolviendo unos asuntos personajes cuando me he enterado que Chucky Sol ha sido asesinado brutalmente.

- Es una autentica pena- comentó Moxon- Sol era uno de mis más antiguos colaboradores. ¿Cómo ha sido, Trizia?

- Parece ser que le han cortado la cabeza- respondió Trizia.

Monaguigui se levantó y abandonó a toda prisa la habitación, con dirección al servicio más cercano.

- Jack. Cuando acabes con Batman, quiero que también te ocupes del asesino de Chucky- ordenó Moxon.

Jack Napier sacó de su bolsillo una baraja de cartas y las barajó mientras se tomaba un momento para contestar.

- Ok, dalo por hecho- contestó Napier mientras agarraba la carta del Joker de la baraja.

Aprovechando que sus padres se habían dormido y que Alfred se había retirado a sus aposentos sin querer conversar realmente con él, Bruce Wayne se había puesto su traje de Batman y se encontraba patrullando Gotham. Fue un acto proverbial, puesto que recibió una llamada telefónica del Comisario Gordon.

- Buenas noches, Comisario. ¿En qué puedo ayudarle?- preguntó Batman al teléfono.

- Buenas noches, Batman. Lamento molestarte a estas horas, pero han encontrado muerto a un criminal habitual de la ciudad, Chucky Sol. Su cabeza estaba separada de su cuerpo, cortada por un objeto afilado- dijo Gordon.

- Cualquier muerte, incluso la de un criminal, es una tragedia-contestó Batman.

- Coincido contigo, Batman- le dio la razón el Comisario- Nuestros mejores técnicos forenses están en ello. Tú solo mantente alerta, y si ves algo extraño o sospechoso, confió en que puedas ocuparte de ello.

- No lo dude, Comisario- dijo Batman antes de colgar.

Se avecinan tiempos interesantes para la ciudad de Gotham, aunque quizás todos los implicados no eran conscientes del todo de ello antes de que terminen los acontecimientos que se estaban poniendo en marcha.

Franchesco Monaguigui y Trizia Goblin se encontraban en las Fat Towers en el despacho del primero.

- Mona, no sé si te habrás dado cuenta, pero ese tal Jack Napier puso una cara rara cuando recibió la noticia de la muerte de Chucky Sol- dijo Trizia Goblin.

- Ni idea, Trizia- contestó Monaguigui mientras se servía un vaso de Mistela.

- Eso es lo que admiro de ti, Mona, Tu gran capacidad de observación- se burló Goblin.

- ¿Insinúas algo?- se indignó Monaguigui.

- Además de que cada vez que abres la boca o vas al baño pierdes alguna neurona, que Jack Napier oculta algo- dijo contundentemente Trizia Goblin.

Franchesco Monaguigui se quedó con la boca abierta mientras que Trizia Goblin sonrió maliciosamente.

Batman seguía patrullando por la ciudad, buscando alguna anormalidad, cuando recibió otra llamada, esta vez a su móvil personal de Bruce Wayne. Temiendo que su padre hubiese sufrido alguna recaída o similar, contesto sin dilación esa llamada.

- ¿Digame?- dijo Bruce.

- Bruce, soy Vicky. ¿Te pillo en mal momento?- preguntó la voz al móvil.

- Para nada- contestó Bruce mientras irónicamente se balanceaba con su cuerda y gancho.

- Sé que es tarde, pero me preguntaba si te apetecía que quedásemos mañana a tomar algo- preguntó Vicky Vale.

- Me parece estupendo, quedamos si quieres a las 12 de la mañana en el Iceberg- contestó Bruce- mañana nos vemos. Buenas noches.

- Buenas noches, Bruce-colgó una ilusionada Vicky Vale.

Tras colgar, Bruce pensó en que esa chica había sido una buena amiga para él desde que hirieron a su padre. Sólo la veía de esa forma, como a una amiga, pero había sido una gran fuente de apoyo para él.

Mientras divagaba en sus pensamientos, una visión le devolvió a la realidad.

Desde las alturas, contempló una imagen que le resultaba terroríficamente familiar desde que era un niño. Vio al hombre que amenazó con un arma a su familia y que le hizo temer por su vida, hasta que el hombre misterioso que le ha inspirado a ser lo que es hoy en día le salvó la vida⁵.

Era una imagen que le había inspirado a convertirse en Batman.

Sin un momento de espera, Batman se abalanzó sobre Jack Napier. El criminal no pudo evitar sonreír, como si le hubiese caído un regalo del cielo.

- Vaya, Vaya. Esto sí que es una coincidencia. A ti te andaba yo buscando- expresó Napier mientras desenfundaba su pistola.

La poca gente que se encontraba paseando por las calles de Gotham, empezó a chillar y a correr sin control, al ver a Jack Napier empuñar un amar, apuntando a Batman.

Batman se quedó petrificado. La imagen, pese a que habían pasado diez años, le resultada demasiado conocida. Jack Napier tuvo constancia de lo que le habían advertido en las Fat Towers, de que este no era el mismo Batman que le había encarcelado hacía años, pero en esos momentos eso no le importaba. Solo veía que había que aprovechar una oportunidad que el destino le había brindado y que podrá ayudarle a hacer su trabajo más fácil.

Mientras Batman se quedaba impasible, Jack Napier le asestó un par de tiros en el pecho, que acabaron derribándole al suelo.

Napier se acerco a Batman y le dejó encima de su agujereado símbolo del murciélago una carta consistente en un Joker.

- Esto es para que veas que se te han acabado los comodines de la buena suerte, amigo- amenazó Jack mientras giraba la recámara de su pistola.

A continuación, Napier le apunto de bien cerca a la cara con su arma.

- Ahora, prepárate a decir adiós- sentenció el criminal.

- ¡Alto! ¡O disparo!- escuchó Napier

Quien decía eso era Renée Montoya, quien se encontraba patrullando por la zona. Alertada por el ruido de los disparos, se había dirigido a toda prisa al lugar de los hechos.

- Parece ser que vivirás un poco más. Aunque no te confíes mucho, pronto nos volveremos a ver- dijo Jack Napier antes de desaparecer a toda velocidad.

Montoya se acercó a Batman y le ayudó a ponerse en pie. El tejido antibalas se había llevado lo peor de los disparos.

- ¿Te encuentras bien?- le preguntó la agente de policía a Batman.

- No lo sé- respondió sinceramente el enmascarado.

No mucho más tarde, una misteriosa figura entraba en un apartamento de mala muerte que había alquilado en Gotham. No era muy espacioso, pero le bastaba para sus fines.

La persona en las sombras agarró una máscara que parecía la de un fantasma.

- La venganza se está cumpliendo. Mi regresó a Gotham está dando sus frutos. Hoy ha sido Chucky Sol, pero pronto le llegará la hora a todos- murmuró un a voz con tono mácabro.

1.- En el épico e inolvidable número anterior.

2.- Ídem. ¡Como si alguien hubiese osado perderse el Nº anterior!

3.- Otra vez en el Nº anterior.

4.- En el Batman Nº 500 USA o Clásicos DC: Batman Nº 6 de Planeta. Aunque en la historia original nunca se dice el nombre del asesino que mató a Joe Chill.

5.- También en Batman Nº 500 USA o Clásicos DC: Batman Nº 6 de Planeta.

CARTAS LEGENDARIAS

Este mes, tenemos ración doble de "Batman: La Leyenda", así podemos disfrutar de ración doble. La idea es ir sacando esporádicamente y de de vez en cuando dos números al mes, siempre que mi tiempo y el de los autores de las portadas lo permita.

Y ya sabéis, podéis escribir y comentar al mail davidguiradoalzira@hotmail.com.