BATMAN: LA LEYENDA #2
¡Zas! En toda la boca
Guión: David Guirado Lozano
Portada y co-argumento: Christian Cobo Giménez
Las noticias de la mañana en Gotham News no podían ser más contundentes. El canal mostraba unas imágenes de un cruzado con capa que se autodenominaba Batman, deteniendo a un pirómano llamado Luciérnaga. (1)
El noticiario televisivo habla de un valiente que detuvo un incendio provocado y de cómo capturo al causante, tratando a Batman como si de un héroe se tratase.
Las noticias hablaron de cómo un hombre había detenido a Garfield Lynns, el pirómano que había quemado una serie de negocios locales y había intentado hacer lo mismo con una fábrica de Industrias Wayne. Pero, sobretodo, hablaban de Batman.
Las imágenes eran claras y concisas, un hombre, de complexión joven, vestido de una especie de murciélago humano, aparecía con un pirómano vencido y detenido. Y la historia de la ciudad de Gotham, no volvería a ser la misma.
Los Wayne se encontraban en el salón de su casa, desayunando con las noticias puestas.
- Thomas, ¿estás viendo lo mismo que yo?- preguntó Martha Wayne, con los ojos abiertos como platos, y temblorosa.
- Si, querida. Al parecer, he de enterarme por televisión de que mis propiedades están siendo dañadas por televisión, en lugar de ser avisado - contestó un serio y solemne Thomas Wayne.
- No es eso, lo que quiero decir, Thomas... - replicó Martha.
- Eso es por que ya me ocupe yo del asunto - contesto un Bruce Wayne que apareció de pronto en la sala- Anoche me encontraba por la zona, y me ocupe del asunto. Acompañe a la policía y bomberos, y supervise la revisión de los daños ocasionados por el incendio, y por ese pirómano. (2)
- Bruce, hijo mío - le reprendió su padre- estoy muy orgulloso de que te quieras responsabilizar, pero ante una situación así, agradecería que me informases.
- Ok, papa. Simplemente quise quitarte problemas de la cabeza- le contestó su hijo.
El resto del desayuno continúo casi con normalidad, amenizado con los chascarrillos de Alfred, el mayordomo. El principal tema de conversación fueron los datos proporcionados a los Wayne por parte de Bruce sobre todo el asunto que le comunicaron ayer acerca del seguro de la fábrica.
Una vez se marchó Bruce, Martha Wayne miró a su marido a los ojos.
- Antes de que bajase nuestro hijo, sabes lo que te iba a decir, ¿verdad?- inquirió la señora Wayne.
- Martha, nos conocemos el uno al otro más que a nadie - confesó Thomas-. Si, querida. Ese hombre encapuchado, ese Batman, era la misma persona que nos salvó hace casi una década. Y no hace falta ser un genio, para saber que no puede ser casualidad que el mismo día que sale libre Moxon, tenemos problemas, por mucho que las noticias digan que ese tal Lynns era un "pirómano en serie". Algo pasa, querida.
Martha, no pudo más que acercase a su esposa, y apoyarse en su hombro.
Franchesco Monaguigui y Moxon se encuentran también viendo las noticias, en el despacho de Monaguigui en las Fat Towers.
- ¡Esto es inconcebible- grita alterado Moxon. ¡No puede ser cierto! Ese Batman es la criatura alada que hace una década me mando a la cárcel. (3) No puede ser cierto, no puede ser la misma persona.
- Parece ser -inquirió Monaguigui- que los Wayne siempre tienen a un ángel protector o similar. Si, quizás sea un Ángel de la Guarda.
- ¡No empieces con tus bobadas religiosas, Mona! Debemos guardar nuestras espaldas, y procurar que no se nos relacione con este nuevo intento de perjudicar a los Wayne - contestó furioso Moxon.
- Por lo pronto, me voy personalmente - dijo con la boca bien abierta Franchesco - a Reprografía, a comprobar como va el negocio allí.
Tras esto, Monaguigui desapareció de la habitación, lo que ignoraba Moxon, es que antes de ir allí, el Mona sufrió de problemas intestinales, puesto que le provocó autentico pavor la imagen de Batman.
Bruce Wayne estaba sumido en sus pensamientos. Después de toda una vida de agradecimiento, de saber que podría ayudar a salvar una vida, como le había acontecido a él con apenas ocho años, ahora sentía que estaba empezando a poder devolver ese acto de gratitud.
Mientras se dirigía hacia el "Iceberg", local que solía frecuentar muy a menudo, no en vano era el mejor lugar en toda Gotham donde se podía reunir con gente de su edad a tomar alguna copa, no paraba de darles vueltas a la idea de continuar con su cruzada. Si él podía evitarlo, nadie moriría.
Ese día Bruce estaba pletórico, sintiendo un orgullo interno de haber frustrado el intento de incendio la noche anterior. Se encontró en el local "Iceberg", con su mejor amigo, Lucius Fox, entrando decidido por fin a pedir una cita a la chica de sus sueños, Julie Madison.
- Bruce- le aconsejó Lucius- yo de ti no lo haría. Te recuerdo que sale con Roman Sionis.
- Oh, vamos. -sonrió Bruce picarescamente- yo tengo más encanto que él.
Y sin más preámbulos, Bruce se levanto de la mesa, acercándose a la de Julie Madison, quien se encontraba junto a Vicky Vale.
- Julie...- empezó a hablar Bruce- quería proponerte algo...
- Wayne, yo también quiero proponerte algo- dijo la chica enfurruñada- que te marches de aquí.
- Ya has oído a la chica - añadió un recién llegado Roman Sionis-, así que, lárgate, Wayne.
Un cabizbajo Bruce, regreso a su mesa pensando que había batallas que al menos de momento, era mejor postergar.
Franchesco Monaguigui había llegado a Reprografia, un negocio destinado a la falsificación de billetes. Allí se encontraba Trizia Goblin, una chica de de veinticinco años, con el pelo largo y rubio, de complexión delgada y atlética.
- Bueno, bueno - sonreía ansioso Monaguigui- Trizia, este negocio va viento en popa, y de aquí nada, tendremos una buena partida de billetes falsos danzando por los calles de Gotham.
- Monaguigui - interrumpió Trizia Goblin- como ayudante tuya, no es mi trabajo poner muchas pegas, pero ¿No te preocupa la intervención de ese Batman de las noticias?
- Oh- contestó- el Mona- para nada. Parece ser que ese cruzado con capa, solo aparece cada vez que algún secuaz de Moxon va tras algún asunto relacionado con los Wayne. Ya sea atentar contra su vida o contra sus propiedades. Y todo esto de los billetes, es cosa mía, y no incumbe a esa familia. Además, Batman es pan comido, y puedo derrotarle con las fuerza de mis brazos. Mira, Trizia, - Monaguigui se puso a hacer fuerza en el brazo derecho- , ¿No crees que este brazo es como el de Rafa Nadal?
Esa tarde, Bruce se vistió de Batman, y salió a patrullar por la ciudad. Esta vez, iba algo mejor equipado, puesto que puedo aprovisionarse den gancho y una cuerda (llamadas cariñosamente Batgancho y Batcuerda), con los que poder surcar la ciudad, enganchándolos a las cornisas.
La gente miraba incrédula, señalando hacia arriba cuando veían pasar por encima de la ciudad al héroe que salvo la fábrica de los Wayne (que tantos puestos de trabajo significaba), no quedando exento de aplausos. De hecho, lo de salir por la tarde en lugar de al caer la noche había sido una decisión consciente de Bruce, para que la gente viese que no se escondía en las sombras, y que Gotham tenía un protector que velaba por ella.
Esa noche, un vendaval surcó la ciudad. Usando su entrenamiento, Batman detuvo a toda una pleyade de delincuentes, atracadores, carteristas. A algunos no era ni necesario ponerles la mano encima, puesto que se desmayaban ante la impresión de ver a una especie de criatura alada ir por ellos.
Bruce no desperdiciaba la ocasión de al detenerlos, interrogarles acerca de los incidentes acaecidos sobre la noche anterior, y sobre Luciérnaga, obteniendo un infructuoso resultado.
Sin embargo, uno de los detenidos si cantó acerca de un negocio de billetes falsos en un local llamado "Reprografía", y de quien lo llevaba a cabo, un tal Franchesco Monaguigui.
Cuando Batman irrumpió en dicho sitio, sorprendió a tres hombres armados, los cuales inmediatamente al verlo se quedaron paralizados, circunstancia que fue aprovechada por Bruce para rápidamente asestarle un golpe al que tenía más cerca y dejarle fuera de combate.
El segundo fue impecablemente desarmado en segundos, puesto que Batman le asestó una patada que le hizo soltar la pistola. El tercer se puso a vaciar el cargador sobre él, pero cubriéndose con su capa a prueba de balas, no sufrió ningún daño.
Bruce Wayne dejó inconsciente al hombre al que había desarmado con anterioridad arrojando por encima de su cabeza mediante una llave de judo.
Mientras se acerca al que le había disparado anterioridad, este se dispuso a salir corriendo, pero su huida fue un intento fallido, pues Batman le arrojo su cuerda, lo que provocó que se cayese al suelo.
De sopetón, Monaguigui entro en la sala.
- Pero, ¿qué pasa aquí?- preguntó Franchesco.
Por instinto, Batman se lanzó sobre él, pegándole un puñetazo en su boca abierta, golpe que le derribó.
- Mister, creo que te has equivocado haciendo eso - añadió una Trizia Goblin, con un móvil en la mano- Esos sujetos tenían amenazado a mi respetable jefe, el señor Monaguigui, y le han obligado a imprimir esa partida de billetes falsos.
- Así es, murciélago. Sin embargo, no te demandaré por ese puñetazo, pues me has salvado la vida.- fueron las palabras del Monaguigui.
Sin embargo, en sus pensamientos, ardía de rabia, puesto que Batman le había fastidiado el negocio. Sabedor de la lealtad de sus hombres, no dudaba de que respaldarían esa versión.
- Si eso es cierto- dijó un Batman no muy convencido de la versión dada, no te importará llamar a la policía.
- Por supuesto que no - mintió Franchesco- Trizia por favor, llámalos.
Diez minutos después, ya estaba la policía, encabezada por el comisario Gordon en el local conocido como "Reprografía".
- Parece ser, Batman, que no hay nada que hacer - decía Gordon a Bruce. Estos hombres se mantienen fieles a las declaraciones que te ha dicho Monaguigui.
- Sin embargo, Comisario, creo que usted sospecha tanto como yo, que no son trigo limpio - no pudo evitar decir Batman.
- Aún es pronto para poder atestiguarlo, y no puedo hacer declaraciones- dijo un apesumbrado Comisario Gordon- , pero ahora me intrigas más tú. Hace diez años que no te veo, y ahora estás por todas partes. (4)
Bruce puso cara de sorpresa tras su máscara, preguntándose a si mismo si Gordon tendría alguna relación con la criatura alada que salvó a su familia aquella noche de hace una década.
- Por tu cara - espetó Jim Gordon, interrumpiendo los pensamientos del joven Wayne- observó que te ha sorprendido la pregunta.
- Deberíamos hablar, Comisario- asentió Batman.
- Lamentablemente, este no es momento ni lugar.- aseveró Gordon.
- En unos días acudiré a Comisaría a hablar con usted. Ahora debo marcharme- fueron las últimas palabras dirigidas al Comisario por parte de Batman, antes de marcharse.
Tras los acontecimientos vividos en el primer encuentro de Franchesco Monaguigui y Batman, este se hallaba derrotado, volviendo ensimismado, junto a Trizia Goblin en el tranvía, debido a que una bala perdida había atravesado la ventana, dañando una rueda del coche de Monaguigui, en dirección a las Fat Towers. Por poco se pasa de parada, teniendo que agarrarle velozmente su ayudante y espetarle para sacarle a tiempo.
- ¡¡Sal, Mona!! - fueron las palabras de Trizia mientras le sacaba del vagón.
- Ese condenado murciélago - cambió velozmente de tema Monaguigui- ha logrado convertirlo en personal, interfiriendo en mis negocios. Ahora ya no es cosa solo de Moxon. Batman se ha ganado otro enemigo personal.
1.- En el primer número de Batman: La Leyenda.
2.- Tras el final del apasionante número anterior.
3.- Esto pasó en Batman Nº 500 USA (Clásicos DC: Batman Nº 6 de Planeta De Agostini).
4.- Hace diez años, Jim Gordon se encontró con un Batman de otra realidad alternativa en el Batman Nº 500 USA (Clásicos DC: Batman Nº 6 de Planeta De Agostini).
CARTAS LEGENDARIAS
Bienvenidos a este segundo número de Batman: La Leyenda. Muchas gracias por las opiniones recibidas sobre el primer episodio. Aquí van los comentarios obtenidos:
- Roberto Cruz
Realmente estaba muy intrigado con la premisa al que hacía referencia el autor en su blog sobre su nuevo fic de Batman (un Bruce Wayne cuyos padres no habían sido asesinados) y gratamente me encuentro con la continuación de una de las historias más entrañables y memorables del Murciélago. Desde que la leí por primera vez en el vetusto volumen "Las Mejores Historias Jamás Contadas de Batman Jamás Contadas" me enamore de aquella historia de Dennys O´Neil y Dick Giordano! Abría un mundo de posibilidades que nadie supo (o quiso) explotar.
Pero para eso está el fanfic: para "entrar en aquellos rincones que hasta los Ángeles no se atreven a pisar". David comienza la historia aprovechando elementos sembrados por O'Neill en la historia original, tratando de imaginar cómo habría evolucionado todo en los diez años que teóricamente han transcurrido. Resulta un poco chocante (por lo poco habitual) las escenas familiares de los Wayne, donde nuestro sarcástico Alfred (¡recupéralo David por favor!) ha sido sustituido por unos condescendientes Thomas y Martha Wayne. El fic en sí se hace un poco corto (es como el primer número de una buena serie, que te deja con ganas de más) quizás echando un poco de menos una mayor profundización en la circunstancia actual de Bruce, obsesionado con un recuerdo y con un ideal que difícilmente sus contemporáneos puedan entender porque, recordemos, en este mundo nunca ha existido mitología o alguna figura heroica que sirva de inspiración para nadie. ¿Cómo afectará eso a Bruce, a su Batman y la evolución de su mito? Realmente se abre un abanico de posibilidades enormes que explorar. Pero por ahora dejemos que Bruce asuma poco a poco su identidad y que David nos deleite con sus peripecias..
Roberto, muchas gracias por tu magnifico comentario acerca del número.
Tan solo una pequeña precisión, la cuál no empaña tu excelente comentario: "Matar a una Leyenda no está escrita por O´Neil, siendo Alan Brennnert el guionista.
Sobre Alfred, sin desvelar mucho, hay que decir que si bien en los primerísimos números no va a tener mucho protagonismo, quedando relegado a un muy segundo plano, a la altura del 6 de la serie, va a cobrar bastante más protagonismo del que tiene.
De Bruce hay que decir que le afectará y mucho el peso de ser el "inspirador" de la Era Heroica" de este universo. No tardará en notarse las influencias que va a tener Bruce en la aparición de héroes, villanos y antihéroes de este universo. Aunque primero hay que dejar que Bruce realice unas cuantas hazañas más antes de servir de modelo para alguien :)
Para finalizar el comentario acerca de tu magnifico comentario, déjame decirte que yo fui otro de los fascinados por "Martar a una Leyenda", y es para mi todo un honor, contar las andanzas del Bruce de esa mundo alternativo.
Muchas gracias por escribir.
-Tomás Sendarrubias García
Leído, y bueno, yo voy a ser menos extenso. La situación que generas mola, el rollo de ver un Batman que se va a mover en la luz y no en las sombras, que es capaz de plantarse delante de la prensa, que desde el principio no es una leyenda urbana si no que deja claro quién es y por qué está ahí... Creo que abre un mundo al que seguro que sacas buen partido. ¡Ánimo y que no decaiga!
Muchas gracias, Tomás. En verdad lo de que esté en la luz en vez de en las sombras, va a dar mucho juego. No te pierdas el próximo capitulo de la serie, el Nº 3, donde se acentuarán todavía más las diferencias del Batman de esta continuidad con el llamémosle "oficial". Desde luego, este Batman va a ser de todo menos una Leyenda Urbana. Muchas gracias por escribir.
Bueno, damas y caballeros, hasta aquí el correo del segundo número. En el tercer número, habrá más Bruce, más Batman, más Moxon y Monaguigui, la primera aparición en este universo de un sádico villano y el enfrentamiento con nuestro héroe. Por no mencionar que seguirá estableciéndose cuál será el status de Batman.