ACTION COMICS #789
Amanecer en Escarlata
Caballeros de Gotham
Guión: Tomás Sendarrubias
Portada: Adrián Suárez
Color: Vicente de los Santos
Estación del Monorrail, calle Aparo, Gotham City.
-¡¡TODO ESTO ES POR TU CULPA!!
Batman tiene el tiempo justo para lanzarse sobre la última pareja de civiles que queda en la estación antes de que la descarga de una UZI reduzca a escombros el lugar donde estaban décimas de segundo antes, cortando prácticamente por la mitad un buzón de correos. La capa oscura del Murciélago ondea, y parte de ella es atravesada por las balas explosivas que cargan el arma semiautomática que empuña una furiosa y enloquecida Harley Quinn, que gira de forma inverosímil sobre uno de los pivotes indicativos de la estación, como la muñeca de una caja de música... pero vestida de rojo y negro y dispuesta a sembrar la muerte y la destrucción por donde se posan sus ojos.
-¡¡Mi Señor J está muerto y es todo culpa tuya, rata con alas!!-grita Harley, con los ojos llorosos, dejando caer el cartucho gastado de la UZI, y reponiéndolo con tal habilidad que apenas resulta visible. Batman lanza un batarang y varios dardos con un solo gesto hacia atrás, mirando sólo por encima del hombro, pero Harley salta del pivote, con un triple mortal hacia delante-. ¡Mi pastelito! ¡Mi tarta de manzana! ¡Mi payaso dulce!
Una nueva andanada de balas hace estallar una de las cristaleras de la estación, lloviendo sobre Batman como granizo, pero la capa y el blindaje del traje evitan la peor parte.
-Ya no hay civiles-informa Robin, a través del comunicador. Batman ni siquiera responde ni hace ningún movimiento que revele la posición de su compañero en la torre de vigilancia de la estación.
Habían conseguido evitar una auténtica masacre por apenas minutos. Y desde luego, Bruce tendría que hablar largo y tendido con el Comisario Gordon sobre las medidas de seguridad del Monorraíl, ya que Harley Quinn simplemente se había bajado de uno de los convoyes armada con una UZI y se había puesto a disparar como una... loca. Y desde que Oráculo se había unido a Jaque Mate, su tiempo de reacción se había visto considerablemente afectado. De hecho, Bruce se estaba planteando la posibilidad de recurrir a Spoiler y Cazadora para ayudarles a patrullar la ciudad, algo que no le hacía ninguna gracia, aunque ninguna de ellas podría sustituir las habilidades de Bárbara.
-Harleen...-dice Batman, con su habitual seriedad, apareciendo de las sombras, justo tras ella. Las campanillas de su gorro tintinean mientras ella se gira a toda velocidad, apuntando con la UZI, pero esta vez un dardo le alcanza en la mano... sólo que no es Batman quien lo arroja, sino Robin, y Harley Quinn no lo ve ni llegar. Los ojos de la mujer arlequín se clavan en la siniestra sombra del Murciélago, pero aunque el dardo va cargado de un tranquilizando de efecto rápido y ya ni siquiera siente la mano, no suaviza su gesto ni un ápice.
-No me llames así-gruñe ella, fallándole una pierna y cayendo de rodillas-. Ese no es mi nombre... Mi señor J está muerto... y todo es culpa tuya, maldito murciélago de mierda...
-Necesitas ayuda-dice Batman, mientras Harley Quinn se desploma hacia delante. Batman se arrodilla a su lado y la toma en brazos. Harleen Quinzel, la peor pesadilla de Bruce, una doctora, una mente teóricamente normal convertida en una psicópata por causa y atracción del Joker. Aquella mujer reflejaba el mayor miedo de Batman, que la locura pudiera ser contagiosa, y desde luego, en aquel caso, lo había hecho. Harleen Quinzel, doctora en psiquiatría, se había convertido en el equivalente del chico que gritaba delante de la webcam para defender a Britney Spears en lo equivalente al Joker. Se había hecho con un disfraz rojo y negro, un gorro de bufón, y se había puesto a dar piruetas para su "Señor J." Para Batman, aquello era la materia de las pesadillas.
-¡Bat...!
La voz de Robin llega demasiado tarde por milésimas de segundo, tiempo más que suficiente para permitir que Harley alzase un pequeño pero afilado estilete, dirigiéndolo hacia el mentón de Batman, tratando de alcanzarle en un punto débil del blindaje del traje, pero Batman actúa por inercia y la deja caer, de modo que Harley pierde la puntería, y lo que podría haber sido un corte letal se queda en un corte que baja desde el labio a la barbilla de Bruce. Harley se retuerce como una víbora, pero Batman la sujeta con fuerza y le inocula una nueva dosis de tranquilizante, que deja prácticamente tumbada de inmediato a la antigua psiquiatra.
-¿Estás bien?-pregunta de inmediato Robin apareciendo junto a él-. Un feo corte...
-No noto cambios fisiológicos, supongo que Harley decidió no envenenar el cuchillo-responde Bruce, secándose el hilo de sangre con el dorso del guante. Extrae del cinturón un pequeño espray con el que rocía la herida, creando sobre ella una película protectora. La sangre deja de manar de inmediato, aunque Bruce no puede evitar sentir una sensación de entumecimiento en la zona.
-Por si acaso, deberías hacer que Alfred te lo mire-masculla Tim, y Bruce asiente.
-Dejaré primero a Harley en buenas manos-responde Batman, volviendo a tomar a Harley en brazos.
-Bueno, la lista de los fugados de Arkham es cada vez más corta-sonríe Robin-. He oído que Zsasz podría estar cerca de Dixon Dock...
-Si vas a ir con Stephanie, mantente lejos de Zsasz-ordena Bruce, y Tim se detiene, como si le hubieran dado un golpe físico.
-Está preparada, Bruce, ella...
-Tim, no vamos a discutir esto, y menos ahora. Si crees que ella está capacitada para lo que está haciendo, confío en tu juicio... pero manteneos alejados de Zsasz, los dos. Ya enterré a un niño, no quiero tener que repetirlo...
-Pues en ese caso, igual no deberías vestirnos de colores y llevarnos a luchar contra psicópatas.
Batman se detiene en seco, casi le falta el aire en los pulmones. No esperaba esas palabras. Se gira, con Harley en los brazos, pero Robin ya no está allí. Dentro del dolor que parece golpearle en el pecho en ese momento, no puede evitar cierto orgullo por lo bien que ha aprendido.
Torre Wayne, Gotham City.
-Señora Lane, es un placer...
Bruce sonríe, vestido con un traje diseñado a medida del color del carbón, una camisa azul celeste y una sobria corbata negra con un amplio nudo Windsor. Lois Lane, directora del Daily Planet se acerca a él, con un gesto profesional en el rostro, vestida con un elegante traje de chaqueta y pantalón de color púrpura y una blusa blanca. Los ojos de Bruce se detienen por un segundo en el collar de perlas que luce, y por un instante, Lois tiene la impresión de que algo oscuro pasa por la mirada de Bruce, pero es como si fuera una sombra, y enseguida desaparece.
-Señor Wayne, le agradezco mucho que nos haya recibido. No sé si conoce a mi esposo, Clark Kent. Es uno de los más capacitados periodistas del Planet...
-Sigo de cerca su trabajo, señor Kent-dice Bruce, tendiendo la mano hacia Kent, y este sonríe, pero antes de alcanzar al señor Wayne, golpea una taza de café, que vuelca sobre un montón de papeles que había sobre la mesa de la oficina. Enrojece hasta la raíz del cabello, mientras trata de volver a poner la taza en su sitio y secar los papeles, pero enseguida el asistente de Bruce Wayne, Lucius Fox, con cierto gesto de fastidio, recoge los papeles y los arroja a una papelera.
-Lo siento, señor Wayne... señor Fox...-masculla Clark Kent, y Bruce sonríe.
-No importa, sólo son papeles...
-Sólo los informes económicos que debía presentar ante el consejo de dentro de media hora, señor Wayne-farfulla Lucius, con una chispa en los ojos-. Señor Wayne, tendré que volver a preparar los dossiers... Lo lamento, señora Lane, pero el tiempo de que disponemos es limitado, y estos pequeños inconvenientes lo acortan aún más.
-No se preocupe, señor Fox. Estoy segura de que el señor Wayne podrá responder a mis preguntas...
-Lo dudo mucho, señora Lane, pero puedo intentarlo-ríe Bruce, tomando de la mano a Lois y guiándola hacia uno de los sillones que hay frente a su escritorio. Lucius pone los ojos en blanco y sale de la sala, cerrando la puerta tras de sí. Lois mira la puerta que se cierra tras Lucius Fox, y sonríe.
-Bruce, deberías recordar que soy una mujer casada. ¿Por qué escandalizas a tus empleados?-ríe Lois finalmente, sirviéndose un café en la taza que Clark había volcado.
-Fachada-responde él-. Igual que la torpeza de su señor esposo. Clark, pensé que habías dejado atrás al periodista torpe y desastrado que iba tirando cafés y tropezándose con las esquinas...
-¿Qué puedo decir? Ahora se lleva lo retro-sonríe Clark-. Por cierto, si hubiera sabido que eran papeles importantes, no hubiera tirado el café.
-Sólo hay que volver a imprimirlos...
-Pues por cómo va mascullando Lucius, parece que necesitara vitela de niños no bautizados para imprimirlo...
-Cariño, deja de escuchar a hurtadillas o te encontrarás con algo que no quieres oír-ríe Lois, y Clark asiente-. ¿Hubo muchos daños con el apagón1 en Gotham?
-Muchos-afirma Bruce, serio-. Algunos de los fugados de Arkham se sintieron como si todo el caos que se organizó, hubiera sido un regalo de Navidad para ellos. Humpty Dumpty trató de arreglar el sistema de luces, y doce hombres murieron en la central eléctrica.
-Dick y sus chicos hicieron un buen trabajo-dice Clark, y Bruce asiente-. Aunque aún quedan cosas por resolver...
-Pero eso será en otro momento-interrumpe Lois-. Nuestro tiempo es limitado, el señor Fox pronto vendrá para arrastrarte a una interesante reunión sobre números, números y más números. Así que... ¿hablamos de negocios, señor Wayne?
-Es toda una experiencia participar en una reunión en la que es ella quien lleva la voz cantante-dice Bruce, inclinándose sobre la mesa, y Clark sonríe.
-Eso es porque no vives con ella-dice.
-Bien, señor Wayne-continúa Lois-. ¿Qué puede hacer Industrias Wayne por el Daily Planet... y qué puede hacer el Daily Planet por Industrias Wayne?
Treinta y tres intensos minutos después, Bruce sale de su despacho en la Torre Wayne, abrochándose la americana y dispuesto a reunirse con los accionistas de Industrias Wayne para una larga y aburrida junta directiva. Al menos, ha conseguido algo productivo en esos treinta y tres minutos de reunión con la nueva directora del Daily Planet. Industrias Wayne se convertía en uno de los principales inversores del periódico para financiar el proceso de renovación de este, a cambio de espacios publicitarios en las publicaciones del grupo editorial... y de que el propio Bruce Wayne inaugurase un suplemento dominical especial con entrevistas a personalidades del momento. Bruce podía ver a Lucius Fox esperándole en la puerta de la sala de reuniones, con gesto serio, cuando de pronto, el móvil comienza a vibrar en el bolsillo interior de la chaqueta. Se detiene, le hace un gesto a Fox, que pone los ojos en blanco, y saca el móvil, viendo en la pantalla que es el teléfono de Tim.
-Tim, tengo una reunión-dice, respondiendo. Le sorprende la seriedad de Tim al otro lado.
-Bruce, es importante. Han llamado de la comisaría. Se trata de...
La sangre de Bruce se hiela en sus venas al escuchar las últimas palabras de Tim. Y en ese momento, se da cuenta de todo.
-Voy para allá-responde, y le hace un gesto a Fox, que este interpreta a la primera. Encogiéndose de hombros, entra en la sala, tendrá que volver a hablar en nombre del señor Wayne. Ni siquiera le da tiempo de darse la vuelta cuando escucha el susurro de la alfombra a su espalda. No tiene que girarse para saber de quién se trata.
-Clark...-comienza a decir, pero el periodista le interrumpe.
-Lo he oído todo. Lois ya está camino del hotel. Yo voy contigo.
Torre del Reloj, Gotham.
Shiva recoge uno de sus puñales y lo limpia en el forro de la chaqueta del vigilante muerto antes de volver a envainarlo en la caña de su bota. Mira a su alrededor, pero ni siquiera sonríe. No hay un reflejo en su rostro cuando sus ojos resbalan por encima de los cuerpos muertos de los vigilantes de la Torre del Reloj. Simplemente, se asegura de que no hay nadie, y cuando es así, toma un comunicador de su cinturón y lo conecta.
-El terreno es seguro-se limita a decir, y de inmediato, una gran llama verde aparece en el centro de la sala. Capucha Escarlata hace su aparición a través de las llamas verdes, sosteniendo en sus manos el Orbe de Rama Kushna, y a su lado Chesire camina mirando a su entorno con desprecio. Abbott, medio hombre y medio lobo les sigue, al igual que Merlyn y Hellhound. Y tras ellos, los Hombres-Bestia de Intergang y los ninjas de la Liga de Asesinos, que se despliegan silenciosamente por el edificio.
-Un lugar apropiado-sisea Hellhound, mirando a su alrededor-. Prácticamente en pleno centro de la ciudad...
-Ocultos a plena vista-afirma Capucha Escarlata, y estrecha contra él a Chesire-. ¿Qué me dices, cielito? ¿Te gusta nuestro nuevo nido de amor?
-Claro-replica Chesire, mientras ascienden juntos por las escaleras que llevan a la cima de la torre, a la maquinaria del Reloj-. Un lugar perfecto para iniciar el Día de Apokolips...
-Estoy cansado de esa cháchara del Día de Apokolips, nena. Me gustan las cosas más sencillas. Los fuegos artificiales, la tarta de frambuesas, los entierros de los payasos, Un Perro Andaluz, jugar al poker, las girl-scout...
-¿Qué demonios le ha pasado?-sisea Abbott tras él, y Shiva se encoge de hombros-. Estaba perfectamente centrado, y de pronto... los Titanes destruyen a Egg Fu2, y es como si en su cabeza hubieran abierto la jaula de los locos...
-La tecnología de la máscara le mantenía cuerdo, centrado-masculla Shiva-. Pero sin Egg-Fu, cualquier funcionamiento de esa tecnología pasó a la historia. Vuelve a ser el de siempre.
-¿Y es seguro seguirle?
-No. Pero ahora es más peligroso que nunca. Y aunque quizá no lo sepa, está escrito que él traerá el Amanecer Escarlata. No todos los Profetas saben que lo son. El Dios Carpintero de los cristianos pidió en el último momento que apartaran de él el cáliz...
-Ha matado a Susurro-gruñe Abbott-. Ella era quien interpretaba la Biblia... ahora sólo es... papel.
-Papel sagrado. Yo vi el Segundo Nacimiento de Capucha Escarlata, Abbott. Yo le saqué de las ruinas humeantes del huevo que le había contenido, de la cáscara que Egg-Fu hizo eclosionar. Fui la partera del Advenimiento. Y todo esto, es sagrado.
Abbott clava sus ojos en Shiva, aturdido por la vehemencia de las palabras de la mujer, y puede leer el fanatismo en ellos. El Lobo ha oído hablar mil veces de "la fe del converso", ahora, entiende a qué se referían. El Hombre Lobo mira a su alrededor cuando llegan al último piso de la torre, un espacio diáfano, con escaleras que llevan a la maquinaria del reloj. Sobre ellos, los engranajes se mueven, mecánicamente perfectos. Capucha Escarlata observa por la ventana, con los brazos cruzados tras la espalda, Gotham parece abrirse ante ellos como una oscura flor. Casi pueden ver su sonrisa bajo la máscara de cristal rojo.
Un disparo les sorprende, y Chesire grita. Abbott aúlla, preparándose para lanzarse al ataque, pero es innecesario. Una de las flechas de Merlyn vuela, y se hunde en la mano del guardia de seguridad que se había escondido entre algunas de las máquinas que hacían funcionar los engranajes. El hombre grita y deja caer su arma, y de inmediato, Hellhound cae sobre él, como un tornado de cuchillos.
-¡Espera!-grita Capucha Escarlata, y Hellhound se detiene antes de hundir uno de esos cuchillos en la garganta del guardia. Un hombre de unos cuarenta y cinco años, rubio, con el cabello ralo, y una chapa en el pecho en la que pone "H. Randall". Kai puede ver la mancha de orina en sus pantalones, y sus labios se tuercen en una sonrisa. Capucha Escarlata se gira hacia Chesire, que se aprieta una herida en el brazo con un trozo de tela-. ¿Estás bien, cielito?
-Sí, es sólo un rasguño-responde ella, y Capucha Escarlata asiente.
-Traedlo.
Hellhound arroja al hombre a dos de los ninjas de la Liga de Asesinos, que sujetan al guardia de seguridad, que se trata de revolverse, pero le inmovilizan entre los dos, y le hacen arrodillarse ante él. Capucha Escarlata se pone en cuclillas, el hombre está llorando.
-Por favor-gimotea-. Por favor...
-Le has hecho daño a mi amada...-dice Capucha Escarlata, y el guardia lanza un quejido.
-Estoy bien-repite Chesire, pero Capucha niega con la cabeza.
-No me gusta que jueguen con mis cosas, y menos que las rompan. Mis cosas sólo las rompo yo-dice, y Chesire siente un escalofrío, pero sabe que no puede hacer nada por evitar lo que está a punto de ocurrir-. Y ahora tengo este estupendo orbe verde que se supone que me va a ayudar a traer algo llamado el Amanecer Escarlata, y que me hace sentir tan todopoderoso como la imagen de un murciélago desplomándose desde lo más alto de la ciudad, o la sangre de un niño al final de una barra de acero. Y es que... ¿sabes, Randy? ¿Puedo llamarte Randy? Supongo que sí. Randy, hay cosas que es mejor hacerlas como siempre se han hecho.
Y sin más, Capucha Escarlata coge al vigilante por la pechera y le arroja por una de las ventanas abiertas. El vigilante grita al caer, y luego, escuchan un ruido tremendo, y el crujido de docenas de huesos al romperse y de músculos y vasos sanguíneos que estallan. Capucha Escarlata se gira hacia Chesire y le acaricia la mejilla.
-Ay, las cosas que hay que hacer por amor...
Se acerca a Jade, y posa el lugar donde deben estar sus labios bajo la máscara de cristal sobre los de ella. Chesire puede notar el cristal, cálido y frío al mismo tiempo, y siente que su cuerpo se tensa, aunque intenta ocultarlo. Necesita salir de allí y avisar a Amanda ya.
-El hombre muerto atraerá la atención-dice Shiva, y Capucha Escarlata se separa de Chesire, asintiendo.
-Ya da igual. Vamos a convertir esta ciudad en lo que siempre debió ser. Un agujero corrupto y hediondo. Vamos a sacar el alma de Gotham al aire... Oh, venga, de acuerdo. Vamos a provocar vuestro Día de Apokolips.
Depósito de Cadáveres, Gotham City.
-¿Cómo es posible que hayan pasado casi dos semanas y no se hubiera realizado la autopsia?-gruñe Batman, y la doctora Bliss Fossoway siente un escalofrío y la imperiosa necesidad de desaparecer en ese momento tragada por la tierra.
La tierra no es los suficientemente generosa, así que la Doctora Fossoway continúa ante la mirada escrutadora del Murciélago. Y por si fuera poco, junto a él, están Superman y Robin. Y bueno, Robin es sólo un chico disfrazado (Bliss nunca había pensado que pudiera ser tan joven), pero Superman... es como un dios viviente. Y no sabe si está más intimidada por el siniestro Batman o por la divinidad que parece emanar de Batman.
-Con todo lo que ocurrió en Arkham hemos estado muy ocupados-consigue finalmente decir la doctora Fossoway, que incluso se atreve a alzar los ojos de su carpeta y mirar brevemente a Batman, antes de clavar la mirada en el contenedor criogénico-. Hubo muchos guardias muertos, y luego, las víctimas de los asesinos que se escaparon del manicomio. Y luego ese maldito apagón de todos los sistemas, y docenas de muertos más.
-Doctora Fossoway, sabemos que estos han sido unos días difíciles para todos-dice Superman, y Bliss sufre un escalofrío de calor-. Necesitaríamos saber cualquier cosa que pudiera ayudarnos a resolver todo este rompecabezas.
-Realmente, esperábamos que ustedes nos ayudaran a nosotros, porque no tenemos ni idea de qué es esto-replica ella, encogiéndose de hombros y tirando del contenedor. Una camilla hace su aparición, y Bliss Fossoway retira la sábana que cubre lo que parece ser una silueta humana. Bliss no está segura, pero por un momento, podría jurar que Robin da un respingo cuando, en lugar de un cuerpo humano, bajo la sábana aparece una silueta humanoide, pero en absoluto humana. "Acuosa", es lo primero que viene a la cabeza de Superman, mientras la examina en todas las franjas de espectro a su disposición. Un ente tecnorgánico, fluido, que transmite la imagen de tener forma sólo por cierta tensión superficial, como una gota de agua antes de caer. Reconoce de inmediato la tecnología.
-Tecnología del Cuarto Mundo-dice, y a su lado, Batman asiente.
-Todo estuvo organizado por Egg Fu desde el principio-susurra Batman-. Desde el estallido de Arkham hasta el Apagón... y lo que estén preparando ahora, sea lo que sea.
-Vale, Batman ha reconocido que no sabe algo-masculla Robin-. Ahora ya lo he visto todo.
-Era una pantomima, un engaño-masculla el Murciélago-. La aparición de Shiva, la explosión de Arkham... Humo y espejos.
-Doctora Fossoway, muchas gracias-dice Superman, y ella asiente, notando que todo el vello se le pone de punta. No ha entendido muchas de las cosas que han dicho, pero desde luego, hay algo que ha llegado a comprender.
-Entonces... ¿él sigue ahí fuera?-pregunta, y Superman, que ya se dirigía a la salida, se detiene un instante.
-Sí, doctora Fossoway. Él está ahí fuera.
Torre del Reloj, Gotham.
-Santa Navidad, siempre he querido hacer esto-sonríe Capucha Escarlata, situado sobre la Torre y observando la ciudad. En una de las manos sostiene el Orbe de Rama Kushna, centelleando de luz verde, y la luz que emana de esta, se reúne en su otra mano, formando la imagen de un cuerno de guerra-. Querida, ¿me sujetas esto?
Chesire, a escasos pasos de él, se encuentra de pronto con la máscara de Capucha Roja en la mano. Fino cristal rojo plagado por dentro de lo que parecen circuitos y extraños signos. Capucha Escarlata se acerca el cuerno de energía verde a los labios y sopla con todas sus fuerzas.
Cerca de la Mansión Wayne, Gotham.
-Bruce...-masculla Superman, pero Batman ni siquiera le mira, mientras enfila la carretera que le llevará a la entrada directa a la Batcueva. Robin va tras ellos en la moto.
-Ni se te ocurra preguntarme si estoy bien, Clark-responde Bruce, sin apartar los ojos de la carretera-. Todo esto ha sido una colección de desatinos, de errores. Creí que después de lo de J´onn3 estaríamos más preparados para hacer frente a todos estos engaños.
-Deberíamos hablar con Dick y sus chicos. Ellos han llevado el peso de todo esto desde que empezó.
-Robin se ha puesto en contacto con Nightwing-confirma Batman-. Se reunirán con nosotros en la Batcueva, los Titanes estaban en Gotham para reunirse con Roy Harper. Él y su hija Lian estuvieron refugiados en Gotham durante todo el asunto de Egg-Fu.
-Son como tus hijos, y cuando te enfadas con el mundo, no eres capaz de llamarles siquiera por su nombre-dice Superman.
-Hh-gruñe Batman-. Estamos trabajando. En algún momento deberíamos ser profesionales.
Y en ese momento, un trueno inmenso retumbó sobre Gotham. El propio aire vibró, hasta el punto de que tras el Batmóvil, la moto de Robin de tambalea. Batman detiene el coche, y Superman y él descienden del Batmóvil, con los ojos clavados en el cielo. Nubes rojas parecen concentrarse sobre Gotham, y un resplandor verde parece emanar desde el centro de la ciudad hacia el cielo.
-Rao...-susurra Superman, mientras Robin se acerca a ellos.
-Tengo noticias de la ciudad-dice, señalando el comunicador que lleva en su oído-. Parece que hay ninjas por todas partes, matando a todo el mundo... y dicen que entre ellos hay... hombres lobo. Bueno, hombres bestia.
-La Liga de Asesinos e Intergang-afirma Superman, y Batman asiente.
-Vuelve a estar aquí, siempre vuelve a Gotham...-sisea el Murciélago.
-Encargaos de reunir a todo el mundo que sea posible-ordena Superman, alzando el vuelo y señalando hacia la fuente de luz verde que parece romper el cielo-. Yo voy a ver qué ocurre allí.
-Superman...-gruñe Batman, y Clark se detiene, flotando a varios metros sobre él-. Ten mucho cuidado.
Superman se limita a asentir, antes de desaparecer mientras las nubes rojas cubren la ciudad.
Torre del Reloj, Gotham City.
Capucha Escarlata observa, de nuevo con la máscara puesta, como el aire riela a su alrededor. La luz emana del Orbe de Rama Kushna, las nubes giran sobre él, tornándose rojas como la sangre. Tiene ganas de reír, tantas ganas que sabe que si comenzase a reír, la mandíbula se le rompería, se le descolgaría. Y eso, hace que aún sea todo más gracioso. Intergang y la Liga de Asesinos cumplen su papel, extendiendo el caos por las calles. Puede sentirlo todo a través de su vínculo con el Orbe de Rama Kushna, el poder robado al Corazón Estelar, la Llama Verde. Ve como Sarah Trent, una de las tiradoras de Intergang se aposta en lo alto de uno de los edificios del centro de la ciudad, una filial de LexCorp, y desde allí, apunta hacia la calle. Cuatro personas, elegidas al azar, que habían salido de los edificios cercanos tras el trueno del cuerno de Capucha Escarlata, caen muertas antes de que nadie se dé cuenta siquiera de lo que está ocurriendo. Kim El Tong, norcoreano y miembro de la Liga de Asesinos, especialista en el uso de los nunchakos, entra en un McDonalds. Las bestias recorren las calles, y aún tendrán tiempo de regarlas con sangre antes de que el Murciélago y sus chicos se pongan en medio.
Capucha Escarlata se gira hacia aquellos que le acompañan en el tejado de la Torre del Reloj. Chesire, Lady Shiva, Hellhound, Merlyn y Abbott. Abre los brazos y habla.
-Id y difundid mi palabra-dice-. Este es el verdadero Amanecer Escarlata. No el Día de Darkseid... sino el Día de la Capucha Escarlata. Llevad muerte.
De inmediato, Shiva, Hellhound, Merlyn y Abbott se dirigen hacia las escaleras que llevan a la base de la torre, pero Chesire se queda junto a él. Los ojos de Capucha Escarlata se clavan en ella.
-Querida... ¿tú no quieres sembrar un poco de muerte y destrucción?
Jade mira a su alrededor. Finalmente están solos. Por primera vez, desde que la Liga de Asesinos se la llevó de San Jano4, no hay nadie más alrededor. Se permite sonreír.
-Claro que sí, cielito-dice y extiende sus garras-. La tuya.
Chesire se arroja sobre Capucha Escarlata a tal velocidad que apenas es visible. No tiene poderes metahumanos, pero desde luego, es una asesina comparable a Lady Shiva. Sus garras van cargadas con veneno letal, nada de los aturdidores que la obligan a utilizar en Jaque Mate. Debería alcanzarle.
Pero no lo hace. Chesire sólo araña el aire vacío, y se da cuenta de que Capucha Escarlata se ha desplazado sólo un paso, lo justo para que ella pase a su lado dejándole indemne. Él alza un puño y la golpea en un costado. Chesire intenta recomponerse, pero de inmediato, una arcada la hace tambalearse. El golpe ha sido preciso, ha alcanzado el páncreas. Chesire se tambalea mientras vomita sin poder evitarlo, y Capucha Escarlata vuelve a golpearla, esta vez un sonoro bofetón en la cara.
-Pastelito, me has roto el corazón-dice, y extiende la mano hacia ella. El Orbe de Rama Kushna centellea, y lo que parecen ser extrañas raíces verdes brotan del suelo, enredando a Chesire, que aún nota el sabor a bilis en la boca-. Nos veía gobernando el mundo juntos, siendo una de esas grandes parejas. Bonnie y Clyde, Isabel y Fernando, Hera y Zeus, Jaime y Cersei... Y tú lo has tenido que estropear todo...
-Eres un puto psicópata-gruñe Jade, y al momento, una de las ramas verdes entre por la boca de Chesire, ahogándola, quitándole el aire.
-Dijo la sartén al cazo...-replica Capucha Escarlata-. Que yo recuerde, nunca he tirado una bomba atómica sobre ningún país... algo en lo que me llevas la delantera. La verdad es que me encantaría. Y ahora, tengo algo mucho mejor que una bomba atómica...
No tiene tiempo de terminar lo que estaba diciendo cuando un relámpago azul y rojo se estrella contra el árbol que sostiene a Chesire, desgarrándolo, rompiendo, y liberándola de la rama que amenazaba con romperle la tráquea. Capucha Escarlata ríe detrás de su máscara.
-¡Vaya!-exclama-. Esto sí que no me lo esperaba. En vez del Murciélago viene el Boy-Scout... Espera, perdona, ¿esto es Gotham, verdad? Quizá cogimos el vuelo equivocado y terminamos en Metrópolis por error. Ya sabes cómo son las compañías aéreas...
-Qué estás haciendo...-dice Superman, encarándose con él, mientras Chesire, refugiada tras el Hombre de Acero, trata de recuperar el aliento.
-Lo que cualquiera haría con una bola mágica-ríe Capucha Escarlata-. Dar lo mejor que tiene dentro a la ciudad que le vio nacer, crecer y desarrollarse. Estoy tan orgulloso de Gotham que mataría por ella... Bueno, ya sabes que es lo que estoy haciendo, claro.
-El Orbe...-consigue farfullar Chesire-. El Corazón Estelar...
Superman no necesita más, vuela de inmediato hacia Capucha Escarlata, esperando arrebatarle el Orbe de Rama Kushna, pero de pronto, se encuentra enredado en lo que parece ser una red que se cierra cada vez más sobre él, hundiéndose en su carne, cortando. Fina como un centenar de cuchillas.
-Lo más genial de este Orbe es que es mágico, ¿sabes?-ríe Capucha Escarlata-. Y la fuerza del Corazón Estelar también. Y si mi amigo Lex Luthor me enseñó algo durante nuestros encuentros es que "Superman es vulnerable a la magia, Superman es vulnerable a la magia, Superman es vulnerable a la magia". ¡Y yo ahora tengo magia! ¿No te parece estupendo?
Dos guanteletes de aspecto acerado aparecen en las manos de Capucha Escarlata, con numerosas púas. Superman intenta moverse, pero la red mágica no hace más que clavarse más profundamente en su carne. Y entonces recibe el primer golpe de Capucha Escarlata. Luego el segundo. Las púas se clavan en su carne, siente el dolor recorrer todo su cuerpo. Tras él, Chesire ve, aterrada, como Capucha Escarlata le da una tremenda paliza al que probablemente sea el ser más poderoso del universo. Y hace lo único que puede hacer. Mientras Capucha Escarlata golpea, ella se arrastra hacia las escaleras, y huye.
Tras un largo rato, Superman siente que la oscuridad le envuelve, y llega el alivio de la pérdida de conocimiento. Capucha Escarlata aún continúa golpeando un rato más, hasta que finalmente, roto de risa, se aparta del cuerpo yacente del kryptoniano. Se quita la máscara y escupe sobre él. Mientras se desliza hacia la inconsciencia, Superman puede ver su rostro. La piel blanca como el yeso, el cabello verdoso, los ojos desquiciados, la sonrisa como una cuchillada y los labios rojos como la sangre.
El Joker está en casa.
1.- La Larga Noche… lo hemos visto en los números anteriores de Amanecer en Escarlata.
2.- En Titanes, el mes pasado
3.- Si alguno no sabe de qué está hablando Batman, que lo dudo, que vuele a leer "Crisis de Familia", aquí en DCTopía
4.- En Jaque Mate 6
NOTICIAS DE ACCIÓN
Amanecer en Escarlata corre hacia su final, y en este número, las pistas se cierran y se descubre quien estaba detrás de la máscara de cristal rojo. El elegido de Apokolips, el Heraldo del Día de Darkseid, no podía ser otro más que el mayor portador del caos sobre la faz de la Tierra: el Joker.
El mes que viene, en Titanes, el desenlace de esta historia.
¡¡¡MWAH HA HA HA HAAAAA!!!