Anteriormente en Star Wars Legado: Jaster ha llegado a Kamino y se ha encontrado con Taun We, sin embargo la situación en el planeta no es del todo correcta. Jacen se ha quedado atrás intentando averiguar qué es la extraña conmoción en la Fuerza que rodea a los Vong.

PEJTHU - ESPACIO YUUZHAN VONG

Jacen había subido hasta las montañas buscando el pueblo perdido que la Nueva República no había podido evacuar a tiempo. Sus habitantes, casi todos ancianos, no disponían de ningún medio de transporte como deslizadores o naves de carga, así que no pudieron bajar hasta los asentamientos más poblados del planeta. Cuando Jacen llegó les informó de la situación y les alentó a que fueran a buscar refugio fuera del poblado. Los habitantes en principio no tomaron muy en serio los consejos de Jacen creyendo que exageraba, al fin y al cabo sólo se trataba de un cambio de gobierno y a ellos le daba igual estar bajo el mando de la República que de los Vong. Sin embargo cambiaron de opinión en cuanto vieron las naves de guerra Vong descender sobre el planeta.

Afortunadamente una fuerte tormenta estalló en aquel instante forzando a que las naves Vong tuvieran que descender lejos del poblado. Los habitantes del poblado lograron huir, internándose más en el sistema montañoso y buscando refugio en varias cuevas de la zona. Jacen les dio su comunicador advirtiéndoles que no intentaran ninguna comunicación, si no que esperasen a que la República contactara con ellos. Luego fue tranquilamente caminando hasta un puente que, salvando un considerable abismo, consistía en el único acceso al poblado. Los Vong tendrían que pasar por allí, dado que la tormenta les impedía sobrevolar la zona. Aún en medio de la intensa lluvia, Jacen se acercó hacia la mitad del recorrido del puente, activó su sable láser y trazó una línea a lo ancho del puente con la hoja blanco verdosa. Después volvió al inicio del puente y se sentó tranquilamente a esperar a que llegaron los Vong.

Mientras esperaba, repasó mentalmente los acontecimientos que le habían conducido a aquel momento. Recordaba la inquieta perturbación en la Fuerza que había sentido hacía un año ya, justo cuando acaba de convertirse en un Caballero Jedi de pleno derecho. Aquélla perturbación le había llevado a viajar de incógnito en el X-303, el navío de guerra de la República, pues sentía que su destino iba ligado al de aquélla nave. Su paciencia fue recompensada con la llegada de los Vong. Desde que se habían manifestado, Jacen había podido enfocar más y más su visión y ahora ya no tenía dudas. El Lado Oscuro envolvía a los Vong.

KAMINO

A medida que Jaster avanzaba por Ciudad Tipoca aumentaba su sensación de incomodidad. La presencia imperial era incuestionable, con patrullas recorriendo los pasillos de la ciudad. Además el color blanco de las paredes hacía que las armaduras de los soldados pudieran fundirse con ellas demasiadas veces. La sensación de que unos ojos negros te miraban desde las paredes era continua. Los kaminianos tampoco parecían a gusto con la situación. Lo había vivido en muchas ocasiones antes tiranos y regímenes dictatoriales así que Jaster lo identificó enseguida. Ese hablar bajo, ese camino rápido y con la cabeza gacha. El miedo reinaba en la ciudad, miedo a decir una palabra más alta de la otra, de decir una palabra a quien no se debía y luego simplemente desaparecer sin que nadie pudiera preguntar a riesgo de compartir el mismo destino.

La Primera Ministro Taun We, también era partícipe de aquél comportamiento. Callada, con la cabeza gacha y sin dejar ningún momento de mirar a los lados. El tonó ligeramente más oscuro de su grisácea piel indicaba a Jaster que Taun We era una anciana entre su gente. También notó un cierto aire melancólico y triste en la jefa de gobierno.

Entraron en el despacho de la Primera Ministro que sólo poseía un par de sillas ovaladas y una mesa con un teclado de datos. Los guardias se situaron pegados a la puerta. Estaba claro que aquella conversación iba a ser poco productiva con semejante protección. Taun We levantó la mano en señal de que esperase para hablar. Tecleó varias órdenes en su panel de datos. Jaster pudo notar un pequeño destello que inundó la habitación.

- Ahora podremos hablar tranquilos. Las cámaras de seguridad nos grabarán charlando amigablemente.

- ¿Y los soldados?

- Son leales a mí. Fueron creados para ello -dijo cruzando los brazos-. Pero supongo que no ha venido aquí sólo a hablar conmigo. Pero antes de nada, ¿podría hacer el favor de quitarse el casco?

- ¿Por qué?

- Quiero comprobar una cosa. No seguiremos hablando si no lo hace y tendrá que marcharse enseguida.

No tenía mucha más opción así que Jaster se quitó el quisco y lo apoyó en la mesa. Taun We no pudo disimular una mueca de sorpresa.

- Definitivamente eres él. No entiendo cómo has podido tardar tanto en llegar hasta aquí. Te esperábamos hace años.

- No entiendo. Hace días descubrí un mensaje de Boba Fett que decía que yo era un clon suyo y que debía venir a Kamino a buscarla para encontrar respuestas.

- Ese mensaje debiste recibirlo hace años. Un agente imperial estaba especialmente instruido para ello y debía traerte inmediatamente hasta aquí. No sé qué podía pasar.

Jaster se hizo una idea. La muerta de Fett ocurrió poco antes de la Batalla de Endor. El agente imperial pudo verse absorbido por la vorágine en la que cayó el Imperio tras la muerte de Palpatine.

- ¿Qué ocurre aquí?

- Fett dice la verdad en su mensaje, aunque no eres un clon suyo si no de un hombre llamado Jango Fett del que el mismo Boba era un clon. Yo vi crecer a Boba en estas instalaciones.

- ¿Me está diciendo que Boba Fett era un simple clon?

- No había nada simple con Boba, ni con Jango a decir verdad. Necesitábamos el material genético de Jango para crear un ejército de clones para la República. A cambio, nos pidió un clon inalterado.

- ¿Inalterado?

- Discúlpeme, estar tanto tiempo entre clonadores hace que una se olvide de que no todo el mundo entiendo el proceso de clonación. El proceso de clonación crea seres genéticamente idénticos a la muestra original pero para que sean útiles como ejército, se necesita que puedan desarrollarse con mayor celeridad que la de la muestra.

- Crecimiento acelerado.

- Así es. Y no sólo eso. En el caso de Jango tuvimos que moderar su tendencia natural al pensamiento independiente y a la rebeldía, así como instalar ciertas pautas de comportamiento como la lealtad inquebrantable.

- Y Boba no tenía esas modificaciones.

- No. Él era una copia perfecta, como lo es usted.

- Pero yo tengo... recuerdos de mi familia.

- Esa es una parte del posterior del proceso. Terminadas las Guerras Clon, el Imperio solicitó remesas más numerosas de clones para hacer frente a la insurrección Jedi. Teníamos nuestros problemas con las muestras originales de Jango, se habían degradado con el tiempo y el uso y eso hacía que nuestros proyectos se retrasasen. Pedí a Lord Vader que contactara con Boba y éste acudió. Lamentablemente, una muestra secundaria como la de Boba presenta sus propias dificultades de validez aunque logramos sacar adelante el proyecto. A cambio Boba pidió lo mismo que había pedido Jango, sólo que ésta vez él si introdujo modificaciones.

- ¿Qué clase de modificaciones?

- Verá. En aquellos momentos estábamos trabajando en la posibilidad de inculcar a los clones desde las tempranas épocas de su nacimiento el entrenamiento necesario para desarrollar su función. Un ejército clon que pudiera generarse en semanas en vez de años sería de lo más útil. Lamentablemente, el crecimiento acelerado de los clones con la implementación de su entrenamiento sólo conseguía hacerlos más inestables y tendentes a la violencia. Tuvimos que abandonar el proyecto finalmente pero en su caso, Boba nos permitió avanzar en su gestación. Él quería un clon al que se le pudiesen implantar sus recuerdos lo que nos pareció muy interesante. Planteaba nuevos desafíos y el equipo de diseño accedió gustosamente.

- Y lo lograron.

- Sí. Obviamente Boba tenía que acudir regularmente a terapias para extraerle sus recuerdos y almacenarlas. Estableció un tiempo máximo que podría transcurrir entre terapia y terapia. Pasado ese tiempo debíamos avisar a un oficial imperial que se pondría en contacto con usted, que estaba destinado en una base del Imperio a petición de Boba, y traerlo aquí para completar el proceso.

- Quería que me convirtiera en él.

- Es una versión mejorada más bien.

- ¿Qué quiere decir?

- Boba permitió que introdujésemos mejoras en cuanto a su proceso de envejecimiento. Era un estudio que realizábamos para el mismísimo Emperador. Habrá notado que envejece mucho más lentamente que cualquier miembro de su especie.

- Así es -dijo Jaster que intentaba asimilar toda la información que le habían proporcionado-. Francamente he encontrado más de lo que me esperaba en este lugar... puede que sea un golpe de suerte. Quiero hablar con su Maestro Jedi, tengo unos asuntos que discutir con él.

- ¡Imposible! ¡Nuestro trato con Boba es totalmente desconocido por el Maestro Jethron! ¡Si se entera podría tomar medidas contra nosotros! Algunos lo desobedecieron en el pasado y pagaron con sus vidas. ¡Por eso tanto secretismo en nuestra reunión!

- Ese no es mi problema.

- ¡Pero el tratamiento...!

- Francamente querida me importa un bledo lo que Fett esperase de mi. No voy a meterme en uno de tus juguetes para que juegues con mi mente. Dile al Maestro Jethron que quiero verlo enseguida o le haré saber de inmediato

PEJTHU - ESPACIO YUUZHAN VONG

Jacen abrió los ojos. Las tropas Vong se encontraban cruzando el puente. Al frente iban las legiones Hyuihu vestidas con sus armaduras orgánicas y armados con grandes rifles, acompañados de Wiortnes, animales especializados en el rastreo y que muchas veces servían de avanzadilla. Mucho más atrás, las bestias Dtatn tirabas de los gigantescos cañones de la artillería Vong. Encima de una de esas bestias de más de ocho metros de altura se encontraba un Zahnrano, el comandante Aldrairshlal Ack'Zal que mandó parar a los tropas. Jacen se levantó tranquilamente y fue caminando hacia el centro del puente donde había marcado una raya con su sable de luz.

Los Hyuihu apuntaron sus rifles pero Aldrairshlal Ack'Zal les ordenó que se contuvieran, tenía curiosidad por aquél joven. Aún montado en Dtatn se fue acercando hasta Jacen, acompañado de dos Hyuihu. Los dos quedaron frente a frente, separados sólo por la raya que dividía el puente. Aldrairshlal Ack'Zal ordenó a su Dtatn que se inclinara para poder mirar a Jacen a los ojos.

- ¡El Imperio Vong reclama estas tierras en nombre de su Emperador! ¡Júrale lealtad y te permitiremos vivir!

Aldrairshlal Ack'Zal sintió de pronto que los ojos de aquél joven le penetraban. Su mirada era tan fija que parecía que le estaba inspeccionando toda su alma, vislumbrando en su interior todos los pecados que había cometido en vida. Aquéllos ojos no estaban cargados de desafío, de ira o de miedo. Parecían estar cargados de paz, perdidos en la inmensidad del espacio. Aldrairshlal Ack'Zal sintió que el propio universo lo miraba y juzgaba.

- No sois verdaderos Vong -dijo Jacen-.

Aquello pilló por sorpresa a Aldrairshlal Ack'Zal.

- ¿Cómo demonios sabes eso?

- No tengo ningún problema con vosotros. No deseo un enfrentamiento. Mis amigos llegarán en poco tiempo y yo y los habitantes que restan en este planeta nos iremos. He trazado una línea en este puente, respetadla y saldréis de aquí con vida.

- ¿Y si no lo hacemos?

- Moriréis.

Aldrairshlal Ack'Zal empezó a reír y sus dos soldados se unieron a él. Intentando provocar a Jacen los dos soldados empezaron a juguetear con sus pies, haciendo ver que intentaban cruzar la línea que Jacen había delimitado, pero volviendo a su lado inmediatamente.

- Ya es suficiente. Prendedlo, servirá de comida a los Dtatn.

Los dos soldados cruzaron la línea. Un resplandor blancoverdoso los partió por la mitad en un parpadeo. Al principio, ni siquiera Aldrairshlal Ack'Zal se dio cuenta de lo sucedido. Sólo cuando vio las cuatro partes de sus antiguos soldados comprendió. Elevó al Dtatn en toda su altura y le ordenó atacar con una de sus grandes manos pero Jacen ya había esquivado el ataque dando un salto que lo llevó al principio del puente.

- ¡Lo quiero vivo! ¡El primero que lo coja no tendrá que escuchar los discursos del Visir! -dijo Aldrairshlal Ack'Zal -. ¡Voy a divertirme torturándote, chico!

Los Hyuihu entraron a la carrera, no queriendo disparar por miedo a matar a su presa. Jacen esperaba en el otro extremo del puente, sable en ristre y en posición defensiva. Cada vez estaban más cerca. Jacen apagó el sable. Confiados en una presa que se rendía, los Hyuihu aceleraron el paso. Jacen extendió los brazos e invocó la Fuerza.

Aldrairshlal Ack'Zal notó que el puente temblaba de manera extraña. Miró al chico, aquella poquita cosa a la que había despreciado hacía unos instantes y recordó entonces parte del despliegue táctico que había recibido para la misión. Recordó aquella pequeña nota sobre individuos que supuestamente podían mover cosas con la mente. Recordó a los Jedi.

Jacen giró los brazos. El puente pareció cobrar vida y moverse como si fuera chicle. Las vigas se desprendieron, los cables que soportaban el peso del puente se soltaron y el acero se resquebrajó dejando caer a los Vong al vacío.

Las tropas Vong que aún no habían entrado en el puente contemplaban con asombro lo que había pasado pero no tuvieron mucho tiempo para reaccionar. De un salto Jacen había superado el abismo y con su sable activado comenzó a deshacerse de todo aquél que se interpusiera en su camino. Las tropas Vong hablarían por siempre de un demonio que les atacó en un remoto mundo con su rayo verde y sus inimaginables poderes. Si sobrevivían a la experiencia.

HIPERESPACIO - EN RUTA A LA FRONTERA DE LA REPÚBLICA.

- ¡No puedo creer que le hayas permitido quedarse! -gritó Jaina que acaba de despertarse y había ido corriendo al puente de mando del X 303-.

- Tu hermano me advirtió que reaccionarías así.

Corran estaba acompañado de Holden, el coronel al mando de la nave y del Maestro Kyp Durron que contemplaban el respaldar del túnel hiperespacial a través de los grandes ventanales del puente del X-303

- ¡Le has abandonado, Corran!

- Para empezar, Aprendiz Solo, delante de otros debes llamarme Maestro Horn y recordar cuál es tu lugar.

- Lo siento, Maestro Horn. Yo sólo, es mi hermano y...

- Jacen es un Caballero Jedi y como tal es más que capaz de valerse por sí mismo -la interrumpió, tajante, Corran-.

- Sin embargo, dejarle en Petjhu ha sido una temeridad -intervino Kyp-.

- ¿Qué otra posibilidad había? Traerle por la fuerza sólo nos habría retrasado y podría haber creado un incidente diplomático entre la República y los Vong.

- ¡Tenemos que volver a por él y a por los que se quedaron atrás! -insistió Jaina-.

- Por supuesto. Es lo que haremos, cuando salgamos del hiperespacio. Ten paciencia, Jaina.

- Volver a por ellos podría significar el mismo accidente diplomático que intentaste evitar en un principio -advirtió Holden-.

- No si el Fortuna Errante es quien vuelve a por Jacen -dijo Corran sonriendo-. Afortunadamente conozco muy bien a su capitán y a su hija.

- Pero...

- Si los Vong han venido a convertirse en nuestros nuevos vecinos tendrán que empezar a familiarizarse con el concepto de contrabando.

- Sólo espero que lleguemos a tiempo -dijo Jaina-.

LA TASCA DE MOS EISLEY

Bueno, otro numerito...