Anteriormente en Star Wars Legado: Han y Leia han llegado a Bastión para reunirse con el Gran Almirante Garnet justo en el momento en que un guerrero Sith desconocido les ataca y consegue dejar fuera de combate a Leia. El Imperio Yuuzhan Vong ha permitido a la Nueva República trasladar a sus ciudadanos a otros planetas fuera de su Imperio antes de que caigan bajo su control...
BASTIÓN - REMANENTE IMPERIAL
Aunque la preocupación por su esposa era apremiante y ocupaba una buena parte de sus pensamientos en lo que estaba centrado ahora mismo Han Solo era en conseguir por todos los medios un bláster o algo con lo que defenderse por mucho que supiera por encuentros pasados que utilizar tal arma contra un Sith o un Jedi era una pérdida de tiempo. Sin su arma se sentía amenazado y no sólo porque estuviera corriendo con una docena de guardias imperiales, vestidos con sus armaduras rojas y equipados con las tradicionales lanzas ceremoniales. Que Chewbacca estuviera a su lado era un golpe de suerte pero hasta el wookie se sentía nervioso ante la situación de verse envuelto en un conflicto con imperiales y un atacante desconocido, desarmados y aún por encima intentado defender a un Gran Almirante. Años atrás ellos habrían sido los que estuviera invadiendo Bastión o cualquier base imperial de turno persiguiendo al Moff local o a cualquier autoproclamado Señor de la Guerra imperial.
Llegaron a un turboascensor donde los catorce miembros se acomodaron tranquilamente en el amplio espacio. Han notó con el ascensor bajaba rápidamente a los niveles más bajos del planeta.
- ¿No deberíamos intentar salir hacia arriba? -preguntó Han-.
- He copiado alguna de las ideas más ingeniosas de mis predecesores al mando del Imperio. Seguro que se acuerda de Ysanne Isard.
Han la recordaba perfectamente. Isard había sido la Directora de Inteligencia imperial tras haber delatado a su propio padre frente a las fuerzas de Palpatine con el que se rumoreaba que tenía una relación. A la muerte del Emperador, Isard supo mantener la calma y poco a poco s fue haciendo con el control del Imperio aunque su condición de mujer hizo que muchos Moffs se revelasen y hiciesen la guerra contra la Rebelión por su cuenta, lo que ayudó y mucho a su posterior caída y al alzamiento de la Nueva República.
A lo que Garnet se refería con la idea ingeniosa de Isard era su método de fuga de Coruscant. Cuando la Nueva República atacó el planeta-ciudad, Isard consiguió escapar en un Superdestructor Estelar que Isard había construido bajo la propia ciudad y que en su huída arrasó varias partes de la misma, incluyendo el Templo Jedi1.
- ¿Tiene un Superdestructor aquí abajo?
- No podemos permitirnos tales lujos -dijo Garnet un poco apesadumbrado-. Pero sí un Destructor Imperial Mark III. Creo que bastará para permitirnos salir del planeta.
- Yo preferiría mi Halcón la verdad.
El ascensor se detuvo de golpe. Los guardias se apresuraron a cubrir al Gran Almirante rodeándolo y alzando sus armas hacia todos los lados posibles cubriendo cualquier eventual y posible ataque. El techo del ascensor comenzó a echar chispas y una hoja de sable láser escarlata comenzó a abrirse paso a través. Los guardias abrieron fuego con intensidad agujereando el techo. Una columna de humo cubrió toda la cabina del turboascensor.
- ¡Alto el fuego! -gritó el Gran Almirante-.
Los guardias dejaron de disparar al unísono. El humo les impedía ver nada aunque poco a poco se iba disipando. Sin embargo la cabina permanecía en total y absoluto silencio, esperando a que su atacante produjera algún ruido o no. Han comenzaba a sentirse nervioso ante tanto silencio. El humo comenzó a disiparse.
- Parece que el peligro ha pasado -comentó un Guardia-.
En ese instante el techo comenzó a doblarse sobre sí mismo, como si una extraña fuerza invisible lo estuviera manejando. Los guardias, asustados, comenzaron de nuevo a disparar pero de pronto sus armas salieron volando de sus manos. El guerrero Sith saltó entonces dentro del ascensor y activó su sable láser. Los guardias, juntos como estaban protegiendo al Gran Almirante, ofrecieron un blanco demasiado fácil. Con un par de mandobles, el guerrero Sith acabó con la mitad de ellos. La otra mitad se abalanzó sobre él buscando desesperadamente en sus armaduras los vibrocuchillos para acabar con él. Pero en la desesperación de su ataque estuvo su error. A corto distancia, el sable láser era un arma formidable que acabó con ellos sin más dilación.
Fue Chewbacca quien pudo conectar el primer golpe. Con sus poderosos y largos brazos, aprovechó la distracción que involuntariamente le proporcionaron los guardias para golpear con virulencia al guerrero Sith que soltó su sable láser y cayó al duro suelo. Han intentó coger el sable láser del Sith pero lejos de estar vencido, el guerrero Sith propició un duro golpe en la rodilla del Wookie que le hizo perder momentáneamente el equilibrio. El Sith lo aprovechó para levantarse de un salto y usando la Fuerza empujó al wookie y al capitán corelliano contra las paredes de duracero del turboascensor dejándolos aturdidos.
El Sith usó entonces la Fuerza para recuperar su arma y se acercó al Gran Almirante con su sable en ristre.
- Durante largos años he temido que llegara este momento. Dile a tu amo...
El Gran Almirante no tuvo tiempo de acabar su frase pues el guerrero Sith le decapitó con la hoja de su sable láser. Han, que había sido mínimamente protegido por el cuerpo de su amigo wookie del choque contra la pared del turboascensor, pudo observar todo la escena aún medio conmocionado por el golpe. Vio cómo, tras decapitar al Gran Almirante, el guerrero Sith levantaba la cabeza y esperaba tranquilamente en silencio. Intentó encontrar algún arma o cuchillo que le permitiese atacarle pero antes de que pudiera hacer nada el guerrero Sith saltó fuera del ascensor.
YAVIN 4
Las estelas se convirtieron en estrellas y el caza Ala-X de Luke Skywalker volvió al espacio normal a la sombra del gigante gaseoso de Yavin. El experimentado Maestro Jedi salió de su trance autoinducido y comprobó todos los sistemas de su antigua nave antes de coger los mandos y dirigirse hacia la cuarta luna de Yavin donde se encontraba la Academia Jedi que había fundado tantos años atrás. Descendió a la atmósfera de la luna y aterrizó en una de las plataformas habilitadas para tal uso en los templos de la luna jungla. Al salir de la nave, el Maestro Kam Solusar se acercó a recibirle. Kam había sido uno de los primeros discípulos de la Academia y ahora mismo la dirigía ya que Luke prefería dedicarse a otras tareas, desde la instrucción básica o de un aprendiz padawan a la búsqueda de potenciales candidatos para la Academia.
- Maestro Skywalker, es un placer volver a verle de nuevo.
- Lo mismo digo Kam y por lo más sangrado: es Luke -dijo con una sonrisa y añadió- ¿Dónde está mi hija?
- Anakin y ella partieron hace dos días hacia Nuevo Alderaan. Pero hay otros asuntos que necesitan de nuestra atención urgente.
- Erredós captó algunas transmisiones por la Holored pero no pudimos obtener confirmación oficial desde Coruscant.
- Su hermana la Reina nos facilitó la información -dijo Kam mientras ambos se introducían en los pasillos del antiguo templo y avanzaban hacia la que una vez había sido la sala de guerra de la Alianza Rebelde y ahora era el centro de comunicaciones de la Academia-. La Nueva República ha comenzado a desplazar a todo ciudadano de la República fuera del territorio de los Vong pero tienen poco margen de maniobra antes de que expire el plazo y no pueden desplazar las suficientes naves.
- ¿Sabemos algo de esos Vong?
- Por ahora nada. Los contactos que Coruscant ha tenido con ellos han sido sólo de audio. Creo que son algo tímidos.
- Seguro que sí pero tengo un mal presentimiento sobre estos "nuevos vecinos". Noto una perturbación en la Fuerza.
- También lo he notado pero es esquiva, no consigo enfocarla. Pero algo es seguro: el Lado Oscuro envuelve a estos nuevos seres.
- De todas maneras ahora nuestra prioridad es ayudar en la evacuación de los refugiados, dejaremos nuestras sospechas para otra ocasión. Supongo que el Canciller no habrá solicitado nuestra ayuda.
- La hemos ofrecido pero no hemos obtenido respuesta.
- Pues la tendrá igualmente. Contacta con Corran en Corellia y dile que solicite la ayuda de su suegro, el Fortuna Errante nos garantizará cobertura y una buena nave de transporte. Utiliza el canal interno y moviliza a todos los Jedi con naves de transporte y mándalos a la frontera a recoger. Yo avisaré a Mara para que hable con Karrde y veamos si podemos pagar el precio que nos exigirá por su ayuda. ¿Quién se encarga de coordinar el realojamiento?
- Es Holden.
- Perfecto. Al menos tendremos a una cara amiga al mando.
HIPERESPACIO - En ruta hacia la base mandaloriana
Jaster Mereel se sentó en la parte de atrás de su lanzadera de asalto, lejos de las miradas y oídos del resto de sus camaradas mandalorianos. La tarjeta de datos que la había dado la embajadora B´Sessn le había dado a cambio de su colaboración como tercera parte en un intercambio de armas descansaba sobre su mano. En teoría, y si la embajadora había cumplido con su palabra, contenía todas las respuestas que tenía sobre su pasado desde que abandonara el servicio imperial hacía ya más de una década.
Introdujo la tarjeta en el lector de datos y esperó pacientemente hasta que la imagen holográfica de un mandaloriano vestido con su clásica armadura se formó. Aquella armadura, si bien ahora podría haber caído en el olvido, era la armadura que Boba Fett había vestido durante sus años como el cazarecompensas más famoso de la galaxia.
- Si estás viendo esto significará que he muerto y has sido activado.
Fett se quitó el casco. Jaster se quedó paralizado: era su viva imagen, dos gotas de agua salvo por las cicatrices que ambos hombres se habían hecho en diferentes situaciones.
- Tendrás muchas preguntas pero lo resumiré todo lo que pueda: eres un clon, parte de un proyecto secreto de los clonadores de Kamino con mi ADN. Les pagué buenos créditos para conseguir un clon inalterado de mi ADN que llegado el momento pudiera reemplazarme y continuar con mi legado -la grabación en ese instante sufrió una intermitencia y Jaster observó cómo Boba Fett seguí hablando pero no había forma de entender sus palabras-... debes buscar a Taun We en Kamino para que ella complete el proceso.
En ese instante la grabación se interrumpió del todo. Estaba claro que había fragmentos del mensaje que no se habían reproducido y también estaba claro el siguiente pasa a dar. Jaster contactó con la cabina de mando.
- Vamos a hacer un cambio de rumbo chicos, haremos una parada extra en Kamino.
- No figura ningún Kamino en nuestros mapas, Jaster.
- Eso es... extraño. Tendremos que visitar a un viejo amigo entonces, pon rumbo a Nar Shaddaa.
FRONTERA CON EL IMPERIO YUUZHAN VONG
Holden contempló la lista de desplazados una vez más, como había hecho en las últimas e interminables horas pero su cabeza estaba en otra parte. Kilena, la aprendiz del embajador B´Sessn sólo había dado vagas explicaciones sobre el ataque a su lanzadera; piratas, no pudo reconocer los cazas... La caja negra de la lanzadera no pudo ser recuperada en la operación de rescate y Holden no disponía actualmente del personal necesario para realizar la recuperación y pronto sería imposible pues el planeta pasaría a estar integrado dentro del Imperio de los Yuuzhan Vong.
Volvió a mirar la lista por enésima vez. Todavía no entendía cómo Vikk Draygo había podido sobrevivir a su experiencia en Salu, debería estar muerto o moribundo y no haciendo viajes de ida y vuelta trasportando desplazados a los planetas designados por la Nueva República.
Repasó la lista de nuevo. Algo andaba mal en todo aquello y no sabía qué era. La llegada de los Vong, Kilena, Draygo... todo parecía un puzle complicado, con piezas que aún no alcanzaba a ver. Pero de algo estaba seguro: la Nueva República no sería capaz de desplazar a todos sus ciudadanos fuera del territorio Vong antes de que venciese el plazo.
J´Hryn, embajador de los B´Sessn a bordo del X-303 escuchó con pelos y señales el relato que su alumna le narraba sobre el ataque a su lanzadera por parte de los Yuuzhan Vong.
- Tus atacantes abordaron la lanzadera -dijo J´Hryn-. Y pudiste ver sus armaduras.
Kilena asintió.
- Desconectaron mi camuflaje personal -dijo tocando, con sus tres dedos, la frente donde varias formaciones óseas habían creado una forma que se asemejaba a la de una mariposa-. Y vieron mi verdadera forma.
- Sus armaduras...
- Definitivamente era tecnología orgánica, muy similar a la nuestra.
- ¿Confirmas tu afirmación inicial sobre la presencia de los Yuuzhan Vong?
- Sí, maestro.
J´Hryn suspiró.
- Entonces nuestra misión ha terminado. Debemos volver.
- Perdón maestro pero ¿y la Nueva República? Deberíamos avisarles.
- El Cónclave tomará una decisión.
- Lo sé pero creo que deberíamos recomendar al Consejo que preste su conocimiento y ayuda la República.
- ¿Y eso por qué?
Kilena tocó de nuevo su frente y presionó hundiendo los huesos. La piel de Kilena perdió su color azulado, sus ojos se volvieron claros perdiendo su negro habitual, sus tres dedos se conviertieron en cinco y sus orejas dejaron de ser puntiagudas.
- Al fin y al cabo, muchos son humanos como nosotros.
1.- Para los curiosos. Ese destructor acabaría siendo capturado por el Escuadrón Pícaro y pasaría a formar parte de la armada de la Nueva República. En esta serie ha aparecido varias veces: es el Lusankya, que ahora es la nave insignia de la Quinta Flota.
LA TASCA DE MOS EISLEY
Bueno, otro numerito...