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Hace mucho tiempo en una galaxia muy, muy lejana...



Star Wars

STAR WARS: LEGADO #41
Primer contacto II
Guión y portada: Ben Reilly
Guía de Personajes

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Anteriormente en Star Wars Legado: El Imperio Yevethano ha interrumpido toda comunicación exterior. La Séptima Flota de la República y un grupo de representantes de los gobiernos B´sessn e imperial han sido enviados a la frontera del territorio yevethano para investigar el suceso cuando un consejero yevethano llega en una nave diplomática y solicita asilo...

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FRONTERA CON EL IMPERIO YEVETHANO

Esperaron pacientemente hasta que Bemm Stolk acabara de beberse su taza de té estimulante. Hacía una hora que el miembro del heterodoxo consejo que gobernaba el Imperio Yevethano había llegado en una nave diplomática con más que evidentes signos de lucha desde la cual había solicitado asilo. Al desembarcar le habían dispensado atención médica a él y al resto de su tripulación y ahora lo habían mandado a la sala de situación para interrogarle.

- Recibimos un informe de una de nuestras bases en la frontera con las Regiones Desconocidas que indicaba un inusual movimiento de naves. Temimos que fuera un intento del Imperio para volver a hacerse con nuestros territorios y mandamos una de nuestras flotas como medida disuasoria pero no encontramos naves imperiales.

- ¿Hutts? -preguntó el General Ka'zel Teekor-.

- No. Nuestras bases de datos no reconocieron el modelo de nave. Pese a nuestros intentos de establecer un primer contacto pacífico fuimos atacados. Intentamos oponer resistencia pero tuvimos que batirnos en retirada. Reorganizamos nuestras fuerzas y lanzamos un contraataque pero nuestra línea de defensa no pudo aguantar y tuvimos que llevar el grueso de nuestras fuerzas de vuelta a la capital para protegerla. Sin casi tiempo para respirar una flota apareció sobre nuestros cielos y atacaron nuestro mundo hogar.

- Un ataque contra N´Zoth -dijo el Moff Lik Fatha con impresión-. Cualquier simulación hecha con ese escenario... cualquier intento de atacar N´Zoth acabaría con una matanza.

- Lo fue pero eso no les detuvo. Aunque luchamos día y noche no pudimos frenar la ofensiva. Se decidió que los miembros del Consejo fuésemos evacuados del planeta ahora que todavía era posible. En nuestra fuga, fuimos atacados y mi nave quedó gravemente dañada y no pude llegar al punto de encuentro en el tiempo establecido. Llevamos más de un día viajando sin haber recibido comunicación alguna desde N´Zoth.

- ¿Tiene alguna imagen de las naves que les atacaron? -preguntó el embajador J´Hryn-.

- Sólo lo que registraron los sensores de la nave en nuestra huída... y el núcleo de memoria ha quedado seriamente dañado.

- ¿Cuánto tiempo hace del primer contacto? -preguntó Holden-.

- Una semana y tres días.

Han silbó asombrado. Aunque la flota del Imperio Yevethano no fuera tan grande como la de la Nueva República (de hecho, ninguna lo era ya desde hacía mucho tiempo) sí que era una flota bien armada, organizada y comanda por los generales más despiadados que había. Si en una semana la flota yevethana había tenido que retirarse de la capital, los misteriosos atacantes eran una fuerza a tener en cuenta.

- Gracias Consejo -dijo el General Bemm Stolk-. Puede retirarse por el momento.

Dos guardias escoltaron al consejero a sus aposentos. Todos los presentes esperaron unos segundos antes de volver a hablar organizando toda la información que ahora poseían.

- ¿Serán los Ssi- ruuk? -preguntó Han-.

Han se estaba refiriendo a una raza alienígena que había hecho su aparición en los días siguientes a la Batalla de Endor. Debido al caos que azotaba al Imperio en aquellos días la Rebelión había tenido que acudir en ayuda del planeta Bakura que se encontraba asolado por los atacantes de la nueva raza alienígena.

- El Imperio Yevethano posee antiguos informes imperiales del incidente de Bakura -dijo el Moff Lik Fatha visiblemente preocupado-. Sus bases de datos habrían reconocido las naves.

- Ahora más que nunca debemos obtener información -dijo el embajador J´Hryn-. Nos enfrentamos a una nueva raza aparentemente hostil.

- Embajador, con el debido respeto, no pueden adentrarse en territorio hostil yendo en un carguero -dijo el General Ka'zel Teekor-. No sería seguro.

- Llevaré el X-303 en retaguardia -dijo Holden que no quería perder más tiempo con las dudas del General-. El embajador y el Moff irán en él y mantendremos contacto siempre con el Halcón.

- Si son atacados...

- El X-303 es nuestra mejor baza para recoger el Halcón y salir de ahí a toda mecha.

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Han terminaba de subir todo el material al Halcón y comprobaba que todos los sistemas funcionasen normalmente cuando vio que Leia se acercaba con preocupación en su cara.

- ¿Has logrado hablar con Luke?

- Kam ha dicho que salió hace unos días de la Academia. Llamé a Mara pero tampoco sabe nada.

- Seguro que estará bien. En algún problema, pero bien.

- Sí. Mara ha dicho que llegará con Jaina tan pronto como puedan. Galen y Ben llevan de incógnito varios meses y no he podido contactar con ellos.

- Esperemos no necesitar su ayuda. Entra, despegaremos enseguida.

Leia así lo hizo. Holden se acercó acompañado por un joven teniendo de barba poco marcada y también acompañado por la aprendiza y ayudante del embajador B´Sessn, Kilena.

- Alteza...

- Entre usted y yo Holden. Alteza es mi esposa.

- Como quiera, Capitán. El Embajador J´Hryn quiere que su ayudante vaya con ustedes para tener información de primera mano.

Han torció el gesto.

- Me gusta tener los políticos justos en mi nave.

- Estará calladita. No puede hablar a no ser que el embajador la autorice.

- Lo que ha hecho -dijo Kilena-.

- ...gracias por la ayuda -dijo Holden-. De todos modos...

- De acuerdo -accedió Han suspirando. Cuantos más seamos más reiremos. ¿Algo más?

- El Teniente Draygo irá con usted para garantizar la seguridad de la aprendiz. Es uno de nuestros mejores pilotos y tiende a solucionar problemas de una manera muy... "creativa"

- Apuesto a que sí -dijo riendo Han-. Anda sube, necesito un copiloto que confíe más en sus ojos que en la Fuerza. Entre tú y yo, no sé por qué tienen esa manía de pilotar con los ojos cerrados.

- No puedo prometer que no lo haga.

- Anda sube. ¿Más pasajeros de última hora?

- En realidad sí... yo.

- ¿Eh? ¿Seguro? ¿Confías tanto en tu primer oficial como para dejarlo al cargo de la nave y de nuestra seguridad?

- ... sí, claro, por supuesto...

- ¿Cómo se llama?

- No hagas preguntas difíciles. Vamos, es un bothan que está por enchufe pero eso no lo hace un incompetente.

- ¿Seguro?

- Mmmff... la próxima vez que hable con Galen tendré que decirle que mantenga su boca cerrada.

- Sí, deberías. Venga sube... tendría que cobraros pasaje.

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El plan, por llamarlo de alguna manera, era sencillo. Iban a saltar a un sistema intermedio dentro del Imperio Yevethano con abundante población humana donde poder mezclarse y hacerse pasar por comerciantes mientras el X-303 les esperaba un poco más rezagado y preparado para rescatarlos ante el mejor signo de problemas.

Han hizo descender el Halcón en el espaciopuerto y sacó varias capas con capucha que los ocultaría y permitirían mezclarse entre la población. Al bajar de la nave tuvo que "negociar" con el encargado para que no hiciese demasiadas preguntas. Al salir a la calle les llamó la atención la poca cantidad de gente que había en ellas y en cambio la gran cantidad de droides de combate que había.

- Si han declaro el toque de queda nos estamos metiendo en un buen lío -le susurró Leia-.

- Tienes razón. Vayamos a la cantina a ver qué podemos averiguar y salgamos de aquí.

Entraron en la cantina. No era muy distinta de aquella en Tatooine donde la vida de Han había dado un vuelco, sólo que en esta cantina no había música alguna y las luces estaban todavía más tenues escondiendo a la clientela entre las sombras. Mientras los demás se dirigieron a una mesa apartada, Han fue hacia la barra. Ahora mismo deseaba que Chewbacca estuviera con él vigilando su espalda.

- Una cerveza de Malastare -pidió-.

El camarero le miró despectivamente y le entregó un vaso no excesivamente limpio que contenía un líquido azulado. Normalmente la cerveza de Malastare era de color rojo.

- Qué poco movimiento hay por aquí, ¿no? -el camarero se puso a secar un vaso con un paño sin hacer caso de Han-. Vengo de la frontera con un cargamento de... frutas exóticas que por lo que veo voy a tener que comerme -el camarero gruñó-. Pensaba que este era un espaciopuerto importante.

- Nunca hemos tenido mucho mercado de frutas exóticas -dijo al fin el camarero-.

- Ya llevo varios puertos sin suerte.

- Es una mala semana.

- Nunca me había pasado.

- Es una mala semana -volvió a insistir el camarero-.

- Venga... seguro que sabe a quién puede interesarle mi cargamento y...

Las luces de la cantina comenzaron a parpadear y poco después el edificio comenzó a temblar. Han miró hacia donde estaban sentados su mujer y el resto del grupo quienes llevaron sus manos a los comunicadores y a sus armas. Han vio por el rabillo del ojo que el camarero se largaba corriendo y volvía con un rifle bláster y una armadura corporal.

- ¿Qué demonios ocurre? -preguntó Han-.

- La invasión se acerca. Tú y tu cargamento harías bien en iros.

Han asintió convencido y fue hacia la mesa donde estaban sus compañeros y juntos abandonaron la cantina. En el cielo pidieron observar por primera vez las misteriosas naves que llevaban diez días atacando el Imperio Yevethano. Eran espigadas, con cuatro motores dos en cada lado. Su forma recordaba a la de un puñal aunque lo que más le llamó la atención a Han fue su cubierta que simplemente parecía ser la piel de algún animal marino. Al lado de las grandes novaes volaban pequeños cazas que producían un curioso siseo al sobrevolarles. Había un tercer tipo de nave, más grande y cuadrada que las anteriores, que descendía a tierra desembarcando tropas.

- Deberíamos acercarnos más para observar mejor -djjo Kilena-.

- Es lo que estaba pensando -contestó con ironía Han-. Acercarme más dice...

- Sacaremos imágenes desde el Halcón -dijo Holden-. Mejor no arriesgarse más.

Los cazas alienígenas comenzaron a bombardear la ciudad mientras las tropas descendían en las afueras y se adentraban en su interior tomando los puntos principales, incluido el espaciopuerto. Justo antes de llegar a su hangar, Han y el grupo se encontraron con un pelón tomando las oficinas y talleres Acto seguido ambos grupos abrieron fuero. Mientras se agachaba de los disparos y se levantaba para devolver el fuego Han pudo echar un vistazo a los soldados. Llevaban una extraña armadura, tan extraña que Han no alcanzaba a tender si lo que estaba viendo era una armadura o por el contrario era la propia piel del soldado. Medían más de dos metros y su cabeza estaba protegida por un casco del mismo diseño que la armadura y que, donde estaba la boca, había una especie de tela que se pegaba a los labios y les permitía hablar y respirar.

- ¡Creo que tendríamos que retroceder! -gritó Holden por encima del ruido de las armas-. Podemos encontrar otra nave.

- ¡No me pienso ir sin mi nave!

- Alteza -dijo Holden refiriéndose a Leia-. Hágale entrar en razón.

- Llevo 30 años intentándolo.

- El Halcón es nuestra mejor baza para escapar -dijo Han-.

- Si no nos deja en el camino -contestó Holden consciente de la "fama" ganada por el viejo carguero-.

- He oído eso.

- Claro... lo estaba gritando -dijo Holden mientras se resguardaba de un disparo que pasó demasiado cerca de su cara-. Llamaré al X-303 y mandaré que se acerquen para recogernos.

- Si quieres perder el tiempo -dijo Han-. Cariño, ¿y si usas un poco de tu "mojo" Jedi?

Leia había dejado su sable láser en el X-303 consciente de que la mítica arma Jedi atraería demasiada atención si se veían atrapados en el planeta o si tenían que irse a toda velocidad (como era el caso) Pero su "mojo" Jedi no se reducía sólo a amputar brazos con el sable láser. Levantó la mirada y buscó algo que le sirviera como arma y vio una pila de cajas de recambios cerca de los soldados. Usando la Fuerza hizo que la pila de cajas se derrumbase sobre los soldados librándose de la mitad de los mismos.

- El comunicador no funciona -dijo Holden mientras derriba a un soldado-. Deben estar interfiriendo las comunicaciones.

- Entonces será mejor que nos demos verdadera prisa en salir de aquí -dijo Han saliendo de la posición en la que se estaba resguardando y disparando sendas veces hasta acabar con el último soldado que se les oponía-.

- Vienen más guardias por el norte -dijo Draygo mientras todos avanzaban hacia el Halcón-.

Han subió la plataforma a la carrera y llegó jadeando a la carlinga donde empezó a activar todos los sistemas.

- ¿Qué es esa luz roja? -preguntó Holden mirando hacia el cuadra de mandos-.

- No es nada.

- Dice "peligro"

- Seguro que no es nada. Agarramos que despegamos.

Los repulsares hicieron elevarse al Halcón hasta salir del recinto del espaciopuerto tras lo cual Han activó los quemadores principales y el antiguo y modificado carguero corelliano salió disparando fuera de la atmósfera del planeta.

CONTINUARÁ

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LA TASCA DE MOS EISLEY

Bueno, otro numerito, esperemos que el siguiente tarde menos en salir :D

 
 
   
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