5 años después del número 39

CORUSCANT

Leia Organa Solo, actual Reina de Alderaan, depositó la urna con sumo cuidado. Garm Bel Iblis, General, senador, líder de la facción rebelde de Corellia y posteriormente fundador de la Alianza Rebelde, descansaría ahora para siempre en el Palacio de la República de Coruscant. Su muerte se había producido pacíficamente dos días atrás, en la casa de Corellia adonde se había retirado años antes. Como todos los héroes de la Rebelión que lo deseasen, las cenizas del antiguo general se habían traído hasta Coruscant donde se incorporaban al Salón de los Héroes para descansar junto a sus camaradas caídos. Debido a la amplitud requerida para semejante obra, las cenizas sólo podían permanecer unos años en la cámara antes de ser reenviadas a su planeta de origen. Su presencia era reemplazada por imágenes holográficas del fallecido que se mostraban en los numerosos paneles que poblaban la sala y que a su vez iban rotando con todos los rostros de los fallecidos.

La ceremonia había terminado su parte pública que se había desarrollado desde el aterrizaje de la lanzadera en la plaza del Senado hasta la entrada en el gigantesco Palacio de la República. Ahora, sólo estaban presentes Leia, Han, el Diktat corelliano actual, el Canciller Fey´lya como máximo mandatario de la República y el Almirante de la Flota, Gryksoss Gyan'dra, un bothan de la confianza de Fey´lya.

Fey´lya tomó entonces la palabra y pronunció un discurso que resumía la contribución del antiguo senador a la situación actual de la galaxia pero Leia no le escuchaba. En parte porque sabía que a Fey´lya, Bel nunca le había caído bien y en parte porque por su mente cruzó la idea de que en aquella sala también iba a descansar ella. La idea comenzó a angustiarla pero las técnicas de relajación Jedi aprendidas y ejercitadas hasta la extenuación durante su mandato consiguieron que se calmara. Al fin y al cabo podría ser peor. Muchas personas no estaban representadas en ese supuesto Salón de los Héroes porque su contribución había sido secreta y ni siquiera se sabía que habían formado, aunque fuera brevemente, parte de la Rebelión. Leia miró los rostros que surcaban las pantallas. Algunos eran, por su vestimenta, Jedi que habían muerto durante su "supuesta" rebelión contra la República y Palpatine. Otros eran senadores, librepensadores o simplemente gente que había levantado la voz en contra de las reformas que Palpatine había introducido en la ya extinta República. Tay Mayl, la senadora Kerja Unchdanchhas, el general Thychenrioet, la senadora Amidala, Ash Naar... los nombres empezaron a cambiar rápidamente a los ojos de Leia hasta que Han la sacó de su ensimismamiento.

- Parece ser que ya no soy el único que se duerme con Fey´lya -le dijo cariñosamente al oído-. Vámonos, esto ya se ha acabado y tengo el Halcón aparcado en doble fila.

- No seas irrespetuoso.

- ¿Irrespetuoso yo? En Corellia lo que solemos hacer cuando alguien muere es cantar sus alabanzas mientras nos emborrachamos con whisky o algún veneno similar.

- Pero eso es porque sois corellianos y no toda la galaxia os puede aguantar...

- Los wookies también lo hacen.

- De todas maneras, tenemos que despedirnos de Fey´lya.

- Cogeré mi bláster. Tú apáñate con la espada de luz.

- No eres nada gracioso. Además he dejado la espada en el Halcón... pero tengo mi vibrocuchillo -dijo sonriendo picaronamente-.

Han y Leia fueron hacia Fey´lya que charlaba amistosamente con el Diktat. Justo en ese momento uno de los asesores de Fey´lya cruzó apresuradamente la puerta y se dirigió hacia el Canciller para hablarle al oído. Leia reconoció rápidamente la situación, algo andaba muy mal.

Fey´lya entró en la sala de guerra con rapidez seguido del Almirante de la Flota. Dentro de la sala, se encontraba el bothan al mando de la Primera Flota, la armada que protegía Coruscant y sus territorios próximos, el General Chaa La'k así como el director de la INR¹ el también bothan Seyrskbral La'ki y más altos cargos del gobierno de Fey´lya que se levantaron instantemente en cuanto éste cruzó la puerta.

- ¿Qué ocurre?

- Canciller -empezó a decir La´ki en su cargo de director de la INR-. Hemos recibido una transmisión muy preocupante desde el Cúmulo de Koornacht.

- Yevethanos -dijo Fey´lya paladeando la palabra. El Imperio Yevethano era una de las grandes potencias de la galaxia y se caracterizaba por su xenofobia y su gran agresividad frente a los otros gobiernos. La República había tenido que hacer frente a sus ansias expansionistas más de una vez-.

- Nuestros espías han confirmado un ataque a la misma capital de N´zoth -dijo el director de la INR-.

- ¿Cómo dice? -preguntó Fey´lya incrédulo-.

- Hace diez horas recibimos pequeñas informes de nuestras fuerzas destacadas en el Imperio Yevethano de varios ataques contra objetivos yevethanos.

- ¿El Remanente Imperial les ha atacado?

- Hemos contactado con la embajada imperial pero han negado cualquier tiempo de ataque. De hecho, por lo que hemos podido averiguar, no fue hasta que les informamos de los ataques que movilizaron sus fuerzas en la frontera con el Cúmulo.

- Entonces de quién se trata. Los Hutt no han podido ser.

- No hemos detectado algún tiempo de movimiento de tropas en el espacio Hutt. Es posible que se trate de... alguien nuevo, quizás una insurrección civil.

- Deberíamos tomar ejemplo del Imperio y movilizar nuestra flota, Canciller -dijo el Almirante Gryksoss Gyan'dra-.

- Estoy de acuerdo. Aumente el nivel de alerta y movilice la Séptima Flota a la frontera con el Cúmulo de Koornacht. Avise también a nuestros aliados y encuentre la forma de ponerme en contacto con el gobierno yevethano.

Fey´lya se retiró entonces en espera de nuevas noticias y continúo con las obligaciones diarias de su cargo hasta que de nuevo la crisis le obligó a posponerlas.

- ¿Qué tenemos?

- El embajador J´Hryn de los B´ssen se ha puesto en contacto con nosotros e insiste en hablar personalmente con usted.

- De acuerdo. Veamos qué quiere.

La imagen holográfica del embajador se formó justo delante de Fey´lya. Tanto el embajador como su aprendiz estaban a bordo del crucero de la República experimental denominado X-303 donde habían iniciado una gira por todos los territorios de la República para intentar mejorar la relación entre los dos gobiernos fruto al malentendido que en su primer contacto había llevado a la destrucción de la Tercera Flota de la República sobre Corellia.

- He recibido informes preocupantes sobre la crisis en el sector yevethano.

- Estamos al tanto -dijo Fey´lya-. De hecho nos hemos comunicado con su gobierno y les estamos ofreciendo toda la información de la que disponemos.

- No lo dudo. Pero mi gobierno desearía contar con información de primera mano. El X-303 sólo se encuentra a unas horas de distancias de la frontera.

- Embajador... no sabemos... estaría usted entrando en una zona de guerra, no podríamos asegurar su protección.

- Estoy a bordo de la nave más avanzada de la galaxia y su Séptima Flota llegará al lugar sólo una hora después que nosotros. Así mismo le recomiendo que envíe un representante autorizado de la República en caso de que tengamos que entablar negociaciones con los atacantes.

- El General Ka'zel Teekor es un representante más que adecuado...

- Por favor Canciller, le ruego que disculpe mi franqueza pero... a bordo de esta nave he podido comprobar las dotes negociadores de sus... cargos militares. Francamente me preocupa que nuestro primer contacto con una posible nueva facción de esta galaxia se vea perjudicada por el ideario y las tácticas de sus militares. Además, ¿qué impresión daría la República si mandase a negociar a un militar? Podría malinterpretarse como una amenaza.

- Tiene razón -concedió Fey´lya, al que no le gustaba el ritmo que estaba tomando la conversación. No podía ignorar y enfadar a una potencia como los B´sessn pero tampoco iba a hacerles totalmente el juego-. Enviaré a alguien del cuerpo diplomático inmediatamente, quizás a...

- He oído que Su Alterza, la Reina Organa se encuentra en el planeta.

- Así es -dijo Fey´lya un poco descoloado-.

- Recuerdo perfectamente sus habilidades en el terreno de la diplomacia, así como su amplia experiencia en cuestiones militares. Su aportación a esta misión, sería incalculable. Además, el Gran Almirante Garnet también la tiene en muy alta estima.

- ¿El Gran Almirante?

- ¿No lo mencioné antes? Me he tomado la libertad de contactar con el Gran Almirante y solicitar la presencia de uno de sus diplomáticos. También he contactado con los Hutt, pero estos han declinado amablemente la invitación.

- Es una lástima -dijo Fey´lya que ya no sabía qué decir-.

- Sin duda. Pero coincidirá conmigo en que nuestros tres gobiernos son más que capaces de hacer frente a cualquiera que sea la situación actual dentro de la frontera yevethan -dijo mientras miraba a alguien fuera del alcance del proyector holográfico-. Partiremos de inmediato, espero ansioso la llegada de Su Alterza.

- Iba a ser un viaje corto.

- No es culpa mía.

- Y no tendría que vestir de uniforme mucho rato.

- No es culpa mía.

- Y había quedado con Tycho para desplumarlo al Sabacc.

- Siempre te estás quejando de lo mucho que te aburres en Alderaan. Esto es... una nueva aventura.

- En una zona de guerra, con un par de B´ssen, alguien del Imperio y un General bothan. Casi parece un chiste y seguramente acabará con disparos... estoy cansado de que me disparen.

- No creas que a mi me gusta más -dijo Leia mientras miraba por la ventana de la carlinga del Halcón y contemplaba todo el impresionante despliegue de las naves pertenecientes a la Séptima Flota de la República-. Además siempre hay una posibilidad de que no nos disparen.

Han miró a su esposa y ésta le devolvió la mirada antes de que antes estallasen en carcajadas. Ya calmados, Han dirigió el Halcón al interior del X-303, donde se encontraban el resto de los embajadores. A su salida les dispensaron la bienvenida protocolaria adecuada y después de unos breves minutos de charla innecesaria se dirigieron todos a la sala de situación donde pudieron contemplar el despliegue tanto de la flota. Leia analizó en ese momento a todos los presentes. En la sala estaban el General bothan Ka'zel Teekor, al mando de la flota, el Coronel Holden al mando del X-303, el embajador J´Hryn y su discípula Kylena de los B´Sessn, el Moff Lik Fatha del Imperio además de Han y Leia. Leia ya se había encontrado varias veces con el Moff Fatha cuando negociaba con el Remanente del Imperio. Cuando el Roark Garnet había asumido el poder total del Imperio² había prometido la reorganización del poder imperial dentro de sus territorios. Le llevó años pero al final había conformado un consejo con él como Gran Almirante y voto doble, y cinco Moffs que controlaban directamente sus territorios y que había unos años se había ampliado con un sexto Moff como medida de negociación con el grupo terrorista radical llamado Segundo Imperio. El problema que tenía el consejo era que, y aunque Garnet había intentando lo contrario, estaba formado por aquellos militares más apegados a las viejas costumbres imperiales, como Lik Fatha.

El General Ka'zel Teekor fue el primero en hablar empezando con un resumen de la información que hasta ahora poseían todos. Las comunicaciones con el Imperio Yevethano habían sido cortadas y sólo se sabía que se había establecido un enfrentamiento con un enemigo que nadie había podido identificar. Las grandes potencias de la galaxia habían rechazado tener algo que ver con lo sucedido pero su desconocimiento y desconcierto de la situación le shabía traído hasta allí.

- ¿Y qué hay de los mandalorianos? -preguntó Holden-. Ya se han atrevido a atacar antes planetas enteros.

- No tienen el número suficiente -sentenció el Moff Lik Fatha con un gesto de desdén-. Estamos hablando de una suspensión de todas las redes de comunicación que poseen los yevethanos. Eso no se puede hacer atacando sólo un planeta.

- Sin embargo hemos recibido preocupantes informes de un gran aumento en su sefectivos -dijo el General Ka'zel Teekor-. Quizás estén cambiado su forma de actuar y ahora quieran dar golpes más grandes.

- Para hacer lo que estáis sugiriendo necesitarían haber aumentado su número en unas cien veces -dijo Han dándose cuenta de que estaba de acuerdo con el Moff, lo que le produjo un escalofrío-. Además... ahí fuera hay algo más importante -dijo señalando la ventana que mostraba el frío vacío del espacio-.

- Estoy de acuerdo -dijo Holden que acaba de darse cuenta de a qué se refería Han-.

- ¿Qué? -preguntó el General bothan totalmente perdido-.

- Tenemos toda una flota perfectamente armada y desplegada frente a la frontera y ni una sólo nave ha venido a interceptarnos -completó Leia-.

- Han tenido que enviar sus naves hacia el interior de sus territorios -dijo pensativo el Moff-. Ninguna flota mandaloriana podría haberles obligado a ello... al menos que ninguno de los servicios de inteligencia aquí presentes haya sido incapaz de no encontrar una flota de ese tamaño.

- Sólo estamos haciendo conjeturas -dijo el embajador J´Hryn de los B´Sessn-. Necesitamos más información y de primera mano.

- Cualquier intento de penetrar en territorio yevethano será visto como un acto de guerra -advirtió el General-. No podemos arriesgarnos.

- Y sin embargo debemos -dijo J´Hryn-.

- Nos estamos adelantando -protestó el General que no pensaba incurrir en ningún violación de los tratados entre gobiernos-. Aún no hemos considerado si quiera la posibilidad de que se trate de una revuelta interna.

- Imposible -negó el Moff-. El compromiso del pueblo yevethano con su gobierno sólo es comparable al de los ciudadanos imperiales.

- Sí. Todo el mundo se compromete con su gobierno cuando les apuntan con un bláster -dijo Leia sorprendiéndose a sí misma por no haber conseguido morderse la lengua-.

- Como fuere -dijo J´Hryn que no quería que la conversación se desviase del tema-. Necesitamos información.

- Los canales habituales no tardarán en estar operativos -dijo el General bothan apelando a la paciencia-.

- O puede que no -dijo Holden que no estaba de humor para aguantar las dudas del general bothan-. Estoy con el embajador en esto.

Han, Leia y el Moff Lik Fatha también expresaron su conformidad. Ka'zel Teekor comenzó a ponerse nervioso y a sudar.

- No tenemos medio seguro para... Necesitaremos enviar un mensaje a COruscant para que la INR nos envíe una nave espía y tener garantías del éxito de la misión.

- Tengo una mejor idea -dijo el embajador J´Hryn-. Rey Solo, me he parecido verle llegar con su propia nave.

- Así es.

- Y según tengo entendido su nave anteriormente fue dedicados a otros... cómo decirlo... usos.

Han asintió sonriendo.

- El Halcón Milenario es una nave demasiado vinculada a... -comenzó a decir el General-. Cualquiera que viera el carguero sabría quién...

- Tengo varias señales de identificación falsas -dijo Han-.

- Pensaba que eran ilegales en la Nueva República -dijo el Moff-.

- Deténgame -contestó sonriendo Han y juntando las muñecas en señal de rendición-.

- Siguen siendo la misma banda de piraras y forajidos de toda la vida por mucha pompa y protocolo de la que os envolváis.

- Y vosotros seguís siendo unos malditos hijos...

La reunión subió de tono. Han y el Moff Lik Fatha empezaron a discutir y a insultarse ante la versioso reacción del General bothan que no dejaba de intentar calmar los ánimos y reconducir la situación aunque se enervaba cada vez que veía que tanto Leia como Holden asistían divertidos a la discusión y que no parecían querer detenerla bajo ningún concepto. Tras más de diez minutos de varipintos insultos que harían enrojecer al más cruel y despiadado de los piratas una llamada del puente de mano interrumpió la discusión.

- Queríamos naves y ya las tenemos -anunció Holden-. Una lanzadera diplomática acaba de llegar con el consejo Bemm Stolk a bordo. Solicita asilo.

1.- Inteligencia de la Nueva República.

2.- Allá por el número 25 de nuestra colección... ya ha llovido desde entonces.

LA TASCA DE MOS EISLEY

Hola, ya estamos aquí. Este es el comienzo de la tercera gran saga de esta serie que en principio estaba planeada como saga final pero ese honor ha sido pospuesto para la siguiente gran saga que será muy distinta en su planteamiento a las tres anteriores. Pero centrándonos en lo que nos viene encima, esta saga es un peldaño más de la evolución de la serie es decir, la primera saga era el Star Wars de toda la vida con los personajes de siempre más algunos añadidos pero con la estructura temática que se podía ver en las películas y en la mayoría del material extendido. La segunda saga empezó a tener algún argumento distinto y esta tercera saga esa tendencia irán en aumento con cosas que no se han visto en Star Wars aunque sean ya comunes a otras obras de ciencia ficción (no, no habrá teletransporte ni viajes en el tiempo son... otras cosas) Y ya que nos hemos puesto, vamos a soltar unas pequeñas pistas sobre lo que pasará en esta tercera saga: