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Hace mucho tiempo en una galaxia muy, muy lejana...



Star Wars

STAR WARS: ACADEMIA JEDI #37
Jaque en Corellia II
Guión y portada: Ben Reilly
Guía de Personajes

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Anteriormente en Star Wars Academia Jedi: Galen ha conseguido detener al mandaloriano Soonah, pero todavía no ha averiguado qué hacía en la estación Hyuuk. Luke Skywalker y Mara Jade han tomado como padawans a Jacen Solo y Jaina Solo respectivamente; Tenel Ka se ha convertido en la padawan de Tionne; Ben Skywalker todavía no tiene un Maestro asignado. Ben, Jaina, Jacen y Tenel Ka se reúnen en Corellia con Leia Organa Solo y Han Solo. Kalenda logra infiltrarse en un posible grupo antisistema pero es descubierta y capturada. Mientras transitaba por las calles de Corona, la caravana de la Canciller es atacada resultando Leia herida.

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CORELLIA

El estridente sonido de las alarmas despertó a Holden. Inmediatamente se puso en pie, cogió la chaqueta de su uniforme que colgaba de la silla del escritorio y salió a la carrera hacia el puente de mando. Mientras corría, miró por uno de los grandes ventanales del Ugana, el Destructor clase Républica que le había sido asignado hacía casi un año cuando su estancia en Yavin IV había concluido. Por lo que pudo ver el resto de las naves de la Quinta Flota, la flota a la que estaba asignada su nave, también se estaban movilizando, no era algo exclusivo de su nave.

Entró casi sin resuello en el puente de mando donde su primer oficial, un nautolono de piel verde y profundos ojos negros llamado Ta´Ham estaba impartiendo las órdenes necesarias.

- Informe

- Hemos recibido noticias de una rebelión en el planeta. Los informes informes son contradictorios, hablan sobre un tiroteo cerca de la caravana de la Canciller. La General Vedra ha ordenado el despliegue de nuestras fuerzas armadas sobre el planeta y también...

Ta´Ham fue interrumpido cuando la señal cambió de tono, así como la iluminación que pasó del neutro color habitual a un intenso azul oscuro.

- ¿Salto de emergencia? –preguntó Ta´Ham-. No he autorizado nada parecido, ¿usted?

- Ni de casualidad. ¿Oficial táctico?

- La flota se prepara para saltar –informó sin despegar sus siete ojos de la consola-.

- Ya estamos sobre Corellia –dijo Holden-. ¿Adónde quiere que vayamos?

- Nosotros no iremos muy lejos –dijo Ta´Ham-. Nuestro hiperpropulsor está desconectado; mantenimiento de rutina.

Holden vio por la ventana del puente cómo todas las naves de la Quinta Flota, la más numerosa, moderna y poderosa Flota de la República, saltaban al hiperespacio quedando sólo el Ugana en las cercanías del planeta.

- La Flota ha sido del hiperespacio en los límites del sector –dijo el Oficial Táctico-.

- Comuníqueme con la General Vedra inmediatamente –ordenó Holden a la oficial de comunicaciones del puente-,

- No hay respuesta Capitán.

- Capitán, seguridad informa de pequeños altercados dentro de la nave. Varios oficiales y suboficiales intentar tomar el mando de las comunicaciones –informó el Oficial Táctico-.

- ¿Tenemos un motín? –preguntó un incrédulo Ta´Ham-.

- Tremendamente oportuno –masculló Holden mientras pensaba rápidamente qué hacer-, Que los pilotos se preparen para salir en sus cazas. Dé la alerta a todas las cubiertas. Quiero cualquier intento de tomar esta nave sofocado inmediatamente –de pronto, Holden tuvo una corazonada-. Esperad... anulad esas órdenes. ¿Tenemos una relación de los amotinados?

Ta´Ham se acercó a la consola del Oficial Táctico y la manipuló para conseguir una lista.

- Son informes preliminares –dijo mientras se apartaba de la consola para que Holden pudiese leer-.

- Son todos corellianos. Avise a seguridad, todo corelliano debe ser encerrado en su camarote hasta nueva orden.

- ¿Incluido usted?

- Por ahora no.

- ¿Qué hay del planeta? Si la Canciller está en peligro.

- Ordene a las tropas de tierra que se preparen para un desembarco inminente –se acercó hacia la consola que controlaba los sensores de la nave y al suboficial que la manejaba-. Quiero que escanee la superficie, necesito cualquier brizna de información que pueda proporcionarme sobre lo que está pasando ahí abajo –Holden miró hacia Ta´Ham-. No puedo ordenar un ataque sin saber a qué nos estamos enfrentando.

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En cuanto los disparos comenzaron, todos se pusieron en marcha. Lo habían ensayado muchas veces antes y aunque no les gustaba, ante una situación así lo mejor era dividirse y no preocuparse por el destino de los demás. Al ver que los propios conductores de sus deslizados eran sus enemigos, Ben se abalanzó sobre el suyo y mientras le mordía Kara le golpeaba con fuerza en toda la cara dejándolo KO.

- ¿Mueres? ¿Qué eres, una chica?

- El que te va a sacar de aquí de una pieza –dijo mientras cogía los controles. El deslizador perdió potencia y por un momento chocó contra el suelo y rebotó como un balón-.

- Será mejor que me agarre a algo.

Antes de desviar su deslizador echó un último vistazo a la situación. Su tío Han estaba teniendo problemas con el piloto de su deslizador y varios soldados se le acercaban; Jacen, Jaina y Tenel Ka ya habían desaparecido mientras que Chewbacca había tomado el control del último deslizador y ya se alejaba de la zona con los pequeños Anna y Anakin.

Ben se abrió paso entre la gente que ya huía del lugar. Varios deslizados comenzaron a perseguirlos y a dispararles. Kara cogió el arma del conductor al que había noqueado y comenzó a devolver el fuego, aunque se hacía difícil apuntar con la conducción más que peligrosa de Ben.

- Estos tíos llevan uniformes de las Fuerzas de Seguridad de Corellia –dijo Kara mientras se agachaba para esquivar por milímetros un disparo-.

- Ya me había dado cuenta. Creo que estamos en medio de una rebelión.

- Genial. ¿Alguna idea de qué podemos hacer?

- La Quinta Flota está estacionada en este sistema. No tardarán en intervenir y sofocar la rebelión. Mientras tanto creo que lo mejor será salir de la capital y escondernos lo mejor que podamos.

- ¿Y tu familia?

Ben se mordió la lengua. No quería mostrarse excesivamente preocupado.

- Estarán bien. Saben lo que tienen que hacer. ¡¡Agárrate!!

Dio un brusco giro que casi lanza a Kara fuera del deslizador. Desvió su trayectoria hacia la derecha evitando una de las vías principales que estaban siendo tomadas por tanques que se suponía no debían estar ahí.

- ¿La milicia también está con ellos?

- Eso parece.

- Esto se pone cada vez mejor. La próxima vez que me invites a unas vacaciones te juro que esté delante la Canciller o todo el Senado de la República te mandaré al infierno.

- Créeme. No habrá próxima vez.

Una salva de disparos les hizo agacharse en sus asientos mientras la tapicería y el blindaje saltaban por los aires. Miraron hacia el cielo y vieron cómo una cañonera terrestre X-37, un vehículo militar de intervención rápida, abría fuego contra ellos desde los laterales donde estaban apostados varios soldados. Conducir agachado y esquivar los disparos se estaba probando complicado incluso para un hábil piloto como Ben.

- ¡No podemos seguir así mucho tiempo! –se quejó Kara-.

- Lo sé. Aunque tengan peor puntería que los soldados de asalto sólo necesitan un disparo afortunado para mandarnos al otro barrio. Espera... creo que tengo una idea –Ben cogió un sable láser-. Vamos, descended un poco más.

- ¿¡Es que quieres que tengan un blanco más fácil!?

- Prepárate.

- ¿Para qué?

Ben agarró a Kara y saltó hacia la cañonera entrando por una de las puertas laterales. Los sorprendidos soldados, que no se podía creer que un niño cargado con una chica hubiese salto diez metros, no pudieron hacer nada contra el sable láser de Ben en un espacio tan reducido. Kara saltó a la cabina donde apuntó al piloto con su bláster.

- Ninguna maniobra extraña o... ya sabes qué.

- No tenéis ninguna posibilidad.

- La flota estacionada ahí arriba dice lo contrario.

- Ya nos hemos encargado de vuestra preciosa flota.

- ¿Qué? ¿Ben?

- Lo estoy comprando –dijo Ben mientras manipulaba los sensores de lago alcance-. Oh... por los huesos negros del Emperador... sólo detecto una nave allí arriba.

- Pero... ¿cómo es posible?

- No tengo ni idea. Pero nuestro amigo aquí quizás...

Se vio interrumpido por las alarmas de la nave. Habían disparado misiles contra ellos. Ben sacó al piloto de su sillón, lo mandó a la parte de atrás, tomó los mandos de la nave e intentó esquivarlos pero sólo consiguió evitar a uno de ellos. El misil consiguió impactar en la nave, aunque gracias a la hábil maniobra de Ben lo hizo sólo en una de las pequeñas alas de la nave. Sin embargo la nave había perdido potencia y ahora se precipitaba hacia el duro suelo dejando una inmensa cortina de humo a su paso.

- ¡¡Haz que se levante!!

- ¡¡¿Qué te parece a ti que estoy haciendo?!! ¡Pero esto ahora no es más que un cascarón, a penas si puedo levantar el maldito morro!

- ¡Lo juro! ¡Última vez que me voy contigo de vacaciones!

Ben intentó estabilizar la nave y aunque consiguió frenar un poco la caída no pudo evitar el aterrizaje forzoso. La nave tocó tierra bruscamente y fue decelerando conforme iba dejando un gran surco de tierra. Al final, tras unos quinientos metros de “frenada” la nave se detuvo. El polvo invadía toda la cabina. Ben escuchó a Kara toser por lo que sabía que estaba viva. Miró hacia atrás para ver al piloto y casi se desmaya por la impresión. La parte de atrás de la nave había desaparecido o más bien estaba unos metros más alejada del resto.

- Tenemos que salir de aquí –dijo Ben al escuchar los motores de algo que se acercaba-. Hemos conseguido abandonar la ciudad y unos metros hacia el este he divisado un pequeño bosque y unas montañas donde buscar refugio.

- ¿Un bosque? Estás loco, nos bombardearán hasta matarnos.

- Nos quiere vivos.

- Claro... han sido demasiado sutiles para ti pero para mi que los disparos y los misiles lo han dejado bastante claro.

- Teníamos una nave, podíamos escapar al espacio y reunirnos con el crucero en órbita; y antes podían habernos abatido en el deslizador. Nos quieren vivos... o al menos eso creo.

Salieron de la nave. Vieron cómo dos Ala-Y sobrevolaban la zona. Comenzaron a correr. Los Ala-Y pasaron sobre ellos unas cuentas veces pero no abrieron fuego de ninguna clase, al parecer sólo querían asustarles.

- Parece que teníamos razón.

- ¿Cómo dices? Creo que no te he oído del todo bien.

- Tranquilízate... estadísticamente tenías que acertar alguna vez. La pregunta importante ahora es quién ha orquestado esto.

- ¿Imperiales?

- ¿Lo ves? Ya vuelves a ser el de siempre.

Alzaron la vista al escuchar el sonido de los propulsores de varios transportes de tropas que descendían en las proximidades. Los dos jóvenes entraron en el bosque corriendo, intentando poner la mayor distancia posible con sus perseguidores.

- No será suficiente –dijo Kara-. No conseguiremos alejarnos del rango de sus sensores.

- Las montañas de la zona son ricas en Celso. Distorsionarán sus sensores de largo alcance lo suficiente.

- No llegaremos a tiempo.

- Si tienes un plan mejor...

- Podríamos hacerles frente o entregarnos.

- No pienso servir de rehén; al menos no mientras no sepa exactamente a quién nos enfrentamos –de pronto Ben sintió una pequeña conmoción en la Fuerza, había algo que le llamaba por esa zona-. Espera, giremos hacia la derecha.

- Las montañas están a la izquierda.

- Confía en mí –dijo Ben emprendiendo el nuevo camino-.

- Claro... por ahora ha dado buenos resultados.

Los dos caminaron un buen trayecto. El sendero era bastante abrupto. La maleza ser cernía cada vez más y más sobre ellos, aunque lo que más extrañó a Kara era cuanto más se internaban en el sendero menor era la presencia de animales. Caída casi la noche, el silencio era sepulcral, sólo roto por sus pasos y sus respiraciones. El sendero se había vuelto muy estrecho y la elegante ropa que vestían empezaba a desgarrarse gracias a las ramas.

- Esto está demasiado silencioso. Y ya casi no se ve nada. ¿Por qué no enciendes tu sable láser y así al menos veo por dónde piso?

- Tú lo has dicho, hay demasiado silencio. El zumbido del sable delataría nuestra posición. Pero tranquila, la Fuerza me permite agudizar mis sentidos, podremos seguir hasta bien entrada la noche.

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El ataque a la caravana les había pillado desprevenidos. Habían entrado en una burbuja creada por los Ysalamiri, unos pequeños animales que para protegerse de los depredadores de su planeta natal creaban burbujas dentro de las cuales la Fuerza era anulada. Sin embargo, y aún careciendo de las extraordinarias habilidades que les proporcionaban la Fuerza, ni Tenel Ka, ni Jacen ni Jacen estaban indefensos. En cuanto se dieron cuenta de que eran los propias fuerzas de seguridad de Corellia las que les estaban atacando noquearon al piloto y lanzaron el deslizador contra las tropas que se les acercaban para acabar saliendo corriendo hacia la multitud.

Aún con su abultada y pomposa ropa lograron camuflarse los suficientemente entre la gente como para salir de la avenida donde se encontraban. Tenel Ka iba en cabeza y les condujo hacia el mercado de la capital donde en teoría podrían perderse definitivamente. Sin embargo, cuando llegaron al mercado vieron que las fuerzas de seguridad corellianas ya habían tomado el lugar y estaban dispersando a la gente. No tuvieron más re4medio que camuflarse entre las cajas de un comerciante mientras pensaban en otra plan.

- Tenemos que conseguir ropa más discreta –dijo Tenel Ka-.

- ¿Te Fijaste en el deslizador de mamá? Creo que...

- No pienses en eso ahora –le cortó Jaina que tampoco quería pensar en ello-.

- Quizás deberíamos...

- ¡No! Ya sabes lo que tenemos que hacer. Nos pondremos a salvo y esperaremos a que la Quinta Flota mande tropas para solucionar esto.

- ¡Eh vosotros tres!

Un soldado corelliano les había descubierto y les apuntaba con su arma. Jaina fue la primera e reaccionar. Utilizó la Fuerza para desequilibrar al soldado que disparó varias ráfagas al aire antes de caer al suelo. Tenel Ka saltó sobre él y con un espectacular golpe lo dejó KO. Sin embargo los disparos habían aletargado al resto de las tropas que ya se dirigían hacia allí.

- Por ahí –dijo Jacen señalando la puerta de una casa-.

La hoja blancoverdosa del sable láser de Tenel Ka cobró vida. Introdujo la hoja del sable en la cerradura electrónica hasta que ésta se fundió y abrió la puerta. Los jóvenes Jedi entraron el edificio y recorrieron toda la planta baja hasta la puerta trasera. Salieron a una nueva calle donde varias tropas habían montado guardia. Intentaron cruzar la calle repeliendo los disparos con sus sables láser pero la intensidad de las ráfagas era demasiada para sus aún verdes habilidades Jedi y tuvieron que retroceder hasta el edificio. Cerraron la puerta y destruyeron el panel de acceso para retrasar a las tropas.

- ¿Y ahora qué hacemos? –preguntó Jacen-.

- No podemos quedarnos aquí –dijo Jaina-. Hay gente inocente en el edificio.

De pronto, como respuesta a sus dudas, una parte del suelo saltó por los aires. Los Jóvenes Jedi se prepararon para repelar a más soldados pero del interior del agujero sólo salió una chica joven, pelirroja, que llevaba una mochila encima.

- ¡Los soldados están entrando por los pisos de arriba! –dijo al tiempo que abría la mochila-. ¡Tenéis que poneros estos uniformes rápidamente!

Jacen, Jaina y Tenel Ka se miraron confundidos. No conocían de nada a aquella chica y el que les ofreciera tres uniformes de las fuerzas de seguridad corellianas tampoco hacía que aumentase su confianza en ella.

- ¡Vamos! No tenemos mucho tiempo –dijo mientras se empezaba a desvestir y a ponerse el uniforme-.

- ¿Quién eres? –preguntó Jaina-.

- ¡Eso no importa ahora! –dijo mientras rebuscaba en el fondo de la mochila-. ¡Sois Jedi, se supone que podéis ver si estoy mintiendo o no!

Jacen fue el primero en reaccionar y comenzar a despojarse de sus ropas. Acto seguido, su hermana y Tenel Ka le acompañaron. La pelirroja encontró al fin lo que buscaba: una pequeña granada de humo. La lanzó y la habitación comenzó a llenarse de humo.

- ¡Saltad por el agujero y fingid haber sido noqueados! Ah, y aprovechar los desperdicios para cubriros la cara.

- ¿Desperdicios? –dijo Jacen y asomó la nariz por el agujero-. Puaj, que olor tan... estupendo.

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El sol ya había desaparecido entre las montañas. La oscuridad habían envuelto a Ben y Kara completamente. Para no separarse en la noche, los dos se cogieron de la mano y Ben aminoró el ritmo, lo que no evitó que Kara se cayese un par de veces al tropezar con alguna piedra o raíz. Continuaron caminando en silencio hasta que se encontraron en lo que parecía la parte baja de un acantilado.

- ¿No se suponía que las montañas quedaban al otro lado?

- Eso creía yo.

- ¿Puedes saltarlo?

- Estoy demasiado cansado –mintió para que Kara no se burlase de sus habilidades. Cómo podía habérselas arreglado para no ver aquello-.

- Tendremos que dar un rodeo.

- No creo que haga falta –dijo Ben que se concentró un instante en la Fuerza y de pronto parte del acantilado pareció abrirse revelando la entrada a una cueva-.

- ¿Cómo demonios sabías que había una cueva?

- No lo sabía.

- Vale. Esto da miedo.

- Entremos.

- ¿En la caverna misteriosa? ¿Es que con tanto entrenamiento Jedi no has visto nunca un holovideo? Chico y chica se pierden en el bosque y encuentran una misterioso y enigmático refugio donde inconscientemente entran y son asesinados.

- La Fuerza me ha guiado hasta aquí. No creo que sea peligroso –dijo mientras entraba en la cueva-. Además este sitio será un buen refugio donde pasar la noche y dormir un poco.

- Vale –se resignó Kara que estaba deseando poder descansar por primera vez en todo el día-. Pero si soy asesinada por un espíritu que sepas que te atormentaré para toda la eternidad

- ¿Y cuál sería la diferencia con lo que haces ahora?

Kara entró. Entonces la puerta de la cueva se cerró con un golpe seco. Ben encendió el sable láser.

- Qué lugar tan acogedor –dijo Kara-. La próxima vez elegiré yo el hotel, cariño.

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CORUSCANT

El día había amanecido demasiado movido. A primera hora de la mañana, justo cuando Invierno intentaba meterse en la cama para dormir un rato después de una noche de excesivo trabajo, había llegado la noticia del atentado contra la Canciller Organa Solo. Como Jefa del Gabinete, Invierno se había puesto inmediatamente en marcha. Había contactado con el resto del Gabinete y había llevado al Primer Ministro al profundo búnker del Palacio Imperial. Había convocado una reunión del Consejo de Seguridad en menos de 30 minutos y había contactado con el Presidente del Senado para cancelar la reunión del Senado. La reunión del Consejo de Seguridad había sido tensa y más cuando el Primer Ministro sólo pudo asistir holográficamente lo que aprovechó Fey´lya para intentar imponer sus opiniones al resto del Consejo. Las cosas se volvieron todavía más tensas cuando el Almirante Drayson, el representante del Estado Mayor de la Flota, había anunciado el motín llevado a cabo en las naves de la Quinta Flota. Fey´lya quiso entonces mandar la Sexta y Octava Flotas al sector corelliano pero la aparición de Wedge Antilles, el Almirante en jefe de las Fuerzas de Defensa de la Nueva República y la propia pericia de Invierno evitaron ese medida.

Al mediodía, Invierno pudo al fin escaparse del Consejo y dirigirse hacia las dependencias de la INR1 donde estaba detenido el mandaloriano conocido como Soonah quien, de alguna forma y otra, estaba metido en aquel asunto.

- ¡Me prometió que la Canciller estaría segura! –fue lo que gritó Invierno en cuanto vio al Director General de la INR.

- No exactamente. Lo que le dije fue que no tenía ningún informe concluyente sobre un riesgo específico; sólo desapariciones de agentes y dado la línea de nuestro trabajo, eso sólo es sospechoso.

- Tengo a la Canciller recluida en un planeta hostil y a la Quinta Flota con un motín.

- Por lo que he oído, la Gneeral Vedra ha conseguido solventarlo.

- Sí, pero no antes de que hayan causado importantes destrozos y hayan inutilizado la hiperpropulsión de la Flota.

- Tenemos una rebelión entre manos –dijo Krao-. Es irónico en cierto sentido.

- He conseguido ganar algo de tiempo en el Consejo para que no envíen refuerzos a la zona según su críptico mensaje. Ahora necesito saber la razón.

- Le mandé ese mensaje en cuanto nuestros canales interceptaron esta comunicación –dijo Krao-. Y mandé a Galen a por Antilles, así que no se queje tanto.

- ¿Qué es?

- Una hora de contacto. Exactamente en 3 minutos se comunicarán con nosotros.

- Esto no puede escapársenos de las manos. Quienes están en ese planeta... ¿sabe cuántas llamadas he recibido ya prestándonos ayuda? Lando Calrissian, Talon Karrde, incluso los B´Sessn has prestado su apoyo... los B´Sessn que no te hablan ni cuando les pides la hora.

- Estamos haciendo todo lo que podemos –dijo Krao mientras observaba a Galen salir de la sala de interrogatorios-. ¿Algún progreso?

- Le he contado lo que ha pasado. Se ha sorprendido y se ha puesto muy nervioso... creo que empieza a atar cabos

La alarma del cronómetro sonó.

- Es la hora.

Krao, Invierno y Galen se dirigieron hacia una de las pantallas de la sala de conferencias donde se encontraban. La pantalla cobró vida.

- Soy Zatsh, Diktat corelliano. Como sabrán, mis fuerzas de liberación han conseguido hoy apartar sus fuerzas de ocupación de nuestro planeta. También hemos capturado a su comandante en jefe, la dictadora Leia Organa Solo. Nuestras exigencias son claras, la Nueva República cesará todas sus actividades en el espacio corelliano. Su flota invasora se retirará de los límites del sistema. El Senado de la Nueva República aprobará una resolución que otorgue a Corellia la legítima soberanía e independencia que siempre le ha pertenecido y que durante siglos de opresión se le ha negado. Durante la resolución de nuestras exigencias, no se permitirá la entrada de ningún tipo de nave en el sector corelliano. De no ser así nos veríamos obligados a tomar ciertas medidas desagradables; ahora mismo, en el cielo de Coruscant, un carguero lleva un misil Nova. Supongo que sabrán lo que es y las consecuencias de su detonación y si no es así les recuerdo lo ocurrido con SN-3705 hace unos meses. Si alguno de mis condiciones no es acatada, mucho me temo que haré estallar el misil sobre el mismo Coruscant.

La pantalla se apagó. Invierno todavía contenía la respiración.

- ¿Un misil Nova? –preguntó Galen-.

- Es un antiguo proyecto imperial. Planeaban lanzarlos contra el sol de un sistema y destruir así todo planeta que se encontrase en el radio de alcance de la explosión –le explicó Invierno que todavía no podía apartar la mirada de la pantalla-.

- Un arma comparable a la Estrella de la Muerte –dijo Krao-.

- Peor. Aún sin lanzarlo al sol, el misil tiene potencia para destruir todo el planeta, activemos o no el escudo planetario. Según el proyecto, el misil no debería medir más de un par de metros, puede esconderse en cualquier nave...

- Y con el volumen de tráfico de Coruscant.

- Será imposible encontrarlo.

CONTINUARA

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1.- Inteligencia de la Nueva República

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LA TASCA DE MOS EISLEY

Holadola

Mucho retraso pero al final he conseguido sacar el número y más largo de lo que viene siendo habitual. Vayamos con el correo. Empezamos con el ya habitual Xum:

Je je je... Me encanta la forma de darle la vuelta a cualquier acción que pueda emprender la Republica que tienen los politicos de Corellia

Eh, son políticos... engaño, demagogia... se ganan el pan así.

Esta muy bien tratada la lenta infiltración de Kalenda en el grupusculo radical.

Sí... pero me censuraron la escena de sexo D´Oh

Hum... ¿Y como es que pillan a Kalenda?

Quizás no sea tan buena espía como creía... o quizás... haya algo más... quizás

Oooouuuuooooh... Chewbacca como oficial de seguridad. Perfecto. Me encanta.

Je, pues espera el nuevo trabajo que se me ha ocurrido para Han... Arqueólogo :P

Y terminamos con José González... quien comenta el número 35

La portada que acompaña este relato merece, merece... ¡Correia, pon orden, caray!

Yo creo que es la portada más inspirada que he tenido :D Y Correia... ¿orden? Juas juas

La huida de Soonah y la posterior persecusión de Galen al principio recuerda mucho a la nueva trilogia. Todo dios salta desde muy alto y rebota y vuelve a saltar y.

Es la idea, se supone que así pelean los Jedi... y Spider-Man :p

Por cierto, no sabía que las droides femeninas usaran ropa interior.

Pillín, pillín... no nos mientas :P

Y nada más, comentarios, sugerencias, amenazas de muerte y esas cosas a la dirección de siempre.

Que la Fuerza os acompañe

Ben

 
 
   
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