Anteriormente en Star Wars Academia Jedi: Galen, Ben, Jaina, Tenel Ka y
Jacen trasladaban a Holden a un crucero de la República cuando su lanzadera
fue abordada por los soldados del grupo terrosita Espíritu Rebelde.
Intentaron enfrentarse a ellos pero Holden cogió como rehén a Jaina
revelándose como un traidor. En la Academia Jedi Luke Skywalker pide
paciencia a Han Solo pero Kyp Durron ya ha salido en misión de rescate.
YAVIN IV
En cuanto Kyp descubrió lo que pasaba supo que tenía que actuar de
inmediato. Se dirigió corriendo hacia el hangar y subió en uno de los Ala-E
que había a disposición de los Caballeros Jedi. Sabía que si esperaba, el
Maestro Skywalker le impediría salir de la Academia y ayudar a su padawan,
temiendo que cualquier acción pudiera poner en peligro a los chicos. Aquella
era su mayor debilidad, nunca sabía cuándo moverse con rapidez, siempre
quería esperar. Si los Jedi del pasado hubiera sido más partidarios de la
acción quizás no habrían sucumbido ante el Imperio y ahora sus padres y su
hermano estarían vivos. Conectó los repulsares y dio máxima potencia a los
motores saliendo como una exhalación del hangar y llegando al espacio en
apenas unos segundos.
Tenía que reconocer que le encantaba aquella nave. Puede que los nuevos
modelos de Ala-X la estuvieran dejando un poco anticuada (aunque ya se
prometía un modelo actualizado del Ala-E) pero a Kyp le parecía
sencillamente mejor nave. El Ala-X estaba pensado como un caza intermedio
entre los bombarderos y los cazas estelares de combate; juntaban
maniobrabilidad con potencia de fuego, podían enfrentarse tanto a cazas
estelares como aguantar lo suficiente frente a una nave capital. Los Ala-E
eran distintos. Su mejor arma eran los 16 torpedos de protones que podía
lanzar a la vez. Aquel potente arsenal bien utilizado podía destruir los
escudos de cualquier nave si el piloto era lo bastante hábil.
A plena potencia pronto divisó la figura triangular del Destructor Estelar.
Activó los sistemas de armamento y en cuanto el punto de mira pasó a un
intenso color rojo disparó todo su arsenal.
Holden apuntaba con un bláster a la cabeza de Jaina. Galen no podía creer lo
que estaba pasando, creía que Holden era su amigo. No había detectado ningún
síntoma de traición en su amigo pero el caso es que estaba ahí de pie
apuntando a una inocente con su arma. Otro síntoma de que todavía no era un
Caballero Jedi y de que le quedaba mucho por aprender. Galen apagó su sable
láser y lo lanzó al suelo. Rápidamente varios soldados lo rodearon y le
colocaron unas esposas magnéticas a la vez que empezaron a apuntarle con sus
armas.
- Llevadlos a la plataforma de descompresión más cercana y tirarlos al
espacio -dijo Katsulas, el actual líder del grupo terrorista Espíritu
Rebelde-.
- Alto -dijo Holden atrayendo todas las miradas hacia sí-. No quiero tener a
los Jedi detrás de nosotros por haber matado a sus críos. Nos los llevamos
con nosotros, seguro que podemos sacarles un buen precio -dijo mientras
pellizcaba la cara de Jaina-.
Los soldados miraron a Katsulas y éste asintió. Esposaron al resto de
miembros del grupo, Tenel Ka, Ben Skywalker, Jacen y Jaina Solo. En ese
mismo instante la nave sufrió una violenta sacudida. Instantes después la
nave volvió a temblar con insistencia. Katsulas sacó un comunicador.
- ¿Qué demonios ocurre?
- Un Ala-E está disparando contra nosotros, señor.
- ¡Pues derríbenlo!
- Eso intentamos, pero no logramos fijar el blanco.
Holden se acercó.
- Puede ser un Caballero Jedi -dijo-.
- ¿No sabe que tenemos rehenes o es que es terriblemente estúpido?
En su fuero interior Galen sabía que ni lo uno ni lo otro. Sentía la
presencia de su Maestro en aquel Ala-E, venía a rescatarles pero podría
matarles en el intento. Se preguntaba si realmente Kyp era capaz de enseñar
algo a alguien que no fuera meterse en problemas a lo loco. Y Galen ni
siquiera había aprendido eso de Kyp, ¿qué clase de estudiante era?
- Mataremos a uno de los chicos para demostrarles que vamos en serio -dio
Katsulas.
- No será necesario. Vayamos al puente. Podemos resolver esto.
Holden y Katsulas corrieron entre las sacudidas de la nave hasta llegar al
puente. Aquel Jedi estaba golpeándoles eficazmente.
- Informa -ordenó Katsulas-.
- Ha conseguido atravesar nuestros escudos, ha inutilizado nuestra
hipervelocidad y ha dañado las compuertas del hangar. Es... es increíble la
precisión que tiene.
- Es listo -dijo Holden mientras poyaba las manos sobre un tablero de
mandos-. Nos ha cortado nuestro único método de huída y ha inutilizado
nuestros cazas.
- Manda mensajes exigiendo nuestra rendición.
- ¡Maldito sea! -Katsulas estaba a punto de explotar a causa de la ira. Toda
la misión no se iba a ir al traste por un solo Caballero Jedi-. ¡Echadle
todo lo que tengamos!
Los cañones turbolásers del Destructor intensificaron sus salvas láser
dibujando en el espacio explosiones terroríficas que lo único que conseguía
eran retrasar levemente a Kyp. El Maestro Jedi hacía bailar su Ala-E entre
turbolásers y misiles en complicadas e inverosímiles maniobras. Holden, que
contemplaba por la ventana lo que sucedía, se acercó a uno de los
monitores, tenía que haber un modo de detener al Jedi.
- Lanzad dos cargas sísmicas aquí y aquí -dijo señalando dos puntos en el
monitor de situación-. Luego concentrad todos nuestros turbolásers en esta
zona.
El Destructor saltó las dos cargas. La estrategia que Holden pensaba llevar
a cabo no era muy complicada. Básicamente consistía en crear una pequeña
trampa. Sabía que los Caballeros Jedi podían anticiparse a las acciones de
sus adversarios, por eso eran tan buenos pilotos de caza y excepcionales
combatientes, podían intuir de dónde provendrían los turbolásers y actuar en
consecuencia. Holden había tenido en cuenta este hecho y quería utilizarlo
en su favor, al fin y al cabo incluso los Jedi tenían sus límites.
Las dos cargas sísmicas se dividieron a un lado y a otro atrapando en el
medio al Ala-E. Las potentes explosiones desplegaron un abanico de poderosa
energía. Como había supuesto, el Ala-E había conseguido librarse de las
explosiones pero a la vez se había dirigido hacia la zona donde Holden había
concentrado los turbolásers pues el haberse dirigido a la zona contraria lo
hubiera llevado a estar justo enfrente del poderoso Destructor imperial. Sin
embargo el piloto del Ala-E no dio su brazo a torcer. Maniobró con absoluta
pericia esquivando buena parte de los mortíferos rayos. Pero no fue
suficiente. Esquivando los turbolásers se había acercado demasiado a la
atmósfera del planeta lo que le restó potencia y maniobrabilidad al tener
que luchar también con la fuerza de la gravedad. Los turbolásers comenzaron
a impactar en los escudos del caza. El Caballero Jedi no tuvo más remedio
que reconocer su derrota y dirigirse hacia la superficie del planeta.
- ¡Buen trabajo! -gritó un eufórico Katsulas-. Veo que nos ha perdido tu
toque con los años.
- Es como montar en un deslizador.
- ¡Exacto! -se volvió hacia uno de los oficiales del puente-. Quiero un
informe de daños lo más pronto posible -ahora miró hacia Holden-. Y tú...
seguro que nos has probado el whisky corelliano en algún tiempo. Vayamos a
tomar algo y charlemos sobre los viejos tiempos.
Cuando Han salió del deslizador Luke supo que no podría detenerlo. Habían
viajado a través de la jungla desde la Academia para prestar ayuda a Kyp,
que había estrellado su Ala-E no muy lejos.
- ¡Maldito bastado! -gritó el antiguo general rebelde-.
Han estaba furioso. Kyp permanecía justo encima del Ala-E intentando liberar
la unidad R7 que había quedado prisionera en el interior de la nave.
- ¡Puedes haber hecho que maten a mis hijos y a mi sobrino!
Cuando llegó a la altura de Kyp, Han le propinó un tremendo puñetazo en toda
la mandíbula que tiró a Kyp al suelo. El Caballero Jedi se levantó
rápidamente y se encaró con Han. Luke los separó aunque en cierto momento
pensó dejarle un poco más de tiempo a Han.
- ¡Basta! Estas disputas no tienen sentido. Han, los chicos están bien,
puedo sentirlo. Lo que tenemos que hacer es... -el agudo pitido del
comunicador de Luke le interrumpió. Éste se alejó del grupo y habló durante
unos instantes. Se quedó quieto unos instantes, reflexionando la nueva
información que le había transmitido desde la Academia-. Quieren un
intercambio
- ¿Un intercambio? -preguntó un temeroso Han. Todavía recordaba la última
vez que habían secuestrado a sus hijos-.
- Necesitan repuestos para el Destructor.
- Perfecto -dijo Kyp-. Podremos infiltrarnos dentro del Destructor y liberar
a los prisioneros.
- ¿Qué? Escucha chaval, a veces te he defendido pero si piensas por un
momento que voy a volver a dejarte jugar con la vida de mis hijos es que no
me conoces.
- ¿Ah sí? ¿Y qué vas a hacer para impedírmelo?
- Es suficiente. ¿Estás decidido a ir? -Kyp asintió-. De acuerdo entonces.
Holden observó la habitación de Katsulas, estaba decorada con varias fotos
de Corellia y algún que otro plano holográfico, apenas si había un catre y
una mesilla. Recordaba haber estado una vez allí, cinco años atrás cuando
convencieron a varias naves para unirse a su causa y acabar con los B´Sessn.
Sin saberlo, aquello había sido el germen del grupo terrorista Espíritu
Rebelde.
- Perdona por la espera -dijo Katsulas mientras entraba por la puerta.
Quería asegurarme de que a nuestro padawan Jedi se le administrase cierta
cantidad de droga para que evite usar la Fuerza. Y además quería un pequeño
souvenir -dijo señalando el cinturón donde llevaba colgando el sable láser
de Galen-.
Katsulas abrió un pequeño armario donde cogió dos copas y una botella de
whisky corelliano. Llenó su copa y sirvió la misma cantidad a Holden.
- No es de gran calidad -dijo Katsulas sobre le whisky-. Pero no podemos
permitirnos muchos lujos.
- ¿Las cosas van mal?
- Esta es la única nave capital que nos quedan.
- ¿Qué? Pero si...
- Cuando te capturaron perdimos muchas naves. Después quisimos hacer notar
rápidamente para que siguieran teniéndonos en cuenta, intentamos acabar con
unas bases exteriores de los B´Sessn pero nos masacraron. Luego hemos ido
teniendo bajas aquí y allá -dijo mientras miraba el satélite Yavin IV a
través de la ventana de su cuarto-. Llevamos esperando este día durante
mucho tiempo, necesitamos un estratega de tu categoría para reagruparnos y
hacer valer nuestra posición.
- No sé si soy merecedor de tanta confianza.
- Lo eres. Si no fuera por ti ninguno de nosotros estaríamos aquí. Tú nos
ayudaste a darnos cuenta de lo que teníamos que hacer, no podíamos permitir
que el gobierno silenciera el ataque de los B´Sessn. Tus padres, tu
hermano... todos los que murieron en aquella traición tienen que ser
vengados, tenemos que -el sonido del comunicador interrumpió el discurso de
Katsulas. Atendió la llamada y luego volvió a hablar con Holden, estaba
visiblemente preocupado-.
- ¿Qué ocurre?
- El informe de daños. Han logrado reparar las puertas del hangar pero no
han podido hacer nada con el hiperimpulsor. Estamos aquí parados -golpeó la
pared con fuerza-. No te preocupes, te sacaremos de aquí en uno de los
cazas... tenemos alguna base segura.
- Si vosotros os quedáis yo me quedo.
- No te preocupes. Tenemos a varios rehenes y los usaremos como escudo.
- Eres demasiado dado a la tragedia. Contacta con la Academia y pide un
hiperimpulsor nuevo a cambio de soltar a los rehenes.
- ¿Y dejar que un Jedi entre en esta nave? ¿Estás loco?
- Tienen un piloto sin habilidades Jedi. Exige que pilote él la nave. En
cuanto entre en el hangar, bajamos el hiperimpulsor y dejamos partir la nave
con uno de los rehenes. Cuando estemos listos para partir sacaremos al resto
de los prisiones mediante una cápsula de salvamento dirigida justo contra el
planeta, así haremos que estén demasiado ocupados como para seguirnos.
- Parece un plan. ¿Lo aceptarán?
- No tienen muchas opciones. Le ofreceremos un chico para convencerlos. Voy
a preparar al rehén, tú llama a la Academia.
Ben estaba muy nervioso. La pequeña celda en la que estaba junto a Galen y
Jacen cada vez se hacía más y más pequeña. Galen había sido drogado y estaba
descansando encima de un catre, casi sin poder hablar. Por su parte Jacen
estaba sentado, parecía estar ausente como en medio de un sueño. No sabía
adónde habían llevado a Jaina ni a Tenel Ka. Las cosas estaban mal, no
tenían a nadie que pudiera ayudarle a escapar y a Ben no se le ocurría
ninguna forma de salir de esta.
- Eh, tenéis visita -dijo el guardia que les vigilaba-.
Ninguno hizo ademán de moverse mucho. Holden apareció tras el campo de
fuerza de la celda. Había cambiado sus viejas ropas por un uniforme militar
más adecuado a su posición dentro de la nave.
- Tú -dijo señalando a Jacen-. Tienes suerte, acabas de convertirse en
moneda de cambio.
Jacen no se movió. Holden hizo una señal al guardia que bajó el campo de
fuerza y entró a por Jacen. Ben se levantó e intentó interponerse pero el
guardia le golpeó con el brazo lanzándolo hacia la pared de la celda. El
guardia cogió a Jacen del brazo y lo sacó a rastras de la celda antes de
volver a activar el campo.
- No tardaremos en venir a por vosotros.
Holden y el guardia desaparecieron. Ben gruñó. No le gustaba estar tan
indefenso.
- Curioso -Galen abrió los ojos de repente. Había estado todo el rato
fingiendo estar inconsciente-. ¿Por qué no me habrá llevado a mí?
- ¿Galen? ¿Estás bien?
- Eso creo.
- Pensaba que te habían drogado.
- Y eso hicieron. Espera un segundo... intento concentrarme, casi he logrado
eliminar la droga de mi organismo.
- ¿Qué vamos a hacer?
- Tenel Ka y Jaina están dos niveles más abajo -dijo sin despegar la mirada
del techo-. Jacen volverá con la lanzadera. Ahora vamos a salir de aquí.
¡¡Guardia!!
Uno de los guardias de la zona de celdas apareció a la carrera armado con su
rifle bláster y preparado para abrir fuego. Se detuvo delante de la celda.
- ¡¡Es que piensa quedarse todo el día ahí como un idiota!! -le gritó Galen
mientras hacía un pequeño movimiento con la mano-. ¡¡Abre la maldita celda!!
El guardia parpadeó un par de veces hasta que la vista se le aclaró.
Katsulas, su líder, estaba en la celda junto con su ayudante. Rápidamente
tecleó el código de seguridad y el campo de fuerza de la celda desapareció.
Galen se acercó al guardia y le puso la mano en el hombro.
- Buen trabajo. Ahora duerme.
El guardia se desplomó. Galen y Ben lo subieron al catre y lo taparon con
varias mantas para disimular un poco. El veterano aprendiz Jedi cogió el
rifle bláster y se lo entregó a Ben.
- Rescatemos a las demás y salgamos de aquí.
El aterrizaje en el hangar del Destructor fue suave. La nave se posó ayudado
por el rayo tractor y abrió la pasarela así como la bodega. Keyan Farlander,
el piloto de la nave, descendió con los brazos en alto mientras una multitud
de soldados le apuntaba con sus rifles. Fue registrado concienzudamente para
asegurarse de que no llevaba ningún tipo de arma. Los soldados comenzaron a
desembarcar la carga. Katsulas y Holden, los líderes de Espíritu Rebelde,
estaban presentes. Keyan miró a Holden con desprecio, los había engañado
durante años y ahora les chantajeaba.
- ¿Y el prisionero?
Katsulas chasqueó los dedos y Jacen apareció tras una puerta acompañado de
dos soldados. El intercambio se produjo sin incidentes. Cuando la bodega de
carga estuvo completamente vacía Keyan y Jacen subieron a la lanzadera y se
fueron.
- ¿No te gustaría que todo fuera así de sencillo? -preguntó un de muy buen
humor Katsulas-.
En ese momento las alarmas comenzaron a sonar a plena potencia. Había una
fuga.
En cuanto la alarma de la nave sonó, Luke Skywalker supo que Galen había
comenzado a moverse dentro de la nave. El antiguo héroe de la Rebelión y Kyp
Durron se habían introducido en la carga enviada al Destructor estelar. Para
burlar los sensores y cualquier sistema de detección los dos Maestros Jedi
se habían colocado en un trance de hibernación Jedi que había reducido sus
pulsaciones al mínimo. Pulsó el botón que abría la tapa del contenedor donde
se hallaba. Kyp ya había salido con su sable láser encendido. La alarma
había hecho que todos los soldados que debían estar vigilando el cargamento
hubiesen tenido que acudir a otras posiciones en la nave.
- Parece que nuestros chicos se han adelantando a nuestro rescate -comentó
Luke-.
- Galen ha sido bien entrenado.
- Deberíamos buscar un transporte para salir de aquí.
- Tú haz lo que quieras. Yo voy a buscar a mi alumno -dijo accionando la
segunda hoja de su sable láser-.
En unos instantes la sala se había llenado de humo. Los lásers silbaban de
un lado hacia otro. Galen y Ben se protegían en la esquina frente a los
disparos de los soldados. Estaban a menos de medio metro de la celda donde
se encontraban Jaina y Tenel Ka pero no podían avanzar ni un centímetro más.
Los soldados tenían demasiada buena puntería y los mantenían a raya.
- ¡No podemos seguir así! -gritó Ben mientras se giraba y disparaba unas
ráfagas láser como buenamente podía antes de volver a su posición-.
Galen echaba de menos su sable láser, con él no habría tenido problemas en
enfrentarse. Aquello era otro prueba de que todavía estaba muy verde en su
entrenamiento. No se le ocurría cómo salir de aquel atolladero... a no ser
que...
- Quédate aquí. Voy a intentar algo, si sale mal sale de aquí tan rápido
como puedas.
Ben iba a protestar pero Galen le cortó con un gesto. Entonces se concentró.
El humo que habían producido los impactos de los láseres todavía no había
sido expulsado de la saga por los aspersores. Con una pequeña invocación de
la Fuerza, aquel humo se desplazó bruscamente encima de los soldados
asfixiándolos y cegándolos. Salió entonces de la protección de la esquina y
disparó. Él no necesitaba sus ojos para apuntar. Creía haber acabado cuando
un soldado salió del humo y le golpeó en la barbilla con la culata de su
rifle bláster. Galen cayó al suelo y el soldado le apuntó.
- Suelta el arma chico o tu amigo muere -dijo el soldado cuando Ben se
disponía ya a dispararle. Ben no parecía muy decidido-. ¡Hazlo!
- Ben... suéltala.
Ben así lo hizo. El soldado sonrió mientras apretaba con más fuerza su rifle
bláster y disparó pero Galen ya se había preparado. Alzó la mano y ayudado
de la Fuerza desvió el disparo que impactó en la cabeza del sorprendido
soldado.
- Buen truco.
- Algún día te lo ensañaré -dijo mientras se frotaba la palma de la mano que
había quedado chamuscada por la descarga del bláster-. Aunque espero
controlarlo algo mejor de aquella.
Sin ningún soldado a la vista pudieron abrir tranquilamente la celda de
Jaina y Tenel Ka. Recogieron varios de los rifles que había en el suelo y se
los dieron a las dos estudiantes Jedi.
- Tenemos que llegar al hangar -dijo Galen-.
- ¿Y Holden? -preguntó Ben-. ¿Vamos a dejar que se escape después de lo que
ha hecho?
- En cuanto os saque de aquí volveré a por él.
- ¿Qué? ¿Acaso piensas que somos unos niños que no sabemos cuidarnos
solos? -se quejó Jaina-.
- Yo no lo diría así pero... sí, sois unos niños y sois mi responsabilidad
así que no penséis ni por un momento que...
- ¡Escucha tú chico engreído! Cuando tú todavía empezabas a entrenarte
nosotros ya intentábamos escapar de las garras de nuestros secuestradores.
- Esto es totalmente...
- ¿Distinto? Tienen armas, nosotros tenemos armas, el hangar no está lejos;
podemos ir perfectamente solos.
Galen les miró. Sabía que de escapar Holden la Orden Jedi se vería metida en
un gran escándalo pues ellos habían insistido en tratar a Holden. Ahora no
podía permitirse eso. Por otra parte, aquellos chicos parecían capaces de
cuidarse solos.
- Está bien. Esto es lo que haremos. Ponemos los uniformes de los soldados y
e intentad pasar todo lo desapercibidos que podáis. Crearé una diversión
para que podáis llegar sanos y salvos al hangar. Robad una nave e iros
inmediatamente ¿Entendido?
Los chicos asintieron. Galen dio media vuelta. De sus sesiones de estudio en
los primeros días de su entrenamiento, recordaba los planos de un Destructor
Estelar. Cogió uno de los turboascensores y ascendió varios niveles. Corrió
por uno de los pasillos hasta llegar a una puerta custodiada por dios
guardias bien armados. Se fue acercando a ellos. Cuando los guardias se
percataron de su presencia no vieron al estudiante Jedi si no a un rencor
que se acercaba rugiendo ferozmente hacia ellos. Dispararon sus armas pero
las ráfagas láser no afectaban al rancor, era como si fuera intangible.
Asustados, los guardias salieron corriendo.
Galen abrió la puerta. Como había supuesto, el arsenal de la nave se
encontraba en ese nivel. Las cargas de mayor potencia se encontraban en un
contenedor aislado para mayor seguridad. Galen cogió el contenedor y lo
arrastró hacia el turboascensor. Pulsó el botón de bajada y volvió
rápidamente a la habitación del arsenal. Con las armas de mayor potencia
fuera de la habitación, Galen cogió algunas granadas y las lanzó. Luego echó
a correr. El siguiente turboascensor estaba casi en la otra punta de la nave
así que se concentró todo lo que podía para ir más y más rápido. Pudo oír
cómo la granada que había lanzado explotaba e iniciaba una reacción en
cadena en el arsenal produciendo una gran explosión. Si no hubiera sacado
las armas de mayor potencia la nave habría volado en pedazos. Llegó al
turboascensor justo en el momento en el que la bola de fuego amenazaba con
engullirle. Ahora sólo tenía que encontrar a Holden y sabía exactamente por
dónde empezar.
Nunca lo admitiría para otros pero lo cierto es que Kyp disfrutaba cada vez
que entraba en combate. La adrenalina contenida y el saber que era muy
superior a sus adversarios le proporcionaban un placer incomparable. Al
contrario que otros, él sabía que los Jedi habían nacido para la batalla.
Eran los perfectos combatientes, podían defenderse tanto de armas de largo
alcance como de corto. Además poseían una intuición natural que les permitía
adelantarse a los movimientos de sus oponentes por no mencionar que en grupo
eran prácticamente invencibles. La antigua Orden había desaparecido por
haberse acomodado, habían renunciado al combate por una actitud más
conservadora, más pacífica. Eso les había destruido casi por completo
durante las Guerras Clon. Kyp no iba a permitir que volviera a pasar en la
Nueva Orden Jedi. Si aquellos Jedi hubieran comprendido el verdadero
significado de la Fuerza jamás habrían desaparecido, el Imperio no se
hubiera alzado y los padres de Kyp seguirían vivos1
Atravesó una puerta para encontrarse de bruces con un trío de soldados de
Espíritu Rebelde. Movió con velocidad su sable láser de doble hoja y partió
el rifle bláster de la soldado. Intentó después golpear con la otra hoja
pero al soldado de pelo rojizo se agachó a tiempo esquivando el golpe e hizo
un barrido que derrumbó a Kyp. El Maestro Jedi intentó entonces usar su
sable láser pero la soldado le propinó una patada en la mano que le hizo
soltar la larga empuñadura. Herido en su orgullo Kyp quiso levantarse pero
aquella soldado era demasiado rápida y hábil y le hizo una llave. Kyp iba a
recurrir a la Fuerza para librarse de la chica cuando...
- ¡Ben, Jaina! -dijo Luke que se había quedado mirando la derrota de Kyp con
un tono divertido. Quien le había derrotado no era un simple soldado, si no
Tenel Ka. Eso hacía su derrota menos dolorosa... al menos un poco. Si
hubiera sabido quién tenía enfrente las cosas habrían sido distintas-. ¿Y
Galen?
- Ha ido en busca de Holden -dijo Ben-. Nos ordenó buscar una nave para
irnos inmediatamente.
- Entiendo -dijo Luke que sabía lo que se proponía el joven discípulo de Kyp
aunque no lo compartía-.
En ese instante hubo una gran explosión y las luces del pasillo se apagaron
siendo sustituidas por una luz roja de emergencia.
- Esa debe ser la diversión que prometió Galen -dijo Jaina-.
- Tiene el estilo de mi alumno. Iré a buscarle.
- No -dijo tajantemente Luke-. La nave ha sido seriamente dañada, tenemos
que sacar de aquí a los chicos antes de que sea demasiado tarde.
- No voy a abandonar a mi padawan.
- Galen puede cuidarse solo. Tú le enseñaste, ¿recuerdas?
Kyp asintió a regañadientes.
La explosión pilló totalmente desprevenidos a Holden y a Katsulas. Se habían
concentrado en impedir sus prisioneros completasen la fuga cuando habían
recibido noticias de que había dos Jedi más a bordo y que estaban abriéndose
paso hacia la zona de las celdas.
- ¿Qué ha sido eso? -preguntó Katsulas. No podía creer que esto estuviera
pasando-.
- Una explosión en el arsenal. Los equipos de contención van hacia la zona.
- ¿Daños? -preguntó Holden-.
El técnico intentó obtener la información que le requerían pero la pantalla
se quedó negra. Las luces del puente parpadearon un par de veces hasta
desaparecer. Casi inmediatamente la luz rojiza de emergencia iluminó el
puente.
- ¡Miren! -dijo uno de los oficiales del puente refiriéndose a una de las
ventanas del puente. Fuera, en el espacio, se podían verse restos de una
sección de la nave. La explosión había atravesado el casco dañando
seriamente la nave. Holden corrió hacia el ventanal contrario. La luna de
Llavín brillaba con intensidad y parecía estar cayéndose. Por su puesto no
era la luna, si no el Destructor que se precipitaba hacia el planeta-.
- Tenemos que ordenar la evacuación -dijo Holden muy despacio-. Nuestra
órbita decae.
Katsulas comprobó lo que decía Holden y miró por el ventanal del puente
viendo lo mismo que había visto su amigo segundos antes. Empezó a tener
mucho miedo. Se acercó a una consola y tecleó varias órdenes. Al instante
una voz metalizada comenzó a anunciar la orden de evacuación. No le gustaba
la evacuación, las cápsulas con sus tripulantes quedarían a merced de la
Nueva República.
- Vamos, tenemos que llegar a las cápsulas -dijo Holden-.
- No te molestes. ¿Recuerdas aquella idea que me contaste sobre este tipo de
situaciones?
- No me... espera... ¿la nave de escape rápida?
- Exacto. La he llevado a cabo.
Las tropas de Espíritu Rebelde se habían convertido en un pequeño caos yendo
todo lo rápido que podían hacia las cápsulas de salvamento. Algunos,
temerosos de que las cápsulas sea agotasen antes de llegar a las mimas, se
dirigieron hacia el hangar pero allí se encontraron con la oposición de tres
chavales y un par de Maestros Jedi. La ruta hacia la nave secreta de
Katsulas había sido planteada de tal modo que discurría por aquellos
pasillos en los que el tráfico de personas hacia las cápsulas de salvamente
era menor.
Subieron por uno de los conductos de mantenimiento hasta una pasarela que
cruzaba de lado a lado el interior del Destructor Estelar. Al llegar a su
destino podrían utilizar una nave con capacidad hiperespacial y huir así de
la República. Aquella nave había sido idea de Holden durante la génesis de
Espíritu Rebelde para evitar ser capturados en caso de un ataque a la nave y
poder así seguir con sus actividades.
Bajaron por una escalera. Se notaba que aquella zona había sido de reciente
construcción puesto que los remaches no estaban del todo asentados y varias
planchas de plastiacero se habían desprendido. La zona de embarco hacia la
nave no era muy distinta de aquellas donde se encontraban las cápsulas de
salvamento con una pequeña compuerta que daba acceso a la cápsula2.
Aquello estaba hecho a posta por si alguien descubría sin querer aquella
parte de la nave; ningún capitán o líder estaba dispuesto a admitir que
tenía una vía de escape mejor que la de sus soldados.
Pulsaron el botón de abertura de la compuerta de la falsa cápsulas y en ese
momento los dos salieron volando hacia atrás, empujados por un repentino
golpe de viento. Cuando se recuperaron vieron a Galen justo enfrente de la
compuerta que daba acceso a la nave.
- Eso es mío -dijo Galen y utilizando la Fuerza atrajo el sable láser que
colgaba del cinturón de Katsulas. Acto seguido Katsulas se movió rápido y
sacó una pequeña bola de su cinturón que comenzó a parpadear-.
- Te aconsejo que no me la quites de las manos -dijo Katsulas-. Este pequeño
detonador se activa mediante la presión, si sale de mis manos volaremos por
los aires. Déjanos ir y lo desactivaré.
Galen pareció dudar.
- Sabes que lo hará -dijo Holden-.
Galen se echó a un lado. Katsulas y Holden empezaron a avanzar. Katsulas
pasó la compuerta y justo cuando Holden lo iba a hacer, Galen lo empujó
hacia fuera. Katsulas no perdió ni un instante y maldiciendo cerró la puerta
y se lanzó por el pequeño hueco que daba acceso a su nave de huida. Galen
activó su sable láser y empezó a lanzar mandobles contra la puerta hasta que
de repente apagó el sable.
- ¿Por qué has querido dejarle escapar? -preguntó Galen-.
Holden sonrió. Se levantó la camisa y le mostró a Galen un pequeño corte en
la espalda que todavía sangraba. Galen también sonrió.
- Eso ha debido de doler mucho.
- Que va. La autocirugía con un cristal mirándote en un espejo no está nada
mal... es la técnica del futuro. ¿Cuándo empezaste a sospecharlo?
- ¿Bromeas? Un intercambio de prisioneros y no mandas al Jedi que te puede
causar problemas dentro de la nave. Lo que no sé es cómo no se dieron cuenta
tus compañeros.
- Uno que es hábil. ¿Nos vamos de aquí o esperamos a que la nave se
desintegre y seguimos de cháchara?
- Mejor nos vamos. Tengo a unos chicos seguramente esperando el hangar en
contra de mis órdenes.
- No te preocupes están con tu Maestro y Skywalker.
- ¿Kyp ha venido hasta aquí? -dijo, molesto-.
La huida no fue difícil. Galen y Holden fueron a la carrera hasta el hangar
donde los demás les esperaban. Una vez salidos del Destructor estelar con
una pequeña lanzadera, un escuadrón de Ala-X pilotado por Caballeros Jedi
despegó de la Academia y procedió a atacar al Destructor hasta hacer que
estallase evitando así que se precipitase en la atmósfera del planeta.
A la llegada de Yavin IV se les había concedido a los implicados unos días
de descanso para recuperarse de la experiencia vivida. Galen se encontraba
en la sala de meditación intentando controlar todo el flujo de pensamientos
y emociones que surcaban su mente cuando su Maestro, Kyp Durron, entró
gritando.
- ¡Tú sabías lo del chip de Holden! -le gritó el joven Maestro Jedi-.
Sin dejar su posición de piernas cruzadas y ojos cerrados Galen habló.
- En efecto. El Maestro Skywalker me lo comunicó a los pocos días de que
Holden recalara aquí, cuando me encargó la tarea de vigilarle.
- Deberías habérmelo dicho.
- Deberías haberlo preguntando.
- ¿Cómo iba a saber que se le había implantado un chip localizador?
- De la misma forma que te crees que tienes cada una de las respuestas a los
enigmas de la galaxia -dijo y ésta vez miró a Kyp a los ojos-. Atacando el
Destructor, nos pusiste a mí y a los demás en peligro. Podrían habernos
lanzado al espacio.
- Confiaba en que pudieras evitarlo.
- ¿Y por qué no confiaste en que me libraría del cautiverio?
- Porque aún no estás preparado. Eres como el Maestro Skywalker, siempre
esperando y planeando, nunca tomando la iniciativa.
- Y esta vez estábamos en lo cierto. Gracias a lo que hice ahora podemos
seguir a Katsulas y averiguar dónde está la base de Espíritu Rebelde y los
contactos que tiene. Todo será cuestión de tiempo y paciencia.
- Veo que no has aprendido nada. Está bien, esa es tu elección. Yo voy a ir
a capturar a Katsulas y a interrogarle para saber todo eso que tú pretendes
averiguar poco a poco. Salvaré muchas más vidas que quedándome quieto a
esperar.
- Es una operación de la INR3, no te dejarán entrometerte.
- La INR no puede frenarme.
- Pero yo sí -dijo Luke Skywalker quien había escuchado toda la escena desde
la puerta-. Ya he alertado a la INR de tu posible interferencia. Los Jedi
nos estamos jugando mucho ahora mismo para dejar que estropees una operación
de semejante envergadura. No obstante he conseguido que te dejen colaborar
con ellos, alguien como tú puede hacerles falta pero sólo si estás dispuesto
a acatar órdenes.
- Me lo pensaré -dijo Kyp y luego miró a Galen-. En cuanto a ti, he hecho
todo lo que podía para enseñarte a ser un Jedi pero no escuchas o no pareces
entender. A partir de ahora eres libre, ya no seré más tu Maestro.
Dicho esto, Kyp giró sobre sus talones y salió de la habitación dejando a
Galen visiblemente afectado. No había previsto este giro de los
acontecimientos. Luke se acercó.
- ¿Y ahora qué será de mi?
- Te ayudaré a completar tu entrenamiento. Serás un Caballero Jedi, te lo
prometo.
1.- Recordamos a nuestros lectores que los padres de Kyp murieron cuando
protestaron públicamente por la destrucción de Alderaan.
2.- Amos, como la que se vio en el Episodio IV con 3PO y R2
3.- Inteligencia de la Nueva República
LA TASCA DE MOS EISLEY
Holadola
Por fin ha salido al trilogía original en DVD y por si fuera poco la calidad
de la edición es excelente... si todas fueran así mucho mejor el iría al
mercado de DVD
Centrándonos en el número, es un poco más largo de la habitual por eso ha
tardado algo más en salir (y sirve para los meses de septiembre y octubre)
Quería hacerlo más largo por dos razones, para celebrar el lanzamiento de la
edición en DVD y para hacer avanzar la trama un poco más rápido. La acción
dentro del Destructor estelar sufrió un recorte bastante drástico porque
básicamente ya sabemos cómo se mueven los Jedi y lo inútiles que son las
armas convencionales contra ellos así que reduje esa parte un poco bastante.
De todas formas lo largo que es el número creo que se compensa con la
cantidad de cosas que se dicen en él sobre los personajes y lo que pasa en
la galaxia... para el próximo mes, esto es noviembre, ya volveremos al
tamaño habitual.
Y es el tiempo ahora de las cartas. Empezamos con uno de los dos habituales
por estos lares, José Cano guionista de Factor-X (AKA la cola del paro
mutante), Excalibur y seguro que muchas otras de las que ahora mismo no me
acuerdo. Hacemos el copy & paste habitual
Es curioso, esta serie esta comenzando a convertirse en un cajon de
sastre donde, a costa de explotar las posibilidades de la inmensa galaxia,
inventada o por inventar, de Star Wars, donde caben historias de todo tipo,
desde aventuras clásicas hasta misterio, sazonado de sci-fi, claro
Es lo chulo de escribir esta serie, puedes hacer lo que te rote y
encuadrarlo en cualquier rincón del universo. Ya verás cuando haga mi
homenaje a Oliver y Benji en un número :D
De hecho hasta tenemos referencias a otras series celebres, como Dune
No intencionada, al menos no por mí parte. La especia es una forma de no
llamar a las drogas por su nombre, pero como ya venía de antes no es culpa
mía :D La serie que si homenajeaba era Alias pero nadie parece haberse dado
cuenta :(
Bueno eso, que muy bien, como siempre. Deberías cambiar los nombres,
unirlo todo y presentarte a algún concurso de novelas de sci-fi :P
Oh sí, podría cambiar Luke... por Puke, aunque entonces tendría a un
personaje principal vomitivo :P
Pasamos ahora al otro habitual de este correo... venga, minipunto para quien
lo adivine... ¿alguien? ¿nadie?... pues sí, es José González escritor de
Escuadrón Supremo, Doctor Extraño (¿o era doctora? :P) y próximamente los 4
Fantásticos... y aún escribiendo todo eso tiene tiempo para leerse los
números y dar algo que hacer al que comenta esta correo... jo que tío :P
La descripción del local Dios Dragón me parece demasiado humana. Gente
bailando, consumiendo drogas, zona vip... No se, ¿no se puede buscar la
manera de diferenciarlo más del típico local terrestre?
Sí y... no, se supone que la gracia de Star Wars es que todo es
terriblemente parecido a lo que hay en nuestro santo planeta. Es decir, la
famosa escena de la cantina podría ser un bar de mala muerte cualquiera...
no es tipo otras series espaciales donde todo parece sacado de otro mundo.
De todas maneras sí que podría haberme esmerado un poco más, quizás
describiendo a algún alienígena para dar un toque más exótico o algo.
¿La especia?. ¿El planeta se llama Zalatea o Dune?
Por una vez que no hago una referencia y todo el mundo la pilla :P Bueno,
explicado más arriba está.
Hay sadomaso al principio del numero. Como ha cambiado Star Wars :)
¿Cambiado? ¿Tú que crees que hacía Jabba con Leia cuando tenía ese bikini
tan chulo? Mmm...vale, esto último se ha pasado de asqueroso :P
La parte de Zalatea es muy 007.
De Alias, es muy de Alias... aunque claro, como Alias es parte 007 lo daré
por bueno... si es que soy un trozo de pan :D
Muy bueno el comentario de Han: " Esta familia no corre riesgos
estúpidos... nunca... ¿las dos
Estrellas de la Muerte? Eso estaba controlado. Te haces precavido chico,
estás envejeciendo."
A todos nos encanta Han, espero poder llegar a hacer la saga que tengo
pensada basada en sus cínicos años antes de la Rebelión.
Bueno, me ha parecido algo largo; pero esta tan bien escrito como
siempre.
Largo... pues este no te digo nada :P Léetelo en dos trozos que por el medio
debería verse la unión entre este número y el que hubiera sido el 30
Antes de acabar sólo comentar que ya está disponible la guía de personajes
de esta serie en http://es.geocities.com/cole_reilly/
Y nada más, comentarios, sugerencias, amenazas de muerte y esas cosas a la
dirección de siempre.
Que la Fuerza os acompañe
Ben_reilly@terra.es