BASE IMPERIAL - REGIONES DESCONOCIDAS
Corran y Kyle habían logrado infiltrarse en la base del generador de escudo
imperial. Habían creado una pequeña distracción para entrar y luego se
habían valido de toda su experiencia trabajando tras las líneas enemigas
para poder pasar desapercibidos. Ahora estaban agachados y pegados a la
pared, dos soldados de asalto custodiaban el turboascensor que les daría
acceso al generador.
- Tú te ocupas del de la derecha y yo del de la izquierda -dijo Kyle que ya
estaba preparando su sable láser. Estaban lo suficientemente cerca como para
dejar las sutilezas a un lado-.
- Espera. Quiero intentar una cosa.
Corran se levantó e invocó la Fuerza. Puede que no pudiera acceder a la
telekinesis que los demás Jedi tenían pero a cambio era mucho más hábil
controlando las mentes de las personas. Se introdujo en las mentes de los
soldados de asalto. Eran dos clones pero su mente no se diferenciaba mucho
de los verdaderos soldados de asalto; todo era cuadriculado, todo eran
órdenes, planos y estrategias que habían sido meticulosamente introducidos
en la mente del soldado, casi como una especie de lavado de cerebro.
El antiguo piloto se acercó a los soldados. Éstos no hicieron nada, estaban
totalmente paralizados.
- Buen truco -reconoció Kyle-. Muy útil. ¿Recordarán algo de lo que pase?
- No, claro que no.
- Genial -Kyle escupió en el casco al soldado de la derecha-.
- Eso ha estado de más
- Eres un aguafiestas.
Los dos entraron en el turboascensor. Cuando se cerró la puerta Corran cortó
la parálisis de los dos soldados. El soldado de la derecha notó que tenía
algo en el visor. Se lo quitó con el guante y miró hacia el techo, tenía que
haber una gotera por algún sitio. La doble puerta del turboascensor se abrió
llegando al propio generador. No había nadie en la habitación.
- ¿Qué poco vigilado no? -dijo Corran-.
En ese instante de la pared salieron pequeños cañones láser. Al mismo
tiempo, unas diminutas compuertas se abrieron dejando escapar un peligroso
gas.
- Tú y tu gran bocaza corelliana.
- ¿Quién es ahora el aguafiestas?
Las tropas de la República seguían esperando justo a la entrada de la ciudad
imperial. Vigilaban cualquier movimiento extraño de sus enemigos y de vez en
cuando disparaban al escudo simplemente para recordarle al Imperio que
estaban ahí. Han estaba de pie en su centro de control móvil intentando
coordinar, junto con Cray Mingla, el transporte de todos los heridos hacia
el pequeño hospital que habían montado en la retaguardia. También coordinaba
la vigilancia sobre los prisioneros imperiales.
No le gustaba nada estar ahí. Siempre había odiado el mando, no por la
responsabilidad que suponía el tener que tomar todas las decisiones sino por
el hecho de ser él quién ordenaba ir a los soldados a la muerte. Se sentía
responsable de todas las muertes en su bando. También se sentía responsable
de las muertes del otro bando, todos ellos (exceptuando a los clones)
tendrían a alguien que lloraría su pérdida. A veces se contentaba diciendo
que su deber y responsabilidad era llevar a sus chicos de vuelta sanos y
salvos y que ello justificaba en cierta forma todo lo que le hacía al bando
rival. Eso no impedía que al acabar una batalla siempre pensaba en que si
hubiera actuado de otra forma habría salvado más gente de su banda y del
bando contrario.
Entre esos pensamientos su comunicador pitó. La voz de Corran fue como un
sonido liberar para Han.
- Me han dicho que tiene un ejército preparado para invadir una ciudad,
general -bromeó Corran-. Seguro que le encantará este sonido -al fondo Han
pudo oír el estruendo de una poderosa explosión-. Estamos en camino, Kyle
dice que le dejes algún soldado de asalto para él solito
- No prometo nada -cortó la comunicación y cambió la frecuencia para llamar
a todas sus tropas-. El escudo ha caído chicos, vamos a patear algunos culos
imperiales.
Mara creía haber cometido un grave error. Su incursión para deshacerse del
líder imperial había resultado un fracaso total. No sólo había perdido a
Darth Talia si no que, gracias a la traición de ésta, Gantoris y Kyp estaban
solos enfrentándose con Darth Aveng. Y ahora ella tenía que vérselas con una
Sith. Había estado luchando durante un buen rato ya y había mantenido el
tipo. Pese a su embarazo, había podido integrarse perfectamente en la
Academia Jedi y con su anterior conocimiento de la Fuerza había avanzado a
pasos agigantados, superando al resto de los alumnos de tal manera que Luke
tuvo que apartarla e impartir algunas lecciones extras para que Mara no se
sintiera frustrada e intentase ir por caminos propios nada recomendados.
Gracias a todo eso, ahora estaba preparada para enfrentarse en igualdad de
condiciones a la Señora Oscura del Sith y de pronto las posibilidades
aumentaron. Mara vio a su marido entrar en el mismo pasillo en el que ella
estaba, rodeado de soldados de asalto a los que abatía con sus dos sables
láser.
- ¡Mara!
- ¡Luke! Arriba, Kyp y Gantoris con Darth Aveng -dijo a la vez que esquivaba
por los pelos una acometida de Darth Tallia-.
- ¿Puedes manejarte tú sola?
Mara no respondió y volvió a concentrarse en el combate. Luke sonrió y entró
en el turboascensor seguido por varios soldados de asalto. Lucharon durante
un buen rato entre saltos, caídas y veloces ataques y contraataques. La
lucha les fue haciendo descender nivel a nivel del palacio. Podían escuchar
perfectamente las explosiones que se producían fuera, cada vez estaban más
cerca. Entonces, en uno de los pequeños descansos que las dos se daban,
varios soldados de la República comandados por Han las rodearon.
- Esta es mi pelea, Solo -dijo Mara-.
- No te preocupes Jedi, puedo con todos vosotrossaghhh -Tallia gritó de
dolor e hincó la rodilla en el suelo a causa del dolor que la recorría por
dentro. Ante sus propios ojos, Han y Mara pudieron ver cómo Tallia comenzaba
a derretirse hasta quedar convertida en una especie sopa grasienta-.
- Eaj -dijo Han-.
- Cojo tu Eaj y lo subo a Bleaj -suspiró-. ¿Qué demonios ha pasado?
- No lo sé. ¿Dónde está Luke?
- Arriba con el Sith.
- ¿Qué? Vamos a ayudarle.
- No, Luke puede encargarse de esto. Nosotros tenemos que encontrar al
general imperial y ordenarle rendir sus tropas.
- Está bien -dijo sin estar demasiado convencido-.
CORUSCANT
Leia detenía como podía los ataques de Darth Tallia. Tenía que deshacerse
rápidamente de la Sith para poder alcanzar el puesto de mando y avisar a las
tropas de la República que abrieran fuego contra las naves imperiales que
planeaban precipitarse contra el planeta. Pero la cosa no era tan sencilla.
Aquella Sith, aunque sólo fuera un clon de la original, contaba con un gran
entrenamiento, tanto físico como a nivel mental. Leia por su parte nunca
había tenido tiempo para dedicarse a su entrenamiento. Durante los últimos
años, toda la tarea de construir la Nueva República la había ido apartando
cada vez más y más. No es que hubiera deseado comenzar el camino de los
Jedi, sólo lo hizo porque su hermano había insistido, al fin y al cabo si él
moría, Leia sería la última esperanza de reavivar la llama de la Orden Jedi.
Su falta de entrenamiento la ponían en clara desventaja. El último año había
estado practicando por sí misma; utilizaba las sesiones de adiestramiento
para distanciarse del trabajo, para dejar salir su frustración. Fue el
principio de su caída. Recurrir a la Fuerza como desahogo, dejar que todo el
mal se filtrara a través de ella la había conducido inexorablemente al Lado
Oscuro. Se preguntaba si su padre, su padre biológico no el verdadero,
habría caído de igual forma. Leia había tenido mucha suerte. Si hubiera
matado a Fey´lya como planeaba habría estado más allá de la redención, nunca
se lo habría perdonado a sí misma. Curiosamente la Sith a la que se
enfrentaba la había salvado, no con buenas intenciones claro está, pero el
hecho era que de no haber sido por su intervención Fey´lya estaría muerto.
La había salvado del Lado Oscuro, sin embargo Leia volvía a estar en la esa
peligrosa línea.
Ahora mismo sabía que iba a perder el combate. Puede que ahora estuviera
defendiéndose bien pero no había logrado atacar ni una sola vez y estaba
cansándose mientras que su rival parecía totalmente fresca. Necesitaba más
poder y sabía que el Lado Oscuro se lo traería de inmediato. También sabía
que si aceptaba ese poder luego le sería más y más difícil renunciar a él.
Pero... ¿no valía la pena sacrificar su alma para salvar las vidas de los
millones de personas que vivían en Coruscant? ¿Acaso no había hecho lo mismo
incontables veces en el pasado sólo que en vez de su alma era su vida? Deseó
por un instante que su hermano estuviera ahí para resolver sus dudas.
Entonces recordó la conversación que ella y Luke habían tenido poco antes de
que Leia entrara en el Senado para declarar la guerra con los Hutt.
Luke le había contado lo que había hecho durante los meses que había estado
desparecido. El joven Caballero Jedi sabía que su capacidad, su conocimiento
sobre la Fuerza era muy completo, incluso superiores frente a los de Darth
Talia. Aún así había perdido en su primer enfrentamiento. La razón habían
sido las propias dudas del Caballero Jedi. Luke creía no ser tan bueno como
los antiguos Jedi, creía no estar a la altura de la misión de reconstruir la
Orden. Leia le había convencido de que había algo más en su interior y Luke
lo reconoció: su madre. A Leia la historia familiar no le afectaba mucho,
probablemente porque había crecido en un entorno familiar de cariño y porque
desde muy joven se había dedicado en cuerpo y alma a la tarea de destruir el
Imperio y reconstruir la Antigua República. Esa misión la había apartado de
todas esas dudas sobre sus verdaderos padres. Pero Luke había tenido una
infancia más normal. Si bien es cierto que sus tíos le querían también lo
era el hecho de que le ocultaban hechos sobre el pasado de sus padres. Al
principio Luke no le había dado importancia pero después de haber
descubierto la verdad sobre su padre todo cambió. Es como si su madre
representara la última posibilidad de inocencia de Luke; al fin y al cabo
ser el hijo de uno de los seres más malvados de la galaxia no era algo fácil
de sobrellevar.
Aquellas dudas eran las que habían mermado el potencial de Luke para la
Fuerza. Las dudas interrumpían su conexión con la Fuerza dejándole al nivel
de un simple aprendiz. Según había entendido Leia, los Jedi de pleno derecho
estaban en perpetuo contacto con la Fuerza a diferencia de los simples
aprendices que tenían que invocarla. Leia nunca había creído que pudiera
llegar a tal maestría, en parte porque no le interesaba y en parte porque le
daba miedo. Sabía que su hermano a veces se sentía guiado por la Fuerza,
casi como controlado por ella y eso a Leia no le gustaba. No le gustaba
porque era una mujer de carácter, fuerte y decidida y porque siempre se
había revelado contra quien intentara controlarla, ya fueran sus tías de
Alderaan intentando convertirla en toda una "señorita", o el mismísimo
Emperador intentando refrenar sus tendencias libertarias. Si dejaba que la
Fuerza la gobernase ¿perdería su libertad de elección?
Suspiró. Volvía a estar en las mismas. Estaba atrapada entre sus dudas.
Pensó en sus gemelos, tenía que salvarlos y para ello tenía que tomar una
elección, la elección correcta. Si sucumbía al Lado Oscuro les salvaría en
aquel momento pero no sabía qué clase de cosas les podría hacer en el
futuro. Su padre les había torturado a ella y a su hermano. ¿Qué iba a
hacer?
"Confía en tu instinto" oyó decir a una voz de ultratumba
"Vader"
Distraerse en un momento así del combate podría ser fatal pero en aquel
momento Darth Tallia parecía haberse tomado un pequeño descanso y estaba
hablando sobre el Lado Oscuro pero Leia no la escuchaba en absoluto.
"La Fuerza no te controla Leia, sólo te muestra el camino. Seguirlo o no
depende de ti, en ellos resiste la grandeza de la Fuerza. Yo, como muchas
otras cosas, no lo comprendí hasta el final"
"¿Por qué habría de confiar en lo que dices?"
"No puedo pedirte que confíes en mi, te he hecho demasiado daño y tienes
todo el derecho a odiarme. Pero recuerda, el odio sólo lleva al Lado Oscuro"
La voz de su padre se disipó justo en el momento en que Tallia reemprendía
su feroz ataque. Leia al fin tomó su decisión. Liberó su mente y confió en
que las palabras de su padre fueran ciertas, al fin y al cabo el odiarle la
había conducido a ese camino. Quizás su padre fue una vez el monstruo
llamado Darth Vader pero también había sido Anakin Skywalker. Por primera
vez Leia pudo ver más allá de la máscara de Vader y vio a su padre y a su
madre correr por los verdes prados de un planeta alienígena; pudo sentir el
amor que se profesaban el uno al otro y gracias a ese amor tan puro y tan
intenso supo que su padre la quería. Esa verdad se abrió camino en su
corazón despejando sus dudas, la Fuerza no la controlaría porque no estaba
en su naturaleza el hacerlo. La Fuerza, como muchas otras cosas, no era ni
buena ni mala, era el ser vivo quien decidía qué cara de la moneda escoger.
Leia escogió la luz.
Al abrirse a la Fuerza Leia sintió un mundo nuevo de sensaciones, eran todo
tan distinto, tan brillante y oscuro a la vez. Pero no tenía tiempo para
aquello. Se concentró en su adversaria, antes le había parecido que se movía
como el rayo. Ahora parecía moverse increíblemente despacio, como si sus
pies estuvieran pegados al suelo o algo parecido. Leia no se lo pensó dos
veces, desvió la estocado que iba directamente hacia su plexo solar y
contraatacó con un mandoble que seccionó la mano de una sorprendida Tallia
que calló al suelo retorciéndose de dolor. Leia notó que el dolor de la Sith
no era sólo por su mano perdida. Ante sus ojos el clon de Tallia comenzó a
deshacerse de una forma bastante desagradable. Leia no perdió el tiempo,
reactivó las comunicaciones.
- Aquí la Primera Ministro Organa Solo, disparad a cualquier nave imperial
que se acerque al planeta.
BASE IMPERIAL - REGIONES DESCONOCIDAS
Darth Talia, la original, se movía entre la sombras del palacio imperial.
Por lo que podía ver por los ventanales, las tropas de la República ya
habían conseguido entrar y estaban acercándose cada vez más al palacio. No
comprendía cómo su Maestro había cometido un semejante error de cálculo. Su
plan había sido atraer a la Quinta Flota hasta la base imperial para dejar
así menos protegido Coruscant. Talia suponía que el haber robado y entregado
los planos de la base había decantado la balanza a favor de la República. Y
eso no le gustaba
El propio plan de Talia era vengarse de su Maestro, y destruir sus planes de
conquista galáctica era una buena forma de hacerlo. Pero Talia no sólo
quería la venganza, quería controlar toda la galaxia y para eso necesitaba
la flota imperial, flota que estaba siendo masacrada. Su plan original había
consistido en guiar a los Jedi a un enfrentamiento contra Aveng; confiaba en
que pudieran si no matarlo al menos sí dejarlo herido para que Talia pudiera
rematarlo. La aparición de las Talias clónicas había supuesto un problema.
Ahora eran ya demasiados adversarios.
Sin embargo Talia contaba con algo que al principio no había previsto.
Repasando los planos del palacio imperial había encontrado una cosa curiosa.
En el nivel 130 había un hueco, un espacio en donde no había nada y era un
espacio lo suficientemente grande como para albergar una habitación. Talia
supo enseguida lo que era.
Llegó al nivel 130. Los soldados que normalmente vigilarían el nivel estaban
concentrados en las puertas del palacio intentando evitar que la República
ganara una batalla que ya estuvo decidido desde el momento que las tropas
republicanas habían entrado en la ciudad. Avanzó hasta llegar a la pared
contigua a aquel misterioso espacio. No tenía tiempo para andarse con
remilgos así que activó su sable láser y creó una pequeña puerta. Como
imaginaba, aquello era una sala de clonación, la sala donde la había
clonado.
Ignoró a las réplicas de sí misma que se estaban gestando y fue directamente
al ordenador principal. Ahí encontró lo que buscaba. De lo que había
aprendido de la historia de los Sith es que éstos siempre habían sido
desconfiados y más después de que durante la última guerra Sith se hubiera
establecido la regla de sólo un maestro y un aprendiz. Los Sith habían
acabado traicionándose los unos a los otros en busca del poder absoluto, eso
obligó a restringir su número. Si Darth Aveng quería un ejército de clones
Sith, tenía que tener a su vez un sistema para poder asegurarse su control y
eso era lo que Talia había encontrado: un sistema de destrucción. Lo activó
sin ningún miramiento, ahora todos sus clones deberían estar derritiéndose.
Tenía vía libre para matar a su Maestro
Luke saltó hacia el encuentro del Lord Sith. En el aire intentó golpearle
con el sable de la derecha mientras se defendía con el sable izquierdo.
Nunca había peleado contra alguien que blandiera un sable de doble hoja. Los
sables sencillos eran muy difíciles de controlar, alguien que utilizara uno
de doble hoja tendría que ser un auténtico maestro con una habilidad
extraordinaria.
El choque de sables resonó por la sala. Los dos cayeron al suelo. Luke lanzó
un barrido con su sable y Aveng lo esquivó dando un salto con una voltereta
aprovechando para intentar atacar a Luke quien se movió rápidamente para
interceptar el ataque son su segundo sable. El Jedi se levantó y volvió a
lanzarse al ataque encadenando varios golpes laterales seguidos sin
encontrar nada más que la hoja del Sith. Luke entonces intentó dar una
estocada directa al estómago de Aveng pero éste asió con fuerza su sable y
con un veloz giro lograr desviar el golpe de Luke y aprovechar la inercia
para repetir el mismo golpe de su adversario. Luke saltó una décima de
segundo antes. Aveng le siguió en el salto. Era un salto de quince metros
Luke descargó un feroz golpe intentando frenar el salto de Aveng pero éste
detuvo el golpe como si nada y comenzó una serie de veloces ataques que Luke
apenas si pudo detener. Cuando llegó al cenit de su salto, Luke dio una
voltereta alejándose de Aveng. Cayó con gracia rodando hacia el lugar donde
Aveng iba a aterrizar y justo un par de metros antes saltó hacia él
extendiendo los brazos. El Sith no tenía escapatoria ninguna pues no podía
esquivar el golpe y su sable le imposibilitaba detener los dos golpes
laterales que Luke iba a realizar. Sin embargo Aveng no se rindió.
Aprovechando la confianza de Luke utilizó la Fuerza para lanzar su sable
láser. Luke tuvo que defenderse con toda su fuerza pero aún así estuvo a
punto de ser atravesado por el sable y perdió los suyos. Intentó recogerlos
con la Fuerza pero Aveng le bloqueaba al igual que él hacía con el sable del
Lord Sith. Volvió a centrar su atención hacia Aveng pero fue un segundo
demasiado lento para esquivar el puñetazo que éste le dio. Luke se tambaleó
y Aveng aprovechó al momento para golpearle con furia en el estómago. Luego
le dio un codazo en toda la cara y una patada en todo el plexo solar.
- Esto es lo que pasa cuando te metes con un Lord Sith -Aveng cogió la
cabeza de Luke y la golpeó contra su rodilla ante lo cual el Jedi cayó al
suelo. Aveng lo levantó en el aire y, ayudado con el poder del Lado Oscuro,
lanzó a Luke contra la pared de enfrente.
Pero el Maestro Jedi no se dio por vencido y en el último instante consiguió
agarrar al Sith y ponerlo delante de tal modo que fue quien impactó contra
la pared quedando momentáneamente aturdido. Luke se levantó dolorido por los
golpes, entonces una sensación de peligro le sobrevino. Confió en su
instinto y se agachó esquivando una plancha de metal que se clavó en la
pared. Su rival no había perdido el tiempo.
- ¿Es todo lo que sabes hacer? -preguntó Darth Aveng-.
- Todavía me reservo algunos trucos.
Darth Aveng rió.
- Los Jedi y vuestros trucos. ¿Cuándo os daréis cuenta de que eso no os
sirve de nada? Habéis estado en la galaxia miles de años al lado de vuestra
patética Antigua República y de qué os ha servido. Guardianes de la paz -se
mofó-. Si hubierais aceptado el verdadero poder de la Fuerza nada de esto
habría ocurrido... cuántas guerras podríais haber evitado. Esta
galaxia -dijo señalando el mural de piedra que había encima de su trono y
que representaba la galaxia- sería un lugar mejor si la gente como nosotros
tomara el mando.
- Sólo podemos aconsejar. No tenemos derecho a decidir lo que otros han de
hacer.
- Sí lo tenéis. Sois mejores, podéis manipular la Fuerza. Ellos no entienden
eso, se burlan de ello, no respetan nuestra mayor grandeza. Y todo por
vuestra culpa. ¿En qué habéis convertido esta galaxia?
- En un lugar interesante para vivir.
- ¿Interesante? ¿Calificas esta inmundicia como interesante?
- Sí. Una galaxia que cuando estaba ahogada en la tiranía se rebeló contra
un rival que le superaban en número. Creo que lo están haciendo bien.
- Entonces eres más estúpido de lo que pensaba.
Luke suspiró
- Tu ejército está perdido. Ríndete ahora. No tiene por qué morir nadie.
- Al contrario. Quien muera aquí traerá la perdición para su bando.
Automáticamente los dos liberaron los sables láser y los atrajeron a dos
respectivas manos.
- Esto es un error.
- Los Jedi sois los errores.
Con un grito de furia Darth Aveng se lanzó al ataque. Sus acometidas eran
violentas y rápidas. Desplegaba el poder del Lado Oscuro en toda su maldad.
Luke podía sentir su odio hacia la República, hacia los Jedi. Darth Aveng
era la expresión del propio Lado Oscuro pero por algún motivo Luke no quería
acabar con él. Si pudiera traerlo de vuelta como hizo con su padre, el Lado
de la Luz ganaría un poderosísimo aliado.
Luke contraatacó. Esquivó uno de las hojas de Aveng y movió la suya en un
arco descendente para volver a encontrarse con la otra hoja de Aveng.
Entonces Luke le propinó una patada a Aveng en la rodilla haciendo que éste
tuviera que hincar la rodilla en el suelo. Luke preparó su golpe definitivo
pero no contó con que Aveng se volviera loco de furia en ese instante. Aveng
saltó hacia Luke como un animal herido, gritando y desplegando toda su
fiereza. Luke no había visto nunca nada igual. Intentó detener las
acometidas de su rival pero pronto se encontró retrocediendo hacia la pared.
Uno de los feroces ataques de Aveng hizo que perdiera el equilibrio lo que
éste aprovechó para propinarle una patada y hacer que cayera al suelo.
Cuando intentó incorporarse se encontró con los pies de Aveng apoyados en
sus manos y con su sable láser peligrosamente cerca de su garganta.
- Has perdido -dijo Aveng-. No tienes la capacidad para enfrentarte al Lado
Oscuro.
- Esto no tiene por qué acabar así.
- Cuando te mate iré a esa Academia Jedi tuya y convertiré a todos tus
alumnos en esclavos del Lado Oscuro.
- Aún puedo perdonarte la vida.
- ¿Perdonármela tú? No creo que entiendas bien tu situación.
- Eres tú el que no la entiende.
Como si tuviera una revelación Aveng dio la espalda. Ante él se encontraba
el sable láser de Kyp, flotando. Tuvo que girarse y mover su sable
rápidamente antes de que Luke activara la hoja. Lo consiguió pero había
tenido que liberar a Luke en el proceso. Se volvió a mirar al joven
Caballero Jedi quien ya se había levantado. Luke descargó toda su fuerza en
un golpe ascendente. Aveng intentó detenerlo pero fue demasiado lento. La
hoja blancoazulada impactó justo en el centro del sable láser de doble hoja.
Aveng se había quedado sin defensa posible y Luke lo aprovechó. Movió
velozmente su otro sable láser y atravesó el estómago de Darth Aveng quien
todavía no se creía lo que había pasado.
- No puede ser
Entonces se produjo una gran explosión
La puerta de la sala voló en pedazos. Los soldados de la República entraron
corriendo y dispararon a cualquier cosa que tuviera un arma en la mano.
Detrás de ellos entraron Mara Jade y Han Solo. Estaban en un búnker imperial
que había servido de base de operaciones. Habían llegado hasta el corazón
mismo del mando imperial y delante tenían al Moff Shirdon, artífice de la
fuerte defensa imperial.
- Hagámoslo fácil -dijo Han y automáticamente Mara puso la hoja del sable
láser en la garganta del oficial imperial-. ¿Te rindes, verdad?
- Asqueroso rebelde -Mara acercó más la hoja-. Sí, nos rendimos.
- Sabia elección. Dejemos a esta basura aquí y vayámonos a ayudar a Luke.
Los dos salieron del búnker y cogieron un deslizador que los llevó hasta el
palacio imperial. Por el camino se encontraron con algunos focos de
resistencia, soldados imperiales que se negaban a rendirse pero que eran
rápidamente reducidos por las fuerzas republicanas. Entonces, cuando estaban
cerca del palacio imperial escucharon una gran explosión. Miraron al cielo,
uno de sus cazas Ala-Y había sido abatido y descendía sin control.
- Luke -dijo Mara con un nudo en la garganta-.
El caza se estrelló contra el palacio imperial.
CORUSCANT
Leia subió todo lo rápido que podía hasta la sala de guerra donde Ackbar la
esperaba impacientemente. Leia se sorprendió ante este hecho puesto el
calamariano siempre había sido un hombre muy tranquilo pero en ese momento y
por alguna extraña razón estaba fuertemente alamardo. Leia se temía lo peor,
si su mensaje no había llegado a las tropas espaciales y la flota imperial
había comenzado a precipitarse contra el planeta.
- Princesa nuestras tropas...
- ¿Recibieron mi mensaje?
- Sí alteza pero lo que quiero decir es que hemos recibido un mensaje de la
flota imperial. Quieren reunirse con usted para negociar su rendición.
CONTINUARÁ
PRÓXIMO MES: 25 números después llega... ¡¡El Gran Final!!
LA TASCA DE MOS EISLEY
Holadola
Ya sólo queda un epílogo que debería llamarse "Vamos a cerrar cabos sueltos"
o también "Lo que Claremont no hace nunca" :P Veamos, no sé si os habrá
gustado pero decidí cargarme todo el combate con los clones de Talia y en
menor medida el de Luke y Darth Aveng. Más que nada porque me parecía
aburrido contar otra pelea de sables láser.
Ahora tocan las cartas, empezamos con una de nuestro amadísimo editor Chucky
Correia sobre el número 22
estaba por no comentarlo, para darle al clon razones para pensar que no
me la leo y ver si se atreve a meter sexo explicito... :P
Tu sabes que un día haré la prueba :P
La verdad es que me pierdo con tantos personajes, sobre todo porque no
los conozco (excepto a los principales de las pelis, los demás nunca me han
llamado tanto la atención, y nunca me ha dado por los juegos o las
novelas)
Ok, intentaré situarlos un poco mejor aunque algunos sólo están en forma de
cameos sin sentido :D
Pero está bien narrado. Y manejas bien los tempos... Eso si... Star Trek
rulez! :PPPP
¿Star Trek? ¿El universo donde nunca pasa nada? Jejeje
Ahora le toca a Blai sobre el mismo número
Mejor:El final, de esos con suspense de los de verdad. Algunas
escaramuzas están muy bien desarrolladas, y esos detalles de meterse en la
cabeza de los personajes por un momento... (lo del piloto de Alderaan antes
de disparar), le dan mucha riqueza a la narración
Vale, yo pensaba que entorpecían la narración y hacían la cosa más plomazo
:D
Peor: A lo mejor me has pillado en un mal día, pero creo que esta vez no
logras evitar la confusión. Ya desde el principio no sitúas al lector de
manera adecuada y a lo largo de todo el número hay momentos en qué uno no
sabe muy bien qué está pasando
Intentaré cuidarlo más pero es difícil, tengo mucha gente por ahí perdida :D
No por introducir muchas escenas de acción se obtiene un relato más ágil.
La idea no es acción para ser más ágil, la idea es tener un final como el de
las pelis, con 30 minutos de acción y explosiones varias que tan bien quedan
en pantalla (pero que son jodidas de traspasar al texto)
Xumer para el mismo número 22
Mola, moooola... Tenía ganas de ver este número... ¿Alguien ha visto el
"trailer" del juego de la Guerra de las Galaxias rollo Counter Strike?
Yo nops, yo ví uno que parecía en Battlefield 1942 pero en rollo SW
Me gusta el rollo GUERRA que llevas y como van replegandose. Ta muy entretenido
Esa era el aspecto a reflejar
No se por que dices que no te acaba de gustar el como lo has acabado por
que yo creo que mantienes el nivel.
Es que no me gusta escribir acción, prefiero trastear con los personajes y
montar líneas argumentales.
Rafael Heras también hablando sobre el 22. Estoy seguro de que Rafael
escribe una serie pero a riesgo de meter la pata como en el anterior correo
con Blai (y es que no escribe Ultimate Defensores si no Daredevil... no me
juzguéis, los dos empiezan con D :P) creo que pasará de decir cual... venga,
debe ser Buscadores y si no pos oid, Buscadores también está muy interesante
:D
Me ha gustado y mucho, pero claro soy un fan de SW.Creo q narras muy bien
la accion
para reflejar la batalla, pero me tendre q leer to lo anterior para opinar
mas .
Vale, todas mis pajas mentales con la acción quedan arruinadas por tu culpa,
¿estarás contento no? :P Uh, y alguien se va a leer mis 22 números
anteriores... ¿Cuántos fallos de continuidad encontrará? :D
José González, jefe supremo del Escuadrón Supremo también habla sobre el 22
<¡Joder, que cabrón!. Nos has dejado con la duda de quesucede de verdad en
el ataque a Coruscant, Ben. Sin duda esta parte del numero es mucho mejor
que la de las regiones desconocidas.
Si hubiera hecho este correo cuando tocaba te remitiría al número siguiente
pero como ya ha salido pues... leo tu siguiente comentario sobre el 23
Había olvidado la parte de Coruscant. Pues no ha sido para tanto. El
Imperio tenia todos los cabos atados:"O nos destruis o os destruimos. Sea
como sea, nosotros ganamos"
Ah, pequeño saltamontes... todavía queda el Plan C... ¿Qué plan C? Juju,
cerramos saga en el 25
Ben ha tomado prestada la maquina de hacer clones del Bullpen. Devuélvela
para que la serie continue. Los guionistas suelen morir con inusitada
frecuencia 8)
Nada, o me dais 200 millones de euros o os quedáis sin máquinas... está
claro que no puedo hacer una serie sin clones, Spider-Man, X-Man, SW,
Justicia Joven... en fins...
El diálogo de Chewbacca te a quedado muy fluido. Se nota que dominas el
wookie.
Es mejor que el Chewi rugió, Chewie gruñó... además si Chucky saca su alemán
de diccionario en sus números de Invasores ¿por qué no sacar mi wookie
inventado? :P
La parte de Darth Aveng te ha quedado mucho mejor. Así como la llegada de Luke.
Esa parte me gustó escribirla porque los personajes hablan y dices cosas
importantes, no sólo pelean.
Y por último le toca hablar a Blai
la escena final de Star Wars, tanto el diálogo como el combate (aunque
eso del maloso pretando las clavijas al bueno de turno para que recurra al
lado oscuro ya esté un pelín sobado)
Hombre sí manida está. Pero con Gantoris intenté hacerlo algo distinto, en
vez de cabrearlo que le atacara mediante el miedo... eso debería contar
positivamente ;) Además no es sólo que lo cabreen para que se pase al Lado
Oscuro, si no que se distraigan.
pero el recurso del clon de meterse por un momento en la cabeza de los
personajes insignificantes, al más puro estilo homérico, hay que saber
mesurarlo. Está bien para introducir escenas, o en los interludios, pero
cuando lo sitúas en pleno combate, como en lo del soldado abatido por Luke),
deberías tratar de ser más sintético, para no romper tanto el ritmo
Oh esa escena. En realidad quería mostrar por una vez el otro lado, mostrar
cómo son los imperiales, luego cambié a la idea de mostrar a alguien en
principio inocente y que lo transforman en un soldado puro y duro... total,
que quedó todo hecho un batiburrillo de ideas.
Y nada más, comentarios, sugerencias, amenazas de muerte y esas cosas a la
dirección de siempre
Ben_reilly@terra.es