CORUSCANT
Si alguien llegase en este día a Coruscant comprobaría rápidamente sus
instrumentos de navegación por si se había equivocado de planeta. Cuando
descubriera que a sus instrumentos no les pasaba nada empezaría a
preguntarse quién habría secuestrado a toda la población del planeta. Y es
que, salvando las naves comerciales de gran envergadura, ningún vehículo
circulaba por Coruscant. Todo el planeta estaba en su casa viendo en directo
la sesión del Senado. Apenas unas doce horas antes, Leia se había entregado
a las Fuerzas de Seguridad. Luke Skywalker se había entrevistado con el
Borsk Fey´lya y había liberado los recuerdos de la cabeza del senador que
rápidamente había contado la historia sin aprovecharse en lo más mínimo de
la situación; había aprendido que utilizar una mentira ajena podría
estallarle en la cara1. Leia había sido exculpada de todos los cargos.
Diez horas antes se había convocado una reunión de emergencia en el Senado.
Se había corrido la voz de que Leia hablaría sobre los planetas anexionados
a la República que habían sido invadidos por los Hutt y sobre los planetas
no anexionados que solicitaban su ayuda. Así que la mayoría de la gente
estaba pendiente de la reunión.
Todos los senadores habían ido a la reunión del Senado, lo cual nunca antes
había sucedido a excepción de la ceremonia de reapertura. Leia llevaba
retraso, un retraso hecho aposta para que todos los senadores estuviesen
ansiosos por escuchar sus palabras. Cuando Leia apareció para subirse a la
plataforma que le llevaría al centro del Senado se hizo un silencio total.
Iba sola, sin ninguno de los acompañantes habituales. Llevaba una túnica
azul, típica de Alderaan con el pelo recogido en un discreto moño. Llegó al
centro del Senado y miró hacia arriba, hacia los asientos donde toda su
familia había venido para apoyarla. Les sonrió y volvió a concentrarse en
los senadores.
Sin que nadie lo notase apagó el sistema de megafonía que se utilizaba para
que las palabras de la Presidenta llegasen a toda la sala. En vez de usar
ese sistema utilizó la Fuerza para proyectar su voz para que todos la oyesen
perfectamente.
- Bienvenidos senadores, es un placer tenerles a todos aquí. Debería ocurrir
más a menudo -algunos senadores se rieron pero Leia no lo había dicho en
broma. Si sobrevivía a lo que iba a venir pronto lo primero que iba a hacer
era proponer la obligación de estar presente en todas las reuniones del
senado-. Como seguro sabrán, les he reunido aquí para hablar sobre nuestra
postura hacia las agresiones Hutt.
- Eso ya ha sido discutido -dijo Fey´lya que había desplazado su plataforma
hacia el centro del Senado-. Firmamos un tratado con los Hutt de no
agresión, el propio Senado ratificó ese tratado.
- No se le ha otorgado la palabra, senador. Le ruego que vuelva a su
posición.
- No está haciendo perder el tiempo Primera Ministra, el tratado.
- Su tratado es ilegal -varios partidarios de Fey´lya comenzaron a gritar y
Leia tuvo que esperar a que se callasen-. Sí, es totalmente ilegal. Miren
esto -Leia sacó un pequeño librillo, una copia en plastipapel de la
Constitución de la Nueva República-. Leo textualmente: "Los Tratados creados
en el seno de la Alianza serán derogados por esa Constitución, a excepción
de aquellos que se detallen a continuación"
- No hubo ningún tratado en la Alianza que impidiera firmar tratados de no
agresión -dijo Fey´lya-.
- Estoy de acuerdo -carraspeó-. Pero como bien sabrá senador, la Nueva
República se fundó a partir de la Alianza Rebelde. Todo el compendio legal
pasó de una a otra y como acabo de leer la Constitución derogó varias
partes. Es curioso que en nuestras deliberaciones sobre si aceptar o no el
tratado que usted mismo nos ofreció, nunca se haya mencionado el Tratado de
Corellia -A través de la Fuerza Leia sintió que Fey´lya estaba descolocado,
no sabía a lo que se refería Leia. En realidad sólo algunos habían empezando
a ver lo que Leia estaba explicado-. El Trato de Corellia es el que da
nacimiento a la Alianza Rebelde, une a los tres grandes focos de resistencia
contra el Imperio: Chandrila, Corellia y Alderaan. Ese tratado está fuera de
la Alianza Rebelde, fuera de los tratados que la Constitución deroga. Entre
otras cosas el tratado establece la obligación de la Alianza de ayudar a
cualquier mundo que se halle subyugado o bajo dominio de fuerzas ajenas a su
voluntad. Nuestra obligación es ayudarles. Hemos roto nuestra propia
legalidad.
Pero eso no es lo más importante -continuó diciendo-. Que hayamos
traicionado nuestras propias leyes no tiene importancia alguna en
comparación con lo que significa haber firmado un tratado de no agresión.
Cuando se firma la adhesión a la Nueva República garantizamos protección a
ese planeta pero eso tampoco es importante. Al menos para nosotros no. Está
demostrado que nos importa mucho más quedarnos en nuestro remanso de paz que
ayudar a quienes lo necesitan. Los ideales que defendíamos durante la
Rebelión han quedado atrás, ahora sólo nos interesa la paz. Viva la Nueva
República -dijo burlonamente-. Qué grande es la Nueva República. Que
pacífica es la Nueva República. Que los imperiales mutilan y masacran varios
planetas, ¿qué nos importa a nosotros? Al fin y al cabo ni siquiera son
ciudadanos de la República; que los Ssi-ruuk vuelven a atacar con fuerza
Bakura, que se aguaten, total están en el Borde Exterior. Qué grandes y
poderosos nos hemos vuelto. Tan grandes y poderosos que hemos perdido lo que
nos trajo aquí. Esto -dijo levantando de nuevo al Constitución de la
República- no es más que papel mojado y esto -levantó ahora el Tratado de
Corellia- no es más que un documento de tiempos mejores.
Recapaciten senadores. Hacer la guerra contra los Hutt no debe partir de una
obligación jurídica, sino de la convicción de que es lo que debemos hacer,
tanto por nosotros, como por la República y por todos aquellos que cayeron
en los duros días de la guerra contra el Imperio -suspiró y acudió a las
técnicas de relajación Jedi que Luke la había enseñado-. En los próximos
días exigiremos que las flotas Hutt e Imperial se retiren de los mundos de
la Nueva República. Si no lo hacen les combatiremos como hicimos antes para
ganar nuestro libertad y la de los demás. A partir de ahora volvemos al buen
camino.
Al principio el Senado se quedó el silencio. El discurso de Leia había sido
muy inspirado pero estaba cargado de mucha crítica hacia aquellos senadores
que anteponían sus intereses personales al bien común. Sin embargo poco a
poco fueron surgiendo aplausos aislados hasta que todos los presentes
comenzaron a aplaudir.
Desde la cubierta de observación Luke también aplaudía. Sabía que su hermana
aún tenía un largo camino que recorrer en su expiación del Lado Oscuro pero
estaba muy orgulloso de ella. Escuchó al fondo discutir a Trespeó y a
Erredós.
- No creo que éste sea el momento Erredós -dijo el dorado androide de
protocolo-.
- ¿Qué ocurre?
- Oh amo Luke. Erredós ha recibido un mensaje del General Antilles pero le
he dicho que no es momento de.
- Está bien Trespeó -le interrumpió Luke-. Reproduce el mensaje Erredós.
El pequeño androide silbó burlonamente a su compañero androide y luego
activó su sistema holográfico mostrando una imagen de Wedge.
- Hola viejo amigo -dijo Wedge bastante serio-.
Empezó a hablar de cómo echaba de menos subirse en la carlinga de un caza,
de que las responsabilidades de mandar toda una flota de ataque le
superaban, de que parecía que cada vez que tenía que mover un crucero ligero
tenían que meterse en una batalla campal con algún politicucho que quería
hacerse notar. Pero Luke no le prestaba atención a su charla. Wedge se
estaba rascando la oreja, luego pasó a atusarse el pelo para acabar
mordiéndose la uña del pulgar izquierdo de su mano.
- Entiendo lo que te pasa Wedge -dijo Luke a la vez que parecía quitarse un
poco de caspa de su hombro derecho-. Pero ahora no es el momento, Leia está
muy estresada y necesita mi ayuda. Pronto podré hablar contigo, viejo amigo.
Erredós cortó la transmisión. En cuanto lo hizo el semblante de Luke pasó a
ser mucho más serio de lo habitual. Se dirigió a junto de Han.
- Necesito el Halcón -dijo-. Wedge quiere vernos inmediatamente.
- ¿Problemas?
- De los gordos.
SISTEMA SYZKMMANN
Cuando entró en la academia militar, Soani Vedra se había imaginado
participando en grandes y largas batallas por la Nueva República. Entonces
la guerra se enfrío y se vio metida en la dura vida del militar durante los
tiempos de relativa paz. Ella era una mujer de acción, lo había sido durante
toda su vida. Durante los años de mayor conflicto con el Imperio había
ayudado a la célula local de la Rebelión aún cuando todavía no era más que
una joven adolescente. Todavía recordaba la oposición de su padre, decía que
no había que meterse en problemas y más siendo tan joven que el Imperio
pronto aflojaría su yugo. Jamás olvidaría sus ojos cuando le dispararon.
En su casa tenían un criado, un twi´lek amable que llevaba con ellos desde
hacía mucho. Un día mientras cortaba las hierbas del jardín un par de
soldados de asalto borrachos se acercaron a la casa y comenzaron a darle una
paliza. Ella salió corriendo a protegerlo. De haber sido ahora habría cogido
a los dos soldados y les habría puesto fuera de combate sin esfuerzo alguno.
Pero de aquella no era ni la mitad de fuerte ni la mitad de experta en artes
marciales así que se metió en una pelea que no podía ganar. Su padre al
verla salió de la casa y se interpuso entre los soldados, su criado y ella.
El disparo que recibió iba dirigido hacia ella. El juicio contra los
soldados no fue tal, salieron absueltos ya que habían argumentado que sólo
dispararon contra un criado y que aquel hombre se interpuso en el medio. La
rabia que había sentido Soani la había impulsado a unirse a la Rebelión pero
su hermano mayor no se lo permitió y fue él quien se unió en su lugar con la
promesa de que cuando fuera mayor vendría a buscarla para juntos ser el
azote del Imperio. Tres semanas después un agente rebelde apareció en casa,
su hermano había muerto en la Batalla de Hoth.
Pero todo eso no importaba ahora. Acabó de vestirse y salió rápida hacia el
hangar. El general Antilles la había mandado a recibir al Halcón Milenario.
Cuando llegó al hangar el famoso carguero estaba abriendo justo la pasarela
de desembarco. Entonces todo el mundo se fijó en las personas que salían de
la nave. Han Solo, Chewbacca y Luke Skywalker eran junto a la hermana de
éste los héroes más famosos de toda la galaxia, todo el mundo los respetaba
y admiraba. Detrás del trío protagonista salieron también Corran Horn y Mara
Jade Skywalker. Soani se acercó al quinteto.
- Bienvenidos al Lusankya. Soy la capitana Soani Vedra, el general Antilles
les espera en la sala de guerra.
Soani les condujo por el interior de la gran nave capital hacia la sala de
guerra. Durante el trayecto apenas si hablaron, sólo hubo un par de
comentarios de Han sobre la nave que Soani no logró escuchar y poco más.
Cruzaron la última puerta y llegaron a la sala de guerra. De forma circular,
la sala de guerra consistía en un montón de paneles con esquemas, datos y
cifras numéricas y un gran proyector holográfico en el centro. Wedge estaba
al lado del proyector. En cuanto les vio entrar corrió a saludar a sus
viejos amigos. Desde que servía con él Soani nunca le había visto tan
contento. En ese mismo instante también apareció el comandante Tycho Celchu,
líder del Escuadrón Pícaro.
Tras abrazar a todos los recién llegados (excepto a Mara, claro) Wedge se
puso manos a la obra. Informó minuciosamente de todo lo ocurrido hasta
ahora. Habían mandado una misión de espionaje hacia las naves imperiales y
pronto habían descubierto que las fuerzas imperiales se estaban reagrupando
para lanzar un ataque contra la Nueva República. También les informó sobre
la captura de Darth Talia y los discos de datos que había robado y que ahora
estaban intentando ser descifrados por los expertos de la flota. Soani no
quería pensar en cuántas normas y regulaciones se estaba cargando Wedge al
revelar esa información. No es que fuera una maniática de las normas pero
intentaba cumplirlas, casi siempre.
- ¿Qué pensáis? -terminó diciendo Wedge-.
- Vega Prime parece una trampa -dijo Han-.
- Cierto. Demasiado alejado de cualquier sitio para lanzar un ataque
importante -mencionó Corran-. Además recuerdo que cuando atacamos Vega Prime
tuvimos cientos de problemas con la ruta hiperespacial con un. ¿qué era?
- Un par de agujeros negros -le ayudó Celchu-. Meter ahí una flota de
combate sería, una locura.
- Quizás deberíamos enviar una sonda espacial -sugirió Soani-.
- Si enviamos una sonda les haremos saber que no hemos mordido el
anzuelo -dijo Mara-.
- Debemos centrarnos en su base secreta de las Regiones Desconocidas -dijo
Luke-.
- Saben que hemos capturado a su agente -dijo la capitana Vedra-. Habrán
fortalecido sus defensas.
- Los discos robados hablan de un ataque a la República -dijo Han-. Han
reunido su flota en algún lugar de la galaxia, no van a replegarse ante
nosotros.
- ¿Por qué? -preguntó Soani-.
- Porque piensan que lo haremos nosotros -dijo Mara-. Regla imperial #1: La
República se preocupa por los civiles, amenaza con una destrucción en masa y
los tendrás tan preocupados cerrando sus filas que no te molestarán.
- Entonces si atacamos su base en las Regiones Desconocidas ¿estarán
indefensos?
- Yo no diría tanto -al tiempo que Wedge tecleaba una secunda en una consola
de la sala. El mapa holográfico cambió ahora para mostrar el planeta-.
Podemos atravesar el campo de asteroides y desactivar las defensas que ahí
tienen peor las plataformas de defensa, la flota de combate y todas sus
armas en tierra no serán fáciles de superar.
- Hemos estado haciendo hipótesis sobre los resultados del ataque -explicó
Vedra-. Nuestro mejor porcentaje es de un 50% de bajas en la batalla
espacial. La toma del planeta nos acarreará un 90% de bajas.
- ¡¡¿90%?!! -exclamó Han-. ¿Qué clase de patán ha planeado el ataque por
tierra?
- Yo -respondió secamente Vedra-.
- Ah. buen plan.
- El problema -dijo Wedge- es que el planeta está protegido por varios
escudos que impiden el bombardeo orbital y terrestre -tecleó una secuencia
en la consola y el mapa holográfico mostró ahora una especie de ciudad con
multitud de edificios; uno de ellos sobresalía entre todos-. Este edificio
tan alto es una réplica exacta del Palacio Imperial de Coruscant. El escudo
protege toda la ciudad pero lo más importante es esto -varios edificios
cambiaron de color-.
- Civiles -murmuró Corran-.
- Se acabaron las posibilidades de bombardeo -dijo Luke-. Tendremos que
tomar el planeta a la antigua.
- Se fortificarán en la ciudad -dijo Corran-. Tendremos que intentar algo o
ese 90% de bajas se hará muy real.
- ¿La maniobra de Porteial? -sugirió Han-.
- ¿Maniobra de Porteial? -preguntó Vedra-. No me suena, ¿en qué manual está?
- En ninguno -dijo Wedge-. Es una estrategia que Han usó sólo una vez.
Consiste en atacar simultáneamente en ambos frentes, espacio y superficie,
utilizando las naves capitales para bloquear el planeta.
- Pero eso dejaría a las naves capitales en un grave peligro. La gravedad
planetaria resta movilidad a las naves a la vez que afecta a los escudos y a
las armas. Es una táctica de locos
- Sí pero facilita el despliegue de tropas terrestres -dijo Han un poco
ofendido por el comentario despectivo de la capitana-. La teoría es lanzar
un ataque relámpago en ambos frentes; se aprovecha el elemento sorpresa para
evitar las fortificaciones defensivas.
- Parece peligroso.
- Lo es -dijo Wedge-. Pero es la única opción que tenemos aunque hay otro
problema
- ¿Qué clase de problema? -preguntó Han-.
- No tengo a nadie capacitado para dirigir el asalto de superficie y no
puedo solicitar uno a la central sin correr el riesgo de que intercepten la
transmisión y averigüen lo que vamos a hacer. No sé quién podría
sustituirle -dijo mirando fijamente a Han-.
- Ah no, ni hablar. Lo dejé hace tiempo. Que lo dirija Luke.
- Yo me encargaré del blindaje de protección Han. No puedo atender las dos
cosas a un mismo tiempo.
- Está bien -y advirtió-. Pero no pienso ponerme uniforme.
Gantoris no estaba seguro de todo aquello. Había llegado media hora antes
junto con el resto de aprendices Jedi. El Maestro Skywalker se había reunido
con todos y les había explicado lo que se requería de ellos. Era una misión
muy peligrosa pero el Maestro tenía confianza en ellos. Terminada la reunión
Luke se reunió con Gantoris para otorgarle un encargo especial. Al principio
se sintió orgulloso por la tarea que le había recomendado; luego sintió un
miedo terrible.
La puerta de la celda se abrió con un siseo y Gantoris entró con paso firme
intentando contener todo su nerviosismo. Ante él estaba Darth Talia,
aprendiz Sith y capaz de vencer a un ejército con sólo pensarlo aunque ahora
mismo no lo parecía. Por lo que Gantoris sabía, Darth Talia había ingerido
un número indeterminado de larvas de origen desconocido. A cada hora que
pasaba las larvas se multiplicaban más y más y comenzaban su proceso de
maduración, proceso en el cual se alimentaban de los órganos de su
anfitriona. Habían intentado eliminarlos con radiación pero no consiguieron
nada, ni siquiera la inmersión en el tanque de bacta había servido para
algo. Talia era a todos los efectos posibles una paciente terminal.
Ahora Talia estaba acostada en una cama mientras le eran administrados
sedantes vía intravenosa para intentar reducir el crecimiento de las larvas.
Sin embargo estaba consciente y miró a Gantoris cuando entró.
- He venido a ayudarte -dijo el aprendiz de Caballero Jedi-.
- Como si pudieras. Yo lo he intentado y no he podido, dudo que un Jedi
pueda hacer algo.
Gantoris ignoró el comentario despectivo de la guerra Sith y se concentró en
su tarea. La calamariana Cilghal era mejor sanadora que él pero el Maestro
Skywalker le había encargado esta tarea a Gantoris porque quería probarlo.
Luke confiaba en que Gantoris fuese el primero de los nuevos Caballeros Jedi
y que sirviese de modelo para los demás. Despejó su mente de cualquier
pensamiento y se sumergió en la mística energía conocida como la Fuerza.
Notó la primaria conciencia de las larvas que ahora poblaban el interior del
cuerpo de Talia. Tanto los ejemplares más jóvenes como los más adultos se
guiaban por la necesidad de conseguir alimento. Desplegó la Fuerza alrededor
de la mente de las larvas y torció el gesto.
- Eres un genio -murmuró una sarcástica Darth Talia-. Jamás se me habría
ocurrido intentar controlar sus mentes.
- Demasiado primitivos para poder obligarles a hacer algo que no sea buscar
comida -Gantoris se rascó la barbilla y cerró los ojos por un instante-.
Probemos con otra cosa.
Acercó la mano a Darth Talia. Desplegó todos sus sentidos Jedi. Si sólo
buscaban comida, comida es lo que encontrarían.
- Interesante. Estás engañándoles para que se muevan masivamente a por
comida. espero que no vayan a mi corazón, prefiero una muerte lenta y
dolorosa a una muerte a manos de un Jedi.
- No van a tu corazón. Van fuera de tu organismo.
- ¿Crees que funcio...?
Darth Talia paró de hablar ante la arcada que acababa de sufrir. Se llevó la
mano a la boca para ver cómo empezaba a vomitar cada una de las larvas.
Gantoris la dejaba descansar para que no se desmayara del esfuerzo. Tras
quince minutos intensos, Darth Talia había expulsado a todas las larvas.
Había cientos de ellas surcando la habitación confundidas porque la comida
que habían percibido no aparecía por ninguna parte. Entonces Gantoris, cuyo
rostro estaba empapado en sudor, desenfundó su sable láser y acabó con todas
las criaturas.
- Creo que mi trabajo aquí ha terminado.
- Debe ser muy duro desaprovechar todo tu potencial.
Gantoris que había emprendido el camino de la puerta se paró y dio la vuelta
para mirar a Darth Talia a los ojos.
- El poder que has demostrado hoy, tu concentración, podrías llegar a ser
alguien muy importante en esta galaxia.
- No gracias, no me interesa.
- ¿Ah no? ¿No quieres tener el poder suficiente para defender la galaxia de
gente como yo? -esperó un segundo y añadió-. O de cosas todavía peores.
Gantoris la miró fijamente. Sintió cómo Darth Talia despejaba el camino
hacia su mente y entró en ella. Estaba ahí, la misma premonición que él y
Kyp habían tenido. Talia sonrió.
- Mi Maestro los sintió y luego yo también lo hice. Por eso salimos a la luz
tan rápidamente. Sólo el poder del Lado Oscuro podrá derrotarles.
- Te equivocas. La Nueva República y los Jedi pueden enfrentarse a cualquier
cosa.
- Veremos abajo quién está más preparado.
- ¿Qué quieres decir?
- Abajo, cuando ataquéis a mi Maestro.
- No vamos a dejar que.
- ¿No? ¿Me vais a dejar sola en la nave neurálgica de la flota? -Gantoris se
preparó para replicar pero Talia no le dejó-. ¿Vais a trasladarme a una nave
más pequeña donde es seguro que me fugue más fácilmente?
- Podríamos matarte.
- No tenéis lo que hace falta. Y sedada no estaréis seguros de que no pueda
despertar en medio de la batalla. No, me llevaréis con vosotros donde me
tengáis vigilada -miró fijamente a Gantoris-. Te demostraré lo que es el
verdadero poder de la Fuerza.
Tan pronto como el comunicador sonó, Luke Skywalker salió del trance en que
se había metido para concentrarse en la próxima batalla. Aunque en realidad
pensaba en su hermana y en Darth Talia, era totalmente imposible que la Sith
hubiera podido estar en Coruscant sobre todo habiendo visto el estado en el
que se encontraba. Luke suponía que o bien había un nuevo Sith o bien Darth
Talia había sido clonada por su Maestro. Su instinto le decía que su segunda
opción era la correcta, sobre todo porque eso garantizaba un cierto control
sobre el sujeto ya que Luke ya había visto programar a varios clones para
obedecer ciegamente a su amo; de modo contrario con dos aprendices Sith
éstos podrían volverse contra su Maestro.
El antiguo general rebelde despejó su mente de toda duda y contestó la
llamada. Era la Capitana Vedra que les informaba que al fin se había dado
con la clave para poder descifrar el contenido de los discos de datos
robados por Darth Talia. Mara ya estaba saliendo de la pequeña habitación
cuando Luke se puso de pie. El matrimonio Jedi llegó a la sala de guerra al
mismo tiempo que Han, Typho Celchu y Corran Horn. Soani Vedra estaba
enfrente de la terminal de datos y Wedge estaba a su lado.
- ¿Qué habéis averiguado? -preguntó el Maestro Jedi-.
- Nada interesante o que no sepamos ya. Hay mucha jerga imperial, listas de
suministros, nombres de cargos pero nada sobre el movimiento de la flota.
- Hasta ahora -dijo Soani-. Esto se vuelve interesante. Almirante Garnet, no
le conozco.
- Ni nosotros -dijo Wedge echando una rápida mirada a sus compañeros que
asintieron-. Busca las coordenadas de su próximo ataque
- Estoy en ello -Soani leyó todo lo rápido que pudo hasta que encontró lo
que andaba buscando-. ¡Por los huesos negros del Emperador!
- ¿Qué ocurre?-Wedge miró la pantalla y en cuanto leyó las coordenadas se
separó asustado-. No van a atreverse, es una locura; ni siquiera ellos se
atreverían a tanto.
- ¿Qué coordenadas son? -preguntó Han, intrigado por la reacción de sus dos
compañeros-,
- Cero-cero-cero.
Han suspiró y se llevó las manos a la cabeza. Luke y Mara se miraron con una
sombra de preocupación en sus ojos.
- Coruscant.
PRÓXIMO MES: Sólo hace falta decir el título "El fin de la Guerra Civil Galáctica"
1.- En la Trilogía de la Nueva República Ackbar había sido acusado de recibir sobornos por parte del Imperio. Todo esto había sido orquestado por
el Imperio, Fey´lya se enteró y lo utilizó para ganarse el apoyo de buena
parte de los militares de la Nueva República. Descubierto el pastel Fey´lya
quedó en pañales y más aún cuando insultó públicamente a los militares
(aunque no sabía que lo estaba haciendo claro)
LA TASCA DE MOS EISLEY
Holadola
Vale, prometí un número corto. y. bueno, he intentado abreviar lo juro por
Snoopy, me gustaría decir que los próximos números serán más cortos pero
seguro que no lo doy cumplido así que paso de decirlo. Ah, y este número
tendría que tener el título: "Reunamos a todos los personajes principales y
hagamos que hablen sobre lo que van a hacer" y también "Es hora de soltar
discursitos" sigh, malditos números de transición
Bueno, después de mi propia autopataleta vayamos con las cartas.
Para comenzar tenemos a José González comentando el número 18; José escribe
Escuadrón Supremo que si no lo leéis a parte de tener un gusto horrible, me
encargaré de enviar a Chewbacca para que os demuestre que la fama que tienen
los wookies de arrancarles los brazos a sus enemigos no es invención. Bueno,
vayamos con los comentarios:
Bien descrita la totura de Darth Talia. Ojala se me hubiera ocurrido a mi
lo de esas larvas. A vicente seguro q le hubieran encantado para el
Castigador
Bueno lo de las larvas era algo que saqué de algún libro perdido por algún
sitio, aunque sólo servían para producir un breve dolor pornosequé y yo las
he usado un poco más sanguinariamente.
No se me parece que algun discipulo se esta pasado allado oscuro más
rápido que un drogata metiendose su dosis
Jejeje, mi boca está sellada, seguid atentos a la serie.
Mira que no dejar que Chewbacca achicharase a la prensa. igual era amarillista o rosa. Pero lo compenzas con Mara amenazandoles ;)
Mara es muy divertida, cuando acabe de escribir el anual de este año
escribiré otro sobre la boda de Luke y Mara, ya verás lo que tengo pensado
con Mara y los preparativos de la boda.
Lo de los disparos en las rodillas me sorpendido un poco. Hace parecer a
Luke muy frio,no?. O quizas has estado leyendo Predicador o el Castigador de
Ennis
Piénsalo de esta forma, esos tíos tienen a tu hermana, te has pasado tu buen
tiempo buscándola por una ciudad de tamaño planetario con un tráfico que
sólo puede describirse como simplemente maligno; lo mínimo que haces es
pegarle un par de tiros en las piernas que curarán y si no te compras un par
de piernas robóticas y no pasa nada. Imagínate la de sangre y vísceras que
hubiera habido si en vez de Luke hubiese sido un Sith quien entrara a
rescatar a su hermana.
Un final de continuara. Mejor numero q el anterior. Gracias Ben
Gracias a ti por leer la serie.
Nuestra última carta es de Xumer que escribe... muchas cosas :D
Me gusta mucho el número, sobretodo por que es como ver una partida de
ajedrez con fichas moviendose por un tablero y varios jugadores anunciando
sus tacticas. Consigues que aunque halla tropecientos personajes actuando al
mismo tiempo, se pueda seguir el hilo de la aventura al instante y sin
liarnos
Guay, lo más difícil aparte del hecho de acordarse qué pasa con cada
personaje es que la aventura sea accesible. De todos modos en el futuro las
aventuras serán más sencillas (sobre todo por la salud del guionista)
Una cosilla. ¿Leia tiene tres hijos? ¿Los gemelos y quien mas? Es algo
que me ha confundido
Supongo que te refieres a cuando se dice que hay tres bebés. Se refiere a
los gemelos de Leia, Jacen y Jaina y al hijo de Mara y Luke, Ben Skywalker.
Bueno, tengo que admitir que esperaba algo mas espectacular en el
enfrentamiento Luke-Leia. Quizá no deberias haber dejado que él la venciera
tan fácilmente
Cuestiones de espacio y lógica argumental. Espacio porque el número ya era
monstruosamente grande y lógica argumental porque Luke es un Maestro Jedi
curtido en batalles con sables láser, el combate es muy desigual.
Peerooo para compensar realmente da miedo el sueño este de "Un mal se
cierne sobre nosotros..." de los Padawans de Luke
En este número hay más de ese gran mal y antes del final de la saga también
veremos más cosas. Va a ser una saga impactante por todo lo que va a pasar,
ya lo veréis.
Y una carta de última hora de José González otra vez hablando sobre el
número 19 de esta serie.
Eso" que parecia una pelea entre Luke y Leia... pues eso muy flojo, sabe
a muy poco
Vaya parece que no ha gustado. Ya he dicho antes que se trataba de cortar
algo para que el número no fuese más grande y eso era lo más evidente y
prescindible. De todas formas la "pelea" no era más que una excusa para
tener un continuará chulo en el 17 ;)
Mejor resuelto me parece el viaje mental. Y sorprendente las intenciones
de Leia
Eso era lo importante del "enfrentamiento", la revelación de que Leia
efectivamente iba a matar a Fey´lya pero se le adelantaron, eso trastoca a
Luke y le pone en una situación difícil de la que se hablará un poco más en
posteriores números aunque ligeramente.
Y muy interesante la deuda entre Chewbacca y Solo
Uh, ya verás cuando Chewie tenga que... uh, no debo decir nada jejejeje
Y nada más, comentarios, sugerencias, amenazas de muerte y esas cosas a la
dirección de siempre
Ben_reilly@terra.es