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PORTADA
Hace mucho tiempo en una galaxia muy, muy lejana...



Star Wars

STAR WARS #16
Acelerando hacia el final I
Guión y portada: Ben Reilly
Guía de Personajes

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YAVIN 4

Gantoris se movía entre los fríos pasillos del Gran Templo, el hogar de la Academia Jedi de Luke Skywalker. Se había despertado sobresaltado por un sueño que venía repitiéndosele durante varios meses. El sueño le hablaba sobre una oscuridad venidera, sobre la muerte de millones de personas y sobre la extinción definitiva de los Jedi. Había intentado reconstruirlo varias veces pero los detalles estaban borrosos. Incluso aquel nombre que se repetía insistentemente. Había hablado de su sueño con el Maestro Skywalker y aunque ambos habían intentando averiguar de qué se trataba, parecía que sólo Gantoris podría hacerlo una vez que hubiese mejorado su conexión con la Fuerza.

Dobló la esquina llegando hasta la gran sala donde antiguamente se había celebrado la reunión de la victoria sobre la primera Estrella de la Muerte y que ahora servía de comedor para la Academia. A esas horas de la noche sólo quedaban Kyp y Dorsk 81 que estaban jugando una partida de sabacc, sólo que en vez de utilizar créditos utilizaban lo que parecían restos de la cena que se habían endurecido rápidamente. Quizás por eso sabían tan mal, aunque nadie se había atrevido a mencionarlo en voz alta sobre todo porque había sido Mara quien había cocinado la cena. Y no era buena idea criticarla en voz alta.

Atravesó la sala y se dirigió hacia la sala de meditación donde el Maestro Skywalker pasaba casi toda la noche antes de sumirse en un trance de recuperación que le servía como sustituto del sueño. Llamó a la puerta y ésta se abrió casi inmediatamente. El Maestro Skywalker estaba hablando con la figura holográfica del antiguo maestro Qui-Gon Jinn, cuyas pautas mentales y recuerdos estaban guardados en el holocrón.

- Gantoris. ¿Qué te trae por aquí?.

- He vuelto a tener el sueño.

- Entiendo -Luke se despidió del Maestro Jinn y apagó el holocrón-. Vayamos al comedor.

Fueron en silencio hacia el comedor donde a Kyp y a Dorsk 81 se les habían unido Kyle Katarn y Kirana Ti. Luke le sirvió a Gantoris un poco de té estimulante al mismo tiempo que se preparó un pequeño tentempié de orugas Kithjs.

- ¿Ha ocurrido exactamente lo mismo que la anterior vez? -preguntó Luke-.

- Sí Maestro Skywalker.

- Interesante. Las premoniciones, los sueños del futuro que los Jedi tenemos se van acrecentando a medida que vamos desarrollando nuestro conocimiento sobre la Fuerza. Tus sueños no son más que una consecuencia de que tu conexión con la Fuerza se está acrecentando. Pronto aprenderás a controlarlos.

- Lo sé Maestro pero ¿qué hay de su significado?

Luke negó con la cabeza y cogió al vuelo una oruga que se le había escapado de la boca.

- No debes dejar que tus sueños te atormenten. Los sueños apocalípticos, las profecías catastróficas cruzarán tu mente tan a menudo que a veces creerás que todos tus esfuerzos van a ser inútiles. Recuerdo mi primera gran premonición, pude ver a mis amigos sufrir a manos de Vader. Pensé que podía ayudarles. Casi consigo que nos matasen a todos. El futuro aprendiz, no es una línea recta. Hay desvíos, cruces, curvas. Si nos preocupamos de sobremanera del futuro no prestaremos debida atención al presente y ahí radica el mayor de los peligros.

- Entonces, ¿debo hacer casi omiso de todas las insinuaciones que se me presenten?

- ¿Tu que crees?

- ¿Maestro?

- Parte del concepto de esta Academia es que cada uno encuentre las respuestas por uno mismo.

Gantoris asintió y bebió un poco de su té. El concepto de la Academia Jedi siempre le había resultado extraño, ¿para qué tener un maestro si no te daba las respuestas a las preguntas? Normalmente siempre acababas con más preguntas.

- ¿Y bien?

- Creo que debo ponderar mis visiones. Tomar las precauciones necesarias pero no dejar que mis miedos me dominen. De modo contrario estaría sirviendo al Lado Oscuro y favoreciendo que mis visiones se cumplan.

- Aprendes rápido -dijo Luke con una gran sonrisa en la boca. Dentro de poco Gantoris sería un perfecto Caballero Jedi-. Quizás te interesaría dar una cla.

Gantoris observó que la mirada del Maestro Skywalker se dirigía hacia el infinito, como si su atención estuviese dirigida hacia otro lugar de la galaxia. Gantoris sabía que había percibido algo a través de la Fuerza así que se concentró todo lo que podía hasta percibir el mismo fenómeno que su maestro.

- Algo ha cambiado.

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CORREDOR DE CAMEBAR

El Halcón Milenario comandaba junto al Escuadrón Pícaro un grupo de cargueros que tenían como misión llevar a salvo comida suficiente para alimentar el sistema de Orderón. Hacía unos meses, un convoy de la República había sido atacado en el mismo lugar1, echando a perder todas las esperanzas de que el sistema pudiera autoabastecerse.

En medio de un conflicto contra los Hutt y poseyendo estos la mayor parte de la flota de cargueros de la galaxia, la Nueva República había tenido considerables problemas para reunir una flota mínima para llevar con garantías la comida a Orderón. Esta vez además, la Nueva República había organizado una escolta importante para el convoy. Además del propio Halcón Milenario y el Escuadrón Pícaro les acompañaba la nave personal de Lando Calrissian, la Dama Suerte, la que había sido nave de Kyle Katarn y que ahora era pilotada por su compañera Jan Ors y la nave de la esposa del aprendiz de Jedi Corran Horn, Mirax Terrik Horn. Por si fuera poco, escondidos en dos de los cargueros de mayor tonelaje había un escuadrón de Alas-B y otro de Alas-A. La Nueva República no quería verse metida en una situación comprometida como la de hace unos meses. Además es totalmente necesario que el convoy llegue a su destino ya que la CNI3 había informado que una epidemia de hambruna se estaba extendiendo por todo el sistema.

- Roarfggghhhhhh

Han Solo miró a su compañero Wookie que acaba de entrar en la carlinga y luego desvió su vista hasta el cronómetro del panel de mando. Su turno de vigilancia acaba de terminar y ya podía irse a dormir. Todavía les quedaban dos días y medio de viaje por el subespacio. Era de lo más tedioso que podía haber el Universo. Hubiera preferido mil veces ir por una ruta más peligrosa y rápido si no fuera porque de verse metidos en problemas Orderón nunca recibiría sus suministros y toda la población moriría de hambre.

- Que te sea leve -dijo en medio de un bostezo-. Ten cuidado de no aburrirte demasiado y desplomarte sobre el panel de mando.

El Wookie rió la gracia de Han y lo despidió. Han fue hacia la cocina. Había restos de la comida de Chewbacca, todo demasiado crudo para un estómago humano. Había bistec de Nerf congelado pero no tenía gana alguna de cocinar así que cogió unas raciones de campaña. Miró la fecha de caducidad. ¿las guerras Clon habían sido hace mucho? Daba igual, abrió el paquete y comenzó a comer sin mucha gana. Al acabar fue directo a la litera, listo para descansar. Se quitó las botas y se tumbó en la litera peor ésta cedió y acabó de bruces contra el arcón que estaba debajo. Chewbacca apareció corriendo y al ver la escena no pudo reprimir una gran sonrisa acompañada de un comentario sobre la afición de Han a ciertos pastelitos de Coruscant. Enfadado, Han le lanzó una bota.

- ¡Ve a la cabina felpudo con patas!. Ah, y la próxima vez que quieras pasar un rato íntimo con tu esposa vete a un hotel.

Gruñendo Han se puso de pie y abrió el arcón. Había varias botellas de cristal, con perfumes y cosas así. Han sacó un perfume revelando una pequeña manilla que accionó revelando el auténtico contenido del arcón, un pequeño arsenal. Comprobó que ninguna de las cargas, minas o detonadores hubiere sufrido daño alguno o se hubiera activado. Explotar en el espacio gracias a un arsenal privado era una de las formas más estúpidas de morir. Comprobado todo se echó a dormir en la litera de arriba.

Cuando estaba a punto de dormirse un resplandor azul le quitó todo atisbo de sueño. Sería Chewbacca arreglando algún componente de la nave que se había estropeado, aunque claro, la nave no solía estropearse así como así, al menos no muy a menudo. Además tenía la molesta costumbre de estropearse sólo cuando estaban en problemas. Así que el siguiente pensamiento que surcó la mente de Han es que estaban en gravísimos problemas. Se levantó rápidamente y lo que vio lo dejó sorprendido, tanto que pensó que se había quedado dormido. En frente suya había un hombre de mediana edad, vestido con rapas viejas y modestas y que estaba envuelto en un resplandor azulado.

- Hola Han.

Tan pronto como la sorpresa pasó Han se dio cuenta de que su misterioso interlocutor era lo que su esposa y cuñado llamaban una aparición Jedi.

- Ha pasado mucho tiempo.

- Vader

Con una velocidad adquirida a través de los años Han desenfundó su desintegrador y lo apuntó hacia la figura fantasmal de Vader. No es que le sirviera de mucho, aún en vida Vader había sido capaz de detener sus disparos con una sola mano. Ahora que era incorpóreo el desintegrador era todavía más inútil.

- ¿Qué quieres?

- Leia. Necesita tu ayuda.

- Eso ha sonado muy críptico.

- Se ha metido en problemas. Necesitará toda la ayuda que puedas brindarle.

- ¿Por qué habría de creerte?

- ¿Acaso puedes no creerme?

Cinco minutos después el Halcón daba media vuelta camino de Coruscant.

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TSARTA

Desde hacía veintitrés horas el planeta había caído ante el imparable avance de los Hutt. Tsarta, como muchos otros planetas, formaba parte de ese pequeño reducto de planetas que no se habían decantado por ningún bando en la Guerra Civil y que ahora permanecía neutral, sin querer meterse en los grandes gobiernos por los que la galaxia parecía decantarse desde hacía ya mucho tiempo. La ventaja de ser independiente era un mayor autogobierno y sobre todo la carencia de impuestos elevados para pagar el último juguete militar del gobierno central. Lo malo era que en caso de una invasión estabas sólo. Y eso le había pasado a Tsarta. Se había quedado sola con un enemigo poderosísimo enfrente. Las fuerzas de la República estaban cerca, no les habría supuesto esfuerzo alguno el movilizarse para interceptar a los Hutt. Pero no pudieron. Los políticos de Coruscant habían firmado un pacto con el diablo, un tratado de no agresión contra los Hutt mientras éstos no se me metieran aún más en sus territorios. Los planetas que se habían unido a la República estaban a salvado, los neutrales no.

Lo peor era que todos esos planetas neutrales se sentían abandonados. La República siempre les había hablado desde la posición de un gobierno que lucha por la paz y la justicia, un gobierno que reaccionaría antes las injusticias como lo hizo al iniciar la Guerra Civil Galáctica contra el Imperio. Y ahora todo aquello no eran más que pamplinas, promesas de políticos más preocupados por salvar su propio trasero que por cumplir algunos de los objetivos que se habían marcado al formar el gobierno.

En definitiva, la Nueva República había caído en la mayor y más estúpidas de las trampas. Cuando el Almirante Garnet se reunió por primera vez con Lord Aveng y éste le contó su plan pensó que estaba loco. Era un plan tan burdo, tan sencillo, tan estúpido que tenía que dar resultado. Armar a los Hutt para que lucharan contra la República aprovechando las ansias de poder que las gigantescas babosas siempre habían tenido no era tan descabellado como parecía siempre y cuando uno estuviese todavía más armado que los Hutt. Esa era la parte lógica del plan. La otra parte era sobre la que Garnet tenía más recelo. Se basaba en una gran medida en las predicciones que Lord Aveng había hecho sobre el comportamiento, sobre las acciones que iba a tomar la República en el momento en que los Hutt les atacasen. No se había creído ninguna de ellas, ni aún cuando hubiese manipulado al Senado para crear un desconcierto general o matado a Mon Mothma. Y sin embargo había acertado de lleno en todas sus predicciones. Suponía Roark que algo tenía que ver con aquella misteriosa Fuerza que decía poder manipular Lord Aveng pero fuera por ella o no, había acertado. La República había pactado con los Hutt dejando cientos de mundos desamparados, listos para que el Imperio se apoderase de ellos.

- La Flota Hutt nos envía un mensaje -informó el Capitán-.

- No respondemos. Seguimos avanzando.

El gámbito, la mano oculta que Darth Aveng había guardado no era el plan más maléfico jamás pensado. Era en realidad una reflexión sobre la historia de la galaxia, sobre la derrota del Imperio. ¿Por qué el Imperio sólo había durado un par de décadas? ¿Por qué la Rebelión había ganado apoyo tan rápidamente? El Imperio había fracasado porque siempre se había impuesto por medio de la fuerza bruta, los planetas estaban aplastados bajo la fuerza de millones de soldados de asalto y la gente se sentía asfixiada ante tal opresión. Y cada vez fue a peor hasta que los planetas declararon abiertamente una Rebelión y poco a poco más planetas se les fueron uniendo.

- Nos envían un ultimátum: o nos identificamos o atacarán.

- Sin respuesta. Lancen los cazas. Envíen un mensaje a la superficie del planeta, quiero que los habitantes de Tsarta nos escuchen.

Era simplemente brillante. Enfrentar a la República y a los Hutt, obligar a al República a abandonar a cientos de planetas neutrales para conservar la paz, armar a los Hutt con capitanes y mandos superiores clonados de entre los más sanguinarios hombres del Imperio y en último término actuar. Actuar contra unas fuerzas Hutt que eran más un caballo de Troya que otra cosa, los Hutt eran por naturaleza comerciantes, comprobaban la mercancía antes de aceptarla pero después se despreocupaban. Además, ¿cómo iban a notar que el técnico de un destructor había sido reemplazado por otro exactamente igual pero cuya lealtad pertenecía al Imperio?

- Tenemos conexión con la superficie del planeta.

- ¿Estado de nuestras fuerzas?

- Tres des sus cinco Destructores han sido neutralizados por nuestros agentes especiales. Dos de ellos se dirigen hacia nosotros.

- Que el Veloz intrépido y la Podería nos den cobertura adicional. Vamos en primera línea.

- ¿Señor?

- Las apariencias son muy importantes en nuestra misión. Debemos dar una imagen de fuerza, de valentía, de sacrificio. Póngame esa transmisión con la superficie.

- Está en línea.

- Soy el Almirante Roark Garnet, Jefe de las Fuerzas del Imperio Galáctico. Nos hemos enterado de su desesperado situación. No vamos a permitir, repito, no vamos a permitir que las fuerzas Hutt sigan maltratando, mutilando y matando a sus congéneres. Haremos todo cuanto podamos para devolverles su libertad.

Roark indicó a su capitán que cortase la transmisión. No pudo reprimir una sonrisa. Presentarse como los salvadores de un pueblo en una guerra que ellos mismos habían provocado. Probablemente los Hutt o la República les descubrirían y se lo contarían a todos los planetas que ellos hubieran liberado pero nunca les creerían. ¿Iban a creer a sus opresores o a los que habían permitido una masacre? No, por muy importante que fuera la verdad lo cierto era que el Imperio los había liberado, les había dado alimentos, había cuidado a sus heridos y les había devuelto su libertad. ¿Qué les importaría la verdad si podían comer? Y eso era lo malvado, lo sádico del plan de Lord Aveng. Utilizar el sufrimiento de la gente como catalizador de la destrucción de la República. Ya nadie confiaría en la República, nunca más. Se había clavado el primer clavo en el ataúd de la Nueva República.

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HOLORED

- Aquí Cynthia Torkeman en un boletín especial para el CNI3. La Primera Ministra Leia Organa Solo y princesa de Alderaan ha sido acusada de intentar asesinar al Senador Borsk Fey´lya. Repetimos, La Primera Ministra Leia Organa Solo y princesa de Alderaan ha sido acusada de intentar asesinar al Senador Borsk Fey´lya. Se ha lanzando una orden de búsqueda planetaria sobre Coruscant aunque no se descarta que haya escapado del planeta. En cuanto tengamos más datos seguiremos informándoles. CONTINUARÁ

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PRÓXIMO NÚMERO: ¿Qué ha pasado en Coruscant?. ¿Es Leia culpable de asesinato? ¿Habrá sucumbido al Lado Oscuro de la Fuerza?. Todo esto y mucho más en el próximo número.

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1.- Star Wars #7

2.- Star Wars #14

3.- Canal de Noticias Interestelar

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LA TASCA DE MOS EISLEY

Holadola

Tengo cartas para comentar pero pocas ganas de hacerlo, así que quedan para el próximo número.

Y ya sabéis, comentarios, ofertas de dinero y demás a la dirección de siempre.

Que la Fuerza os acompañe

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