BIRMAT
Han y Lando habían subido rápidamente a un deslizador de superficie y se
dirigían hacia las cuevas de las montañas donde encontrarían refugio contra
el ataque de las fuerzas imperiales. A su lado iba Kyp Durron, un joven que
había estado con ellos desde que los rescataron. Kyp se había mantenido
cayado todo el trayecto, la muerte de Garitha le había afectado mucho. En el
mismo deslizador iba Braztias quien era el nuevo líder de los rebeldes e
intentaba organizar, por su comunicador, la retirada todo lo bien que podía.
- Manda a los equipos 2 y 3 al sur, allí obtendrán más cobertura. Y diles
que empiecen cuanto antes la producción, necesitaremos comida. Ya nos
preocuparemos después de establecer una línea de suministros.
- Disculpa -dijo Han-.
- Un momento -dijo Braztias a su interlocutor-. ¿Qué ocurre?
- ¿Qué profundidad tienen las cuevas adonde nos dirigimos?
- ¿Qué? ¿Y eso que importa? El terreno es lo suficientemente abrupto para
que no puedan llevar AT-AT, quizás una fortaleza volante sí pero pondremos
minas por el camino.
- Si vamos a esas cuevas estaremos expuestos a un ataque aéreo.
- No hay bombarderos en Birmat. Sólo disponen de 3 AT-AT y un par de AT-ST
- ¿Y han mandado todas sus fuerzas para atacarnos? No lo creo.
- Los Jedi se bastan para proteger la ciudad ellos solos. Ahora siéntate y
calla, estoy intentado.
- Escucha amigo, no voy a permitir que nos lleves a una trampa mortal. Así
coge ese comunicador y di a tus hombres que se alejen todo lo posible de las
montañas.
- ¿Quién te has creído que eres? Ni siquiera eres parte de nuestro grupo.
- Tengo bastante experiencia en estas cosas. Mira, el despliegue que han
hecho los AT-AT es un despliegue estándar imperial ejecutado a la perfección
y si te hubieses fijado un poco veréis que esos AT-AT están en perfectas
condiciones, como recién salidos de fábrica.
- ¿Qué insinúas?
- No insinúo nada. Esos AT-AT son parte de un destacamento mayor,
probablemente hayan mandado un destacamento, quizás un Destructor al
planeta.
- ¿Tan importante te crees?
- Escúchame listillo. Participé en la muerte de Hutt, por muy mal que se
caigan los Hutt no toleran que otras especies se inmiscuyan en sus asuntos y
mucho menos los humanos.
- Eso sin contar el ser marido de la primera ministra de la Nueva
República -añadió Lando-.
- Vale tiene sentido que quieran ir a por vosotros. Pero si no vamos a las
montañas ¿adónde quieres que vayamos?
- A la ciudad.
- ¿A la ciudad? Estás loco, los Jedi nos sentirían nada más acercarnos
- Tenemos a Kyp.
- No me malinterpretes, Kyp tuvo mucho talento pero desde hace unos años ya
casi no nos sirve para nada, los Jedi deben de haber descubierto alguna
forma de evitar su camuflaje. Y debieron de darse cuenta porque por esos
días los soldados del Sol Negro empezaron a patrullar las calles de la
ciudad.
- Eso es interesante -dijo Han mirando hacia Lando con una sonrisa pícara-.
- Conozco esa sonrisa. Tienes un plan.
- Sólo es una idea.
- Tienes un plan.
- Vale de acuerdo. Llévanos a las afueras de la ciudad.
Braztias dudaba. Por una parte si Han tenía razón y habían enviado un
destacamento con bombarderos al planeta ir a las cuevas sería su muerte
seguro. Pero si se acercaban a la ciudad podían sufrir el mismo destino, las
tierras de aquel planeta no eran seguras. Había una poderosa razón para que
sólo hubiera una ciudad en Birmat. Braztias miró a Kyp que se mantenía
callado.
- ¿Tú que dices Kyp? Garitha confiaba mucho en tu inteligencia.
- Siento frío. Hay algo en el aire, algo maligno, sólo busca destrucción.
De repente la tierra comenzó a temblar y se resquebrajó saliendo de su
interior un gigantesco monstruo, de diez patas y tres ojos y con una
grandísima boca llena de afilados dientes.
- ¡Un Faissin! -gritó Braztias-.
CORELLIA
El Legado de Jaster salió del Hiperespacio a tiempo para la cita a la que
acudían sus tripulantes. Jaster Mareel miraba por la ventanilla. Los
planetas interiores del sistema corelliano, los llamados Cinco Hermanos:
Corellia, Selonia, Drall, Tralus y Talus y en medio de estos dos últimas
planetas que giraban en órbita alrededor del uno del otro se encontraba la
estación Centralia, una estación espacial de la cual no se sabía su
procedencia. Todo aquel sistema era un gran misterio. Su colocación, la
proximidad entre los planetas y Centralia eran las piezas de un complicado
puzzle. Los más osados científicos hablaban sobre la posibilidad de que el
sistema fuera enteramente artificial, que una raza más vieja y desconocida
había puesto los cuatro planetas y la estación justo alrededor del sol por
algún motivo olvidado.
A Jaster todo aquel misterio le recordaba el suyo propio. Dentro de poco se
cumplirían siete años. Recordaba estar en un Destructor Imperial con su
armadura puesta cuando se desmayó. Luego surgieron las pesadillas, recuerdos
de vidas pasadas que le asolaban. Sus superiores le mandaros a un sanatorio
donde se pasó seis meses asolado por sus pesadillas. Una ciudad en un
planeta oceánico, un armadura, extraños seres, Jedi, armas, naves, soldados.
recuerdos entremezclados sin sentido alguno.
El control de tráfico les permitió aterrizar en uno de los espaciopuertos de
la capital, Corona. Jaster se despidió de sus compañeros por que a la
reunión a la que iba a asistir sólo podía asistir él, como jefe de los
mandalorianos. Caminó lentamente por las calles de Corona metiéndose en el
mercado donde había montones de tenderos intentando vender multitud de
cosas. La verdad es que Corellia había decaído tras la caída del Imperio.
Los pequeños edificios mostraban grietas y suciedad por doquier, los parques
estaban descuidados, la mayoría de las flores se había marchitado y estaban
a expensas de que alguien las arrancara. Sólo hacía dos años desde que la
República había conquistado Corellia y ya se notaban las consecuencias del
libertinaje que proponían los políticos. Pero Jaster no tenía intención de
hacer nada al respecto, sólo quería hacerse rico y vengarse de los Jedi.
Torció hacia la izquierda en el primer callejón a la salida del parque
conmemorativo a los antiguos reyes de Corellia. Subió por el barrio antiguo
de la ciudad hasta llegar a una pequeña cantina donde entró con la mano
pegada al desintegrador. Dentro de la cantina, los distintos seres que
estaban bebiendo o jugando al sabacc no le prestaron atención alguna como
era normal en ese tipo de sitios para no llamar excesivamente la atención.
Se acercó al barman, un durosiano que le miró con curiosidad.
- ¿Quiere beber algo?
Jaster no dijo nada y se limitó a sacar del bolsillo interior de su chaleco
una pequeña ficha de datos. El durosiano la cogió con curiosidad y la
introdujo disimuladamente en un lector. La expresión de su cara varió de
curiosidad a miedo. Rápidamente pulsó un botón escondido detrás de la barra
activando un campo de interferencias que impediría que nadie escuchara lo
que estaban diciendo.
- Vaya a la bodega. Le están esperando.
Los dos sonrieron como si fueran viejos amigos para despistar a mirones.
Jaster se dirigió entonces a la bodega. Allí había una puerta abierta y
entró. La sala a donde salió no dejaba de sorprenderle, era una habitación
totalmente negra dónde sólo había una luz que le iluminaba a él
- Llega tarde.
Una nueva luz permitió ver a la persona que Jaster esperaba. No podía ver su
cara por la holgada túnica negra que la cubría.
- Tuve que dar un rodeo. Escapar de Coruscant no es fácil si te persigue la
Seguridad planetaria. Pero no he venido aquí a eso, hice mi trabajo, quiero
mi paga.
Justo al lado de la persona de la túnica apareció una armadura verde, que
incluía un casco típico mandaloriano con un jet-pack y varios accesorios más
- Una armadura mandaloriana completa. El Esclavo I le espera en Gall
totalmente armado. También se ha añadido la cantidad especificada a su
cuenta.
- Perfecto. Entonces nuestros negocios han terminado, ¿no?
- Ese fue el trato. Cuando le necesitemos le llamaremos. Ahora váyase.
Jaster así lo hizo. Dos luces iluminado ahora a dos nuevos seres, un humano
que vestía unas ropas bastantes llamativas y un alienígena de piel verde y
con largos dedos que movía rápidamente. La persona que había estado hablando
con Jaster se bajó la capucha de la túnica revelándose como Darth Talia.
- Entonces está hecho -dijo el humano que respondía al nombre de Zatsh-. Mon
Mothma está muerta.
- Lo que mi Maestro promete lo cumple. Pero no se puede decir lo mismo de
ustedes dos, Garm Bel Iblis sigue siendo senador de Corellia cuando se
prometió que sería depuesto.
- Es culpa del Diktat. Sigue siendo el perro fiel de la República. Nosotros,
el Partido Independentista de Corellia, hemos intentado hacerle entrar en
razón, incluso le hemos amenazado a él y a su familia pero no cede.
- Fíate tu de un político -musitó el alienígena que respondía al nombre de
Vlex-.
- ¿Qué has dicho?
- Que los políticos no sois de fiar. Fíjate en lo que hacéis, siempre
prometiendo cosas que nunca cumplís, siempre haciendo mucho ruido cuando los
demás nos movemos tranquilamente en un segundo plano consiguiendo más poder
del que vosotros podéis soñar.
- Señores, guarden la calma. No querría tener que enfadarme -ante esta
mención tanto Vlex como Zatsh callaron inmediatamente-. Por si no lo tienen
claro, mi Maestro les ha facilitado mucha ayuda a ambos. Prometió desviar la
atención de la República de ustedes y ahí tienen a los Hutt expandiéndose,
les prometió acabar con Mon Mothma y está muerta. Y ustedes no han cumplido.
- No es tan fácil -se quejó Zatsh-. El Diktat cuenta con muchos apoyos en
Corellia y tenemos que coordinarnos con los otros partidos Independentistas.
No queremos que un asesinato en serie de políticos pro-República levante
interés sobre nuestras actividades.
- A mi Maestro no el importa el Diktat. Sólo quiere el voto de Corellia en
el Senado, deponga a Bel Iblis de su cargo y ponga a alguien que nos apoye.
Si no puede cumplir ese pequeño cometido nunca debería haber acudido a
nosotros. No nos gustan los incompetentes.
- Aunque depongamos a Bel Iblis de su cargo no se librará tan fácilmente de
él. Probablemente será puesto en algún cargo importante.
- Eso no nos importa. Sólo queremos su voto. ¿Puede proporcionárnoslo?.
- Sí. Pero recuerde nuestro trato: los ayudamos ahora a cambio de la
independencia absoluta del sistema corelliano.
Darth Talia miró fijamente a Zatsh que retrocedió unos pasos asustados.
- No nos amenace. No está en posición para ello.
- No-no se repetirá.
- Más le vale. Y usted Vlex, ¿ha cumplido nuestra exigencia?
- Sí. Las cuentas de varios cientos de senadores han tenido un incremento
sospechoso en los últimos días.
- ¿Respetó la proporción que le dimos?.
- Sí. Senadores pro-Leia, senadores pro-Fey´lya y antiguos senadores
imperiales.
- Perfecto. En unos días su superior sufrirá una extraña enfermedad que le
pondrá a usted al cargo de Banco Intergaláctico de Coruscant.
- Grandioso.
- Y ahora váyanse y hagan su trabajo. Tengo que ocuparme de unos asuntos.
CORUSCANT
Leia, Rieekan, Ackbar, Garm Bel Iblis y Hiram Drayson estaban reunidos en el
despacho de la primera minutos antes de que la sesión del Senado empezara.
Los cuatro estaban intentando descubrir cómo proceder en la reunión del
Senado y qué decir. Leia debería comparecer ante el Senado para convocar
elecciones a la Presidencia.
- La mejor candidata para la presidencia es usted princesa -dijo Ackbar con
su habitual voz grave-. Contará con todo nuestro apoyo para salir adelante.
- Gracias Almirante. Pero me preocupa lo que puedan pensar de esa decisión
nuestros rivales.
- Sólo Fey´lya podría presentarse en su contra alteza -dijo Bel Iblis-. Pero
desde el incidente con Ackbar sus aliados se han visto reducidos. Si usted
se presenta saldrá elegida.
En ese momento entró el general Crix Madine jefe de la Inteligencia de la
Nueva República. Parecía muy nervioso.
- ¿Qué ocurre? -preguntó Rieekan-.
- Tenemos un problema y gordo.
Madine dejó caer sobre la mesa una serie de papeles llenos de datos.
Rápidamente todos comenzaron a leerlos y sus caras empezaron a mostrar una
gran preocupación.
- ¿Esto está comprobado? -preguntó Leia-.
- Son muchos senadores. Hemos comprobado algunos y tiene el procedimiento
estándar, cuentas y cuentas bancarias, pistas falsas de todo. Es muy
elaborado para que sea una trampa.
- Esto lo complica todo -dijo Rieekan-. Tendremos que iniciar una
investigación y apartar a los senadores de su cargo.
- Aquí hay gente muy importante -dice Leia mientras lee la lista de
senadores implicados-. No puedo creer que todo esto sea cierto. ¿De dónde lo
habéis sacado?
- El Vicepresidente del Banco Intergaláctico de Coruscant nos facilitó la
información habitual sobre los senadores. Es un procedimiento estándar. En
cuanto comprobamos los datos descubrimos esta bomba.
- Tenemos que alterar el orden del día -dijo Leia-. Primero apartaremos a
estos sospechosos, luego procederemos a al votación.
- Pedirán un aplazamiento -dijo Bel Iblis-.
- Y mientras los Hutt seguirán atacando nuestros sistemas fronterizos -dice
Ackbar-.
- Si la votación se aplaza convocaremos al Consejo de Seguridad -dice Leia-.
No podemos ordenar un contraataque contra los Hutt pero podremos autorizar a
la Quinta Flora que se desplace hacia la frontera.
- Tendremos que convencer a Fey´lya -dijo Ackbar-. Necesitamos todo el apoyo
del Consejo ahora que Mon Mothma no está.
- De acuerdo. Me reuniré con él después de la comparecencia en el Senado.
Ahora es tiempo de estar unidos.
- Esto es una desgracia -dice Drayson-.
- Demasiadas desgracias a la vez -dice Leia pensando en voz alta-. Alguien
se está tomando muchas molestias en mantenernos ocupados.
- ¿Los Hutt? -preguntó Drayson-.
- No lo sé. Tendríamos que averiguarlo rápidamente.
- Mandaré a algunos de mis mejores agentes -dice Madine-. Llegaremos al
fondo de este asunto con presteza.
PRÓXIMO NÚMERO: más cosas sobre Jaster (el asesino de Mon Mothma), Leia en
el Senado y comenzamos la resolución de la trama en Birmat. Todo ello en
Oscura Serenata II
LA TASCA DE MOS EISLEY
Holadola. un número más y empezamos la cuenta atrás de la primera parte de
esta gran saga. Contadme a la dirección habitual qué os está pareciendo, las
dudas que tengáis o lo que queráis.
Y tenemos un carta de Xumer que dice que esta serie es lo mejor que he
escrito y que es muy difícil hacer una serie coral donde no te pierdas.
Bueno muchas gracias (mi ego está creciendo hasta límites insospechados
jejeje) la verdad es que sí que es un pelín difícil hacer una serie con
tantos personajes (tengo que releerme la mitad de los números cada vez que
me ponga a escribir uno nuevo) pero bueno, espera que para la segunda parte
de esta saga pueda reducir los personajes. En cuanto a lo que dices de hacer
bios sí, estaría bien pero soy muy vago aunque quizás estaría bien una lista
de personajes al lado de los números en la web
Na max. Que la Fuerza os acompañe-.
ben_reilly@terra.es