Portada: Fondo estrellado que rodea al emblema de la Federación de Planetas Unidos.
- El Embajador me ha pedido que le diga que le espere aquí, Almirante McCoy.
- Mpf - gruñó el aludido - Dígale que no tengo todo el día.
- Así lo haré, Almirante.
Vulcanos - pensó Bones para sí - Todos igual de estirados. Nunca me
acostumbraré del todo a ellos. Ni aunque viviera... - Iba a decir "cien
años" pero hacía mucho que el buen doctor había superado esa legendaria
cifra. No hacía mucho, acababa de cumplir su centésimo trigésimo séptimo
aniversario. Era viejo, mucho más viejo de lo que había pensado que iba a
llegar a ser nunca. Había sobrevivido a casi todos sus amigos. Su mirada
perdida se posó en una vitrina donde reposaban varias armas de fuego que,
según explicaba la placa holográfica, databan del período conocido como Edad
Moderna (S. XV-XVIII) pero si bien oía el soniquete de la disertación, su
mente escuchaba una frase bien distinta: "Vuelve, Jim. Antes de que te
conviertas en una de tus... antigüedades". Sonrió, sin poder reprimir la
punzada nostálgica.
Miró hacia otro lado y encontró otra vitrina en la que estaban expuestos
varios uniformes, todos ellos correspondientes al S. XXIII, y que abarcaban
los grados entre Capitán y Almirante. Parecían tan antiguos, casi tanto como
él...
- Buenas tardes, Almirante. Confío en que la ceremonia de ayer haya
resultado de su agrado.
- ¡Demonios! - respondió el aludido, dando un respingo - A ver si pierde esa
condenada costumbre de aparecer cuando menos se lo espera.
- Usted me estaba esperando, Almirante, luego en caso de tener una
"condenada costumbre" no estaría haciendo honor a ella. Es lógico ¿no cree?
- Usted y su lógica... Cuando he llegado a considerarle casi humano, me
recuerda usted que es medio vulcano, Spock... Pero sí - añadió con gesto más
relajado- ha sido una buena ceremonia. La nave es magnífica y la tripulación
estará a la altura de las circunstancias.
- El Capitán Picard es un oficial sumamente competente - respondió Spock,
mirando los uniformes- si hay que hacer caso a los informes que he recibido
del Cuartel General del Alto Mando. Lo definen como un nuevo modelo de
oficial, adaptado a los tiempos modernos, al S. XXIV.
- Un nuevo Capitán, un nuevo Enterprise. Le hace a uno sentirse muy viejo,
Señor Spock.
- Un sentimiento muy acorde con la realidad, Doctor, teniendo en cuenta la
edad que ha alcanzado.
- Pff - gruñó McCoy - ¿Sabe que en la tripulación hay un tipo que es igual
que usted, señor "sólo-lógica-y-ningún-sentimiento"? Creo recordar que se
llamaba Data...
- He leído su hoja de servicios ¿Insinúa usted, Doctor, que tengo los mismos
sentimientos que un androide humaniforme?
- Casi apostaría mi brazo derecho a que él es capaz de sentir algo más que
usted. Por cierto ¿cómo sigue Saavik?
- Tan bien como su insolencia, Doctor. Se encuentra en Vulcano en estos
momentos. ¿Quiere pasar a mi despacho?
Los dos viejos camaradas atravesaron la inmensa sala plagada de recuerdos.
Sobre sus cabezas rotaba parsimoniosamente una holo-maqueta de la nave en la
que ambos habían servido. Ni siquiera alzaron la vista, porque en honor a la
verdad, ambos conocían el material expuesto de memoria. Una puerta se abrió
y dejó paso a una habitación espaciosa, amueblada de forma austera en la que
destacaban dos sillones y una mesa, sobre la que reposaba una botella bien
repleta de un líquido azul y dos vasos.
- ¿Cerveza de Rómulo, Spock?
- Sí, Doctor. Es ilegal, pero puede obtenerse por... prescripción médica.
- No seré yo el que empiece a criticar las decisiones de mis ilustres
colegas - respondió sirviendo los vasos y tendiendo uno al vulcaniano,
brindó - Por Jim, donde quiera que esté.
- Por Jim, donde quiera que esté.
Ambos apuraron los vasos y volvieron a llenarlos. Otra tripulación había
ocupado su lugar. Su mundo era ahora aquella habitación, aquella sala llena
de recuerdos. Al lado de la puerta que acaba de cerrarse, un busto presidía
la exposición:
Almirante / Capitán James Tiberius Kirk
"Llegó donde nadie antes había llegado"
EL HOLOPUENTE DE BARTOLO O ¡QUÉ CALOR HACE, MANOLO!
Pues hacía unos años que me apetecía contar alguna historia sobre el mundo
de Star Trek. Algo sencillito, relajado y tal cual. No sé si tendrá
continuidad (a lo mejor sí, pero como los habituales del lugar ya me
conocen, no sé cuando será eso.)