Actualidad:

Pantera Negra se encontraba en un pasillo plagado de soldados que se habían retirado para dejarles hacer su trabajo a dos miembros de la guarda imperial. Los dos hombres estaban vestidos de blanco e iban armados con unas espadas de adamantium y vibranium que podían cambiar de forma. El combate no pintaba nada bien.

Ambos hombres comenzaron a correr con asombrosa agilidad hacia su objetivo. Uno de ellos saltó y el otro comenzó a correr por la pared. Su entrenamiento era asombroso, y estaban entrenados para matar. Lo deseaban, mientras que Pantera sufría con cada vida que arrebataba.

El rebelde saltó justo antes de que uno de ellos llegara, pero entonces el que corría por la pared hizo un placaje y le lanzó al suelo. Pantera hizo un movimiento con ambas piernas y lanzó a su atacante hacia el techo. Éste sacó unas garras de sus manos y se agarró al techo. El otro guardia ya estaba encarando a Pantera.

Tyca y Gopal estaban escondidos en un edificio en ruinas. Varios helicópteros y motos voladoras sobrevolaban la ciudad y la calle que habían limpiado antes estaba llena de soldados. La ciudad había reaccionado con asombrosa velocidad. En muchos años nadie había intentado rebelarse contra el gobierno. El imperio de Wakanda crecía continuamente, y los ciudadanos obedecían a Totem sin dudarlo por motivo del miedo y hechizos de obediencia. No obstante, nunca habían dejado de entrenarse.

-Esto no puede seguir así, y Pantera está tardando demasiado, deberíamos pedir refuerzos.

-Gopal, sabes el riesgo que correríamos al mostrar todas nuestras cartas ahora.

-Pero el riesgo lo estamos corriendo sin hacerlo? si Pantera muere?

-Pantera dijo que aguantáramos esta posición hasta nuevas órdenes. Y eso es lo que?

El sonido de una explosión no muy lejana interrumpió las palabras de Tyca.

-¿Qué pasa?

Cuando Gopal hizo la pregunta, la hechicera ya estaba averiguando la respuesta gracias al ojo de agamotto que todo lo ve.

-Rebeldes. Civiles rebeldes. Por lo visto, los hechizos de Totem se han roto en algunas personas y ahora se rebelan contra el gobierno que les ha oprimido tanto tiempo.

-Y puede que ellos nunca tuvieran el hechizo, ¿No?

-Totem no usó su hechizo en todos sus súbditos, pero esta ciudad es de las que más seguidores a Pantera tenía, no tendría sentido?

Otra explosión sacudió el suelo, y esta vez más cerca.

-Deberíamos ayudarles.

Flashback:

Hace escasos meses, Fénix, Tyca, Rino y Klaw se encontraban reunidos en torno a una mesa en una pequeña sala.

-Entonces parece que Totem ha usado hechizos de control mental para esclavizar a Wakanda; es un hechicero realmente poderoso. Sin embargo, si ha conseguido afectar a tante gente no pueden ser muy fuertes. Creo que podría deshacerlos si tuviera tiempo, pero tendría que ir uno por uno.

-¡Vaya, aya, aya!-comentó Klaw.

-Eso está bien-añadió Nataly Grey-. No quedan muchos hechiceros vivos y coleando.

-Me enseñó el que fue Hechicero Supremo durante más de medio siglo, el legendario Doctor Extraño.

-Mi madre y mi abuela me hablaron de él.

-¡Yo le conocí, ocí, ocí!

-Entonces, ¿qué se supone que vamos a hacer?-dijo Rino-No sé, no me parece que esto tenga sentido?

-Sin embargo, somos un hechicero y tres superseres-apuntó Tyca sonriendo maliciosamente-. Wakanda no puede usar superpoderes ya que el Acta de Moore¹ se extiende a todos los países miembros de la ONU, ¿recordáis? Nelson² quiso que no se centrara exclusivamente en EEUU. Por tanto, podemos realizar ataques a modo de guerrilla de forma efectiva, contra distintos cuarteles del ejército wakandiano, centrales enérgeticas, almacenes de armas poderosas?

En el pasillo, Pantera seguía luchando contra los dos guardas imperiales. A pesar de estar prohibido el uso de superpoderes, Wakanda mantenía en secreto el desarrollo de supersoldados, a los cuales usaba en sus guerras y mayormente en defensa de su rey: Totem. En contadas ocasiones, eran usados para luchar contra legítimos reyes en pasillos.

Pantera pegó un puñetazo a uno de sus enemigos mientras otro le propinaba una fuerte patada en la espalda. El rebelde cayó al suelo, pero aprovechó el movimiento para golpear de nuevo a su enemigo, que cayó con él. En el suelo, usó al guarda como escudo contra la espada que se dirigía a su cuello. La sangre salpicó las paredes.

Varios soldados hicieron ademán de correr hacia él.

-¡Alto!-gritó el guardia imperial con vida.

Ambos comenzaron a golpearse en el suelo. No había tiempo para levantarse, el combate debía terminar ahí. Un fuerte puño blanco acertó en la mandíbula de Pantera. Su máscara se lleno de sangre. Éste respondió con un codazo en las costillas de su enemigo. Se oyó un crujido y el supersoldado escupió sangre a la vez que rodaba para alejarse de su adversario.

Pantera agradeció ese momento de descanso y rompió la máscara por la parte de la boca, pues la sangre le impedía respirar. Escupió varios dientes y corrió hacia su enemigo, que se estaba levantando poco a poco. Una patada en el estómago le dejó otra vez en el suelo.

El rebelde remató a su enemigo aplastándole la cabeza contra el suelo con la rodilla.

Aún no había recuperado el aliento cuando varias espadas se alargaron hacia él. Las esquivó como pudo, pero una le rozó el brazo izquierdo. Respondió al ataque con su espada y provocó dos bajas en el enemigo, pero eran demasiados y él estaba herido y agotado. No podría aguantar mucho más.

Entonces, sin previo aviso, una figura entró rompiendo una de las paredes. Entre la nube de polvo se pudo distinguir una enorme figura con un cuerno en la cabeza. Se abalanzó contra los soldados con fiereza y éstos no pudieron reaccionar a tiempo. El escenario que quedó tras la masacre era digno de una carnicería.

-¿Estás bien?

-Puedo aguantar ¿Cómo van los demás?

-Debería ir a averiguarlo ¿Puedes seguir sólo hasta el generador?

-Sí.

Tyca y Gopal empezaron a correr para salir del edificio en ruinas. Los civiles rebeldes no eran rival para el ejército de Wakanda, y éste no dudaría en aplastarlos como a hormigas. No habían avanzado muchos metros cuando un helicóptero les localizó.

-¡Tyca, a cubierto!- gritó Gopal mientras lanzaba varias granadas de humo a su alrededor y se ponía detrás de una columna caída. Tyca no se había movido de su sitio. Estaba contemplando horrorizada aquél helicóptero. Recordaba que estaba sola, que no tenía a dónde ir. Aquellas aves de acero, rugiendo, matando. Recordaba el ruido, la sangre, el miedo, la muerte.

El ex soldado del ejército comenzó a disparar al helicóptero para llamar su atención. No sabía por qué estaba paralizada su compañera, pero estaba claro que si aquel helicóptero le ponía el punto de mira encima, no se movería nunca más.

El plan de Gopal funcionó y los soldados del vehículo comenzaron a dispararle a él. Se agachó y las balas golpearon la columna, que iba deshaciéndose poco a poco. En menos de medio minuto, no quedaría más columna con la que protegerse, así que aprovechó los segundos de descanso que le dieron cuando se acabó el cartucho de la ametralladora del helicóptero para lanzar una granada retardada que explotó justo al lado de su objetivo. Éste cayó sobre un edificio, no muy lejos de él. Gopal rezó para que estuviera vacío.

-¡Tyca, joder! ¡Muévete!

La hechicera recuperó y comenzó a correr hacia Gopal. La nube de humo creada por las grandas de éste comenzó a disiparse y salieron a la luz cuatro docenas de soldados armados que inspeccionaban el lugar donde sospechosamente se había levantado una nube de humo. La causa estaría perdida de no ser por una multitud de civiles rebeldes que aparecieron por todos lados emboscando a la patrulla. Portaban lanzas en un principio decorativas, cuchillos domésticos y rifles de caza, pero superaban en número a los soldados que se encontraban ahí.

Gopal se unió a ellos en ese tornado de sangre y truenos, viendo como caían diez civiles por cada baja del enemigo.

Tyca empezó a murmurar unas palabras y la mitad de la patrulla se arrodillaron en el suelo, agarrándose la cabeza y el cuello con fuerza, como intentando evitar que explotara a la vez que gritaban suplicando que parara. Los demás soldados y civiles de la zona se quedaron mirando la escena, completamente confusos. Gopal aprovechó para lanzar una ráfaga de plomo sobre los enemigos que aún quedaban de pie.

Uno de los soldados arrodillados cogió un cuchillo para quitarse la vida. Otros muchos les suplicaron a los civiles que lo hicieran por ellos. Nadie sabía por qué, pero esa batalla parecía ganada.

Pantera se encontraba cada vez más cerca del generador de la cúpula. Si llegaba a ella antes de que toda la ciudad fuera masacrada aún tenían una posibilidad de ganar la guerra contra Totem.

Se encontraba a un pasillo en cuyo final se encontraba la puerta que daba a la sala de control. El ataque desde diferentes puntos había creado suficiente distracción como para despejar la zona del generador, que se había quedado con una veintena de soldados, que ya habían sido neutralizados.

Abrió la puerta de golpe y entró en una habitación llena de guardias. Dos de ellos imperiales. En total serían unos diez.

Pantera lanzó una de las espadas que portaba, alargándola al máximo antes, y corrió a su vez hacia uno de los guardias imperiales. Saltó hacia su cuello a la vez que la espada alcanzaba a dos soldados, matándoles al instante. El hombre vestido de tigre blanco se echó atrás para esquivar el ataque del rebelde, pero éste repitió el proceso. Ésta vez el otro guardia le agarró por el tobillo y lo lanzó contra el suelo. El dolor llenó cada nervio de la espalda de Pantera, pero sacó fuerza de voluntad para esquivar la espada que iba dirigida a su yugular.

Los soldados corrieron hacia él y alargaron sus espadas. Pantera danzó entre ellas para esquivarlas, pero una de ellas le rozó en el brazo izquierdo, muy cerca de la anterior herida. Un felino grito de dolor escapó de la garganta del rebelde.

Uno de los guardias alargó la espada para alcanzarle, pero Pantera reaccionó a tiempo, a pesar del dolor que adormecía sus sentidos y la muerte alcanzó al soldado que tenía justo detrás.

Un brazo blanco agarró al príncipe de Wakanda y lo lanzó contra unas pantallas. La sangre y cristales volaron por todas partes. La batalla estaba resultando muy dura.

Tres soldados corrieron hacia el aturdido rebelde. Uno de ellos le golpeó en el pecho, y los otros dos le lanzaron de nuevo contra una pantalla. El experimentado luchador aprovechó el impulso para lanzarse de nuevo contra sus enemigos. Sus garras se clavaron en el cuello de un soldado. Cogió la espada que éste había dejado caer y atravesó a los otros dos con ella. Quedaban cinco hombres en la sala. Pantera, dos guardias imperiales y dos soldados. Decidió ir primero a por los más débiles. Estrategia digna de un cazador.

Una patada voladora le rompió la rodilla a uno de los dos soldados que quedaba y una espada le cortó el cuello al otro. La velocidad que exhibía Pantera Negra en sus movimientos asombraba a los dos miembros de la guardia imperial, pues aún con tantas heridas, y tan agotado, el rebelde era muy superior a ellos.

Ambos corrieron hacia él. Pantera no pudo esquivar el ataque a tiempo y el placaje le lanzó contra una columna. Hizo cuanto pudo para olvidar el dolor y mantenerse en pie, pero ambos supersoldados parecían decididos a hacerle caer. Varios puñetazos y patadas hacían que Pantera retrocediera hacia el gran ventanal de la torre. Una caída desde ahí aseguraba que los restos no fueran encontrados en días.

Al final, el rebelde estaba de espaldas al cristal que separaba la vida de la muerte y ambos guardias se encontraban delante de él. No iban a cometer el error de abalanzarse sobre él. En su lugar, alargaron sus espadas para atravesarle el pecho. El rebelde golpeó ambas espadas con sus puños, haciendo que chocaran entre ellas. La sangre brotó de sus manos. Su grito de dolor se mezcló con el de terror de los guardias cuando ambos fueron lanzados al vació desde la torre. En un rápido movimiento, Pantera había usado toda la fuerza que le quedaba para tirar de ambas espadas, acercar a los guardias y saltar por encima de ellos, impulsándoles al vacío.

Sangrando y tambaleándose, se dirigió el generador y desactivó la cúpula.

Flashback:

-¡Yuuuju, qué divertido, ido, ido! ¡Fuegos artificiales, ales, ales!

La reacción en cadena de explosiones se extendía por toda la hilera de generadores y depósitos; los rebeldes sentían el calor en sus pieles y la satisfacción de haber conseguido su objetivo.

-¡Cuidado!-gritó Fénix-¡Vienen soldados!

Efectivamente, apenas dos minutos después de que el sabotaje hubiera sido realizado los soldados venían atraídos por las explosiones. Alzaron sus armas, pero Fénix los derribó a todos de un solo empujón telekinético. Después el Rino abrió camino, pasando entre ellos mientras les aplastaba. Tyca y Klaw corrían detrás.

De pronto, el sonido de unas aspas llenó el cielo. Tyca se detuvo apenas tres segundos, porque justo después Klaw lanzó un potente rayo sónico al helicóptero que lo derribó, mientras gritaba de alegría.

Sin embargo, esos segundos marcaron la diferencia. La hechicera comprendió con horror que el helicóptero caía prácticamente encima de ella, y comenzó a correr en dirección contraria para ponerse a cubierto, de nuevo hacia los depósitos y generadores. Maldijo mientras corría. Magia, tendría que haber usado magia? Pero el terror? Y apenas le quedaba energía para un hechizo?

El fuego prácticamente la rodeaba, pero siguió corriendo, habiendo perdido a sus compañeros. A la memoria le venía otra precipitada carrera años atrás, también rodeada de fuego y destrucción, después de un bombardeo sobre su aldea natal. Tres soldados aparecieron entre el fuego a su izquierda, pero hizo un hechizo y los tres cayeron de rodillas envueltos en remolinos oscuros como el ónix. Tras eso, tropezó y cayó de rodillas. Estaba agotada? Los hechizos que había usado para poder entrar en el complejo y hacerlo explotar la habían dejado agotada. Jadeó, sintiendo que apenas podía moverse. Entonces, un soldado avanzó hacia ella. Andaba con movimientos rígidos y costosos. Parecía que le costaba hacerlo.

-Mu? Muerte a los enemigos del emperador-dijo mientras levantaba con esfuerzo un rifle apuntando hacia la cabeza de Tyca.

Entonces ella vio algo claro entre el terror. Como si un rayo de luz de esperanza la alcanzara, decidió jugar su última carta. Aquellos movimientos rígidos y aquel esfuerzo? Vudú. Era una forma de vudú, y aquello era el hechizo de control mental de Totem, o al menos el que había usado sobre aquel soldado. Con un gesto, Tyca lo deshizo y el resultado fue maravilloso. Suspiró de alivio.

-Aaagh? Por fin-dijo el soldado guardando el rifle-. Me llamo Gopal. Es un placer verse libre de este horrible hechizo.

La joven le miró realmente sorprendida. Gopal apenas estaba confundido ni sorprendido, sino que se había adaptado a la perfección a su nueva situación; parecía como si llevara años luchando contra aquel hechizo y probablemente los llevara.

-No te preocupes, hechicera, no tienes nada que temer de mí; si acaso del resto de los soldados, a la mayoría de los cuales conozco y que se han dejado controlar como marionetas. Salgamos de aquí y busquemos a tus compañeros.

Flashback:

Rino se pasaba una toalla empapada en agua por el brazo. Dado que no podía quitarse su piel artificial, ésa era su manera de ducharse, y lo hacía delante de todo el mundo. Tyca, Gopal y Fénix estaban sentados en sendas sillas delante de él, y por su parte Klaw llevaba tiempo intentando tirarse un pedo de sonido sólido.

-De modo que dices que algunos soldados estáis totalmente controlados por el hechizo de Tótem-dijo Fénix a Gopal. Tanto su abuela, Jean, como su madre, Rachel, la habían enseñado a ser desconfiada. Confiar en alguien en quien no debía podía significar la muerte.

-Sí; supongo que casi todos los primeros. Totem buscó personas que ya estuvieran entrenadas y que fueran más o menos fuertes y las lanzó hechizos de control mental; ahí entro yo. Luego creo que hizo un hechizo casi masivo, aunque también hay un buen número de tropas reclutadas por voluntad propia. Después están los supersoldados; no estoy seguro, pero creo que han sido clonados a partir de algo.

-¿Usan supersoldados?-preguntó Tyca sorprendida-No tenía ni idea de eso, aunque explica lo de Rino...

-Al menos la guardia imperial sí lo son. Creo que también los usan en conquistas.

-Ése es el mayor problema, las conquistas-apuntó Fénix-. Las principales ciudades de Wakanda son ricas y sus ciudadanos no pasan hambre, ¿no?

-Sí-asintió Tyca-. Sin embargo, los territorios en proceso de conquista tienen un índice de pobreza muy alto; Wakanda conquista los países de una forma muy violenta e incluso llega a cortarles todo suministro de agua y alimentos.

-Si vamos a atacar a Totem debemos tener en cuenta si estamos dispuestos a hacer pagar el precio que podría pagar la población. Tal vez las zonas recién conquistadas tarden años en recuperar su nivel de vida. Y no debemos olvidar que en las zonas ya asentadas en Wakanda la gente vive muy bien. De hecho, el PIB por habitante de Wakanda es superior al de la mayoría de países? Y si sigue aumentando a esta velocidad tras cada conquista, probablemente pronto sea el mayor de la Tierra.

-Pero seguramente la mayoría de los habitantes de Wakanda y de los territorias que quedan por conquistar no están dispuestos a perder su cultura por pasar a este imperio. Toda la cultura y los dialectos de mi pueblo han sido exterminados.

-La cultura no es lo único que ha sido exterminado-comentó Gopal-. La libertad también. Yo ni siquiera podía controlar mis acciones.

-Y miradme a mí-dijo Rino arrojando la toalla a un cajón-. Experimentaron conmigo para crear supersoldados como yo.

-Entonces tendremos que luchar como podamos... Y esperar tener suerte y a Pantera Negra de nuestro lado.

1.- La prohibición de los mutantes; ver diversas series del universo 2055.

2.- Presidente de la ONU, ver Los 4F 2055.

MONTE PANTERA

Pues bueno, Tomás dice "¿¿¿¿Ya ha pasado un año???? Lo flipo.

Bueno, pues leído el segundo número, sigo emocionado por ver a alguien que se llama Fénix rondando por las páginas. Insisto en lo que dije la otra vez, muy buena la descripción de las escenas de acción, es muy visual. Y de nuevo, quizá un poco demasiado "descompressive storytelling".

Un comentario de estilo. Al poner "Ahora", antes de que empiece la escena de la Pantera, choca un poco la utilización después de verbos en pasado. Marcar la línea temporal como "en este instante", y luego tirar de verbos en presente hace la narrativa más dinámica y más coherente.

¡¡Un saludo y ánimo, que quiero leer esto un poco más a menudo!!"

Sí, ha pasado rápido el tiempo, la verdad. A ver si se frena un poco entre cada número. Gracias por los halagos y consejos, es de suponer que el señalar sólo dónde están los flashbacks lo arregla un poco, aunque los verbos en presente no abundan; creo que los dos preferimos narrar en pasado. En cuanto al descompressive storytelling... Intentaremos arreglarlo, que tampoco ninguno de los dos somos fans de Bendis. Hay Fénix para rato, aunque tampoco tenemos pensada de momento ninguna escena donde cobre un protagonismo especial.

Así que nada, a ver si el próximo número sale todavía más rápido.