2055 UNLIMITED #5
LA MALDICION DE LA ARAÑA
Guión y portada:
Israel Huertas
Prólogo Uno:
Atardecer en New York. Año 2055. Mucho ha cambiado, mucho sigue igual.
Te llamas Mike Paris y no podía irte mejor. El verano está a la vuelta de la esquina y el curso está acabando. Has ganado una beca de estudios para la Universidad Empire State gracias a tu habilidad como jugador de baloncesto. Habilidad que ha quedado demostrada esta misma tarde cuando has vuelto a ser el máximo anotador en el partido contra los Brooklyn Tigers, vuestros rivales de toda la vida en el instituto. Ahora lo estás celebrando en una pizzería cerca del instituto, con tus colegas de juego y las animadoras, una de las cuales, Lina, es tu novia, por así llamarla. Estás henchido de gloria, besando a tu chica, que sabe a cerveza, cuando suena tu móvil:
- Dime, Caroline - contestas en tono despectivo -, ¿qué quieres ahora?
- Soy tu madre, Mike - te increpa la voz al otro lado -, y te agradecería algo más de respeto.
Te apartas el auricular y haces una mueca de asco. Tus colegas ríen.
- Y, aparte de respeto, ¿qué más quieres?
- Quiero saber si tardarás mucho en llegar porque tengo que irme a trabajar y pensaba que cenaríamos juntos.
- No lo creo, Caroli...madre. Estoy celebrando la victoria. Te veré por la mañana.
Caroline hace una pausa al otro lado del teléfono. Después, concluye:
- De acuerdo, hijo. Nos vemos mañana.
Si te importa lo triste que de nuevo suena tu madre, los que te rodean desde luego no lo notan. Y sigue la fiesta. Al fin y al cabo, eres el número uno y te mereces lo mejor, ¿no?
Prólogo Dos:
Anochece en New York. Año 2055. Mucho ha cambiado, mucho sigue igual.
Vargas López aprieta la mano del hombre que tiene frente a él. Acaban de sellar un trato que reportará bastante dinero a la banda de Vargas. Una banda de raterillos que defienden cuatro calles de la maltrecha Alphabet City. Con este trato, aumentará su influencia e irán del brazo de uno de los grandes de la ciudad, el capo Vinnie Marcello, propietario de una cuarta parte de la ciudad y cada vez más en ascenso.
Vinnie aprieta fuerte la mano de Vargas, confiando que la prueba de confianza que le ha pedido, sea llevada a cabo con premura y discrección. Así, si Vargas falla, él no correrá riesgo alguno.
Un nuevo día ha llegado. Para Mike Paris, el día comienza en la universidad Empire State, dónde cursará estudios el curso que viene gracias a una beca deportiva, y dónde ha aceptado un puesto de limpieza en los laboratorios de ciencia para ahorrar todo el verano y poder alquilar un piso cerca del campus. Así estaría al lado de la universidad y lejos de su madre. Aunque, desde que su padre murió de cáncer hará tres años, la distancia entre su madre y él podría ser como desde la Tierra a la Luna, necesita extrañamente llevarlo también al plano físico.
En el laboratorio 3, de la segunda planta del edificio de ciencias, dos científicos extravagantes llevan a cabo el sueño de sus vidas, aunque con ciertas discrepacias sobre el próximo paso a seguir. Mike está fregando el suelo del pasillo pero, como la puerta está abierta, no puede evitar oir la discusión.
- ¡He dicho que no, Frederic! - grita el doctor Maxwell Bell, airado ante la insistencia de su colega - ¡Si lo hacemos, los militares nos quitarán los fondos y todo se irá al carajo!
- ¡Si no lo hacemos - increpa su colega, el doctor Frederic Faraday - no tendremos resultados a tiempo y cancelarán el proyecto! ¡Ya es bastante que nos dejen seguir sin ofrecerles resultados, teniendo en cuenta el riesgo que les supone llevar este proyecto en secreto!
- ¡Las pócimas no están estabilizadas! - sigue Bell - ¡Si se la administramos como sugieres a un ser humano podríamos matarle de la peor forma posible!
- ¡El suero de araña está más que listo, Maxwell! ¡Podríamos inocularlo tal que ya y el riesgo sería mínimo! ¡Se trata de ... ¡
- ¡ Se trataría de un asesinato si nos precipitamos con esto! - concluye Bell, iniciando su camino hacia la salida -. ¡No lo haremos hasta que comprobemos feacientemente que los sueros son estables!
Maxwell Bell saluda a Mike según sale por la puerta. Faraday se da cuenta entonces que el muchacho puede haberlo oído todo y su mente traza un plan.
- Te equivocas, Maxwell - musita para sí -, y pronto podré demostrártelo.
Caroline llega a casa al mediodía. No ha visto a su hijo esa mañana, pues ambos salieron a trabajar temprano. Ahora tiene un par de horas antes de ir a su segundo trabajo en la cafetería y espera poder comer con él. Entra con sigilo en la seguridad de su hogar, en la calle C del decrépito barrio de Alphabet City, dónde el tiempo siempre transcurre para peor. La gustaría mudarse a otra zona, pero la pensión que la quedó a la muerte de su marido y los dos sueldos que gana la dejan poco margen. Antes de entrar en la habitación de su hijo, escucha la voz de otra persona hablando y, por alguna razón, se detiene en la puerta y presta atención:
- ... sólo se trata de crear algo de jaleo - dice Vargas en el interior de la habitación de Mike, decorada con posters de baloncestistas y trofeos ganados en el transcurso de su vida. Está bastante ordenada para tratarse de la habitación de un chico de 17 años, ya que a Mike le gusta cuidar su espacio. Mientras Vargas le habla, Mike rellena la solicitud de la E.S.U. -, sacar al propietario y quemar algunas cosas, y las puertas del cielo se nos abrirán para siempre.
- No sé, Vargas - dice Mike, rellenando la solicitud -, tal vez es demasiado. Creo que ser una pandilla es una cosa, pero esto son palabras mayores. Podríamos cagarla pero bien, y sería para siempre si nos pillan. Unos antecedentes penales no me facilitarían la vida, precisamente.
- Te digo que no hay riesgo - intervien Vargas -. El señor Marcello me ha prometido ...
Caroline no puede por más que entrar en la habitación ante la mención de ese nombre.
- ¡¿Estáis haciendo tratos con Vincent Marcello?! - grita según entra.
- ¿Nos estabas escuchando? - la increpa Mike. De pronto, dirige toda su atención a su madre y su gesto se torna de rabia -. Creía que respetabas algo más mi intimidad.
- ¡No me salgas con esas, Michael! - grita Caroline -. ¡Si os mezcláis con esa escoria os condenaréis para siempre! ¡Una vez entréis en ese mundo ya no podréis salir!
Mike coge su cazadora y a su amigo Vargas por un brazo y empieza a marcharse hacia la puerta mientras grita a su madre con desdén:
- ¡Hagamos lo que hagamos no será problema tuyo! ¡No hemos pedido tu opinión, así que no la necesitamos! ¡En adelante, llama antes de entrar!
El portazo hace que se le hiele la sangre a Caroline, que cae de rodillas llorando por la pantomima en la que se ha convertido su vida.
Vargas y Mike salen a la calle. Mike aún está bastante airado y una parte de su cabeza se pregunta por qué ha tratado así a su madre sabiendo que tiene razón.
- Mike, te necesito - dice Vargas, ajeno a todo -. No me fío de nadie más para esto. Tienes que acompañarme.
Mike guarda silencio un instante. Al fin y al cabo, será por la noche, en una zona dónde la poli apenas pasa. Y Vargas podría meterse en un buen lío si no le vigila.
- Está bien - dice a su amigo -, te acompañaré.
- ¡Genial! - exclama Vargas emocionado - ¡Mañana por la noche cambiamos de vida!
Al día siguiente, vuelve a empezar la rutina y Mike acude a trabajar. Ha dormido en casa de Vargas para evitar a su madre. Sube a la segunda planta y, conforme se acerca barriendo el suelo al laboratorio 3, no nota que alguien le espera en la puerta del mismo. Alguien que le coge de improviso y le inyecta un calmante. Se trata del doctor Faraday, que le introduce en el laboratorio y cierra con llave. No hay rastro del doctor Bell en la sala.
Faraday sienta a Mike en una silla y le ata con correas. Mike está consciente pero apenas puede moverse o hablar.
- ¿Q-Que ...? - logra decir.
- ¿Qué hago? - continúa Faraday -. Muy sencillo, te estoy atando a la silla de pruebas y voy a usarte como cobaya para mi experimento. Pero no te preocupes - mientras habla, el doctor va terminando de atar a su presa y coge una probeta de suero con el dibujo de una araña de una vitrina cercana. En la vitrina hay cerca de veinte probetas más, con dibujos de varios animales en ellas -, si sale bien, te convertirás en un prodigio inigualable. Claro que, si sale mal ...
El doctor Faraday rellena una jeringuilla con parte del contenido de la probeta y acerca la pistola con la carga al brazo derecho de Mike, que intenta en vano zafarse.
- Esto te enseñará a no escuchar detrás de las puertas, muchacho - dice Faraday -. No puedo arriesgarme a que corras la voz de lo que diseñamos aquí o perderé un contrato millonario con el ejército. Con estos sueros, vamos a crear para ellos infinidad de super soldados, como el antiguo Capitán América, basándonos en los antiguos héroes que poblaban nuestro planeta hace años y cuyos poderes parecían provenir, en su mayoría, de los animales - Faraday inocula a Mike con el contenido de la probeta -. Si tenemos éxito, América volverá a encabezar el mundo en la carrera armamentística definitiva, no lo dudes.
El cuerpo de Mike Paris comienza a temblar y siente como si le ardieran las entrañas. Se convulsiona espasmódicamente y Faraday se asusta. En las predicciones que había hecho, no estaba ni por asomo ninguno de los síntomas que presenta el muchacho. Intenta estabilizarse cuando, de improviso, todo cesa y Mike queda tendido en la silla, aparentemente muerto.
Mike despierta súbitamente al notar el agua entrando en sus pulmones. Con desesperación, contiene la respiración y nada hacia lo que, espera, sea la superficie. Cuando por fin sale al exterior, inhala con fuerza el aire que le llega hasta llenar sus pulmones. Nada hasta la orilla y sale del agua, helado y desorientado.
Llega desde el río a su casa como en piloto automático y, cuando llega, se acuesta y cae rendido.
Unas cuantas horas más tarde, Vargas le despierta para que le acompañe a ejecutar el plan. Ya ha anochecido y Mike sigue desorientado, pero le acompaña igualmente.
Llegan al restaurante cuando este ya ha cerrado. Parece bastante normal para ser importarnte, pero Mike no llega a cuestionarlo y a Vargas no parece importarle. Entran por la puerta de atrás, tras forzarla hábilmente, y van derechos a la oficina dónde, como planeó el Sr. Marcello, se encuentra el propietario. No tiene tiempo de reaccionar cuando Vargas le golpea en la cabeza y lo tumba sobre su escritorio.
- Me lo llevo fuera - dice Vargas -. Quema el sitio.
Mike coge la botella de queroseno que llevaban para la "hazaña" y comienza a verterlo sobre manteles y cortinas. Una cerilla prende el queroseno y enseguida se llena todo de llamas. Mike se escabulle hacia la salida trasera y sale de nuevo al callejón. Lo que ve allí le hiela la sangre. Vargas está apuntando a la nuca del propietario del restaurante con un revolver y está a punto de dispararle. No sabe cómo, pero la reacción de Mike es saltar hacia su amigo, en un salto de 5 metros, y desarmarle. Antes de que reaccione, le agarra de un brazo y le lanza contra la pared. El cráneo de Vargas se parte como un melón al chocar y, al ver lo que acaba de hacer, Mike se larga corriendo de allí.
El sonido del teléfono despierta a Mike por la mañana. Ya es tarde para ir al trabajo y también para ir a clase. Se levanta aturdido, con la ropa del día anterior aún puesta, y descuelga el teléfono.
- ¿Diga?
- ¿Michael Paris? - dice la voz al otro lado. Mike afirma con la voz aún ronca -. Le llamo de la comisaría de Alphabet City. Siento comunicarle que su madre ha fallecido esta mañana, en un tiroteo en su lugar de trabajo.
El teléfono cae de sus manos y choca contra el suelo. La mirada de Mike queda fija en la ventana de su casa. Su vida acaba de hundirse bajo sus pies y, la intensidad de la sensación, le hinca de rodillas en el suelo.
La puerta de su casa se resquebraja en pedazos y sale despedida hacia él. Mike ni siquiera se gira para ver como el propietario del restaurante y tres hombres grandes como armarios, entran con paso firme en su casa. Los cuatro van armados.
- Date la vuelta, chico - dice el propietario -, no me gustaría dispararte por la espalda como a tu madre.
Mike gira el cuello y mira a los asaltantes con furia. La frase que acaba de escuchar le hace reaccionar de golpe y, con un salto y un giro en el aire, cae sobre el pecho de uno de los "armarios" antes de que pueda reaccionar. El impacto lo lanza contra la cocina, destrozando dos tabiques con su cuerpo.
Empiezan los disparos. El muchacho esquiva instintivamente las balas, aunque una de ellas impacta en su hombro izquierdo lanzándole hacia el sillón a su espalda. No sabe como pero gira en el aire y se impulsa en el mueble para lanzarse contra los matones. Cae entre los dos pistoleros que, habilmente, se han plantado entre él y su jefe. Un golpe con su brazo derecho lanza a uno de ellos hacia el pasillo, pero el otro le lanza un golpe hacia el hombro herido que, al impactar, le hace ver las estrellas. Luego, Mike encaja un nuevo puñetazo en el rostro y el matón le agarra fuertemente en una pinza mortal que amenaza con quebrarle las costillas. Un certero cabezazo acaba con el pistolero, que cae al suelo inconsciente y con la cara ensangrentada.
- ¡No eres humano! - grita el propietario del restaurante mientras echa a correr hacia las escaleras, disparando sin mirar en dirección a Mike.
De nuevo, el instinto hace que el muchacho salte de pared a pared del corredor hasta caer sobre la espalda del asesino. Este le apunta a la cara con la pistola, pero Mike se la quita de un manotazo.
- ¡P-Por ... favor ... ¡ - dice el asesino, caído en el suelo y colgando de las manos del muchacho por las solapas - ... n-no me ma... mates ...
- ¿Quién eres tú, que compensas un incendio con una vida humana y luego pides clemencia? - ruge Mike.
- M-me llamo ... Giu ... Giuseppe Trombolli...
Y Mike recuerda el nombre, y sabe que es hijo de Federico Trombolli, rival de Vinnie Marcello en la zona del río, y se da cuenta de que este utilizó a Vargas para enviarle un mensaje a su padre. Ahora, Vargas y su madre han muerto por la codicia de un hombre malvado y él no ha podido evitar ninguna de esas muertes. De hecho, ha sido el responsable directo de una e indirecto de otra.
Mira a Giuseppe y decide que, pese a lo que ha hecho, no sumará una muerte más.
Esa tarde, la policía recibe un paquete con forma de mafioso antes de anochecer.
A la mañana siguiente, Mike acude al laboratorio a buscar al doctor Faraday. Encuentra a su compañero, Maxwell Bell, que recoge los enseres de laboratorio en cajas.
- Ah, Mike - le dice cortésmente el doctor, aunque se le nota preocupado -, ¿te importa recoger un poco más tarde? Estoy terminando de sacar unas cuantas cosas y ...
- ¿Qué ha pasado, doctor Bell? - pregunta Mike.
- Bueno, en verdad no lo sé. El doctor Faraday ha desaparecido sin dejar rastro y, ante la falta de progresos demostrables, el ejerc... nuestro benefactor nos ha cortado la subvención del ... proyecto que estábamos llevando a cabo. Intento recopilar las muestras de trabajo para deshacerme de ellas adecuadamente, pero no logro encontrar una de las ... - el doctor Bell mira a Mike - ... ¿sabes qué? No importa. Te avisaré cuando acabe.
Mike sale del laboratorio sabiendo que lo más probable es que nunca pueda averiguar qué le ha cambiado. Recuerda las palabras del doctor Faraday sobre el proyecto y lo que querían crear. Eso y la imagen de la araña en la probeta le recuerdan a un personaje del que su abuelo solía hablarle, y que recorría la Gran Manzana suspendido en su red, derrocando imperios criminales y deteniendo toda clase de basura humana, y se marcha con una idea en su cabeza.
Epílogo Uno:
En la tumba pone: "Caroline Paris. 2015 - 2055. Una madre excelente". Podría haber sido algo más original, pero no era el momento adecuado y los del seguro le metían mucha prisa. Michael Graham Paris contempla la tumba de su madre y le deja una rosa roja sobre ella.
- No tendrás que preocuparte más de mí, mamá - le dice a la tumba -. A partir de ahora seré el hombre que siempre debí ser. Estarás orgullosa de mí. Estés dónde estés, te prometo que lo estarás.
Epílogo Dos:
Vincent Marcello se recuesta en su sofá de cuero, saboreando un whisky de malta de doce años en la seguridad de su salón. Vive en un ático en la 5ª Avenida de New York, y se cree intocable. O así ha sido hasta ahora.
Lo primero que detecta es una especie de brillo metálico en el techo. Luego, aún sin saber que está mirando. Ese brillo cae al suelo y se levanta en la oscuridad como los dos ojos enormes de un insecto. La figura se acerca a él y va viendo más detalles. Enfundado en una malla negra, el tronco cubierto por una cazadora de cuero también negro y una araña negra dibujada en su pecho sobre un fondo azul. Vinnie coge su pistola del lateral de su sofá lentamente.
- No lo hagas - le dice la figura encapuchada -. No tendrías tiempo de arrepentirte
- ¿Quién eres? - pregunta Marcello.
- Soy tu sombra. Desde ahora y en adelante, soy tu sombra y la de aquellos que crean estar por encima de la ley. De momento, esta visita es sólo una advertencia. Estaré vigilando.
De un salto, la figura se encarama a una ventana abierta en el techo, seguramente por la que había entrado, y sale por ella.
- Te he preguntado quién eres - dice Marcello, incorporándose en el sofá.
La oscura figura introduce la cabeza de nuevo por la ventana y dice:
- Soy SPIDERMAN.
Y salta, perdiéndose en la noche.
FIN