PORTADA: Un hombre camina con las maneo en los bolsillos por una calle estrecha y abarrotada, pasando muy cerca de varias filas de hovercoches a toda velocidad. En la parte inferior, en una franja negra se lee, en letras blancas "Mundo"

La bala corta el aire, silbando. Decidida, imparable, avanza hacia su objetivo sin que nada se interponga en su trayectoria. Al impactar, el cráneo se rompe en un sonido sordo, casi imperceptible. Aquí termina el presente. Aquí empieza el futuro.

La cama emite su dulce vibración como cada mañana, y como cada mañana Peter Heinz abre un ojo para cerciorarse de haber programado el despertador correctamente. La pared proyecta holográficamente que son las 08:30 horas del 15 de Enero del 2055. La temperatura exterior es de 65 grados Fahrenheit y hoy los Capricornio como Heinz tendrán un buen día en general, aunque deberán cuidar un poco la salud.

Peter apaga la vibro-cama y se levanta. Con pocas ganas aprieta el programa de café en su MultiCook 2050 TM. Los sensores termales de la ventana identifican la señal térmica de su propietario y abren las persianas. Heinz no mira las vistas. Si lo hiciera, vería la hilera de rascacielos frente a los suyos, y a muchas otras ventanas abriéndose mientras sus propietarios esperan el café. El sistema de succión sónica impide oír el atasco que se está formando 78 pisos más abajo. Es lunes.

Peter Heinz es redactor del periódico "The City", sección dominical. Eso quiere decir que tiene seguro de vida, un servicio de asistencia en carretera 24 horas y acceso a 962 canales de pago en su Holovisor Fujikawa. Para almorzar, selecciona el 754. Dos modelos se dan un masaje en aceite mientras dan un repaso a los principales índices bursátiles. Heinz no tiene acciones en ninguna de las empresas reseñadas, pero sonríe igualmente mientras toma un sorbo de su café. En la pausa publicitaria vuelve a ver el Ford 6.9 Ultra. Necesita ese hover.

Como hoy es lunes, selecciona el programa 1 en su armario. Mientras se viste, el visor le informa de las ultimas ofertas en corbatas, y de los beneficios del lavado gamma. Hay un descuento del 15% en chalecos para todos los encargos antes de las 9 horas. Heinz pulsa "no" pero un segundo más tarde se arrepiente. Hacía semanas que no veía ofertas en chalecos y quizás no haya más hasta final de temporada.

En el ascensor, encarga la descarga del tema que suena hoy. La puerta principal comprueba su retina y se abre. Nueva York aparece. El choque sónico le marea por un momento, siempre lo hace. Debería ajustar la succionadora.

La redacción en Nueva York de "The City" le supone un paseo diario de 15 minutos, algo a todas luces inadmisible en esta ciudad de calles estrechas y 5 niveles de tránsito. Si fuera otro día trabajaría desde casa, ordenando el correo y seleccionando holofotografías del archivo, pero parece que el número de ayer tuvo un buen recibimiento, y Heinz espera una felicitación por su reportaje sobre la nueva cocina Húngara.

No hace calor. No hace frío. Sopla un leve viento. Es una buena vida. Peter Heinz no piensa en nada de esto en absoluto.

En la redacción, saluda al jefe de sección, pero éste no le felicita. Quizás espera a que llegue el equipo completo y esas cosas. Mientras, pasea por los despachos, haciéndose ver y cayendo simpático en general. Cuando tu trabajo solo se puede ver una vez por semana, es importante recordar a la gente que existes. Heinz es bueno en eso. Por ejemplo:

-Hola, Mark. Ya me han dicho lo del premio.

-Ah, eso... Es solo una propuesta... aún no es ni una nominación.

-Sí, sí, pero acuérdate de los demás cuando te conviertas en un superreportero, ¿eh?

-Ja, ja...

-Supongo que nos invitarás a algo, ¿no?

-Hombre... como gane, tenlo por seguro.

-Y yo aquí, mientras tu te vas de hoteles rodeado de modelos.

-Ya me gustaría, ya...

-Ja, ja... adiós, superreportero! Me voy, que me llaman.

-Adiós... ese Peter, hay que ver como es...

Y así. En su despacho, Heinz repasa el correo, y los shares del dominical pasado. Su artículo sobre cocina fue leído por un 49% de los lectores totales, mejor incluso que la comparativa de motor de Jonahsson, pero el mamón de Wright aún tiene el 80%. Mamón.

-Chicos, ¿estáis todos?- Voight, el jefe de sección aparece en la MailVentana. Por fin.

Heinz abre su sesión, Mark y Manuel abren la suya. Wright tiene toda la pinta de hablar desde su casa, el mamón.

-Hola, Chris- Le gusta tutear. Tutear es importante.

-Señor.

-Buenos días, señor Voight.

-Chris... chicos...

-¿Estamos todos? ¿dónde se ha metido Jonahsson?

-Aquí estoy, señor Voight. Estaba respondiendo un correo.

-Vale, a ver. Ha salido un tema para nosotros. Para principios de Febrero empieza todo el asunto del Acta Moore y todo el tinglado con el aniversario, y tenemos que hacerlo bien. Los de general van a hacer sus encuestas, pero he llegado a un acuerdo para que nos cedan el tema gordo. Un monográfico con todo, historias, ángulos humanos, comparativas... con un poco de suerte alguien del gobierno nos va a conceder una entrevista. Tenemos que hacerlo bien, o Borgman no va a crucificar, ¿de acuerdo?

-Claro.

-Esta claro, señor.

-Bueno, nos lo vamos a repartir así.. Manuel, Moore es para ti, Jonahsson te ayudará. Mark, a ver que me sacas de Texas, quiero buenas fotos de esos campos, ¿si?

-Esta hecho, señor.

-Heinz, Wilson es tuyo. Michael te encargas de la prospectiva, algo tipo "el mundo dentro de 20 años", un poco de futuro va a quedar bien entre tanto pasado. ¿Preguntas?

-No señor.

-¿Tendremos acceso a documentación de la época?

-Manuel, somos el dominical. No somos una maldita enciclopedia, ¿vale? A la gente no le gusta leer holos en baja resolución, quiero imágenes. Buenas imágenes. Quiero que ningún maldito ser vivo con ojos pueda cerrar su terminal sin haber contratado nuestro numero, y que en las escuelas se enseñe el Acta con un holo sacado de nuestro numero. ¿Esta claro?

-Claro señor.

-Todo bien claro, Chris.

-¡Pues a trabajar!

Hay gran confusión, y gritos, y sirenas. Hay lloros, y discursos, y alabanzas. Hay tiempo para el dolor, para la rabia, y para la determinación. Pero por encima de todo, de manera total, irrebatible, hay la seguridad de haber llegado a un punto y aparte. A partir de ese momento todo cambia. Ha llegado el futuro, y todo va a ser diferente.

-Todo bastante igual por aquí, la verdad. Nooo... no creo que pueda venir... Es que me han encargado algo, ¿sabes? Me va a ocupar un tiempo. No, no puedo decírtelo, je,je... Ya lo leerás. Yo también lo siento, la verdad, pero ya sabes, el trabajo... Si... Dales recuerdos de mi parte, ¿ok? De acuerdo... Hasta la vista...

Heinz cierra la holo-sesión, y en su rostro aparece una breve sonrisa de satisfacción. De no ser por lo de hoy, tendría que haber improvisado una excusa para no asistir a la fiesta de despedida de ese pesado de Holth. Total, solo coincidieron durante 5 meses en ese periódico, ¿por qué no haría como todo el mundo y se olvidaría de sus compañeros de trabajo? Viejo sentimentaloide. La jubilación le va a sentar bien.

Tiempo de trabajar, Lo primero de todo pasa por buscar holos del tal Wilson. Después de 3 horas, compone un díptico del que se siente especialmente satisfecho. A la izquierda, el Presidente Wilson toma posesión de su cargo. Pequeños niños negros con todo el aspecto de llevar traje y corbata por primera vez en su vida se sitúan a sus espaldas. Wilson sonríe. A la derecha, una nube de guardaespaldas rodea su cuerpo abatido. El holo es de una nitidez sorprendente que le quita fuerza al momento. Heinz la desenfoca ligeramente y añade algo de grano a la imagen. El contraste entre uno y otro holo provoca, ahora sí, el efecto emocional esperado.

Las dos columnas de texto las importa de la Enciclopedia Zucker volumen 10, de la U a la W.

Y con esto, su jornada laboral llega a su fin. Otros 15 minutos de caminata agobiante le devuelven a su piso. Programa su horno con un menú equilibrado en grasas y se hecha en la cama para repasar sus mensajes (cero) y la programación del día (en XCG, lucha libre en el fango con recreaciones digitales de celebridades muertas. El Presidente Wilson no está entre ellas).

Una hora más tarde, ha cenado y se aburre. Una hora después, sigue aburrido.Se mira al espejo. La verdad es que no hace tan mala pinta. No le resulta muy difícil imaginarse varias mujeres que pudieran encontrarlo interesante, al fin y al cabo, tiene 27 años, trabaja en una empresa conocida y tiene casi mil canales de pago. Casi mil. La gran mayoría tiene problemas para llegar a los 500.

La "Guía de la Noche" descarga en su agenda portátil una lista de los 900 mejores locales abiertos hoy. Al azar, selecciona un bar. Por un momento, piensa en cambiarse de ropa, pero al final no, tener aspecto de salir del trabajo puede hacerle ganar puntos entre las mujeres interesadas en un abrigo nuevo.

El taxi sale mucho más caro de lo que imaginaba. Necesita ese hover.

De todos los locales en Nueva York ha tenido que escoger precisamente el que Brian Powers y Jonhatan Hitch han elegido a su vez para tomar unas copas. Los dos son redactores de "The City", el de verdad, el que la gente compra cada día para hojear los resultados deportivos. Heinz suele incomodarse en su presencia, y el hecho que a él lo traten como un compañero más, aún agravia la situación. En parte, Heinz se alegra de la coincidencia, hoy se celebra una fiesta Hawaiana y solo se accede por invitación. Naturalmente esos dos conocen la portero y le dejan pasar. Claro, naturalmente. Cabrones.

El bar obedece al patrón estándar de barra-espacio para bailar/ligar-lavabos oscuros y sucios, sin que nada pueda hacer pensar en algo remotamente hawaiano. En cambio, todo el mundo lleva unos ridículos colgantes con flores chillonas de papel. Hitch y Powers se van directos a la barra, así que Heinz los sigue.

-Un poco vacío, ¿no?

-Que cabrón ese Hollyday, la próxima vez que nos prometa la noche de nuestra vida recuérdame que le rompa la crisma. ¿Y a ti como te va, Hinz?

-Eh... bien, bien. Todo bien...

-¿Si? No es eso lo que nos han comentado, eh ¿John?

-¿Comentado? ¿De qué?

-Oh... rumores, ya sabes... En realidad no les hago mucho caso, llevan con lo mismo desde hace meses...

-Parece que se han mirado los números y bueno...

-Siempre están con lo del jodido dominical y al final no hacen nada.

-¡¿Qué coño pasa con el dominical?!

-Lo de siempre, que si no rinde, que si nadie se lo mira...

-Pero qué coño dices? A Mark lo van a nominar los del sindicato de fotógrafos, y tenemos a Wright, y... bueno... mi ultimo reportaje sobre cocina Húngara fue muy bien recibido.

-¿Cocina Húngara? ¿Qué demonios es eso?

-Mira, yo solo te digo lo que se comenta, ¿vale? Pero no me negaras que tiene cojones tener una redacción solo para el maldito dominical.

-Mirad chicos, os lo agradezco de verdad, pero creo que estáis mal informados. Tenemos la exclusiva de los especiales sobre el Acta Moore, y ahora nos estamos encargando de...

-¿No pensaban encargarle algo de esto a Frank?

Como era de esperar, el resto de la noche es un desastre. Al cabo de un rato, Hitch y Powers desaparecen con un grupo de diseñadores holo sin que Heinz haga amago alguno de seguirlos. Se nota ligeramente borracho, así que decide poner remedio a la situación. Wright seguro que le pasan a general, el niño mimado asqueroso. Y si Meyer consigue esa nominación seguro que tampoco tendrá problemas. Y por si fuera poco les han caído los dos caramelos del especial. Seres deformes y holo-esquemas del futuro, seguro que arrasan en los índices.

¿Y él que tiene? Un negro muerto del que nadie se acuerda. Un atajo de niños con corbata y traje. Por el amor de Dios, no se ve ni el cadáver.

Debe buscar el cadáver. Debe buscar las fotografías de la autopsia. Debe darle un maldito ángulo al puñetero artículo, o su trabajo siguiente en redacción será bajo una mesa. Se creen muy listos esos soplapollas en redacción. Pues se van a enterar de quien es el jodido mejor reportero del jodido periódico del jodido...

El portero-robot comprueba su pulso y acto seguido pincha en su mano para extraer una muestra de sangre. Cuando comprueba que todo esta correcto, lo arrastra hasta el ascensor y abre la puerta de su piso. El mes siguiente Peter Heinz tendrá un recargo del 5% en la factura de su alquiler.

CORREO DEL LECTOR

Tener correo en una miniserie es un tanto extraño, pero por si acaso, en aleix.gabarre@terra.es encontraréis la respuesta a esas dudas que os atormentan cada noche acerca de lo que acabáis de leer.

Solo haceros notar que el título de esta serie es 2055: EL CASTIGADOR, y no EL CASTIGADOR 2055. Por si acaso.

Nos leemos en la próxima entrega. ¡Hasta entonces!