8.3.06

Cuadrúpedos humanos en Turquía

En una remota aldea de Turquía se ha descubierto la existencia de seres humanos que caminan encorvados sobre los pies y las manos como nuestros antepasados, debido a un extraño defecto genético que les impide andar erguidos. El hallazgo ha despertado un enorme interés entre los antropólogos, ya que en el ADN de estos individuos, todos de la misma familia, podrían encontrarse las claves de la transformación evolutiva.

Si preguntamos a bocajarro, a la primera persona que pasa, en qué se diferencian los seres humanos de los monos, es probable que la respuesta hable de lenguaje, de razonamiento, de la plena conciencia de uno mismo y de caminar erguidos sobre dos piernas.

Sin embargo, un extraordinario hallazgo antropológico ha desvelado en Turquía la existencia de humanos cuadrúpedos que caminan encorvados, apoyándose sobre pies y manos, debido a un extraño defecto genético.

El descubrimiento podría suponer un hito importante en el estudio de la evolución humana, ya que el ADN de estos individuos quizás sirva para comprender el cambio genético clave que permitió a nuestros antepasados empezar a caminar erguidos.

Además, la observación de estas personas todas ellas emparentadas en una misma familia turca proporciona una insólita posibilidad de analizar cómo caminaban los homínidos cuando aún no se habían convertido en seres bípedos.

Desde Darwin en adelante, la emergencia de los primeros humanos que empezaron a caminar erguidos ha estimulado diversas y plausibles teorías evolutivas para explicar este fenómeno.

La odisea de nuestros antepasados de la selva en las llanuras favoreció a las extremidades inferiores capaces de sostener por sí solas nuestro peso y de permitir caminar y correr. El lenguaje permitió una comunicación refinada. El razonamiento, una inteligente previsión de lo que podía suceder y una planificación de las actividades individuales y colectivas.

Acontecimiento evolutivo "puntual"

Sin embargo, tras haber descubierto a esta familia de cuadrúpedos humanos, el fisiólogo turco Uner Tan, de la Universidad Cukurova de Adana, sostiene que todos estos rasgos típicamente humanos pueden ser el resultado de una mutación singular.

Se trataría, según Tan, de un acontecimiento evolutivo "puntual", como ya propusieron en su día los biólogos Stephen Jay Gould y Richard Lewontin, y no de una evolución gradual, como tradicionalmente sostiene la teoría darwiniana clásica.

Clínicamente definido como un caso especial de ataxia cerebral, el síndrome de Uner Tan bautizado con el nombre de su descubridor que sufren los miembros de esta familia turca se manifiesta en el cuadrupedismo (personas que caminan sólo y siempre sobre las manos y los pies y, a menudo, oblicuamente), un lenguaje bastante reducido, un grave retraso mental, una reducida conciencia de sí mismos y una postura habitual encorvada y con la cabeza inclinada, incluso cuando el afectado está sentado.

En una palabra, estos individuos, a causa de un defecto congénito, encarnan en la realidad lo que se podría definir, según una larga tradición científica, como el célebre eslabón perdido.

El último número del 'International Journal of Neuroscience' describe minuciosamente este síndrome y cuenta que, en una perdida aldea turca, cerca de la frontera con Siria, en la provincia de Iskenderun, la ciudad de Alejandro Magno y la sede de mosaicos que rivalizan con los de Rávena, el médico Osman Demirhan descubrió este caso y llamó a Uner Tan, para que lo examinara con un equipo de fisiólogos, neurólogos y psicólogos.

En dicha aldea, una pareja de lejanos consanguíneos tuvo nada menos que 19 hijos, cinco de los cuales nacieron con el síndrome (cuatro niñas y un niño). Los otros 12 eran todos normales, pero dos de ellos murieron precozmente. Su edad varía de los 14 a los 36 años. Se les está realizando un análisis genético detallado, pero se trata, sin duda, de una característica genética recesiva, ocasionada por un cromosoma no sexual.

Un análisis de sus cerebros realizado con resonancia magnética ha revelado, además, un estrechamiento de la región del cerebro llamada vermis y una reducción del cuerpo calloso.

Un colega de Uner Tan, Tayfun Ozcelik, profesor de Genética Humana de la Universidad de Bilkent de Ankara, con un gran elenco de publicaciones científicas internacionales, afirma: "Conozco y aprecio al profesor Tan desde hace 25 años. Cuando, el pasado mes de septiembre, invitado por él, fui a aquella aldea y observé a esos sujetos, tuve la experiencia más extraordinaria de mis más de 20 años de genetista. Y añade que este descubrimiento puede contribuir ampliamente a resolver los enigmas de la evolución humana.

Lo mismo opinan los biólogos ingleses Nicholas Humphrey y John R. Skoyles, de la London School of Economics (LSE), y el anatomista Roger Keynes de la Universidad de Cambridge, tras examinar en profundidad a los sujetos estudiados por Uner Tan. "Estas personas caminan de la misma manera que nuestros ancestros hace millones de años", afirma Humphrey.

El profesor Tan se está dedicando ahora a buscar otros casos similares, mientras los expertos ingleses insinúan que las circunstancias biológicas y sociales de este caso son tan especiales y únicas que podría tratarse de un caso aislado e irreproducible. La cadena BBC emitirá el próximo 17 de marzo un documental sobre este impresionante hallazgo.